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Teoria Sistemica de la Conducta

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Biografía de Clark Leonard Hull
Clark Leonard Hull nació en Akron, un pueblo del estado de Nueva York, en 1884. Según relata en su autobiografía, su padre era un hombre agresivo y poco cultivado que tenía una granja. Hull y su hermano menor trabajaron en esta durante su infancia, y con frecuencia faltaban a la escuela para ayudar en el negocio familiar.
A los 17 años Hull empezó a trabajar como profesor en una escuela rural, pero poco después decidió que quería estudiar más, por lo que ingresó en un instituto y posteriormente en la Universidad de Alma, Michigan. Poco antes de graduarse estuvo a punto de morir a causa de la fiebre tifoidea.
Clark L. Hull fue un reconocido psicólogo americano que vivió entre 1884 y 1952 y fue presidente de la American Psychological Association entre 1935 y 1936. Este autor ha pasado a la historia principalmente por su teoría de la reducción del impulso, pero ésta no fue su única aportación a la psicología y a otras ciencias relacionadas.
Posteriormente se mudó a Minnesota para ejercer como aprendiz de ingeniero de minas, puesto que se había especializado en matemáticas, física y química. Sin embargo, contrajo la poliomelitis; a causa de esta enfermedad perdió la capacidad de movimiento en una pierna. Durante el periodo de recuperación Hull empezó a leer libros de psicología.
Tras la enfermedad volvió a trabajar como maestro y se casó con Bertha Iutzi. Su esposa y él empezaron a asistir a la Universidad de Michigan, donde Hull se graduó en Psicología en el año 1913. Después de trabajar unos años como profesor en la Universidad de Wisconsin obtuvo un puesto en la Universidad de Yale, donde trabajó hasta su muerte, en 1952.
Teoría del reforzamiento de Hull
La orientación básica
Hull era un conductista y buscaba una teoría que explicaba cómo y por qué los organismos emitían sus respuestas peculiares. El ambiente común de estimulación solo es pacientemente responsable de la conducta seleccionada, deben reconocerse otras influencias como el historial de entrenamiento previo del organismo en ésta o en situaciones semejantes, estados de necesidad biológica creados por la privación de alimento, agua y elementos similares; el estado de salud o de cansancio del organismo, la administración de drogas, etcétera. Hull aceptaba que la influencia de estas variables históricas y/o de privación sobre una gama de conductas podría resumirse mediante una u otra variable interviente, o construcciones teóricas como fuerza del hábito o nivel de impulso. Desde luego, no podemos observar a los impulsos ni a los hábitos, éstos constituyen conceptos que se infieren de un historial de entradas o de unos conjuntos de respuestas.
En la vida diaria utilizamos de manera significativa términos como hábito, sed o fatiga, pero el científico debe prestar suma atención a la lógica que sustenta el uso de tales términos en una teoría. El impulso de sed es un ejemplo de variable interviniente: conocemos varios recursos que provocan que un animal sienta sed (darle comida salada, privarlo de agua); y conocemos ciertas cosas que estará propenso a hacer, como trabajar arduamente para conseguir agua, beber abundante líquido, etcétera. En términos abstractos, si hubiera variables de entrada I que causan sed, y respuestas de salida R que son el índice de la sed, en principio habrán I x R relaciones empíricas que determinar. Sí, por otra parte, postulamos la sed como una variable interviniente, y ésta resulta ser unitaria (es decir, produce los mismos tipos de y niveles de conducta sin importar cómo se provoque la sed), entonces el número de relaciones que se permite se reduce a I + R; la I significa relaciones entre las entradas y la sed, y la R relaciones de la sed a las salidas. Cuando I x R es mayor que I + R se logra una economía al postular variables intervinientes.
La teoría del aprendizaje de Hull, es también de condicionamiento estímulo-respuesta, pero de un tipo especial denominado reforzamiento. Su modelo teórico era un mecanismo newtoniano. De acuerdo con él, empleaba un dispositivo único para asegurarse de mantener un método objetivo consistente para abordar los estudios psicológicos. "Éstos consisten en observar, de cuando en cuando, al organismo que tiene una conducta, como si fuera un robot completamente automantenido, constituido por materiales tan diferentes de los nuestros como sea posible".
