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GUÍA DE PRODUCTOS 
FITOSANITARIOS 
 
Para la República Argentina 
 
Edición 2017/2019 
Productos A-Z 
 
 
Reconquista 661 - 1er. piso - Of. A - (C1003AAD) Buenos Aires. 
Tel.: (011) 4893-7772/3 
www.casafe.org - casafe@casafe.org 
 
- 2 - 
 
 
 
Primera edición 1975 
 
Tercera edición 1981 
 
Quinta edición 1988 
 
Séptima edición 1995 
 
Novena edición 1999 
 
Undécima edición 2003 
 
Decimotercera edición 2007 
 
Decimoquinta edición 2011 
 
Decimoséptima edición 2015 
 
 
 
 
Segunda edición 1978 
 
Cuarta edición 1984 
 
Sexta edición 1993 
 
Octava edición 1997 
 
Décima edición 2001 
 
Duodécima edición 2005 
 
Decimocuarta edición 2009 
 
Decimosexta edición 2013 
 
 
 
 
 
 
Decimoctava edición 2017/2019 
 
Editada por: Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ADVERTENCIA 
 
Las recomendaciones de uso y las dosis de producto a utilizar en cada caso surgen de la información 
que las respectivas empresas suministraron a CASAFE y/o de los marbetes oficiales de los productos 
fitosanitarios registrados en el SENASA. 
CASAFE no se responsabiliza por eventuales cambios o ampliaciones de uso o restricciones de 
productos que ocurran con posterioridad al cierre de la presente edición. Los datos consignados en 
esta Guía son meramente informativos. 
Para la aplicación de cualquiera de los productos para la protección de cultivos lea atentamente el 
marbete oficial y realice el tratamiento siguiendo esas recomendaciones, siempre asesorado 
por un profesional agrónomo matriculado. 
 
 
 
 
Reservados todos los derechos para todos los países. 
Ninguna parte de este libro puede ser reproducida total o parcialmente por ningún método gráfico, 
electrónico, mecánico o cualquier otro, incluyendo los sistemas de fotocopia o fotoduplicación, 
registro magnetofónico o de alimentación de datos, sin previo y expreso consentimiento de CASAFE. 
 
ADVERTENCIA: la información contenida en esta guía tiene carácter de confidencial y, está 
protegida por derechos de Propiedad Intelectual bajo el N°5211893. 
Acepto las condiciones y consecuencias de las regulaciones que protegen la información 
confidencial, Ley 24.766 y otras, a la cual estoy accediendo a través de esta lectura 
 
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CONTENIDO 
 
Prólogo 4 
Comisión directiva 5 
Nómina de empresas asociadas 6 
La industria de la protección y la ciencia de los cultivos 9 
Conceptos básicos 11 
Seguridad de los productos fitosanitarios 13 
Introducción a la toxicología 19 
El mercado de fitosanitarios 22 
Uso seguro y responsable de productos fitosanitarios 24 
Programas de responsabilidad social y ambiental 35 
Biotecnología - cultivos genéticamente modificados 48 
Productos herbicidas 49 
Productos insecticidas y acaricidas 54 
Productos fungicidas 59 
Productos inoculantes 62 
Productos fertilizantes 64 
Productos varios 70 
Fitosanitarios prohibidos y/o restringidos 74 
Instrucciones para el uso de esta guía 75 
Listado de abreviaturas y siglas relacionadas a los productos fitosanitarios 81 
Manual sobre elaboración y empleo de las especificaciones de la FAO y de la 
OMS para plaguicidas 
82 
Glosario 85 
Productos fitosanitarios A - Z 101 
Índice de principios activos 1031 
Índice de marcas comerciales 1036 
Índice de adversidades por nombre científico 1046 
Índice de cultivos y adversidades por producto 1058 
 
 
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PRÓLOGO 
LOS PRODUCTOS FITOSANITARIOS Y LA SUSTENTABILIDAD 
por Gustavo Portis 
Presidente de CASAFE 
Es un placer para nosotros presentarles la Guía Fitosanitaria 2017/19. Como podrán 
apreciar, en cada edición se va completando con más información, y por qué no decirlo 
más innovación. Como parte esencial de la cadena de producción agrícola, sabemos de los 
desafíos y asumimos nuestra responsabilidad. La población mundial continúa creciendo a 
pasos agigantados y, conjuntamente con la mejora en la calidad de vida, aumentan la 
necesidad de producir más alimentos, accesibles para todos los estratos sociales y con 
extrema calidad. Afrontar esta demanda de la sociedad, y hacerlo de forma sustentable, 
solo se podrá conseguir a través de la innovación tecnológica, que nos permita aumentar 
los rendimientos y la calidad, con el menor uso de los recursos naturales y dentro de un 
marco de respeto a la sociedad actual y las generaciones futuras. Para nosotros, las 
empresas que conformamos CASAFE, la innovación está en nuestro ADN, y es, 
conjuntamente con la sustentabilidad, un compromiso con la sociedad. 
Y si hablamos de sustentabilidad, me gustaría recordarles a todos los lectores y usuarios 
de esta Guía, que el éxito de cumplir con este desafío se logrará, si todos trabajamos 
dentro del marco de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA). Este material, de consulta, 
fuente de información, debe ser acompañada del conocimiento general de la producción 
agrícola bajo BPA. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la 
Alimentación y la Agricultura), estas “…consisten en la aplicación del conocimiento 
disponible a la utilización sostenible de los recursos naturales básicos para la producción 
agrícola, de productos alimentarios y no alimentarios inocuos y saludables, que ofrezca 
viabilidad económica y estabilidad social…”. 
Desde CASAFE, esperamos que este material sea de utilidad y contribuya a que Argentina 
siga siendo una referencia mundial en la producción de alimentos, de forma sustentable; 
los invito a sumarse a este desafío. 
 
 
- 5 - 
 
 
COMISIÓN DIRECTIVA 
2017/2019 
Presidente Gustavo Portis 
Vicepresidente 1° Fabián Quiroga 
Vicepresidente 2° Patricio Naveyra 
Vicepresidente 3° Juan Farinati 
Vicepresidente 4° José Ignacio Adriani 
Vicepresidente 5° Eduardo Pérez 
Secretario Hernán Bagliero 
Tesorero Ulrik Ekonen 
Protesorero Juan Carlos Gariglio 
Vocal titular 1° Ricardo Yapur 
Vocal titular 2° Daniel Stante 
Vocal titular 3° Marcelo Pucci 
Vocal titular 4° Javier De La Rua 
Revisor de cuentas titular Eduardo Maier 
 
 
Staff 
Director Ejecutivo Federico Raúl Landgraf 
Coordinador Técnico Federico Martín Elorza 
Coordinador Administrativo Gustavo García Gossweiler 
Coordinador Programa Depósito OK Ernesto Aldo Sato 
Coordinadora Comunicaciones Magalí López Manetto 
Asistente Técnico Carolina Canteros 
Asistente Administrativo Nicolás Dongarra Coronel 
Secretaria Lucía Gervan Varaona 
 
Líder de proyecto y Dirección Técnica Federico Martín Elorza 
Producción General Ariel Claudio Fernández 
Producción Técnica Rafael Abal y Federico Elorza. 
 
Diseño de Tapa: Estudio SOMA 
 
Agradecemos a todos los técnicos de las empresas asociadas por su invalorable 
colaboración en la realización de esta guía. 
 
 
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NÓMINA DE EMPRESAS ASOCIADASA A CASAFE 
 
 
ADAMA ARGENTINA S.A. 
Cerrito 1186 - 8º piso 
(C1010AAX) - CABA 
Tel.: (011) 4813-6040 
Fax: (011) 4813-6082 
 
 
 
 
AGROSERVICIOS PAMPEANOS S.A. 
Dardo Rocha 3278 - 2º piso 
(B1640FTX) - Martínez - Buenos Aires. 
Tel.: (011) 4717-4555 
Fax: (011) 4717-4888 
 
 
 
 
ARYSTA LIFESCIENCE ARG. S.A. 
Enciso 1463 - 1º A 
(1648) - Tigre - Buenos Aires. 
Cel.: 15-6964-7935 
Tel.: (011) 4506-9063 
 
 
 
 
BASF ARGENTINA S.A. 
Tucumán 1 - 18º piso 
(1049) - CABA 
Tel.: (011) 4317-9600 / 9763 / 9789 
Fax: (011) 4317-9966 
 
 
 
 
BAYER S.A. 
Ricardo Gutiérrez 3652 
(B1605EHD) - Munro - Buenos Aires. 
Tel.: (011) 4762-7000 
Fax: (011) 4762-7467 
 
 
 
 
DOW AGROSCIENCES ARGENTINA S.A. 
Boulevard Cecilia Grierson 355 - 25º piso 
(C1001ADD) - CABA 
Tel.: (011) 4510-8600 
Fax: (011) 4510-8652 
 
 
 
 
DUPONT ARGENTINA S.R.L. 
Edificio Nordlink - Av. Madres de Plaza 25 de Mayo 3020 
11o piso - (S2013SWJ) - Rosario - Santa Fe. 
Tel.: (0341) 525-3100 
Edificio Laminar - Ing. Enrique Butty 240 - 10º piso 
(C1001AFB) - CABA 
Tel.: (011) 4021-4700 
 
- 7 - 
 
FARM CHEMICALS ARGENTINA S.R.LCatamarca 1695 
(C1246AAI) - CABA 
Tel. / Fax: (011) 4331-7300 
 
 
 
 
F.M.C. LATINOAMERICANA S.A. 
Av. Real 9191, Country Golf Rosario 
(2000) - Rosario - Santa Fe. 
Tel.: (0341) 5030-7800 
 
 
 
 
INDUSTRIAS QUÍMICAS OLEOSOL S.A. 
Bazurco 3445 
(C1419FLK) - CABA 
Tel.: (011) 4574-2600 
Fax: (011) 4573-1227 
 
 
 
 
INSUMOS AGROQUÍMICOS S.A. (INSUAGRO) 
Av. Santa Fe 1731, 3er piso “10” 
(C1060ABD) - CABA 
Tel./ Fax: (011) 4815-9469 / 4812-4982 / 4811-7210 
 
