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3 1 Pedagogía y Educación - Yesica Gimenez

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Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas “Sofía E. B. de Spangenberg”
Campo de la Formación General
Materia: Pedagogía
Apuntes de Cátedra: Prof. Daniela Bergel
Pedagogía y Educación: la construcción del sujeto/objeto de intervención.
La palabra pedagogía ha tenido varias acepciones. Etimológicamente esta palabra viene de griego pedós (hijo) y agogi (educación, enseñanza). En la Grecia antigua la preocupación se centraba en la educación de la virtud, en lograr que el hombre ame la verdad y reconozca la belleza. Encontramos también una traducción griega en la cual la palabra pedagogía deriva de paidos que significa niño y agein que significa guiar, conducir. Hay que destacar la idea de un proceso de transmisión en el cual encontramos un sujeto que conduce y otro que es conducido. Ese proceso no podía darse de cualquier modo y, en este sentido, se comienza a pensar en las mejores maneras de hacerlo y los para qué de dicha transmisión.
En las primeras definiciones de la Edad Media, ya encontramos diferencias entre el pedante, que era el ayo que criaba al niño, y el pedagogo, que era el maestro que ofrecía enseñanza. Recién en el siglo XIX aparece la definición de pedagogía como “arte y ciencia de enseñar y educar a los niños” (Dussel y Carusso, 2003, p. 17).
Esta concepción de pedagogía está directamente vinculada con el origen y la consolidación de la escuela moderna. Es preciso también establecer relaciones con la noción de infancia. La constitución de la niñez, tal como hoy la entendemos, fue una construcción social dada a partir de la modernidad, emparentada con los procesos de institucionalización de la educación escolar. La infancia en el siglo XX pasó a ser un objeto de estudio en distintas disciplinas, lo que generó cuerpos de reflexión teórica que trabajan al respecto.
Recién podemos hablar de la pedagogía como disciplina en el siglo XIX. Estos procesos se fueron dando de la mano de la escolarización, es decir de las formas en que esta disciplina se fue instituyendo como carrera o asignatura de estudio en el nivel educativo superior.
Pedagogía, escuela e infancia
Cuando se piensa a la pedagogía, no se la puede desvincular de los procesos de escolarización, dado que, si hay un espacio en el que suceden las prácticas de enseñanza y de aprendizaje, ese lugar es la escuela.
 La historia de la educación nos ha permitido reconocer que la noción de infancia es una construcción social y que la percepción de esta no era la misma en otras épocas, cuando los niños no eran vistos como diferentes a los adultos. 
 Para P. Aries, la infancia, a lo largo de la Edad Media, permanece en las sombras, es a partir del siglo XIV donde comienza a concederse cierta importancia a la infancia, que recién llegaría a verse descubierta completamente en el Emilio de Rousseau. Es a partir del siglo XVI que los niños adquieren valor en sí mismos. De este modo, fundamenta Ariès que la infancia es una construcción histórica que termina de ser elaborada en la modernidad. No es natural, sino una elaboración a través del tiempo. (“El niño y la vida familiar en el antiguo régimen” de P. Aries. Se recomienda Lectura p.20 a p. 23).
Ariès (1987) nos dice que desde el siglo XVI se comenzó a ver al niño como un otro, lo que dio lugar a lo que el autor llamó sentimiento de infancia. Progresivamente, se dejó de ver al infante como un adulto pequeño y se lo empezó a considerar como un ser incompleto y frágil, al que había que proteger y educar. En este proceso, la escuela y la familia, en tanto alianza, serán centrales. De este modo, se fueron articulando la nueva noción de infancia, los procesos de escolarización y la creación de saberes pedagógicos.
 A partir de lo desarrollado en la lectura, podemos ver cómo la infancia es una invención.
