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BARROETA Recursos para la planificación y sistematización de intervenciones psicosociales y comunitarias - Pablo Roa Jorquera (2)

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Recursos para la planificación y sistematización de intervenciones psicosociales y comunitarias
Héctor Berroeta T.
	El diseño formal de proyectos se ha transformado en una condición inicial para viabilizar cualquier acción interventiva.La planificación es un proceso racional que señala el modo de organización que permite alcanzar una meta propuesta, para lo cual se fijan principios orientadores, secuencias de acciones concretas en el tiempo y recursos necesarios. También permite al Estado proyectar y controlar el gasto público.
	Los profesionales tienen cierta reticencia y subvaloración hacia el uso de herramientas de planificación y las utilizan más como respuesta a una demanda externa que como un recurso que favorece su quehacer.Lo anterior puede explicarse a partir del exceso de programas con énfasis en el desarrollo, los que proyectan lo que es “adecuado” como funcionamiento de la sociedad y por ende, terminan entregando una posición conservadora de las intervenciones, lo que se aleja significativamente de los sentidos y las formas de trabajo de la psicología comunitaria. Aproximaciones alternativas a esta visión normativa son la planificación estratégica y la planificación participativa. Estas intervenciones incorporan la participación de los actores involucrados e implementan enfoques de intervención alternativos y más cercanos a lógicas de transformación. 
El diagnostico social
	Constituye uno de los elementos fundamentales de la estructura básica de los métodos de intervención social, en la medida que procura un conocimiento concreto de una situación sobre la que se va a realizar una intervención y de los distintos elementos que son necesarios de tener en cuenta para facilitar la resolución de la situación problema.
	Según Ander-Egg debe cumplir con los siguientes requisitos:
· Informar sobre los problemas y necesidades existentes.
· Responder al por qué de esos problemas, intentando comprender sus causas y efectos.
· Identificar recursos y medios para actuar.
· Determinar prioridades de intervención.
· Establecer estrategias de acción.
· Dar cuenta de factores que puedan aumentar la factibilidad de dicha intervención.
La planificación participativa y el autodiagnóstico
	La planificación participativa supone una movilización social, ya que provoca el encuentro entre sujetos y grupos sociales. Implica la toma de decisiones y la gestión de esas decisiones. Provoca transformaciones sociales a partir de la construcción de conocimientos y de la práctica, es decir, favorece el conocer actuando.
Permite:
· Articulación entre niveles organizativos e institucionales: más que resolver problemas, busca comprenderlos, integra actores, procesos y procedimientos. Aborda la complejidad del sistema.
· Diálogo entre el conocimiento profesional y el conocimiento del grupo: busca la comunicación que facilite el encuentro entre los repertorios culturales, donde se expresen horizontalmente los saberes de los distintos grupos. Los profesionales deben adecuar el lenguaje a las características del grupo participante, generar un espacio de respeto, valoración mutua y situarse en la posición del otro.
· Transformación de los distintos actores involucrados: se busca un diálogo transformador en el que tanto los técnicos o profesionales y los participantes se vean involucrados, un diálogo que abra la posibilidad de acciones compartidas.
Diagnóstico participativo o autodiagnóstico
	Es un proceso donde los propios sujetos investigados (junto con el equipo investigador) son los constructores de la observación y también de la toma de decisiones, lo que permite a los actores sociales autogestionar los procesos de reflexión y acción. Los investigadores fijan las técnicas de investigación más pertinentes y aportan continuamente información sistematizada que retroalimenta la reflexión y la toma de decisiones por parte de los participantes.
	El principio básico de este enfoque, es que cualquier transformación en lo local debe partir desde los espacios y los tiempos del grupo o la comunidad.
Según Montenegro, algunas preguntas directrices serían:
· ¿Cómo es la realidad inmediata sobre la que se quiere intervenir?
· ¿Cuál es el juicio o evaluación que se hace de la situación problema?
· ¿Cuáles son los recursos y medios operacionales de los que se dispone?
