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Homeostasis e Compartimentos Líquidos do Organismo

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CONCEPTO DE HOMEOSTASIS. EQUILIBRIO HIDROELECTROLÍTICO. 
COMPARTIMIENTOS LÍQUIDOS DEL ORGANISMO. AGUA CORPORAL: 
GANANCIA Y PÉRDIDA, REGULACIÓN; SOLUTOS; DESPLAZAMIENTO 
ENTRE COMPARTIMIENTOS DE LÍQUIDOS. 
 
HOMEOSTASIS 
 
El fisiólogo francés Claude Bernard, en 1850 postuló que los organismos multicelulares 
prosperan porque viven en un medio interno que se mantiene en condiciones relativamente 
uniformes, a pesar de los cambios en el ambiente exterior. 
Alrededor de 1930, el fisiólogo norteamericano Walter Cannon usó la palabra homeostasis 
(del griego homo, igual; stasis, detención) para designar a: 
 
“El estado de equilibrio en que se mantiene el ambiente corporal interno y que se debe a la 
incesante interacción entre todos los procesos reguladores del cuerpo.” 
 
Constituye una condición dinámica, que responde a circunstancias cambiantes; el punto de 
equilibrio corporal puede modificarse dentro de límites estrechos compatibles con el mantenimiento 
de la vida. Por ejemplo, la concentración de la glucosa en la sangre normalmente nunca desciende 
por debajo de los 70 mg de glucosa por 100 ml de sangre, ni se eleva por arriba de los 
110mg/100ml. Cada estructura del cuerpo, desde el nivel celular hasta el sistémico, contribuye de 
algún modo a conservar el ambiente interno dentro de los límites normales. 
Para conservar la homeostasis deben producirse numerosos procesos complejos, 
denominados mecanismos homeostáticos, que se desencadenan en respuesta a un cambio inicial del 
ambiente interno. Esas respuestas se denominan respuestas adaptativas. Permiten al cuerpo 
adaptarse a los cambios de su ambiente de manera que tiendan a conservar la homeostasia y a 
fomentar la supervivencia saludable. Adaptación sin buen éxito significa enfermedad o muerte. 
 
 
 
Agua corporal total 
 
El contenido líquido o acuoso del organismo humano es del 40-60% de su peso total. Sin 
embargo, los valores normales del volumen líquido varían considerablemente, sobre todo en 
relación con el contenido en grasa del organismo. Los obesos tienen un menor contenido de agua 
por kilogramo de peso que los delgados. Las mujeres tienen una cantidad de agua relativamente 
inferior que los hombres, ya que el cuerpo femenino tiene una mayor proporción de grasa. 
El volumen líquido total y la distribución del mismo también varían con la edad. En los 
niños, el agua corporal total constituye alrededor del 75% del peso corporal. Este porcentaje 
desciende rápidamente durante los primeros diez años de vida. A medida que el individuo envejece, 
la cantidad de agua corporal continúa descendiendo, de forma que el líquido en los ancianos 
constituye un pequeño tanto por ciento del peso corporal. En los adultos jóvenes, el porcentaje de 
agua representa el 57% del peso corporal en los hombres y el 47% en las mujeres. 
 
 
Distribución porcentual de los diferentes compartimientos líquidos corporales. 
 
 
 