 
 
 
ISK ARGENTINA BRANCH OFFICE 
Reconquista 656 - 9º piso 
(C1003ABN) - CABA 
Tel.: (011) 4312-7877 
Fax: (011) 4311-1756 / 4312-7910 
 
 
 
 
MICROQUIM S.A. 
Av. Triunvirato 3447 
(1427) - CABA 
Tel.: (011) 4554-1415 
Fax: (011) 4554-1415 
 
 
 
 
MONSANTO ARGENTINA S.A. 
Maipú 1210 - 11º piso 
C1006ACT - CABA 
Tel.: (011) 4316-2429 
Fax: (011) 4313-2447 
 
 
 
 
NUFARM S.A. 
Edificio Intecons 
Arias 3751, 20º piso 
C1430CRG - CABA 
Tel.: (011) 3220-0000 
 
- 8 - 
 
 
RIZOBACTER ARGENTINA S.A. 
Ruta 32, Km 1,5 - Parque Industrial 
(B2702HDA) - Pergamino - Buenos Aires. 
Tel.: (02477) - 40-9400 
Fax: (02477) 43-2893 
 
 
 
 
ROTAM DE ARG. AGROQUÍMICA S.R.L. 
Santa Fe 1363 
(2000) - Rosario - Santa Fe. 
Tel.: (0341) 424-0612 
Fax: (0341) 424-0612 
 
 
 
 
SUMMIT AGRO ARGENTINA S.A. 
Cerrito 1186 - 12º piso 
(C1010AAX) - CABA 
Tel.: (011) 4811-2484 
Fax: (011) 4811-5410 
 
 
 
 
SPEEDAGRO S.A. 
Ruta Nac. N 11 - Parque Industrial Lote N 2 
(3017) - Sauce Viejo - Santa Fe. 
Tel/Fax: (0342) 499-6100 
 
 
 
 
SYNGENTA AGRO S.A. 
Av. Del Libertador 1855 
B1638BGE - Vicente López - Buenos Aires. 
Tel.: (011) 4837-6500 
Fax: (011) 4796-4663 
 
 
 
 
- 9 - 
 
LA INDUSTRIA DE LA PROTECCIÓN Y LA CIENCIA DE LOS CULTIVOS 
 
La Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE) es una asociación empresaria que representa a la Industria de la Ciencia 
de los Cultivos (creación, desarrollo, protección y nutrición de cultivos) y de sus afiliados (empresas nacionales e internacionales). 
Atiende los requerimientos de la industria dentro del marco legal nacional e internacional en temas tales como uso responsable de 
productos fitosanitarios, biotecnología, rentabilidad e imagen. Esto lo logramos fijando criterios, objetivos y estrategias; protegiendo y 
defendiendo la correcta implementación de la tecnología; comunicando los beneficios de las nuevas tecnologías; promoviendo la 
sustentabilidad del sector. 
Esta definición de la industria representada por CASAFE, refleja una evolución de conceptos. Pasamos de una definición de la industria 
como orientada a la protección o nutrición de cultivos, con productos fitosanitarios y fertilizantes (químicos o biológicos), hacia otra más 
amplia, que integra y supera la tradicional. 
Nuestra industria se define ahora como la de la ciencia de los cultivos. Ciencia que abarca, además de la protección química o biológica, 
a la genética y la biotecnología. En un contexto más amplio, se integran a lo que ofrece nuestra industria, como el manejo, la informática, 
la tecnología satelital, la comunicación e información meteorológica y de mercados, etc. 
Este paquete tecnológico es aquel en el que se sustenta la agricultura de la era del conocimiento. Una característica de esta agricultura 
es la sustitución del concepto productivista por el de la sustentabilidad, que apunta a un paradigma que equilibra los aspectos 
económicos (rentabilidad, producción, costos, etc.) con los ambientales (aseguramiento de la productividad a largo plazo, minimización 
del impacto ambiental, alta selectividad en la plaga objetivo, uso preciso de insumos, etc.) y con los sociales (derechos laborales, 
impacto en las poblaciones cercanas, derechos humanos, responsabilidad social y ambiental de las empresas, etc.). 
En este esquema, la ciencia y la tecnología tienen un rol central, dada la necesidad de herramientas innovadoras que aseguren la 
posibilidad de que la agricultura, en este paradigma, crezca constantemente en su capacidad de producir en forma más eficiente los 
alimentos que la población mundial necesita consumir, y que nuestro país necesita producir para asegurar su viabilidad económica. 
El paradigma del desarrollo sustentable tiene al ser humano y su promoción como centro de sus prioridades. La industria a la que 
CASAFE representa ha hecho suyos estos conceptos. 
La asociación mundial CropLife International, de la que CASAFE es miembro, ha adherido formalmente a la declaración de Río sobre el 
Medio Ambiente y el Desarrollo, llamada comúnmente Agenda 21, reafirmada por la Conferencia de Johannesburgo en 2002 
(vulgarmente llamada “Río + 10”). CropLife ha adherido también al Código de Conducta de la FAO (Food and Agriculture Organization) 
para el uso y distribución de pesticidas. Muchas de nuestras principales empresas asociadas han suscripto el llamado Pacto Global de 
las Naciones Unidas, un acuerdo global que contempla aspectos vinculados con el respeto y promoción de los derechos laborales, el 
medio ambiente, los derechos humanos y el rechazo a la corrupción. 
CASAFE fue fundada el 6 de junio de 1949 y está integrada por 20 empresas que investigan, desarrollan y producen productos 
fitosanitarios, líderes en el área de la protección y ciencia de los cultivos que basan su actividad en proveer a la agricultura argentina de 
las herramientas tecnológicas que permiten su competitividad y eficiencia, dan base al aumento de las exportaciones y aseguran, con 
sus productos y servicios, la adecuada provisión de alimentos a una población mundial que cada vez los demanda en mayor cantidad y 
calidad. 
 
 
CASAFE y su inserción institucional 
CASAFE forma parte de la asociación mundial denominada CropLife International, a través de su pertenencia a CropLife Latin America, 
compartiendo la visión general de la Industria de la ciencia de los cultivos: “Mediante el uso de la ciencia y las tecnologías modernas, la 
industria busca asegurar una agricultura eficiente y sustentable, para la alimentación de una creciente población mundial, con 
consideración responsable del medio ambiente”. 
Asimismo, y de acuerdo con CropLife International, CASAFE y sus empresas asociadas asignan una elevada prioridad a comunicar su 
misión y sus contribuciones a la producción global de alimentos a sus clientes, los productores agropecuarios, y a la sociedad y los 
consumidores en general. En nuestra visión, los avances tecnológicos deben ser bien comprendidos por la sociedad en general, y los 
sistemas regulatorios deben actuar inspirados en el interés público, basados en la ciencia y libres de interferencias políticas. El debate 
basado en información seria y de base científica debe alcanzar el adecuado balance entre el riesgo y el beneficio, como base para las 
decisiones regulatorias en materia de nuevas tecnologías. 
CASAFE comparte las prioridades estratégicas de CropLife, que pueden resumirse en: 
 
 Regulación y propiedad intelectual: propiciamos una regulación objetiva caracterizada por decisiones basadas en información 
científica. Buscamos que las innovaciones técnicas y científicas, así como la información que las respalda, estén protegidas por las 
legislaciones nacionales, en el marco de los tratados internacionales. 
 Agricultura sustentable: promovemos las buenas prácticas agrícolas, a través del uso responsable de los productos para la 
protección de cultivos, a favor de una agricultura sustentable para beneficio de los agricultores, los consumidores y el medio 
ambiente. 
 
- 10 - 
 
 Comunicación y difusión del conocimiento: suministramos información y comunicamos nuestras contribuciones para atender a los 
grupos interesados en la Industria de la Ciencia de los Cultivos. Promovemos el diálogo entre nuestra industria y la sociedad. 
 Agricultura y biotecnología: respaldamos los importantes beneficios que la biotecnología ofrecea la sociedad. 
 
 
A través de su pertenencia a esta asociación mundial, CASAFE se encuentra relacionada con importantes organizaciones 
internacionales, como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, en sus siglas en castellano), la 
Organización Mundial de la Salud (OMS o WHO, por sus siglas en inglés), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente 
(UNEP), el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OEDC), entre otras. 
Debe destacarse aquí la fundamental importancia que posee para nuestra industria el Código Internacional de Conducta para la 
Distribución y Utilización de Plaguicidas de la FAO cuya última versión revisada (noviembre de 2006), las Directrices de la FAO (enero 
2013) y el Código Internacional de Conducta para la Gestión de Plaguicidas de la FAO/OMS (2015), las cuales han sido suscriptas por 
CropLife International, y por varios gobiernos, entre ellos el argentino. Estos documentos de adhesión voluntaria crean el marco esencial 
de referencia para una política de seguridad ambiental, sanitaria y alimenticia de productos fitosanitarios. 
En conjunto con otros grupos empresarios orientados a la provisión de soluciones tecnológicas al productor rural, CASAFE se ha 
integrado en una federación, fundada a fines de 1998, denominada ACTA (Asociación de Cámaras de Tecnología Agropecuaria). Junto 
con CASAFE integran esta entidad ASA (Asociación Semilleros Argentinos) y CAPROVE (Cámara Argentina de la Industria de Productos 
Veterinarios). La formación de ACTA ha sido un importante paso para que la industria generadora y difusora de innovación tecnológica y 
de insumos para el productor agropecuario, posea una voz unificada frente a la comunidad y sus principales representantes. La 
extraordinaria respuesta que el productor agropecuario argentino ha dado en materia de incorporación de tecnología en los últimos años, 
justifica ampliamente la creación de esta entidad. 
CASAFE integra, asimismo, la Red de Buenas Prácticas Agrícolas (RedBPA) que es el resultado de un proceso de diálogo 
interinstitucional entre las principales entidades públicas y privadas de Argentina que desarrollan diversas actividades en relación a las 
BPA. 
Los 53 integrantes de la Red entienden que las BPA constituyen un instrumento estratégico para atender adecuadamente los desafíos del 
crecimiento cuantitativo y cualitativo de la demanda nacional y mundial de los productos de la agroindustria, que implica la integración de 
la disponibilidad, la calidad e inocuidad de los alimentos y la sustentabilidad de la producción agroindustrial. 
De esta manera, la Red ha estado trabajando en hacer llegar herramientas para la implementación de estas prácticas a campo, mediante 
una serie de documentos, que están publicados en su página web (www.redbpa.org.ar). 
 
