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La Naturaleza Interna del Fútbol (Doc INAF 2014)

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“LA NATURALEZA INTERNA DEL JUEGO DEL 
FÚTBOL, DESDE LA INTERPRETACIÓN DEL 
PARADIGMA SISTÉMICO/COMPLEJO” 
ENTENDIMIENTO NECESARIO PARA LA GENERACIÓN DE 
CONOCIMIENTO CIENTÍFICO-FUTBOLÍSTICO A TRAVÉS DE 
LA “MODELACIÓN SISTÉMICA”. 
 
 Autor: EDUARDO BARAHONA A. 
 
Licenciado en Humanidades. Universidad Adolfo Ibáñez (U.A.I.) 
Entrenador de Fútbol Profesional. Instituto Nacional del Fútbol, Deporte y Actividad Física (I.N.A.F.) 
Estudiante Postgrado: “Máster en Tecnificación y Rendimiento Superior”. Institut Nacional D´Educació Física de 
Catalunya (I.N.E.F.C.) 
 
MARZO 2014 
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 Eduardo Barahona A. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El autor del © tiene reservados todos los derechos. Cualquier reproducción, total o parcial de este documento, por 
cualquier medio, soporte sonoro, visual o informático, así como su utilización fuera del ámbito estricto de la institución 
del alumno comprador, sin la conformidad expresa de forma verbal o escrita del autor de los derechos, será 
perseguida y sancionada con todo el rigor que prevé la ley y se exigirán las responsabilidades civiles y penales, así como 
las reparaciones procedentes. 
 
“La Naturaleza Interna del juego del Fútbol, desde la interpretación del Paradigma Sistémico/Complejo”. 
 
 
Autor: Eduardo Barahona. A 
Imprime: El depositario, con autorización expresa de I.N.A.F. 
Año: 2014 
Edición: Primera 
 
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 Eduardo Barahona A. 
 
• Índice 
 
 
 
I. Un punto de partida: La Imperativa Necesidad de percibir la “Naturaleza Interna” del juego 
del Fútbol…………………………………………………………………………………………………4 - 6 
 
II. La Caracterización del Fútbol: Su Naturaleza Compleja……………………………………..7 - 11 
 
II.1. La Dificultad que nos presenta el “Pensamiento Científico Clásico” a la hora de 
entender el Mundo y el Fútbol………………………………………………………………12 - 15 
 
II.2. La Emergencia del “Pensamiento Sistémico/Complejo”………………………....16 - 19 
 
II.2.1. El “Abordaje Sistémico”, como medio para la generación de conocimiento 
en el Fútbol…………………………………………………………………………......20 - 25 
 
III. La esencia “Táctica” del juego del Fútbol, como variable emergente dentro de su 
“Naturaleza Compleja”………………………………………………………………………...........26 - 32 
 
IV. La “Modelación Sistémica”: un “Método” de construcción Científico - 
Futbolístico…………………………………………………………………………………………….33 - 37 
 
Bibliografía…………………………………………………………………………………………….38 - 39 
 
 
 
 
 
 
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“Una Teoría no es el conocimiento, permite el conocimiento. 
Una Teoría no es una llegada, es la posibilidad de una 
partida. Una Teoría no es una solución, es la posibilidad de 
tratar un problema”. 
(Edgar Morin, 1990) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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I. Un punto de partida: 
La Imperativa Necesidad de percibir la 
“Naturaleza Interna” del juego del Fútbol. 
 
“El problema principal es poder entender el juego, lo que es el juego, después de 
entenderse el juego es absolutamente necesario que se entiendan los juegos y las 
varias formas de jugar existentes. Posteriormente recién podrá reconocerse que el 
objetivo de estudio, el objeto de preocupación pasará a ser nuestro juego”. 
(Frade, V. 2003, citado por Martins, F. 2003:49). 
 
 Desde hace muchas décadas atrás, específicamente a fines del siglo XX, 
han sido muchos autores, los que fueron sustentado la idea de que la generación 
de conocimiento en el Fútbol debe construirse a partir de perspectivas que se 
centren en focalizar, caracterizar y comprender la “Naturaleza Interna” del juego 
del Fútbol (Durfour, 1983; Queiroz, 1986; Dugrand, 1989; Gréhaigne, 1989; 
Castelo, 1994; Baconi & Marella, 1995; Garganta 1997, citado por Garganta, J & 
Gréhaigne, J. F. 1999). 
 En este contexto, para Teodorescu, L. (1983, citado por Garganta, J. 1998) 
concebir, estudiar e interpretar la relación existente entre la “Naturaleza Interna” y 
la “Didáctica” del juego, es una de las tareas fundamentales y más complejas que 
se colocan, a quién desea trabajar en esta modalidad deportiva. En tal sentido, 
Frade, V. (1990 citado por Garganta, J. 1997), nos señala que el estudio de la 
“Naturaleza Interna” del juego adquiere gran importancia, a medida que en primera 
instancia, nos permitirá tener conocimiento acerca de los factores que 
“Estructuran” y generan la “Dinámica” del juego, a modo de que posteriormente, se 
puedan establecer elementos claves que posibiliten una sistematización “Teórico-
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Didáctica” y “Metodológica”, de los procesos de enseñanza/aprendizaje en el 
Fútbol. 
 De esta manera, sin temor a equivocarnos, debemos ser conscientes de la 
imperativa necesidad que presenta el hecho de elevar el juego del Fútbol a objeto 
de estudio, debido a que el conocimiento de la “Naturaleza Interna” tendrá 
implicaciones futuras, directas y específicas, relacionadas con los planos del 
conocimiento, enseñanza y control por parte de los entrenadores (Garganta, J & 
Gréhaigne, J. F. 1999). A modo de corroborar esta idea Frade, V (2003 citado por 
Martins, F. 2003:49) añade lo siguiente: “El problema principal es poder entender 
el juego, lo que es el juego, después de entenderse el juego es absolutamente 
necesario que se entiendan los juegos y las varias formas de jugar existentes. 
Posteriormente recién podrá reconocerse que el objetivo de estudio, el objeto de 
preocupación pasa a ser nuestro juego”. 
 A continuación, todo lo que iremos desarrollando en cada uno de los puntos 
de este documento, se irá relacionando concretamente con el objetivo de concebir 
la “Naturaleza Interna” del Fútbol, desde la interpretación del “Paradigma 
Sistémico/Complejo”. Medio que consideramos fulclar, a fin de poder delimitar y 
sistematizar posteriormente, las bases sobre las cuales poder generar 
conocimiento de carácter “Científico-Futbolístico” a partir del establecimiento y 
desarrollo, de conceptos como: “Modelo” y “Modelación”. 
 Así y en más, el logro del objetivo que nos hemos establecido, buscará ir 
generando en el lector, el desarrollo de ideas que permitan interpretar la siguiente 
reflexión que nos deja el profesor Julio Garganta (1998:21): 
“…en el desarrollo de las situaciones de juego en el Fútbol, para un 
jugador (y el equipo), la selección del número y calidad de sus acciones 
dependen precisamente del conocimiento que estos tengan del juego. 
Eso quiere decir, que la forma de actuación del jugador (y el equipo) 
estará fuertemente condicionado por sus “modelos” de explicación 
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previa, o sea, por el modo en como conciba y perciba el juego antes, 
durante y después de aquella acción”. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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II. La Caracterización del Fútbol: 
Su Naturaleza Compleja. 
 
“Las <<Situaciones de juego>> que ocurren en el contexto del Fútbol deben 
ser entendidas como eventos que poseen una <<Naturaleza Compleja>>, 
provenientes no solamente de un gran número de variables, propias del juego, 
sino que también, de la imprevisibilidad y aleatoriedad de los escenarios que 
se le colocan a los equipos y a sus jugadores” 
(Konzag, 1991; Riera, 1995; Reilly, 1996, citado por Garganta, J & Gréhaigne, 
J. 1999:41). 
 
