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TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN e HIPERACTIVIDAD El Trastorno de déficit de atención por hiperactividad está considerado como un trastorno neurológico que se diagnostica especialmente en la infancia, aunque también hay casos de diagnóstico en la adolescencia y algunos que se pueden llegar a dar incluso en la edad adulta. Los niños que sufren de esta problemática tienen dificultades para prestar atención, se distraen con facilidad y poseen una capacidad muy baja de concentración, por lo que dejan las tareas a medio con una gran dificultad para finalizarlas (déficit de atención). También presentan una gran inquietud motora y exceso de energía, por lo que están moviéndose y yendo de un sitio para otro constantemente (hiperactividad). La conducta de estos niños es difícil de manejar. Suelen sacar de quicio a cualquier persona que esté cerca, los padres acaban desbordados sin saber qué hacer, puesto que suelen meterse en problemas debido a su comportamiento impulsivo. Su inestabilidad emocional hace que se desesperen con facilidad y expresen sus emociones de una manera caótica e intensa. Síntomas Requiere diagnóstico médico Los síntomas incluyen hiperactividad y atención limitada. Las personas pueden sufrir: • Comportamiento: agresión, excitabilidad, falta de autocontrol, hiperactividad, impulsividad, irritabilidad, moverse nerviosamente o repetición persistente de palabras o acciones • Cognitivos: corto período de atención, dificultad para enfocarse, distracción, olvido o problema para prestar atención • Estado de ánimo: aburrimiento, altibajos emocionales, ansiedad, enfado o entusiasmo • También comunes: depresión o discapacidad de aprendizaje Causas En cuanto a sus causas, no se puede identificar una sola. Sin embargo, se sabe que en las mismas influyen factores principalmente genéticos y ambientales. Se consideran factores ambientales del TDHA (entre otros): los traumatismos craneoencefálicos en la infancia, las infecciones del sistema nervioso central, la prematuridad, la encefalopatía hipóxico-isquémica, el bajo peso al nacimiento o el consumo de tóxicos como el alcohol o el tabaco en el embarazo. El TDHA tiene una heredabilidad del 76% (es decir, que en una población media, el 76% de los factores vinculados con el TDAH están relacionados con los genes, y el resto a factores no genéticos). ¿Cómo tratarlos? Una vez que se arriba al diagnóstico del niño es fundamental comenzar a implementar horarios, rutinas y estructuras constantes con el fin de brindar una base sólida para lidiar con su dificultad, y disminuir el estrés. Estos son algunos tips para tener en cuenta: • Estructurar las rutinas. • Se pueden dividir las tareas en pasos más cortos, haciendo comentarios positivos cada vez que el niño las realiza. • Enseñarle al niño a organizar su tiempo. • Implementar sistemas de almacenamiento de cubículos para ayudar a la organización de sus actividades. • Utilizar un planificador diario para sus tareas. Estos consejos pueden ser empleados tanto en el hogar como en el ámbito escolar, por lo que es importante la comunicación con la institución educativa para fomentar un mejor rendimiento académico.
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