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Competencias comunicativas en formacion profesional - Pablo Roa Jorquera (1)

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Competencias transversales comunicativas en la formación profesional: 
Reflexiones en torno a las demandas de una sociedad globalizada 
 
 
Carmen Alicia Jiménez Martínez 
Universidad de Cuautitlán Izcalli, México 
Maestra en psicología 
carmenaliciaj@gmail.com 
 
 
RESUMEN 
Tomando como base que desde hace varias décadas se ha 
reconocido el impacto de la globalización y las nuevas tecnologías 
sobre la transformación de la educación superior, se hace una 
reflexión sobre las diversas conceptualizaciones y clasificaciones de 
las competencias, los componentes de las instrumentales, tal es el 
caso de las competencias comunicativas y del uso de las nuevas 
tecnologías de la información y comunicación. 
La propuesta es analizar las competencias transversales clave que 
permitirán atender a las actuales demandas de formación 
profesional, estudiar los procesos de producción e intercambio que 
emplean los estudiantes universitarios en diversas situaciones, así 
como los procesos metacognitivos implicados. 
 
Palabras clave: Competencias, formación profesional, nuevas tecnologías de 
información y comunicación, globalización 
 
 
 
 
Desde hace algunas décadas se ha reconocido que la influencia de la globalización, la 
aparición de nuevas tecnologías y el avance en el campo de las comunicaciones han 
generado la necesidad de cambios importantes en los sistemas educativos de toda 
nación. 
De esta forma, se observan diversas transformaciones en los sistemas educativos de 
todos los niveles y en especial de la Educación Superior, en la que se ha reconocido una 
importante expansión de la cobertura, la aparición de nuevas regulaciones, la exigencia 
de calidad, la poca conexión entre el tipo de formación que prevalece en las 
universidades y las exigencias de la práctica profesional, el cuestionamiento 
epistemológico sobre la organización de los saberes y el uso de nuevas tecnologías, lo 
que conduce necesariamente a un cambio en los métodos y las prácticas. (Schön, 1992; 
García, 1997; Pedroza, 2006; IESALC, 2006; Tuning, 2007, CRES, 2008). 
En este contexto, se han propuesto nuevas funciones de la Universidad además de la de 
formación de recursos humanos, pues se considera que ésta debe favorecer el análisis y 
solución de problemas que plantea una sociedad cambiante, de dinamizar avances 
tecnológicos sin descuidar el aspecto humano y de producir conocimiento a través de 
la incentivación de la investigación, entre otras cosas. 
Al respecto, Díaz-Barriga (2003) señala que desde hace varias décadas, se ha observado 
un incremento en la búsqueda de modelos educativos alternativos que permitan atender 
la necesidad de desarrollar - desde la universidad - las capacidades para adaptarse al 
cambio y la diversidad tecnológica, fomentar la creatividad y la capacidad para 
contribuir a la innovación, el trabajo en equipo y la comunicación. 
Esta situación ha llevado a la creación de diversos programas y tratados 
multiculturales tendientes a proponer estándares educacionales comunes para generar 
políticas pertinentes para elevar la calidad y pertinencia de la educación, además de 
favorecer la movilidad estudiantil y intercambio, así como unificar criterios - sin 
perder de vista la riqueza de la historia y la cultura de cada región. 
De esta forma, se ha apostado a las competencias profesionales que, bajo el cobijo de 
una visión de formación profesional- no sólo reproduzcan conocimientos, sino que 
promuevan la generación de los conocimientos y alternativas que permitan la solución 
de problemas relativos a la práctica profesional, pues como ha indicado Perrenoud 
(2006),”… ¿para qué ir a la escuela si allí no se adquiere ningún medio para actuar en y 
sobre le mundo?...” (pp. 16). 
Y a pesar de que no existe un consenso sobre la definición de competencia, diversos 
autores coinciden en considerarla como una capacidad para responder a una demanda 
de manera adecuada, como la convergencia de los comportamientos sociales, afectivos 
y las habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar 
a cabo adecuadamente un papel, un desempeño, una actividad o una tarea (Argudin, 
2001; Zabalza, 2006; Rodríguez, 2007), o como indica Perreneoud (2006) la “capacidad 
de actuar de manera eficaz en un tipo definido de situación, capacidad que se apoya en 
conocimientos pero no se reduce a ellos” (pp.7). 
Pero esta manera de concebir a la competencia es reciente, pues como señala Rodríguez 
(2007) existen concepciones tradicionales en las que se le consideraba como sinónimo 
de aptitud o capacidad. Esta idea tiene origen con Tyler, quien en 1949 indica que para 
un currículo formativo se debía tener en cuenta la tarea hecha por la persona y, que esta 
actividad, podía dividirse en operaciones y tareas iniciales, intermedias y finales e 
incluso complementarias. 
Más tarde, hacia la década de los ochentas se consideró a las competencias como un 
conjunto de atributos y potencialidades aplicables a diversas ocupaciones (cualificación) 
y hacia los noventas su conceptualización implicó más bien autonomía, creatividad y 
flexibilidad para afrontar problemas y tomar decisiones. 
Y aunque en toda competencia se requiere de esquemas de acción - entendiendo que un 
esquema es una totalidad constituida que sirve de base a una acción u operación- , una 
competencia no es un simple esquema, sino el medio a través del cual se organiza un 
conjunto de esquemas. Así, ésta pasa por razonamientos explícitos, decisiones 
conscientes, tanteos, dudas, ensayos y errores, pero no los exigen. 
De tal suerte que la competencia profesional debe considerar un modelo heurístico 
propio de su dominio o en procedimientos de identificación y resolución de cierto tipo 
de problemas, que permitan acelerar la movilización de los conocimientos pertinentes y 
su transposición. 
“… la construcción de competencias es inseparable de la formación de 
modelos de movilización de conocimientos de manera adecuada en 
tiempo real, al servicio de una acción eficaz…” (Perrenoud, 2006, 
pp.11). 
Una competencia ha de estar conformada, como se indica en el Proyecto Tuning (2000, 
2003, 2007) por elementos integrados, que impliquen la capacidad de seleccionar - 
entre una amplia gama de posibilidades-, los conocimientos apropiados para 
determinados fines, esto es, una competencia debe: 
- Ser correlacional, pues requiere vincular la combinación de habilidades 
cognitivas y prácticas, de conocimientos, motivación, valores, actitudes, 
emociones y otros componentes sociales; holística, en tanto considere la 
multitud de factores relacionados con la finalidad de encontrar aquellos que 
expliquen el desempeño laboral exitoso concentrándolo en tareas profesionales 
y contextual, pues para construirse se requiere del contexto o entorno social, 
considerando las metas, requerimientos y expectativas propias de una sociedad 
cambiante y abierta. 
- Generar la capacidad de construir conocimiento (saber), de impulsar un 
desempeño eficaz (saber hacer) y de permitir la integración del profesional en el 
ámbito social (saber ser y relacionarse). 
- Funcionar como recurso de competencias mayores, lo que lleva a pensar que 
deben existir tantas competencias como situaciones. 
 