La Responsabilidad Social Empresaria se encuentra en el centro del pensamiento de las empresas que integran CASAFE. Son 
innumerables las acciones que éstas desarrollan en esta línea. 
 
CASAFE, el marco legislativo-jurídico y sus programas de responsabilidad social 
El hecho de que las empresas de CASAFE basen su accionar en la investigación y el desarrollo, hace necesario un marco legislativo y 
reglamentario de respeto a la propiedad intelectual. Esto implica el requisito de proteger de toda competencia comercial desleal a la 
información que se presenta con fines de registro. En otras palabras, que un trabajo presentado para registrar un producto fitosanitario no 
pueda ser utilizado para el registro de otro, presuntamente “similar”, sin el consentimiento del propietario del trabajo. Como lo expresamos 
más arriba, el aliento a la inversión en capital intelectual y tecnología hace imprescindible un entorno de seguridad jurídica, que aliente y 
proteja a quienes han destinado importantes recursos en desarrollar los conocimientos científicos, y haga posible que los productores 
agropecuarios dispongan de las más recientes herramientas tecnológicas, y poder así competir con éxito en un mercado mundial cada 
vez más exigente. La Argentina ha firmado importantes tratados internacionales que garantizan el respeto a la propiedad intelectual y los 
ha incorporado a su legislación. 
De especial mención es el Tratado TRIP’s - ADPIC (Tratado sobre aspectos de los derechos de propiedad intelectual en relación con el 
comercio, constituido en la ley 24.425). Otro caso es la ley 24.766, de Confidencialidad de la Información, sancionada en 1996 que, con 
deficiencias, permitió un avance en el tema en su momento. La propia Constitución Nacional sancionada en 1994, en su artículo 17 tiene 
importantes definiciones en la materia. Sin embargo, y como lo dijimos, es mucho el camino que falta aún recorrer. La ausencia de 
adecuados decretos reglamentarios de las leyes mencionadas hace prácticamente nula la efectiva vigencia de los derechos de propiedad 
intelectual de los estudios presentados para fines de registro. 
Sigue siendo largamente postergada la sanción de una ley federal de productos fitosanitarios, que establezca con la debida jerarquía 
normativa la necesidad de un adecuado registro, uso y control en el mercado de estos productos. Varios proyectos se siguen discutiendo 
en el Congreso de la Nación desde hace muchos años, habiéndose producido la aprobación de sólo uno de ellos, la ley nacional de 
envases vacíos de productos fitosanitarios, ley Nº 27.279, aún sin reglamentar a la salida de esta edición. 
 
 
- 11 - 
 
 
CONCEPTOS BÁSICOS 
 
¿Qué son los productos fitosanitarios? 
Desde los inicios de la historia de la agricultura el hombre trató de librarse del efecto de las plagas que afectaban a sus cultivos. Los 
primeros productos utilizados eran minerales obtenidos de la naturaleza como el azufre, el arsénico (actualmente prohibido su uso) o 
compuestos de cobre. Otros fueron de origen vegetal como la nicotina o el piretro. Sin embargo, el gran cambio en la especificidad de los 
fitosanitarios se dio con la síntesis química de productos a principios del siglo XX. 
A lo largo del tiempo se ha denominado a estos productos con distintos nombres como plaguicidas y agroquímicos, entre otros. Hoy en 
día se prefiere hablar de productos para protección de cultivos o productos fitosanitarios, es decir productos que protegen la sanidad de 
las plantas. 
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se denomina fitosanitario a “cualquier sustancia o mezcla de sustancias 
destinadas a prevenir, destruir o controlar cualquier plaga: insectos, ácaros, moluscos, roedores, hongos, malas hierbas, bacterias y otras 
formas de vida animal o vegetal perjudiciales para la agricultura” durante la producción, el almacenamiento, el transporte, la distribución y 
la elaboración de productos agrícolas y sus derivados. 
 
¿Para qué sirven? 
Los fitosanitarios son productos utilizados para minimizar o impedir el daño que las plagas puedan causar a los cultivos y, por lo tanto, 
afectar el rendimiento y calidad de la producción. 
Según la plaga que controlen pueden ser acaricidas, fungicidas, insecticidas y herbicidas, según controlen ácaros, hongos, insectos o 
malezas, respectivamente. 
El empleo de fitosanitarios es necesario por razones económicas y técnicas para lograr alcanzar la producción de alimentos que el mundo 
necesita. 
 
¿Cuál es su origen? 
Los fitosanitarios son productos que pueden ser de origen natural (minerales o vegetales), biológicos o de síntesis química. 
Entre los minerales se pueden mencionar algunos productos químicos inorgánicos obtenidos de la naturaleza, como el azufre o 
compuestos de cobre. 
Dentro de los de origen vegetal existen productos como la nicotina o el piretro, que ya no se usan, debido a su muy baja eficiencia en el 
control de adversidades. 
Entre los productos biológicos están los constituidos por microorganismos muy específicos que controlan insectos lepidópteros como el 
Bacillusthuringiensis. También pueden ser sustancias producidas por microorganismos como la abamectina, acaricida e insecticida 
derivado de la bacteria del suelo Streptomyces avermitiles y usado en los hogares para el control de hormigas o el spinosad, derivado de 
la bacteria del suelo Saccharopolyspora spinosa que controla ácaros, piojos y larvas de mosquitos 
La gran mayoría de los productos fitosanitarios usados en la actualidad son productos obtenidos por síntesis química, habiendo una 
amplia gama, de acuerdo al grupo químico y el modo de acción. 
 
¿Por qué los necesitamos? 
El planeta Tierra tiene aproximadamente 51.000 millones de hectáreas de las cuales 1.500 millones (3%) son cultivables. Este es, por lo 
tanto, un recurso limitado. 
La población mundial sigue creciendo en forma sostenida y se estima que en 2050 llegue a los 9.200 millones de habitantes, un 50% más 
que en la actualidad. 
El incremento constante de la población requiere de más cantidad y calidad de alimentos, pero los recursos naturales que se disponen 
para su producción (áreas cultivables, agua) son limitados. 
Resulta fundamental entonces la utilización de tecnologías que ayuden a potenciar e incrementar la cantidad de alimentos disponibles 
para el consumo humano. Por ejemplo, optimización del uso del agua, mejoramiento vegetal (cultivos resistentes a plagas y a condiciones 
climáticas adversas), fertilización y protección de la productividad de los cultivos. Se estima que sin la aplicación de fitosanitarios la 
producción mundial de frutas y hortalizas, forrajes y fibras caería entre 30 y 40% por acción de las plagas. 
Para el caso de los cultivos arroz, maíz, trigo y soja, se estima que sin la aplicación de fitosanitarios los rendimientos caerían en un 40% 
para el trigo y un 170% en el arroz, como podemos ver en la siguiente figura. 
En la Argentina, estas pérdidas potenciales que podrían sufrir los tres cultivos más importantes, soja, maíz y trigo, por la no aplicación de 
productos fitosanitarios podría ser del 26,4%; 31,3% y 28,2%, respectivamente, como expresa Oerke en su publicación de 2006, “Crop 
Losses to pests”. Aplicando el cálculo de daño para estos cultivos y usando los valores del año 2011, vemos el potencial impacto 
económico en la producción al no usar productos para la protección de cultivos. 
 
 
- 12 - 
 
 
Fuente: CropLife Latin America 
 
Estimación de pérdidas potenciales en trigo, soja y maíz, sin uso de fitosanitarios, a valores 2011, basado en Oerke 2006. 
 
 
 
¿Cómo se usan los productos fitosanitarios? 
Los productos fitosanitarios se aplican en distintos momentos del ciclo de los cultivos. Algunos se aplican a las semillas para proteger a 
las plantas desde la siembra y en sus estadios tempranos de crecimiento. 
Otros se utilizan preventivamente para evitar la aparición de la plaga. Por ejemplo, ciertos fungicidas se aplican antes de que los hongos 
se instalen y causen daño, especialmente cuando están dadas las condiciones de temperatura y humedad para que se desarrollen. 
Los herbicidas e insecticidas, por ejemplo, se aplican luego de la aparición de la plaga y antes de que se generen pérdidas en el cultivo. 
En cultivos anuales pueden ser utilizados desde el inicio, como tratamiento de semillas, y luego de la emergencia del cultivo hasta cerca 
del momento de cosecha. También hay productos que se utilizan luego de la cosecha para tratar los granos almacenados. 
En el caso de cultivos frutales, los tratamientos son en general desde que las plantas brotan/florecen hasta la recolección de los frutos 
(manzanas, peras, cítricos). Los frutos pueden tratarse con productos de post-cosecha para prevenir el ataque de hongos y asegurar su 
calidad. 
Según el momento del ciclo, la aplicación se hace de distinta manera y con diferente equipamiento. 
En el caso de tratamiento de semillas en cultivos como maíz, girasol y soja (en algunos casos), la semilla es comercializada con el 
tratamiento incorporado por los semilleros que utilizan equipos especiales para la dosificación de precisión y el secado de las semillas. 
En otros casos, la semilla es tratada en centros de tratamiento de semillas por distribuidores que venden los productos específicos para 
ello o son tratadas por el productor en el campo, como es el caso del trigo y la soja. 
En el caso de cultivos extensivos, luego de la germinación se pueden hacer aplicaciones terrestres o aéreas de herbicidas, insecticidas o 
fungicidas, siempre por empresas especializadas o por los propios productores. 
En el caso de cultivos perennes, como los frutales (perales, manzanos, citrus, vid, olivos, entre otros) las aplicaciones son realizadas con 
pulverizadoras terrestres de alto volumen. También se hacen tratamientos de la fruta en post-cosecha mediante pulverización o baño de 
inmersión y secado. 
En todos los casos, es importante que se haga un uso responsable de los fitosanitarios siguiendo las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) 
que permiten que los productos sean aplicados eficientemente y que lleguen al objetivo (suelo, follaje, frutos, etc.) sin causar derivas 
hacia zonas o lugares “no objetivo”. 
Se debe destacar que en la mayoría de las provincias donde se realiza agricultura extensiva se ha implementado el sistema de receta 
agronómica que exige, previo a la aplicación de un producto en el campo, que intervenga un Ingeniero Agrónomo matriculado para indicar 
el producto a utilizar, la dosis y el modo adecuado de aplicación. A modo de ejemplo para su comprensión, y salvando las distancias, es 
como cuando un médico realiza una receta para la compra de un medicamente, luego de haber diagnosticado a su paciente, 
mencionando también la dosis de medicamento recetado y el modo de aplicación. 
 
