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Cronicas-de-Un-Demente - César Ramírez

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Crónicas de un 
Demente 
 
 
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Crónicas de un Demente 
Todos los derechos reservados. Bajo las 
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rigurosamente prohibida, sin autorización 
escrita de los titulares del copyright, la 
reproducción total o parcial, de esta obra 
por cualquier medio o procedimiento, 
comprendidos la reprografía y el tratamiento 
informático, así como la distribución de 
ejemplares mediante alquiler o préstamo 
público. 
Título Original: Crónicas de un Demente 
Autor: Richard Sulbarán 
Fecha de la primera Edición: 12 de Septiembre de 2.015. 
Caracas, Venezuela 
Registro de propiedad intelectual: 1509155173205 
ISBN-13: 978-1517373603 
ISBN-10: 1517373603 
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Crónicas de un 
Demente 
Débora 
 
 
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Crónicas de un Demente 
Débora. 
Las diez de la noche, Frank manejaba a 
través de la carretera nacional, reinaba una 
oscuridad espesa, las estrellas ofrecían la 
única luz del camino, la noche hablaba a 
través de sus sonidos del silencio, el 
horizonte era infinito, no había emisora de 
radio disponible, el próximo pueblo estaba a 
doscientos kilómetros de distancia. Frank 
pensaba parar en algún espacio de la 
carretera y terminar de pasar la noche, ya 
eran más de quince horas manejando 
continuamente. 
 Recordó el motivo de su viaje y entristeció, 
sus ojos estaban a punto de soltar lágrimas 
de tristeza. Se preguntó porque llorar, ya 
era algo superado, incluso su viaje tenía el 
objetivo de liberarse de todo recuerdo, una 
nueva vida, un nuevo comienzo, ya estaba 
entrado en los cuarenta, creía tener su vida 
hecha, pero la vida interpretó otra cosa. 
 Tres años atrás, Frank estaba en su 
oficina, sus hijas, las gemelas, ya estaban 
en la universidad, las veía cuatro veces al 
año, en las fechas familiares, ya ellas 
estaban en el comienzo de su propio viaje 
5 
 
de vida, él les dio el inicio, les dio la 
facilidad para su educación y un hogar 
estable. Audrey, su esposa, veintidós años 
de matrimonio, juntos desde los estudios 
universitarios. Construyeron un hogar feliz, 
no tenía ojos ni mente para imaginarse un 
mundo sin ella, tuvo la suerte de pocos, 
conseguir a su otra mitad, en un mundo de 
más de un billón de habitantes, él la 
consiguió, su amor se mantuvo intacto 
desde que la conoció, su amor creció día a 
día, cualquier sacrificio en ese tiempo juntos 
se convirtió en un placer solo por el hecho 
de estar con a ella, y luego la llegada de las 
gemelas terminó por dar la máxima felicidad 
a esa unión. 
 —Doce de noviembre del año dos mil diez, 
una fecha marcada para siempre en mi 
mente, no sé porque fui a esa celebración, 
nunca iba, siempre de la oficina me dirigía a 
mi casa, fue un día extraño, mi socio me 
pidió que fuera por él, por primera vez en 
quince años no podía atender al cliente de 
turno, el fuerte de Harold siempre fue las 
relaciones publicas, él se encargó desde el 
inicio en mantener contento a los clientes, 
pero ese día no pudo, una llamada lo alejó 
de su rutina, su hija había tenido un 
accidente de tránsito, nada grave, pero 
estaba en el hospital en observación, llamé 
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a Audrey y le avise que llegaría tarde, que 
no me esperara para cenar, rutina que por 
primera vez rompíamos desde hace muchos 
años. 
 Serían las dos de la madrugada, dejé a los 
clientes en su hotel y seguí en dirección a 
mi casa, nunca me había sentido tan 
cansado como hoy, quería acostarme y 
abrazar a mi esposa, no recuerdo una noche 
en todos estos años que no la tuviera entre 
mis brazos, sentía que la protegía, que nada 
podía hacerle daño mientras yo estuviera. 
Aparqué el auto, bajé mi maletín, esa noche 
tenía un frío particular, sentía que rozaba 
mis huesos. Un silencio tenebroso estaba 
presente. Nunca había llegado tan tarde solo 
a mi casa. Voy a tomar mis llaves, cuando 
observo la puerta entreabierta, entro y tomo 
un bate que siempre guardaba detrás de la 
cortina de la sala, toda la casa está en 
oscuras. Veo los muebles descolocados, el 
terror recorre mi alma, subo corriendo por 
las escaleras, —Audrey, por favor 
contéstame, dime que estas bien. Llego a la 
puerta de nuestro cuarto y está abierta, me 
asomo y ahí estaba ella. 
De regreso al camino… 
7 
 
 Frank no estaba decidido, si parar o seguir 
manejando, los ojos le transmitían un 
mensaje de cansancio al cuerpo, eran 
muchas horas manejando, quería ir lo más 
lejos posible, pero la mente lo mantenía 
cerca, esa sensación no lo dejaba parar. De 
pronto ve un vehículo en el camino, tenía 
las luces de emergencia, pasa al lado, baja 
la velocidad. Ve a una hermosa mujer, 
indefensa. —Un gran peligro para alguien 
así estar en un lugar como ese —pensó. 
Estaciona unos metros más adelante, y se 
acerca a la hermosa mujer. 
—¿Algún problema? —pregunta 
—Sí, sonó el motor y no quiso moverse 
más. —le responde sin demostrar temor, a 
pesar del sitio donde les tocó encontrarse. 
—¿Puedo ver?, no soy mecánico pero lo 
básico lo manejo. —le indicó Frank 
—Por favor, y gracias 
—No se preocupe —le responde Frank 
mientras se dirige al vehículo. 
 Intento encenderlo, pero el auto no 
respondió; abrió el capó, movió el 
distribuidor, vio el encendido pero no 
encontró nada. 
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—No encuentro una falla común, debe ser 
algo más serio. ¿Quiere que llamemos a una 
grúa? 
—Intenté hacerlo pero en esta carretera no 
hay cobertura. —recogiendo los hombros 
mientras emitía las palabras. 
—Puedo llevarla si no le molesta. 
—De verdad se lo agradezco, me da mucha 
pena, en verdad no es mucha molestia. 
—Para nada, le aseguro que no podría 
quedarme tranquilo al dejarla acá en esta 
soledad. 
 Así toman camino, la hermosa mujer le 
indica cual es la dirección, unos cinco 
kilómetros más adelante había un cruce, la 
joven le indica que ese es el camino, lo 
tomaron y treinta minutos más tarde estaba 
llegando a la casa de la hermosa pero 
misteriosa mujer. 
—Aquí vivo. —le indica la hermosa fémina. 
—Es una hermosa casa. —asombrado por el 
lugar. 
 Frank no salía de su sorpresa, era una 
mansión enorme, en medio de la nada, 
estaba todo en oscuridad, como si nadie 
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estuviera esperando, un jardín per-
fectamente cuidado, a pesar de la penumbra 
se podía apreciar los arbustos podados con 
formas que no podía definir bien, pero que 
tenían aspecto humano, una fuente en el 
medio de un camino en forma circular que 
dirigía a la entrada de la mansión. 
—Bueno, está en casa, deben estar 
preocupados por usted. 
—Estoy muy agradecida, pero he sido una 
grosera, no le he preguntado ni siquiera su 
nombre. 
—Frank, Frank Campbell. 
—Mucho gusto Frank, mi nombre es Débora. 
Frank te ves cansado, cuantas horas tienes 
manejando. 
—¿Se nota verdad?, más de quince horas. 
—Por favor acepta mi hospitalidad y quédate 
a descansar, mañana me podrías ayudar 
con el vehículo. 
—No sería mucha molestia. —le responde un 
poco apenado. 
—Sería lo mínimo que podría ofrecerte luego 
de tu ayuda. 
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Frank internamente no podía estar más 
agradecido con el destino, hoy por lo menos 
parecía estar con él, después de estos tres 
años de sufrimiento, parecía abrirse un 
pequeño camino, en realidad no podía 
seguir conduciendo, estaba destruido, lo que 
necesitaba era descanso, y esta misteriosa 
mujer se lo está ofreciendo. 
 Había amanecido, Frank se levanta, se 
dirige al baño en la habitación y ve una nota 
en la puerta, ―Frank tuve que salir de 
urgencia, ya llamé al mecánico y fue a 
recoger el vehículo, en la cocina hay 
comida, por favor espera que llegue, me 
gustaría conversar contigo, puedes ir a la 
caballeriza y tomar un caballo, todos son 
dóciles y pasea por el bosque, es muy lindo 
el paisaje‖. 
 De momento lo tomó de sorpresa, sin 
embargo, no tenía apuro, contaba con un 
mes para establecerse en su nueva casa, y 
por dinero no tenía problema, iba a dirigir 
una nueva oficina y Harold manejaba el 
negocio, podía esperar, además aquella 
mujer le parecía misteriosa, y a la vez 
interesante,sentía que necesitaba un poco 
de paz o perdería la cordura. 
 
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Tres años atrás… 
Aquel momento nunca iba a desaparecer de 
su mente, su mujer completamente bañada 
en sangre, sin ropa, tirada en la cama, su 
mente quedó en el limbo, no oía, no sentía, 
solo veía un cuadro que marcaría su vida, la 
abrazó, le pidió perdón, en eso un ruido, 
abajo, algo cayó en el piso, el dolor se 
convirtió en odio, bajó por las escaleras 
como si estas no existieran, vio hacia la 
cocina y luego a la sala, y ahí estaba, el ser 
que destruyó su vida, era un sujeto grande, 
de un metro noventa aproximadamente, en 
su mano tenía el cuchillo con el cual había 
quitado la vida a su amada, su mirada 
transmitía locura, pero esa noche solo una 
persona iba a quedar viva, y su mente no 
podía pensar otra cosa que no fuera matar a 
quien mató su presente, y así debería ser, el 
asesino se abalanzó sobre Frank, este con 
toda la fuerza que su cuerpo acumuló por el 
odio a aquel hombre, le atinó un golpe 
brutal con el bate en la cabeza, no hubo que 
hacer más, el cráneo se hundió, muerte 
instantánea, los cuarenta golpes después, 
fueron solo desahogo. Tan brutal fue la 
muerte de Audrey que el fiscal no formuló 
cargos, defensa propia en asalto agravado. 
 