¿Qué tipos de competencias se proponen? 
En lo que se refiere a los tipos de competencias, debido a la polisemia de su 
conceptualización, también se encuentras diversas clasificaciones tales como: 
- Competencias básicas: construidas en los primeros ciclos de educación 
(preescolar, primaria y secundaria) 
- Competencias genéricas o transversales: atributos compartidos de toda profesión 
- Competencias específicas: las propias de una disciplina en particular 
 
Otra clasificación es la propuesta por el Proyecto Tuning (2003, 2007): 
- Competencias instrumentales, que engloban a lashabilidades cognitivas, 
capacidades metodológicas, destrezas tecnológicas y lingüísticas. (comunicación 
oral y escrita, habilidades básicas para el manejo de ordenadores y de gestión 
dela información) 
- Competencias interpersonales, que permiten mejorar el trabajo en equipo, 
capacidad crítica y autocrítica así como el compromiso ético. 
- Competencias sistémicas, útiles para aplicar los conocimientos en la práctica y 
habilidades de investigación, entre otras cosas, a través de la integración de 
conocimientos teórico-prácticos 
 
En lo que se refiere a las competencias instrumentales se han destacado las relativas a la 
comunicación oral y escrita, la habilidad de gestión de la información y las habilidades 
básicas del manejo de las nuevas tecnologías, pues éstas facilitan la consecución de 
numerosos objetivos tanto en el ámbito académico como en el laboral. 
La comunicación, al incluir tanto mensajes verbales como no verbales, que pueden ser 
enviados de forma consciente o inconsciente, implica un proceso dinámico complejo, 
multidimensional y simbólico a través del cual se atribuyen significados por parte del 
emisor tanto como por el receptor. 
Al respecto, Hayes (1996, en Marinkovich, 2002) destaca la existencia de los 
siguientes procesos implicados: 
• Planificación a nivel conceptual global que se refiere a la generación interna de 
ideas a comunicar. De organizar estas ideas y desarrollar una estructura para el 
escrito o discurso además de evaluar la mejor manera/estilo de comunicar estas 
ideas a su audiencia. 
• Trasladar o poner en palabras las ideas generadas en la anterior fase, viéndose 
implicada una conceptualización de cada frase, la estructura sintáctica, la 
activación de la información léxica (palabras a usar), la selección de detalles 
dela pronunciación a niel fonológico u ortográfico y la selección de información 
pragmática y prosódica implicada de manera especial en las comunicación oral 
pues debe haber congruencia entre la entonación y los gestos y el significado 
que se quiere expresar. 
• Y por último la revisión o detección/corrección de errores, que en el caso de la 
escritura, implica la detección de incongruencias entre las ideas a expresar y lo 
que expresa el texto, inconsistencias en la organización y detección de errores 
léxicos o sintácticos. 
Otro componente importante de las competencias instrumentales es la gestión de la 
información, en la que se destacan habilidades relativas a la búsqueda de información en 
textos escrito y uso de los recursos electrónicos. En ésta también se observan diversas 
fases tales como: 
• Fase de selección que implica la clasificación y organización de la información 
de acuerdo a los objetivos y sobre todo de la valoración de la calidad y 
relevancia 
• Fase del almacenamiento y recuperación que implica la capacidad para redactar 
diversos tipos de textos, desde ficheros hasta reportes científicos. 
Por último estaría lo relativo al conocimiento y habilidad para el manejo de las nuevas 
tecnologías relacionadas con procesadores de textos, empleo de la red informática, hasta 
la participación en programas e-learning. La bibliografía existente en la actualidad en 
torno a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación es muy amplia; 
sin embargo existen elementos comunes como la microelectrónica, la informática, las 
telecomunicaciones, la televisión y la radio. 
De este modo al referirse a las nuevas tecnologías de la información y comunicación se 