- 13 - 
 
 
SEGURIDAD DE LOS PRODUCTOS FITOSANITARIOS 
 
¿Cómo se investigan y obtienen nuevos productos? 
Las principales compañías del mundo que trabajan en la obtención de nuevos productos realizan trabajos de laboratorio y de campo en el 
que intervienen científicos de distintas disciplinas. 
La búsqueda de nuevos compuestos es costosa y prolongada. Una de cada 140.000 moléculas investigadas pasa de la etapa de 
desarrollo del laboratorio, donde se verifica su utilidad como fitosanitario, a la etapa comercial y de utilización en el campo. 
A su vez, más de 120 estudios se realizan con cada producto para generar la información de caracterización y propiedades desde el 
punto de vista agrícola, ambiental y de salud de las personas que se requieren para su registro. Estos estudios tienen un costo estimado 
de 270 millones de dólares por cada producto que llega a la etapa comercial. 
El tiempo que se requiere desde la síntesis inicial hasta la aprobación para uso de un producto fitosanitario es de aproximadamente 10 
años. 
 
Etapas de desarrollo de un producto fitosanitario 
 
 
Registro de productos fitosanitarios 
En la Argentina, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) es el organismo responsable de autorizar el 
registro para el uso de los productos para el control de plagas de la agricultura. 
Consistente con la importancia del país como proveedor de alimentos en el mundo, la Argentina tiene requisitos para el registro y la 
autorización de uso de productos fitosanitarios similares a los de Europa, Estados Unidos y otros países de relevancia agrícola en el 
mundo, siendo la norma que regula este proceso la Resolución N° 302/12, la cual se basa en las normas de registro de la Organización 
Mundial de la Salud (OMS). 
Los cereales, frutas, hortalizas y productos derivados que exportamos tienen requerimientos muy exigentes en cuanto a los fitosanitarios 
que se pueden utilizar durante su cultivo. Por ejemplo: manzanas, peras, mostos, cereales y derivados (aceites, harinas, etc.), vinos, 
aceitunas, ajo y otros productos vegetales. 
No se pueden usar en cultivos ni en adversidades productos que no estén aprobados por el SENASA. Además, la producción no puede 
contenerniveles de residuos superiores a los establecidos por este organismo (ver apartado “Límites Máximos de Residuos”). 
 
¿Cómo se prueba la seguridad de un producto fitosanitario? 
Como mencionábamos más arriba, en la Argentina los productos fitosanitarios tienen un marco regulatorio para su experimentación, 
aprobación y uso. 
Cuando una compañía tiene un producto nuevo, con potencial de uso para la Argentina, debe pedir al SENASA el permiso experimental 
para iniciar las pruebas biológicas en nuestro país. 
Para eso, las regulaciones exigen que se presenten estudios toxicológicos (toxicidad aguda oral, dermal e inhalatoria y toxicidad 
subcrónica para las mismas vías) y el potencial de mutagénesis del compuesto. También, si se dispone, información de propiedades 
físico -químicas del producto. La información de toxicología debe ser revisada y avalada por expertos toxicólogos argentinos autorizados 
por SENASA, que verifican las conclusiones de los estudios. 
Finalizado este proceso y aprobado el “permiso experimental”, se debe presentar un plan de ensayos que indiquen el cultivo, localidades 
donde se realizarán, superficie que abarcarán, entre otros requisitos. 
 
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Para un producto experimental se permite hacer ensayos en una superficie máxima de 20 hectáreas/año en el cultivo autorizado y la 
producción que resulte de estos ensayos debe ser destruida. 
Para la inscripción definitiva, la legislación argentina requiere la presentación de información toxicológica adicional del principio activo a la 
ya presentada para obtener el permiso experimental: toxicidad crónica (estudio de 2 años), teratogénesis (estudio de producción de 
malformaciones), carcinogénesis (efecto de producción de cáncer), efectos en la reproducción, efectos sobre el ADN (ácido 
desoxirribonucleico, que contiene la información de transmisión genética), metabolismo (absorción, distribución, excreción) y 
neurotoxicidad. 
Se deben presentar también estudios de ecotoxicología e impacto en el medio ambiente (toxicidad en aves, peces, abejas y organismos 
benéficos, comportamiento de la sustancia en el suelo, en el agua subterránea y superficial, en distintos tipos de suelo, vida media, etc.). 
Todos los estudios que se presentan de toxicología, ecotoxicología, metabolismo, propiedades físico-químicas, de residuos y otras, deben 
ser generados por instituciones u organismos nacionales o extranjeros, siempre reconocidos e inscriptos en el SENASA. 
Las pruebas de eficacia biológica deben ser realizadas en el país y el requerimiento para la inscripción definitiva es la presentación de los 
resultados de ensayos de por lo menos dos campañas en tres zonas ecológicas distintas de la Argentina para cada plaga que se quiera 
registrar. 
Además, se deben presentar estudios de residuos determinados en la producción (granos, frutos, forraje) provenientes de ensayos 
realizados en el país durante dos campañas. Basado en estos datos y en los niveles internacionalmente aceptados, el SENASA establece 
lo que se conoce como tolerancia de residuos para la producción de cada cultivo o “Límite Máximo de Residuos” (LMR). 
Asimismo, establece el “Período o Tiempo de Carencia” y el “Período o Tiempo de reingreso” al campo tratado. 
 Tiempo de carencia 
La aplicación de productos para la protección de los cultivos implica que en las plantas queden residuos de los fitosanitarios 
utilizados. 
Cada uno de esos residuos tiene un tiempo de degradación natural, diferente, que varía en función del tipo de compuesto químico de 
que se trate y las condiciones climáticas. En algunos casos los residuos de ciertos principios activos son tan bajos que se encuentran 
por debajo de los sistemas de detección. 
Parte de los requisitos exigidos por el SENASA para la inscripción de los productos fitosanitarios y/o ampliaciones de uso para 
nuevos cultivos o adversidades es el análisis de los tiempos de degradación (curvas de degradación) de esos residuos en la 
naturaleza. 
Del citado análisis, surgen los denominados Tiempos de Carencia, detallados en la etiqueta si correspondiere, que se definen como 
“la cantidad de días que debe transcurrir entre la última aplicación de un producto fitosanitario y la cosecha o el pastoreo de 
animales”. En el caso de aplicaciones poscosecha se refiere al “intervalo entre la última aplicación y el consumo del producto 
vegetal”. 
Es de fundamental importancia respetar escrupulosamente los Tiempos de Carencia explicitados en el marbete de cada producto, 
acorde al cultivo de que se trate. Esto posibilita la obtención de cosechas que cumplan con los requisitos de inocuidad establecidos 
para su consumo, a la vez que previene contra eventuales rechazos de exportaciones por incumplimiento de los límites de residuos 
exigidos internacionalmente. El respetar el tiempo de carencia correspondiente es parte de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA). 
Cuando el Tiempo de Carencia se establezca como “sin restricciones”, se aplicará generalmente a productos de reconocida labilidad 
y/o inocuidad, ya sea por sus características químicas, el momento de aplicación o la forma. Como ejemplo se pueden citar algunos 
herbicidas pre-emergentes o productos para el tratamiento de semillas. 
La resolución 256/2003 del SENASA fija los límites máximos de residuos de productos fitosanitarios (LMR). Dicha resolución se basa 
en los ensayos de residuos realizados en el territorio nacional. Hasta 1988 se establecían adoptando los establecidos por el Codex 
Alimentarius, que se fijan en base a canastas alimentarias regionales que abarcan grupos de países con dietas y prácticas agrícolas 
aproximadamente similares, por lo cual no considera las particularidades de los hábitos alimentarios y prácticas específicas de cada 
país. 
 Reingreso a cultivos tratados o Período de reingreso 
Es la cantidad de días que deben transcurrir entre la aplicación de un producto fitosanitario y el momento en que se puede 
reingresar al cultivo. 
Este tiempo es importante observarlo para evitar el contacto con productos que podrían llegar a producir daño, o ser potencialmente 
peligrosos. Es importante considerar las vías de ingreso más frecuentes al organismo de un producto aplicado, cuando se reingresa 
al lote tratado. El más común es el contacto vía dermal, pero también se da la inhalación de pequeñas partículas. Por ello, el 
reingreso a un cultivo debe evitarse hasta que el citado período haya concluido, o bien, cuando fuera estrictamente necesario, deberá 
realizarse considerando los riesgos y acotando las posibilidades de exponerse al producto aplicado. Para ello se utilizarán los 
elementos o equipos de protección personal (EPP) indicados en el marbete o en la hoja de seguridad para la manipulación de dicho 
producto. Recordar siempre que dadas las particularidades del trabajo a campo, no es conveniente realizar este tipo de operaciones 
de manera solitaria. 
Citaremos también el tiempo de espera para el reingreso de animales a una pastura para evitar perjuicios a la sanidad animal como 
residuos indeseables en la carne de consumo. 
Es fundamental respetar estas recomendaciones explicitadas en su correspondiente marbete, el cual también parte de las BPA. 
 
