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CAPÍTULO 22 Desarrollo encefálico temprano CAPÍTULO 23 Construcción de circuitos neurales CAPÍTULO 24 Modificación de los circuitos neurales como resultado de la experiencia CAPÍTULO 25 Reparación y regeneración del sistema nervioso UNIDAD IV El encéfalo cambiante LA CAPACIDAD ESTRUCTURAL Y FUNCIONAL del encéfalo cambia asombrosamente a lo largo de nuestra vida. Tan pronto como se crea el sistema nervioso embrionario, la interacción dinámica entre la expresión genética, la génesis neuronal, el creci- miento axónico y dendrítico, y la formación de conexiones generan un encéfalo en desarrollo cuya forma, tamaño y arquitectura celular se transforman continuamente. Estos acontecimientos se basan en la interconexión entre las señales secretadas y sus receptores, en los reguladores transcripcionales y también en las moléculas de adhesión y reconocimiento que determinan la identidad apropia- da, las posiciones y las conexiones de las neuronas en desarrollo. Los circuitos que emergen de estos procesos –la mayoría de los cuales se establecen antes del nacimiento– median un conjunto cada vez más complejo de conductas. No obstante, estos circuitos y las conductas a las que sirven son refinados por la experiencia posterior durante la vida posnatal. Esta “escultura” ocurre a través de mecanismos moleculares dependientes de la actividad y que traducen la experiencia en una eficacia sináptica alterada, la expre- sión genética y, finalmente, el crecimiento neuronal. Estos cambios son más pronunciados durante las “ventanas” del desarrollo en los primeros años de vida, denominadas períodos críticos. Por último, como sucede con cualquier otro órgano, el encéfalo está sometido a lesiones traumáticas y enfermedades. Algunos de estos proce- sos ponen en juego mecanismos de reparación semejantes a los utilizados durante el desarrollo, pero la capacidad de reparación y regeneración del encéfalo maduro es limitada. Es posible generar algunas neuronas nuevas, extender los nuevos axones y dendritas, y formar nuevas conexiones. Sin embargo, estos elementos ner- viosos nuevos pocas veces restablecen por completo la estructura o la función encefálica. Enfermedades, como la esclerosis lateral amiotrófica, la enfermedad de Parkinson y la de Alzheimer, reflejan patologías de los procesos que normalmente contribuyen con el desarrollo neuronal y el mantenimiento y la modificación posterior del circuito neural. En la página anterior: Neuronas inhibidoras recién nacidas (rojo, verde y amarillo) migran desde las eminencias ganglionares (las dos estructuras grandes en la mitad inferior de la imagen, marcadas de verde) hasta su destino final en lo que se convertirá en la corteza cerebral (la lámina delgada de tejido neural en la parte superior de la imagen). (Imagen de Daniel Meechan y Anthony-Samuel LaMianta.) 477 CAPÍTULO 2 Aspectos generales LA ARQUITECTURA ELABORADA DEL ENCÉFALO ADULTO es pro- ducto de las señales intercelulares, las instrucciones genéticas y sus efectos sobre para las células madre neurales en el embrión que generan la totalidad del sistema nervioso. Estos acontecimientos tempranos comprenden el establecimiento del sistema nervioso primordial en el embrión, la formación inicial de las regiones encefálicas principales, la formación de neu- ronas desde precursores indiferenciados o células madre y la migración de neuronas desde los sitios de generación hasta sus posiciones finales. Estos procesos preparan el escenario para la formación posterior de las vías axónicas y las conexiones sinápticas. Cuando cualquiera de es- tos procesos falla debido a una mutación genética, enfermedad o exposición a fármacos u otras sustancias químicas, las consecuencias pueden ser desastrosas. De hecho, muchos defectos encefálicos congénitos son resultado de interferencias en los mecanismos normales del desa- rrollo temprano del sistema nervioso, antes de la formación de las conexiones sinápticas. Con ayuda de las herramientas de la biología celular, moleculares y genéticas, estamos comenzando a conocer la maquinaria que subyace a estos acontecimientos extraordinariamente complejos. Formación inicial del sistema nervioso: gastrulación y neurulación Las células que generarán el sistema nervioso se hacen diferentes ya desde fases tempranas de la generación del embrión de un vertebrado, simultáneamente con el establecimiento de la línea media y los ejes corporales básicos: anteroposterior (boca-ano), dorsoventral (dorso-vien- tre) y mediolateral (línea