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El buen vivir - Amedd Sisalema

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El “Buen Vivir” es un anhelo que surge con la humanidad y por lo tanto tiene una larga historia, un presente y un futuro que inquieta y nos convoca a una intensa reflexión desde los más variados conceptos entre los que sobresale el entender que significa la noción de desarrollo y crecimiento económico, en medio de condiciones sociales y políticas que deberían apostar a una condición liberadora del ser humano, en una relación respetuosa con la naturaleza, con su entorno.
Desde la academia y la producción científica es necesario que profundicemos en las implicaciones del “Buen Vivir” en nuestras realidades íntimas y cercanas, sus implicaciones en la implementación de políticas públicas desde que estos nuevos conceptos fueron consagrados en la Constitución de la República como un régimen donde los derechos humanos y de la naturaleza encontraron un nicho para su práctica y ejercicio para la transformación social que deseamos, y al que esperanzadoramente nos juntamos con responsabilidad y con la búsqueda de nuevos caminos, de nuevos conocimientos que contribuyan al gran objetivo del Sumak Kawsay.
Propuestas alternativas a las históricamente teóricas y normativas se hacen urgentes frente a los problemas mismos del desarrollo y sus implicaciones en la calidad y condiciones de vida, en las relaciones y el ejercicio del poder. Repensar la práctica del desarrollo es urgente e ineludible frente a un crecimiento económico que hace referencia a la inequidad, a la pobreza, a la violencia; que tiene costos humanos y ambientales. La alternativa sin duda está en el “Buen Vivir”; y es esta inexcusable opción la que nos convoca hoy, en la presente publicación con una selección de las ponencias del I Encuentro Internacional del Programa de Cooperación Interuniversitaria e Investigación Científica “Construyendo el Buen Vivir”.
Los contenidos de este nuevo libro responden a las interrogantes tales como, qué democracia queremos, qué mundo queremos. Está en el centro de nuestras preocupaciones con el principal objetivo de contribuir al conocimiento y al debate ciudadano en torno a la problemática de la gestión local, regional; la planificación, el territorio, la movilidad humana, los actores sociales y su relación con las transformaciones sociales.
Aspiramos entonces que esta publicación sea un aporte a un pensamiento crítico del desarrollo y permita nuevas prácticas fuera de las coordenadas del progreso como sinónimo de necesidad y exclusión y que permitan superar la dualidad y las relaciones asimétricas entre centro y periferia, entre desarrollo y subdesarrollo. Es importante destacar que el “buen vivir” como una nueva condición humana, política, social, jurídica, económica, natural ha estado presente en los más diversos debates organizados por nuestro Programa Interdisciplinario de Población y Desarrollo Local Sustentable - PYDLOS - y que en esta ocasión se fortalece y amplía con este importante libro.
EL Buen Vivir es un principio constitucional basado en el ´Suma Kasai´, que recoge una visión del mundo centrada en el ser humano, como parte de un entorno natural y social.
El buen vivir propone un modelo de vida mucho más justo para todos. El buen vivir es muchísimo más equitativo. En vez de propugnar el crecimiento continuo, busca lograr un sistema desde la súper estructura del Estado que esté en equilibrio el buen vivir se guía por conseguir y asegurar los mínimos indispensables, lo suficiente, para que la población pueda llevar una vida simple y modesta, pero digna y feliz. Para que las y los ciudadanos tengan acceso a las mismas oportunidades en las mismas condiciones, sin diferencia, sin discriminación, con equidad degenero equidad generacional, con respeto pluriculturalidad, sebosa en una economía solidaria y no en una economía de m De acuerdo al Plan Nacional para el Buen Vivir del Ecuador, el Buen Vivir (Sumak Kawsay) “…amplía los derechos, libertades, oportunidades y potencialidades de los seres humanos, comunidades, pueblos y nacionalidades y garantiza el reconocimiento de las diversidades para alcanzar un porvenir compartido.”2
El Buen Vivir como propuesta está orientado por éticas y principios que
definen una sociedad justa, libre y democrática. En otros términos, busca garantizar los derechos para unas condiciones de vida óptimas, con oportunidades de salud, educación, seguridad, trabajo, vivienda, servicios para todas las personas en igualdad de acceso, en un marco de libertades, en vida armónica y sostenible con la naturaleza.