Como Watson, Hull hacía hincapié que en el condicionamiento como el proceso básico del aprendizaje; no obstante, además desarrolló un sistema complejo de definiciones, postulados y teoremas, para llenar el hueco entre el condicionamiento simple y otras formas más complejas de aprendizaje. Por ejemplo, al presentar su teoría del aprendizaje, Hull declaró: "Siempre que se produce una reacción (R), dentro de una contigüidad temporal con un impulso receptor aferente (e) resultante del impacto sobre un receptor de una energía de estímulo (E), y cuando este conjunto va seguido estrechamente por la disminución de una necesidad (y la disminución asociada del impulso, D, y la descarga del impulso del receptor, eD), habrá un incremento resultante (e---->R), en la tendencia a que ese estímulo, en ocasiones subsecuentes, provoque la reacción".
Dentro del reforzamiento de Hull, el estímulo y la respuesta no son simultáneos, el primero precede a la segunda. Además, el aprendizaje no se produce mediante un ensayo simple; sino que se imprime por medio de un proceso de reducción repetida de necesidades o estímulos-impulso. Así, Hull consideraba al aprendizaje de acuerdo con conexiones entre el receptor y el ejecutador, y el reforzamiento en términos de la reducción de una necesidad o un estímulo-impulso.
Imitando la física de Newton, Hull estudió el aprendizaje de acuerdo con tres tipos de variables: independientes, intermedias y dependientes. Las variables independientes son las primeras que se producen; incluyen actividad, repetición, práctica, adiestramiento, observación y experiencia sensorial. La principal variable intermedia es el aprendizaje. Las variables dependientes consisten de cambios e incrementos de la conducta, modificaciones del comportamiento y tendencias conductuales.
Hull consideraba que el aprendizaje se produce por medio de la adaptación biológica de un organismo a su ambiente, de un modo tal que fomente su supervivencia. Un estado de necesidad significa que no se está logrando adecuadamente la supervivencia del organismo. El impulso es una condición general de privación orgánica debida a la falta de alimentos, agua o aire, temperaturas perjudiciales para la salud, daños en los tejidos, condiciones ligadas al sexo u otras deficiencias. Cuando se desarrollan necesidades o los estímulos-impulso. Se refuerzan los actos o las respuestas que conducen a la reducción de las necesidades o los estímulos-impulso; así, el reforzamiento se centra en la adaptación para la supervivencia. En las situaciones de la vida hay muchos reforzadores que no contribuyen directamente a la adaptación biológica de un organismo. Por medio del condicionamiento de orden superior, hay muchas cosas y muchos actos que llegan a tener valor y pueden servir como reforzadores. El condicionamiento de orden superior es el que se basa en otro condicionamiento previo; es el más frecuente denominarlo condicionamiento secundario.
Se condiciona s un niño para que piense, o sea, para que diga "hombre" cuando vea a un ser humano o su fotografía. Este condicionamiento podría basarse en la reducción de los estímulos-impulso. Quizá deseaba recibir un dulce y sus padres no se lo dieron, en tanto no dijo "hombre" evoca la idea de Homo sapiens, quizá mediante la satisfacción de la curiosidad, que es producto de un condicionamiento de orden superior; se condicionó previamente al joven para que se mostrara curioso.
Modelo de Aprendizaje Básico.
El sistema de Hull comprende tres clases de variables:
Las Variables Independientes: Son estímulos que inciden en el organismo
Las Variables Dependientes: Son respuestas de éste (como tipo, magnitud o duración particular)Las Variables Interventoras: Son los procesos que ocurren en el interior del organismo. No son observa. Entre las variables Interventoras hay tres importantes:
· El impulso: Existe una necesidad cada vez que está amenazada la supervivencia actual o potencial del individuo o la especie. La necesidad produce un impulso que la reduce. El Impulso es un constructo motivacional, llena de energía al organismo y lo impele a la acción.
· Fuerza del Hábito: Responder a una situación que conduce al refuerzo. Crea un hábito. La fuerza de asociación entre un estímulo y la respuesta, aumenta con el número de apareamientos reforzados de uno y otra.
· Inhibición: El impulso y la fuerza del hábito llevan los organismos a responder, la inhibición a que no lo hagan..
La fuerza del hábito y sus variables causales
Si nuestros actos reducen dichas necesidades, obtenemos un reforzamiento que generará que las conductas que se llevaron a cabo y permitieron dicha reducción tengan mayor probabilidad de ser replicadas.