Compartimientos líquidos del organismo 
 
Un aspecto importante de la homeostasis consiste en el mantenimiento del volumen de la 
composición de los líquidos corporales, 
Líquidos corporales: son soluciones acuosas que se encuentran en el interior o alrededor de 
las células. 
Líquidos corporales son el agua y los solutos disueltos en cada uno de los compartimientos 
corporales de fluidos. El principal componente es el agua. 
En adultos delgados, el líquido corporal constituye alrededor del 55% y 60% de la masa 
corporal total en mujeres y varones, respectivamente. 
El líquido que está en el interior de las células se denomina liquido intracelular (LIC), y el 
exterior se llama líquido extracelular (LEC). 
Todas las sustancias necesarias para el mantenimiento de la vida, como el O, nutrientes, 
proteínas y una variedad de partículas químicas con carga eléctrica que se denominan iones, están 
disueltas en estos fluidos. 
El LEC está formado por líquido intersticial que baña las células; y el que está dentro de 
los vasos sanguíneos, llamado plasma. 
Los 2/3 del líquido del cuerpo está dentro de las células (LIC). El restante 1/3 es el LEC. 
Cerca del 80% del LEC es intersticial, y ocupa los espacios microscópicos entre las células de los 
tejidos, y el 20% es plasma, o sea la porción líquida de la sangre. 
El LEC también incluye la linfa en los vasos linfáticos; LCR en el SN; gastrointestinal en el 
aparato digestivo; sinovial en las articulaciones; humor acuoso y cuerpo vítreo en el ojo; endolinfa y 
perilinfa en los oídos; líquidos pleurales, pericárdico y peritoneal entre las membranas serosas, y 
filtrado glomerular en los riñones. 
La membrana plasmática de cada célula separa su LIC del intersticial, en tanto que las 
paredes de los vasos sanguíneos lo separan del plasma. Sólo en los capilares, las paredes son lo 
suficientemente delgadas y permeables para que sea posible el intercambio de agua y solutos entre 
el plasma y el líquido intersticial. 
El LEC constituye el ambiente interno del organismo y su utilidad reside en proporcionar a 
las células un ambiente relativamente constante y en trasportar sustancias hasta y desde ellas. El 
LIC, el ser un buen solvente, facilita las reacciones químicas necesarias para la vida. 
 
 
 
Cuadro de los volúmenes de los compartimientos líquidos del organismo (porcentaje del peso 
corporal) 
 
Compartimiento Niños Hombres adultos Mujeres adultas 
Plasma 4 4 4 LEC 
Líquido 
intersticial 
26 15 10 
LIC 45 38 33 
Total 75 % 57 % 47 % 
 
Equilibrio hídrico 
 
Es sinónimo de homeostasia de los líquidos. Afirmar que el cuerpo está en estado de 
equilibrio hídrico, equivale a decir que el volumen global de agua del cuerpo es normal y 
permanece relativamente constante. Pero equilibrio hídrico significa algo más: es la constancia 
relativa de la distribución de agua en los tres compartimientos del cuerpo En consecuencia, 
desequilibrio hídrico significa aumento o disminución en relación con los límites normales del 
volumen global de agua en el cuerpo y de la cantidad en uno o más de los compartimientos líquidos. 
El cuerpo se mantiene en equilibrio hídrico o de líquidos; esto significa que tiene las 
cantidades requeridas de agua y solutos y que estas se hallan en proporción correcta en los diversos 
compartimientos. Hay un continuo intercambio de agua y solutos entre los compartimientos de 
líquidos, el cual se realiza por filtración, reabsorción, difusión y ósmosis; sin embargo, el 
volumen del líquido en cada compartimiento permanece bastante estable (equilibrio dinámico). 
La mayoría de los solutos que se encuentran en los líquidos corporales son electrolitos, o 
sea, compuestos inorgánicos que se disocian en iones. 
Electrolito es un compuesto iónico (es decir aquello que están unidos por enlace iónico en 
el que un elemento pierde electrones y otro los recibe) que se disocia en iones positivos y negativos 
al disolverse en agua; se los llama electrolitos porque sus soluciones conducen la corriente eléctrica. 
 
La medicina actual le da gran importancia al equilibrio hídrico y de electrolitos, ya que en la 
actualidad muchos pacientes hospitalizados reciben alguna clase de tratamiento con líquidos y 
electrolitos. 
 
 
 