 A pesar de existir una unanimidad clara, por parte de diversos autores en lo 
que respecta a la necesidad de concebir, estudiar e interpretar la “Naturaleza 
Interna”del juego del Fútbol, esta se complejiza progresivamente, a medida en 
que si bien, este deporte presenta ciertas características “Estructurales”, en el 
transcurso de la “Dinámica” de juego estas interaccionan ante múltiples 
elementos, los que al confrontarse, generan una gran cantidad de problemas. 
 Así, desde el punto de vista “Estructural”, con base a las referencias de 
diversos autores, tales como: Bauer, G & Ueberle, H. (1988); Ellis, M. (1985); 
Durand, D. (1992); Almond, L (1986); Ivoilov, A. V. (1984); Moreno, J. H. (1987); 
Fradua, U. (1993); Riera, J. (1995); Deleplace, R. (1994); , Gréhaigne. J. F. (1989); 
Mombaerts. E. (1996); Harris, S. & Reilly, T. (1988); Werner, P & Almond, L 
(1990); Barth, B. (1994), Garganta, J & Soares, J. (1986), Crevoisier, J. (1984), 
citados por Garganta, J. (1997), el Fútbol puede ser considerado un deporte que 
presenta las siguientes características: 
- Reglas; 
- Un gran espacio de juego; 
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- Territorios opuestos; 
- Objetivo opuesto; 
- Objetivo vertical; 
- Utilización de un balón como implemento, para lograr el objetivo del juego; 
- Interpenetración o espacio común; 
- Jugadores; 
- Equipos; 
- Interacción cooperativa con especialización de funciones (guardametas, 
defensas, mediocampistas y delanteros). 
- Participación simultánea; 
- Invasión; 
- Cooperación/Oposición; 
- Oposición/Cooperación. 
 
 Por otro lado, el mismo autor (Garganta, J.1998, citando a Malglaive, G. 
1990 y Gréhaigne, J.F & Godbout, P. 1995) refiere que el conocimiento de la 
“Dinámica” dentro de la “Naturaleza Interna” del juego, proviene de tres grandes 
elementos que interactúan en simultaneidad: i) “Reglas de Acción” o “Principios de 
acción”; esto es, reglas básicas de conocimiento del juego, que definen las 
condiciones a respetar y los elementos a tener en cuenta para que la acción sea 
eficaz por parte de los jugadores y los equipos; ii) “Reglas de Organización de 
juego”, relacionados con la repartición de los jugadores en el terreno, con la 
distribución de papeles y otros preceptos, y iii) Capacidades motoras, que 
engloban la actividad perceptiva, decisional y de ejecución del jugador. 
 De esta forma, con relación a lo señalado al comienzo de este punto, 
tenemos que debido a sus características “Estructurales”, el Fútbol es una 
modalidad deportiva perteneciente al cuadro de los designados: “Juegos 
Deportivos Colectivos” (J.D.C.), particularizados por una gran cantidad de 
elementos, los que durante el transcurso de la “Dinámica” de juego, producen 
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como efecto, una multiplicidad de interacciones de <<Naturaleza Compleja>>. 
Idea que trataremos de dejar en claro más adelante. 
 Sin embargo, en este momento, es propicio mencionar, que nos vemos 
confrontados ante un desafío que resulta paradojal. Este se debe al hecho de que 
el estudio y análisis de la “Naturaleza Interna” del juego del Fútbol, sólo se puede 
realizar, a partir del análisis de la interacción e interrelación de los jugadores y los 
equipos en “Competencia”, ya que es en ese contexto, donde se podrá apreciar la 
relación existente entre la “Estructura” y su “Dinámica”. Deleplace (1979:49 citado 
por Garganta, J & Gréhaigne, J. F. 1999) se refiere a esto al señalar: “La 
Naturaleza interna del juego se caracteriza a partir de la interacción continua entre 
el reglamento y la evolución de las soluciones prácticas, encontradas por los 
jugadores y el equipo, provenientes de las capacidades tácticas, técnicas, físicas y 
psicológicas en el transcurso de cada fase del juego”. 
 Con relación a la idea anterior, modo de realizar un breve acercamiento a la 
descripción de la “Naturaleza Interna” de este deporte, Wade, A (1978), nos 
señala que el “Fútbol” es un deporte que se desarrolla en un contexto de 
permanente confrontación, establecido entre dos equipos y determinado por un 
escenario en donde uno de ellos, en posesión de balón (dentro del proceso 
ofensivo), intenta sobrepasar la oposición de los adversarios, en el sentido de 
aproximarse a la portería, rematar y marcar gol. A su vez, el equipo que no posee 
el balón (en el proceso defensivo), busca impedir la progresión y remates de los 
adversarios, al mismo tiempo que intenta apoderarse del balón para atacar y 
marcar. 
 A partir de esta aproximación, podemos destacar que lo que identifica al 
juego del Fútbol, esencialmente es el enfrentamiento entre dos equipos que se 
sitúan e interactúan dentro del terreno de juego, condicionados por el 
cumplimiento del reglamento. Así, en el contexto de los procesos ofensivos y 
defensivos, las sucesivas configuraciones que el juego va experimentando, 
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condicionan la manera en como ambos equipos generan las relaciones de 
cooperación y oposición. 
 De tal manera, podemos apreciar que la finalidad de los comportamientos 
de los jugadores, es guiado por un objetivo claro de producción: “El Gol” 
(Gréhaigne, J. F. 1989). Sin embargo, en el trascurso de un partido, hasta lograr 
conseguir su anotación o tratar de impedirla, los jugadores/equipo deberán 
focalizar sus esfuerzos en el sentido de establecer una superioridad sobre su 
adversario. Debiendo, para ello, garantizar, el cumplimiento de principios/reglas de 
acción para cada “Situación de juego”, que se presenten dentro del proceso 
ofensivo u defensivo, a modo de solucionar con éxito, los diversos escenarios que 
puedan encontrarse, y que a su vez, posibiliten el objetivo de generar 
desequilibrios al rival, a fin de lograr la mayor cantidad de goles, y por 
consiguiente, la victoria final. 
 En este sentido, como refiere Garganta, J (1999), a medida que la actividad 
de los jugadores se desenvuelve ante diversas “Situaciones de juego” cuyas 
condiciones se alteran permanentemente (imprimiendo en ello, altos grados de 
incertidumbre), es que debemos tener en cuenta que el Fútbol, es claramente un 
“Deporte Situacional” que presenta dentro de su “Naturaleza Interna” una gran 
variabilidad, alternancia y aleatoriedad de eventos que les son inherentes y que 
determinan esencialmente la dirección de los comportamientos a adoptar por parte 
de estos. 
 Así, a modo de recapitulación, podemos afirmar que dentro de la 
“Naturaleza Interna” del juego, emerge una lucha incesante por el “Tiempo”, el 
“Espacio” y la “Tarea”, generada a partir de las “Situaciones de juego” que se dan, 
donde los jugadores y los equipos que se confrontan entre sí, intentan buscar 
soluciones a fin de lograr el objetivo principal del juego. Con relación a la idea 
anterior, Couto, P (2007 citando a Greco y otros, 2000) menciona que en todo 
momento, estos factores a tener en cuenta, nos llevan a identificar a la trilogía 
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“Espacio - Tiempo - Tarea”, como elementos fundamentales de este “Deporte 
Situacional”. 
 Por lo tanto, a medida que la actividad de los jugadores se desenvuelve en 
contextos cuyas condiciones se alteran permanentemente, podemos señalar que: 
“las <<Situaciones de juego>> que ocurren en el contexto del Fútbol deben ser 
entendidas como eventos que poseen una <<Naturaleza Compleja>>, 
provenientes no solamente de un gran número de variables propias del juego, sino 
que también, de la imprevisibilidad y aleatoriedad de los escenarios que se le 
colocan a los equipos y los jugadores” (Konzag, 1991; Riera, 1995; Reilly, 1996, 
citado por Garganta, J & Gréhaigne, J. 1999:41). Lo anterior nos permite agregar 
el hecho de que estas acciones, de <<Naturaleza Compleja>>, producen como 
consecuencia, altos grados de incertidumbre en el desarrollo juego (puntualmente 
en los procesos ofensivos y defensivos), donde la relación e interacción de los 
jugadores y los equipos deben concebirse e interpretarse como parte del contexto 
de este “DeporteSituacional” (Garganta, J. 1997). 
 Una vez realizada esta caracterización del Fútbol, con el fin de poder 
comprender su “Naturaleza Compleja”, a continuación desarrollaremos 
profundamente cómo el “Paradigma Científico Clásico” y el “Paradigma 
Sistémico/Complejo” nos han posibilitado responder preguntas y generar 
conocimiento, no sólo para comprender el Mundo, sino también, a la hora de 
transportarlos al Fútbol. 
 
 
 
 
 
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II.1. La Dificultad que nos presenta el 
“Pensamiento Científico Clásico” 
a la hora de entender el Mundo y el Fútbol. 
 