Así, el organismo aprende a base del reforzamiento de la asociación entre estímulos y respuestas y conducta y consecuencias en base a la necesidad de reducir las necesidades. La repetición de experiencias reforzantes termina por configurar hábitos que replicamos en aquellas situaciones o estímulos que elicitan la emisión de la conducta al provocar el impulso. Y ante situaciones que revistan características semejantes a las que genera un determinado impulso, se tenderá a actuar de igual forma, generalizándose el hábito.
Es importante tener en cuenta y remarcar que el impulso en sí únicamente nos proporciona energía y motivación para actuar, pero no genera el hábito: este se deriva del condicionamiento. Es decir, si vemos algo que parece comestible puede surgir el impulso de comer, pero cómo hacerlo depende de las asociaciones que hayamos hecho entre determinadas conductas y sus consecuencias de cara a suplir nuestras necesidades.
La fuerza del hábito adquirido depende de numerosos factores como la contigüidad y contingencia entre la emisión de la conducta y su consecuencia reforzante. También depende de la intensidad con la que aparezca el impulso, del número de repeticiones de la asociación y el incentivo que suponga la consecuencia al reducir en mayor o menor medida la necesidad. Y según la fuerza del hábito aumenta, éste resulta cada vez más complicado de extinguir, hasta el punto de que aún cuando deja de servir para reducir el impulso es posible que persista.
Hull también trabajó y estudió la acumulación de experiencia, siendo mayor la cantidad de aprendizaje de la conducta que se realiza en los momentos iniciales que el realizado posteriormente. En base a ello han surgido posteriormente las diferentes curvas de aprendizaje. Lo que restaría por aprender de la conducta es menor, con lo que con el tiempo la cantidad de información aprendida se reduce.
Hull creía en la asociación de los estímulos con las respuestas y empleaba el término fuerza del hábito para designar la fuerza de una asociación dada. En el marco de su teoría, el aprendizaje consiste en el crecimiento del hábito durante una serie de ensayos reforzados. Hull suponía además que el límite al que crecería la fuerza de un hábito sería más alto cuanto más favorables fueran el potencial y la oportunidad de reforzamiento para esa respuesta.
En sus postulados de 1943, Hull se apega a una visión del reforzamiento estricto del crecimiento del hábito: un ensayo incrementa la fuerza de una respuesta solo si ésta se recompensa. El reforzamiento actúa de la misma forma que en el condicionamiento pavloviano y el instrumental; es decir, proporcionando un efecto "satisfactorio" (o de reducción de necesidad) después de una respuesta. 
Hull suponía que el hábito era permanente y que nunca disminuía. Estas dos premisas muy pronto causaron problemas; aparecieron resultados que mostraron que continuar el entrenamiento de animales con una recompensa grande (o inmediata), cambiando a una recompensa más pequeña (o demorada) disminuía su ejecución hasta un nivel apropiado a esa recompensa menor. Hull palió con facilidad el problema teórico al suponer que la recompensa afectaba a la motivación del incentivo más que el límite de la fuerza del hábito de respuesta y que el potencial de reacción positivo neto era el hábito multiplicado por el impulso, ambos multiplicados por la motivación del incentivo. Aquí se considera a las variables de recompensa como factores de ejecución más que como factores de aprendizaje, y se suponía que M tenía el mismo valor fijo. No obstante, Hull se aferró a su posición de que la adquisición del habito requeriría de cantidad mínima de reforzamiento para que se desarrollara hasta su límite fijado.
El papel del impulso
En la teoría de Hull el concepto de impulso era muy importante, y tenía tres distintas funciones:
· Sin impulso no habrá reforzamiento primario, ya que este requiere de la disminución rápida de algún impulso. Cada estado o necesidad de impulso especifica un conjunto de objetos-metas cuya consumación reduce la necesidad; estos actos consumatorios sirven como medios normales de reforzamiento primario.
· Sin impulso no podría haber respuesta, ya que este activa la fuerza del hábito hacia el potencial de reacción. Hull postulaba que el impulso multiplicaba la fuerza del hábito, de modo que un estado de “impulso cero” implicaría que ninguna tendencia de respuesta podría exceder el umbral de reacción.
