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ENSAYO Origen, evolución, aplicaciones y retos de la física nuclear. FISICA MODERNA BONIFACIO CARREON WILLIAMS, VILLEGAS VEGA RAMIRO, HERNANDEZ ESCOBAR CARLOS MIGUEL, CHUZEVILLE ROSAS CATHERINE ETIENNE, SANTOS BARBOSA JOSE EMMANUEL 8-1-2021 -Origen de la física nuclear Con el descubrimiento del electrón, a fines del siglo pasado, por J. J. Thomson, E. Wiechert y W. Kaufmann, y la introducción del átomo nuclear de Ernest Rutherford, se disponía finalmente para formular una teoría atómica que pudiera satisfacer los requerimientos empíricos. A partir de ahora, los fenómenos radioactivos se atribuirían a procesos dentro del núcleo atómico, distintos de aquellos que tenían su origen en las capas electrónicas exteriores que, según la teoría de Bohr, rodeaban al núcleo. Para explicar los fenómenos atómicos había sido necesario reemplazar la mecánica clásica por la mecánica cuántica. Se trataba ahora de examinar la validez de esta nueva teoría en el ámbito nuclear donde las condiciones físicas eran muy distintas. Los científicos se vieron obligados a revisar de nuevo los fundamentos de sus teorías. mientras que algunos creían que la solución requería una nueva revolución conceptual. La explicación de los fenómenos nucleares requería profundos cambios conceptuales, es decir, la creación y la aniquilación de partículas y la introducción de nuevas teorías de campo, como también el descubrimiento de nuevas partículas constituyentes del núcleo atómico, en especial el neutrón, el positrón, el neutrino y los mesones. Como consecuencia, se produjo una división dentro del cuerpo de la física nuclear, que dio origen a la física de las partículas elementales como nueva disciplina. Ernest Rutherford estableció los fundamentos tanto de la física nuclear moderna como de la física atómica moderna a través de una serie de experimentos publicados por primera vez en 1911. Ernest Rutherford y el químico británico Frederick Soddy fueron los primeros en demostrar que un elemento puede irradiar de forma natural suficiente materia para convertirse en otro. El descubrimiento del neutrón por James Chadwick en 1932 aclaró tanto el problema de la composición isotópica como la conexión entre el peso atómico A y el espín nuclear. Ahora que se sabe que los protones y neutrones son los componentes básicos de los núcleos, se inició el estudio de la estructura nuclear. “Durante los años 20 se empezó hablar de física nuclear, antes que de radioactividad, para referirse a la ciencia del núcleo atómico en general y no solamente a los fenómenos de desintegración de ciertos núcleos” (Meyenn K. (1999)). Con el descubrimiento del neutrón, en 1932, aumentaron las conferencias centradas en la física nuclear. Los problemas de la nueva disciplina jugaban un papel cada vez más importante en las reuniones que Bohr convocaba periódicamente para discutir los desarrollos más recientes de la física cuántica. Mientras predominó el estudio de las radiaciones y de las series de desintegración, el nuevo campo de investigación se denominó radiactividad. Una vez comprendida a grandes rasgos la fenomenología, comenzaron a formularse los primeros modelos nucleares, que inicialmente eran primordialmente clásicos; sin embargo, las altas energías de los procesos nucleares requerían la construcción de nuevos aparatos y equipos experimentales, más grandes y costosos. Entre los primeros textos sobre radioactividad, aparecidos poco después del descubrimiento de este fenómeno, figuran la disertación de Marie Curie y las monografías de Rutherford y su colaborador Frederick Soddy. Inicialmente, los libros de física trataban la radioactividad como un apartado de la electricidad y el magnetismo. -Evolución de la física Nuclear Como todas las ramas de la física, la parte nuclear tuvo un comienzo y un auge a partir de la ineficiencia de los conocimientos de la mecánica clásica. Esto en parte de que surgían diferentes problemas e indeterminaciones al aplicar las fórmulas convencionales, pues era necesaria una nueva formulación de las leyes de la física, sin embargo, no todas las ideas fueron aceptadas por la comunidad científica, aun así hubo pioneros en la formulación de esta nueva parte de la física Si