Calarco (2006) nos dice de modo claro: 
La pregunta por el niño, ¿qué es un niño? El niño como una construcción. La representación social de la infancia interviene desde un principio en el cuidado y protección de los niños. El recién nacido no puede valerse por sí mismo y sin la presencia de otro que lo provea de lo necesario, su vida correría peligro. La indefensión estructural del recién nacido hace que la presencia de otro, que pueda cubrir las necesidades de hambre y abrigo, por ejemplo, sea imprescindible. Estos cuidados se realizarán a partir de pautas culturales e históricas. Pero a estos cuidados elementales debemos sumarle una operación importante en la cual también interviene en gran medida la representación infancia. Conjuntamente con las primeras atenciones que se brindan al recién nacido, se pone en marcha un proceso de construcción del sujeto infantil. Mientras se lo cría se le van transmitiendo palabras portadoras de una historia familiar y social y de una cultura particular que harán de ese cuerpo biológico un sujeto social. Este proceso de subjetivación marca también los tiempos del niño, es decir, hasta cuando se es niño en una sociedad. Al período de construcción del sujeto infantil se lo denomina niñez. Cada sociedad, a partir de sus lores y conocimientos fija el tiempo de la niñez. Los niños y la niñez, por lo tanto, no existen como un hecho natural, sino que son construcciones sociales. (p. 2).
Históricamente, se diferenció primero al niño del adulto, luego se tematizó sobre primera infancia y recién más tarde se comenzó a hablar de los bebés. La infancia como construcción se da en la modernidad como período histórico iniciado en el siglo XVII, cuyos aspectos propios serán la consolidación de los Estados nacionales, el avance de la racionalización de las ciencias, la expansión capitalista y el desarrollo industrial. En ese contexto, las instituciones, como la escuela, serán un lugar fundamental para la educación de los ciudadanos y de los sujetos trabajadores.
Varela y Álvarez Uría (1991), tomando una categoría de la teoría de Foucault, nos dicen que determinados dispositivos hicieron posible el surgimiento de la escuela como parte del proyecto de la modernidad. Estos dispositivos fueron tres. El primero fue el estatuto de la infancia como construcción histórica posibilitada en los siglos XVII y XVIII por los colegios o internados existentes (guiados por católicos o protestantes) y por el papel de la familia cristiana y las instrucciones que recibían para educar a los hijos. El segundo dispositivo fue la emergencia de un espacio de encierro (espacio cerrado) para la formación del noviciado. Por último, la formación de un cuerpo de especialistas que hablan sobre la infancia y ofrecen saberes y metodologías para el trabajo de educar a los niños. De este modo, el aula fue un dispositivo cerrado que reunía infantes para un trabajo de socialización. La escuela obligatoria fue haciendo que se pierdan otras formas de socialización en pos de este espacio, que luego el Estado ofrecería como modo de extensivo de formación de los sujetos. El aula fue un símbolo de lo que significa educarse, un espacio delimitado y naturalizado como forma de ser y hacer escuela.
El texto de Castro Orellana (2005) nos ofrece una ampliación a la noción foucaultiana de dispositivo, vinculada al estatuto de la infancia y al lugar de la escuela en la formación de los sujetos. Reflexiona sobre la naturalización de la existencia de la escuela por presencia universal. Con todo, para el siglo XX y XXI la escuela da la percepción de eternidad, la que a partir de este histórico surgimiento articula en total cuatro siglos desde su nacimiento. (Ver PDF. Castro Orellana: Foucault y el saber educativo).
Referencias:
Ariès, P. (1987). El niño y la vida familiar en el antiguo régimen. Madrid, ES: Taurus.
Calarco, J. (2006). La representación social de la Infancia y el niño como construcción. Recuperado de http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL001729.pdf
Caruso, M., Dussel, I. (2003). La invención del aula. Una genealogía de las formas de enseñar. Buenos Aires, Santillana.
Castro Orellana, R. (2005). Foucault y el saber educativo. (Segunda parte: la invención de la infancia). Revista ElectrónicaDiálogos Educativos, 5(09), 20-28. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/1317909.pdf
Gómez, S. (2019). Pedagogía. Planteos epistemológicos y perspectivas educativas. Córdoba, AR: Brujas
Varela, J. y Álvarez Uría, F. (1991). La arqueología escolar. Madrid, ES: La Piqueta

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