media-periferia). Estos ejes son capitales para la generación correcta de todos los órganos del cuerpo, incluido el encéfalo. Además, la curvatura singular del siste- ma nervioso central humano genera un eje rostrocaudal (del latín “nariz-cola”) distinto en el encéfalo en desarrollo (véase Fig. A1 en el Apéndice). Los ejes, y por lo tanto la iniciación del desarrollo neural, tienen una dependencia crítica del proceso de la , que comienza gastrulación con la invaginación local de un subgrupo de células en el embrión muy incipiente (que co- mienza como una sola lámina de células). En el momento en que se completa la invaginación, el embrión consiste de tres capas de células denominadas capas germinativas: un ectodermo externo, un intermedio (estas células inician la invaginación que define la gastrula-mesodermo 22 Desarrollo encefálico temprano 478 CAPÍTULO 22 ción) y un interno (Figura 22.1A). Sobre la base de endodermo la posición del mesodermo y el endodermo que se invaginan, la gastrulación define la línea media, así como los ejes anteroposte- rior y dorsoventral de todos los embriones vertebrados. La formación de la en la línea media del embrión notocorda en gastrulación es un acontecimiento fundamental para el desa- rrollo del sistema nervioso. La notocorda es un cilindro definido de células mesodérmicas que se condensa en la línea media a medida que el mesodermo se invagina y se extiende desde la cara medioanterior a la posterior del embrión. La notocorda se forma a partir de una indentación superficial denominada fosita pri- mitiva, que después se alarga para constituir la línea primitiva. Como resultado de estos movimientos celulares, la notocorda llega a definir la línea media embrionaria, y así, el eje mayor de simetría de la totalidad del cuerpo. El ectodermo que se localiza inmediatamente por arriba de la notocorda, denominado neuro- ectodermo, da origen a la totalidad del sistema nervioso (véase Fig. 22.1A). Sin embargo, la notocorda propiamente dicha es una estructura transitoria que desaparece una vez completado el desarrollo temprano. La notocorda establece la topografía básica del embrión, determina la posición del sistema nervioso y es necesaria para la diferenciación neural temprana posterior. Junto con las células que definen la fosita primitiva, la notocorda envía señales inductivas (véase más adelante) al ectodermo supraya- cente que hacen que un subgrupo de células neuroectodérmicas se diferencien en células precursoras neuroectodérmicas. Du- rante este proceso, denominado , el ectodermo de neurulación la línea media que contiene estas células se hace más grueso y forma un epitelio cilíndrico denominado placa neural (Figura 22.1B). A continuación, los márgenes laterales de esta se pliegan hacia adentro y por último transforman la placa neural en un tubo (Figura 22.1C,D). Por último, estas células del tubo neural dan origen al encéfalo, la médula espinal y la mayor parte del sistema nervioso periférico. Las células progenitoras del tubo neural se conocen como cé- lulas precursoras neuroectodérmicas. Estos precursores son las células madre neurales, las que a su vez se dividen para pro- FIGURA 22.1 Neurulación en el embrión del mamífero. A la izquierda están las vistas dorsales del embrión en diferentes estadios del desarrollo en fase temprana; cada vista recuadrada a la derecha es un corte transversal en la línea media a través del embrióndel mismo estadio. (A) Durante la gastrulación tardía y la neurulación temprana, la notocorda se forma por invaginación del ectodermo en la región de la línea primitiva. El ectodermo que cubre la notocorda queda definido como la placa neural. (B) A medida que la neurulación prosigue, la placa neural comienza a plegarse en la línea media (adyacente a la notocorda) y forma el surco neural y, por último, el tubo neural. La placa neural inmediatamente por arriba de la notocorda se diferencia en la placa del suelo, mientras que la cresta neural surge en los márgenes laterales de la placa neural (más alejada de la notocorda). (C) Una vez que los bordes de la placa neural se reúnen en la línea media, el tubo neural está completo. El mesodermo adyacente al tubo se hace más grueso y se subdivide en estructuras denominadas somitas (precursores de la musculatura axial y el esqueleto). (D) A medida que el desarrollo continúa, el tubo neural adyacente a las somitas se convierte en la médula espinal rudimentaria, y la cresta neural da origen a los ganglios sensitivos (los elementos principales del sistema nervioso periférico). Por