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The Debate Over US China Strategy (Friedberg) 
Desde que terminó la Guerra Fría, EEUU llevó a cabo dos estrategias con respecto a China: 
➔ Por un lado trató de acoplar a China a una serie de dominios como: la participación 
en instituciones, comercio, inversiones, cooperación, etc. 
➔ Por otro lado, también tomó decisiones para parar su creciente fuerza, manteniendo 
un balance de poder duro en el este asiático favorable a EEUU y sus aliados. 
También fortaleciendo sus capacidades militares en la región, creando alianzas para 
cooperar. 
Los objetivos de esta estrategia son domar y en última instancia transformar la República 
Popular China. EEUU a partir de estas estrategias también continuaron confiando en que en 
algún momento las instituciones domésticas en China evolucionaran hacia una democracia 
liberal. 
Pero en los últimos años estas estrategias se empezaron a dudar. Mientras China es cada 
vez más poderoso y se expande económicamente, no se está volviendo más democrático. 
Cada vez hay más controles para el acceso al internet y nuevas restricciones en las 
actividades de organizaciones no gubernamentales, especialmente aquellas que tratan de 
fortalecer la sociedad civil para promover derechos humanos y justicia social. 
Finalmente el comportamiento de China, controlando la mayoría de las aguas, islas y 
materia prima, y su habilidad para usar su poder y amenazar, muestran que no busca 
mantenerse en el status quo. 
A partir de esto, se dan 6 visiones explicativas acerca de cómo cambiar las estrategias 
prevalecientes: 
 
1. Compromiso mejorado 
Esto involucra duplicar el compromiso, especialmente en esfuerzos para domar a China, e 
incorporarlo al sistema internacional existente. 
Ikenberry cree evidente que el poder de China va a continuar creciendo y por lo menos en 
términos relativos el poder de EEUU va declinar. Aunque en las historia estas transiciones 
fueron en general violentas, Ikenberry cree que si se maneja de manera correcta, esta 
podría no serlo. 
Él explica cómo el orden occidental dirigido por EEUU es difícil de dejar y muy fácil 
para unirse. Sí China quisiera anular este orden, la existencia de armas nucleares 
hizo la guerra, entre estos dos poderes, improbable. 
 
Sí los líderes ven sus intereses como Ikenberry dice que deberían, China no debería tener 
razones para arriesgarse a elegir medidas tan drásticas y riesgosas. 
Esto es por que el orden americano en abierto, integrado y basado en reglas. China puede 
ganar acceso completo y usar el sistema. Como el sistema está armado con reglas para no 
discriminar y mercado abierto, el orden occidental posibilita a los estados entrantes expandir 
sus objetivos económicos y políticos con el sistema. Ikenberry ve que China está trabajando 
con el orden antes que afuera del mismo. 
 
Básicamente EEUU tiene que seguir demostrando fe en la resiliencia y el poder del sistema 
que crearon después de la segunda guerra mundial. Reforzar las reglas e instituciones que 
lo comprometen. 
Sí se maneja de forma corrcta el sistema actual podría continuar funcionando, sirviendo los 
intereses de EEUU aunque su poder caiga relativamente con el de China. El orden existente 
tiene le poder de convertir el cambio de poder en uno pacífico y favorable para EEUU. 
 
2. Seguridades 
Esta estrategia es menos optimista. Steinberg y O’Hanlon dicen que la relacion entre EEUU 
y China contiene elementos que son competitivos y dinámicos, y que aceptan la necesidad 
de alguna medida de balance. Pero las medidas auto protectivas podrian llevar ana escala 
de tensión y creciente peligro de guerra. Para reducir las probabilidades de que esto ocurra, 
ambos lados deben dar pasos para mostrar contención, como también incrementar la 
transparencia de las capacidades e intenciones. 
Para los autores China debe bajar sus gastos militares una vez que su presupuesto llegue a 
ser la mitad al de EEUU, mientras EEUU debe restringir su modernización en sistemas de 
ataque, entre otras cosas. 
Lo que buscan los autores no es un control militar con negociaciones llevando a 
tratados formales como en la Guerra Fría, pero un proceso de pasos recíprocos que 
van, de a poco, a hacer desalentar una crisis bélica. Este acercamiento no solo 
puede evitar consecuencias desastrosas si no que también puede proveer espacio 
para cooperar en cuestiones de interés mutuo. 
 
