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INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE Y TÉCNICA N°15 Profesorado de enseñanza secundaria en Historia Segundo año – Ciclo 2021 HISTORIA AMERICANA Y ARGENTINA I TRABAJO PRÁCTICO N°4 TEMAS: La revolución de independencia en el Río de la Plata OBJETIVOS: Analizar el desarrollo del proceso de la independenciaen el Río de la Platay algunas de sus circunstancias específicas. Textos a utilizar: Goldman, Noemí (dir). Revolución, república, confederación: 1806 – 1852. 2ª ed. Buenos Aires: Sudamericana, 2005. 448 pp. (Nueva historia argentina; 3). Cap. I, III y V. Azcuy Ameghino, Eduardo: Historia de Artigas y la independencia argentina. 1° ed. Buenos Aires: Ediciones CICCUS, 2015. 416 pp. Cap. I y V. Pautas a seguir: • La fecha de entrega límite orientativa es el lunes20 de septiembre. Se puede entregar antes. • Esta actividad es grupal. Los grupos pueden ser de hasta 4 personas. Indicar al comienzo del trabajo y claramente quiénes componen el grupo. Cada unode los integrantes debe subir el trabajo ala plataforma.Si por algún motivo no pudieranhacerlo, enviarlo por mail a danieljosemurillo@gmail.com . Si por alguna razón, alguien no pudiera formar parte de un grupo, se aceptará la entrega individual. • Sean lo más concisos y claros que puedan. • Si se utilizan fragmentos literales de texto, tener en cuenta que deben reunirse de manera coherente, de modo que se entienda claramente lo que se quiere decir, y citarlos correctamente. • El trabajo, en total, no debería extenderse más de10 páginas. Utilizar este mismo formato e interlineado (fuente Times New Roman, cursiva, tamaño 14, interlineado sencillo). Consignas • Con el texto de Goldman, realizar un mapa conceptual de cada uno de los capítulos. • En el Capítulo I del texto de Azcuy Ameghino, analizar y caracterizar las corrientes dentro de la Revolución de Mayo. • Con el capítulo V del texto de Azcuy Ameghino, desarrollar resumidamente las posturas de los revolucionarios de Mayo y de Artigas en torno a la cuestión de la tierra en el Río de la Plata. mailto:danieljosemurillo@gmail.com • En el Capítulo I del texto de Azcuy Ameghino, analizar y caracterizar las corrientes dentro de la Revolución de Mayo. Ameghino plantea que el contenido revolucionario de los hechos y las acciones llevadas adelante por los patriotas; y enfatizar que en el marco de la unidad antiespañola se desplegó una corriente política (hete-rogénea y relativamente inorgánica) que no se contentó con re-emplazar a España en la cúspide del sistema colonial, sino que procuró acompañar la guerra de liberación con reformas profun-das en la vieja convivencia económica, social y política. Esta corriente, que llamamos democrática por sus posturas críticas frente al continuismo de diversas manifestaciones del an-tiguo régimen, estuvo encabezada por Moreno y Castelli y orientó la política de la Junta hasta fines de 1810, cuando fue derrotada políticamente (mediante la frustración del congreso que se había convocado) por la elite terrateniente mercantil de Buenos Aires, temerosa de las consecuencias que podía aparejar una “tentativa prematura” de declaración de la independencia. Sin embargo, poco tiempo después, en otro sitio y bajo otras formas, la perspectiva democrática volvió a manifestarse en la política llevada adelante por José Artigas, que en las llamadas Ins-trucciones del Año XIII retomó lo esencial del programa que ha-bían llevado adelante los dirigentes más radicales y decididos surgidos del pronunciamiento de Mayo. De este modo, en el contexto de las experiencias morenista y artiguista de la revolución, los dirigentes rioplatenses más avan-zados produjeron importantes formulaciones críticas y reformis-tas de pilares fundamentales del viejo orden virreinal. En esta dirección, y con participaciones desiguales, los inte-grantes de la corriente democrática de Mayo aunaron la lucha por la libertad de comercio con la defensa proteccionismo de las artesanías locales; propusieron, y en el caso de Artigas realiza-ron, importantes medidas de redistribución de tierras y entrega de lotes a diversas categorías de campesinos labradores y pastores; y sostuvieron la necesidad de un sistema de unidad de tipo fede-ral entre todos los pueblos y provincias que confluían en la lucha contra la metrópoli, propuesta que alcanzaría su máxima expre-sión con la Liga de los Pueblos Libres impulsada por los patriotas orientales. Pero, por sobre todo, sostuvieron con fiereza los objetivos an-ticoloniales del movimiento; el papel de la guerra como único medio de conseguirlos; y la necesidad de la participación de los sectores populares de la época en la empresa libertadora, ofre-ciendo para ello un lugar a algunas de sus reivindicaciones esen-ciales en el programa general de la revolución. • Con el capítulo V del texto de Azcuy Ameghino, desarrollar resumidamente las posturas de los revolucionarios de Mayo y de Artigas en torno a la cuestión de la tierra en el Río de la Plata. I. Revolucionarios de mayo Una vez Producida la Revolución de Mayo e iniciada la guerra