 
Equilibrio hidroelectrolítico 
 
La expresión equilibrio hidroelectrolítico implica la homeostasis o constancia de los 
líquidos corporales y de los niveles de electrolitos. Quiere decir que tanto la cantidad como la 
distribución de los líquidos corporales y de los electrolitos son normales y se mantienen constantes. 
Para que se mantenga la homeostasia, el aporte de agua y electrolitos al organismo debe 
estar equilibrado con la salida de los mismos. Si entran en el organismo más agua y electrolitos de 
los requeridos, deben ser eliminados de forma selectiva, y si hubiese una pérdida excesiva, deberían 
reponerse rápidamente. El volumen de líquidos y los niveles electrolíticos de las células, espacio 
intersticiales y vasos sanguíneos permanecen relativamente constantes si existe homeostasis. 
Por lo tanto, eldesequilibrio hidroelectrolítico significa que el volumen total de agua o el 
nivel de electrolitos del organismo o las cantidades que existen en uno o más de sus 
compartimientos líquidos han aumentado o disminuido por encima de los límites normales. 
Se conocen como electrolitos a los compuestos que permiten la rotura o disociación de su 
molécula en partículas separadas denominadas iones y que tienen carga eléctrica. Por ejemplo. El 
NaCl se disocia en Na+ y Cl-, el tipo de unión se denomina iónica. La glucosa, que es una sustancia 
orgánica, tiene otro tipo de enlace que impide que el compuesto se rompa o se disocie en una 
solución. Estos compuestos se conocen como no electrolitos y su unión es de tipo covalente. 
Muchos electrolitos y sus iones disociados tienen gran importancia en el equilibrio hídrico. 
Este último y el electrolito son tan dependientes entre sí que si uno se desvía de los normal, también 
lo hace el otro. Así pues, el hecho de explicar uno de ellos significa comentar también el otro. 
 
 
 
 
 
 
Vías corporales para ganancia y pérdida de agua. 
 
El agua es el mayor componente del organismo, pues constituye el 45 a 75% del total de 
masa corporal, según la edad y sexo de la persona. Los lactantes tienen el más alto porcentaje de 
agua (hasta el 75% de la masa corporal); el porcentaje disminuye al avanzar la edad hasta alrededor 
de los dos años. A partir de esta etapa y hasta la pubertad, tanto en los adolescentes como en las 
jovencitas al agua constituye alrededor del 60%. El tejido adiposo casi no tiene agua, de modo que 
las personas obesas poseen menos proporción de este líquido que las delgadas. En varones adultos 
delgados, el agua comprende el 60% de la masa corporal. En promedio, hasta las mujeres delgadas 
tienen más grasa subcutánea que los varones, por lo que su contenido total del agua en el cuerpo es 
menor pues representa alrededor del 55%. 
El cuerpo puede obtener agua por dos medios: ingestión y síntesis metabólica. Las 
principales fuentes hídricas del cuerpo son los líquidos ingeridos (1600ml) y las comidas con alto 
contenido de humedad (700ml), de las cuales extrae agua el aparato gastrointestinal en una cantidad 
aproximada de 2300ml por día. La otra fuente es la del agua metabólica (alrededor de 200ml/día) 
que se producen en el cuerpo principalmente cuando el oxígeno capta electrones durante la 
respiración celular aeróbica, y un poco menos, durante las reacciones sintéticas de deshidratación. 
La ganancia total de agua al día es de aproximadamente 2500ml. 
Normalmente se pierde agua y gana agua en igual proporción, de modo que el volumen de 
líquido corporal permanece constante. La eliminación de líquido se realiza por cuatro vías. Los 
riñones excretan diariamente alrededor de 1500ml en la orina; la piel evapora unos 600ml (400ml 
por transpiración insensible y 200ml en sudor); los pulmones exhalan alrededor de 300ml como 
vapor de agua; y el aparato gastrointestinal excreta más o menos 100ml en las heces. Con el flujo 
menstrual, las mujeres en edad reproductora tienen una vía adicional de pérdida de agua. En 
promedio, el cuerpo elimina unos 2500ml al día. La cantidad de agua que se excreta por una vía 
determinada puede variar mucho con el tiempo. Por ejemplo, durante el ejercicio muy intenso el 
agua puede literalmente escurrir por la piel en forma de sudor; en otras circunstancias, hay pérdida 
de líquido por diarrea durante las infecciones gastrointestinales. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Volúmenes comparativos de los tres líquidos corporales en un varón adulto joven promedio. 
 