12 
 
De vuelta al presente… 
La mansión era muy hermosa, muebles 
clásicos, una chimenea enorme en el salón, 
escaleras con pasamanos de madera, todo 
completamente limpio, la cocina era 
inmensa, tenía todos los alimentos posibles. 
Los baños con perfecto acabado, toda la 
decoración era colonial, los muebles eran de 
mismo estilo. 
 Pero lo extraño es que no había nadie, no 
entendía como esa enorme casa podía 
mantenerse así solo con una persona 
habitándola, calculaba que contaba con más 
de veinte habitaciones. —Seguro hoy era día 
libre o las personas deben trabajar por día 
pago, en estos días se usaba mucho para 
bajar costos, lo cierto que era una hermosa 
mansión —pensó. 
 Tomó un caballo y cabalgó por el bosque, 
tenía vegetación muy espesa, era un lugar 
muy silencioso, solo la brisa emitía un 
sonido que se sentía en la piel. El camino 
era pedregoso, en un instante la vegetación 
le dio paso a un gran claro, era un pequeño 
cementerio, había unas quince tumbas, 
todas bien cuidadas. Más adelante un 
mausoleo con cadena y candado, muy 
tétrico, contractaba con las tumbas, era 
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lúgubre, siguió cabalgando, había recorrido 
mucho. —Mejor era volver —se dijo. El 
tiempo había pasado y podía tomarlo la 
noche. 
 Llegó a eso de las seis de la tarde, ya la 
noche estaba por arribar, entró en la 
mansión, ella no había llegado. Subió a la 
habitación, fue a tomar un baño, se sintió 
relajado. Tomó una siesta, cayó en la cama 
con un sueño que lo dominó al instante. 
 Frank se despertó con sobresalto, no sabía 
cuántas horas había pasado, se vistió y salió 
del cuarto, ve sola la casa y llama en voz 
alta a Débora , no obtiene respuesta, se 
encamina al final del pasillo, observa un 
cuarto diferente a los demás, se dirige y 
abre la puerta, en eso una encuentra figura 
conocida, está de espaldas, no llevaba 
puesta nada, su cuerpo estaba desnudo. El 
queda congelado, nunca había visto una 
figura tan perfecta, su piel parecía de 
porcelana, su cabello húmedo colgaba a un 
lado de su cuello como una catarata dorada. 
Ella siente el sonido de sus pasos, voltea 
muy lento y lo ve, directo a los ojos, con 
una mirada llena de sensualidad, en ese 
momento Frank entra en razón y sale del 
cuarto, Ella lo llama, le dice que la espere 
un momento. Con premura se coloca la 
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primera prenda de vestir que está a la 
mano, llega a la puerta del cuarto, se 
asoma, portaba un pequeño camisón que al 
tras luz del cuarto deja a la vista su 
hermoso cuerpo. 
—Frank, no te preocupes, ven pasa, ya 
estoy vestida, quisiera conversar contigo. 
—En verdad disculpa, no quería… 
—Tranquilo, se quién eres, ayer lo 
demostraste, no me sentí incomoda. 
—Dime ¿qué te pareció la casa? 
—La mansión es increíble, todo impecable, 
¿cómo lo haces?, no veo servidumbre, hoy 
estuve solo todo el día. 
—Ellos vienen, no todos los días, pero el 
tiempo suficiente para tener todo limpio. 
—¿Vives aquí sola? 
—Sí, desde hace tiempo. Y tú, cuéntame de 
ti. —Ya me siento en desventaja. 
—No hay mucho que contar, Salí de una 
ciudad donde tuve una vida y voy a otra a 
comenzar una nueva, en eso resumo mi 
vida. 
15 
 
—Déjame enseñarte algo. —le dice sin 
quitar la mirada penetrante de sus ojos. 
 Se levanta de la cama donde estaban 
hablando y va hacia el tocador, no sin antes 
mostrar su sensual figura, era imposible no 
verla al tras luz, su cintura era como 
esculpida por los dioses, bajando y 
formando una silueta de guitarra que 
encendería a cualquier ser humano, luego al 
volver mostró sus senos, no podía quitar su 
vista de ellos, la pequeña prenda no dejaba 
nada a la imaginación, el encaje deja salir a 
la vista los pezones rosados, y la perfección 
de la forma sobre el satén blanco, hacía que 
ese pequeño paseo de un metro se hiciera 
eterno. 
—Estas son las fotos de mi familia —Eran 
fotos antiguas, Frank imaginó que eran las 
fotos de sus ancestros, los pioneros que 
llegaron al país, llenos de ilusiones. 
—Fue una familia numerosa, hoy solo quedo 
yo. 
—Porque volvieron a su país, ¿Son 
irlandeses no? 
—Exacto, ¿Cómo supiste? 
—Vi el cementerio en el bosque, los 
escudos. 
16 
 
—¿Llegaste allá?, cabalgaste lejos. Si el 
tiempo pasó rápido. 
—¿Y qué pasó que quedaste sola? 
—Una historia larga, pero me gustaría bajar, 
se me apetece una copa de vino, ¿a ti no? 
—Si por que no. 
 Frank no podía apartar la vista de esa 
mujer tan sensual, ella iba delante de él, su 
caminar no hacía más que encender el 
deseo, su mirada apenas a reojo antes de 
bajar la escalera la hacía más misteriosa. 
Luego juntos en el salón sirvió la copas de 
vino, no hablaba, su cuerpo lo hacía por 
ella, no hacía falta palabras, el la tomó por 
la espalda, ella dejó caer las tiras de su 
vestido por los hombros dejando al desnudo 
su cuerpo, bebieron de sus fluidos, sus 
manos sintieron el calor de la piel, escalaron 
a lo alto de las colinas de sus cuerpos 
coronando su cima, luego se fusionaron en 
un movimiento unísono, repitiendo por más 
de una vez la aventura. 
 Eran las doce del mediodía, Frank 
despierta en el cuarto de Débora , encontró 
una nota en la mesa de noche ―Frank, tuve 
que salir, no quise despertarte, te deje 
comida en la cocina, me hiciste muy feliz, 
17 
 
espero verte esta noche‖ .Se levanta, va el 
baño se asea y come, luego decide ir a la 
biblioteca de la casa, entra y queda 
extasiado, debía haber por lo menos mil 
libros, y todos se veían muy antiguos pero a 
su vez conservados, pasea por entre la 
librería, consiguiendo los mejores escritores 
de un siglo atrás, joyas literarias, pensó el 
valor incalculable de toda esa colección, 
luego al sentarse en el escritorio encontró 
un libro, el título ―Magia negra, la vida más 
allá de la muerte‖, estaba abierto en el 
capítulo titulado ―El despertar de las almas 
en el limbo‖, le llamó la atención, leyó gran 
parte del capítulo, entendió la óptica del 
autor, sobre el deambular de las almas en la 
tierra sin saber que no pertenecen a ella, en 
busca de tener una vida y como el espacio 
entre la tierra y el limbo lo dictamina un 
demonio que quiere esa alma y no le 
permite regresar a una vida terrenal 
haciendo que esta sufra la pena eterna. 
 Frank salió con intensión de recorrer los 
jardines de la mansión que estaban 
impecables. No había paseado por ahí, el 
primer día fue al bosque y no se percató de 
ello, vio las formas tan perfectamente 
realizadas en los arbustos, como si formaran 
siluetas de hombres. Era un jardín amplio 
que se extendía hasta el inicio del bosque. 
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Habían más de veinte figuras realizadas, con 
un impresionante realismo, si se alejaba a 
unos tres metros parecían estatuas 
realizadas por el mejor de los artesanos.Frank tomó una siesta, tuvo un sueño 
donde veía como el mausoleo que vio en el 
bosque abría sus puertas y salía de él una 
criatura horrible, esta se dirigió a una 
velocidad inimaginable a la Mansión, entró y 
tomó a Débora que estaba a su lado, 
llevándola al bosque. En ese momento se 
despertó inquieto, sudoroso, se calmó y 
pensó que la lectura lo afectó, vio por la 
ventana y se dio cuenta que era de noche, 
en ese preciso momento la puerta se abre y 
Débora entra completamente desnuda, se 
abalanza sobre él, le quita la camisa, lo 
besa con pasión, quita su ropa por 
completo, su boca va a lugares prohibidos, 
generando un placer extremo, él la toma de 
manera apasionada, la levanta y la lleva 
contra la pared, se introduce en su ser, el 
encuentro fue más allá de la normalidad, 
nunca hubo palabras, no había espacio para 
ellas, solo para la pasión desbordada. 
 Se hacia las tres de la madrugada, Frank y 
Débora descansaban juntos luego de su 
encuentro pasional, un golpe seco despierta 
a Frank y se levanta, toca por el hombro a 
19 
 
Débora y le dice que oyó un fuerte golpe en 
la entrada, le pidió que no se moviera y baja 
las escaleras a ver de dónde provenía el 
sonido, suena otro golpe fuerte esta vez 
dentro de la casa, cerca de la biblioteca, se 
arma de valor toma el atizador de la 
chimenea y se dirige por el pasillo. Cuando 
suena otro golpe ahora atrás cerca de las 
escaleras se imagina lo peor y corre en la 
dirección del sonido. Llega a la entrada y ve 
una criatura enorme, era algo ilógico estaba 
en frente del ser con el que había soñado. 
Este sujeto con fuego en los ojos, cuernos 
en la frente, torso musculoso y piernas 
retorcidas como de un animal desconocido. 
Lo ve, quedando paralizado. El terrorífico 
monstruo toma rumbo a la habitación de 
Débora, Frank grita desesperado: —Huye 
—pero nada, no había respuesta. Luego ve 
como el ente la lleva cargada y toma 
dirección hacia el bosque. El corre 
desesperado, se acuerda de la escopeta 
colgada en la biblioteca, se arma de valor y 
sale en busca de la bestia, toma un caballo. 
Necesita ser más rápido, él sabe dónde se 
dirige, —Seguro está en el mausoleo. Fue 
cabalgando a toda la velocidad que daba el 
animal, lo ve , está a unos pasos, tiene una 
sola oportunidad, le grita, el monstruo gira y 
Frank le descarga el arma en el rostro, El 
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monstruo suelta a Débora, Frank la toma 
entre sus brazos y la lleva cabalgando de 
vuelta a la mansión, sigue desmayada, al 
llegar a la casa, la lleva al cuarto, eran 
alrededor de las cinco de la mañana, va a la 
cocina y busca un vaso de agua, cuando 
retorna al cuarto, la ve , parada al lado de la 
cama, vestida con un traje blanco, viendo al 
horizonte por la ventana. ella voltea con 
lágrimas en los ojos, y le dice: 
 —Debo contarte algo, Frank, hoy entendí , 
vi más allá de lo que siempre he visto, 
porque hoy pasó algo más de lo que 
siempre ha pasado. 
—Que dices no entiendo —Vi su cara, sus 
facciones, el terror de revelar una verdad 
que seguro me haría mucho daño. 
—Mi vida no es vida, yo pensaba que era 
normal, pero no, mi vida no es vida. 
—No, no es así, si esa cosa te asechaba ya 
lo maté, no volverá a pasar. 
—No Frank, él no me asechaba, el hacía que 
no perdiera la brújula, nosotros no tenemos 
futuro. Hace doscientos años, en esta casa 
hubo un asesinato, yo maté a mi marido, fui 
maldecida, cada diez años iba a volver sin 
memoria a ese camino e iba a conocer a un 
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hombre débil de alma, el cual el oscuro 
quería apoderarse, yo iba a enamorarlo y 
luego de sentir el amor más grande por él 
iba a perderlo, la bestia vendría a buscarme 
para que el hombre de alma débil me 
siguiera al cementerio donde el oscuro 
tomara su alma y dejara su recuerdo en el 
jardín. Hoy tu cambiaste eso, te amé, y mi 
pena será mayor aun, ya que estas vivo y 
no te volveré a ver. 
 En ese momento por la ventana entran los 
primeros rayos de luz, y la presencia de 
Débora se va desapareciendo frente a él. 
Corrió a retenerla pero se desvaneció en sus 
brazos, gritó, se negaba a perderla , no 
podía pasarle por segunda vez, la muerte no 
podía ganar, en eso recordó el libro que 
estaba en la biblioteca, ahí había visto lo 
que pasó, si había una forma, debía 
aparecer en ese libro, se dirigió a grandes 
zancadas a la biblioteca, llegó al escritorio, 
tomó el libro y buscó entre sus páginas, leyó 
durante todo el día, eran las cinco de la 
tarde, de pronto encontró algo entre las 
líneas del último capítulo, podría ser la 
solución, tenía que desenterrar el cuerpo y 
dejar que la primera oscuridad lo toque, la 
primera noche del inicio de la década y 
luego realizar el mayor de los sacrificios, no 
entendía bien, pero tenía un inicio, buscar el 
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cuerpo, tenía una idea de donde estaba y 
hoy era el inicio de la década, lo demás lo 
descifraría en el sitio. Tenía que ir rápido, 
faltaba poco para que cayera la noche. 
Tomó una pala, montó a caballo y a todo 
galope se dirigió al cementerio, sin pensar 
nada fue directo al mausoleo y con un golpe 
suministrado con la pala rompió el candado, 
abrió la puertas y vio una tumba en el 
medio, golpeo una y otra vez con la pala 
para mover la tapa de la urna, el sol se va 
ocultando la sombra va tomando su puesto. 
No hay tiempo, abre la tumba y está la 
calavera en él, con el vestido blanco con que 
la vio desvanecerse, y en ese instante las 
sombras se apoderaron y la noche entró 
tocando al cadáver y vio como la hermosa 
Débora va apareciendo en lugar de la 
calavera, la toma en sus brazos y la besa, 
en ese momento el mausoleo empieza a 
derrumbarse, él la toma en sus brazos y la 
saca antes que los escombros los aprisione, 
cae en el piso y siente como de entre las 
tumbas un ente maligno se hace presente. 
En ese momento recordó que no todo 
terminaba ahí, algo le advirtió sobre el 
mayor de los sacrificios, corrió con Débora, 
el ente los persiguió a través del bosque, los 
rodeo, unas ramas de los árboles se 
estiraron y tomaron a Débora, el monstruo 
23 
 