“Desgraciadamente, hemos seguido el modelo de Descartes que preconizaba 
la división de la realidad de los problemas. Sin embargo, un <<Todo>> 
produce cualidades que no existen en las partes separadas. El <<Todo>> no 
es únicamente la adición de las partes, es algo más…” 
(Morin, E. 1984 citado por Tamarit, X. 2007:21). 
 
 Alves, S. (2007), Gaiteiro, R. (2006) y Maciel, J. (2008) son enfáticos en 
señalar que el “Paradigma” que dominó el siglo XX (y que aún permanece en 
nuestros días), encuentra su base, en una progresiva construcción filosófica 
(heredada de Aristóteles), desarrollada en gran parte del siglo XVI por René 
Descartes (1596 - 1650). Con el tiempo, los científicos más influyentes en su 
puesta en práctica fueron: Isaac Newton (1643 - 1727), Adam Smith (1723 - 1790), 
Antonie Lavoisier (1743 - 1794), Charles Darwin (1809 - 1882) y Émile Durkheim 
(1858 - 1917). De sus trabajos fue tomando forma el “Pensamiento Científico 
Clásico”, el cual, para Gaiteiro, R. (2006), se caracterizó principalmente por 
desarrollar un conocimiento objetivo, basado en leyes “Universalmente 
Deterministas”. 
 A continuación, citaremos algunas ideas de Descartes, R (cit por Durand, 
1979 en Silva, M. 2006:15), con la finalidad de poder comprender los principios 
fundamentales en los que se basa este “Paradigma”: 
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“Dividir en el mayor número posible de partes cada una de las 
dificultades a examinar, tanto cuanto fuera necesario para resolver 
mejor”. 
 “Orientar ordenadamente los pensamientos, comenzando por los 
objetivos más simples y más fáciles de comprender para mostrar como 
poco a poco, por grados sucesivos, se llega al conocimiento de los más 
complejos”. 
“Hacer siempre aseveraciones tan completas y apreciaciones tan 
generales cuanto fuese posible, de forma de asegurar que nada se 
omite”. 
 Con relación a lo anterior, este “Paradigma” se fundamentó, a modo 
general, según Maciel, J. (2008), en un “Modelo de Pensamiento Reduccionista”, o 
sea, en un esquema que busca el estudio de un fenómeno, a través de la 
separación y división del “Todo” en “Partes”, para después, a partir de un 
entendimiento detallado de estas (y su posterior unión), intentar explicar el “Todo”. 
De acuerdo con lo señalado, el mismo autor considera que a través de este 
“Modelo”, el conocimiento generado, no es más que un resultado de la suma de 
las “Partes”. En este sentido Morin, E. (1984 citado por Tamarit, X. 2007:21) 
añade: “Desgraciadamente, hemos seguido el modelo de Descartes que 
preconizaba la división de la realidad de los problemas. Sin embargo, un 
<<Todo>> produce cualidades que no existen en las partes separadas. El 
<<Todo>> no es únicamente la adición de las partes, es algo más…”. 
 De esta forma, la ciencia occidental, con el paso del tiempo, se orientó y 
edificó sobre los contributos del “Pensamiento Científico Clásico”. Un tipo de 
pensamiento que para Tamarit, X (2007: 31), “tomó el mando de la forma en cómo 
se genera el conocimiento, pasando a ser el referente mundial, como una verdad 
única e incuestionable, dejando a las otras formas de raciocinios a su sombra”. 
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 En tal contexto, Morin, E (1985, citado por Tamarit, X. 2007:32) profundiza 
lo señalado, al mencionar que esta división de conocimientos, “…provoca aquello 
que Fernando Sobral llama justamente una <<Patología del Saber>>”. Esta 
<<Patología del Saber>> para Sobral, F (1995:44), emerge como el resultado del 
“imperio de los principios de separación, de reducción y de abstracción, cuyo 
conjunto constituye el <<Paradigma de la simplificación>>”. Ante esto, Capra, F 
(1996), además apunta que este pensamiento analítico, divisionista y mutilante, 
dificulta nuestra comprensión del mundo, ya que la fragmentación de las partes de 
un “Todo”, implica no sólo la separación de éstas, sino la anulación de sus 
propiedades. 
 Con relación a todo lo mencionado en el transcurso de este punto, Frade, 
V. (1990) y Gréhaigne, (1992), señalan que al transportar este tipo de raciocinio al 
Fútbol, es posible constatar que los pilares “Conceptuales” (relativos a la 
“Naturaleza Interna”), así como también, de los “Didácticos” y “Metodológicos”, 
sobre los cuales, este deporte se ha fundado, han reposado ciegamente en el 
“Pensamiento Científico Clásico”, trayendo como consecuencia, una división 
artificial el juego, centrándose en el análisis descontextualizado de la actividad 
individual de los jugadores y con ello, en el abordaje “Didáctico” y “Metodológico” 
de su entrenamiento en pequeñas y detalladas parcelas, debido a que se sigue 
insistiendo en señalar, según Garganta, J. (1996:66) que: “…la expresión más 
elevada del rendimiento por parte de los jugadores y los equipos proviene de un 
alto grado de desenvolvimiento y especialización de los referidos factores, 
tradicionalmente agrupados en cuatro grandes dimensiones o categorías: la física, 
la técnica, la táctica y la psíquica”. 
 El aludido autor refiere a su vez, que los abordajes analíticos dominantes y 
los respectivos modelos de estructuración del entrenamiento y evaluación del 
rendimiento, han inviabilizado el estudio de problemas considerados importantes, 
relativamente a los que se reportan, al comportamiento de los equipos, en cuanto 
a totalidades, cuyas características provienen de las interacciones entre sus 
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elementos constituyentes. En este sentido Bauer, G. & Ueberle, H (1988, citado 
por Garganta, J & Gréhaigne, J. F. 1999) apuntan a que la pertinencia del estudio 
de los problemas inherentes al juego, deberán situarse más a nivel de la 
interacción e interrelación de los factores de cada uno de ellos entre sí, por lo que 
se torna necesario percibir el juego en su complejidad. 
 De esta manera, como reacción a las tendencias analíticas, teniendo como 
punto de convergencia la inepcia explicativa del “Pensamiento Científico Clásico”, 
fue emergiendo la necesidad de encontrar un método que permitiese reunir y 
organizar los conocimientos a partir del reconocimiento de la “Naturaleza 
Compleja” del juego del fútbol y de las propiedades de interacción de los 
jugadores y los equipos, en cuanto conjuntos o totalidades (Garganta, J & 
Gréhaigne, J. F. 1999). 
 Así, una vez realizada nuestra reflexión sobre los pilares fundamentales 
bajo los cuales se basa el “Pensamiento Científico Clásico”, y sus efectos al ser 
transportado al Fútbol. En el siguiente punto trataremos el surgimiento de un 
nuevo “Paradigma” que tendrá gran impacto a la hora de concebir y entender el 
esta modalidad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
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II.2. La Emergencia del 
 “Pensamiento Sistémico/Complejo”. 
 
“Toda la interacción dotada de alguna estabilidad o regularidad asume un carácter 
organizacional y produce un sistema”. 
Morin, E. (1990, citado por Garganta, J & Gréhaigne, J. F. 1999:44). 
 
