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UNIVERSIDAD CATÓLICA SEDES SAPIENTIAE
FACULTAD DE INGENIERÍA
ETICA PROFESIONAL
 
El Utilitarismo
 
Docente:
PINAZO HERENCIA, RENE ALFREDO 
INTEGRANTES 
CORRALES PEREZ, FRANKLIN DANTE
DEL CARPIO DURAND, MARIA ANDREA 
HUAMAN PERALTA, ALEXANDER
IZQUIERDO GREGORIO, ELVIS HITLER 
ARRASCUE LEON, JOSSY 
CALDERON GUEVARA, LETICIA MASSIEL 
Chulucanas, 12 de setiembre del 2022
	ÍNDICE GENERAL	
Indice general .	II
INTRODUCCIÓN.	III
MARCO TEÓRICO.	IV
3.1 Recorrido historico.	IV
3.1.1 Planteamiento del problema: Sócrates y Aristipo de Cirene.	IV
3.1.2 Orígenes: el hedonismo de Epicuro	IV
3.1.3 Fuentes de inspiración	V
3.1.4 Antecedentes inmediatos	V
3.1.5 El utilitarismo inglés	V
3.1.5.1 Bentham y el cálculo de la felicidad.	V
3.1.5.2 El utilitarismo idealista.	VI
Principios Fundamentales.	VI
Diferencias Mill-Bentham.	VI
Obras y principales ideas de Jhon Stuart Mill .	VII
Relación entre la Justica y el Utilitarismo.	VIII
CONCLUSIONES .	X
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS .	X
INTRODUCCIÓN
El utilitarismo es una filosofía construida a fines del siglo XVIII por Jeremy Bentham, que establece que la mejor acción es la que produce la mayor felicidad y bienestar para el mayor número de individuos involucrados y maximiza la utilidad. Asimismo, otro filósofo que desarrolló este concepto fue John Stuart Mill en su libro “El utilitarismo” en 1863, Parte de que todo ser humano actúa siempre sea a nivel individual, colectivo, privado o público, como en la legislación política según el principio de la mayor felicidad, en vistas al beneficio de la mayor cantidad de individuos.
La "utilidad" se define de varias maneras, generalmente en términos del bienestar de los seres humanos. Bentham la describió como la suma de todo placer que resulta de una acción, menos el sufrimiento de cualquier persona involucrada en dicha acción. En la economía neoclásica se llama utilidad a la satisfacción de preferencias, mientras que en filosofía moral es sinónimo de felicidad, sea cual sea el modo en el que esta se entienda. Esta doctrina ética a veces es resumida como "el máximo bienestar para el máximo número".
Es una versión del consecuencialismo, al considerar que solo las consecuencias de una acción son un criterio a observar para definir moralmente si esta es buena o mala. A diferencia de otras formas de consecuencialismo, como el egoísmo, considera los intereses de todos los individuos por igual. Mill se otorga, en la evaluación moral de los actos, la misma importancia a sí mismo que a los otros. En este sentido, se remite explícitamente a la regla evangélica: "Trata a tu prójimo como a ti mismo". Este precepto será una primera formulación de la máxima utilitarista bien comprendida. ​Sin embargo, no señala únicamente cómo proceder ante un dilema moral, sino también sobre qué problemas pensar, dado que los problemas que considera van más allá de las consecuencias a un futuro a corto plazo, atendiendo a los efectos de decisiones tomadas para personas que todavía no existen, ya que nuestras acciones tendrían un impacto potencial en estas. 
MARCO TEÓRICO
El utilitarismo es una ética teleológica, es decir, una ética que considera que la finalidad de la acción humana y específicamente la felicidad que se consigue a través de las acciones humanas está vinculada a la acción de acciones útiles. Simplificando se puede definir como la ética que afirma que es bueno lo que nos es útil para ser felices. 