se manifestó, le dijo con una espectral voz 
que le pertenecía, que era de él, y no puede 
vivir. En ese momento vio como el ente 
envió una rama afilada directo al corazón de 
su amada y antes de que llegara, Frank se 
atravesó en el camino hiriéndolo mor-
talmente, luego reinó la oscuridad y el 
silencio. 
Esa noche en la mansión… 
Estaban todas las personas reunidas en el 
salón, iban a efectuar el primer brindis de la 
noche, los violines tocaban las melodías de 
la época, las hermosas damiselas esperaban 
que el joven solicitado las invitara al salón 
principal, todo estaba preparado, solo 
faltaban los novios. 
—Frank despierta, ya has descansado 
mucho, nos aguardan en el salón. 
—Mi amor, me dejaste acostado más 
tiempo, ¿qué hora es? 
—Son las nueve, vamos es tarde nos están 
esperando. 
—Pero antes un beso 
Juntos salieron de la habitación, con las 
miradas entrecruzadas con el obviedad del 
amor entre ellos, caminaron hasta el borde 
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del fin de las escalinatas, desde ahí fueron 
recibidos por un hombre elegante. 
—Y ahora con ustedes los novios -los 
anuncia el distinguido hombre. 
—Hoy delante de todos nuestros amigos, te 
pido que seas mi esposa, ¿aceptas? —le 
pregunta Frank entre la sonrisa feliz de 
Débora. 
—Sí, acepto. Juntos para siempre. —Le 
responde seguido del más candente de los 
besos. 
La celebración del compromiso fue festejada 
a todo lo alto durante toda la noche, sus 
amigos y familiares vivieron junto a ellos su 
amor y su alegría. 
Ya son las cinco y treinta minutos del 
naciente amanecer. La luz le da espacio a 
las sombras y la mansión la recibe, poco a 
poco los invitados se van desvaneciendo, 
hasta llegar a Frank y Débora, ambos se 
besan, sellando el compromiso de amor y 
comienzan a desaparecer a medida que la 
luz va tocando sus cuerpos.. 
 El mayor de los sacrificios es dar la vida 
por el ser amado, Frank nunca lo supo, el 
descifró el enigma, su corazóny no su 
cerebro encontró la forma de abrirse paso 
25 
 
entre la oscuridad, consiguió la felicidad 
donde antes se la habían robado, fue 
eternamente feliz en la oscuridad de la 
muerte. 
 
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Crónicas de un 
Demente 
El proyecto Individuo 
 
27 
 
 
Crónicas de un Demente 
Proyecto Individuo 
Se podría decir que Arthur era un hombre 
introvertido, vivía de ir y venir a su trabajo, 
extrañamente nunca compartía con los 
compañeros de trabajo, no iba a ninguna 
fiesta o celebración de la empresa, no tenía 
amigos, solo compañeros de trabajo. 
Richard sintió curiosidad de porque Arthur 
tenía ese comportamiento, si bien no era 
una persona extraña, podría ser diferente, 
veía en Arthur un tipo inteligente, em-
prendedor, con poder, una chispa que se 
encendía al llegar al trabajo y se apagaba 
justo al terminar la jornada laboral, como si 
un interruptor lo apagara y lo enviara a 
esperar en un closet hasta la nueva jornada. 
 Eran la cinco de la tarde, terminó la 
jornada laboral, era viernes, los grupos se 
unían y planificaban donde sería la juerga 
nocturna, otros ya tenían planificado su fin 
de semana con la familia y solo un trago de 
media hora para compartir, todos menos 
uno Arthur, el solo recoge su escritorio, 
cierra su oficina, usa la mano como señal de 
28 
 
despedida, y así termina su semana. —Qué 
extraño —pensó. 
 Se detuvo a pensar el momento de la 
llegada de Arthur a la oficina, sus inicios y 
en verdad no lo recuerda, preguntó a los 
demás y nadie recuerda, solo que siempre 
va trabaja y se despide, tanta era la 
curiosidad de Richard que en el Bar donde 
se reunió el grupo de trabajo abordó a Laura 
la encargada de la administración del 
personal y sin tapujos le preguntó cómo 
había llegado Arthur a la empresa, Laura se 
sorprendió un poco con la curiosidad de 
Richard, pensó un poco y le respondió que 
esa información es confidencial, que no eran 
cosas que se hablaban en un bar. 
—Vamos Srta. Laura, no es gran cosa, lo 
que pasa es que me da curiosidad, es que el 
tipo es tan raro, trabaja, no tiene fotos de la 
familia, no comparte, solo habla de trabajo, 
si sé que el tipo es un genio en lo suyo, que 
todo el personal respeta sus decisiones, 
pero dígame en verdad no ve como que le 
falta algo, que no es todo lo normal que 
debería, no quiero decir que este loco ni 
nada no me mal entienda, pero me crea 
curiosidad. 
29 
 
—Como te comenté Richard, no puedo 
revelarte nada personal ya que entra en la 
confidencialidad de empresa y empleado. 
—se queda un instante en un vacío de 
tiempo, cierra un ojo dando una señal de 
que quería revelar algo, y entonces le dice: 
Pero como compañera si puedo decirte que 
no recuerdo exactamente desde cuando 
está, siendo sincera, en verdad no me 
acuerdo, claro está su expediente como 
todo empleado, pero nunca lo he usado, 
solo sé que es importante, por eso su hoja 
de trabajo debe estar intacta, nadie le 
importa lo demás, hoy es la primera vez que 
alguien me pregunta por Arthur. 
 Richard no podía entender el porqué de su 
curiosidad y menos por qué los demás no 
sentían ni cercano a Arthur dentro de la 
empresa. 
El fin de semana de Richard fue solo de 
pensar en cómo Arthur podía llevar una vida 
así, comprendía que era exitoso, un genio 
en las finanzas, su palabra era respetada 
por todos, pero esa magia se prendía y 
apagaba con una duración de ocho horas, 
no podía ser, su conciencia le decía que 
faltaba algo en esa ecuación. 
30 
 
 Llegó el lunes y Richard estaba dispuesto a 
buscar una explicación. —¿Cómo es que 
alguien tan importante en la empresa, solo 
se recuerde lo que hace?, pero no de donde 
vino, ni cuando vino, solo que trabaja aquí y 
es excelente, pero ¿y lo demás?, no, yo 
debo averiguar —pensó. 
 Eran las once y Richard observa como 
Arthur está en su oficina trabajando sin 
descanso, en eso se levanta de su escritorio 
y se acerca a la oficina de su tormento. 
—Buenos días Señor Arthur. 
—Buenos días Richard, pasa —responde, 
levantando el rostro que segundos antes 
estuvo clavado en el ordenador—. Llámame 
Arthur, no te llevo muchos años, yo diría 
como mucho siete, esa distancia no da para 
ese título. 
—Claro Arthur, seguro, ocurre que desde 
que trabajo aquí, si mas no me equivoco es 
primera vez que hablamos, sabes es algo 
loco, ni siquiera me acuerdo de otra 
oportunidad. 
—Bueno, es el trabajo, sabes cuando uno le 
gusta lo que hace, se sumerge en ello, y lo 
demás como que pierde valor, yo 
últimamente he notado esa cualidad en ti, 
31 
 
también entras en ese letargo y comienzas 
a producir. 
—¿Sera cierto?, ¿tendré más en común con 
Arthur de lo que creía?, ¿será que por ser 
tan iguales, notaba la diferencia que los 
demás no notaban? —Pensó. 
—Richard, tengo un proyecto emocionante 
que estoy llevando en este momento, se 
denomina Individuo y es para el mejor 
cliente de la empresa, me gustaría que 
trabajaras conmigo. Podría hablar con Laura 
para que te asignen, ¿qué te parece? 
—Arthur no es tan extraño como pensaba, y 
esto me puede proyectar en la Firma. 
—Pensó—. Sería un honor Arthur. 
—Perfecto, bienvenido al proyecto, mañana 
te espero a primera hora en la sala de 
juntas. —Bajando el rostro para continuar 
su trabajo en el ordenador. 
Eran las ocho de la mañana, llegué apurado, 
con mi café y todas mis herramientas, ya 
Arthur estaba en la sala de reuniones, al 
verme me llama con un ademan. 
—Richard 
—Arthur, ¿cómo estás? 
32 
 