 VOLUMEN 
 DE AGUA (ML) GANANCIA DE AGUA PÉRDIDA DE AGUA 
 
 
Agua metabólica 
(200 ml) 
 
 
 
Alimentos ingeridos 
(700 ml) 
2500 
 
 
 
 
 
 
2000 
 
 
 
 
 
 
1500 
 
 
 
 
 
1000 
 
 
 
 
 
 
500 
 
 
 
 
 
 
0 
 
Respiración 
 (300 ml) 
 
 
 
Piel (600 ml) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Riñones (1500 ml) 
Heces (100 ml) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Líquidos ingeridos 
(1600 ml) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Algunos principios generales sobre el equilibrio hidroelectrolítico 
 
El principio fundamental sobre el equilibrio hidroelectrolítico es el siguiente: sólo puede 
mantenerse si la ingesta es igual a la pérdida. Como es lógico, si se elimina una mayor o menor 
cantidad de agua de la que entra, se producirá un desequilibrio. Si se produce esta situación, el 
volumen líquido total se incrementará o disminuirá, pero no permanecerá constante. 
Los mecanismos cruciales para el mantenimiento del equilibrio hídrico, están formados por 
los dispositivos que pueden modificar la eliminación de líquido para que esta se ajuste a la ingesta, 
aunque también actúan los mecanismos que ajustan la ingesta a la eliminación. 
 
 
 
Regulación de las pérdidas de agua y solutos. 
 
Son dos factores los que, en conjunto, determinan el volumen urinario: la tasa de filtración 
glomerular y la tasa de reabsorción de agua por los túbulos renales. La tasa de filtración glomerular, 
excepto en condiciones anómalas, permanece constante, de modo que el volumen urinario no suele 
fluctuar. La tasa de reabsorción de agua, por el contrario, varía considerablemente. Debido a ello, la 
tasa de reabsorción tubular ajusta el volumen urinario a la ingesta de líquido en mayor medida que 
la tasa de filtración glomerular. 
La cantidad de hormona antidiurética (ADH) y de aldosterona que se secretan regulan la 
cantidad de agua que es reabsorbida por los túbulos renales. O sea que el volumen urinario se regula 
sobre todo por las hormonas secretadas por el lóbulo posterior de la hipófisis (ADH) y por la 
corteza suprarrenal (aldosterona). La secreción de aldosterona está regulada a su vez por el sistema 
renina-angiotensina. 
Aunque los cambios en el volumen de líquido eliminado a través de la piel, los pulmones y 
el intestino también afectan la proporción ingesta-eliminación de líquido, estos volúmenes no se 
ajustan automáticamente a la ingesta líquida, como sucede con el volumen urinario. 
Las pérdidas de agua y solutos a través de la sudación y exhalación aumentan durante el 
ejercicio; sin embargo, los excesos de agua y solutos corporales se eliminan principalmente por la 
orina. 
Bajo ciertas circunstancias, algunos otros factores, influyen en la pérdida urinaria de agua. 
Cualquier gran disminución en el volumen de la sangre se detecta en los barorreceptores (receptores 
de la presión) de la aurícula izquierda y de vasos sanguíneos, lo que también estimula la liberación 
de hormona antiduirética. En casos de deshidratación intensa, la velocidad de filtración glomerular 
disminuye a causa de la caída en la presión arterial, con lo que se reducen las pérdidas de líquidos 
en la orina. Al contrario, con el consumo de demasiada agua aumenta la presión arterial, se eleva la 
velocidad de filtración glomerular y las pérdidas hídricas en la orina son mayores. Con la 
hiperventilación aumentan las pérdidas de líquido mediante la exhalación de más vapor de agua. 
También el vómito y la diarrea ocasionan pérdidas de agua del conducto gastrointestinal. Por 
último, con la fiebre, el sudor intenso y la destrucción de extensas áreas de piel por quemaduras se 
produce eliminación excesiva de agua a través de la piel. 
 
 
Factores que alteran la pérdida de líquidos en condiciones anormales 
 
La frecuencia respiratoria y la cantidad de sudor pueden afectar en gran medida la 
eliminación de líquidos si existen determinadas situaciones anómalas. Por ejemplo, un paciente que 
está hiperventilando durante mucho tiempo pierde gran cantidad de agua a través del aire que 
espira. Si, como sucede con frecuencia, el paciente ingiere además poca agua por vía oral, la 
eliminación de líquido excede la ingesta y se produce un desequilibrio líquido denominado 
deshidratación (es decir, un descenso en la cantidad de agua corporal total). En otras situaciones 
anormales, también se produce una excesiva eliminación de líquidos y electrolitos,que excede a la 
ingesta, con lo que se llega al desequilibrio hidroelectrolítico. 
 