El credo que acepta la Utilidad o Principio de la Mayor felicidad como fundamento de la moral, sostiene que las acciones son justas en la proporción con que tienden a promover la felicidad; e injustas en cuanto tienden a producir lo contrario a la felicidad. Se entiende por felicidad el placer, y la ausencia de dolor; por infelicidad, el dolor y la ausencia de placer (Mill, 1853).
3.1 Recorrido histórico
3.1.1 Planteamiento del problema: Sócrates y Aristipo de Cirene.
La problemática del utilitarismo como teoría moral se remonta a la concepción de la virtud según Sócrates y la reducción de la virtud al placer con Aristipo de Cirene (433 a.C.). Sócrates, en El Menón, afirma que para entender la virtud es necesario saber lo que es útil para el hombre y solo la razón determina lo que nos es útil o perjudicial. Por lo que su concepto de virtud es, en modo alguno, de naturaleza utilitaria. 
Aristipo de Cirene, discípulo de Sócrates, proclama que la felicidad es el placer. Solo mediante la razón se logra valorar los distintos placeres de la vida y comprender que, aunque sea esencialmente individual, se puede obtener mediante relaciones sociales. 
3.1.2 Orígenes: el hedonismo de Epicuro.
Epicuro señala también que el placer es el fin último de la vida humana, sin embargo, se aparta de las enseñanzas de Aristipo en cuanto a la interpretación de la naturaleza del placer. Según Epicuro, el placer consiste básicamente en la ausencia de dolor físico y en la tranquilidad del alma. Además, presenta el cálculo racional y comedido de los placeres ya que, en la práctica, existen placeres intensos que pueden causar sufrimiento a futuro o dolores momentáneos que pueden producir permanentes placeres. 
3.1.3 Fuentes de inspiración 
Humen presenta la estrecha relación entre la justicia y la utilidad. Las conductas virtuosas lo son por su utilidad para la mayoría de la sociedad y la promoción del bien colectivo, es decir, el beneficio de nuestros semejantes es agradable para el sujeto en sí.
3.1.4 Antecedentes inmediatos 
Comte sostiene que toda ciencia posee una finalidad utilitaria y, para la moral positivista, algo es bueno en cuanto útil, siendo lo útil cualquier objeto que pueda satisfacer las necesidades tanto particulares como colectivas. 
Según Helvecio el hombre actúa por impulsos de índole sensible y material, por interés personal. Por lo que la educación y las sanciones son necesarias para superar el comportamiento egoísta del hombre. Esta última teoría, junto con la de Comte, constituyen fuente de inspiración inmediata de las morales utilitarias. 
3.1.5 El utilitarismo inglés 
Esta teoría moral surge en Inglaterra en la primera mitad del siglo XIX con representantes como: Jeremías Bentham (1743-1832) considerado como el iniciador de esta tendencia, James Mili (1773-1836) y John Stuart Mili (1806-1873), máximo exponente de la moral utilitaria.
3.1.5.1 Bentham y el cálculo de la felicidad. 
Bentham presenta el contenido hedonista donde los motores de la conducta humana son el dolor y el placer. "Aprueba o desaprueba cualquier acción, teniendo en cuenta si tiende a aumentar o a disminuir la felicidad de aquel cuyo interés está en juego." 
Este principio muestra dos dimensiones; una de naturaleza individual y hedonista donde el placer es el fin de la conducta humana, y una dimensión social y política donde el principio de utilidad ha de aplicarse al mayor número de individuos.
La buena práctica del principio, según Bentham, es cuestión de un cálculo aritmético: 1) intensidad, cuanto más bienestar produzca un acto más útil será. 2) duración, cuanto más tiempo perdure el bienestar provocado por un acto, mejor será este acto. 3) extensión, cuanto mayor sea el número de personas beneficiadas por ese bienestar, más bueno y útil cabe considerar el acto.