por la independencia, la cuestión del arreglo de los campos fue enfocada con criterios encontrados en cuanto a los modos y políticas que se propusieron para su tratamiento. Estas diferencias fueron en parte de las contradicciones que definieron las dos posiciones básicas sobre el futuro que se estaba por construir; restringiendo el arcaico régimen económico-social que dejaba como herencia el dominio colonial, o conservarlo y consolidarlo. Fuero altas la críticas que se realizaron entonces al sistema de propiedad y al monopolio territorial ganadero que fueron engendrados los tiempos de la administración colonial. Manuel Belgrano, preocupado porque las propiedades no recaigan en pocas manos, plateo que era necesario prevenir los inconvenientes de la falta de propiedad en las nuevas poblaciones que se promovieren, y de que tanto carecemos, así tendremos que las propiedades serán más repartidas y que nuestros labradores saldrán del estado infeliz en que yacen (debido) a la falta de propiedad de los terrenos que ocupan, no dudó en remontarse a la misma fundación de Buenos Aires y a los remates y composiciones posteriores, a esto Hipólito Vieytes compartió la idea de que la población y la economía rural no adelantaban debido a la falta de propiedad que tienen los labradores de la tierra que cultivan , y para remediar esta situación no dudó en proponer: “Déseles en propiedad aquella pequeña porción de tierra que se estime necesaria no solo para su precisa subsistencia, sino también para que puedan de algún modo adelantar su fortuna por medio de su constante aplicación sea esa propiedad sagrada, y esté a cubierto de las interesadas miras del ambicioso que quiera echarse encima de estos preciosos patrimonios”. Otra muestra de la inquietud por reformar el régimen de la propiedad territorial fue dada por Castelli en el Alto Perú, cuando ordenó “que siendo los indios iguales a todas las demás clases en presencia de 1.a ley, deberán los gobernadores intendentes reformar los abusos introducidos en perjuicio de los indios, aunque sean con el título de culto divino, promoviendo su beneficio en todos los ramos y con particularidad sobre el reparto de tierras”. Es lógico pensar que a Castelli lo que le enajenó las simpatías de las aristocracias alto peruanas fue el contenido social de las medidas que impulsó dirigidas a lograr la participación y el protagonismo de los pueblos originarios, También otros miembros de la Primera junta, y en especial Mariano Moreno, manifestaron su preocupación por el estado económico y social de la campaña bonaerense, propiciando la expedición de relevamiento de fronteras comandada por el coronel Pedro A. García, con la perspectiva de «formar una patria a hombres que no latienen». También fue Moreno el autor de una de las formulaciones que, al menos doctrinariamente, apuntó más decididamente a favorecer la creación de una capa de propietarios campesinos libres, según se desprende de la parte séptima del artículo noveno del Plan de Operaciones. Son pocos los ejemplos, pero bastan para probar la existencia de una tendencia democrática y anti latifundista que se agrupó en torno al sector morenista de 1.a junta hasta fines de 1810, una nueva situación originada por el desconocimiento de las autoridades me tropolitanas se caracterizó porque los pueblos, especialmente en el ámbito rural, se encontraron más o menos repentinamente sin rey y sin jefes, lo que ha llevado a señalar que «la repercusión producida en las campañas por la Revolución de Mayo fue intensa, La parcial descomposición de las relaciones sociales fue bien advertida por algunos testigos calificados de la década iniciada en 1810, como Juan Manuel de Rosas. Desde esta perspectiva, el desorden generado por la revolución y la guerra no constituyo algo necesariamente negativo, la contrario en el se encontraban los elementos dispersos los elementos d un nuevo orden. Restaurar el pasado o intentar transformarlo resulto entonces la disyuntiva insoslayable. Sin perjuicio de que el epicentro de la crisis colonial y el comienzo de la lucha independentista, se focalizara en Buenos Aíres, fue sin embargo en la Banda Oriental donde la crisis en la economía y la sociedad alcanzó el máximo registro; del mismo modo el artiguismo se constituyó en una de las propuestas revolucionarias más radicales entre cuantas se formularon en Sudamérica II. . Artigas El pronunciamiento anticolonial de la Banda Oriental tenia como líder absoluto de la defensa a Artigas, que ejerció su apoyo a los sectores menos pudientes de la época. Se puede comprender que en este proceso el jefe oriental fue radicalizando sus posiciones, tendiendo poco a poco a apoyarse cada vez más en el campesinado de paisanos pobres, incluidos gauchos, indios y negros, que para sus reivindicaciones dentro del programa artiguista, que siguió expresando centralmente los intereses de los hacendado que se mantenían enemigos de España y Portugal, tanto como de la absorción y hegemonía bonaerense. Luego de haberlos representado - no sin conflictos - desde Asencio hasta Guayabos, entre 1815 y 1817 se