3. Negociación/ Esferas de influencia 
De acuerdo con esta visión el poder de China va a seguir creciendo, y EEUU va a tener que 
elegir inevitablemente entre la confrontación o acomodarse. Dado el enorme costo del 
conflicto, la última es claramente preferible. Sería prudente buscar acomodarse antes, 
cuando el poder relativo entre los dos poderes, es más favorable para EEUU. El objetivo de 
EEUU debe ser buscar un arreglo mutuo por el cual ambos estados persigan sus 
imperativos domésticos, cooperando donde es posible, y ajustar sus relaciones para 
minimizar el conflicto. 
Kissinger ve un proceso que llevaría con el tiempo a una comunidad pacífica. Sería 
una región en la que EEUU, China y otros estados pertenecen. 
 
Otros realistas son más concretos en sus percepciones. Ross observó que EEUU y China 
eran competidores estratégicos, en un conflicto de grandes poderes por seguridad e 
influencia. Él argumentó que gracias a la geografía de Asia del este, su rivalidad no tenía 
por qué escalar a un conflicto abierto. 
Para Ross China es un poder continental, mientras el poder de EEUU en Asia se 
basan en un dominio marítimo. Sí ambos lados reconocen y aceptan estas 
realidades, podría ser posible que trabajen en una buena forma para convivir en la 
que China domina Eurasia del este pero, deja de desarrollar capacidades navales, 
mientras EEUU se reserva a ser un poder marítimo sin desafiar a China por tierra. 
También Ross destaca que hay distintas áreas de influencia de lo dos poderes, pero cree 
que cualquier tensión se puede solucionar 
Por un lado, mientras la relación entre EEUU y Corea del Sur es valiosa, no 
constituye un interés vital. Además sí Corea empieza a tener más relaciones con 
China, esto no le significa menos seguridad o un balance de poder menos estable. 
Taiwán en cambio, aunque para Ross sí China lo ocupa, no significa un cambio en el 
balance militar, EEUU podría ayudar a esta isla a preservar su autonomía. 
 
El crecimiento del poder Chino puede llevar a que EEUU haga algunos cambios en 
sus políticas a nivel internacional, que le pueden disgustar, particularmente mirando 
a Taiwán. Glaser argumenta que EEUU debería renunciar a su compromiso con 
Taiwán, ya que haciendo esto allanaría el camino para tener una mejor relación 
entre los dos estados. 
 
4. Offshore balancing 
Esta cuarta perspectiva, para ocuparse del crecimiento del poder Chino, sería dar un paso 
atrás sobre la región del pacífico occidental. Es decir, que EEUU termine con sus prácticas 
de larga data para proveer seguridad permanente y estableciendo sus fuerzas en tierra 
extranjera. “The formal US defence perimeter….. should be the United States” 
Saliendo de ese lugar, le permitiría a EEUU esquivar una competencia militar con 
China, dificil de sostener. Inducirá a otros países a hacer más para defenderse a sí 
mismos. Protegidos por las fuerzas estadounidenses y otras garantías de seguridad, 
Japón, Corea del Sur y Taiwán, entre otros, por un largo tiempo no invirtieron tanto 
en su milicia. Sin el paraguas de seguridad estadounidense, tenderían más 
iniciativas para empezar a gastar más en defensa. Esto ayudaría a balancear el 
poder en Asia, sin hundir a EEUU. 
 
5. Mejor balance 
El Offshore balancing, asegura que mantener el equilibrio geopolítico en Asia, es necesario 
para asegurar la paz, pero también descansa en la creencia de que gracias a la lógica sería 
posible conseguir este objetivo con menos esfuerzo americano. 
 Una estrategia más lineal y directa le diría a EEUU queintensifique sus esfuerzos 
para balancear. La pregunta principal acá sería, cuál es la mejor forma de llevarlo a 
cabo. 
 