El Buen Vivir se soporta sobre un conjunto de principios y valores que encauzan las acciones tanto individuales como colectivas. En primer término, una relación armónica con los seres humanos y con la naturaleza: respeto a la diversidad. En segundo término, un Estado pluricultural y pluriétnico, un Estado pluricéntrico de la mano con la descentralización. En tercer lugar, unos seres sociales portadores de derechos y con perspectiva de otredad. El Buen Vivir descansa sobre un conjunto de principios como son: Equilibrio, Armonía, Serenidad; Convivencia, Solidaridad, Reciprocidad; Alteridad; Verdad y Honestidad; Constancia, Visión de Colectivo, Sentido de Unidad y Participación.ercado. 
El Buen Vivir es calidad de vida, donde midamos la riqueza de su población por servicios básicos atendidos, y no como en las políticas neoliberales un estilo de que se mide a pobreza por cuánto dinero tienes, el Suma Kasai es el desarrollo más humano en el cual hombre mujer son su eje de inicio y fin en todo el sistema integral de los medios modos de producción.
con estos antecedentes, y reconociendo la complejidad conceptual que atesora el concepto de Sumak Kawsay, comúnmente se ha traducido al castellano como “Buen Vivir”. El Buen Vivir representa un modelo de vida distinto al que se ha propugnado desde la tradición hegemónica occidental. El modelo capitalista, que se impuso durante el siglo XX como el único lógico y factible desde las estructuras del poder mundial, que bajo la lógica de mercado ha convertido todo en un bien de consumo, que desde la hegemonía cultural ha ensalzado en su discurso al éxito económico como el máximo ideal y, que en función de la premisa economicista según la cual lo más eficiente es que cada uno vele únicamente por su propio beneficio, ha aislado artificialmente al ser humano de su comunidad y de la naturaleza, generando un ritmo y un estilo de vida transmisor. Ese es un modelo en evidente crisis y ya no puede sostenerse más. Es desde esta constatación que es necesario una deconstrucción a las ideas dominantes sobre la economía, el crecimiento económico, la pobreza, entre otras. En primer lugar, es necesario demarcar posiciones con el Banco Mundial y no utilizar el concepto del dólar diario, porque la pobreza no es un fenómeno económico sino un fenómeno político y que expresa la necesidad del capitalismo por establecer relaciones de poder y dominación desde el control estratégico de la escasez. Al mismo tiempo la naturaleza será el receptáculo de todos sus desperdicios porque no existe ninguna consideración respecto a ésta que no esté implícita en la noción de valor. En sociedades diferentes, en las que la noción de valor no existe, la naturaleza se convierte en un parte de la vida de esa sociedad. La naturaleza se imbrica de tal manera que está presente en cada acción que esa sociedad genere.
Cuando las sociedades son dueñas de las condiciones que garantizan su reproducción social, los seres humanos pueden tejer una forma de relacionamiento entre sí basada en el respeto mutuo, y alejada de toda consideración estratégica. El Sumak Kawsay permite devolver a la sociedad esa posibilidad de reconstruir el humanismo basado en el respeto a las diferencias fundamentales.
Algunos de los derechos que aporta el buen vivir son los derechos de la naturaleza que también incluye a las personas para que puedan vivir en un ambiente sano, como por ejemplo conservar la biodiversidad, conservar los ecosistemas, reconstruir o recuperarlos espacios que se han visto afectados por alguna razón, prevenir en su totalidad el daño ambiental por ejemplo que el petróleo debería quedar bajo la tierra, no acceder a la minería etc. Prohibir el uso de armas químicas o compuestos químicos que contamine el medio ambiente y al mismo tiempo perjudique a la salud humana.  Otro derecho muy importante es el derecho al agua ya que este es fundamental para la vida y es algo irrenunciable, así mismo es el derecho a la alimentación.
El ‘buen vivir’ en su formulación básica pone el acento en la relación armónica e integral entre los seres humanos y la naturaleza. Dice Alberto Acosta: “El ‘buen vivir’ nace de la experiencia de vida colectiva de los pueblos y nacionalidades indígenas. Busca la relación armoniosa entre los seres humanos y de estos con la Naturaleza… Es un elemento fundamental para pensar una sociedad diferente, una sociedad que rescate los saberes y la tecnologías populares, la forma solidaria de organizarse, de dar respuesta propia”.
