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Ensayo 2_ Ahumada, C y Rozas, F - Claudia Ahumada Parraguez

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Violencia de Género, Psicología y Ciberactivismo Feminista 
Claudia Ahumada; Francisca Rozas
Profesoras: Paula Correa ; Nataly González ; Rocío Alorda
“(...) algunas de las características fundamentales de Internet, tales como el anonimato, la movilización y la polarización de grupos, hacen más probable que la gente actúe de manera destructiva, e incluso (...) facilitan el alcance de este tipo de conductas haciendo que sea más fácil causar daño con ellas”. (Citron, 2014, citado por Fundación Datos Protegidos, 2018)
La violencia contra las mujeres ha existido a lo largo de la historia de manera estructural, pues no han sido -ni aún lo son- prácticas aisladas, sino que es la forma en la que se han construido las sociedades, donde las relaciones de poder entre hombres y mujeres han sido marcadamente asimétricas, evidenciándose en las instituciones y los mecanismos que producen y reproducen la violencia, al mismo tiempo que la legitima para mantener esta diferencia de género. (Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, 2020)
En Chile, antes de las restricciones de movilidad debido al coronavirus, 1 de cada 3 mujeres padecía alguna forma de violencia en el país (Instituto Nacional de Estadística [INE] y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE], 2015, citado por Fundación Honra, s.f.), donde el peak de llamadas al 149 de carabineros se registró en mayo de 2020, siendo un 314% mayor que en 2019 (Segovia y Pérez, 2021). Es por esto, que no es extraño pensar que la violencia se extienda a espacios virtuales, pues está fundada en “estructuras de desigualdad en base al género y tiene relación con manifestaciones de violencia patriarcal en espacios no virtuales” (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2017, citado por Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, 2020, p. 63)
Una encuesta realizada en 2020 por el Proyecto Aurora sobre violencia digital, que se centró en mujeres cis, trans y personas no binarias, permitió diferenciar entre dos tipos de violencia machista: la proveniente desde sujetos desconocidos: ligado a grupos misógenos, conservadores, racistas, clasistas y trans-odiantes; y la violencia por parte del círculo o entorno cercano: amigos, parejas, ex-parejas, entre otros. (Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, 2020)
Ahora bien, con los antecedentes presentados, creemos legítimo y trascendental cuestionarnos: ¿Cuál es la importancia que tiene el ciberactivismo feminista contra la lucha de la violencia de género? 
Según Nuñez (2011) Internet permitió la cimentación y desarrollo de nuevos y diferentes espacios de interacción social, los cuales en una primera instancia se los pensó como un lugar de liberación utópica, sin embargo, la crítica feminista ha debatido en cuanto a las relaciones entre el género y estas nuevas tecnologías y espacios de relación. Hay quienes defienden esta suerte de utopía, en el sentido de que la red virtual ha propiciado la formación de nuevas comunidades y alianzas femeninas (Plant, 1997, citado por Nuñez, 2011), donde es fundamental apropiarse de estos nuevos espacios para llevar a cabo propuestas de agencia, convirtiendo internet en una herramienta de mejora (Haraway, 1991, citado por Nuñez, 2011). En este sentido, existen redes feministas que se dedican a luchar contra la violencia hacia las mujeres, pues internet se ha convertido en un espacio de visibilización política (Nuñez, 2011), ya que tal y como propone Laraña (1999, citado por Nuñez, 2011) estas instancias comunicacionales instrumentalizadas están compuestas por variados actores y organizaciones que buscan difundir información, ofrecer apoyos de manera solidaria y establecer estrategias de acción en conjunto, compartiendo materias relevantes entre ellos mismos y otros actores políticos.