Tellis tiene la visión acerca de que la rivalidad entre China y EEUU, se propaga 
principalmente por factores de poder político estructurales. EEUU está tratando de 
mantener la hegemonía global, mientras China está orientada a erosionar la primacía de 
EEUU, para reformar el orden político a uno que sirva sus intereses. 
A pesar de la divergencia fundamental en sus intereses, estas dos naciones se 
encuentran encerradas en un escenario mutuamente beneficioso. 
○ China se benefició enormemente del comercio con EEUU y de la 
participación en el orden global que creó EEUU, el cual sigue comprometido 
a sostener. 
○ EEUU también disfrutaron de ganancias absolutas de su relación económica 
 
Desde un punto de vista puramente económico, los dos estados están mejor con el otro. El 
problema está en que China también ganó también en términos relativos, está creciendo 
más rápido que EEUU y por lo tanto, está cerrando el espacio en riqueza y poder, que los 
sigue separando. Llevaría una peor crisis económica o una confrontación militar forzar un 
cambio fundamental en las políticas comerciales de EEUU con China. 
El objetivo de la estrategia que propone Tellis, es preservar la primacía americana lo más 
que se pueda. Para poder mantener un balance de poder beneficioso, EEUU necesita tomar 
distintas medidas diseñadas para mejorar el GDP de crecimiento y mantener su capacidad 
para dar innovaciones tecnológicas. 
Incrementar el crecimiento va a hacer que EEUU pueda alcanzar mejoras en sus 
capacidades militares. Tellis hace mucho hincapié en expandir las capacidades militares 
para vencer a China en sus intentos de bloquear la capacidad de EEUU en proyectar su 
fuerza militar en Asia. 
A medida que va creciendo, EEUU debería alentar a que otras naciones, que 
comparten la misma preocupación por el empoderamiento de China, crezcan. Antes 
que restringir a China. 
 
Mientras Tellis aclara no tener intenciones de mantener a China por debajo, propone una 
serie de políticas que claramente generan ganancias desproporcionadas para EEUU. 
Dice que Washington debería reducir las barreras para comerciar con estados 
aliados, en su mayoría democracias, formando un grupo de cooperación que excluya 
a China. Tellis cree que la liberación del sistema político en China ayudaría a 
resolver las diferencias con EEUU. 
 
6. Contención 
Los “realistas ofensivos” ven que sí el poder de China continúa creciendo, va a querer 
desplazar a EEUU como líder, no solo en Asia, si no a nivel global. No puede ser 
convencido mediante la diplomacia o por un cambio en la actitud del régimen chino, y lo 
más probable es que termine en un conflicto. 
Mearsheimer dice que la mejor estrategia para tratar con el crecimiento de China es la 
contención. 
● La característica central sería un esfuerzo por parte de EEUU para llevar a 
los vecinos de China a una alianza bajo las líneas de la OTAN, y oponerse a 
los esfuerzos de China de proyectar su poder en regiones distantes. 
 
Otras medidas que sugiere el autor son: por un lado abandonar Taiwán y dejar que se 
unifique a China, ya que si EEUU falla defendiendo el territorio, lo dejaría en una posición 
muy débil con sus aliados en Asia. 
En políticas económicas Mearsheimer argumenta que EEUU debe hacer lo que pueda para 
frenar el avance de China, pero, no hay forma de dañar la economía China sin dañar la 
americana, pero cómo terminaría beneficiando la seguridad de EEUU es una decisión que 
para el autor vale la pena tomar. 
 
 
El caso de un mejor balance 
Las primeras tres opciones discutidas descansan en una visión muy optimista sobre las 
ambiciones de China. La estrategia “Compromiso mejorado”, la noción de que el régimen no 
quiere nada más que ser aceptado en el orden global liderado por EEUU, no va de la mano 
con el comportamiento de los chinos y muestra una falta de imaginación y perspectiva 
histórica. Los poderes ascendentes buscan cambiar el orden por orgullo y prestigio, como 
también para cambiar las reglas y roles que fueron diseñados por otros. 
China ya está buscando establecer un orden alternativo, incluyendo arreglos de comercio, 
nuevos mecanismos políticos que sirven intereses y aseguren su influencia, mientras 
marginaliza a EEUU. 
 
