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Proceso de evaluación del currículo

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Proceso de evaluación del currículo
La evaluación es la parte más importante que puede tener el currículo, ya que rige y comprueba si realmente éste sirve, suele ser una parte que no es del agrado tanto de profesores como de los alumnos, pero es la que evaluación debe de arrojar si las cosas están yendo bien o si se requiere modificar algo con tal de que se aproveche mejor tanto como para los alumnos como para el docente (Jorba, Sanmartí, sin fecha).
Esto es cierto en medida de que la evaluación ciertamente causa rechazo desde su mención porque no se está aplicando correctamente en las escuelas, porque de hecho no se toma al error como parte del aprendizaje sino como algo a lo que castigar, es por ello ( entre otras cosas) que al verse tergiversado este proceso tanto por la institución educativa como por la sociedad, sea tan temido y poco reconocida su labor y su papel.
La evaluación de hecho debería de poder adaptarse a las capacidades de cada alumno de manera individual porque no todos los estudiantes son iguales, no todos tienen las mismas capacidades desarrolladas en el mismo nivel y la misma forma, por eso es que cuando se estandariza todo para tratar de manera “equitativa” a los educandos (Jorba, Sanmartí, sin fecha), surgen situaciones desagradables que incluso pueden mermar su autoestima.
Esta aplicación de la estandarización se está haciendo de manera falaz, porque sí deben de existir las condiciones de igualdad de oportunidades a la hora de pasar un examen, un curso, pero no se está tomando en cuenta como cada alumno tiene una configuración distinta que le permite sobrevivir y desempeñarse en una sociedad.
La evaluación como regulación consta de tres etapas, que son la recogida de información, puede estar regulada o no por un instrumento, el análisis de ésta y su juicio así como la toma de decisiones que proceden de este juicio. De esta manera la evaluación cumple con dos funciones:
La primera es de carácter social y también sirve Para orientar a los alumnos , así como la segunda es de carácter pedagógico, por lo que desde esta menci´n ya se puede deducir que en una primera instancia se trata de aplicar principalmente la primera función, es decir,l se trata de la selección y clasificación que conlleva pero no se le da una mirada más profunda a la pedagogía que hay tras bambalinas en esta labor (Jorba, Sanmartí, sin fecha).
Siendo que esta segunda función es la que permite la adaptación del currículo para que todos los alumnos rentan igualdad de oportunidades de pasar las materias, pero no solo eso, sino en virtud de mejorar las condiciones, los procesos y el aprendizaje mismo.
Por su parte la evaluación diagnóstica inicial sirve para determinar cómo se encuentran en ese momento los alumnos ya sea en grupo ( prognosis) o de manera individual ( diagnosis), y los elementos que recoge son: el grado de adquisición de los prerrequisitos de aprendizaje,. de las ideas alternativas o modelos espontáneos de razonamiento y de las estrategias espontáneas de actuación, de las actitudes y hábitos adquiridos con relación al aprendizaje y de las representaciones que se hacen de las tareas que se proponen (Jorba, Sanmartí, sin fecha).. Claramente estos elementos van a permitir saber un asomo de cómo va a ser el aprovechamiento de un alumno a lo largo de un curso, ya que se estaría viendo desde cómo razona y en qué condiciones llega, en relación al reto que va a afrontar. 
La evaluación formativa se centra en la detección y en el actuar sobre los “talones de aquiles” de los alumnos en lugar de ver que es lo que pueden lograr, etapa centrada en comprender al estudiante, en calidad de saber cómo reacciona ante sus labores escolares, por lo que se centra en las tareas y no en el resultado. 
Para asegurar que los resultados arrojados son confiables existe la evaluación sustantiva, de modo que en lugar de centrarse en dichos resultados o en las condiciones del aprendizaje, estará enfocada en los instrumentos utilizados para que estos puedan utilizarse con seguridad y confianza.
La regulación de estos elementos ya dentro del aula es la ocupación del profesor y no del alumnado, ya que para que los alumnos logren actuar por sí mismos como parte activa de su aprendizaje hay que trabajar en tres elementos que son : “la comunicación de los objetivos y la comprobación que de éstos se hacen los alumnos, El dominio por parte del que aprende de las operaciones de anticipación y planificación de la acción y la apropiación, por parte de los estudiantes, de los criterios e instrumentos de evaluación del profesorado”. 
Se puede notar que las condiciones para que ponga a prueba la autorregulación de los alumnos es distinta que la que se centra en la aplicación por parte del profesor, ya que se le debe de hacer saber a los estudiantes lo que se espera de ellos pero también la planificación de la acción y la apropiación son los elementos clave para que se logre este objetivo.
De manera que para que los alumnos aprendan de manera eficiente se necesita hacerles saber lo que van a aprender y hacerlos conscientes de ello pero también de cómo lo van a alcanzar, esto representa a algo más profundo que el simple hecho de explicarlo frente al pizarrón, ya que se deben de proponer una serie de ejercicios con el fin de lograr que los alumnos aprendan por sí mismos.Hay un doble objetivo en este proceso, el poder situar a los alumnos en sus procesos de aprendizaje, pero también en que ellos logren hacer las representaciones necesarias para que logren su objetivo de aprender en medida de que cada alumno es diferente y debe hacer una serie de negociaciones con el docente para poder cumplir su objetivo.
Por otro lado el poder anticipar las situaciones que pudieran intervenir en el proceso de aprendizaje van a dar ventaja a los alumnos, quienes hacen uso de esto obtienen mejores resultados que el resto, pero tiene que ser resultado de un proceso hecho por el estudiante, ya que si el docente trata de cubrir las situaciones posibles, puede que deje un hueco en los alumnos y que esto interfiera con su aprendizaje (Jorba, Sanmartí, sin fecha).
Respecto a los criterios y los instrumentos de evaluación, estos deben de ser apropiados pero para ello hay que hacer de manera explícita lo que se espera que logren, porque con que el alumnado sepa que tiene que sacar buenas calificaciones no es suficiente, ya que se da por hecho que todos están pensando lo mismo cuando la realidad es otra. Para que sea posible también se debe de integrar una secuencia de actividades que lo permita, para que puedan desarrollar esa capacidad de anticipación y obtener el resultado deseado( Jorba, Sanmartí, sin fecha).
No se puede esperar que todos alcancen el autoaprendizaje si no se logran las condiciones para que esto suceda, es por eso que se debe de tener en cuenta una serie de actividade que lo propicien de manera continua, porque no todos lo van a entender al primer intento y no todos lo van a interiorizar en la misma medida, por lo que se debe de poner en práctica a lo largo de la vida escolar.
La regulación continua de los aprendizajes puede estar hecha desde el currículo, que deberá tener la capacidad de flexibilidad para adaptarse a los alumnos, para ello debe de estar compuesto por la evaluación diagnóstica inicial, comunicación de los objetivos y la comprobación de la representación que los alumnos hacen de ellos, así como la construcción del nuevo conocimiento y aprendizaje de los procesos de autorregulación, regulación y mecanismos de compensación, estructurados del nuevo conocimiento y aplicación a nuevas situaciones ( Jorba, Sanmartí, sin fecha).

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