Seguridad ambiental y humana 
Los cambios en el mercado de fitosanitarios se han dado no sólo en los volúmenes, sino también en las categorías toxicológicas de los 
productos usados y su persistencia en los cultivos y el ambiente. 
Cada producto fitosanitario tiene una toxicidad aguda que se mide por la DL50 (dosis letal media), que expresa en miligramos por kg 
vivo/ratas (de uso experimental) la cantidad del producto fitosanitario que causa la muerte del 50% de esa población, estableciendo un 
valor único para cada producto. 
 
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Así, el SENASA, a través de la Resolución 302/2012, adoptó la clasificación toxicológica para productos fitosanitarios formulados de la 
OMS (2010), cuyo Anexo 1 se transcribe en la Tabla 1 que actualiza la anteriormente vigente.Nuevos requerimientos regulatorios de la comunidad y de los consumidores han ido generando demandas respecto a los productos 
utilizados, por eso las empresas dedicadas al desarrollo de estas tecnologías han impulsado productos de menor toxicidad y de menor 
impacto en el medio ambiente. 
Si analizamos la cantidad de productos disponibles en 2005, comparados con los registrados en 2013, vemos que hubo un incremento 
considerable de productos registrados, en particular los productos llamados “Banda Verde” que corresponden a la Clase Toxicológica IV 
(de menor riesgo para las personas), como puede observarse en el Gráfico 1. 
Este crecimiento en la cantidad de productos Clase IV registrados se produjo debido al aumento de la superficie de soja en casi 7 
millones de hectáreas durante este período, siendo el 90% de la superficie producida bajo siembra directa. 
Si bien también aumentó la cantidad de productos registrados de la Clase Toxicológica II, su utilización, en volumen de productos, de una 
banda respecto a la otra, es mayor en favor de la Banda Verde o Clase IV. Esto se explica en gran parte por el uso de herbicidas, sobre 
todo el glifosato, y como consecuencia de la introducción al mercado nacional de nuevas moléculas registradas de acuerdo a normativas 
más exigentes, especialmente en los aspectos ecotoxicológicos (ver evolución de mercado, más adelante). 
Esto último se refleja en la evolución del tiempo de carencia de los productos que indica el lapso de tiempo, en días, necesario hasta la 
cosecha luego de la aplicación de un producto fitosanitario. Este tiempo se indica en las etiquetas de todos los productos, el cual ha 
disminuido un 60%, aproximadamente, como consecuencia de que los productos son cada vez menos tóxicos y más amigables con el 
medio ambiente, camino que está tomando la industria de fitosanitarios. 
Clasificación toxicológica de Productos Fitosanitarios Formulados, según riesgos y valores de las 
correspondientes DL50 (Anexo 1, Res. 302/12 - SENASA). 
 
Fuente: SENASA (Anexo 1, Res. 302/12) 
 
Cantidad de Productos fitosanitarios registrados, por clase toxicológica. Comparación 2005-2015. 
 
 
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Fuente: Elaboración propia en base al informe de productos formulados publicado por el SENASA (Dic. 2015) 
Pictogramas para productos fitosanitarios 
La Global Crop Protection Federation (GCPF), en colaboración con la FAO, ha elaborado una serie de pictogramas para ser incluidos en 
las etiquetas de los productos fitosanitarios. Estos símbolos están destinados a comunicar informaciones claves de seguridad o 
advertencias a los usuarios en forma visual, sin usar palabras. GCPF-FAO han desarrollado algunas ilustraciones o pictogramas 
considerados esenciales y que son un complemento de la información impresa en las etiquetas. 
Estos pictogramas se dividen en cuatro categorías: almacenamiento, manipuleo y aplicación, recomendaciones de seguridad e higiene y 
advertencias sobre riesgos ambientales, tal como puede observarse en la siguiente figura. 
Nota: dichos pictogramas sufren modificaciones o se incorporan nuevos, actualizándose continuamente. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Etiquetado 
En la República Argentina existe una disposición legal que obliga a las empresas que producen o importan productos fitosanitarios a 
comercializarlos con sus etiquetas correspondientes. Las mismas deben estar escritas en el idioma oficial argentino que es el castellano. 
La etiqueta provee información muy importante. Por ello su lectura atenta y detenida es imprescindible. 
La distribución de la información contenida en los marbetes o etiquetas está reglamentada, siguiendo normas internacionales, 
diferenciándose tres cuerpos o sectores. 
Tomando como ejemplo una etiqueta de tres (3) cuerpos, en el cuerpo derecho (C) de la misma se mencionan las instrucciones y 
recomendaciones de uso (cultivos a tratar, dosis y momento oportuno de aplicación) y las restricciones de uso para evitar la presencia de 
residuos objetables. Es decir que este sector de la etiqueta o marbete le brindará sólo la información agronómica del producto. 
En la parte superior izquierda de la etiqueta (B) constará, entre otros datos, la marca comercial, la composición química del producto, la 
fecha de vencimiento, la empresa productora o importadora y el número de inscripción en el SENASA. En este sector se podrá corroborar 
que se trata de un producto que cumple con las normas. 
Y en el sector o cuerpo inferior izquierdo (A), se mencionan todas las precauciones para el manipuleo de estos productos, las 
recomendaciones para el almacenamiento, los primeros auxilios en el caso de accidente; los antídotos; las advertencias para el médico 
interviniente; la clase toxicológica y si contiene solventes orgánicos en su formulación, vinculados con los riesgos del producto. También, 
los teléfonos de los centros toxicológicos y los riesgos ambientales. La presencia de pictogramas generalmente grafica las precauciones 
particulares del producto, los cuales ya fueron explicados más arriba y se ubican en la base de la Etiqueta, debajo de la banda 
toxicológica. 
Todas las etiquetas deben tener en su parte inferior (D) una banda de color (rojo, amarillo, azul o verde) que identifica la categoría 
toxicológica del producto fitosanitario, basándose en la clasificación descripta en la resolución 302/2012 y explicada más arriba. 
A su vez, en las etiquetas figurará también los datos o valores ecotoxicológicos del producto, los cuales estarán ubicados en alguna de 
las bandas antes descriptas según si el estudio se realice en aves, peces y/o abejas. 
 
CLASIFICACIÓN INHALATORIA EN RATAS: 
Clase Inhalación (CL 50 mg/l) 
I < = 0,2 
II 0,2 a 2 
III 2 a 20 
IV > a 20 
 
CLASIFICACIÓN ECOTOXICOLÓGICA DE PRODUCTOS FORMULADOS Y PRINCIPIOS ACTIVOS 
 
 Toxicidad en organismos acuáticos: 
Valor CL 50 (ppm) Categoría 
> a 100 Prácticamente no tóxico 
10 a 100 Ligeramente tóxico 
1,0 a 10 Moderadamente tóxico 
0,1 a 1,0 Muy tóxico 
< a 0,1 Extremadamente tóxico 
 
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 Toxicidad en aves: 
Valor CL 50 dietaria 
(ppm) 
Valor DL 50 oral Dosis única 
(mg/kg) 
Categoría 
> a 5000 > a 2000 Prácticamente no tóxico 
1001 a 5000 501 a 2000 Ligeramente tóxico 
501 a 1000 51 a 501 Moderadamente tóxico 
51 a 500 10 a 50 Muy tóxico 
< a 50 < a 10 Extremadamente tóxico 
 
 Toxicidad en abejas. 
Valor DL 50 (ug/abeja) Categoría 
< a 1 Altamente tóxico 
1 a 10 Moderadamente tóxico 
10 a 100 Ligeramente tóxico 
> a 100 Virtualmente no tóxico 
 
Los residuos que quedan en los alimentos 
La presencia de residuos de agroquímicos en los alimentos está tomando una importancia creciente, hasta el punto que puede decirse 
que se ha convertido en una preocupación. 
A fines de los 80, una encuesta realizada en EE.UU. estableció que, de los encuestados, el 77% se preocupaban por los residuos de 
plaguicidas en los alimentos, en orden de importancia le seguían el colesterol (45%), la sal (37%), aditivos y conservantes (32%), azúcar 
(31%) y colorantes artificiales (26%). 
Actualmente continúa ocupando uno de los primeros lugares de discusión a nivel mundial dado que afectan la comercialización libre de 
alimentos tanto entre países como dentro de sus propios límites, por entidades oficiales y privadas. 
Algunas situaciones comerciales se han basado exclusivamente en el uso de los residuos como barrera paraarancelaria, pero el 
conocimiento globalizado de los mismos ha dejado este punto como secundario. 
La capacidad de la persona, individualmente considerada, para enfrentarse al problema del control de residuos en alimentos es limitada. 
La sensibilización al tema es tal que, en caso de denuncias de carácter sensacionalista, las reacciones han sido dramáticas. 
Existen dos grandes actores en este escenario: 
el consumidor, del que debe protegerse su salud, y 
los integrantes de la cadena de producción y comercialización. 
Cabe destacar que la lucha químicaocupa un lugar importante debido a su eficacia, rapidez de acción, seguridad y en muchos casos, 
economía. 
En definitiva, debemos tratar de racionalizar la protección de los cultivos contra las plagas y enfermedades, utilizando todos los recursos 
necesarios y cuando no exista alternativa, recurrir al control químico, aplicando los tiempos de carencia correspondientes para cada 
producto y cultivo y las BPA. 
La posible presencia de residuos en los alimentos (tanto en plantas, en animales o en los alimentos que derivan de ellos) es uno de los 
aspectos que se tienen en cuenta cuando se autoriza el uso de un determinado producto fitosanitario. En la Argentina, el Servicio 
Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), después de ensayos regulados y evaluaciones exhaustivas, determina la 
cantidad máxima que se puede tolerar de un producto fitosanitario en los alimentos para que no causen ningún daño a la salud. Esa 
cantidad máxima se regula por norma y se conoce como Límite Máximo de Residuo (LMR). 
El LMR es la cantidad máxima de residuo permitida en un alimento y se establece para cada combinación alimento/producto fitosanitario 
dentro de márgenes seguros para la salud humana. Esto quiere decir que una persona puede consumir un alimento durante toda su vida 
con un nivel de residuos igual o menor a los LMR establecidos y no le producirá ningún daño a la salud. 
Todos los países tienen establecidos los LMR en forma individual o basado exclusivamente en las recomendaciones del codex 
alimentarius, organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud (Se pueden consultar los LMR por cultivo y producto, para 
Argentina, en la página web del Instituto de Sanidad y calidad agropecuaria de Mendoza – ISCAMEN - 
http://www.iscamen.com.ar/rojo/lmr.asp). 
El LMR se determina tomando en cuenta tres aspectos fundamentales: la práctica agrícola con la cual se emplea el producto fitosanitario, 
su toxicidad (indica el peligro) y la ingesta del alimento que puede contener el residuo (determina la exposición). Para eso se cuenta con 
información de toxicidad aguda, estudios de alimentación a corto y largo plazo y estudios bioquímicos que indican cómo se absorbe, se 
distribuye en el cuerpo, se elimina, cuánto tiempo persiste en el organismo y en el ambiente, cómo se metaboliza, entre otros. Además, se 
necesitan estudios sobre efectos específicos, como carcinogenicidad, reproducción, teratogenicidad y, para algunos compuestos, 
neurotoxicidad. 
Los LMR basados en las Buenas Prácticas Agrícolas son inferiores a los que derivan de datos toxicológicos, para lograr un nivel de 
protección mayor al consumidor. Debido al amplio margen de seguridad que se toma para el establecimiento de un LMR, la superación de 
estos en la mayoría de los casos no constituye riesgo para la inocuidad alimentaria. 
Los LMR establecidos en la Argentina se encuentran en la Resolución SENASA N° 256/2003 y en la Resolución ex SAGPyA N° 507/08. 
 