 Según Maciel, J (2008), vivimos hoy en un mundo globalmente interligado, 
en el cual, los fenómenos biológicos, psicológicos, sociales y ambientales son 
todos interdependientes entre sí, por lo tanto, para describir ese mundo 
apropiadamente, necesitamos de un “Pensamiento Sistémico/Complejo”, que lavisión de mundo analítica y reduccionista no nos ofrece. Con base a lo 
mencionado, Tamarit, X. (2007:15), añade: “los principales problemas de nuestra 
época no pueden ser entendidos aisladamente, estamos ante problemas 
sistémicos y por eso, requerimos de un cambio radical en nuestras percepciones, 
en nuestros pensamientos y en nuestros valores”. 
 A partir de lo anterior Gaiteiro, R. (2006), a manera de introducción, nos 
señala que la palabra “Sistema”, deriva del griego “synhistanai” que significa 
“colocar junto”. En este sentido, entender las cosas “Sistémicamente” significa, 
colocarlas dentro de un contexto, a modo de establecer la naturaleza de sus 
relaciones. Con base a este concepto, Garganta, J & Gréhaigne, J. F. (1999) nos 
refieren que la “Sistémica”, constituye un abordaje, un método de comprensión y 
de resolución de problemas, que tiene como objetivo, buscar aumentar la eficacia 
de la acción de nuestro pensamiento de cara a problemas relacionados con el 
modo de observación, representación, modelación o de simulación de “Totalidades 
Complejas”. Como lo es el Fútbol. 
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 En este contexto, estimamos pertinente realizar, una breve reseña sobre el 
surgimiento este pensamiento, a modo de explicar posteriormente, la importancia 
de la “Sistémica” en la comprensión del Mundo y a la hora de abordar el Fútbol. 
 Este “Paradigma”, de acuerdo con Silva, H (2008), emerge a partir de la 
“Teoría general de los Sistemas”, sugerida por el biologista austriaco Ludwing con 
Bertalanffy a mediados del siglo XX, con base a un cuerpo de nociones, que 
inciden sobre el estudio de los fenómenos a la hora de producir conocimiento, de 
manera que se trata principalmente de una filosofía que concibe la transversalidad 
y la interdependencia de las ciencias. 
 Según esta línea de pensamiento, Bertrand, Y., & Guillemet, P. (1988) 
mencionan que no era suficiente estudiar los elementos y procesos constituyentes 
del “Todo” de manera aislada, por lo cual, era preciso resolver los problemas 
decisivos, que son la organización y orden que los unen, y que resultan de la 
interacción dinámica de las “Partes”, y que tornan los comportamientos del “Todo” 
de manera diferente. Con relación a lo señalado anteriormente por los autores 
citados, se desprende que a la hora de estudiar un fenómeno, se pueden producir 
resultados totalmente diferentes, dependiendo de quién los estudia aisladamente, 
o cómo pertenecientes a un “Todo”. 
 A fin de poder acercarnos un poco más al entendimiento del “Pensamiento 
Sistémico/Complejo”, mencionaremos algunas de las características que según 
Capra, F (1996), son las más relevantes. 
 La primera característica del “Pensamiento Sistémico/Complejo”, según el 
autor, es la que entiende las “Partes” en función de la “Totalidad”. De acuerdo con 
esta visión, las propiedades esenciales de un organismo, o sistema vivo, son 
propiedades del “Todo”, que ninguna de las “Partes” posee. Profundizando esta 
idea, para Bertrand, Y., & Guillemet, P. (1988:35), “un sistema es un todo que no 
puede ser descompuesto sin que pierda sus características esenciales. Debe, por 
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tanto, ser estudiado como un todo. Más allá de eso, antes de explicar un todo en 
función de las partes, es preciso estudiar estas partes en función del todo”. 
 En segundo lugar, Capra, F (1996), apunta a otra característica que importa 
destacar, esta comprende que las “Partes” están (antes que todo), inmersos en 
“Redes de relaciones”, las cuales, a su vez, se relacionan con otras. Por eso, la 
tarea del intelectual que confía en el “Pensamiento Sistémico/Complejo” a la hora 
de producir conocimiento, debe considerar las relaciones entre las “Partes” y el 
“Todo”, como fundamentales. En este sentido, importa comprender que el 
conocimiento que emerge, se produce desde una concepción, en el cual, ninguna 
“Parte” es más importante que las otras. Así, el “Pensamiento 
Sistémico/Complejo”, considera el mundo en función de la interrelación e 
interdependencia de todos los fenómenos. 
 Como tercera característica, esta nos remite a la necesidad de concebir la 
existencia de distintos “Niveles Sistémicos”, de manera que, dentro de un 
“Sistema” podemos encontrar otros “Sistemas Anillados” entre sí. A modo de 
esclarecer lo anterior, Gaiteiro, R. (2006:21), nos menciona que: “pudiendo ser 
aplicados los mismos conceptos en niveles sistémicos diferentes, podemos 
también reconocer que diferentes niveles sistémicos corresponden a diferentes 
grados de complejidad” En este caso, en cada nivel, los fenómenos observados 
exhiben propiedades que no existen en niveles inferiores, de allí es que se 
desprende el nivel de complejidad que les caracteriza. 
 De esta forma, fue como el concepto de “Sistema”, a la hora de utilizarse 
como medio de conocimiento, fue recibiendo diversas designaciones, tales como: 
“Análisis de los Sistemas”, “Análisis Sistémico”, “Análisis Estructural”, “Análisis 
Funcional”, “Abordaje Sistémico”, “Dinámica de los Sistemas”, entre otros. 
(Garganta, J & Gréhaigne, J. F. 1999). 
 Sin embargo, varios autores (Rosnay, 1975; Atlan, 1979; Andreewsky, 
1991; Bertrand & Guillemet, 1988, citados por Garganta, J & Gréhaigne, J. F. 
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 Eduardo Barahona A. 
 
1999) utilizaron la expresión de “Abordaje Sistémico” para designar las 
perspectivas y metodologías dedicadas a la descripción y estudio de los sistemas. 
El “Abordaje Sistémico” como tal, consiste en una estrategia de “Modelación” de la 
realidad que compone la utilización de ciertos instrumentos conceptuales bien 
definidos, conduciendo a la “Modelación Sistémica”. Concepto que 
desarrollaremos en nuestro último punto. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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 Eduardo Barahona A. 
 
II.2.1. El “Abordaje Sistémico”, como medio para la 
generación de conocimiento en el Fútbol. 
 
“Somos de la idea de que para un abordaje riguroso de la complejidad del fútbol, 
se requiere necesariamente de un entendimiento que reconozca la importancia de 
las relaciones, conexiones y necesidad de interacción”. 
Frade, V. (1985:18) 
 
 A partir de lo señalado en el punto anterior, Garganta, J. (1996:68) nos 
afirma, a modo de introducción a la temática que trataremos a continuación: 
“Dado a que se admite la complejidad como parte integrante de los 
sistemas, se impone un modo de concebir la realidad a partir de esa 
complejidad, en el cual, la incerteza, la incertidumbre y la aleatoriedad 
no deben ser residuos a eliminar por parte de la explicación científica, 
como ha sido en la práctica corriente, más bien, por el contrario, se 
constituyen como elementos fundamentales de esa misma explicación”. 
 
 En este contexto, es preciso tener en cuenta, los conceptos mencionados 
en el punto II de nuestro estudio, dado a que debemos concebir que el juego del 
Fútbol es un “Deporte Situacional” de “Naturaleza Compleja”, en donde se 
desarrollan una multiplicidad de “Situaciones de juego” cuya frecuencia, orden, 
cronología y complejidad, no pueden ser determinados anticipadamente, los que 
a su vez, son condicionados por la relación “Tiempo” - “Espacio” - “Tarea”, es que 
resultan de las relaciones de colaboración y oposición de los jugadores y los 
equipos, de cara a la consecución del objetivo final del juego. 
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 Eduardo Barahona A. 
 
 De esta forma, el juego de Fútbol esconde un fenómeno que reviste una 
gran dificultad en su estudio, cuando es perspectivado como objeto de 
“Conocimiento Científico” (Garganta, J & Gréhaigne, J. F. 1999). Sin embargo, no 
parece adecuado que la interpretación de este, se efectúe con base a un 
sumatorio de acciones individuales e independientes, ya que las competencias de 
los jugadores/equipos tienen que reportarse a grandes categorías de problemas,figurándose necesario percibir el juego en toda su complejidad. 
 A partir de lo anterior, Garganta, J. (1996:80) afirma que: “deben imponerse 
formas alternativas de explicar, interpretar y abordar el juego del Fútbol, por lo 
cual, se figura importante que estas formas permitan un salto epistemológico de 
raciocinio analítico y monodiciplinar, hacia el raciocinio sistémico del vocación 
transdiciplinar”. En este sentido, todo este cuadro de referencias apunta a la 
necesidad de realizar una incursión del estudio de esta modalidad deportiva, a 
través los designados “Abordajes de tipo Sistémico” (Garganta, J & Gréhaigne, J. 
F. 1999). 
 En tal contexto, León Teodorescu fue uno de los primeros autores en 
utilizar, en el ámbito de los JDC, el concepto de “Abordaje Sistémico” alertando 
también la importancia del concepto de “Modelación” (que trataremos en el último 
punto de nuestro estudio), en el desenvolvimiento de la teoría y la práctica de este 
grupo de deportes, a través de su libro “Théorie et méthodologie des jeux sportifs” 
publicado en 1977. Cerca de veinte años más tarde, Jean Francis Gréhaigne, 
retomó y profundizó esta problemática, especificándola en el Fútbol a partir de su 
Tesis de Doctorado llamada: “Football de Mouvement: Vers une aproche 
systémique du jeu” en 1989. 
 Con relación al desarrollo que fue tomando esta temática con el tiempo, 
Oliveira, J. (2004), enfatiza la idea de que para lograr una aproximación de calidad 
a la comprensión de la “Naturaleza Compleja” del Fútbol, debe tomarse en cuenta 
el “Abordaje Sistémico”, a fin de poder distinguir a través de sus múltiples 
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 Eduardo Barahona A. 
 