· ¿Cuáles son los factores más relevantes que presumiblemente han de actuar de manera positiva, negativa o neutra en relación con los objetivos o finalidades propuestas?
	La elaboración del diagnóstico participativo comienza con el diseño de indagación, que considera los supuestos y principios epistemológicos que fundamentan cómo se abordará y los propósitos que motivan el estudio, la información con la que se dispone y las posibles influencias e interacciones del contexto. Además, se determinan los recursos materiales y técnicas que se utilizarán. Luego, se realiza la observación sobre el terreno y profundización en situaciones particulares para obtener un conocimiento exhaustivo y cualitativo de fenómenos, hechos y problemas. Para ello se utilizan informantes claves y con estrategia de cascada; un sujeto te contacta con otro que da más información y este con otro y así sucesivamente.
	Una herramienta que es útil a la hora realizar la primera evaluación sobre la zona de estudio es el taller de Autodiagnóstico. Utiliza el análisis FODA, el mapeo de actores para visualizar las relaciones entre los actores sociales, instituciones, etc. y genera consenso en los que respecta a la demanda sobre el tema que se investigará y sus objetivos.
Sus utilidades son:
· Participantes conocen mejor su realidad.
· Se priorizan problemas.
· Se buscan posibles soluciones.
Se debe facilitar un proceso para que la comunidad o grupo:
· Defina los problemas más importantes,
· Analice causas y consecuencias.
· Imagine soluciones.
· Establezca recursos disponibles.
Algunas preguntas pertinentes para responder en el taller: 
· ¿En qué consiste el problema?
· ¿A quiénes y cuántos afecta?
· ¿Es un problema puramente local o es nacional?
· ¿Con qué recursos cuenta la comunidad para solucionarlo?
· ¿Qué otros recursos se pueden conseguir de otras fuentes?
Planificación estratégica y análisis situacional
	La planificación estrategia es un proceso colectivo orientado a la construcción de una imagen de futuro. Se utiliza en procesos de intervención organizacional y social, a través de diálogos entre distintos actores, permitiendo la construcción de visiones comunes de futuro. Puede generar el incremento del capital social comunitario siempre y cuando se logre una participación fundamentada en el diálogo. Se ha constituido en una herramienta de construcción de agenda de política pública y en el caso de las organizaciones, en una revitalización organizacional. 
	Los acuerdos logrados son resultado de análisis y reflexiones sobre los temas críticos, además, permite aprovechar las fortalezas y disminuir las debilidades de los grupos sociales.
El proceso de planificación estratégica incluye:
· Momento explicativo (análisis situacional)
· Momento normativo (determinación de estrategias, objetivos, etc.)
· Momento estratégico (formulación de estrategias)
· Momento operacional o táctico (implementación de estrategias y planes)
Análisis situacional
	Cuando alguien intenta explicar la realidad, lo que hace en concreto es planear una forma específica de comprenderla, en relación con sus propios propósitos y con la posición que ocupa dentro de la situación. Si quien planifica está dentro de la situación planificada y ésta contiene a otros actores con capacidad de explicar y planificar, es obvio que pueden existir diversos diagnósticos de una misma realidad. El acto de diagnosticar es un proceso contradictorio y conflictivo, pues la realidad consiste no sólo en lo que el técnico considera que es, sino además en los que los otros actores o técnicos creen que es. El diagnostico situacional entrega una visión dinámica de los procesos sociales, de forma que permite conocer el tipo y amplitud de las situaciones problema quese quieren abordar. También da información de las posiciones estratégicas de los grupos afectados o involucrados, en relación con la viabilidad de la intervención propuesta.
El análisis situacional se puede organizar diferentes momentos:
1. Primer momento: Conceptualizar
Se define el problema a partir de un determinado enfoque de análisis y en función de ellos se selecciona las categorías conceptuales que se usaran, las que depende, entre otras cosas, de expectativas y experiencias previas, del contenido práctico y del enfoque teórico que guía la intervención. 
