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El comportamiento sexual - Adelfo Morales Gonzalez

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El comportamiento sexual
“Macho y hembra los creo y les dijo sojuzguen la tierra y sean fructíferos” (Ge 1; 27 Y 28 Reina Valera), el cristianismo basa las explicaciones del comportamiento sexual por dogmas religiosas, en contraste de otras culturas como la antigua Grecia, donde sus dioses eran polígamos y con una libertad sexual muy amplia, lo que reflejaba, su pensamiento sobre el comportamiento sexual, donde todo lo relativo al sexo se entendía como una necesidad natural que se satisfacía con total libertinaje. (Fayanas, 2017), solo por mencionar algunos, pero ha de entenderse que el ser humano, durante el trascurso de la historia ha buscado respuestas acerca del comportamiento sexual, lo cual nos lleva a plantearnos cuales han sido los aportes de la ciencia para desentrañar, los orígenes de nuestro comportamiento sexual y a qué se debe tanta diversificación. 
El ser humano está compuesto por 46 cromosomas de los cuales 23 cromosomas son aportados por la madre y la otra mitad por el padre, siendo estos cromosomas homólogos con excepción de los cromosomas sexuales donde la combinación de dos cromosomas X (XX), dan como resultado una hembra y la combinación de un cromosoma X con uno Y (XY) dan como producto un varón, el gameto masculino puede poseer un cromosoma X o Y determinando este si el sexo es masculino o femenino, (Keverne, E. 2017) en un 50% para cada caso como nos muestra la gráfica 1 
 
Mujer 		 Hombre 
XX 		 XY
																							X
X
X
Y
XX
XY
XX
XY
Grafica 1: representación de la herencia del sexo. (M Jaime & V Sau, 1996).
En las primeras etapas de gestación algunos científicos consideraban que el sexo del embrión era neutro o bisexual, pero estudio en embriología han descubierto que el sexo inicial del embrión seria femenino y que en este ocurre una indiferenciación, de las estructuraras sexuales ocasionadas por el cromosoma “Y”, que obliga la tendencia de la gónada de convertirse en un ovario a organizarse en testículo, esto en el casos de los mamíferos, por lo que las primeras 6 semanas del desarrollo humano la diferencia sexuales se limitan al sexo genético y solo después de este periodo y hasta la semana 12 ocurre un autentico, proceso de diferenciación prenatal, (M Jayme, &V Sau, 996) En el desarrollo individual de un organismo en el periodo embrionario no solo los genes participan en el desarrollo ontogénico también la hormonas juega un rol importante, actuando cada uno en momento distintos a través del desarrollo del embrión sin olvidar el desarrollo de la sexualizacion cerebral. 
Las diferencias de las hormonas sexuales pueden afectar el comportamiento a dos niveles 
Prenatal: en el cual tiene un efecto organizativo tanto en estructuras sistema nervioso como el sistema reproductor como la testosterona, que mantiene la masculinidad del feto XY durante el periodo de embarazo.
Durante y después de la pubertad: en la cual tienen efectos activadores o inhibidores en determinadas conductas, además son responsables del surgimiento de características sexuales secundaria.
El grupo de hormonas sexuales para el hombre como para la mujer son diferentes, pero esto no radica en la presencia o usencia de este si no en su proporción, (testosteronas, progesteronas y estrógenos), en pocas palabras las mujeres poseen testosteronas en su sangre, producida por las glándulas suprarrenales, y el hombre segrega una relativa cantidad de estrógenos y progesteronas. 
 