interacciones, como se organizan, direccionan y desenvuelven cada uno de sus 
elementos, a modo de poder dar coherencia posterior al desarrollo de una 
conceptualización de carácter “Teórico-Didáctica” y “Metodológica de la actividad. 
 En este sentido, las dimensiones nucleares que conciben el “Abordaje 
Sistémico” y que nos aportan la base para comprender la “Naturaleza Compleja” 
del Fútbol, según Durand, D. (1979 citado por Garganta, J. 1996:70), se asientan 
en cuatro categorías fundamentales: i) Interacción; ii) Globalidad; iii) Organización 
y iv) Complejidad. Por cuanto estamos presentes ante un deporte de carácter: 
i) Interactivo: porque los jugadores y equipos que los constituyen actúan 
en una relación de reciprocidad; 
ii) Global o Total: porque el valor de los equipos puede ser mayor o 
menor a la suma de los valores individuales de los jugadores que lo 
constituyen; 
iii) Complejo: porque existe una abundancia de relaciones entre los 
elementos que participan en el juego; 
iv) Organizado: porque su estructura y funcionalidad se configuran a 
partir de las relaciones de cooperación y de oposición, establecidas en 
el respeto por principios y reglas y en función de finalidades y objetivos. 
 Profundizando este tipo de abordaje de carácter “Sistémico” y su analogía 
con respecto al Fútbol, Moriello, S. (2003), hace referencia a dos tipos de 
“Sistemas” que confluyen en uno en particular. Por un lado, tenemos a los 
“Sistemas Abiertos”, que se identifican por presentar mucha interacción con el 
medio ambiente, y por otro, a los “Sistemas Adaptativos”, que reaccionan ante él y 
se adaptan al entorno. De ahí a que estos tipos de “Sistemas” que consigan reunir, 
a su vez, estas dos características, se denominen “Sistemas Homeostáticos”, ya 
que buscan permanentemente ajustarse a las transformaciones del contexto a 
través de acoplamientos estructurales y funcionales internos (elementos que 
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 Eduardo Barahona A. 
 
tienen directa relación con el punto iv, la “Organización”). En este sentido, si 
transportamos este concepto al Fútbol, podremos apreciar que los jugadores y los 
equipos, a través del desarrollo de la “Naturaleza Compleja” del juego, tienden a 
buscar soluciones de cada “Situación de juego” que permitan a su vez generar 
orden y desorden, a medida en que se establecen las relaciones de cooperación y 
oposición en el juego. 
 A partir de lo anterior, debemos señalar, que el Fútbol es un deporte que 
caracteriza su “Naturaleza Compleja” por establecerse dentro de los “Sistemas 
Caóticos”, esto quiere decir, que al desarrollarse una serie de “Situaciones de 
juego” donde se vive permanentemente entre el caos y el orden, emerge de ellas, 
una constante y extrema sensibilidad a las condiciones iniciales, debido 
principalmente a que la evolución de acontecimientos es inmensamente difícil de 
predecir, sin embargo, el equipo de Fútbol tiene la misión de auto ajustarse 
estructural y funcionalmente a las necesidades del momento (Cunha e Silva, P. 
1999). 
 En este contexto, Gomes, M. (2006) interpreta lo señalado por Cunha e 
Silva, P (1999) al mencionar que existe la posibilidad de que a partir de una 
“Situación de juego” (impredecible y aleatoria), pueda nacer otra, pero 
condicionada sobre una lógica, a través de la creación de mecanismos de auto 
organización (Principios de acción). Esto se debe al hecho de que en la 
“Naturaleza Compleja”, la extrema sensibilidad a las condiciones iniciales sobre 
las cuales se confronta el fenómeno futbolístico, los equipos deben desenvolver 
mecanismos de auto organización, buscando de esa forma, tornar lo que 
aparentemente parece “Desorden” en “Orden”. 
 Con relación a lo señalado, para Gréhaigne, J. F. (1989), no es posible 
explicar y comprender los JDC, en cuanto “Sistemas Complejos”, si no apelando a 
modelos que integren las nociones de “Orden”, “Desorden”, “Interacción” y 
“Organización”. 
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 Eduardo Barahona A. 
 
 A su vez, a través del “Abordaje Sistémico”, partiendo del principio de que 
cualquier “Sistema” puede ser descompuesto en “Otros Sistemas” (“Niveles 
Sistémicos” como lo señalamos en el punto II.2.), en un juego de Fútbol, es 
posible discriminar según Garganta, J & Gréhaigne, J. F. (1999:44): 
i) Un “Macrosistema juego”: identificado a partir del nivel de 
confrontación global entre dos equipos; 
ii) El “Sub-sistema equipo”: primer subsistema fundamental 
del macrosistema, cuyos elementos, basándose en un código 
de comunicación común, definen un determinado nivel de 
cooperación y confrontación; 
iii) El “Sub-sistema (microsistema)”: enfrentamientos 
parciales que contribuyen para la transformación del juego, 
materializado en la oposición entre una parte de los dos 
equipos en una determinada zona del terreno de juego; 
iv) El “Sub-sistema (infra-sistema)”: enfrentamientos 
elementales cuya expresión se confina en las situaciones de 
1 contra 1 y los duelos (1 x 1 con contacto físico). Estos infra-
sistemas se modifican de forma puntual el sistema de los 
enfrentamientos parciales. 
 De esta forma, al buscar entender la “Naturaleza Compleja” del Fútbol en 
cuanto expresión del comportamiento de los equipos en confrontación, utilizando 
el “Abordaje Sistémico”, deseamos estudiar e interpretar la identidad de los 
equipos y la organización que gobierna esa identidad (Garganta, J. 1996). Sin 
embargo, conscientes de que el contenido del juego es incierto e imprevisible, 
mediante el “Abordaje Sistémico” no pretendemos reducir la interpretación de los 
elementos que interactúan entre sí, a una noción abstracta de “Sistema”, sino más 
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 Eduardo Barahona A. 
 
bien, de identificar el funcionamiento del juego del Fútbol que se pretende 
caracterizar y conocer. 
 Por lo tanto, somos enfáticos en mencionar que el “Abordaje Sistémico” no 
se agota y su potencial parece justificarse por cuanto puede contribuir para la 
emergencia de nuevas representaciones de la realidad del Fútbol, a partir del 
conocimiento de las propiedades del juego y del comportamiento de los equipos, 
así como también ofrecer vías de investigación y de reflexión apropiadas en los 
planos del entrenamiento, enseñanza ycompetición. 
 A continuación, una vez, realizada la interpretación de la “Naturaleza 
Compleja” del Fútbol a través del “Abordaje Sistémico”, en el punto siguiente 
trataremos los aspectos fundamentales que debemos tomar en cuenta de él, a la 
hora de generar conocimiento de tipo “Científico - Futbolístico”. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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 Eduardo Barahona A. 
 
III. La esencia “Táctica” del juego del Fútbol, como 
variable emergente dentro de su “Naturaleza Compleja”. 
 
“Un equipo es un sistema, una vez que las acciones de los jugadores son 
integradas en una determinada estructura, según un determinado modelo, de 
acuerdo con ciertos principios y reglas” 
 (Teodorescu, L. 1977, citado por Garganta, J & Gréhaigne, J. F. 1999:43) 
 
 De acuerdo con Miranda, J (2009), desde el “Abordaje Sistémico”, debemos 
tener muy presente, la importancia que la “Organización” debe asumir en la 
constitución de cualquier “Sistema”. En este sentido como refiere Morin, E. (1982 
citado por Garganta, J. 1996), todo el “Sistema” es definido simultáneamente por 
sus elementos constitutivos y por sus respectivas inter-relaciones. En este sentido 
importa, sobre todo, valorizar el carácter “Organizacional”. Es entonces la 
“Organización”, la que provoca unidad global del “Sistema”; es la que lo produce, 
relaciona, transforma y lo mantiene, concediendo características distintas y 
propias, a la totalidad “Sistémica”. 
 Con relación a la noción de “Organización” expuesta anteriormente, 
Garganta, J & Gréhaigne, J. F. (1999), señalan que dado a que actúan en un 
contexto en que se establecen relaciones de dependencia e interdependencia, los 
equipos de Fútbol pueden ser considerados “Sistemas” jerarquizados, 
especializados y fuertemente dominados por las competencias “Organizacionales”. 
Frade, V. (1985:23), destaca la relevancia que debe tener la “Organización”, 
dentro del Fútbol al señalar: “…para el juego de un equipo de fútbol, la 
organización de un todo (equipo), es superior a lo que puede ser ofrecido por el 
simple conjunto de sus partes (jugadores), aisladas entre sí”. 
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 Eduardo Barahona A. 
 