· Sin la distintividad de los estímulos internos proporcionada por los diversos impulsos (denominados estímulos de impulsos), no habría ninguna regulación de los hábitos mediante el estado de necesidad del organismo, ningún medio para que aprendiera a dirigirse a un lugar en busca de agua cuando estuviera sediento, y a otro que le procurara comida cuando sintiera hambre.
La primera de estas condiciones describe que tipos de objetos-metas se refuerzan cuando el sujeto se encuentra en un particular estado de necesidad, y describe porque estos estímulos particulares son reforzados. La segunda condición le atribuye potencial energizante a un impulso; incita al animal a la acción en dirección a la satisfacción de la necesidad. La tercera condición adjudica a los impulsos un papel discriminativo o de dirección de la conducta. 
Sin embargo, Hull se topó con algunas dificultades al intentar precisar su noción de impulso. Pensaba que todos los impulsos provenientes de todas las fuentes contribuían a un fondo común general de energía que se indicaba con D, el energizador (multiplicador) de todos los hábitos. Así, una respuesta entrenada bajo un impulso (de hambre) todavía podría ser energizada e incitar a la acción durante pruebas especiales realizadas mientras el animal operaba bajo un impulso distinto. No obstante, reconoció el problema de que ciertos hábitos eran relevantes para algunos impulsos pero irrelevantes o contrarios a otros. Por ejemplo, intuitivamente no parecía correcto que los impulsos aversivos (dolor, miedo) activasen los hábitos de búsqueda de comida. Y cuando comenzaron a estudiarse directamente las interacciones de los impulsos se descubrió que el hambre y la sed estaban muy entrelazados; un ejemplo común es que un hombre sediento, con la garganta reseca, no es propenso a comer panecillos secos a no ser que su hambre haya llegado a límites extremos. Aunque Hull era consciente de estos problemas (creía que algunos podían manejarse mediante la función selectiva de los estímulos de impulso) de todas formas siguió adelante y postulo una ecuación particular para combinar las fuerzas de impulso “relevantes” e “irrelevantes” a fin de obtener un índice multiplicador efectivo. Pero la ecuación pasaba por alto las dificultades conceptuales básicas de su hipótesis de un fondo común de impulso generalizado. 
Principales aportaciones al conductismo.
Hull consideraba que la psicología es una ciencia natural en toda regla, como lo son la física, la química o la biología. Como tal, sus leyes podrían ser formuladas a través de ecuaciones numéricas,y existirían leyes secundarias para explicar comportamientos complejos e incluso los propios individuos.
Así, este autor procuró determinar las leyes científicas que explican la conducta, y en particular dos aspectos complejos y centrales del comportamiento humano: el aprendizaje y la motivación. Otros teóricos, como Neal E. Miller y John Dollard, trabajaron en la misma dirección que Hull para encontrar las reglas básicas que permitirían predecir la conducta.
Por otra parte, Hull fue el primer autor en estudiar los fenómenos de la sugestión y la hipnosis utilizando la metodología experimental de tipo cuantitativo. En 1933 publicó el libro “Hipnosis y sugestionabilidad”, para el cual investigó durante unos 10 años. Consideraba que estos métodos eran fundamentales para la comprensión profunda de la psicología.
Hull propuso en su libro “Principios del comportamiento” (1943) la teoría del impulso, “drive” en el inglés original. Esta obra tuvo una influencia fundamental en la psicología, la sociología y la antropología de las décadas de 1940 y 1950, y sigue siendo una de las teorías clásicas de referencia en la historia del conductismo y de la psicología en general.
Hasta la llegada de Hull ningún psicólogo había traducido los conceptos del aprendizaje (en particular el refuerzo y la motivación) utilizando las matemáticas. Esto contribuyó a la cuantificación de la psicología, y en consecuencia a su acercamiento a otras ciencias naturales.
Vinculación con otras teorías.
· Skinner: Aun cuando existan castigos no se modificará la conducta porque el hábito es más fuerte.
· Pavlov: Tomó los principios del condicionamiento, con estas aportaciones trató de integrar un sistema nuevo.
· Thorndike: Hull adopta la ley del efecto, utilizando los resultados de este experimento ya que el aprendizaje depende de la contigüidad de los estímulos y la respuesta. 
· Por influencia de Thorndike, Pavlov y Tolman: Se entiende a la conducta como un mecanismo de supervivencia del organismo, su perspectiva es la funcionalista; a ella se añade la teoría del refuerzo.

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