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Un aspecto importante es qué laboratorios realizan los análisis para determinar la presencia de residuos de productos fitosanitarios. Para 
que un resultado analítico sea confiable debe cumplir con requisitos y normas de calidad de nivel y reconocimiento internacional que en 
nuestro país son auditadas y acreditadas por el Organismo Argentino de Acreditación (OAA). El SENASA cuenta con un laboratorio que 
cumple con las normas de calidad internacional y, a su vez, administra y audita la Red Nacional de Laboratorios enmarcados en los 
mismos conceptos de calidad citados (Fuente: http://www.senasa.gov.ar). 
 
 
INTRODUCCIÓN A LA TOXICOLOGÍA 
Información aportada por la Médica Toxicóloga, Dra. Mirta Elena Ryczel 
 
La toxicología es la ciencia que se dedica al estudio de los venenos y/o los tóxicos. El término de veneno o tóxico se aplica a toda aquella 
sustancia que causa un efecto dañino a los organismos vivos; por lo tanto, ante esta definición podemos decir que cualquier sustancia en 
cantidad suficiente puede causar efectos nocivos (oxigeno, sal, agua). 
Se entiende por toxicidad a la capacidad que tiene una sustancia de producir efectos deletéreos en un organismo vivo. 
Actualmente la Toxicología ha alcanzado un gran desarrollo; su incumbencia alcanza no solo el ámbito médico de la emergencia, sino 
que ha avanzado no solo en la relación de los tóxicos con los seres humanos, sino también con el medio ambiente. Se entiende por 
riesgo a la probabilidad de que un efecto tóxico aparezca de acuerdo a las condiciones de empleo de las sustancias. 
Por lo tanto, es necesario conocer no sólo la toxicidad intrínseca de una sustancia sino también las condiciones de uso, las medidas de 
seguridad (límites estándar, rango de toxicidad, dosis máximas) establecidas para cada sustancia. 
Dentro del ámbito de los productos fitosanitarios es imprescindible recordar que, si bien se trabaja con productos que no son inocuos, 
estos son usados en dosis muy pequeñas, altamente diluidas, y que siempre y cuando se respeten las buenas prácticas agrícolas, es 
factible eliminar el riesgo que conlleva el uso de estos productos (ver apartado Uso Seguro y Responsable de Productos Fitosanitarios). 
Actualmente la Toxicología ha alcanzado un gran desarrollo; su incumbencia alcanza no solo el ámbito médico de la emergencia sino 
también el ámbito forense, la práctica clínica, la medicina laboral, el medio ambiente, analítico, genético e inmunotoxicología. 
Estudia no sólo los tóxicos en su relación con los seres humanos sino también con el medio ambiente. 
Una rama de la toxicología, que se encarga de estudiar a los pacientes intoxicados, tanto en exposiciones agudas como en las crónicas, 
ya sea en el diagnóstico como en el tratamiento, es la Toxicología clínica. La misma realiza Programas de Prevención Primaria a través 
de Docencia en Salud para prevenir intoxicaciones accidentales. 
Por otro lado, la Toxicología Analítica, a través de una serie de estudios, permite determinar con certeza, la causa de muertes en casos 
dudosos donde se crea, esté involucrado un químico. Es de gran importancia para determinar qué grado de exposición a sustancias 
tóxicas tiene una persona en razón de su oficio o profesión, controlando no solamente al individuo sino también al medio ambiente. 
Un aspecto importante que se relaciona con el uso de los fitosanitarios, lo constituye la Toxicología Industrial o Laboral la cual se ocupa 
de la identificación, el análisis, mecanismos de acción, metabolismo e interacciones entre las sustancias químicas, diagnóstico de 
intoxicaciones, el tratamiento y la prevención de los efectos tóxicos que puedan generar su uso. El fin último de esta rama de la 
toxicología es esencialmente prevenir el desarrollo de lesiones tóxicas mediante la aplicación del conocimiento de las relaciones 
cuantitativas entre la intensidad de la exposición (dosis-efecto y dosis-respuesta) y el riesgo de la alteración de la salud. El conocimiento 
de estas relaciones permite definir los niveles tolerables de exposición y las medidas de prevención necesarias. 
La exposición puede determinarse cualitativamente, o cuantitativamente (dosificación atmosférica) del ambiente en el puesto de trabajo, 
muestreo en el personal (determinación de las concentraciones cercanas al individuo), determinación de cantidad de toxico absorbido 
(vigilancia biológica). 
La acción del tóxico puede manifestarse como una enfermedad clínica, trastornos funcionales, modificaciones biológicas críticas 
predictivas de una alteración de la salud, si las condiciones persisten o se repiten. 
El fin último de la toxicología, junto con sus diferentes ramas, se centra en definir la capacidad de las sustancias tóxicas para producir 
efectos perjudiciales (toxicidad), medir y analizar las dosis con las cuales se presenta su toxicidad (relación Dosis-Respuesta) y valorar la 
probabilidad de que la lesión se presente bajo condiciones específicas de trabajo (valoración de PELIGRO y RIESGO). 
A partir del estudiode la relación que existe entre la dosis contactada por un organismo, y la magnitud de la respuesta tóxica, se llega a la 
estimación de los índices toxicológicos, los cuales son una medida de la peligrosidad de una sustancia. Este parámetro es el que se usa 
para estimar los riesgos en la población expuesta a los tóxicos, presentes en los distintos medios que constituyen el ambiente de una 
determinada población. 
 
Objetivo de la toxicología 
Definir la capacidad de las sustancias tóxicas para producir efectos perjudiciales (toxicidad), medir y analizar las dosis con las cuales se 
presenta toxicidad (relación Dosis-Respuesta) y valorar la probabilidad de que la lesión se presente bajo condiciones específicas 
(valoración de PELIGRO y EXPOSICIÖN, para poder evaluar el RIESGO). 
 
Vías de Intoxicación 
Cuando el tóxico llega al organismo, dependiendo de la vía de exposición, entra en contacto con las superficies epiteliales del tracto 
digestivo, del aparato respiratorio o de la piel y/o las mucosas. Cuando cruza esas membranas y alcanza el torrente sanguíneo, se 
considera que el tóxico penetró al organismo. 
La sangre lo transporta a los distintos órganos y en uno o en varios de ellos puede llegar a causar un daño permanente. 
En los casos accidentales la vía más frecuente de intoxicación es la ORAL, seguida por la INHALATORIA y la CUTANEA. Menos 
frecuente son las vías Subcutáneas y la Endovenosa. 
http://www.senasa.gov.ar/
 
- 20 - 
 
En los ambientes laborales y o ambientales la vía más importante de ingreso de los tóxicos es la INHALATORIA; en determinados tóxicos 
puede ser la CUTANEA la más importante. La vía oral (digestiva) si bien tiene importancia, no lo es tanto como en las intoxicaciones 
agudas intencionales o accidentales. 
Para estudiar el transporte, modificaciones y destino de los tóxicos dentro del organismo es necesario determinar la concentración de las 
especies químicas que producen los daños, así como medir la magnitud de esos daños. 
El xenobiótico (sustancia tóxica) es transportado por la sangre a los distintos órganos del cuerpo en los que se distribuye y en algunos de 
ellos puede llegar a producir un daño. 
Desde el momento en que el tóxico penetra en el organismo empieza a ser transformado por las distintas enzimas del organismo de las 
que pueden ser substrato. 
Al conjunto de reacciones que convierten los tóxicos en especies químicas distintas, que pueden ser más o menos dañinas que el tóxico 
original, se le da el nombre de Biotransformación. Si los convierten en sustancias más dañinas se dice que el proceso fue una 
bioactivación y si lo convierten en sustancias menos peligrosas se dice que el proceso fue una detoxificación. 
Los procesos de detoxificación normalmente consisten en incrementar la polaridad de los xenobióticos lo cual los hace menos difusibles a 
través de las membranas biológicas, y más solubles en el agua, lo cual facilita su excreción en forma de solución acuosa (orina) Estos 
procesos reducen la cantidad de tóxico que penetra al tejido blanco, así como el tiempo de permanencia del tóxico dentro del organismo, 
y por lo tanto, reducen la magnitud del daño probable a las células del tejido blanco. 
Además la concentración y el tiempo de contacto entre el tóxico y el tejido blanco, también influyen en la magnitud del daño la toxicidad 
del agente y el estado del receptor. Los efectos producidos pueden ser reversibles de acuerdo a que las células tengan capacidad de 
reparar los daños que sufran, o bien pueden ser irreversibles y producir una transformación permanente (incluyendo la muerte celular) en 
cuyo caso se dice que se produjo una respuesta tóxica. 
A partir del estudio de la relación que existe entre la dosis contactada por un organismo, y la magnitud de la respuesta tóxica, se llega a la 
estimación de los índices toxicológicos, los cuales son una medida de la peligrosidad de una sustancia. Este parámetro es el que se usa 
para estimar los riesgos en la población expuesta a los tóxicos, presentes en los distintos medios que constituyen el ambiente de una 
determinada población que, habita, trabaja o hace otros usos de un sitio contaminado. 
 