—Muy bien, con las expectativas muy 
grandes, este será el proyecto más 
importante que realizaré para la empresa, y 
por eso aprecio tu apoyo. 
—Bueno aquí estoy a tus órdenes. 
—Richard, este es un proyecto complicado, 
va más allá de las finanzas, nuestro cliente 
quiere algo muy importante, es nuestro 
trabajo conseguir lo que él desea, y estoy 
seguro que tú eres la persona ideal para 
lograrlo. 
 Esas palabras retumbaron en la mente de 
Richard, —¿Cómo era posible, hace apenas 
unas horas atrás me obsesionaba por qué 
un hombre como Arthur tenía una vida tan 
vacía fuera de la oficina?, ¿por qué sus 
compañeros de trabajo no tenían idea de la 
labor ni el tiempo de Richard en la empresa? 
—pensó. Había muchos baches que no 
entendía pero hoy se siente identificado con 
él, en el mismo tren, yendo a un mismo 
destino. 
 Las horas pasaron y se fueron tan rápido 
como empezaron, no se dio cuenta de 
cuando acabó el día de trabajo, ni siquiera 
recuerda que hizo, solo que Arthur se 
levantó y dijo – Buen trabajo. —Saliendo en 
ese momento de la oficina. 
33 
 
 Richard salió un poco después, y no 
encontró a Arthur, se dirigió a la parte baja 
del edificio, preguntó a sus compañeros, 
pero nadie lo vio, o por lo menos a nadie le 
importó. 
 En los próximos tres días, Richard se 
volvió una máquina de trabajo, su ritmo en 
las ocho horas laborales era infernal, se 
diluía en el trabajo junto a Arthur, todos los 
días de ocho a cinco. 
 Era viernes, vio como los grupos se 
empezaban a unir para elegir donde sería la 
reunión esa noche, pensó que en unos 
minutos se pondría al día, pero primero 
debería terminar unas cosas del proyecto. 
—Son las cinco y diez, rayos los muchachos 
—se dijo. Salió del salón y ya la oficina 
estaba sola, pero se oía una voz al fondo, en 
una oficina que jamás se había dado cuenta 
que estaba ahí, se acercó y observó que 
abrían la puerta y salía Arthur, su cara 
reflejaba satisfacción, una sonrisa que 
nunca le vio, no era el hombre retraído que 
llamó su atención la semana atrás, se veía 
complacido, como si hubiera logrado hacer 
el trabajo de su vida. Lo ve y se dirige a su 
oficina. 
34 
 
—Richard, acércate, tengo que compartir 
algo contigo. 
—Seguro, y dime ¿cómo sabias que estaba 
acá? 
—Sabía que estabas acá, escúchame, sé que 
te ha llamado la atención mi ritmo de vida 
en la empresa y que has preguntado. 
—Arthur la verdad es que... —El 
comentario lo tomó por sorpresa. 
—Tranquilo, no estoy ofendido, quisieracompartir esto contigo, pero primero 
quisiera preguntarte algo, ¿cómo te has 
sentido esta semana trabajando conmigo en 
el proyecto? 
—Fascinado, he descubierto que el trabajo 
es como una droga, cuando dominas algo, 
te sientes un dios, nada es mejor que eso, 
estúpido era, cuando estaba un viernes en 
un bar escapando del trabajo, y pensando 
que llego la libertad, realmente la vida es el 
éxito, el dominar algo te hace superior. 
—Muy bien, quiero contarte lo que solo yo 
sé, y has preguntado, ¿Cómo llegue acá a la 
firma y que hago antes de la ocho de la 
mañana y luego de la cinco de la tarde? 
35 
 
 Richard sintió que por fin esa obsesión que 
sintió sin saber porque, iba a ser liberada, 
no tuvo más que oídos para los siguientes 
diez minutos. 
—Hace siete años llegue a la firma, recién 
salido de la universidad, como Ad-
ministrador de negocios, todavía tenía la 
juventud y sus mañas, me gustaba un día 
de bar con los compañeros, un fin de 
semana con mi chica, hice amistad con 
muchos en la oficina, compartí con las 
familias y estuve en fechas importantes 
para ellos, mi vida social era de las mejores, 
mi chica, era hermosa, vivía solo para 
compartir con ella, me enamoré desde la 
universidad, el día que la vi, sentí un sismo 
en mis piernas, que todo daba vueltas, esa 
chica tenía que terminar junto a mí el restos 
de nuestros días, nos graduamos y 
buscamos trabajo, para en un futuro tener 
nuestra vida juntos, ya sabes la casa, el 
cachorro y luego los niños. Yo tenía mi ritmo 
de las cosas, mi chica tenía otro, esos 
ritmos chocaron sin yo darme cuenta, en un 
instante pase de tener el futuro en mis 
manos al mayor de los sufrimientos, mi 
chica ya no lo era, un hombre exitoso, con 
poder, me la arrebató, la deslumbró, y en 
consecuencia, me olvidó, yo no podía con 
aquello, sentía que el corazón me lo 
36 
 
sacaban de raíz; lloré, la busqué, intenté, 
pero no, ya el amor que sintió, desapareció. 
Se lo llevó la realidad, un hombre si éxito no 
puede tener lo que quiere. ¿Qué opinas del 
éxito Richard? 
 Richard quedo sorprendido con la 
pregunta, estaba sumergido en la historia, 
su mente no entendía como el hombre al 
cual tenía pocos días conociendo podía ser 
tan diferente al que estaba oyendo, no 
podía salir de su sorpresa. 
—Mira, seguro que el éxito es la marca del 
hombre, en esta época tan superficial, si 
uno no tiene éxito vive a la deriva, así me 
sentí yo, a la deriva. Hasta que esta semana 
me mostraste lo que es ser especial en algo. 
—le comentó ya muy identificado con Ar-
thur. 
—Así es Richard, sabía que dirías eso, bueno 
continúo. Caí en depresión, no levantaba ni 
en lo social ni en lo laboral, sentía que lo 
más cercano para mi iba a ser la muerte. 
Pero un día algo pasó, me di cuenta de un 
Señor que trabajaba mucho, se veía im-
portante, extrañamente nunca me había 
percatado de él. Me obsesioné con su 
persona, quería tomarlo de ejemplo, se veía 
con temple, dominio y poder, todo lo que no 
37 
 
tenía y por ello me había quitado lo que no 
tendré nunca más. El día siguiente El Señor 
me llamó a su oficina y me ofreció trabajar 
en un proyecto para el cliente más im-
portante de la empresa, tomé el reto, me 
embriago el poder, el saber todo y no 
depender de nadie, los demás para mi eran 
inferiores, no me daba cuenta si se iban o si 
estaban. 
 —Mientras Arthur contaba su historia, veía 
como se iba acercando a la mía, sentí un 
escalofrío enorme que me recorría todo el 
cuerpo, pero no podía dejar de oír, 
necesitaba saber todo. 
 —Un viernes, se me aclaró todo, la verdad, 
el porqué, quien era el cliente más 
importante y cuál era el fin del proyecto. 
¿Richard te acuerdas cual era el objetivo del 
proyecto? 
—Un frío recorrió mi cuerpo, trabajé 
durante horas, me desempeñé como el 
mejor, terminé todos los días la parte 
importante del proyecto que me 
correspondía, pero algo me aterra, no me 
acuerdo que hice, no sé qué realicé, trabajé 
me esforcé pero ¿en qué? —pensó, mientras 
su mente se quebraba intentando encontrar 
respuestas—. Arthur perdóname tengo una 
38 
 
laguna mental, debe ser stress o un bloqueo 
tonto, sé que el nombre es Proyecto 
Individuo y trabajamos mucho, pero no sé, 
déjame calmarme. 
—Está bien, muy bien eso era lo importante 
―El Proyecto Individuo‖, no hay más nada 
que recordar, lo cierto es que tu trabajo fue 
maravilloso, el cliente me mostró hace poco 
su total aceptación, al igual que hace siete 
años atrás le aceptó a mi mentor el mismo 
proyecto. 
 Esas palabras retumbaron en la mente de 
Richard. 
—¿Por qué no me acuerdo?, ¿Qué quiere 
decir con que lo aceptó igual que a su 
mentor? —Richard se sentía perdido en las 
palabras de Arthur. 
—Arthur no entiendo, ¿ya se había 
trabajado en este proyecto? 
—Si Richard, y se seguirá realizando cada 
siete años, ese es el contrato, y es el que 
aceptamos, todos tenemos necesidades, 
nuestro cliente evalúa por siete años, quien 
es el indicado para el proyecto, yo lo fui la 
última vez y no se equivocó, cumplí mi 
parte y el cumplió la de él. Ahora ve a la 
39 
 
oficina de donde me viste salir, él está ahí, 
esperándote para la entrevista final. 
—Esa fue la última vez que hable con 
Arthur, fue la única vez que vi esa expresión 
de tranquilidad en su rostro, hoy estoy 
trabajando, tengo su cargo, su oficina, 
heredé su genialidad y poder, los 
muchachos de la oficina no me notan, yo 
tampoco, en realidad estoy muy ocupado, 
ya falta poco para las cinco, ya me toca 
irme, en algún momento en estos próximos 
siete años me tocará esperar para realizar el 
último proyecto de importancia, ―El Proyecto 
individuo‖. 
 
40 
 
Crónicas de un 
Demente 
Desde una galaxia muy lejana 
/ El primer oscuro 
 
41 
 
Crónicas de un Demente 
Desde una galaxia muy lejana / El 
Primer Oscuro 
 Más allá de la vista del hombre se extiende 
el espacio, equilibrio natural, donde millones 
de cuerpos celestiales se conjugan 
armoniosamente, a veces el equilibrio se 
rompe y deja al descubierto algún secreto 
que cambia la historia en algún lugar dentro 
del infinito espacio. 
 Hace trece mil millones de años en la 
galaxia Abell 1835 IR1916 se encontraba el 
planeta Raddul, en el vivían dos civilizacio-
nes muy avanzadas en comparación a la 
Tierra, sus habitantes Los Trenks y los 
Rudnos eran en extremo territoriales, su po-
der militar era tan potente que realizaron un 
tratado de paz para evitar destruir el 
planeta, tratado que duró un milenio y que 
las nuevas generaciones decidieron culmi-
nar, sin embargo no fueron directamente a 
la guerra, sabían que tanta era su potencia 
que en cuestión de segundos destruirían el 
planeta, prefirieron realizar una variante del 
tratado, tendrían un año (quinientos sesenta 
y dos días terrestres), para crear un arma 
que pudiera ser utilizado por un guerrero, 
estos pelearían en un planeta abandonado 
42 
 
de la galaxia y el que acabara vivo dictaría 
la suerte de la raza perdedora. Así se hizo, y 
comenzó el conteo regresivo. 
 De ambas razas los Trenks eran los que se 
adaptaron más a la idea de compartir el 
planeta, en ese milenio que duró el tratado 
intentaron fusionar las culturas, pero los 
Rudnos eran criaturas de guerra, si bien su 
potencial tecnológico estaba a la par de los 
Trenks, su verdadero fuerte era su ideología 
de batalla, nada era más importante que 
conquistar, cinco mil años atrás los Trenks 
estuvieron bajo el yugo de ellos, hasta que 
un individuo se alzó, Melek o Melek el 
Grande como se le conoció, dirigió la 
insubordinación y quinientos años después 
eran libres, más de tres mil años duró la 
guerra, muchas bajas, hasta el tratado de 
no agresión. 
 Un año pasó y llegó el momento de la 
batalla por la supervivencia, los Trenks 
sabían que de perder serian esclavos por 
siempre y debían aceptarlo, sin embargo 
desconfiaban de los Rudnos, si ganaban 
deberían estar preparados, Raddul no 
estaría seguro, esta nueva generación no 
era de fiar. Los Representantesde ambas 
razas se reunieron, El Gir Hassri por los 
Trenks y el Gir Rosner por los Rudnos, un 
43 
 