bien el comienzo de la parte nuclear tuvo antecedentes con los filósofos griegos quienes especulaban sobre la naturaleza fundamental de la materia. Cuatro siglos antes de nuestra fue Demócrito quien pensó que la materia podía subdividirse hasta una mínima expresión llamada átomo. El átomo era entonces el constituyente fundamental de la materia y fue hasta el siglo XIX donde se pudo comprobar experimentalmente su existencia y confirmar la validez de esta teoría. Fue entonces cuando surgió la física atómica que está dedicada al estudio de las propiedades de los átomos de los diversos elementos. En esta especialidad trabajaron grandes científicos como Dalton, Avogadro, Faraday y Mendeléyev. Fue Dimitri Ivánovich Mendeléyev quien hizo una clasificación sistemática de los elementos, caracterizados por las propiedades de los átomos respectivos. En 1896 fue descubierta la radiactividad en las sales de uranio por el físico francés Henri Becquerel; en ese mismo año Becquerel descubre que algunos tipos de átomos son radiactivos. Posteriormente en 1898, los científicos Marie y Pierre Curie descubrieron dos elementos radiactivos existentes en la naturaleza, el polonio (Po) y el radio (Ra). En 1913 el físico alemán Niels Bohr publicó su modelo de átomo, consistente en un núcleo central compuesto por partículas que concentran la práctica mayoría de la masa del átomo (neutrones y protones), rodeado por varias capas de partículas cargadas casi sin masa (los electrones). Mientras que el tamaño del átomo resulta ser del orden del angstrom (10-10 m), el núcleo puede medirse en fermis (10-15 m), o sea, el núcleo es 100 000 veces menor que el átomo. Rutherford estudio las propiedades de la radiactividad usándolas luego para estudiar los átomos. Este físico británico planteo la tesis de la existencia del núcleo y en el año 1918 definió la existencia de los núcleos de hidrógeno. Rutherford sugirió que el núcleo de hidrógeno, cuyo número atómico se sabía que era 1, debía ser una partícula fundamental. Se adoptó para esta nueva partícula el nombre de protón sugerido en 1886 por Goldstein para definir ciertas partículas que aparecían en los tubos catódicos. Fue así como de esta forma nace la física nuclear. Pese a que los resultados presentados por Rutherford, que indicaban una estructura con núcleo y electrones orbitando, parecían incontestables, el modelo no podía ser explicado con las teorías de la época. Según la física clásica, una carga eléctrica que tiene una órbita circular pierde energía. Bajo esta premisa, el modelo de Rutherford no podía ser estable, dado que la pérdida de energía de los electrones haría que terminaran por precipitarse contra el núcleo. Quedaba claro que, si los resultados de Rutherford eran correctos, y todo parecía indicar que lo eran, los físicos se encontraban ante una serie de problemas cuya solución requería el desarrollo de una nueva física. "Es, probablemente, el hallazgo más importante del siglo XX" Apenas dos años después del descubrimiento del núcleo, Bohr propuso un nuevo modelo basándose en los resultados de Rutherford, pero tomando prestadas unas revolucionarias ideas que utilizaban un nuevo concepto, la cuantización. El modelo de Bohr mantenía la estructura planetaria del átomo de Rutherford, pero introducía ciertos postulados que establecían que los electrones sólo podían describir unas órbitas circulares especiales en las que no había pérdida de energía, lo que permitía que el modelo fuese estable. Se iniciaba así la era de una nueva física, una innovadora forma de observar lamateria que cambiaría para siempre la forma de estudiar el mundo microscópico. La física cuántica comenzaba a asomar la cabeza. Sin duda, el descubrimiento de Rutherford contribuyó de manera decisiva a la formulación de una nueva teoría que explicara la estructura de la materia. Sin embargo, el experimento que realizó también se puede considerar un hito de la física experimental, ya que el experimento de Rutherford inició los aceleradores de partículas Durante la década de 1930, Irene y Jean Frédéric Joliot-Curie obtuvieron los primeros nucleídos radiactivos artificiales bombardeando boro (B) y aluminio (Al) con partículas α para formar isótopos radiactivos de nitrógeno (N) y fósforo (P). Algunos isótopos de estos elementos presentes en la naturaleza son estables. Los isótopos inestables se encuentran en proporciones muy bajas. En 1932 James Chadwick realizó una serie de experimentos con una radiactividad especial que definió en términos de corpúsculos, o partículas que formaban esa radiación. Esta nueva radiación no tenía carga eléctrica y poseía una masa casi idéntica a la del protón. Inicialmente se postuló que fuera resultado de la unión de un protón y un electrón formando una especie de dipolo eléctrico. Posteriores experimentos descartaron esta idea llegando a la conclusión de que era una nueva partícula procedente del núcleo a la que se llamó neutrones. Los científicos alemanes Otto Hahn y Fritz Strassmann descubrieron la fisión nuclear en 1938. Cuando se irradia uranio con neutrones, algunos núcleos se dividen en dos núcleos con números atómicos. La fisión libera una cantidad enorme de energía y se utiliza en armas y reactores de fisión nuclear. La física nuclear fue desarrollada por grandes y excepcionales científicos, que vale la pena mencionar, cada uno de ellos realizaron aportaciones en los postulados de sus teorías, obteniendo numerosos reconocimientos, incluidos los más importantes del mundo como el premio nobel. Científicos pioneros en el desarrollo de la física Nuclear Henri Becquerel Enrico Fermi Robert Oppenheimer Niels Bohr Johannes Vilhelm Jensen Isidor Isaac Rabi Marie Curie Irene Joliot-Curie Ernest Rutherford Pierre Curie John von Neumann Lise Meitner Albert Einstein Hans Bethe Valeri Legásov Jean Frédéric Joliot-Curie Wolfgang Paul En los años 40 y 50, como una continuación de la física nuclear, emergió la física de partículas elementales, dedicada al estudio de un nivel más elemental de la materia que el núcleo. Las técnicas nucleares fueron usadas para el desarrol lo de la física experimental en otros campos. -APLICACIONES DE LA FÍSICA NUCLEAR Ingeniería Biomédica. En el ramo de la Ingeniería Biomédica, las técnicas de la Física Nuclear son empleadas en múltiples aspectos. El uso de los rayos X (aunque su origen no es nuclear sino atómico, su estudio se hace paralelo a los rayos gamma, debido a su naturaleza electromagnética) es una de las técnicas más utilizadas por los médicos como medio de diagnóstico. Se ha calculado que alrededor de una cuarta parte de los pacientes del mundo reciben los beneficios de las técnicas nucleares. En adición a los rayos X, los compuestos químicos “marcados” con Isótopos radiactivos de baja actividad, producidos en los grandes aceleradores de partículas y reactores nucleares, son especialmente útiles para fines de diagnóstico; una vez que se introducen estos compuestos en el cuerpo humano son observados durante su desplazamiento en el órgano estudiado para evaluar su funcionamiento. Esto se logra debido a que estos compuestos, al ser radiactivos, emiten cierta cantidad de radiación, la cual por medio de sofisticados aparatos electrónicos puede ser detectada y convertida en una señal eléctrica lista para digitalizarse y convertirse en una imagen útil para el diagnóstico médico. Estos compuestos son empleados frecuentemente para el tratamiento del cáncer, problemas tiroideos, funcionamiento renal, hepático y de corazón entre otros. Ingeniería Agrícola: En el caso de la Ingeniería Agrícola, la Física nuclear combinada con otras tecnologías, es empleada para desarrollar nuevas variedades de especies como arroz, trigo y soya; las cuales pueden ser más resistentes a enfermedades, proporcionar productos de mayor calidad, así como tener mayor rendimiento. La forma de desarrollar estas nuevas variedades se basada en la transmutación genética. Al igual que todos los seres vivos, las plantas son sensibles a las alteraciones genéticas producidas por la radiación ionizante. Esta característica es aprovechada por los Ingenieros Agrícolas para generar las nuevas especies de cultivo. Las semillas son clasificadas é irradiadas con distintas dosis de radiación (principalmente Gamma); a la acción de la radiación las características del individuo se modifican, y al sembrarse y cultivarse se obtienen especies cuyas características alimenticias y de tiempo en anaquel son superiores a las tradicionales. Otro logro es la incursión