2. Segundo momento: Configurar el objeto de intervención
	Es la especificación espacial y temporal del área problemática a la que irán dirigidos los programas que se formularán posteriormente. Se requiere primero, realizar un análisis a nivel del problema y sus relaciones simples, en segundo lugar, conocer sus articulaciones más complejas, y por último, establecer las relaciones estructurales de la realidad social en que se está interviniendo. Es decir, conocer la situación en su escenario de desenvolvimiento. 
3. Tercer momento: Delimitar la situación
	Se busca caracterizar y analizar la acción de los distintos actores involucrados en la situación estudiada, por lo que es necesario conocer su comportamiento y saber cómo se origina y explica. 
Los factores que se deben estudiar, son: 
	Las respuestas institucionales vinculadas con el problema diagnosticado, por ejemplo, iglesias, ongs, grupos de ayuda, etc. Un segundo factor propone conocer las características y necesidades de los grupos sociales afectados, por lo que se debe considerar: La evolución histórica, los tipos de necesidades (analizarlas y jerarquizarlas) y la cuantificación de la demanda actual por bienes y servicios, además de las preferencias, y recursos que el grupo puede aportar con respecto a estos. Un tercer factor es identificar y examinar la actuación de los grupos sociales involucrados. Por tanto, es necesario reconocer el nivel de organización y pertenencia de las diferentes asociaciones, además del papel que juegan los centros de influencia del sector público. Por otra parte, se requiere tener claridad de ¿hasta qué punto los grupos sociales afectados serán capaces de defender sus intereses para que el problema sea atendido?; ¿cuál es la relación previsible de los grupos sociales involucrados en términos de brindar su apoyo, oponer resistencia o ser indiferentes ante las medidas que se llegaran a proponer? 
	En síntesis, el análisis de actuación de los grupos aporta información relevante para el análisis de viabilidad. Teresa Quiroz (1998) describe una metodología, a través del uso de matrices de planificación, que permite identificar los nudos críticos de una situación diagnosticada y además, conocer el nivel de interés de cada actor por la solución de los problemas, estableciendo relaciones de fuerza entre ellos.
	Posteriormente se elabora una propuesta de acción, en la que se contemplan los componentes tradicionales de una elaboración de proyectos, las estrategias de negociación y la confrontación con los actores involucrados para lograr el objetivo del cambio. 
Elaboración de Proyectos
	El diseño de proyectos se asocia a lógicas gubernamentales de asignación de recursos, lo que ha generado cierto rechazo en los profesionales del ámbito social por las restricciones que ponen a los grupos de trabajo. Es un procedimiento que permite ponerse metas coherentes, identificar logros alcanzados, evaluar su quehacer y les provee insumos para sistematizar sus experiencias. 
	Un proyecto es una secuencia ordenada de decisiones sobre una tarea y recursos, encaminados a lograr unos objetivos en unas determinadas condiciones. En consecuencia, corresponde sólo a una herramienta de orden metodológico que adquiere sentido a partir de los contenidos y metas planeadas. Sin embargo, una adecuada elaboración de proyecto no asegura el éxito, ya que las circunstancias pueden ir cambiando y entonces se ha de ser flexible y tomarlo solo como una guía para la acción.
	
	A continuación se presenta un esquema general de los principales aspectos que se deben considerar para la elaboración de un proyecto, según sus distintas fases: Evaluación inicial, Elaboración y Ejecución
Evaluación inicial
	La elaboración de un proyecto debe empezar por un análisis de todos aquellos aspectos que lo pueden afectar y que el equipo redactor debe conocer antes de definirlo, es decir, aquello que implica el contexto o realidad.
• Finalidades: Fin con que o por qué se lleva a cabo el proyecto
• Dinámica territorial: Es el análisis de los factores inherentes o elementos distintivos del territorio (espacio natural o administrativo) que pueden influir en su definición.
• Dinámica Sectorial: Es el análisis de los factores inherentes al sector (espacio conceptual o temático) y que pueden influir en su definición.
• Encuadre en el contexto de otras políticas: Busca encajar el proyecto en el conjunto de actuaciones que se realizan en términos sociales.
