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Resumen paladar alto, lengua y hipersensibilidad - Ma Laura Centeno

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UNIVERSIDAD INTERNACIONAL DEL ECUADOR
Escuela de Nutriología
Práctica Comunitaria III
SINDROME DE DOWN, ALZHEIMER, PARKINSON Y PARALISIS CEREBRAL
Problemas del paladar alto, hipersensibilidad y empuje con la lengua
En la enfermedad de Parkinson existen alteraciones a nivel bucofaríngeo relacionados con el paladar alto por encima de la hipersensibilidad y empuje de la lengua. Ejemplos son, la presencia de residuos de comida en la boca y paladar, el reflejo de deglución retrasado y aspiración de líquidos y sólidos. Las recomendaciones alimentarias deben garantizar el mantenimiento y cubrir el gasto energético adicional impuesto por el estado de temblor, rigidez y la incapacidad para deglutir que presenta el paciente.  Se recomienda primero, que se realice comidas frecuentes y poco abundantes, que se los alimentos sean variados, de su preferencia y de texturas suaves y homogéneas. Se debe asegurar una alta ingesta de proteínas y también, alimentos ricos en fibra que favorecen la actividad intestinal y evita el estreñimiento. Asegurar la ingesta de lácteos por su alto contenido en proteínas y ricos en calcio y vitamina D. Por último, considerar la interacción de la levodopa con las proteínas y limitarse con el consumo de vitamina B6 ya que esta vitamina disminuye la absorción del fármaco, como también se debe evitar alimentos de difícil masticación y procurar que estos estén a una temperatura adecuada ya que en fases avanzadas de la enfermedad, el paciente no distingue entre caliente y frío y está expuesto a lesiones (Plasencia & Sanchez, 2011).
Si la persona con la enfermedad de Parkinson presenta disfagia se debe cortar los alimentos en pequeños trozos o triturarlos. Los alimentos que se le dan no deben ser ni líquidos ni enteros. Usar espesantes en los líquidos. Administrar los alimentos en textura puré o papilla. Como también, considerar adaptar la dieta si el paciente presenta otras patologías (Plasencia & Sanchez, 2011).
En la enfermedad de Alzheimer la disfagia aparece a medida que progresa la enfermedad. La demencia puede causar cambios en los hábitos dietéticos, por lo que, la malnutrición puede ser una consecuencia del deterioro cognitivo. Las personas mayores necesitan la misma cantidad de vitaminas y minerales que los jóvenes y presentan una disminución de las necesidades calóricas del 25%. La alimentación debe ser básica, suficiente y adaptable para las personas con dificultades en la masticación y/o en la deglución. El uso de suplementos nutricionales tiene buena aceptación en estudios realizados en ancianos institucionalizados y pueden ser beneficiosos en situaciones de riesgo nutricional o estados de desnutrición (Trelis & López, 2004).
En la Parálisis Cerebral no se controla movimientos faciales y tienden a empujar la lengua hacia afuera. Tampoco, existe el reflejo paladar donde al estimular con alimento en la zona posterior del paladar blando, se eleva y retrae del velo del paladar. Estas alteraciones dificultan la apertura normal de la boca, el mantenimiento de alimentos en la boca, la succión, masticación, mezcla de alimentos, deglución e incluso dificulta la comunicación. En sí, altera directa e indirectamente la función motora oral y la motilidad esofágica intestinal. En niños se presenta la incapacidad o dificultad para mamar y también se les dificulta masticar la comida y después tragársela por lo que empujan la comida hacia afuera. Para manejar estos problemas se debe:
· Mantener una buena postura y tener control de la quijada para que no se empuje la lengua hacia afuera, no se atragante y no babee.
· Poner el dedo con mucosa labial: Para que la punta de la lengua toque el dedo.
· Poner dedo en el borde lateral de la lengua: Para triturar empujando el alimento en las premolares.
· Poner dedo en parte media de la lengua: Para ayudar a la succión (Di Nasso, 2012).
En cuanto al tratamiento nutricional se debe dar alimentos de fácil masticación y deglución, evitar lo alimentos líquidos o totalmente enteros y optar más por alimentos picados, en papilla o espesos. Consumir 4 a 6 comidas al día y una variedad de alimentos (Domínguez, 2013).
	TRASTORNO
	Recomendación energética
	Parálisis cerebral con poca actividad
	10 kcal/cm de altura
	Parálisis cerebral con act. Ligera/moderada
	15 kcal/cm de altura
	Parálisis cerebral atetoide, adolescente
	Hasta 6000kcal
	En el Síndrome de Down se presenta hipotonía donde se dificulta la movilidad de los labios y hay ejercicios orofaciales torpes con tendencia a mantener apertura bucal. Además, se presenta protrusión lingual (macroglosia) que favorece el empuje de la lengua en los incisivos inferiores lo que produce malformaciones dentarias y alteraciones en la deglución y ingestión del alimento. En el momento de la deglución, no suelen elevar la legua sino que tienden a protruirla (moverla hacia delante y abajo que va aplastando el alimento contra los dientes superiores para terminar en la punta de la lengua, en muchos casos fuera de la cavidad bucal). Estos procesos suelen ser frecuentes en estos niños debidos fundamentalmente a sus características físicas endobucales, que dificultan el proceso de deglución normal, además que presentan labios separados, flaccidez o hipotonía del lado inferior y un paladar predominantemente ojival. El tipo de alimentación debe ser variada y equilibrada como el resto de las personas, debe seguir la pirámide de la alimentación. La implementación de ejercicio físico ayuda a reducir el exceso de peso y facilita a la integración y es preciso también valorar la conducta durante la comida, la estimación de la actividad motora y la interacción con los demás (Gonzales, 2014).
REFERENCIAS:
· Di Nasso, P. (2012). Parálisis cerebral: su impacto en la cavidad bucal. Universitat de les Illes Balears.
· Domínguez, I. (2013). Parálisis cerebral y alimentación. Universidad de Almería. 
· González, M. (2014). Guía de alimentación para personas con Síndrome de Down. México D.F.: Ediciones Díaz de Santos.
· Plasencia, L., & Sánchez, A. (2011). Protocolo para la alimentación-nutrición en la atención integral al paciente con enfermedad de Parkinson. Medisur, 9(3), 181-204.
· Trelis, J., & López, M. (2004). La Alimentación del enfermo de Alzheimer en el ámbito familiar. Nutrición Hospitalaria, 19(3), 154-159

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