 En este contexto, es fundamental entender que la “Organización” tiene 
como objetivo, traducir un conjunto de elementos ligados entre sí por diferentes 
procesos, con el fin de alcanzar ciertos objetivos (Bertrand, Y. & Guillemet, P. 
1994). En este sentido, podemos relacionar que el comportamiento de todo un 
“Equipo” obedece a algún “Orden”, esto significa en el fondo, que sus partes están 
ligadas de cierto modo, sobre alguna regla que permite generar su “Organización”. 
 De acuerdo con este entendimiento, según Garganta, J. (1996), podemos 
considerar que en el Fútbol, existen tres grupos de trazos característicos que 
interactúan en todo momento dentro de la “Naturaleza Compleja” del juego, que 
permiten además, describir de manera general la “Organización” de los equipos en 
cuanto “Sistemas”: 
i) “Aspecto Estructural”: esto es, la organización de sus 
componentes o elementos en el “Espacio”; 
ii) “Aspecto Funcional”: o sea, la organización de los 
procesos dependientes del factor “Tiempo” - “Espacio”; 
iii) “Aspecto Informacional”: o sea, a la forma en como el 
equipo genera los procesos de interacción en función de los 
factores “Tiempo” - “Espacio” - “Tarea”. 
 De esta forma, Garganta, J & Gréhaigne, J. F. (1999:47) son enfáticos en 
señalar que: “…el fútbol es un juego organizado que, desde luego, presupone una 
organización de los equipos. Así, la noción central de oposición nos conduce a 
considerar dos equipos como sistemas organizados en constante interacción”. 
 Sin embargo, tomando en cuenta los puntos anteriores de nuestro 
documento (específicamente el punto II), debemos afirmar que el estudio de la 
“Organización” del juego de un equipo, en el Fútbol, no puede como tal, confinarse 
a la identificación de sus elementos constituyentes. Es el análisis del juego en el 
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 Eduardo Barahona A. 
 
contexto de la cooperación y oposición, la que permite caracterizar los principios y 
variables del juego (Garganta, J. 1996). 
 Así, la “Organización” de un equipo, es identificable en el juego, a medida 
en que existe una cierta permanencia de sus características, independiente de las 
modificaciones del medio externo o interno. Con relación a esta idea, tal cuadro de 
referencias identificadas puede proporcionar la detección e interpretación de 
principios generales, estables, o bien, de variaciones significativas que inducen 
desequilibrios (ofensivos y defensivos) importantes que se figuren representativas 
de la dinámica de los equipos (Garganta, J & Gréhaigne, J. F. 1999). Así también, 
podemos agregar (como veremos en el último punto de nuestro estudio), que el 
hecho de poder identificar la “Organización” de los equipos nos permitirá 
establecer y sintetizar conocimientos para “Modelar” una “Idea de juego” y poderla 
operacionalizar en los entrenamientos y competencia. 
 Por otro lado, de acuerdo a todo lo que hemos señalado en el transcurso de 
este punto, daremos inicio a una temática que se vincula directamente con lo 
desarrollado, en relación a la comprensión que debe darse desde la interpretación 
del “Abordaje Sistémico” al rol que cumple la “Organización” dentro de la dinámica 
de juego en los equipos. Por tal motivo, es que lo que trataremos a continuación 
demanda una mayor profundidad por parte del lector a la hora de concebirse y 
entenderse, principalmente a la hora de crear conocimiento de carácter “Científico 
- Futbolístico”. 
 A partir de lo anterior, debemos entender que la “Organización” de la cual 
los equipos requieren para constituirse y desenvolverse en el juego, condiciona de 
sobremanera el entendimiento y la interpretación que debemos tener sobre las 
“Variables” que condicionan la “Naturaleza Compleja” del juego, clasificadas a 
través de: lo técnico, físico, psicológico y táctico. 
 
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 Eduardo Barahona A. 
 
 En este sentido, el “Fútbol” al caracterizarse por un contexto de relaciones 
de oposición y de cooperación, de elevada variabilidad, imprevisibilidad y 
aleatoriedad, cuyas configuraciones provienen de diversos objetivos impuestos por 
la “Organización” de los “Jugadores” y los “Equipos” en confrontación, se debe 
considerar al Fútbol como un “Deporte Situacional” determinado esencialmente 
por la “Variable” “Táctica” (Konzag, 1991; Delfini, 1994; Sisto & Greco, 1995, 
citado por Garganta, J. 1999). 
 Esta idea que iremos desarrollando a continuación para Garganta, J. (1996; 
1998), surge por el hecho de que en el desarrollo del juego, los jugadores/equipos 
deben garantizar el cumplimiento de principios/reglas y buscar lograr objetivos 
intermedios, desenvolviendo diferentes acciones, en un contexto marcado por 
múltiples “Situaciones de juego”. En tal sentido, el autor menciona que el problema 
fundamental que se le coloca al individuo es principalmente “Táctico”, ya que él 
debe saber que hacer, para poder resolver un problema, y cómo hacerlo, o sea, 
seleccionar y utilizar la respuesta motora más adecuada (Garganta & Pinto, 1994), 
en un medio de problemas no previstos a priori en su orden y ocurrencia, 
frecuencia y complejidad. 
 Estos factores, nos llevan, a su vez, a identificar la trilogía “Espacio” - 
“Tiempo - “Tarea”, como importantes elementos que requieren de un 
“Pensamiento Táctico” por parte del jugador (Greco y otros, 2000, citado por 
Couto, P. 2007). 
 Lo anterior se debe, según Romero Cerezo (2000, citado por Dias, A. 
2009:10), a que ante una determinada “Situación de juego”, como señalamos, los 
jugadores, en el intento de conseguir resolver los problemas, deberán utilizar tres 
mecanismos fundamentales de acción, estos son: 
i) “La Percepción”: que les permitirá distinguir lo que 
acontece (lo esencial), de allí,que Garganta (1997), sugiera 
que el juego reclama que el jugador sea un hábil percibidor; 
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 Eduardo Barahona A. 
 
ii) “La Decisión”: cuyo objetivo pasa por solicitar las 
capacidades cognitivas y seleccionar la respuesta más 
adecuada y; 
iii) “La Ejecución”: que corresponde a la solicitación de 
habilidades técnicas y de capacidades físicas para ejecutar lo 
idealizado. 
 De esta forma, es en tal contexto donde el “Pensamiento Táctico”, surge en 
el juego como componente esencial de la acción “Táctica” (Mahlo, 1997, citado por 
Azevedo, J. 2009). A partir de esta idea, el autor añade que el “Pensamiento 
Táctico” debe estar presente en la percepción y en el análisis de la situación, esto 
es, en la observación así como en la solución mental del problema, sobre una 
forma de análisis, de síntesis, de abstracción y generalización. Así, un jugador con 
buen nivel de procesamiento de información podrá elaborar con éxito un esquema 
mental de actuación motora (Tavares, J 1998, citado por Azevedo, J. 2009). De 
acuerdo a esta idea, Insistimos en que este “Pensamiento Táctico” será 
fundamental para la correcta orientación de los jugadores, su organización 
creativa y realización de las acciones “Tácticas” individuales y colectivas, en 
función de la complejidad con que desenvuelven su actuar en el juego. 
 Por lo tanto, de acuerdo con Azevedo, J (2009), es que de cara a la realidad 
“Compleja” del Fútbol, que debemos reconocer la importancia de la “Variable” 
“Táctica” colectiva (proveniente de la suma de los “Pensamientos Tácticos” 
individuales) como la generadora y conductora de toda la “Organización” en el 
desarrollo de la “Naturaleza Compleja” del juego, así como también, debe 
concebirse su importancia dentro del proceso de enseñanza y de entrenamiento, 
una vez que, como señalamos con anterioridad, el principal problema colocado a 
los equipos y a los jugadores, es siempre de naturaleza “Táctica” (Teodorescu, L. 
1984; Queiroz, C. 1986; Frade, V. 1989; Oliveira, G. 1991; Gréhaigne, J. F. 1992; 
Castelo, J; 1994; citado por Garganta, J 1997), siendo el grado de adecuación de 
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 Eduardo Barahona A. 
 