• Origen-antecedentes: El origen es el conjunto de elementos que motivaron su inicio y que condicionaron su desarrollo. De la misma manera, los antecedentes son los aspectos previos que el equipo necesita conocer para lograr una buena definición.
· Análisis interno de la organización: Estudio detallado del estado actual de la institución y del equipo que está previsto que ejecute el proyecto.
	El Diagnóstico es el nexo de unión entre el bloque del análisis del contexto visto hasta ahora con el de la definición del proyecto que le sucede. 
Elaboración
	Esta fase es la toma de decisiones que dará forma, sentido e identidad al proyecto; es aquí donde el equipo de trabajo se posiciona, optando por un enfoque de intervención u otro. Lo que definirá los contenidos, objetivos, estrategias de acciones, destinatarios y modelos de gestión.
• Usuarios: Grupos de personas, que comparte ciertas características comunes, a quienes se dirige un proyecto.
• Contenido: Es la definición de aspectos conceptuales que trata o aborda dicho proyecto.
• Objetivos y su previsión de evaluación: Es aquello que se quiere conseguir en el proyecto. Estos, deben tener un nivel de concreción mayor que la finalidad y deben ser capaces de someterse a una evaluación.
• Indicadores: Corresponden a los criterios de tiempo, cantidad y cualidad verificables con que se dará por alcanzado el objetivo.
• Unidades de registro: Medios tangibles mediante los cuales se puede observar el adecuado logro de los indicadores.
• Acciones: El Conjunto de actividades planificadas en un orden temporal y coherente con los objetivos e indicadores propuestos en el proyecto.
• Forma de gestión: Es la opción por la mejor manera de administrar un proyecto. Este dependerá de la estructura organizativa de la institución. Si el proyecto corresponde a sus líneas programáticas, lo más habitual es que se inserte dentro de ella, si no es así, el equipo ejecutor tendrá una organización propia y autónoma de relación directa con el encargado de la organización.
Definición de la Ejecución
	Este bloque trata de acciones de tipo específico que son necesarias para la gestión del proyecto y que derivan de las anteriores.
• Planificación o calendarización: Proceso mediante el cual se establece el ordenamiento en el tiempo de las tareas necesarias.
• Estructura organizativa y recursos humanos: Disposición y preparación de un equipo de trabajo para llevar a cabo las actividades planificadas y lograr así el fin determinado.
• Comunicación: Es lo que se utiliza para transmitir un mensaje o proyectar una iniciativa al entorno. En este caso se trata de atraer a las personas hacia las actividades. 
• Requisitos de infraestructura y técnicos: Es el conjunto de aspectos materiales que requiere el proyecto para su buen desarrollo (espacios físicos y materiales)
• Planificación económica y financiera: Síntesis económica de un proyecto y sus mecanismos de administración. Se deben prever los plazos y montos necesarios para una adecuada ejecuciónde las actividades.
Sistematización de Prácticas Sociales
	Todo quehacer profesional requiere desarrollar procesos de aprendizaje basados en sus prácticas de acción, lo que implica recuperar el saber de los distintos participantes, los hitos que marcan el desarrollo de la acción, analizar el quehacer de los equipos de trabajo, sus acciones y supuestos de base con que orientan su labor. Además de reflexionar acerca de los procesos de participación de los actores y sus estrategias de comunicación, identificar los supuestos teóricos explícitos e implícitos que operan en la intervención, y por último, comunicar a otros equipos técnicos y a otros agentes sociales y políticos la experiencia de trabajo, lo que da pie a que esta sea también una estrategia técnica que abre posibilidades para el diálogo. Todas estas dimensiones se pueden abordar a través de un ejercicio de sistematización, entendido por Jara como “aquella interpretación crítica de una o varias experiencias, que,a partir de su ordenamiento y reconstrucción, descubre o explicita la lógica del proceso vivido, los factores que han intervenido en dicho proceso, cómo se han relacionado entre sí, y por qué lo han hecho de ese modo” (Jara, 1994. p, 22)
	La sistematización surge en América Latina a principios de los años 80. En Chile, encontró un terreno fértil entre muchos trabajadores sociales, educadores populares y otros profesionales: ofrecía la posibilidad de recuperar y comunicar los conocimientos que esas prácticas generaban, En efecto, en esos años, la mayoría de los países de la región se encontraban bajo regímenes autoritarios que significaron quiebres profundos en la vida nacional y tuvieron graves consecuencias, especialmente para los sectores populares. En ese contexto, comenzaron a aparecer múltiples experiencias de acción social y educación popular con sectores populares que tenían características muy particulares y resultados e impactos significativos (Valdés, 1992).Frente a esta realidad, aparece la preocupación por “comprender” y comunicar los conocimientos y aprendizajes logrados en estas prácticas.