Toxicodinámica 
En el medio ambiente la biota (organismos vivos) está rodeada permanentemente de una gran cantidad de substancias con las cuales 
interacciona en todas sus actividades vitales. Aunque todos los compuestos con los que está en contacto, incluyendo el agua, pueden ser 
tóxicos en determinadas dosis, es evidente que un gran número de especies han tolerado esta situación. 
Para que un tóxico cause un daño, en primer lugar, se debe estar expuesto a él, y en segundo lugar el tóxico tiene que vencer las 
defensas del organismo que tratan de impedirle que llegue al tejido blanco en forma activa. Las defensas consisten fundamentalmente 
en mecanismos que restringen la movilidad y disminuyen el período de exposición del tejido blanco. Esto lo puede hacer el organismo 
poniendo barreras a su desplazamiento hacia determinados tejidos, disminuyendo su difusibilidad a través de las membranas celulares 
y/o facilitando su excreción. 
El efecto producido por una dosis, depende de la cantidad de tóxico que llegue en estado activo al sitio de acción y del tiempo que se le 
permita actuar allí. 
Dentro del ambiente, un producto fitosanitario, bien aplicado, presenta numerosas barreras naturales que impiden que el mismo pueda 
generar efectos sobre la salud humana o ambiental como, por ejemplo, los propios organismos blancos o target, las plantas y su propio 
sistema de detoxificación así como la matriz del suelo, la cual, por ejemplo en el caso del glifosato es inmovilizado y posteriormente 
degradado por los microorganismos hasta compuestos naturales. 
 
Formas de intoxicación 
Puede clasificárselas dependiendo de: 
1. RAPIDEZ DE APARICION DE LOS SÍNTOMAS 
 Intoxicación aguda: Exposición corta, masiva y/o absorción rápida - Dosis única o múltiple en un período no mayor de 24 horas 
 Intoxicación subaguda: Exposiciones frecuentes y/o repetidas en varios días o semanas 
 Intoxicación crónica: Exposiciones repetidas durante largo período de tiempo. Los síntomas son debidos a: 
 Acumulación del tóxico con cada exposición (Pb – plomo - en huesos) 
 Efectos sumatorios de repetidas exposiciones aun cuando el tóxico no se acumule (Monóxido de Carbono) 
2. GRAVEDAD Y DURACIÓN DE LOS SINTOMAS 
 Asintomática (subclínica) 
 Leve 
 Moderada 
 Grave 
3. RAPIDEZ DE ABSORCIÓN DE LA SUSTANCIA 
4. POR EL EFECTO: 
 Agudo: los síntomas se presentan de inmediato. 
 Crónico y/o Tardío: los síntomas pueden aparecer luego de un período variable 
5. TIPO DE ACCION: 
 Local: Los efectos se verán en piel; mucosas; vías respiratorias (en el sitio de contacto). 
 General: Acción en sitios alejados del contacto inicial. Los factores que favorecen la acción en determinados órganos son: 
 Grado de perfusión del órgano 
 Composición química del órgano (contenido en lípidos) 
 
 
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 Situación con respecto a la vía de absorción y/o transporte: 
 Inhalatoria: pulmones; 
 Oral: Hígado (llega antes al sistema portal que a la circulación general) 
 Características bioquímicas del órgano: 
 Mitosis numerosas (eritropoyesis) 
 Capacidad de acumular la sustancia, o de metabolizarla a un compuesto más tóxico 
 Necesidades metabólicas del órgano afectado 
 Personales: 
 Debe tenerse en cuenta factores tales como: 
 Raza 
 Genéticos 
 Edad (extremos de la vida - edad fértil) 
 Sexo 
 Nutrición - Peso corporal 
 Estado inmunitario (Enfermedades inmunosupresoras) 
 Estado hormonal (Embarazo / lactancia) 
 Hábitos (Higiénicos - tabaquismo – alcoholismo) 
 Enfermedades concomitantes 
 Estilo de vida 
 Stress 
 Escolaridad 
 
Clasificación de las sustancias tóxicas 
Se las puede clasificar por: 
a) Su estado físico: Los diferentes estados físicos de las sustancias, tienen importancia en cuanto al posible efecto en los sereshumanos. Las principales formas a tener en cuenta son: 
 particuladas (polvos – fibrogénicos – fibras – humos); 
 gases y vapores; 
 líquidos 
 sólidos 
b) Estructura química. 
c) Aditivos, contaminantes, etc. 
d) Medio en el que encuentre la sustancia: el medio en que una sustancia se encuentre determina, de alguna manera la población 
expuesta, al riesgo. Así, existen sustancias que se vehiculizan en medios específicos tales como: 
 Aire (óxido de nitrógeno de los escapes de los automotores); 
 Agua (Tríalometanos derivados de la clorinación del agua - Arsénico); 
 Suelos (contaminación natural o antropogénica) 
 Alimentos (nitrosaminas derivadas de los nitritos - contaminantes) 
e) Sitio de la lesión. 
 Hígado: hepatotóxico 
 Riñón: nefrotóxico 
 Piel: cáustico, mutagénico, etc. 
 Sistema nervioso central y periférico: neurotóxico 
f) Mecanismo de acción: 
 Asfixiantes simples (gases inertes) 
 Asfixiantes químicos (monóxido de carbono – Cianuro) 
 Corrosivos (álcalis y ácidos) 
 etc. 
g) Efecto clínico: 
 Inicio de los efectos: 
 Inmediato (gases irritantes) 
 Retardados (Carcinogénesis) 
 Reversibilidad del efecto: Depende de la capacidad del tejido para reparar células dañadas (El SNC tiene menor capacidad de 
reparar sus células dañadas, mientras que la piel o el músculo tienen mayor posibilidad de regenerarse luego de una lesión) 
 
 
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Diagnóstico de efectos tóxicos 
Una sustancia puede determinar manifestaciones: 
 Agudas: clínica muy florida (ej.: Organofosforados, Organoclorados, Plomo, Arsénico, Benceno). 
 Crónicas y/o tardías, las cuales son por lo general con: 
 Clínica mal definida; 
 Otras manifestaciones: Ca, Anemia Aplástica, Polineuropatías. 
Por lo tanto, 
1. Realizar una historia clínica completa, confeccionar una lista de posibles tóxicos con los cuales pueda estar en contacto en su 
vida habitual, relacionados o no con su trabajo, sin descartar otros debidos a actividades ocasionales, entretenimientos, y/o 
medicaciones crónicas. 
2. Realizar pruebas diagnósticas para descartar otras causas. 
3. Realizar pruebas específicas de tóxicos. Estas deben determinarse para cada caso; no siempre disponibles en todos los centros 
hospitalarios ni en todos los horarios. Algunas deben ser realizadas por médicos de otras especialidades como, por ejemplo: 
reacciones alérgicas (Cromo - Níquel). 
 
Clasificación toxicológica 
La investigación de nuevas drogas o productos, requieren estudios de toxicidad aguda, subaguda y crónica, de DL50 (dosis letal 50), 
riesgos mutagénicos, carcinogénicos y teratogénicos, los cuales pertenecen a la rama de la toxicología experimental. 
La Categoría Toxicológica de los productos fitosanitarios ha sido determinada sobre la base de la DL50 aguda, oral o dermal, según sea 
el producto formulado comercializado en forma sólida o líquida, tal como se explicara más arriba. 
Todas las etiquetas poseen en su parte inferior una banda de color que identifica la Categoría Toxicológica del producto fitosanitario 
basándose la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 
 
 
EL MERCADO DE FITOSANITARIOS 
 
¿Quiénes venden y avalan los productos fitosanitarios? 
Los productos autorizados por el SENASA son vendidos a través de cadenas de comercios locales que representan a las distintas 
empresas fabricantes o formuladoras habilitadas en la Argentina. 
Las empresas y productos activos o formulados (forma comercial en que se venden), son nacionales o importados. 
El fabricante y/o formulador y/o importador es quien garantiza la calidad y el funcionamiento apropiado del producto a las dosis y las 
recomendaciones indicadas en las etiquetas, aprobadas por SENASA. De no ser utilizado de esta manera, el fabricante deja de tener 
responsabilidad por los parámetros antes indicados, pasando esta al usuario. 
Los productos deben ser usados de acuerdo a las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), es decir, a las dosis y los momentos indicados en 
las etiquetas, con las condiciones ambientales apropiadas (dirección e intensidad del viento, humedad y temperatura) para que el 
producto llegue a su objetivo, la plaga (sea esta maleza, insecto o enfermedad). 
También deben ser aplicados hasta el tiempo indicado como período de carencia para no superar los niveles de residuos establecidos 
legalmente para cada cultivo, como se explicó anteriormente, evitando así generar inconvenientes para los consumidores. 
La aplicación debe ser hecha por personal idóneo, con conocimiento en el manejo de los productos fitosanitarios, y adecuadamente 
protegido según el producto a utilizar (guantes, botas, máscara, equipo de protección personal, etc.). Esta información está indicada en 
las etiquetas o marbetes de los productos y varía según el tipo, formulación y clase toxicológica de cada producto. 
Los cambios tecnológicos en la agricultura argentina, como los nuevos sistemas de labranza, la rotación de cultivos y los nuevos 
materiales (híbridos y variedades de los principales cultivos) que han permitido la incorporación de nuevas áreas a la agricultura, además 
de normativas más exigentes para el registro de productos, especialmente en los aspectos ecotoxicológicos y los cambios en la dinámica 
de plagas, han ido generando requerimientos de nuevos productos. Todo ello provocó cambios significativos en el mercado de 
fitosanitarios en la última década y media. 
El mercado de protección de cultivos creció en forma sostenida a partir de mediados de los 90, producto del ingreso a la agricultura de 
una gran cantidad de hectáreas, debido principalmente a la mayor adopción de tecnología, siendo la más importante la de Siembra 
Directa. 
Históricamente, el segmento más importante dentro del mercado argentino fue el de herbicidas. Esta tendencia se ha mantenido igual en 
los últimos 20 años. La cantidad de herbicidas utilizados en volumen aumentó dos veces y media, mientras que el de insecticidas se 
duplicó y el de fungicidas aumentó una vez y media en ese lapso. 
 