último, los extremos anteriores de la placa neural (plegamientos neurales anteriores) crecen juntos en la línea media y siguen expan- diéndose para, finalmente, dar origen al encéfalo. Dorsal Ventral Lateral Lateral Anterior (rostral) Posterior (caudal) (A) 18 días Mesodermo Mesodermo Endodermo Endodermo Ectodermo EctodermoNeuroectodermo Placa neural Notocorda Línea primitiva (B) 20 días NotocordaPlaca del piso Surco neural Cresta neuralPlaca/tubo neural Mesodermo presomítico Notocorda Tubo neural (C) 22 días Cresta neural Cresta neural Tubo neural Plegamiento neural anterior Tubo neural Notocorda Placa del piso Placa del techo Tubo neural (D) 24 días Plegamiento neural anterior Ganglio sensitivo Ganglio sensitivo Médula espinalSomitas Rombencéfalo Placa del piso Médula espinal Notocorda DESARROLLO ENCEFÁLICO TEMPRANO 479 RECUADRO 22A Células madre: promesa y peligros Uno de los temas de la biología que más publicidad ha suscitado en los últimos años fue el uso de células madre como posible forma de tratamiento de distintos trastornos neurodegenerativos, como las enfermedades de Parkinson, Huntington y Alzheimer. En medio del debate social, político y ético establecido por la promesa de terapias con células madre, una cues- tión que tiende a perderse es ¿qué es exac- tamente una célula madre? Las células madre neurales son ejemplo de una clase más amplia de células madre denominadas células madre somáticas que se encuentran en tejidos diferentes, tanto durante el desarrollo como en el adulto. Todas las células madre somáticas comparten dos características fundamen- tales: son autorrenovables y, al concluir la división y la diferenciación celular, pueden dan origen a una gama completa de tipos celulares en el tejido correspondiente. Por lo tanto, una célula madre neural puede dar origen a otra célula madre neural o a cual- quiera de las clases celulares diferenciadas halladas en los sistemas nerviosos central y periférico (por ejemplo, neuronas inhibi- doras y excitadoras, astrocitos y oligoden- drocitos). Una célula madre neural es dis- tinta de una célula progenitora neural, que es incapaz de continuar la autorrenovación y cumple la función de dar origen solo a una clase de progenie diferenciada. Por ejemplo, un progenitor oligodendroglial sigue dando origen a los oligodendrocitos hasta que se agota su capacidad mitótica; por el contrario, una célula madre neural puede generar más células madre así como a una gama completa de clases de células neurales diferenciadas, presumiblemente de forma indefinida. Las células madre neurales, y en realidad todas las clases de células madre somáticas, se distinguen de las células madre embrio- narias. Estas últimas (también conocidas como ) derivan de embriones células ES en estadio pregástrula. Al igual que las cé- lulas madre somáticas, también permiten una autorrenovación infinita. Sin embargo, las células ES pueden dar origen a todos los tipos de tejido y de célula de todo el organismo, incluidas las células germinati- vas que sufren meiosis y generan gametos haploides y células madre neurales y otras células madre somáticas (Figura A). Por su parte, las células madre somáticas generan sólo tipos de células diploides específicos del tejido. Sin embargo, en algunos casos se ha inducido a células somáticas como las células cutáneas o los fibroblastos a adqui- rir propiedades de células madre –incluida la capacidad de generar todos los tejidos, como la tienen las células madre embriona- rias–. Estas células madre pluripotenciales inducidas se producen in vitro mediante la introducción de los genes para distintos factores de transcripción asociados con las células madre en células somáticas (p. ej., fibroblastos). Las células madre pluripoten- ciales inducidas se muestran muy prome- tedoras para generar células madre en in- dividuos maduros con fines terapéuticos en la regeneración y la reparación de tejidos. La promesa terapéutica final de las cé- lulas madre –neurales o de otros tipos– es su capacidad para generar tipos celulares recién diferenciados para reemplazar a los que se pueden haber perdido debido a una enfermedad o una lesión. Estas terapias se pensaron para algunas formas de diabetes (reemplazo de células de los islotes que secretan insulina) y ciertas enfermedades hematopoyéticas. En el sistema nervio- so, las terapias con células madre se han propuesto para el reemplazo de células dopaminérgicas perdidas por enfermedad de Parkinson y para reemplazar neuronas perdidas en otros trastornos degenerativos. Si bien es