Permite esbozar una respuesta concreta a la ‘exclusión’ económica y social que se percibe como el fenómeno más acuciante para la mayoría de la población. Esa exclusión tiene dimensiones materiales y simbólicas que se derivan del no reconocimiento o de la estigmatización de las diversas racionalidades económicas, productivas y reproductivas que existen en el país y de sus protagonistas, de la riqueza social y cultural de su sociedad. El ‘buen vivir’ parte, necesariamente, de un reconocimiento positivo de la realidad, valora que lo alternativo ya tiene una expresión presente que debe ser vista y fortalecida; implica una visibilidad de todas las personas y colectividades desde sus aportes y potencialidades, no sólo desde sus carencias.
No hay un modelo único, ni esquemas predefinidos, hay procesos sociales que deben ser autónomos y soberanos, pero profundamente comprometidos con la transformación de la justicia social, equidad y desarrollo que pone al centro el ser humano sobre todas las cosas. Cada sociedad define sus prioridades y también las formas bajo las cuales se construye los procesos de cambio. Sin embargo, hay algunos pilares que es preciso construir para que se defina el modelo de desarrollo progresista. Una democracia real participativa en la que se logre un empoderamiento a través de la participación de la ciudadanía en todos los ámbitos políticos - públicos, rendición de cuentas y control social. Un modelo económico solidario, no en un modelo de economía de mercado en lo que prevalece es la oferta y la demanda, en la cual no existe ningún tipo de regulación, la propuesta nace que lo primordial es el trabajo y no el capital.
Una forma de sociedad incluyente, no discriminatoria, no racista, que se respete la individualidad del cada ciudadano con la posibilidad de generar y entender todas las cosmovisiones con el propósito de interactuar y convivir entre toda esta maravillosa diversidad. Un proceso de relacionamiento equilibrado entre el entorno y la naturaleza.
El Buen Vivir es entonces vivir a plenitud, integrando todos los actores y factores tanto internos como externos. Se trata de la construcción de un proyecto de ciudadanización en la que primen sus derechos y que estos sean negociables. La mayoría de los ecuatorianos apostó por esta nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza, establecida en la Constitución de 2008 para alcanzar el Buen Vivir, el sumak kawsay. El Gobierno Nacional, realiza un trabajo por los más necesitados, por los olvidados, consiguiendo un equilibrio a través de la implementación de las políticas públicas, para construir un desarrollo social sostenido, sustentable, eficiente y efectivo, para lograr la gran transformación histórica que le fue encargado por el pueblo ecuatoriano.
Pero lo más importante es que toda transformación debe establecer un grado de participación incluyente, de una democracia real, de una ciudadanización del poder, no más imposiciones, no más cartas de intención, no más sometimiento a sistema capitalista, el renacimiento de Latinoamérica se la debe a la necesidad de su pueblo de ser libre, libre para decidir su suerte, su camino.
De esta manera, el Buen Vivir rescata cuatro aspectos esenciales:
1- Convivencia con la naturaleza (naturaleza sujeto de derecho)
2-Relaciones de poder compartido, en consenso, con visión plural, basada en el respeto al otro (derechos colectivos)
3- Sentido y acción de comunidad
4- Sentido no lineal del tiempo
En Bolivia y Ecuador el Buen Vivir es incorporado a sus respectivas Constituciones como un principio que debe regir la actuación del Estado, o criterios que deben definir la intervención de lo público para garantizar la vida plena de sus ciudadanos y del ambiente. La introducción del Buen Vivir en las Constituciones andinas lleva implícito un reto para la actuación del Estado en la búsqueda de nuevos caminos hacia sociedades más justa, con creación de oportunidades para el desarrollo integral humano (individual y colectivo) cimentado en una relación armoniosa con la naturaleza. El Buen Vivir es, en definitiva, otra forma de plantear la vida hacia el bienestar de la humanidad y así como es un reto para el Estado, lo es también para el resto de la sociedad, de sus organizaciones, instituciones y, en especial, para las universidades. Las universidades tienen la enorme responsabilidad de innovar, de crear, de inventar pero también de ser críticas y, sobre todo, de aplicar sus saberes y conocimientos para aportar a sociedades más justas, equitativa y en armonía con el ambiente natural.

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