Ahora, el problema es que en Internet abundan los mensajes de violencia simbólica, donde se amedrenta, degrada y hasta limita a las mujeres de participar, buscando quitarles valor y menoscabar su autopercepción. Asimismo, la existencia de las redes sociales permiten una gran difusión de estos discursos e ideas violentas, por lo que tienen un alto poder de influencia en la sociedad, similar al de los medios de comunicación. (Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, 2020)
Así, esta violencia manifiesta o implícita, a veces oculta en discursos disfrazados de inofensivos, ¿son aleatorios o bien, al hablar de la cibernética, y las redes sociales en donde más se manifiesta en la población promedio, existe una estrategia oculta, guidada por psicologías persuasivas neoliberales, hackeos psicológicos y búsqueda de crecimiento exponencial de seguidores de discursos?
En entrevistas documentadas en la película “El dilema de las redes sociales” (2020) distintos profesionales connotados en la elaboración de sistemas exitosos de internet han señalado que el fin último de cualquier creación de programa cibernético es “afectar el comportamiento y los sentimientos de las personas en la vida real sin que los sujetos se enteren, de esta forma predecir el comportamiento, armar modelos que generen más dinero y utilizar la psicología como método de manipulación". (Haidt, s.f., citado por Senra, 2020) 
De esta manera, podemos considerar que el espacio cibernético responde a una perspectiva neoliberal, ya que busca, a través de anuncios previamente estudiados, la mantención de una actividad lucrativa, pero también responde a criterios éticos trastocados, ya que en búsqueda de la insegurización, también se violenta la estabilidad psicológica de las personas. Empero, esto no es lo único, pues es a través de la utilización de la afectación del comportamiento y los sentimientos, donde se instauran nuevas formas de establecer mensajes políticos, eleccionarios, y políticas de odio contra minorías y mujeres.
Así, es precisamente que hacia la mujer es que la psicología se ha vuelto en contra. La violencia psicológica se manifiesta desde la preadolescencia, insegurizándola sobre su aspecto físico, su forma de ser, pensar, vestir. Desde un primer acercamiento al otre, internet le dice en qué modelo debe calzar, como debe manifestarse, qué es lo correcto en una mujer joven y qué no; y de la misma manera, castigando a través de acoso, ridiculización, desaprobación, si no entra en el estereotipo esperado, pues es una red que desde su origen sólo busca recompensas económicas a través del consumo. 
Otro tipo de violencia silenciosa se demuestra en la tasa de suicidios y autolesiones de mujeres en EEUU subieron en más del 70% en la llamada “generación X”, es decir, niñas con acceso a redes sociales desde 1996. (Crust, 2020, p. 45) 
Surge la paradoja que la misma rama de la psicología, que debiese proteger el bienestar individual y social, se encarga de propiciar sistemas de hackeo emocional que violentan mujeres y las inducen a conductas autolesivas. Además, la misma psicología de la manipulación, permite establecer y mantener mensajes de odio y violencia contra las mujeres, sea explicita o a través de mensajes encriptados, que nos remiten a la tendencia incial, el sistema patriarcal neoliberal que busca recursos económicos a través de la instauración y mantención de politicas abiertamente violentas y que propician a un odio generalizado en contra de las minorías y mujeres, el que hemos visto, se maniestra en actos de violencia fisica, verbal, económica, laboral y naturalmente en discriminación.
