Errar_es_Humano

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Errar es Humano 1
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Errar es Humano
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Topic
Montoya Corral José Luis
Los errores están en la base misma del pensamiento humano, en él incrustados, ahí, alimentando la estructura como 
nódulos radiculares. Si no estuviéramos provistos del don de errar, nunca lograríamos hacer algo útil. Seguimos nuestro 
camino al pensar escogiendo entre alternativas correctas y equivocadas y las opciones erróneas se toman con la misma 
frecuencia que las acertadas.
Avanzamos en la vida de esta manera. Estamos construidos para cometer errores, codificados para errar. Aprendemos, 
según decimos, por “ensayo y error”. ¿Por qué decimos siempre esto? ¿Por qué no “ensayo y acierto” o “ensayo y 
triunfo”? La antigua frase se ha construido así porque de esta forma se procede en la vida real.
Un buen laboratorio, como un buen banco, una empresa de gobierno, tienen que funcionar como una computadora. Casi 
todo se hace en forma impecable, según el libro, y todos los números, al sumarlos, dan las cifras predichas. Los días 
transcurren. Y entonces, sí es un día afortunado y se trata de un laboratorio afortunado, alguien comete un error: el 
amortiguador equivocado, algo en alguno de los espacios en blanco, un decimal fuera de lugar en las cuentas, 
temperatura de incubadora un grado por arriba o por debajo del correcto; un ratón fuera de su jaula o simplemente un 
error al leer el protocolo 3 del día. Sea lo que fuere cuando llegan los resultados, se observa que, obviamente, hay algo 
torcido y entonces puede empezar la acción.
La lectura equivocada no es un error importante; sólo abre el camino. El paso siguiente es crucial. Si el investigador llega 
a decir “Pero aún así, ¡vean eso!”, entonces el nuevo hallazgo, cualquiera que sea, está listo para agarrarlo con presteza. 
Lo que se necesita para que haya progreso es la jugada basada en el error.
Siempre que están a punto de realizarse nuevas formas de pensamiento o nuevas variedades de música, tiene que 
haber una discusión previa. Entre dos partes que discuten elocuentemente el mismo punto se llega siempre 
amablemente al acuerdo de que una tiene razón y la otra está equivocada. Tarde o temprano se llega a un arreglo, pero 
no puede haber acción si no existen las dos partes y la discusión. La esperanza está en la facultad de equivocarse, en la 
tendencia al error. La capacidad de saltar a través de montañas de información y aterrizar suavemente en el lado 
equivocado representa la más alta de las dotes humanas.
Puede ser que éste sea exclusivamente un don humano, tal vez incluso, inscrito en nuestras instrucciones genéticas. 
Otras criaturas no parecen tener secuencias de DNA para cometer errores como parte ordinaria del diario vivir, y 
seguramente no las tienen para el error programado como guía de acción.
@February 14, 2022
Errar es Humano 2
Llegamos a lo más fino de nuestra capacidad humana, en danza con nuestra mente, cuando nos enfrentamos a más de 
dos opciones. A veces hay 10, incluso 20 o más distintas opciones, de las cuales todas menos una son erróneas, y la 
riqueza y selección, en tales situaciones, puede elevarnos a un terreno totalmente nuevo. A este proceso llamamos 
exploración y se basa en la falibilidad humana.
Si tuviéramos en nuestros cerebros un centro único capaz de reaccionar sólo cuando vaya a tomarse una decisión 
correcta, en vez de tener una maraña de diferentes cúmulos de neuronas, crédulas, fáciles de embaucar, que nos 
lanzaran hacia callejones sin salida, a trepar a los árboles, tomar resoluciones sin objeto, ascender al cielo azul, dar 
rodeos innecesarios, o doblar curvas, sólo podríamos permanecer en la forma en que estamos hoy, fuertemente 
adheridos.
Los animales inferiores no gozan de esta espléndida libertad. Los más de ellos están limitados a la infalibilidad absoluta. 
Los gatos nunca cometen errores. Jamás he visto a un gato torpe, desmañado o desatinado. Los perros son falibles a 
veces, aptos en ocasiones para cometer pequeños errores encantadores; pero cuando así se comportan es por imitar a 
sus amos. Los peces son intachables en todo lo que hacen. Las células individuales de un tejido son máquinas sin 
mente, perfectas en su función, tan absolutamente inhumanas como las abejas.
Debemos de pensar en esto a medida que nos vamos haciendo dependientes de computadoras cada vez más complejas 
para el arreglo de nuestros asuntos. Demos a las computadoras sus cabezas, digo yo: dejemos que sigan su camino. Si 
podemos aprender a hacer esto, voltear la cabeza a un lado y retroceder mientras el trabajo avanza, las posibilidades 
para el futuro de la humanidad y de la “computadoridad” serán ilimitadas. Vuestra buena computadora ordinaria puede 
hacer cálculos en un instante que, a cualquiera de nosotros, con la regla de cálculo, les llevaría toda la vida. Piénsese en 
lo que podríamos ganar con la casi infinita “mal computación” hecha a máquina, que ahora está tan fácilmente a nuestro 
alcance. Podríamos empezar a resolver algunos de nuestros problemas más difíciles. Por ejemplo: ¿Cómo nos 
organizaremos nosotros mismos para la vida social en escala planetaria, ahora que nos hemos convertido, como hecho 
corriente de la vida, en una sola comunidad? Debemos suponer, como hipótesis de trabajo, que para hacer esto no nos 
serviría ninguno de los procedimientos considerados correctos.
Entonces, lo que necesitamos para avanzar es un conjunto de alternativas erróneas mucho más largo y más interesante 
que la corta lista de cursos errados que cualquiera de nosotros pueda imaginar ahora. De hecho, necesitamos una lista 
infinita, y cuando esté impresa, necesitaremos que la computadora se encargue de ella y seleccione, al azar, la siguiente 
forma de avanzar. Si es un error lo suficientemente grande, nos encontraremos con un nuevo nivel, aturdidos, fuera, en el 
vacío, listos para movernos otra vez.
De hecho, en algunos países se ha propuesto que la prescripción electrónica podría ayudar a minimizar los errores que 
se producen en el proceso de distribución, administración y prescripción de los medicamentos, y se piensa que el 
desarrollo e implantación de medidas como la incorporación de sistemas automáticos de dispensación de medicamentos, 
de códigos de barras para la identificación de fármacos y la automatización de laprescripción electrónica podrían reducir 
los errores de prescripción.
Por esto es importante considerar nuestra realidad y práctica hospitalaria, la cual es diferente a la de los países 
desarrollados. En nuestro medio, es la enfermera quien además de atender al paciente, se encarga de la preparación y 
administración de los medicamentos, mientras que en los EUA, son los profesionales de la farmacia quienes tienen tal 
responsabilidad. Si a ello aunamos el hecho de que en la mayoría de los hospitales mexicanos tenemos un déficit de 
enfermeras, podemos ver claramente que el reto para mejorar la atención de los enfermos y la correcta administración de 
medicamentos es muy grande. Esperamos ver en el futuro los resultados que se puedan obtener en nuestra institución 
después de implementar una política de atención orientada a disminuir los errores de la medicación.