Gir era el estatus más alto para un 
ciudadano en Raddul, y era un punto en 
común, a pesar de ser dos razas tan 
distintas los unía el hecho de ser 
Raddulianos. 
 El día de la batalla llegó, no se reveló el 
poder del arma ni como la usaría el 
gladiador, solo el lugar y la hora, todo 
monitoreado y transmitido en vivo a cada 
hogar Radduliano. Su sistema de comu-
nicación distaba del conocido por nosotros, 
eran ondas que emitía un equipo transmisor 
y enviada al lugar a observar, las ondas 
bordeaban por todos los ángulos y 
retornaba a mismo equipo que retransmitía 
la señal, esta era vista en los hogares y 
lugares de concentración en tres dimen-
siones y con el audio total. 
 Al momento que los Gir que están reunidos 
en un salón neutral en Raddul y ejecuten el 
botón de batalla, los guerreros saldrán de 
las capsulas diseñadas para retenerlos y 
comenzaría la disputa por la libertad. 
Raddul estaba paralizado, los Trenks y los 
Rudnos por última vez verían algo siendo 
libres. El momento había llegado, los Gir 
ejecutaron el inicio de la batalla. 
44 
 
 El planeta Signus era el séptimo planeta 
en órbita a la estrella principal, cinco orbitas 
más allá de Raddul. En el batallarán los 
guerreros, a una distancia calculada para 
que el poder de las armas no afectara a 
Raddul, era un sitio árido y sin atmosfera, 
solo polvo y cráteres. Las Capsulas 
comienzan la apertura, en Raddul el silencio 
reina, todos expectantes. Un gran misterio 
rodeó sobre el gladiador y sus poderes, 
nadie salvo el selecto grupo de científicos y 
dirigentes tenía acceso a la información, ya 
pronto dejará de ser secreto y se convertirá 
en la batalla más importante de la historia 
de Raddul. 
 De la capsula de Trenks emerge un 
guerrero, su nombre Kardin, era un 
Trenksiano de alto nivel, un trabajo 
magistral de genética, entrenado desde 
joven en táctica militares, campeón 
consecutivo en pelea cuerpo a cuerpo, gran 
piloto, y con infinitas capacidades científicas 
y tecnológicas, para los dirigentes el mejor 
para ese momento tan importante. Traía 
consigo el arma más poderosa inventada 
por su raza, una unión en miniatura de toda 
su tecnología, eran guantes sintetizadores 
de energía, capaces de recoger la fuerza de 
los cuerpos celestiales y transformarla en 
múltiples poderes para su usuario, su 
45 
 
cuerpo y organismo se modifica convir-
tiéndose en un recipiente de energía sin 
límites, sin necesidades , el universo lo ali-
mentaba, la mente era la encargada de 
solicitar la transformación necesaria de la 
energía para el momento, esa era el punto 
débil del arma, debía tener un acoplamiento 
total con el usuario, contaba con inteligencia 
artificial y solo podía usarlo quien posea el 
poder de concentración al punto de que 
formara parte de su ser, más un corazón 
puro para manejar el poder recibido y no ser 
dominado por el lado oscuro, por ello que lo 
más importante del guerrero no era la 
fuerza, sino la mente. 
 De la capsula de los Rudnos , levitando 
aparece Serniac, un androide de última 
generación, infinitamente superior a 
cualquier cuerpo orgánico, con regeneración 
instantánea, un cuerpo desarrollado con una 
aleación más resistente que cualquier 
material conocido hasta el momento, con 
una actividad corporal eterna, vive de 
adsorber el poder de las estrellas y 
transformarla, contaba con el control sobre 
la materia, fuerza descomunal y la capa-
cidad de destrucción, donde lo único 
importante es ganar sobre todas las cosas. 
Este androide fue todo el fruto del esfuerzo 
de los mejores científicos Rudnorianos. 
46 
 
 La batalla inicia, y el primero en atacar es 
Serniac, emitiendo un rayo céntrico y 
atacando directamente a Kardin, este no 
puede evitarlo y une sus guantes armando 
una guardia defensiva, recibió el impacto 
directo, por momentos fue imposible ver, la 
luz era intensa, los trenksianos presentían lo 
peor. Luego se oye un grito al unísono, se 
había aclarado la imagen y estaba Kardin, 
parado abriendo su guardia, listo para el 
contraataque. 
 Un grupo de Rudnorianos estaban listo 
para el ataque final, todo pasaba según el 
plan, los trenksianos bajaron la guardia, 
estaban confiando en el tratado, era el 
momento justo, su supervisión sobre los 
movimientos de las armas de los rud-
norianos era mínima, era el momento, se 
había preparado el uso de la fuerza mega 
trónica a toda su potencia, esta arma tenía 
el potencial de destruir el sistema de los 15 
planetas que lo conforman, pero estaban en 
conocimiento que los Trenks tenían una un 
portal intergaláctico que absorbía el rayo, 
con el detalle que para limitar al mínimo su 
poder destructivo tenía que ser abierto a 
tiempo y en ese momento solo estaba 
administrado por los servicios automáticos, 
debido a que la inteligencia artificial estaba 
enfocada en minimizar los efectos de los 
47 
 
ataques en el frente de batalla, el tiempo en 
recolocar el portal hará que se absorba solo 
el noventa y cinco por ciento de la energía 
enviada, el resto remanente es suficiente 
para destruir todo el continente Tranksiano 
mientras la cúpula de energía que envuelve 
al continente Rudnoriano sería suficiente 
para protegerlos. 
 La batalla en el planeta Signus era épica, 
el campo de fuerza administrado por la 
inteligencia artificial de los Trenks mantenía 
al planeta y al sistema protegidos, 
prácticamente la batalla se realizaba dentro 
de un gran domo de energía, Serniac 
siempre llevó la ofensiva, golpeaba y 
enviaba rayos protónicos a Kardin, este 
recibía los impactos y absorbía gran parte 
del ataque, no se veía un ganador, solo a un 
oponente con la motivación de destruir al 
otro. En Raddul todo era incertidumbre, la 
población de un lado y del otro a cada 
ataque del contrario sentía que perdía la 
vida, la tensión reinaba por cada punto del 
planeta. 
 El ataque Rudnoriano era inminente, se 
procedió, la orden llegó, la fuerza mega 
trónica fue activada , en cuestiones de se-
gundos se desplaza al continente Tran-
ksiano, la energía artificial detecta la 
48 
 
emisión y procede a abandonar la protección 
del campo de batalla avisa a los guerreros 
que deben detener la confrontación hasta 
nuevo aviso, el tiempo está al límite, los 
cálculos reflejaban que podía minimizar el 
ataque en un noventa y nueve por ciento, y 
la cúpula de fuerza del continente debía 
adsorber el resto. El tiempo corre, la cuenta 
regresiva empieza y es muy corta, segundos 
pueden dictar la diferencia. 
Kardin y Serniac paran inmediatamente la 
batalla, la protección desaparece, Serniac 
sonríe maliciosamente y viendo a Kardin se 
voltea quedando su mirada centrada en 
Raddul, de él emerge una energía de un 
poder inimaginable y la focaliza al planeta, 
Kardin que no comprendió tal acción tomó a 
Serniac por los hombros descargándole la 
energía al máximo poder, produciendo un 
hoyo negro que comenzó a adsorber todo el 
planeta Signus y la desintegración de 
Serniac. 
 El ángulo de la protección de la inteligencia 
artificial se acoplaba cuando se percata del 
segundo ataque, fracciones de tiempo 
importante en la decisión de cual energía 
adsorber desencadenó la tragedia, el 
impacto de la fuerza megatrónica fue 
descomunal , el portal solo pudo adsorber el 
49 
 
cincuenta por ciento de energía y dos 
segundos después llegó la energía 
destructiva de Serniac que era mayor a la 
anterior, la destrucción completa del 
sistema había acabado con las dos razas, la 
disputa de miles de años había llegado a su 
fin. 
Millones de años en el tiempo… 
Era más allá de la medianoche, John 
manejaba a su casa luego de una jornada 
de trabajo, laboró unas seis horas más de lo 
normal, el proyecto que estaba liderando 
era muy importante y tenía cierto retraso, la 
soledad reinaba en el camino, la carretera 
del laboratorio a su casa adolecía de 
alumbrado, el laboratorio estaba en lo alto 
dela colina a unos diez kilómetros del 
pueblo, normalmente el tráfico no era muy 
alto en horas normales, después de las seis 
de la tarde solo los empleados del la-
boratorio transitaban por ahí. La carretera 
se expandía por unos tres kilómetros entre 
un túnel natural formado por las copas de 
árboles entrelazados, la oscuridad reinaba, 
John escuchaba la emisora de radio de su 
amigo Edmon, desde la secundaria su amigo 
inseparable, padrinos en común de sus hijos 
y sus hogares son la compañía perfectas de 
las mañanas de los domingos. Su gusto por 
50 
 
la misma música hacia que fuera imperdible 
su programa nocturno. 
 El túnel vegetal llego a su fin, en eso La 
radio comienza a fallar, las luces del 
vehículo flaquean, John mira al horizonte y 
ve como en el cielo se forma un borde de 
fuego y un centro oscuro al extremo, detie-
ne el vehículo y ve el extraño fenómeno, de 
repente un hilo de luz incandescente emer-
ge del círculo y cae a tierra, a unos cien 
metros de él, desapareciendo el círculo de 
luz del cielo, por un momento quedó 
paralizado, no sabía qué hacer, intentó 
llamar desde su celular a emergencias, pero 
no funcionaba, tomó fuerzas y se dirigió a 
ver qué había ocurrido en el sitio donde la 
luz había apuntado. A lo lejos se veía una 
nube densa de polvo, al llegar al lugar ve un 
cráter y una luz que alumbra desde adentro, 
dudó, esperó un momento, y se decidió a 
ver el interior del cráter, con mucho cuidado 
se fue acercando al borde, quedó congelado 
en un instante, no podía creer lo que estaba 
en el interior. Ante sus ojos, incrédulo 
observó a un ser que emitía un brillo, no 
intenso más bien opaco, él era muy 
parecido a un hombre, de gran tamaño, 
diría cercano a los dos metros , se acerca a 
su rostro, se veía como un ser humano 
normal, pero su vestimenta era muy 
51 
 
diferente, parecía un traje de buzo, pero de 
un material extraño, en ese instante ve 
como aquel individuo abre los ojos, John 
corrió , se alejó lo más que pudo de aquel 
lugar, sentía que era una carrera contra el 
tiempo, pensó que su curiosidad le podía 
costar la vida, cuando llevaba unos cin-
cuenta metros de recorrido se elevó, su 
cuerpo perdió todo el peso, sentía que era 
un globo viviente, y luego a gran velocidad 
retrocedió en el aire de espalda al cráter, en 
el aire fue volteado bruscamente quedando 
cara a cara con el individuo, con el hombre 
caído del cielo. 
—¿Dónde estoy? —Le pregunta el ser sin 
mover los labios y con una voz que retumbó 
su mente recibía el mensaje como si estu-
viera hablando frente a frente con alguien, 
pero con una voz muy profunda. 
—En la carretera al pueblo, a medio camino 
de la nada —respondió John con un 
profundo pánico envolviendo su ser. 
—No, lo que te pregunto es ¿En qué planeta 
estoy? —Levantando a John, dirigiendo su 
cuerpo a un lado de él. 
—En la tierra, en el planeta Tierra, en el 
sistema solar, Dios no sé qué decirte, ¿qué 
quieres saber? —responde aterrado. 
52 
 