	No existe una única definición acerca de qué es la sistematización. Sin embargo, los principales autores la definen como: “un método que busca generar conocimiento social a partir de las experiencias, para ofrecerlo como orientación a otras experiencias similares y una reflexión teorizada en torno a una práctica social realizada. 	El objeto que se busca conocer es el proceso social contradictorio en torno a las prácticas de clase, tal como éstas se realizan en los espacios “La sistematización es aquella interpretación crítica de una o varias experiencias que, a partir de un ordenamiento y reconstrucción, descubre o explicita la lógica del proceso vivido, los factores que han intervenido en el proceso, cómo se han relacionado entre sí y por qué lo han hecho de ese modo” (Jara, 1994).
	La sistematización como un proceso de recuperación, tematización y apropiación de una práctica formativa determinada, que al relacionar sistémica e históricamente sus componentes teórico-prácticos, permite a los sujetos comprender. y explicar los contextos, sentido, fundamentos, lógicas y aspectos problemáticos que
presenta la experiencia, con el fin de transformar y cualificar la comprensión, experimentación y expresión de las propuestas educativas de carácter comunitario.
	Un primer elemento en común presente en estas definiciones es la noción de práctica social, definida como cualquier acción intencionada que busca generar un cambio en un grupo social. Un segundo elemento es la idea de sistema; según Zúñiga, hablar de sistema es “también hablar de orden, de unidad, de coherencia, de una articulación, de una integración de partes; es hablar de conjunto de relaciones, de interacciones” (Zúñiga, 1990). En tercer lugar se plantea una producción de conocimiento que busca comprender las dinámicas de una práctica particular que, en consecuencia, no pretende desarrollar generalizaciones explicativas. Por último, la ordenación o reconstrucción como elemento metodológico que guía el proceso teórico práctico y que como tal da paso a diversas propuestas de construcción.
4 principios de base en las orientaciones de esta metodología
1) Unidad entre el sujeto y el objeto del conocimiento. El sistematizador pretende producir conocimientos sobre su práctica, sobre sí mismo y sobre su acción. Cuestiona el supuesto de objetividad. La dimensión ideológica y la dimensión afectiva, por lo tanto, se incorporan y se contemplan en la sistematización. Se considera que todo sujeto es sujeto de conocimiento, puesto que cuenta con una percepción y un conocimiento de la realidad como resultado de su práctica.
2) Conocimiento localizado y orientado a la práctica. La sistematización busca extraer y evidenciar el conocimiento que se encuentra en la práctica, teorizar y cuestionar de manera contextualizada la praxis social. Es un tipo de conocimiento que solo puede ser adquirido desde la práctica, desde la concepción que “la teoría es el conocimiento profundo de la propia práctica” (Bickel, 1998, p. 3).
3) Historicidad de la interpretación. Se pretende: a) problematizar determinadas situaciones y concienciar mediante un proceso de autorreflexión; b) desencadenar cambios en la acción y en la interacción a raíz de la toma de conciencia de los actores; c) incidir en la estructura social en base a la acción colectiva desencadenada.