La diferenciación sexual cerebral es muy similar a la diferenciación del sistema sexual y los procesos de diferenciación son muy similar tanto en mujeres como hombres, la continua acción de las hormonas sexuales sobre el sistema nervioso determina gran parte del comportamiento sexual del individuo y esta actividad secretora de las gónadas, está dirigida por una glándula endocrina la hipófisis, que estimula su funcionamiento a través de hormonas proteicas específicas, esta glándula reguladora es neutra lo que significa que es un órgano idéntico tanto para mujeres como para hombres, por lo que si se trasplantara la hipófisis de una femenina a un hombre, este no presentaría alteraciones en el funcionamiento de sus hormonas sexuales masculinas y lo mismo seria si el trasplante fuera a lo inverso. (Brows & Wallace, 1985). Pero la hipófisis no actúa de manera independiente si no que es controlada, por un centro nervioso el hipotálamo por medio de conexión sanguínea, por lo que podríamos afirmar que lo que sexualisa el procesos de diferenciación cerebral es el hipotálamo, coordinando los niveles de hormonas sexuales y actuando como conector entre el sistema endocrino y el nervioso. 
El comportamiento sexual hace parte del proceso evolutivo de las especies por el cual las especies pueden preservan su material génico, por lo que el comportamiento sexual podría depender de la recombinación de genes y mutaciones que esto puedan sufrir, una forma de evidenciarlos serian alteraciones fenotípicas o que condicionan cambios hormonales en la cual estas van actuar en el organismo (cerebro y órganos sexuales), en desarrollo. En la cual la acción de estrógenos y andrógenos establecen diferencia físicas de los sexos (Naftolin, 1981). Lo que podría llevar alteraciones del comportamiento sexual o diversificación de este.
La recombinación de los cromosomas sexuales del hombre y la mujer difieren por el cromosoma “Y”, por lo que ha de esperarse, que alteraciones del comportamiento, como la homosexualidad sus causas se han diferente, en algunos aspectos.
Dentro de las pruebas de que la conducta tiene un componente genético, hay estudios donde se han encontrado que la conducta homosexual puede ser heredada alguno de estos por ejemplo los hombres gais tienen mayor posibilidad de tener otro hermano gais, que un heterosexual (Bailey y Pillard, 1991), y las tasa de homosexualidad son más altas entre hermanos gemelos, lo que aporta pruebas relativas factores genéticos implicados pero también se puede deber problemas hormonales de la madre durante el periodo prenatal que modifican equilibrio de hormonas sexuales del neonato o enfermedades antes o durante el estadio de la pubertad (Ortega & Annicchiarico 2009).
Otras pruebas sobre los cambios de comportamiento van dirigidos a marcajes moleculares a fracciones cromosomaticas como el Xq28, marc7q36, la región 8p12 y la región 10q26, pero se han tenido problemas en replicar los resultados o las muestra utilizadas no han sido lo suficientemente representativas, Aunque los estudios señalan un componente genético, la evidencia no es clara sobre los marcadores moleculares, otra pruebas van dirigidas a cambios morfológicos, conductuales y diferencias cognitivas entre hombres y mujeres heterosexuales y hombres y mujeres homosexuales, que se deben a causas de equilibrios hormonales o psicosociales ejemplo en la “ tareas de rotación mental, los gais tienen una ejecución menos efectiva que la de los heterosexuales, aunque tienen una mejor ejecución entre hombres heterosexuales y hombres gais, existen algunas diferencias cognitivas entre hombres gais y hombres heterosexuales que simulan las diferencias entre hombres y mujeres en tareas de fluidez verbal; los gais tienen una ejecución menos efectiva en tarea visomotoras y tareas espaciales. Asimismo, los hombres gais tienen rasgos típicamente masculinos, tales como la inclinación por el sexo casual, el interés en estímulos sexuales visuales y la preferencia por compañeros sexuales más jóvenes” (véase revisión, Rahman & Wilson, 2003a). Y dentro de las diferencias morfológicas que se han encontrado, estas la del “núcleo supraquiasmático, el plano sagital de la comisura anterior y el istmo del cuerpo calloso eran más grandes en hombres gais; por el contrario, el tercer núcleo intersticial del hipotálamo anterior, era más pequeño en hombres con esta condición” (véase revisión, Rahman & Wilson, 2003a).
En conclusión mucho estudios científicos arrojan que alteraciones del comportamiento sexual como la homosexualidadpueden tener un componente genético o hormonal, también pueden deberse a enfermedades que afectan el desarrollo de órganos sexuales se a nivel gonadal o cerebral, como el hipotálamo, causando asexualidad, y por último la continuidad de este tipo de conductas se han mantenido por que no representan un mayor costo evolutivo y que aunque las hormonas y la genética determinan la anatomía y fisiología de los seres vivos no son decisivas en diferencias sociales, por lo que cambios de conductas como la homosexualidad sea en varones o mujeres tienen un componente social e histórico donde la cultura, creencias y normas morales o éticas son moldeadores del pensamiento lo que a su vez se ve reflejado en la conducta sexual no solo como un simple acto reproductivo, por lo que puede tener tintes eróticos, religiosos entre otros, 
Adelfo Morales Gonzalez 
Bibliografía
Fayanas, E. (2014). (Nueva Tribuna). El sexo en la historia. La Grecia Clásica y el sexo. Disponible en: https://www.nuevatribuna.es/articulo/historia/grecia-clasica sexo/20170213140454136673.html [accedido marzo 23 de 2020]. 
 
· Poiani, A. (2010). Genética de la homosexualidad. En Animal Homosexuality: A Biosocial Perspective (pp. 55-96). Cambridge: Cambridge University Press. doi: 10.1017 / CBO9780511762192.004 (La genética de la homosexualidad)}
· Keverne, E. (2017). Sobre el origen genético de las diferencias sexuales. En Beyond Sex Differences: Genes, Brains and Matrilineal Evolution (pp. 1-18). Cambridge: Cambridge University Press. doi: 10.1017 / 9781108242080.002
· Naftolin, F (1981) Understanding the basis of sex differences. Science, 211: 1263-1263.
· Jayme, M., & Sau, V. (1996). Psicología diferencial del sexo y el género: fundamentos (Vol. 92). Icaria Editorial.
· Ekman, P., Friesen, W. V., & Simons, R. C. (1985). Is the startle reaction an emotion?. Journal of personality and social psychology, 49(5), 1416.
· Bailey, J. M., & Pillard, R. C. (1991). A genetic study of male sexual orientation. Archives of general psychiatry, 48(12), 1089-1096.
· Ortega, L., & Annicchiarico, I. (2005). Efectos de la privación de alimento sobre la conducta sexual de la codorniz japonesa macho. Manuscrito no publicado, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia.
· Rahman, Q., & Wilson, G. D. (2003). Born gay? The psychobiology of human sexual orientation. Personality and individual differences, 34(8), 1337-1382.

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