—¿Que sabes de los Rudnorianos? —le 
pregunta sin prestar atención al miedo de 
John. 
—No sé de qué me hablas ¿vas a matarme?, 
soy padre, tengo hijos. —Entre gritos 
rogando por su vida. 
 En eso aquel ser estelar suelta de su 
manto de energía a John y lo deja caer 
frente así, John queda inmóvil, sabe que 
cualquier cosa que intente seria aplastado 
sin dificultad, solo espero. 
—No te voy a dañar, solo estoy confuso, 
llevo miles de años en un sueño suspendido, 
mi cuerpo convertido en energía deambuló 
por el universo a través de un hoyo negro 
por mucho tiempo, tanto que perdí la noción 
del mismo. Un gran peligro está por venir, 
un ente lleva tras mi energía muchos años, 
y tu planeta puede sufrir las consecuencias 
de ese enfrentamiento, fuerzas oscuras 
vendrán, debo tener acceso a tecnología 
para preparar una forma de contrarrestar a 
ese enemigo, sé que no está en su máximo 
poder, está luchando para volver, yo pude 
contenerlo, pero es un ser eterno, el daño 
que le hice lo ha sufrido por todo este 
tiempo, ha logrado aliados en el lado 
oscuro, que intentaran traerlo de vuelta, 
53 
 
debes ayudarme tu planeta está en riesgo, 
tu familia, tus amigos. 
—¿Cómo puedo ayudar?, ya me demos-
traste que soy un ser insignificante compa-
rado contigo. 
—Debo pasar desapercibido, voy a fusio-
narme contigo, seremos uno, comparti-
remos conciencia, al unirme contigo no 
podrán leerme los oscuros y nos dará 
tiempo de crear el sistema para alejar para 
siempre a nuestro enemigo en común, y 
hacerlo deambular por miles de años más 
por el universo. 
 Sin poder responder si aceptaba o no, ya 
estaba ocurriendo la fusión, una energía 
brillante los envolvió a los dos y lo que 
debía suceder, ocurrió. John llegó a su casa 
alrededor de la tres de la madrugada, su 
esposa estaba dormida, no se había 
percatado de la hora, los niños estaban cada 
uno en su cuarto, la normalidad reinaba en 
el hogar. Se cambia y se acomoda en la 
cama junto a July, ella se voltea y se 
recuesta de él buscando sus brazos para 
dormir como todas las noches desde que 
son esposos, él la toma y cae envuelto en 
un sueño profundo. 
54 
 
Hoy es un día normal en la tierra, colapsos, 
problema entre países, discusiones sobre 
límites territoriales, hambre desbordada en 
las tres cuartas partes del planeta, un 
noventa y cinco por ciento de la humanidad 
vive con dificultades y el resto en opulencia, 
nada diferente, un poco más de lo mismo 
desde el principio de los tiempos. Todo lo 
que representa un planeta en conflicto, un 
planeta donde la fuerza oscura se va 
apoderando de ella. 
En otro lado del mundo… 
 En Kampala se están reuniendo un grupo 
adorador del mal, que ha hecho avances 
significativos en al control de las fuerzas 
oscuras, su objetivo es adueñarse de la 
tierra, tomar el control, Joshua su líder, un 
hombre ambicioso, que vino de la pobreza 
más extrema, su infancia estuvo entre el 
continente africano y el americano, adop-
tado, vivió el desinterés y el abandono de 
muy niño y luego el acoso de un padrastro 
que lo adoctrinó en la ambición y el poder, 
un hombre que no pudo tener un heredero 
de su sangre, lo adoptó y lo crio sin el amor 
de padre pero con los objetivos claros de 
futuro. 
55 
 
 El imperio heredado de Joshua le dio la 
facilidad para invertir en buscar por todo el 
mundo objetos con energía oscura, capaz de 
darle acceso a un poder sin límites y lograr 
todas sus ambiciones, formó un clan de 
culto a lo oscuro, con gente poderosa, en 
todos los círculos de importancia en el 
mundo, todo liderado por él, esperando el 
momento justo para ejecutar su plan, solo 
hacía falta el detonante y este estaba justo 
por llegar. 
 En el laboratorio de Empresas Mortem, se 
estaba realizando pruebas de envío de 
ondas en busca de respuesta alienígena, en 
ese momento los equipos se quedan sin 
energía, el computador central se reinicia y 
de él emerge una voz. 
—Quiero hablar con su líder Joshua de 
inmediato —una voz espectral brota desde 
la computadora central. 
 De inmediato se produce el llamado a 
Joshua, alertado por sus científicos se dirigió 
en helicóptero desde su torre en la capital 
de Kampala, las instalaciones de sus labo-
ratorios estaban completamente ocultas, 
camuflaje en las estructuras físicas en la 
superficie ocultaban a un bunker a tres-
cientos metros de profundidad, con treinta 
56 
 
pisos entre laboratorios, almacenes, y 
oficinas de alta tecnología. 
Joshua entra escoltado al laboratorio 
informático central. 
—Bien, aquí estoy, ¿Quién eres?, ¿porque 
dominas mis sistemas? 
—Soy tu aliado, te ayudaré a conseguir tus 
objetivos y tú me ayudaras en los míos. 
—¿Y cómo lo vas a hacer?, solo oigo una 
voz que sale de mis computadoras, con 
desconectar la energía ya no serias nada. 
—Te mostrare algo 
 En un instante un cuarto con veinte 
personas se transformó en una sola 
presencia, la de un aterrado Joshua, este 
nunca había experimentado algo como lo 
sucedido, siempre tuvo elcontrol, en este 
momento no es de él, pertenece a ese ser 
que se adueñó de sus sistemas. 
—Creo que estas conforme —le dice 
saliendo de un minuto de silencio la 
espectral voz a través del computador 
central. 
—Sí, no hay mejor ejemplo. —Ocultando su 
temor. 
57 
 
—Te contaré para que te necesito, llevo en 
el espacio mucho tiempo, más que la 
existencia de tu planeta incluso que tu 
galaxia, errando por culpa de un ser, muy 
parecido a tu raza, que me atacó 
cobardemente, y quiero venganza, ambos 
hemos estado en forma de energía, él a 
diferencia mía en estado latente. Su energía 
vital salió ilesa de la destrucción de nuestra 
galaxia, yo quería ser el emperador del 
universo y quería tenerlo a mi lado, como 
mi segundo, pero no hubo momento de 
hablarlo, se sacrificó por una raza menor, 
me atacó por sorpresa, única forma que 
pudiera dejar mi energía en un limbo. Para 
recuperarla necesito que lo hagas llegar acá 
y entrar en un portal, que tú me vas a 
ayudar a construir. 
—Y yo ¿que gano? —le indica un Joshua que 
había abandonado el momento de terror. 
—En principio tu vida, pero soy justo, no 
destruiré tu planeta te dejaré gobernarlo 
como uno de mis súbditos de relativa 
importancia. 
—¿Y sabes dónde está tu enemigo? —le 
pregunta ya seducido por el trato. 
58 
 
—No, se ha fusionado con un humano, no 
puedo encontrarlo, solo cuando rompe la 
fusión es detectable. 
—¿Y cómo hacemos? quizás nunca rompa la 
fusión, quizás su intención sea ocultarse 
para siempre. 
—Él tiene un punto débil, su mente. Es leal, 
su instinto es proteger, al fusionarse 
adquiere el apego a la raza, en este caso a 
la humana, solo hay que atacarla para 
hacerlo salir, se el radio del último punto 
que tocó antes de la fusión, el país de tu 
mundo donde llegó. Ahí comenzaremos los 
ataques hasta que aparezca. 
 Han pasado seis meses desde la fusión del 
alíen con John, todo ha transcurrido normal, 
en su hogar, la rutina ha permanecido, las 
reuniones con Edmon y su familia. Los días 
de escuela de los niños, el trabajo, todo en 
su normalidad. Sin embargo en el estudio 
de John todas las noches mientras su 
esposa e hijos dormían, él trabajaba, no le 
hacía falta dormir, una energía interior lo 
mantenía activo, sin necesidad de alimento 
ni descanso. Planos guardados, cálculos, 
proyectos, todo con el fin de recrear el 
portal intergaláctico, única arma capaz de 
salvar a la humanidad. 
59 
 
