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Los telégrafos eléctricos Muchos fueron quienes, apenas se conoció cómo operar con la electricidad, pensaron en aprovechar las propiedades de transmisión instantánea de la corriente por un conductor, para enviar mensajes. El problema era que, a finales del siglo XVIII, no había ningún dispositivo, que, con la corriente eléctrica realizara alguna acción. Pero algunos efectos físicos se conocían, entonces, se aprovecharon estas propiedades, para los primeros experimentos, que se relatan en los recuadros. Luego fue Samuel Morse quien finalmente, basándose en el recién inventado electroimán, ideó un sistema que pudiese activar uno a distancia, haciendo que imprima series de puntos y rayas en una cinta de papel. A partir de allí el avance tecnológico en las telecomunicaciones (comunicaciones a distancia), fue avanzando a pasos agigantados. Primer experimento útil: el telégrafo electrolítico de Sommering La historia cuenta que el rey de Baviera (Alemania), impresionado por el nuevo sistema de comunicación de Napoleón (el telégrafo de Chappe), consultó al médico y sabio alemán Samuel von Sommering sobre el modo de perfeccionarlo, ya que se había interesado en la electricidad galvánica. Empezó a trabajar inmediatamente en un telégrafo eléctrico. En este terreno ya se habían realizado algunos experimentos. A Sommering se le ocurrió utilizar para este fin la electrólisis, es decir la descomposición del agua en hidrógeno y oxígeno mediante el paso de una corriente eléctrica. Su transmisor de señales trabajaba con dos docenas de varillas metálicas, una para cada letra del alfabeto. Al activarse un contacto se cerraba el circuito y en el receptor -un recipiente de vidrio con agua acidulada- ascendía una columna de burbujas desde la varilla correspondiente. Naturalmente que Sommering necesitaba dos docenas de alambres que unieran el transmisor con el receptor, un sistema complicado, pero de correcto funcionamiento. Los telégrafos de Oersted y de Gauss En 1819, en Copenhague, Hans Oersted había descubierto que la corriente eléctrica provoca la desviación de la aguja magnética de una brújula, y esto abrió un nuevo campo en las investigaciones que se realizaban sobre el telégrafo eléctrico. El matemático Carl F. Gauss tuvo ocasión de ver en Munich el telégrafo de Sommering y decidió también ocuparse del perfeccionamiento de este invento. Deseaba, ante todo, disponer de un método rápido de transmisión de noticias desde su observatorio al laboratorio de física de la Universidad de Gottingen donde trabajaba. Construyó en 1833, una línea telegráfica que unía ambos edificios y que tenía una longitud total de algo más de tres kilómetros. El sistema funcionaba de la siguiente manera: las señales emitidas por el transmisor desviaban una varilla de hierro (en lugar de la aguja magnética) al llegar al receptor. Estas desviaciones muy débiles se hacían visibles mediante un lente y un espejo. Los dos Investigadores habían ideado una clave según la desviación de la varilla, que representaban las letras del alfabeto. Si bien sólo utilizaban esta instalación para el intercambio de comunicaciones científicas, fue éste el primer telégrafo eléctrico con el cual se transmitieron señales sobre una apreciable distancia por medio de dos alambres. Gauss tenía conciencia de las grandes posibilidades que tenía el telégrafo eléctrico, pero no se ocupó de su perfeccionamiento ni de su realización práctica. Tampoco divulgó su invento. Unos años después, uno de sus antiguos alumnos Gauss, reemplazó la varilla de hierro por dos agujas magnéticas e hizo mover con ellas dos plumas de escribir que tenían pequeños depósitos de tinta: las plumas marcaban puntos sobre una cinta de papel móvil. Telégrafo de dos agujas Telégrafo de una aguja que señala cada una de las letras del alfabeto El telégrafo de Samuel Morse En 1835, el estadounidense Samuel Morse fabricó el telégrafo eléctrico por el que recibió la patente en 1848. Ese fue el sistema con el código que llegó a universalizarse. La idea era sencilla: el aparato constaba de un pulsador que abría y cerraba un circuito eléctrico de forma intermitente. Al cerrar el circuito, se activaba un electroimán en el receptor atrayendo a una pieza móvil contra una cinta de papel y dejaba una línea grabada en ella. La distancia máxima a la que se podía transmitir información venía dada por la longitud del cable que unía al emisor con el receptor. Morse inventó además un código para transmitir información por medio de otro de sus inventos, el código Morse, que utiliza puntos y rayas para representar las letras y los números del lenguaje escrito. Las rayas corresponden a la recepción de una señal eléctrica de larga duración, y el punto, a una de corta duración. La combinación de puntos y rayas, o lo que es lo mismo, de señales eléctricas cortas y largas, permite transmitir cualquier tipo de mensaje escrito. El mensaje transmitido recibe el nombre de telegrama. El invento de Morse tuvo un gran éxito, pues permitía las comunicaciones a distancia de forma rápida y eficaz. La primera línea telegráfica se estableció en EE.UU. entre Baltimore y Washington. El uso del telégrafo se extendió rápidamente al resto del mundo, y a mediados del siglo XIX se instaló la primera línea telegráfica submarina en el Atlántico. CABLES DE COBRE Cuando se realizaban las primeras experimentaciones con el telégrafo, con unas baterías muy primitivas y cables de alambre de hierro, el alcance de la señal era de pocos kilómetros, porque la corriente se iba perdiendo. Entonces, para llegar a un pueblo más distante, había un problema a resolver, hasta que a Morse se le ocurrió la idea de instalar “relevos”, es decir repetidoras de la señal, cada tantos kilómetros. Estos debían ser accesibles para poder llegar y reemplazar las baterías o hacer mantenimiento. Por ello, en sus comienzos, la línea telegráfica acompañaba las vías del recorrido y la estación de relevo estaba situada en la misma estación del tren, para poder cambiar la batería fácilmente. Si pensamos brevemente, la función de “estación repetidora”, donde las señales se reconstruyen y se vuelven a enviar para tener mucho más alcance, es decir, la operación de renovar la señal, permanece vigente, con tecnologías muy distintas, hasta el día de hoy. Repetidora o relé: Es un dispositivo eléctrico que al activar el electroimán mediante el pulsador en la zona hasta donde llega mi circuito. Ese imán activa una pila local, que vuelve a activar el siguiente circuito hasta la distancia límite siguiente, para que no se pierda el pulso eléctrico, es decir que el mismo se retrasmita, renueve la señal y por lo tanto no se pierda el mensaje.
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