 
Regulación de la ingesta o ganancia de líquidos 
 
Los fisiólogos no coinciden sobre los detalles del mecanismo que controla la ingesta de 
líquidos y que hace que esta aumente cuando aumenta la eliminación y disminuye cuando lo hace 
esta última. 
La ganancia de agua se regula principalmente mediante ajustes del volumen de agua 
ingerida. El hipotálamo tiene un área conocida como centro de la sed, que regula la necesidad de 
beber. 
Cuando la pérdida de agua es mayor que la ganancia, la deshidratación (una disminución del 
volumen y un aumento en la osmolaridad de los líquidos corporales) estimula la sed. Se dice que la 
deshidratación es leve cuando la masa corporal disminuye en 2 % a causa de pérdida de líquidos. 
La reducción del volumen de sangre ocasiona que baje la presión arterial. Este cambio 
estimula a los riñones que liberan renina, lo cual promueve la formación de angiotensina II, la que 
estimula el centro de la sed en el hipotálamo. Otras señales que la provocan son las que se originan 
en las neuronas de la boca, las cuales detectan sequedad debido al menor flujo de saliva y las 
señales que generan los barorreceptores debido a la presión reducida en el corazón y vasos 
sanguíneos. Con todo esto aumenta la sensación de sed, lo que normalmente promueve mayor 
consumo de líquidos, con lo que se restaura su volumen normal. 
Hay veces que la sensación de sed no se produce con la suficiente rapidez o el acceso al 
agua está restringido, con lo cual ocurre una deshidratación importante. Este problema se observa 
con mayor frecuencia en ancianos, lactantes y quienes sufren alteraciones mentales. 
Cuando hay pérdida de líquidos por sudación intensa, diarrea o vómito, es conveniente iniciar 
el reemplazo de líquidos corporales mediante consumo de agua, aún antes de que se sienta sed. 
Si una persona no ingiere nada durante días, no es posible mantener el equilibrio hídrico, a 
pesar de todos lo esfuerzos de los mecanismos homeostáticos para compensar la ingesta nula. En 
esta situación, la única solución para mantener el equilibrio sería que la eliminación también 
disminuyese hasta cero, pero esto no es posible, debe haber necesariamente algo de eliminación. 
¿Por qué? Porque mientras que continúe la respiración, siempre se elimina algo de agua a través del 
aire espirado, al igual que, mientras que haya vida, se elimina una mínima e irreductible cantidad de 
agua a través de la piel. 
Normalmente, los LIC e intersticial tienen la misma osmolaridad, de modo que las células 
no se encogen ni se hinchan, pero una variación en su osmolaridad puede causar desequilibrio de 
líquidos entre estos compartimentos. La elevación de la osmolaridad del líquido intersticial 
ocasiona que el agua salga de las células, que se encogen ligeramente; en cambio, cuando 
disminuye, las células se hinchan. Casi siempre, las modificaciones en la osmolaridad se deben 
cambios en la concentración de Na+ . Por lo regular, su descenso en el líquido intersticial inhibe la 
secreción de hormona antidiurética. Entonces, si funcionan normalmente, los riñones excretan los 
excesos de agua en la orina, lo cual incrementa la presión osmótica de los líquidos corporales hasta 
su nivel normal. Por tanto, las células del cuerpo sólo se hinchan ligeramente y sólo por un tiempo 
breve. Pero, cuando una persona persiste en consumir agua con una rapidez mayor a la que sus 
riñones pueden excretarla (la velocidad máxima de flujo urinario es de aproximadamente 15 
ml/min) o cuando su función renal es deficiente, podrá padecer intoxicación por agua, un estado 
en el que el agua corporal excesiva ocasiona que las células se vuelvan hipotónicas y se hinchen de 
manera peligrosa. Cuando hay pérdida de agua corporal y Na+ por hemorragia, sudor excesivo, 
vómito o diarrea y se reemplaza la perdida con agua pura, los líquidos corporales se diluyen más. 
Esto puede ocasionar que la concentración de sodio plasmática, y por lo tanto, del líquido 
intersticial, disminuyan por debajo de los límites normales (hiponatremia). Al reducirse el nivel de 
este ión en el líquido interticial también desciende la osmolaridad de este, lo que ocasionará 
desplazamiento osmótico de agua hacia el líquido intracelular. 
Cuando el agua entra a las células las vuelve hipotónicas y hace que se hinchen, con lo que 
ocasiona convulsiones, coma y a veces la muerte. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Esquema en el cual se muestra cómo el desequilibrio inicial de electrolitos (déficit sódico o 
hiponatremia) origina desequilibrio hídrico (hipovolemia e hidratación celular) 
 
Determinados factores 
como diarrea, 
sudoración profusa. 
 