 July llama desde la sala a John y le indica 
que vea urgente la televisión, ella estaba 
junto con los niños congelados viendo la 
imagen, al llegar el entendió que el 
momento que con temor esperaba estaba 
por llegar, el primer oscuro, producto del 
poder de su enemigo y ahora un paeligro 
inminente para la humanidad. 
 Joshua contemplaba el éxito del primer 
guerrero oscuro, genéticamente construido 
en su laboratorio, el recipiente ideal para la 
fuerza oscura emergente, del que una vez 
fue Serniac y ahora es una energía maligna 
contenida en sus sistemas. Radiactivo, un 
ser poderoso, controlado por la compu-
tadora central de Joshua, tenía como obje-
tivo destruir la Ciudad General. 
 John le pidió a July que bajara al sótano 
con los niños, ella nerviosa le preguntaba 
que iba a ser él. 
—No te preocupes estoy vigilante de que no 
quieran robar la casa, la ciudad está algo 
lejos, pero lo que vi en la televisión no me 
da tranquilidad. 
 John tomó su vehículo y manejó con 
dirección a la ciudad, tenía poco tiempo, 
pero no podía darle salida a Kardin, él sabía 
que sería detectado al momento, debía ser 
60 
 
justo cerca de la ciudad, hasta que pudiera 
tener los equipos técnicos que pudieran 
ayudar a John a llegar a tiempo a lugares 
aislados. El camino se hacía eterno, al fin 
llega a los límites de la ciudad, en el puente 
encuentra a una alcabala de agentes de la 
policía impidiendo el paso, dejó el auto en 
un costado y pasó por debajo del puente y 
corrió lo más que pudo hasta que llegó a 
unos cincuenta metros del oscuro, es el 
momento el cambio está por realizarse. 
 Muchas personas están atrapadas en 
edificios, otras se ocultaron en el 
subterráneo, las multitudes huyen de un ser 
levitando sobre la ciudad, se hace llamar 
Radiactivo, destruyo el parque del oeste con 
solo la emisión de energía desde su mano, 
un cráter quedo de lo que fue un lugar para 
caminar y sitio de juego de los niños, carros 
saltaban por el impacto de los rayos de 
energía, un vehículo de la fuerza pública 
intento hacer contacto con el poderoso ser. 
—Por orden de la policía de Ciudad Central 
le pedimos que cese el ataque y se 
entregue. 
 Como respuesta obtuvieron la desinte-
gración total de los efectivos y sus uni-
dades, la fuerza militar venia en camino, 
61 
 
nada parecía detener al poderoso ser que se 
hizo llamar Radiactivo, llegaron los aviones 
de combate del comando del ejército a las 
afueras de ciudad central, ambos atacaron 
con misiles de corta distancia, un escudo de 
energía atómica se abrió desde las manos 
de radioactivo y creció a gran dimensión; 
absorbiendo el impacto de los misiles y con 
una ola energía radioactiva explotó los 
aviones, nada parecía detenerlo. Radiactivo 
voltea extendiendo sus brazos diciendo: 
—Ya es suficiente. Como acto seguido se 
abrió sobre si una esfera de energía atómica 
de gran tamaño, las personas corrían sin 
saber si iban a sobrevivir a ese ataque, el 
mundo está impactado por las imágenes 
recibidas en directo por un camarógrafo que 
entendía que iba a ser la última transmisión 
de su vida y por eso lo importante de 
realizarla, en ese momento el tiempo se 
paralizó en el mundo, Radiactivo envió la 
onda radioactiva directo a la ciudad, ya era 
todo, el reportero se despidió en vivo, el 
camarógrafo en pie esperando dar su última 
toma, el mundo lloró desconsolado. 
 Joshua miraba atento desde su bunker el 
suceso, el poder de su creación era superior 
a lo que imaginó, sabía que el dar ese 
golpe, era una demostración de poder, 
podía salir de las sombras y tomar al 
62 
 
mundo, nadie podría con un ser así, y el 
enemigo de su aliado no se mostró, fue en 
contra de lo que había presagiado su 
computador central, todo indicaba que iba a 
ser más fácil dominar el mundo, seguro el 
otro ser no se presentaría. 
—Estas disfrutando ¿no? —le comenta el ser 
de energía que usaba al computador como 
el puente de comunicación. 
—Mejor no podría haber salido, es una 
lástima que no podamos tener más de un 
recipiente para tu poder, en un día seriamos 
dueños del mundo. 
—No ha acabado el día, esto solo es una 
prueba, solo para revelar la ubicación de 
Kardin, nada más, falta tiempo para 
recuperarme, el ampliador energético que 
estamos armando me ayudara a ir 
recuperando la energía, hasta que tenga la 
suficiente para traerlo al portal y con su 
energía recuperar mi cuerpo y gobernar el 
universo. 
—Pero si ya el ataque final es inminente, 
observa. —le indica Joshua a la par de 
emanar una sonrisa siniestra de orgullo en 
su rostro. 
63 
 
John ve como está a punto de destruir la 
ciudad, esa energía es suficiente para 
desaparecerla, une sus manos y emerge 
Kardin, vuela a súper velocidad y se 
interpone entre la onda de energía y la 
ciudad. Con sus brazos extendidos la 
absorbe, vuela hacia Radiactivo que lo 
espera con un escudo de energía. Kardin 
atraviesa el escudo y a su vez a Radiactivo 
haciéndolo estallar, se voltea y con sus 
manos absorbe la energía producida por la 
explosión del cuerpo de Radiactivo, mira 
hacia la parte baja y observa a la gente 
agradecida, hace un movimiento para ver 
fijo al horizonte y vuela desapareciendo 
velozmente del lugar. 
 —La prueba fue un éxito Johsua, se dónde 
encontrarlo, ahora nuestro plan comienza, 
tenemos que ubicar en el planeta una serie 
de materiales y objetos necesarios para 
construir el portal, ya cuando necesitemos a 
Karlin lo tendremos, haremos contenedores 
para mantener a distancia a Karlin, hay que 
consumir su tiempo e impedir quese ade-
lante, sé que el también necesita hacer un 
arma capaz de evitar la destrucción de este 
planeta, pero no puede revelarse, y yo 
cuento contigo y tu poder terrenal para 
administrar el tiempo y lograr los objetivos, 
seguro él está solo con su fusión. 
64 
 
 El camarógrafo congelado por el miedo a 
morir, retomó la movilidad y rescató todo el 
evento con su cámara, el mundo entero vio 
la proeza de Kardin, nadie sabe quién es, 
pero sí que hizo y en que se convirtió, en el 
salvador. 
—Transmitiendo desde el sitio del acon-
tecimiento su reportero Richard Soul, un 
súper hombre extraordinario nos acaba de 
salvar hoy, fue increíble la demostración de 
poder que vimos, cuando todo indicaba que 
seriamos consumidos por la onda de energía 
enviada por Radiactivo, este héroe nos 
salvó, y luego se fue, sin esperar nada, 
¿Quién será?, para mi tiene un nombre y es 
El Hombre Energía, el nacimiento de un 
súper héroe se ha dado hoy. 
 John llega a su casa y baja al sótano, le 
cuenta a July que ya el peligro pasó, le 
explico cómo estuvo afuera cuidando la 
casa de los vándalos que se aprovechan del 
nervio de las personas para saquear, pero 
que ya en televisión habían mostrado que el 
monstruo había sido controlado, July abrazó 
a John e inmediatamente los chicos se unie-
ron a la demostración de amor. 
 Por hoy el peligro en el mundo había 
pasado, pero realmente había comenzado 
65 
 
una época oscura para la tierra, se 
enfrentaba a un destino incierto, nuevas 
amenazas vendrán, pero John y Kardin 
estarán juntos vigilantes en las sombras. Lo 
más importante es que el mundo fue testigo 
de la llegada de un ser increíble que luchará 
contra las fuerzas oscuras y al cual dieron el 
nombre de El Hombre Energía. Un ser que la 
humanidad confía enfrentará los peligros 
que llegaron desde una galaxia muy lejana. 
 
66 
 
Crónicas de un 
Demente 
La amante del más allá. 
 
67 
 
Crónicas de un Demente 
La amante del más allá 
María estaba con los chicos de la 
universidad tomando y disfrutando de la 
última noche de estudiante, se habían 
graduado y al día siguiente era el acto 
donde recibiría el título que se convertiría en 
su pasaporte a la vida de adulto, pero ese 
día era especial, su despedida de juventud, 
los chicos estaban como locos, alcohol, sexo 
y diversión de eso se trataba esa noche, ya 
eran entrada las doce de la medianoche, ya 
muchos chicos se retiraron a dormir la 
juerga, el acto de graduación era muy 
temprano y sus padres estarían allí y se 
supone debían tomar una actitud de 
madurez, no por ende era el momento más 
importante en la vida de un joven, quedaron 
solo seis chicos en la sala de aquella casa, 
Julio, Eduardo, Jonaima, Rosa, Carlos y 
María, riendo ya pausadamente, con el 
alcohol dejando su efecto relajante, luego 
de lo efusivo de aquella noche, Julio se 
levanta y corre para buscar algo en su 
maletín, —chicos miren lo que tengo aquí, 
se lo quite al club de eventos paranormales, 
una quija, ¡Vamos a hablar con los muertos! 
—dijo riendo Julio—. No creo, no debe-
ríamos jugar con la memoria de los muertos 
68 
 
—dice María con cierto temor en la voz 
—Venga María, no salgas con esa, solo los 
niños tienen miedo de esas cosas, vamos yo 
sé cómo se juega, —dice Eduardo con la risa 
de un hombre con mucho alcohol en las 
venas. El acto comenzó, Julio preguntó si 
había alguna presencia y que respondiera 
moviendo la ficha, los chicos con la mano 
colocada en la pequeña pieza ven cómo se 
va moviendo hacia la palabra "Si", en eso 
una carcajada se deja escuchar, era Julio 
que no aguanto la broma, él estaba 
moviendo la ficha, —Ya vámonos deja eso 
—dice María con nervios. En eso la ficha se 
mueve de un golpe y se coloca sobre la 
palabra "Si", los chicos pararon la risa, y 
comenzaron a culparse entre sí de esa mala 
broma, todos concluyeron que Julio fue el 
causante, él se defendió y retó a los chicos 
de que preguntaran sin él tocar la ficha, así 
lo hicieron, menos María, preguntaron quién 
era, y la ficha con las manos de los chicos 
comenzó a moverse y deletreó el nombre 
"Raquel", los chicos se vieron el rostro, les 
causo un sentir entre miedo y gracia, y 
Eduardo preguntó, —¿qué quieres? La ficha 
comenzó a moverse esta vez sola, y 
deletreo "a María", los chicos giraron el 
rostro y vieron a María tirada en el suelo, 
con los ojos completamente blancos y 
69 
 
contorsionando su cuerpo como si los 
huesos no existieran caminó con las manos 
y pies, la espalda al suelo y el rostro 
mirando fijamente a todos, los chicos 
corrieron despavoridos, todos directos a sus 
dormitorios, no miraron atrás. 
Eran las ocho de la mañana, los 
graduandos estaban esperando sentados el 
comienzo del acto, los padres orgullosos 
filmaban, tomaban fotos o cualquier cosa 
para inmortalizar el momento, el evento 
comenzó, vinieron las presentaciones, 
profesores y alumnos destacados dieron sus 
discursos, luego fueron llamando por orden 
alfabético a los graduandos para buscar su 
diploma y firmar el acta para convertirse en 
ese momento en profesionales del mundo, 
todos con una sonrisa a flor de piel, María 
fue una de las últimas en tomar su diploma 
luego se reunió con sus padres para 
después dar el último adiós a los chicos que 
fueron parte de su vida y que de ahora en 
adelante se verán cada cinco años en las 
reuniones de graduandos, nadie dijo nada, 
nadie habló lo de aquella noche. 
Pasaron cinco años, María era una 
periodista exitosa, una profesional de todos 
los medios, radio, prensa, televisión y redes 
sociales, nada quedaba fuera de su alcance, 
70 
 