 
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Representación porcentual de los productos fitosanitarios por segmento y por cultivo del mercado argentino de 2016. 
 
Fuente: Relevamiento del mercado realizado por Pampas Group, para CASAFE 
 
En cuanto a la toxicidad de los productos que se comercializan en la Argentina, podemos remarcar que la misma ha disminuido 
paulatinamente como consecuencia de la introducción al mercado nacional de nuevas moléculas, con mayor tecnología y menor 
toxicidad. 
 
Evolución de la toxicidad de los productos fitosanitarios en el mercado argentino al año 2016. 
 
Fuente: Informe anual del mercado argentino de productos fitosanitarios. Extraído de los trabajos realizados por Kleffmann Group y Pampas Group 
para CASAFE 
 
Como se puede observar en las figuras anteriores, los productos han disminuido hasta 75 veces la dosis letal (DL50), marcando un claro 
esfuerzo de la industria en desarrollar productos de protección de cultivos que cumplen con exigencias cada vez mayores para registrar 
nuevas moléculas, no solo de los consumidores, sino que también de los reguladores, o sea el SENASA. 
 
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USO SEGURO Y RESPONSABLE DE PRODUCTOS FITOSANITARIOS 
 
CASAFE impulsa varios programas de uso seguro y responsable de productos fitosanitarios. En conjunto con la mayor parte de las 
compañías fabricantes y vendedoras de fitosanitarios, trabaja permanentemente en la difusión y educación de usuarios de productos 
fitosanitarios para que los mismos se utilicen y manejen adecuadamente. 
A todo este proceso se lo conoce como Cuidado de Producto, Gestión Responsable de Productos y Tecnologías o Uso Seguro de los 
productos fitosanitarios. Mediante el mismo, se busca identificar y reducir los riesgos en seguridad, salud y medio ambiente en cada etapa 
del ciclo de vida de un producto, teniendo en cuenta consideraciones de interés para los usuarios, la comunidad y la sociedad. 
La gestión responsable es una labor principalmenteformativa de los participantes de la cadena de uso, tendiente a lograr un manejo 
seguro y efectivo de los productos para la protección de los cultivos. Para ello se desarrollan un conjunto de acciones con los usuarios 
(autoridades, comercios, distribuidores, aplicadores, productores, docentes, médicos y trabajadores rurales) y lineamientos para reforzar 
los conceptos tendientes a minimizar los riesgos asociados al uso de los productos fitosanitarios: 
Con la puesta en práctica de todas estas recomendaciones, la aplicación de un producto no debe tener efectos indeseados para 
quien lo usa o para quien consume alimentos que hayan sido expuestos a productos para la protección de cultivos, ya que 
sabemos que no existen productos fitosanitarios seguros, sino formas seguras de utilizarlos. 
 
Buenas Prácticas Agrícolas en el manejo de fitosanitarios 
La gestión responsable de fitosanitarios tiene como objetivo lograr el manejo y uso responsable de los productos fitosanitarios durante 
todo su ciclo de vida, desde su descubrimiento y desarrollo, ciclo comercial y uso en el campo, hasta su eliminación por el uso. 
 
 
Fuente: CropLife Latin America 
 
En todas estas etapas se aplica el programa de Cuidado Responsable del Medio Ambiente que apunta a reducir el efecto invernadero, a 
generar una menor cantidad de residuos, a minimizar la frecuencia de ocurrencia de accidentes de trabajo y a optimizar el uso de la 
energía y el agua. 
Durante la etapa de investigación y desarrollo se realizan estudios toxicológicos y ecotoxicológicos que son considerados por los 
organismos reguladores gubernamentales (por ejemplo, el SENASA en Argentina) para su aprobación. 
En la etapa de manufactura se aplican las Buenas Prácticas de Manufactura a fin de evitar siniestros que afecten a las personas, las 
instalaciones y el medio ambiente. 
El transporte de productos fitosanitarios se ajusta a las normativas específicas vigentes para este tipo de productos. 
Para la etapa de almacenamiento, CASAFE tiene en marcha el programa Depósito Ok de certificación y mejora continua de los depósitos, 
con más de 550 distribuidores certificados y con cursos de capacitación realizados de manera periódica. 
Para la distribución, se sigue el Código internacional de conducta para la distribución y utilización de fitosanitarios (FAO). 
 
Aplicación Responsable 
El manejo responsable en la etapa de aplicación de fitosanitarios es de suma importancia porque se produce la liberación al ambiente del 
producto y aumenta el riesgo de contacto con el operador y las poblaciones rurales. En este punto es que se hace de suma importancia la 
función del Ingeniero Agrónomo, quien debe asegurar que el riesgo químico se disminuya lo más posible, evitando así cualquier tipo de 
problemas al trabajador rural, al ambiente y/o a la sociedad en su conjunto. 
El concepto de Riesgo Químico es la interacción entre la Toxicidad intrínseca de los productos para la protección de cultivos, establecidos 
por el SENASA a través de su clase toxicológica, y el Nivel de Exposición a ese producto fitosanitario. 
 
 
 
Riesgo= Toxicidad x Exposición 
 
 
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Donde Riesgo químico es la probabilidad de que una sustancia química produzca un daño en condiciones específicas de uso o manejo; 
Toxicidad es la cantidad inherente de una sustancia de causar daño a un organismo vivo; y Nivel de Exposición es el contacto efectivo de 
la sustancia con el organismo. 
La toxicidad es un parámetro que no varía, a menos que cambiemos el producto a utilizar, siendo el nivel de exposición el parámetro que 
más afecta al nivel del riego. 
Las buenas prácticas agrícolas, a través del Uso responsable de productos, es quien asegura que el nivel de exposición sea lo 
suficientemente bajo como para que el Riesgo sea mínimo. 
Para ello es que se utilizan una serie de recomendaciones para asegurar la mínima exposición a los productos fitosanitarios, las cuales 
son: 
 Lectura de las etiquetas y hojas de seguridad de los productos, en donde figuran los cuidados que se deben tener en el manejo 
del producto. 
 Uso de Equipo de Protección Personal (EPP), mediante el cual se disminuye considerablemente el nivel de exposición a los 
productos. 
 Realizar el tratamiento adecuado de los envases vacíos de fitosanitarios. En este punto cobra vital importancia la técnica de 
triple lavado o lavado a presión de los envases de plástico rígido de fitosanitarios y posterior perforado de los mismos para 
evitar su reutilización, tal como lo establece la norma IRAM N° 12.069. Mediante este procedimiento se procede a la eliminación 
de 99,999% del producto adherido o absorbido en el envase. 
 Al momento de la aplicación efectiva de los productos tener presente las condiciones ambientales optimas de aplicación 
(intensidad y dirección del viento, humedad relativa y temperatura) y la calibración adecuada de la pulverizadora para lograr el 
número de gotas por cm2 y diámetro promedio de gotas adecuado. Estos parámetros están establecidos en las Buenas 
Prácticas de Aplicación y bajo los cuales el nivel de exposición tiende a cero. 
 Luego de la aplicación, lavar el EPP separado de la ropa de uso diario y entregar los envases vacíos, lavados e inutilizados, en 
un centro de acopio transitorio, para su posterior reciclado. 
 
Recomendaciones para el uso responsable y eficaz de productos fitosanitarios 
Elección del producto fitosanitario 
La decisión de aplicar un producto fitosanitario para controlar una plaga, maleza o enfermedad, debe tomarse sobre la base de un prolijo 
análisis de la situación. Hay circunstancias en las cuales el empleo de un producto fitosanitario no sería aconsejable, como por ejemplo 
cuando una adversidad se encuentra por debajo del umbral de daño económico o cuando existen métodos de control cultural o biológico 
más efectivos. Sin embargo, también hay circunstancias en las que un producto fitosanitario puede salvar el cultivo. Por lo cual, en todo el 
mundo, la utilización de estas sustancias se ha convertido en una herramienta imprescindible para la producción estable y económica de 
alimentos. 
Conocer con antelación las características del producto le significará un mayor aprovechamiento de sus bondades. 
 
Fundamentos para el manejo de plagas 
La decisión de realizar un control químico requiere de un estudio previo donde se valoren las diferentes alternativas posibles para su 
manejo, así como también los aspectos económicos y medioambientales. Tanto es así que uno de los pilares más importantes del manejo 
de plagas es el concepto de Nivel de Daño Económico (NDE). Éste puede definirse como el nivel mínimo de abundancia de una plaga 
que ocasionará un perjuicio económico, de otra manera, podemos decir que el NDE es aquel daño que justifica un costo adicional de 
aplicar una medida de control. 
Por otra parte, el concepto de Umbral Económico (UE) se ha empleado de diversas maneras. Por ejemplo, en una concepción subjetiva, 
el Umbral Económico se ha referido a valores de abundancia de adversidades que derivan de experiencias de campo circunstanciales. 
Estos valores son fijos y cuando son propuestos no se adjunta un método para adaptarlos a diferentes condiciones. 
Otro modo de establecer un Umbral Económico es fijando un porcentaje respecto del Nivel de Daño Económico (NDE). Precisamente 
porque el NDE es el nivel de abundancia que provoca un perjuicio económico, y se requiere evitar que la abundancia de las adversidades 
llegue a tal nivel. Entonces, se suele establecer un nivel de abundancia, el UE, ante el cual se debería aplicar una medida de control para 
evitar que la adversidad llegue al NDE. Ese porcentaje se fija dependiendo de las características de la adversidad. Si ésta se caracteriza 
por tener una elevada tasa de crecimiento, el UE se fija en porcentajes del NDE tan bajos como 50%. Por el contrario, si la adversidad 
presente en el cultivo no se caracteriza por crecer velozmente, el UE suele fijarse hasta en

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