en el control de las plagas que afectan a las especies de cultivo. En este caso, nuevamente la radiación es una herramienta imprescindible para la erradicación de estas. Sobre los pesticidas tradicionales, se ha encontrado que estos son altamente tóxicos y dañinos a los consumidores. Sin embargo, las técnicas nucleares han permitido eliminar poblaciones completas de plagas de una manera eficaz y sin daños al medio ambiente. La técnica de la erradicación es muy sencilla; primeramente, se irradian los huevecillos de las plagas en estado larvario para generar esterilidad en los nuevos insectos. Posteriormente estos insectos estériles son arrojados en el campo de cultivo del cual se quiere eliminar la plaga. Como estos insectos son estériles se asegura que al aparearse con las hembras no habrá descendencia, disminuyendo de esta manera la población de la plaga. Este procedimiento se repite varias veces hasta que la plaga se erradica. Ingeniería en alimentos: La conservación de alimentos por medio de rayos Gamma es un método empleado cada vez más junto a otros tradicionales, como la pasteurización, por ejemplo. Esta técnica consiste en tratar a los alimentos de forma comparable al calentamiento o la congelación; los productos alimenticios se exponen a cantidades controladas de radiación para retardar la descomposición de estos o para eliminar los huevecillos de los insectos o microorganismos que los contaminan. Con esto, no solo se favorece la salud de los individuos, sino que aumenta el tiempo de anaquel y las pérdidas por descomposición de los alimentos disminuyen. Un ejemplo muy clásico es el de la salchicha de Tailandia. Esta salchicha se elabora con carne de cerdo cruda, y se ingiere en estas condiciones. El problema radica en que, al ser carne de cerdo cruda, está contaminada con formas larvales conocidas comúnmente como cisticercos, los cuales constituyen un problema de salud muy grave. Al ser irradiado el producto por dosis intensas de radiación Gamma, los estos son eliminados y el producto puede consumirse con toda confianza. Ingeniería metalmecánica. En algunos países la Ingeniería Metalmecánica ha utilizado las fuentes radiactivas emisoras gamma para diversas aplicaciones, tales como las radiografías industriales, las cuales se utilizan para detectar fallas en estructuras de tuberías, turbinas y maquinaria pesada en general. Otra de sus aplicaciones ha sido en los sistemas de control, control de calidad, sondeo de perforaciones y determinación de las características de las rocas y metales. Ingeniería Eléctrica. Al fisionarse los átomos del combustible nuclear, se produce calor, el cual es utilizado para producir vapor a presión que a su vez mueve a un generador eléctrico y se produce la electricidad. Mucha gente podría pensar que las nuevas fuentes alternas de energía tales como la solar o la eólica son más limpias,y en principio lo son, pero no compiten en producción con las grandes centrales termoeléctricas o las hidroeléctricas y tienen el mismo inconveniente que las centrales nucleoeléctricas: los desechos. Mientras que en una central nuclear los desechos radiactivos están controlados y en lugares seguros, en el caso de la solar y la eólica el problema lo constituyen las baterías de almacenamiento, ya que al no haber una regulación normalizada de las mismas se convierten en un problema ambiental muy grande, ya que una sola batería de las doméstica tipo AAA es suficiente para contaminar un manto freático de agua. -RETOS DE LA FISICA NUCLEAR La fusión nuclear es uno de los grandes retos que la humanidad tiene por delante. Y también es una inmensa oportunidad. Según numerosos científicos, encabezados por Steve Cowley, un físico teórico británico involucrado directamente en el diseño del reactor de fusión ITER, del que hablaremos más adelante en este mismo artículo, la fusión pone a nuestro alcance la posibilidad de resolver nuestras necesidades energéticas. Pero aún plantea desafíos titánicos. Y es que en el interior de los reactores de fusión nuclear manejamos nubes de partículas que son sometidas a temperaturas cercanas a los doscientos millones de grados Celsius. Unas diez veces mayores que las del núcleo solar. Sin ellas, la fusión nuclear no tendrá lugar. En