desarrolló un proceso de creciente distanciamiento entre Artigas y la elite social de la dirigencia oriental, que acabó con su divorcio definitivo cuando esta buscó salvar sus posiciones y privilegios a la sombra del Directorio primero, y del barón de la Laguna después. Un largo y complejo itinerario social y político había tornado evidente para Artigas que para el paisano dejara de robar y destrozar no había que matarlo, ni perseguirlo, ni clavarlo en el cepo. Eso valía tanto como crucificar la revolución, porque ellos eran la revolución, habría que darle posibilidades, tierras para que ellos puedan trabajar y sentoirse parte de la patria . Este acaso al menos es el componente central en la construcción del poder artiguista, la cual desde esa perspectiva también reforzaba la inviabilidad de una solución predominantemente represiva. decir trasladar la crítica del terreno de las palabras al de los hechos, fue, precisamente, la Revolución de Mayo, a partir de la cual se instaló un nuevo escenario en el que resultaría factible gestar transformaciones del orden económico-social imposibles de realizarse en el marco del dominio colonial español. En ese tiempo, lugar y circunstancias, Azara redactó su Memoria sobre el estado rural del Río de la Plata. Seguramente habrán pasado y vivido largas noches de asado, mate y fogón, donde habrán contrastado Artigas y Azara sus puntos de vistas y sus dudas con ese interlocutor insustituible por sus conocimientos de la geografía y la sociedad oriental que ya era Artiguista por entonces .Es También, aisladamente Artigas quien tuvo a su cargo la ejecución de donaciones de tierras al norte del río Negro entre los años 1807 y 1809. En resumen, resulta evidente que no era Artigas un improvisado cuando en 1815 intentó reconstruir sobrepases más justas en la economía agraria de su provincia. Efectivamente, para Artigas el derecho de propiedad aparecía vinculado a la justicia revolucionaria, como él mismo se encargaría de señalarlo en una nota a Antonio Pereyra: «Alguna diferencia debe ponerse entre los servidores de la patria y los que no han hecho más que multiplicar nuestros trabajos. Si de este modo quedan impunes los delitos, se continuará la osadía de refinarse la obstinación de los enemigos. Cuando no la paguen sus personas, la sufrirán sus intereses y ellos servirán de castigo a sus crímenes». Recapitulando sintéticamente los antecedentes inmediatamente previos al dictado de las nuevas normas agrarias, cabe mencionar que el 4 de agosto de 1815 Artigas produjo un importante anticipo de la futura aplicación del Reglamento, al indicarle al cabildo que «sería conveniente antes de formar el plan y arreglo de la campaña, que V.S. publicase un bando y lo transcribiese a todos los pueblos de la provincia, relativo a que los El reparto de los terrenos es un asunto por naturaleza escabroso, delicado y vasto. Por cuanto me tiene conferido por Reglamento provisorio el Sr. general don José Artigas, y las amplias facultades de distribuir y donar suertes de estancia a los que poco o mucho han contribuido a la defensa de esta provincia del poder de los tiranos que la invadían; y siendo repartibles estas de las que poseían los que emigraron de esta Banda, malos europeos y peores americanos, y que hasta la fecha no se hallan indultados por el señor jefe para poseer sus antiguas propiedades. Por tanto, y a fin de cumplir exactamente con lo que se me ordena, dando gusto a los habitantes de esta campaña en las disposiciones que trato de tomar sobre este particular, llamo a todo aquel emérito americano, por infeliz que sea, negros libres, zambos de esta clase e indios y criollos pobres, y las viudas que tuvieren hijos, para que concurran dentro del término de 30 días, contados desde la publicación de este edicto, a tomar suertes de estancia con el número de ganados que se pueda recolectar, compuesta cada una de legua y media de frente y dos de fondo; ocurriendo al efecto donde existiera el terreno, bien sea ante mí o de los subtenientes de provincia. El contenido de la propuesta artiguista, que en varios aspectos se iba poniendo en ejecución antes de la promulgación formal del Reglamento provisorio, al colocar su centro en el reparto de tierras - y al fijar obligaciones a los hacendados - resultó en buena medida ajeno al espíritu predominante ven la elite latifundista oriental, que había hecho de las estancias de alzados y de las vaquerías en los realengos la forma principal de obtención de cueros para la exportación. La respuesta de Artigas - el 18 de agosto - refleja con claridad dos de sus convicciones básicas de entonces: la necesidad de mantener la unidad con los terratenientes y mercaderes orientales que formalmente se acomodaban a su dirección, 120 y la urgencia de avanzar con independencia de criterios y decisiones ejecutivas en la solución del marasmo agrario: Pasé la orden comandante de vanguardia para que pusiese el orden posible en la campaña y propendiese al fomento de las estancias Historia americana y argentina I TRABAJO PRÁCTICO N 4
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