3.1.5.2 El utilitarismo idealista 
La teoría moral de James Mill, discípulo de Bentham, se orienta a la ley asociativa. El placer personal se unirá con el placer de los otros hasta tal punto que el deseo del bien de los demás se convertirá en el único interés personal. Con John Stuart Mill, el utilitarismo alcanza su máximo desarrollo. Según el, no es suficiente el criterio acumulativo de placeres, lo importante es la calidad. Además, tiene en cuenta el campo colectivo ya que es a través de la sociedad que términos como la justicia o la virtud adquieren sentido y son estos sentimientos los que nos permiten armonizar los propios intereses con los de los demás. Es así como Mill le da una nueva orientación al carácter hedonista de la moral de Bentham. 
PrincipiosFundamentales
· Utilidad: Se promueve la máxima felicidad para la mayor cantidad de personas en base al objetivo de la acción moral, la búsqueda del bienestar físico, moral e intelectual. 
· Consecuencialismo: Las acciones se miden por sus consecuencias, sean buenas o malas. Por lo tanto, la acción carece de valoración moral intrínseca. 
· Principio de la agregación: Se muestra la idea de sacrificio o compensación donde se considera valido sacrificar a una minoría a fin de aumentar el bienestar general. Es decir, la desgracia de unos es compensada por el bienestar de los otros. 
· Principio de optimización: Se exige la maximización del bienestar general por lo que no se presenta como algo facultativo si no como un deber.
· Imparcialidad y universalismo: Se plantea el valor del bienestar y sufrimiento de los individuos independientemente de sus culturas, particularidades y demás. 
Diferencias Mill-Bentham
Si bien el totalitarismo se orienta a la acción de lograr la mayor felicidad, al mayor número de individuos, no se logra definir por completo la ´´felicidad al mayor número´´. Es en este punto donde las teorías de Bentham y Mill divergen. 
Cantidad y calidad: Bentham sostiene una concepción aritmética de la felicidad donde la relaciona a la cantidad de placer. Por el contrario, para Mill, predomina la calidad de dicho placer; sosteniendo así la intrínseca superioridad de los placeres mentales. 
El papel de la felicidad: La teoría de Bentham está orientada al utilitarismo individualista donde considera que la felicidad del individuo se identifica con los intereses de la humanidad. Por otro lado, Mill presenta una posición altruista donde se busca distinguir entre el beneficio puramente privado y el bien público.
Acto y reglas: Bentham justifica el valor de las acciones en base a sus consecuencias independientemente de las normas o motivaciones subjetivas. Mill plantea la búsqueda de un criterio o regla que permita la valoración moral de los actos, es decir, diferenciar el bienestar o felicidad del deseo del consumidor.
Obras y principales ideas de Jhon Stuart Mill
A los 14 años, Mill empieza a crear sus obras originales. En particular se interesa por las ideas del positivismo de comte, el socialismo y el romanticismo, su esposa Taylor Herriet fue una importante fuente de inspiración intelectual. Su contribución abarca varias áreas de la economía, filosofía y derecho, sus principales ideas fuero.
Positivismo y empirismo: El conocimiento se deriva de la experiencia por lo que necesariamente es limitado (no podemos observar todo, solo una parte y sacar conclusiones).
Libertad y principio del daño: Todos los individuos deben ser libres de tomar las acciones que consideren pertinentes siempre y cuando no impongan daño sobre otros.
Libertad de expresión: La libertad de expresar y discutir ideas es una condición necesaria para el progreso social. Aunque las ideas de otros no nos gusten, el debate ayuda a las personas a reconocer los fallos de sus ideas, abrirse a otros puntos de vista y a reforzar el adecuado razonamiento. 
Democracia con respeto de las minorías: Las sociedades deben crear mecanismos para limitar el poder de los gobernantes que solo buscan su propio beneficio. Asimismo, se debe proteger a las minorías de la tiranía de la mayoría, en donde se imponen ideas solo por el número, pero sin respeto a grupos minoritarios.
No a la esclavitud: Renegó de las ideas que supuestamente justificaban la esclavitud (por asumir una inferioridad genética e intelectual). 