indican los instrumentos técnicos como el ordenador, las redes y la realidad virtual, 
entre otros, que giran en torno de las telecomunicaciones, la informática y los 
audiovisuales de forma interactiva. 
Respecto al uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (NTIC), 
Monereo (2005) propone diversas competencias básicas que permiten potenciar su uso 
en diferentes aspectos de la educación y de la vida, las cuales tiene que ver con la 
capacidad para aprender a buscar y seleccionar información, aprender a aprender a 
través de a comunicarse, colaborar y participar en al vida pública. 
Un aspecto que se ha destacado en el uso de las NTIC, es la necesidad de desarrollar 
competencias que permitan autorregular y fomentar el aprendizaje autodirigido, que es 
un aspecto que contribuye en la clarificación de las propias actividades de aprendizaje, 
al permitir la retroalimentación continua. 
Además, las competencias relativas a aprender a aprender implican alcanzar un grado 
elevado de conciencia metacognitiva sobre el propio “yo-en-contexto”, contribuyen a 
darse cuenta de qué pensar (representación), decir (discurso) y hacer (acción estratégica) 
cuando se está en un determinado contexto –sea personal, laboral, de ocio, etc., para 
alcanzar los objetivos de aprendizaje y desarrollo personales. 
Sin embargo, aunque el estudio de la comunicación y en este caso de la competencia 
comunicativa, se ha apoyado en la lingüística, la semiótica, la sociología y psicología, 
explicar el desarrollo de las competencias comunicativas no puede circunscribirse a la 
sola descripción de las tareas o desempeños implicados, sino que, en un sentido más 
amplio sería pertinente analizar el modo peculiar de interacción mediadora y mediada 
entre sujetos-agentes sociales que, en el marco de una nueva sociedad del conocimiento, 
se ve manifiesta en diversas situaciones sociales y culturales. 
De este modo, al reconocer que las nuevas tecnologías han transformado la forma de 
comunicarse de las personas, investigadores como Monereo (2005) señalan la 
importancia de identificar las competencias clave y los saberes asociados con la 
adquisición y el desarrollo de las capacidades metacognitivas y cognitivas de alto nivel 
(planificación, autorregulación, autocontrol, adaptabilidad, manejo de la incertidumbre, 
etc.); además de fomentar el desarrollo de competencias relativas a la capacidad de 
relación interpersonal (comunicación, empatía, trabajo en equipo, habilidades sociales, 
etc.) e incluso las relativas a los principales ámbitos de alfabetización, tales como: 
- la cultura letrada (que implica el dominio de la lengua oral y escrita), 
- la cultura matemática, científica, así como en la cultura visual (interpretar, 
utilizar, valorar y producir imágenes fijas y en movimiento para comunicarse) 
- la cultura de la información (localizar, seleccionar, valorar, sintetizar y utilizar 
la información que se necesita con las tecnologías apropiadas) 
- la multiculturalidad y la cultura de la globalización (relacionada con el 
conocimiento y la comprensión de las interrelaciones entre fenómenos y 
procesos que tienen lugar en diferentes lugares del planeta) 
De esta forma, sería pertinente estudiar los procesos de producción, circulación, 
intercambio, negociación y usos de formas simbólicas que emplean los estudiantes 
universitarios, pues si comunicar significa negociar significados o expresarse, 
interactuar, proyectarse, afirmarse, abrirse al mundo, sentirse y sentir a los demás, la 
investigación de la competencia comunicativa ha de llevar a comprender: 
¿Cuál ha sido el impacto de las transformaciones tecnológicas en el tipo de 
comunicación e interacción social que impera en los espacios de intercambio 
académico? 
¿De qué forma el mundo globalizado ha impactado en la concepción de las 
competencias comunicativas como ejes transversales del proceso de formación? 
¿Cómo interviene la comunicación en los diversos campos de la formación del 
universitario? 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Bibliografía 
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