cada una de las acciones en el seno de la actividad colectiva global lo que 
caracteriza al nivel “Táctico” de un jugador y, en definitiva, del equipo. (Castelo, J. 
1999). 
 En este contexto, debemos concebir que cualquier acción de juego está 
condicionada por una interpretación que envuelve una decisión individual 
(“Pensamiento Táctico”) y colectiva (“Dimensión Táctica”). Esta a su vez, está 
regida por una habilidad motora (“Dimensión Técnica”), que exige un determinado 
nivel de movimiento (“Dimensión Fisiológica”) y que fue ajustada y direccionada 
por estados volitivos y emocionales (“Dimensión Psicológica”) (Oliveira, J. 2004 
citado por Azevedo, J. 2009). Vemos entonces, que el juego se manifiesta por la 
interacción de las diferentes dimensiones/variables, siendo la “Dimensión Táctica” 
la que solicita (de acuerdo con la especificidad de juego), elementos físicos, 
técnicos y psíquicos (Faría, R. 1999). 
 Con relación a lo mencionado, Garganta, J. (1998:21) nos clarifica lo 
siguiente: 
“…la forma de que un jugador entienda el juego y cómo se 
expresa a través de él, depende en el fondo de aquello que 
podemos designar de “modelo de juego” (…) las relaciones 
que el jugador establece entre este modelo y las situaciones 
que ocurren en el juego orientan las respectivas decisiones, 
condicionando la organización de la percepción, la 
comprensión de las informaciones y la respuesta motora”. 
 Por lo tanto, estamos de acuerdo con Barreira, D. (2006) al apuntar que 
siendo el Fútbol un “Deporte Situacional” en que la actividad de los jugadores se 
desenvuelve en contextos donde impera la aleatoriedad, la variabilidad de 
situaciones y la imprevisibilidad de respuestas, parece ser imprescindible que los 
jugadores deban asimilar un conjunto de conocimientos para que sean capaces de 
resolver de la mejor forma posible los problemas que en el juego, o sea, para que 
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 Eduardo Barahona A. 
 
se consigan “Organizar” eficazmente desde el punto de vista individual 
(“Pensamiento Táctico”) y colectivo (“Dimensión Táctica”). 
 De acuerdo con las ideas señaladas, en el último punto de nuestro 
documento, trataremos de acercar al lector a la noción de concebir e interpretar el 
concepto de “Modelación”, como método científico que posibilite la construcción de 
una “Organización” de juego, o mejor dicho, la sistematización de una 
“Concepción de juego”/“Modelo de juego” acorde el abordaje de la “Naturaleza 
Compleja” inherente al Fútbol. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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IV. La “Modelación Sistémica”: un “Método” de 
construcción “Científico – Futbolístico”. 
 
“La Modelación y la Simulación pueden ser considerados como las bases sobre 
las cuales reposa el pensamiento humano”. 
 (Durand, D. 1979, citado por Garganta, J. 1996:63) 
 
“La mediación entre la teoría y la práctica presupone la existencia de 
representaciones (simplificaciones) de la realidad que funcionen como puente. Los 
modelos son simplificaciones de la realidad compleja” 
 (Garganta, J. 1996:74) 
 
 A partir de todo lo señalado, desde el inicio de nuestro documento, hasta 
este punto, creemos necesario y fundamental, remitirnos nuevamente a la idea 
expresada por Frade, V. (2003, citado por Martins, F. 2003:49) a modo de 
desarrollar lo que queremos trabajar en este punto: 
“El problema principal es poder entender el juego, lo que es 
el juego, después de entenderse el juego es absolutamente 
necesario que se entiendan los juegos y las varias formas de 
jugar existentes. Posteriormente recién podrá reconocerse 
que el objetivo de estudio, el objeto de preocupación pasará 
a ser nuestro juego”. 
 En este sentido, podemos apreciar que el autor hace hincapié en darnos a 
entender que para que lo “Táctico”, o sea, la “Organización” de juego que 
queremos para nuestros jugadores y que nuestros equipos manifiesten, es 
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 Eduardo Barahona A. 
 
imprescindible conocer, en primer lugar, la “Naturaleza Compleja” del Fútbol. De 
allí que Martins, F. (2003:49) señale con toda propiedad: “La primera preocupación 
en este proceso…para el gestor del entrenamiento, debe ser entender la actividad 
en que está y el proceso que va a llevar a cabo, en este caso, debe entenderse el 
juego, entender lo que es el juego del Fútbol”. Con relación a esta idea, como lo 
hemos desarrollado, creemos que el “Pensamiento Sistémico/Complejo” (mediante 
el “Abordaje Sistémico”), nos aportará mejores herramientas para entenderla e 
interpretarla. Desde este punto, recién estaremos capacitados para concebir la 
necesidad de entender y sistematizar “Nuestro Juego” Sin embargo, para lograr 
este objetivo, es fundamental, que podamos ayudarnos del entendimiento de una 
noción muy importante para construir el entendimiento de nuestro Mundo y que 
también podemos utilizar en el Fútbol. Hablamos del hecho de concebir la 
“Modelación Sistémica” como “Método” “Científico” para sistematizar nuestra 
“Concepción de juego”/”Modelo de Juego” como entrenadores, y no sólo 
inicialmente, sino que permitir que ella valla evolucionando permanentemente. 
 A continuación, a modo de que el lector pueda percibir e interpretar el 
concepto de “Modelación” y “Modelación Sistémica” creemos fundamental, 
establecer la diferencia y la posterior relación entre el significado de: “Método”, 
“Modelo” y “Modelación”. 
 En primer lugar, tenemos que comenzar por mencionar y dilucidar el 
significado de la palabra “Método”. Según la versión online del “Diccionario de la 
Real Academia Española” (R. A. E.) al introducir la palabra “Método”, nos llama 
profundamentela atención, encontrarnos con dos significados, que se relacionan 
directamente con la idea que queremos desarrollar. Estas señalan: “Modo de obrar 
o proceder, hábito o costumbre que cada uno tiene y observa”; el otro es 
“Procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y enseñarla”. En 
este sentido, podemos apreciar que estos conceptos nos conducen a entender 
que el “Método” es una “Concepción/Idea” adquirida (mediante la observación y/o 
estudio), a partir del cual, se generan “Acciones” futuras, las que a través de su 
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 Eduardo Barahona A. 
 
realización sistemática en el tiempo, se transforman en “Hábitos” de operación en 
el Mundo, o sea, podemos decir que los “Métodos” son un “Medio para…”. 
 A partir de lo mencionado, es necesario adelantarnos en señalar la idea de 
que una vez concebido, estudiado e interpretado el concepto de “Modelación 
Sistémica”, el “Método” se relacionará con ella, al ser un “Medio para…” la 
“Construcción Científica”, con el objetivo de posibilitar la “Simulación” de los 
“Fenómenos Complejos” del Mundo, así como también en el Fútbol. 
 Ahora bien, con relación al entendimiento de la noción de “Modelo”, 
debemos señalar que este envuelve toda una “Representación” (realizada a través 
de una “Simplificación Conceptual”) de un “Sistema”, ya sea mental o físico, que 
es “Expresado” sobre una forma verbal, gráfica o matemática (Walliser, B. 1977, 
citado por Garganta, J. 1996), En este sentido, podemos añadir que la 
construcción de un “Modelo”, es un proceso que se cumple a través de un “Ciclo” 
que se desenvuelve en un ámbito establecido entre un “Campo Teórico” que 
proviene a partir de la problematización/conceptualización de la “Realidad 
Compleja” y de un “Campo Empírico”, proveniente de la observación de esa 
realidad. Así, a través de un permanente vaivén, entre un campo y otro, que el 
proceso (el “Modelo”) se cumple (Garganta, J. 1996). 
 