Feminismo: El sometimiento de la mujer constituye un modelo social obsoleto basado en prejuicios y que afecta gravemente el progreso social. 
Propiedad pública de los recursos naturales: El progreso económico no debe ser a costa de la sobreexplotación y posible extinción de los recursos naturales. 
Utilitarismo: Se trata del principio de actuar con el fin de conseguir la mayor felicidad para el mayor número de personas posible.
Sus principales obras fueron:
1844: Ensayos sobre algunas cuestiones disputadas en economía política.
1848: Principios de economía política: con algunas de sus aplicaciones a la filosofía social. 
1859: Sobre la libertad.
1860: Consideraciones sobre el gobierno representativo.
Relación entre la Justica y el Utilitarismo
La mayoría de los pensadores rechazan la teoría de la felicidad o el placer como medida moral, porque creen en la idea de una justicia natural. En este sentido, argumentan que lo justo tiene un valor propio, absoluto, que puede escindirse de todo tipo de finalidad, pero, ¿el sentimiento de justicia que tienen los hombres es un sentimiento independiente, un don natural, como la capacidad de percibir los colores o los sabores? ¿o acaso se trata de un sentimiento secundario surgido, en última instancia, del deseo general de sacar provecho?
“Los hombres tienen capacidades muy superiores a los instintos animales y, cuando se vuelven conscientes de ello, no reconocen como felicidad nada que no involucre estas capacidades”.
Para rastrear el origen del sentimiento de justicia debemos definir, en primer lugar, lo que consideramos justo o injusto. Injusto nos parece despojar a alguien de su libertad personal, de su propiedad o de sus derechos de base legal, romper una promesa, descuidar una obligación o decepcionar a alguien. Por el contrario, consideramos que es justo cuando alguien recibe lo bueno o lo malo que merece como resultado de sus acciones. Nuestra idea de justicia también incluye la noción de igualdad, sin embargo, esta se ve muchas veces limitada, sobre todo en los casos en los que resulta propicio: en muchos países que todavía tienen esclavos, las personas tienen los mismos derechos ante la ley, pero el sistema de la esclavitud no se ve afectado por esto. Evidentemente, allí donde las diferencias sociales son consideradas útiles, la desigualdad social y material no son consideradas injustas, quien considera que los gobiernos son útiles y necesarios, no se queja de las desigualdades en la distribución del poder político. Algunos comunistas exigen que los productos producidos sean distribuidos equitativamente entre todos los miembros de una comunidad, otros, por el contrario, piensan que quienes tienen más necesidades deberían recibir más y que, de ese modo, todos pueden actuar con un sentido de justicia natural.
“Es mejor ser una persona insatisfecha que un cerdo satisfecho, es mejor ser un Sócrates insatisfecho que un idiota satisfecho”.
Originalmente, la palabra latina justum (justo) significa “aquello que fue ordenado”, es decir que se desprende de una ley humana o divina. Con el correr del tiempo, el concepto se amplió a acciones que no están reguladas por las leyes, pero, a pesar de este cambio, nuestra noción de justicia todavía está unida a la idea de la obligación legal y del castigo. Definimos una conducta como mala o injusta cuando creemos que una persona sufrió un daño y que el culpable debe recibir un castigo por ello, sin importar si este castigo se produce por medio de leyes, de la opinión pública o de la propia conciencia. esto presupone que existe una ley, una obligación moral obligatoria a la que pueden recurrir todos los individuos.
“La capacidad de tener sentimientos nobles es una delicada planta que puede ser destruida fácilmente, no solo como causa de influencias malignas sino por la mera ausencia de cuidado”.
Debido a su inteligencia, el hombre no solo tiene simpatía, sino también la capacidad de identificarse con los intereses de su tribu, su país e incluso de toda la humanidad, toda conducta que amenaza la seguridad de la sociedad despierta en él el instinto de la defensa propia y el deseo natural de infligir un castigo. Aquí radica la idea de justicia.