cualquier caso, lidiar con estas temperaturas es tan solo uno de los retos en los que están trabajando los científicos. El plasma, otra forma de «jugar con fuego». Antes de seguir adelante os invitamos a que, si queréis conocer con todo detalle en qué difieren la fisión y la fusión nuclear, y de dónde obtienen su energía las estrellas. Para llevar a cabo la fusión nuclear en los reactores experimentales que nuestros físicos e ingenieros ya han construido debemos utilizar deuterio y tritio, dos isótopos del hidrógeno cuyos núcleos, al ser sometidos a temperaturas elevadísimas, comienzan a fusionarse. Pero ¿por qué es necesario alcanzar una temperatura tan monstruosa? Sencillamente, porque es la forma de conferir a los núcleos de deuterio y tritio, que son los componentes del combustible nuclear, la energía cinética que necesitan para que sean capaces de vencer su repulsión natural, y puedan fusionarse, originando un núcleo de helio y un neutrón. Lo que explica esa repulsión inicial es el hecho de que ambos núcleos tienen la misma carga eléctrica, que es positiva, pero si logramos conferirles una energía cinética muy alta incrementando la temperatura de las partículas, lograremos que se acerquen lo suficiente para que la energía nuclear fuerte, que es la que mantiene unidas las partículas en el núcleo atómico, sea capaz de vencer la repulsión eléctrica y la fusión de los núcleos de deuterio y tritio tenga lugar. La altísima temperatura de los reactores de fusión nuclear por confinamiento magnético consigue que los núcleos de deuterio y tritio venzan su repulsión eléctrica y se fusionen A esa nube de partículas que contiene el combustible nuclear a tan alta temperatura los científicos le llaman plasma, que será el nombre que utilizaremos en adelante en el artículo. Y manejar una sustancia a una temperatura tan alta es difícil. Dificilísimo, en realidad. Por esta razón, los grupos de investigación que están trabajando en fusión nuclear han desarrollado dos estrategias diferentes: el confinamiento magnético y el confinamiento inercial. Confinamiento magnético e inercial. El primero de ellos, el magnético, pretende confinar el plasma en el interior de un campo magnético extraordinariamente potente cuyo objetivo es evitar que los núcleos de deuterio, tritio y helio, que se encuentran, como hemos visto, a una temperatura descomunal, toquen las paredes del contenedor, que no es otra cosa que el recipiente en el que están confinados. Si lo hacen corremos el riesgo de que el contenedor resulte dañado y de que se produzca una reducción de la temperatura que daría al traste con las condiciones necesarias para que la fusión tenga lugar. Antes de seguir adelante, un apunte importante. Aunque mantengamos el combustible a una temperatura muy elevada para que los núcleos se muevan en el gas ionizado, que es lo que realmente es el plasma, a unas velocidades muy altas, no tenemos la seguridad de que muchas de esas partículas vayan a fusionarse. De hecho, los físicos recurren a un parámetro, conocido como criterio de Lawson, que es el producto del número de partículas que tenemos, la temperatura a la que están sometidas, o, por tanto, la velocidad a la que se están moviendo, y el tiempo que somos capaces de mantener esas condiciones en el sistema. Este parámetro es el que indica a los científicos en qué medida pueden conseguir que las reacciones de fusión nuclear sean rentables desde un punto de vista energético. Esto significa que es necesario recrear las condiciones apropiadas para que la probabilidad de que los núcleos de deuterio y tritio se fusionen sea lo suficientemente alta, de manera que la energía que necesitamos invertir en el sistema para que tengan lugar un número suficiente de fusiones sea menor que la energía que obtenemos como resultado de esas fusiones. Referencias Meyenn K. (1999). Mecánica cuántica y física nuclear. España. CSIC-UV - Instituto de Historia de la Medicina y de la Ciencia López Piñero (IHMC) Universidad de Valencia. Chritopher R., Siemens P. (2003). Nuclear Physics. Encyclopedia of Physical Science and Technology (Ed. 3). Recuperado de https://www.sciencedirect.com/topics/earth-and-planetary-sciences/nuclear- physics.
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