Debemos recordar que La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (2021) afirma que todos los Derechos Humanos, y en especial los de la mujer y la niña son inalienables, por lo que es parte de los acuerdos internacionales que estas puedan disfrutar plenamente y en igualdad de condiciones las libertades fundamentales. Es en esta misma línea en la que la Convención de Belem do Pará (1998) consigna que la violencia contra las mujeres “constituye una violación de los derechos humanos”. (p. 1)
Es debido a lo anterior que creemos que el ciberactivismo feminista posee una gran relevancia actualen la lucha contra la violencia hacia las mujeres, pues tal y como plantea Nuñez et al. (2016), este permite que se creen significados nuevos en la construcción del cibersujeto político, propiciando el surgimiento de nuevas identidades políticas dentro del activismo (Haraway, 1985; 1997, citado por Nuñez et al., 2016), lo que disminuye las asimetrías de género, volviendo al activismo en una interacción más horizontal. (Plant; Spender, s.f., citado por Nuñez et al., 2016)
Es decir, el ciberactivismo feminista no solo permite que se creen nuevos espacios de organización, lucha y resistencia en red, sino que también implica el surgimiento nuevas figuras políticas con una gran capacidad de difusión. De ahí la importancia de que mujeres -y por supuesto minorías- se apropien de este nuevo espacio social, pues las interacciones en la actualidad no solo se limitan a los lugares no-virtuales, sino que tienen una gran presencia en las redes sociales y gran parte de la internet. Asimismo, aun cuando la violencia es sistemática debido al modelo patriarcal en el cual se han constituido las sociedades, la existencia del ciberactivismo significa la presencia de una oportunidad de difusión y de educación -en la cual los Estados han fallado- para desplazar discursos misóginos, machistas y anti-derechos. Es por esto que creemos que si éste no existiese, la lucha feminista podría hasta verse amenazada y opacada a un punto tal en el que probablemente ya no estaríamos en condiciones para lograr que las demandas sean escuchadas. Creemos que el ciberactivismo feminista no tenía más opción que emerger, estaba destinado a nacer. 
Cuando los creadores de todo sistema cibernético lucrativo e inmoral (hombres en su gran mayoría) que velan por el lucro a través de la violencia oculta contra la mujeres o naturalmente de minorías, es trascendental, analizar cuál es el contenido del recorrido cibernético, de las redes sociales, y no aminorar incluso el estrato etario y de género al cual apunta, ya que en este siglo, es la forma de instaurar creencias y prototipos coincidentes con la equidad e igualdad, o bien, ser un nuevo medio a través del cual se manipule a la sociedad a reinstaurar modelos neoliberales y tendenciosos, de odio y beligerancia contra mujeres y minorías de todo tipo, ocultos bajo la inocencia del anonimato, lo público y lo aceptable.
Referencias
Convención de Belem do Pará. (1998). Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer. https://classroom.google.com/u/0/c/MjI2ODI4MTgyNzY4
Crust, K. (2020). Review: A call to digital arms, ‘The Social Dilemma’ demands change. Los Angeles Times. https://www.latimes.com/entertainment-arts/movies/story/2020-09-09/review-social-dilemma-facebook-google-netflix
Fundación Datos Protegidos. (2018). Violencia de Género en Internet en Chile. https://drive.google.com/file/d/11p2Wb9hiQkLPKDfokV3E_LSjjHJNnzE5/view
Fundación Honra. (s.f). Estadísticas sobre la violencia de género. https://fundacionhonra.cl/estadisticas-sobre-la-violencia-de-genero/
Nuñez, S. (2011). Activismos y colectivos en red: praxis feminista online y violencia de género. Asparkía, (22), 85-98. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3824415
Nuñez, S., Fernández, D. y Peña, P. (2016). Ciberactivismo contra la violencia de género: fetichismo tecnológico e interactividad. Feminismo/s, 177-195. https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/61269/1/Feminismos_27_10.pdf
ONU Mujeres. (2021). Declaración y Plataforma de Acción de Beijin. https://classroom.google.com/u/0/c/MjI2ODI4MTgyNzY4
Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres. (2020). Dossier informativo: 2019-2020 Violencia contra mujeres en Chile. http://www.nomasviolenciacontramujeres.cl/wp-content/uploads/2020/08/dossier-red-corre.pdf
Segovia, M. y Pérez, G. (9 de marzo de 2021). Violencia contra la mujer en la cuarentena: denuncias bajaron 9,6% y llamadas de auxilio aumentaron 43,8%. CIPER. https://www.ciperchile.cl/2021/03/09/violencia-contra-la-mujer-en-la-cuarentena-denuncias-bajaron-96-y-llamadas-de-auxilio-aumentaron-438/

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