su pasión por su profesión solo se igualaba 
a la que sentía por Gustavo, su novio, 
comprometidos a matrimonio, solo en dos 
días se convertirían en marido y mujer, la 
relación se basaba en el respeto entre 
ambos, por su profesiones, la admiración 
mutua y el sexo que era el ingrediente 
principal de aquella receta, el día del 
matrimonio llegó y María fue desposada, la 
luna de miel fue en Paris, el romance y el 
sexo fueron los protagonistas de esos días. 
Dos años habían pasado, era viernes, 
Gustavo y María tenían una tradición que 
habían respetado desde su primer día de 
matrimonio, los viernes ella lo esperaba en 
la cama y él llegaba con una rosa y dos 
copas de vino, hablaban, conversaban, de 
forma muy romántica, era la noche del 
romance, de la atención, siendo la cúspide 
de la noche el acto de amor, al puro sentido 
de hacer el amor, con la pasión del corazón. 
Gustavo entró en el cuarto pero la luz 
estaba apagada, entre las sabanas estaba 
María, él la besó en la mejilla, pero estaba 
dormida, profundamente, Gustavo la vio con 
cariño y pensó que seguro tuvo un día muy 
agitado, le dejó dormir, se recostó a su lado 
le dio un beso y de igual manera cerró los 
ojos. Era medianoche, Gustavo de pronto 
siente un ardor en su espalda, se despierta 
71 
 
de golpe, ve a su mujer, con un traje de 
látex negro, ceñido al cuerpo, sus uñas eran 
muy grandes, de quizás cinco centímetros, 
se acercó a él muy rápido, ya estaba sobre 
él, rostro a rostro, pero su cuerpo no tocaba 
el suyo. —Que sucede María —dijo Gustavo 
entre sorprendido y adormitado. Se acercó a 
su oído y le dijo: —Llámame Raquel y 
hazme tuya de todas las maneras sucias 
posibles. Esa noche Gustavo vivió una 
experiencia sexual única. 
El despertador sonó, eran las siete de la 
mañana, Gustavo se despertó agitado, giró 
su rostro y ahí estaba María, durmiendo, 
tranquila, vestida con la bata con que la 
encontró al llegar a la habitación, se levantó 
y buscó por todos lados, no encontró el traje 
de látex, se dirigió a donde dormía María y 
vio sus uñas, eran normales, pequeñas y 
bien cuidadas, se sentó al borde de la cama. 
—Dios que sueño tan real —se dijo así 
mismo. Sentía el cuerpo todo adolorido, 
como si hubiera corrido un maratón, va al 
baño y se desviste, se dirige a la ducha, la 
abre y siente cuando el agua cae en su 
rostro; tibia, relajante, peroal llegar a su 
espalda el ardor fue fuerte y repentino, se 
sale de la ducha y ve la imagen en el 
espejo, quedó de una pieza, en su espalda 
72 
 
estaban las marcas ensangrentadas de las 
uñas recorriendo su espalda. 
Un año pasó, la noche de los viernes se 
convirtió en las más esperadas para 
Gustavo, él había cambiado, su mujer se 
había dado cuenta de las marcas que 
encontraba en su esposo los sábados en la 
mañana, brazos, espalda o piernas, siempre 
tenía una marca de rasguños, no era el 
hombre cariñoso, sentía que para él el sexo 
era un obligación, no veía su disfrute, los 
celos la llevó a contratar a un detective, 
este lo siguió durante un mes, luego le 
informó que su marido no salía los viernes 
de su casa, esperó siempre durante toda la 
noche estacionado y nunca el hombre salió 
de su hogar, ella le pidió asesoría, estaba 
segura de que algo pasaba. El detective le 
dijo que la única lógica es que pase dentro 
de su casa de alguna manera, que el mismo 
se haga esas cosas, algún problema mental, 
le sugirió un psicólogo de parejas o que 
grabara las noches de los viernes. Ella se 
fue por la segunda opción, así lo hizo, el 
detective instaló las cámaras ocultas en 
todas las habitaciones de la casa, no dejó 
lugar sin vigilar, él lo podría ver desde su 
ordenador, así fue el viernes llegó y el 
detective se quedó vigilante desde su 
ordenador. 
73 
 
El lunes siguiente recibió un mensaje del 
detective, había renunciado al caso, le dijo 
que por favor no lo llamara más, le dio la 
contraseña del programa y las instrucciones 
para que viera el video, ella no comprendía, 
pensó que a lo mejor su esposo lo descubrió 
y lo amenazó, María entró en el programa, 
vio la grabación, luego cerró el computador, 
no dijo palabra alguna. 
 En la semana María atendió a su esposo, le 
brindó todo el romance que pudo, lo hizo 
sentir amado, detalles de todo tipo, dormían 
juntos, abrazados y reían al conversar, solo 
faltaba algo, no había sexo, eso era para él 
y su amante los viernes después de la 
medianoche. 
 
74 
 
Crónicas de un 
Demente 
Eterno 
 El ciclo del astrónomo 
 
75 
 
Crónicas de un Demente 
Eterno (historieta narrativa) 
El Ciclo del Astrónomo 
Corría el año de mil novecientos cincuenta, 
Antonio Gil era un científico independiente 
que trabajaba en la investigación de la 
regeneración celular, basaba su trabajo en 
el fenómeno de la estrella de mar y 
lagartijas que reproducían sus partes luego 
de haberlas perdido. Antonio estaba agotado 
tuvo un día de trabajo muy activo, estaba 
en etapa de análisis, pensaba encontrar la 
cura para los pacientes con quemaduras 
graves. 
Pasaban las ocho de la noche, estaba solo 
en su laboratorio, procesando un suero y 
quería analizarlo por intermedio del 
computador central, en eso recibe una 
llamada, ve su celular y sonríe. 
—Hola Katherine, 
—Hola bebe, no me has llamado hoy. 
—Mi vida he tenido mucho trabajo, siento 
que estoy muy cerca. 
76 
 
—Pues eso debe parar por ahora, porque tu 
amada está en la puerta y no le gusta 
esperar. 
—¿Estas acá?, je je, no me das forma de 
negarme. 
 Antonio baja del laboratorio que se 
encuentra en la parte alta de su casa, él 
vive por condiciones de seguridad en las 
afuera de la ciudad, en una finca alejado de 
cualquier urbanización, fue la exigencia que 
el gobierno regional le pidió para poderle 
otorgar el permiso de colocar su laboratorio. 
—Mi beba, eres una tramposa —le comenta 
tras una sonrisa. 
—Si no es así no te veo —Comentario que 
surge entre apasionados besos. 
—¿A dónde quieres ir? —Sin poder negarse 
por la ola de besos recibidos. 
—Hay una obra de teatro que quisiera ver 
contigo y no pongas esa cara. 
—Ok, no he puesto ninguna cara —con pi-
cardía en el rostro—. Espera mientras me 
visto, ven toma una copa de vino que tengo 
especial para ti. 
77 
 
Luego de algunos minutos y mimos salen 
juntos de la finca, el sol ya se está 
ocultando, la carretera adolece de 
alumbrado, hay muy pocas fincas en ese 
camino y la inversión no era una prioridad 
del gobierno, la vía era de tierra, no tenía 
muchos baches y era transitable, la maleza 
era lo más abundante y el silencio prota-
gonista del lugar, en el vehículo Katherine 
disfrutaba del hombro de Antonio del 
principio al fin del camino, ella era una 
mujer hermosa, blanca como la más pura de 
las frías nieves decembrinas, con unos ojos 
claros y azules como el océano, un cuerpo al 
cual la perfección envidiaría y una sonrisa 
que eclipsaría al más gallardo. 
—Beba, ¿no te duele la cabeza de tanto 
rebotar en mi hombro? —Entre risas 
comenta Antonio. 
—Eres malo, tú sabes que disfruto de estar 
cerquita de ti. 
—¿Y cómo te fue hoy en el trabajo?, mi 
hermosa reportera. 
—Hoy cubrí el décimo asesinato del 
incendiario, el tipo es un enfermo, quemó a 
un hombre lo amarró a la mesa, le sirvió la 
cena para luego incendiar la casa, es un 
degenerado, 
78 
 
—¿Y te sigue enviando cartas? 
—Sí, ya le informé al comisionado, en esta 
colocó que solo faltan dos muertes para el 
ciclo del astrónomo. 
—¿Y sabes qué significa? —levantando la 
ceja izquierda demostrando extrañeza. 
—No, la verdad que no y eso me molesta. 
Llegaron al teatro, el sitio está a reventar, 
ya Katherine tenía las entradas, se abrieron 
paso entre la gente, en eso una mano toma 
del hombro a Katherine, ella gira su rostro y 
ve a Fernando, un joven millonario que ha 
estado interesado en ella desde siempre. 
—Hola preciosa. —Con una voz profunda y 
misteriosa. 
—Hola Fernando —responde con tono de 
indiferencia. 
—Estas preciosa, tu belleza opaca a las 
estrellas de la noche. 
—Gracias Fernando, te recuerdas de 
Antonio; mi novio. —Poniendo un alto al 
joven galante. 
—Si claro, el afortunado, como estás, 
¿tienes tanta suerte en lo demás como en el 
amor? 
79 
 
—Como está caballero, no nunca tendré 
algo igual en la vida como mi hermosa 
Katherine, estoy de acuerdo con lo que 
piensas, uno tiene en la vida un momento 
de suerte, yo me aferré a ella. 
—No mi bebe, Fernando no tiene ni idea de 
que la suerte acá es mía, mi rey, vamos que 
se nos hace tarde para la obra, adiós 
Fernando. —Con una frialdad que dejaría al 
polo norte como la entrada al infierno. 
—Hasta pronto belleza. —Con una seguridad 
inexplicada. 
—Fernando Rincones, todavía sangra por la 
herida ¿no? —Le dice un muy serio Antonio. 
—Deja malo, ninguna herida, mi corazón le 
pertenece a un solo hombre y ese eres tú, 
mi bebe. 
Ambos disfrutaron de la obra, la gente 
estuvo contenida en silencio, observando, 
los artistas se metieron en su papel, Antonio 
por un momento miró a su amada, en un 
instante de mucha pasión en la obra, vio 
como las lágrimas corrían por su mejilla, ella 
era perfecta, hermosa, sentimental, él no 
podía ni pensar en pasar un día sin verla. 
La obra terminó, era momento de volver a 
la finca, tenían pensado pasar una noche 
80 
 
romántica, salieron de la sala de aquel 
teatro tomados de la mano, emanaban un 
amor inmenso el uno por el otro, ella era 
punto de atracción de las miradas, él su 
consorte, su protector, tomaron su vehículo 
y siguieron el camino a la finca. 
—La noche esta hermosa mí bebe, mira las 
estrellas, cada vez me enamoro más del 
camino a tu casa. 
—Mi beba ya te dije que ella espera por ti. 
—Hay mi bebe, ya me diste el anillo, qué 
más quisiera yo, pero ya sabes cómo son 
mis padres, debe haber matrimonio o no me 
hablan, y sin el amor de mis padres no 
estoy completa. 
—Sí, tienen razón, el año próximo nos 
casamos con todas las de ley, no te me 
escapas. 
En eso el vehículo recibe un fuerte golpe, un 
camión salió de un costado del camino, 
impactó por el lugar donde está sentada 
Katherine, ambos perdieron el sentido, unos 
minutos más tarde, un balde de agua 
impacta en la cara de Antonio. 
—Despierta capricornio —una voz con tono 
alocado se desprendía de un rostro 
enmascarado. 
81 
 
—¿Quién eres?, ¿qué pasa aquí?

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