4) Concepción dialéctica de la realidad. La realidad se caracteriza por ser: total (realidad como un todo integrado donde las partes no se pueden entender aisladamente, sino en relación al conjunto); un proceso histórico (realidad como producto y construcción humana) y dinámica antes de que estática (realidad en permanente movimiento).
¿Quién debe sistematizar?
Según Ghiso (2001), pueden sistematizar:
• Personas que participan o participaron de la práctica; quienes se formulan preguntas y están interesados en comprender y mejorar la práctica.
• Un equipo de sujetos que participaron de la práctica con personas externas que asesoran, apoyan o facilitan el proceso.
• Unas personas externas contratadas o interesadas en sistematizar una práctica concreta; en este caso, quienes vivenciaron la práctica actúan como informantes y pueden apoyar los contactos con personas claves para la reconstrucción de la práctica.
¿Cuándo se debe sistematizar?
Lo importante es reconocer el momento adecuado para trabajar analíticamente, con el equipo de trabajo y los insumos producidos durante la acción.
Condiciones preliminares
-existencia de registros de diverso tipo que den cuenta de la historia y el desarrollo de la práctica. La memoria de los participantes, que es fundamental para la reconstrucción del proceso, no resulta suficiente por sí sola.
-obtener el apoyo institucional necesario que provea los recursos humanos y materiales suficientes. 
-los equipos estén interesados en llevar a cabo el proceso de sistematización, por lo cual es primordial una buena percepción acerca de la utilidad que ésta presta.
Procedimiento
El taller permanente del Perú organiza el proceso en cinco momentos metodológicos:
1. Unificación de criterios: establecer los intereses del equipo sistematizador y lo que se espera lograr con el proceso.
2. Definición de la imagen – objeto de la sistematización: El producto de este momento es el diseño del proyecto de sistematización. El proyecto focaliza en tanto define objetivos, plantea acuerdos metodológicos y con el plan operativo define recursos y compromisos.
3. Reconstrucción de la experiencia: es donde se describe ordenadamente lo sucedido en ella, pero desde el eje de conocimiento definido y de la pregunta orientadora de la sistematización.
4. Análisis e interpretación de lo sucedido en la experiencia para comprenderlo: exige descomponer y recomponer los elementos de la práctica y sus relaciones para comprender la totalidad de la experiencia.
5. Comunicación de nuevos conocimientos producidos: implica dar a conocer la sistematización, presentarlaa otras personas para que la valoren o la comenten.
Por su parte, Quiroz propone cinco momentos que son complementarios con los anteriores, pero que no coinciden exactamente con el orden de exposición presentado.
Momento 1: Breve descripción de la Práctica: Se basa en un relato organizado, que tiene por fin reconstruir inicialmente el proceso y componentes de la intervención.
Momento 2: Delimitación de objeto (qué) y definición del objetivo (para qué) a sistematizar: se debe esclarecer qué aspectos centrales de la experiencia se quiere sistematizar. En consecuencia, el objeto es el eje temático sobre el cual se organiza todo el proceso de reconstrucción. La Definición del objetivo, se refiere a determinar para qué se quiere realizar la sistematización.
Momento 3: Reconstrucción de la Historia, Periodización y Contexto: Quiroz propone identificar de qué maneras, actores situados en un contexto específico y condicionados a recursos concretos, han planteado o implementado un conjunto de actividades que le han permitido obtener determinados resultados. Para esta etapa es fundamental que el objeto esté claramente delimitado y el objetivo bien definido.
	La periodización y contexto se refieren a la ordenación de la información acerca de la práctica a partir de la identificación de diversas etapas por las que transita la intervención en relación con el objeto seleccionado.Lo primero es identificar cada etapa, destacando cuál fue su componente o preocupación central. Identificar qué acontecimientos puntuales han generado cambios en el desarrollo del proyecto. Es importante dar un nombre a cada etapa que logre sintetizar su particularidad. Posteriormente se identifican los actores involucrados en cada etapa, aclarando sus aportes específicos en términos de roles, funciones y recursos humanos o materiales que aportan.Por último se han de registrar los resultados esperados en términos cuantitativos y/o cualitativos.