La demanda de que EEUU debe buscar formas para asegurar a China, refleja una lectura 
cuestionable sobre las dinámicas de las estrategias de competencia actual. Mientras puede 
ser verdad que los líderes chinos miran su fortalecimiento militar como “defensivo”, esto no 
lo hace menos amenazante para sus vecinos o para los intereses de EEUU. 
Los líderes de China se sienten posiblemente amenazados, no por algún programa de 
armas de EEUU, pero por la presencia de sus fuerzas, la persistencia de sus alianzas y su 
continua intervención en nombre de sus amigos si son amenazados o atacados. 
China ahora tiene el poder y los recursos para dar pasos en contra del poder americano, y 
empezó a hacerlo, haciéndose más peligroso para EEUU seguir proyectando poder en el 
pacífico occidental. 
 
Los promulgadores de “seguridades”, también sobreestiman el grado en el que el liderazgo 
del partido comunista de China está motivado por miedo e inseguridad sobre amenazas 
externas. El empoderamiento de China no surgió cuando EEUU estaba formando fuerzas 
en el pacífico occidental, si no cuando parecían débiles. Los líderes chinos evidentemente 
creen que les está yendo bien con una postura más asertiva, antes que provocando 
respuestas compensatorias de EEUU y sus aliados. 
 
Las decisiones de China para empujar más fuerte en los temas marítimos en 2009-10 
puede haber sido motivada principalmente por una percepción de debilidad de EEUU. Pero 
también se dice que pudo haber sido motivada por una preocupación por la crisis 
económica global. 
 
También es muy poco probable que China acepte una negociación, basada en una 
distribución de poder. En el pasado, China no tenía más opción que aceptar las reglas de 
EEUU, ahora eso es distinto. 
La idea de que los líderes chinos pueden aceptar cómodamente ser un poder continental, 
dejando el control marítimo a EEUU, también parece muy poco probable. China seguirá 
dependiendo del transporte de materia prima por las aguas. 
También, abandonar Taiwan desencadenaría una serie de problemas para EEUU. Ganar 
acceso a la isla, podría incrementar sus capacidades para proyectar su poder en el 
occidente pacífico y potencialmente amenazar las líneas de comunicación entre Japón y 
Corea del Sur. La decisión de abandonar Taiwan, alzaría dudas en las mentes de los 
aliados de EEUU. 
 
Un giro hacia un “Offshore balancing” incrementa el riesgo para EEUU. Es poco probable 
que todos los aliados se puedan proveer su propia seguridad. Además China solo, tendría 
mejores chances para formar alianzas y cooperar. 
Sí los estados aliados con EEUU adquirieron armas nucleares, eso ayudaría a balancear el 
poder de China. Pero acá también hay una diferencia entre la teoría y la realidad. Sí estos 
estados adquirieron armas nucleares, al tener relaciones muy conflictivas entre sí, un orden 
nuclear multipolar en el Este Asiático sería muy inestable. 
 
Por otro lado, la relación entre China y EEUU sigue mezclada. Contiene zonas en las que 
hay cooperación y otras en las que hay competencia, por lo que abandonar esta relación 
sería el equivalente a cometer un suicidio por miedo a la muerte. 
En cualquier lugar del mundo, aunque hay una preocupación por el crecimiento de China, 
nadie tiene apetito para un enfrentamiento tan violento. Incluso si los estrategas americanos 
concluyeran que la contención es necesaria, los principales países democráticos en Asia no 
están preparados para salir del compromiso y girara hacia políticas de contención. 
 
Esto deja entonces una estrategiaque combina una negociación con un balance 
intensificado. A diferencia de la contención, este acercamiento tiene la virtud de ser 
fidedigno a la luz de restricciones políticas y económicas.

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