“La felicidad es el fulgor aislado del placer, no una llama constante y sempiterna”.
El derecho de una persona se define como sus reclamos frente a la sociedad; este derecho es una posesión que la sociedad debe defender para cada individuo en función del bien común, pues, el mayor interés de cada persona es la seguridad.La propiedad de nada sirve si puede serle arrebatada a uno por alguien más fuerte. con ello, la justicia no es un elemento independiente que exista por sí mismo, depende de la utilidad social que se basa en la obligación moral de la sociedad de defender al individuo.
Mill sostiene que el Utilitarismo es la Dignidad Humana y por lo tanto la Felicidad implica primordialmente un autorespeto. En su obra le dedica la frase “Es mejor un ser humano insatisfecho que un cerdo satisfecho; mejor ser un Sócrates insatisfecho que un necio satisfecho”. Para que los humanos alcancen la felicidad son necesarios el autodesarrollo, capacidad de conocer y alterar nuestras opiniones, y la individualidad, que las personas sean capaces de decidir por sí misma para que exista la libertad. La parte más valiosa de la felicidad es el sentido de la dignidad y establece una diferencia entre feliz y contento.
· Felicidad, que conlleva a un disfrute en conjunto, se es feliz rodeado de gente feliz.
· Contento, si se disfruta un acontecimiento individualmente es “estar bien” mas no es “vivir bien” y concierne a personas que aún no han alcanzado la autonomía moral.
CONCLUSIONES
· Se concluye que el enfoque utilitarista proporciona una fundamentación de la conducta moral, pero también un procedimiento de decisión. En cuanto al procedimiento de decisión el utilitarismo implica algunas consecuencias chocantes o poco intuitivas, como que ningún curso de acción sea siempre no preferible que la racionalidad consista en maximizar un valor o que la utilidad se podría maximizar cuando los agentes no escogen maximizarla. Como teoría que pretende fundamentar la moralidad, la intuición básica del utilitarismo sigue siendo la originaria que haya la mayor felicidad posible. 
· La meta del utilitarismo es el bienestar de la mayoría, así los derechos de las minorías se vean perjudicados, donde nuestra mentalidad justifica las decisiones con el dicho “el fin justifica los medios”, pero uno y el otro deben ir siempre de la mano.
· La situación cambia cuando el utilitarismo se contempla con suficiente perspectiva, como un enfoque más que como una sola teoría en la que todo tenga que encajar y cuando se valoran las diferentes propuestas utilitaristas surgidas en sus dos siglos de historia. La felicidad y el problema de la fundamentación moral pueden entonces ejercer un influjo positivo e indirecto sobre el Principio de Utilidad en cuanto procedimiento de decisión. Porque dicho principio se declina de varias maneras. El utilitarismo, en suma, debe tomar su propia medicina, tiene que pasar el test del Principio de Utilidad y él mismo ser útil aun si eso implica la mencionada distancia entre fundamentación y decisión y tuviera incluso que ocultarse para lograr consecuencias beneficiosas. 
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 
Molera, E. (s/f). JOHN STUART MILL: “Utilitarismo”. https://cdn.website-editor.net/33a8871d66e14c2ba0a24b619954bc3f/files/uploaded/UTILITARISMO%2520%2520%2520J.S.%2520MILL.pdf
J. S. Mill: su utilitarismo, su ética, su filosofía política. (s/f). Gob.es. Recuperado el 12 de septiembre de 2022, de https://www.cepc.gob.es/publicaciones/revistas/revista-de-estudios-politicos/numero-25-enerofebrero-1982/j-s-mill-su-utilitarismo-su-etica-su-filosofia-politica-1
Libro John Stuart Mill El Utilitarismo. (s/f). calameo.com. Recuperado el 12 de septiembre de 2022, de https://es.calameo.com/read/00478700301419ba49c32
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