	El Contexto es el conjunto de factores que crean un clima más favorable o desfavorable para el desarrollo de la práctica social. Se debe precisar que son momentos causales que favorecen o dificultan el desarrollo de proyectos. 
	Por último, es necesario reconstruir las hipótesis que se han puesto en juego durante la práctica social, lo que permite mirar la práctica en términos más analíticos y descubrir su racionalidad interna y la articulación entre una y otra etapa.
	Una primera característica de las hipótesis es que no necesariamente están explícitas, se deducen del análisis sobre la práctica social, y del estudio de fuentes. Además, son dinámicas, cambian debido a que la situación al interior del proyecto varía o porque el contexto cambia.
	Las hipótesis de Acción son de dos tipos: las hipótesis tácticas, que varían de etapa en etapa, y las hipótesis estratégicas, que se mantienen durante todo el tiempo en que se desarrolla la práctica social.
	En suma, esta etapa se constituye por una primera descripción de la práctica social, luego un ordenamiento a través de los distintos periodos que marcan el desarrollo de la intervención y de su contexto, para finalizar con la reconstrucción de las hipótesis que se han puesto en juego en cada etapa del proceso
	Por último, se deben elaborar técnicas de recogida de información. Cada técnica de recogida de información es una herramienta instrumental, que sirve para captar un aspecto de lo social y que, por lo general, no sirve para captar otro. Algunas de las técnicas son:
-Entrevista en profundidad: Encuentros cara a cara dirigidos a la comprensión de los informantes sobre sus propias vidas.
-Pauta de entrevista: Lo mismo que el anterior, pero más acotada y con preguntas específicas.
-Cuestionario: preguntas que se formulan y que no necesariamente el investigador está presente
-Técnica Delphi: se presenta a un grupo un grupo de afirmaciones. Se les pregunta si están de acuerdo o no. Luego se discute.
-Observación participante: quien investiga asume un rol dentro del grupo.
-Historia de vida: reconstruir fragmentos de vida de una persona.
-Estudio de casos: se toma como investigación un grupo en particular 
-Técnica Garfinkel: se busca una situación en que se rompa las reglas del grupo, de ahí se obeserva como se surgen medios y lo que sucede en el grupo.
Momento 4: Análisis, Síntesis e Interpretación crítica: ordenar la información recogida en el proceso de elaboración del proyecto de sistematización, a través de los conceptos o categorías de análisis que están presentes en la práctica social. Las categorías de análisis o los conceptos que subyacen a la práctica social se deben desprender del objeto de sistematización y de las hipótesis de acción. Ahora, el análisis propiamente tal consiste en una reflexión acerca de la relación entre medios y fines o entre formas de acción (actividades) y resultados obtenidos. Así como también, reflexionar acerca de las equivocaciones y aciertos en el desarrollo del proceso.
	Se trata, finalmente, de establecer una explicación de cuál es el marco teórico o contexto teórico que acompaña la práctica social que se ha llevado a cabo. Aquí se explica el sentido de la práctica, la utopía, valores e intenciones que se identifican en la intervención social.
Momento 5: Exposición y comunicación de la práctica social sistematizada: Este momento debe asegurar una coherencia con el objeto y el objetivo que se han planteado sistematizar, además de intentar socializar la experiencia a otros colectivos de interés. Se deben tomar en cuenta ciertos criterios: 
a. En primer lugar, decidir qué contenidos se quiere transmitir.
b. Luego es necesario decidir en qué forma se va a comunicar la sistematización.
c. Finalmente la forma tiene directa relación con el público al cual se quiere dirigir el conocimiento acumulado en la sistematización.
A modo de aclaración (conclusión) 
	El manejo de técnicas de planificación o intervención no se acota al conocimiento acabado de los pasos necesarios para implementar determinadas acciones. Se requiere un análisis exhaustivo por parte del profesional de las circunstancias y contextos en que se enmarca la práctica social y de una adecuada coherencia entre enfoque conceptual, técnica y objetivo último de la acción.

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