 
 
 
 
 
El “Modelo” en cuanto mediador entre las dimensiones teórica y empírica 
(Garganta, J. 1996 adaptado de Walliser, B. 1977) 
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 De esta forma y con relación intrínseca a la idea de “Modelo”, es que la 
“Modelación” surge y debe ser entendida, a partir de Le Moigne, J-L. (1990), como 
la acción de elaboración y de construcción intencional, por composición e 
interacción de ideas, a partir del cual, se torna posible la “Interpretación” de 
“Fenómenos Complejos”. A partir de lo anterior, “Modelar” es un proceso que se 
genera, cuando simultáneamente identificamos y formulamos problemas, 
construyendo enunciados que los permitan explicar e intentar resolver, 
raciocinándolos por “Simulación”. En este sentido, a modo de ejemplo, podemos 
señalar que al crearse un “Modelo”, de un determinado “Fenómeno Complejo”, 
este al transportarse desde el medio “Teórico” al “Práctico”, se generarán 
indicadores (en el “Aquí” y “Ahora” de su aplicación), los que al ser percibidos y 
reflexionados por parte del operacionalizador (el entrenador), a través del acto de 
“Modelización”, tendrá que ir interpretando y modificando este “Modelo” si es 
necesario, con el objetivo de mejorarlo y hacer evolucionar ese “Modelo”. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 (Vitor Frade 2007 adaptado por Tamarit, X. 2007) 
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 Eduardo Barahona A. 
 
 Transportando los conceptos anteriores al contexto del Fútbol, Garganta, J. 
(1996) nos habla, que desde algunos años a esta parte, las “Ciencias del Deporte” 
han comenzado a utilizar los conceptos de “Modelo” y “Modelación Sistémica”. 
Así, expresiones como “Modelo de Juego”, “Modelo de Jugador” y “Modelo de 
Entrenamiento”, fueron haciéndose parte del vocabulario cotidiano de 
entrenadores e investigadores de esta modalidad deportiva. 
 A continuación, debemos ser claros en señalar que a través de las 
siguientes líneas, vamos a ayudarnos puntualmente de las ideas del profesor Rui 
Faría (1999), quien logra realizar una gran interpretación sobre la relación 
existente entre la “Modelación Sistémica” como “Método” de construcción 
“Científico - Futbolístico” (de la ”Concepción de juego”/“Modelo de juego”) en el 
Fútbol. 
 Partiendo este análisis, de acuerdo con las palabras de Faria, R. (1999:15): 
“Es en este contexto (el Fútbol) que surge el concepto de Modelización Sistémica 
para permitir tratar Fenómenos percibidos como Complejos (“Naturaleza 
Compleja” del juego del fútbol), o sea, fenómenos que a priori se consideran que 
no pueden concebirse por descomposición analítica”. 
 Así, el autor añade que la “Modelización de la Complejidad” (“Modelación 
de un jugar”), permite a los entrenadores construir una “Inteligencia intencional” 
sobre el juego que se quiere crear (una “Concepción de juego”/“Modelo de juego”), 
de tal forma, que al aceptar el desafío de este “Proyecto Científico” (“Modelización 
Sistémica”) se posibilita que la “Complejidad” del juego, sea concebida (en el acto 
de “Modelizar”) como el camino hacia la irreductibilidad, y a su vez, la construcción 
de un mejor “Modelo” que evoluciona permanentemente. De acuerdo a lo anterior, 
debemos puntualizar, que en el proceso de “Modelización”, está prohibido mutilar 
(reducir). Así la “Naturaleza Compleja” del juego debe ser comprendida sin 
mutilación previa, debiendo sus variables, ser irreductibles (táctico, técnico, físico y 
psicológico), y con ello, al ser “Modelizable” acercar la “Naturaleza Compleja” (en 
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 Eduardo Barahona A. 
 
su totalidad) al entendimiento del “Modelizador” (el entrenador). De esta forma, 
puede ser posible “Modelizar Científicamente” la “Naturaleza Compleja” del juego 
del Fútbol, dejando de ser necesario, por lo tanto, reducir con el objetivo de 
“Modelizar” y de desunir, a fin de comprender su “Complejidad”. 
 A modo de profundizar lo anterior, el profesor ayudándose de las ideas de 
Le Moigne, J-L. (1994, citado por Faria, R. 1999) nos añade que este “Método” de 
comprender la Naturaleza Compleja”, en otras palabras, el “Método” de la 
“Modelización Sistémica” se justifica en un principio, sobre el cual, el “Modelizador” 
debe construir una realidad sobre un contexto determinado pero no de manera 
perversa, o sea, de “Modelizar” analíticamente, y por lo tanto, destruyendo la 
“Naturaleza Compleja” inherente del Fútbol, en vez de concebirla en su 
potencialidad, y a su vez, como “Método” que tiene la capacidad de hacer emerger 
continuamente lo “Nuevo y lo Significativo” de un proceso de “Modelización” del 
juego que se autopoduce en permanencia. 
 Faría, R. (1999, citando a Le Moigne, J-L. 1994) agrega que el concepto de 
“Modelización Sistémica” surge entonces como una forma de entender, percibir y 
tratar un “Fenómeno Complejo”, (como el juego del fútbol), sin haber la necesidad 
de descomponerlo analíticamente. Esto quiere decir que si entendemos el 
concepto de “Modelización Sistémica”, este aparece como forma de interpretación, 
conocimiento y “Modelización del juego”, sin que para eso sea necesario su 
reducción en aspectos de orden táctico, técnico, físico o psicológico. Por ello el 
autor va más allá, al señalar que es necesario una “Modelización” y 
“Periodización” del jugar (en el proceso de entrenamiento), que revele 
suficientemente el entendimiento de esta “Naturaleza Compleja”, permitiendo una 
deliberación racional, su intervención y evaluación del proceso de acción antes, 
durante y después. 
 
 
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 De esta forma, el autor finaliza mencionando las siguientes palabras: 
“Existe ahora un “Método” de representación y “Modelación” 
de la “Naturaleza Compleja” del juego del Fútbol, que no se 
agota, y que no mutila sus características propias 
(aleatoriedad, imprevisibilidad, orden-desorden, entre otros), 
presentando de esta forma al “Modelizador” una 
“Complejidad” a partir de loque él concebible de aquella 
“Complejidad” (“Naturaleza Compleja” del juego del Fútbol). 
Ahora bien, al considerar la exposición de la “Modelización 
Sistémica” como adquirida, es fundamental interpretarla en 
términos de “Método” (Faria, R. 1999: 18) 
 Así, a partir del análisis e interpretación del contenido del juego (“Naturaleza 
Compleja”) y de la importancia del papel de la “Organización” en los equipos, que 
a través de la óptica de la “Modelación Sistémica”, se permite la posibilidad de 
utilización de una “Metodología Científica” capaz de ir en ayuda de la 
“Construcción”/“Evolución” de una “Concepción de juego”/ “Modelo de juego” y a 
partir de ella, facilitar la optimización de la programación del entrenamiento, ya 
sea para; la selección de los jugadores, el conocimiento de los adversarios, y en 
general, para toda la actividad realizada por los entrenadores y sus cuerpos 
técnicos (Teodorescu, L. 1977, citado por Garganta, J. 1996). Sin embargo, se 
debe dejar en claro que el Fútbol, en cuanto juego será siempre más complejo y 
completo que su reproducción a través de cualquier “modelo”. 
 A modo de concluir este punto, y con él, esperando lograr el objetivo de 
este trabajo, queremos mencionar que la “Modelación Sistémica” del juego del 
Fútbol, más allá, de permitir generar una objetivación “Científica”, a partir de la 
cual, sistematizar nuestra “Concepción de juego”/“Modelo de juego” nos permite 
además, determinar los objetivos y el rumbo que deben llevar nuestros procesos 
de enseñanza/aprendizaje y constatar, a su vez, los progresos de los practicantes, 
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en “Entrenamiento” y “Competencia” con relación a esta “referencia” de 
“Organización” de nuestro juego, definida con anterioridad. 
 Sin embargo, como quedó en claro a lo largo de nuestro trabajo, es 
imperativo que exista, en primer lugar, la necesidad de concebir, estudiar e 
interpretar la “Naturaleza Compleja” del juego del Fútbol, desde el “Pensamiento 
Sistémico/Complejo” (“Abordaje Sistémico”) a fin de poder lograr el acto de 
“Modelarlo” (adquirido como “método”) con una coherencia y eficacia ajustada a la 
complejidad propia de la esencia de esta “Modalidad Deportiva”. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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 Eduardo Barahona A. 
 
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