 
 
Pérdida de Na+
 del organismo 
 
 
 
Desciende la concentración 
de Na+ del LEC 
 (hiponatremia) 
 
 
 
 
Desciende la presión osmótica 
 del LEC. El LEC se hace 
 hipotónico con respecto al LIC. 
 
 
 
Osmosis neta desde 
el LEC hasta el LIC 
(esto es: desplazamiento del 
líquido hacia las células) 
 
 
 
 
 
Desciende el volumen del LEC; Incrementa el volumen 
desciende el volumen sanguíneo del LIC (hidratación celular) 
(hipovolemia); 
puede conducir al 
 
 
 
Shock 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Composición química, distribución y medida de los electrolitos corporales. 
 
Hemos definido al electrolito como el compuesto que, en contacto con una solución, se 
rompe o disocia en partículas cargadas denominadas iones. El cloruro de sodio (NaCl), cuando se 
disuelve en agua, da lugar a un ión sodio (Na+) con carga positiva y a un ión cloro (Cl-) con carga 
negativa. 
Si se colocan dos electrodos cargados con una débil corriente en una solución electrolítica, 
los iones se moverán o migrarán en direcciones opuestas según sus cargas. Los iones positivos 
como el Na+ son atraídos por el electrodo negativo (cátodo) y se llaman cationes; los negativos 
como el Cl-, migrarán hacia el electrodo positivo (ánodo) y se denominan aniones. Algunos aniones 
y cationes tienen una función nutritiva o reguladora en el organismo. Entre los cationes más 
importantes tenemos el sodio (Na+), el calcio (Ca++), el potasio (K+) y el magnesio (Mg++). Entre los 
aniones se destacan el cloro (Cl-), el bicarbonato (HCO3-), el fosfato (HPO4=) y numerosas 
proteínas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Líquidos extracelulares e intracelulares 
 
Si se les compara químicamente, el plasma y el líquido intersticial (los dos líquidos 
extracelulares) son casi idénticos. Por el contrario, el LIC muestra notables diferencias con respecto 
a cualquiera de los dos LEC. 
La primera diferencia entre los dos LEC es que la sangre contiene una cantidad ligeramente 
superior de electrolitos (iones) que los líquidos intersticiales. Si se comparan ambos líquidos, ión 
por ión, se notará la diferencia más importante entre el plasma sanguíneo y el líquido intersticial. 
Mirando los aniones (iones negativos) de estos dos LEC, se observa que la sangre tiene una 
cantidad apreciable de aniones proteicos. El líquido intersticial, por el contrario, apenas contiene 
aniones proteicos. Esta es la única diferencia funcionalmente importante entre la sangre y el líquido 
intersticial. Se debe a que la membrana capilar suele ser prácticamente impermeable a las proteínas. 
De ahí que casi todos los aniones proteicos permanezcan en la sangre en lugar de filtrarse hacia el 
líquido intersticial. Dado que las proteínas permanecen en la sangre, también existen otras 
diferencias esta esa y el líquido intersticial; la sangre contiene muchos más iones sodio y menos 
iones cloro que el líquido intersticial. 
Los LIC y LEC tienen químicamente más diferencias que similitudes. Las diferencias entre 
ambos son fundamentalmente químicas y se pueden observar en el gráfico. 
 
 
Concentraciones de electrolitos y aniones 
proteínicos en plasma, líquido intersticial y LIC (en 
meq/litro)
142
4 5 2
100
24
2 1
20
145
4 3 2
27
2 1 2
10
140
0.2
35
3
15
100
20
50
117
0
20
40
6080
100
120
140
160
Na+ K+ Ca++ Mg++ Cl- HCO3- HPO4= SO4= Aniones
Proteinicos
Plasma Líquido Intersticial Líquido Intracelular
 Concentraciones iónicas en los líquidos orgánicos.

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