interesante, este uso proyecta- do de la tecnología que utiliza células ma- dre plantea algunos peligros importantes que implican asegurar el control de la divi- sión de las células madre cuando se intro- ducen en el tejido maduro e identificar las instrucciones moleculares apropiadas para lograr la diferenciación de la clase celular deseada. Indudablemente, este último de- safío deberá cubrirse con un conocimiento más completo de los pasos de señalización y regulación transcripcionales utilizados durante el desarrollo para guiar la diferen- ciación de las clases neuronales relevantes en el embrión. (Continúa en la página siguiente) (A) Las células madre embrionarias se diferencian en distintos tipos de células neuronales. (i) Colonias de células ES antes de la diferenciación. (ii, iii) Después de la exposición a señales neutralizantes, las colonias individuales de células madre expresan marcadores asociados con diferentes células precursoras neurales. Las células en esta colonia expresan tanto Sox2 (verde), un marcador de los precursores neurales en fase temprana, como nestina (rojo), un marcador para las células progenitoras neurales más tardías. (iv) Después de varios días en cultivo, se han generado a partir de las células ES tanto neuronas (rojo, marcados para tubulina específica de las neuronas) como astrocitos (verde, marcados para proteína fibrilar glial). (Fotografías cortesía de L. Pevny.) (A) (i) (ii) (iii) (iv) 480 CAPÍTULO 22 ducir más células precursoras (la autorrenovación es un sello de todas las células madre) con la capacidad de dar origen a la gama completa de las clases celulares que se encuentran en los teji- dos maduros (otra característica que define a las células madre). Así, las células madre neurales producen neuronas, astrocitos y células de la oligodendroglía (Recuadro 22A). Por último, al- gunos subgrupos de estas células precursoras neurales generan células progenitoras especificadas por región y por destino que se diferencian en las clases específicas de neuronas en distintas estructuras encefálicas. Sin embargo, no todas las células del tubo neural son precur- soras autorrenovables que se dividen activamente. Las células de la líneamedia ventral del tubo neural se diferencian en una banda de células que parecen epiteliales y se denominan placa del suelo (lo que refleja su posición en la porción más ventral del tubo neural, adyacente a la notocorda; véase Figura 22.1). Las señales moleculares provenientes de la placa del piso y de la notocorda especifican la posición y el destino de los precursores neuroectodérmicos de la médula espinal y el encéfalo posterior. Estas señales conducen a la diferenciación de las células en la porción ventral del tubo neural que finalmente dan origen a las neuronas motoras de la médula espinal y el encéfalo posterior (que se encuentran así más cerca de la línea media ventral). Con el tiempo, las células precursoras más alejadas de la línea media ventral dan origen a las neuronas de relevo sensitivo y a inter- neuronas relacionadas en las regiones más dorsales de la médula espinal y el encéfalo posterior. La diferenciación de estos grupos celulares dorsales también se ve facilitada por una banda estre- cha de células neuroepiteliales en la línea media dorsal del tubo neural denominada . Al igual que la notocorda, placa del techo las placas del piso y del techo son estructuras transitorias que proporcionan señales al tubo neural en desarrollo y todas desa- En la actualidad, no hay un uso clínica- mente validado de las células madre para aplicaciones terapéuticas humanas en el sistema nervioso. No obstante, en algunas investigaciones prometedoras en ratones y otros animales de experimentación se demostró que tanto las células somáticas como las ES pueden adquirir identidades distintas si reciben instrucciones apropia- das in vitro (esto es, antes de la introduc- ción en el huésped) y se las coloca en un RECUADRO 22A (continúa) entorno de sostén del huésped. Por ejem- plo, las células ES que crecen en presen- cia de factor de crecimiento plaquetario, que desvía los progenitores hacia destinos gliales, pueden generar células de la oli- godendroglía capaces de mielinizar los axones en ratas con deficiencia de mielina. Asimismo, las células ES pretratadas con ácido retinoico maduraron en neuronas motoras cuando se introdujeron en la mé- dula espinal en desarrollo (Figura B). Si bien estos experimentos sugieren que una combinación de instrucciones apropiadas y la colocación correcta puede conducir a una diferenciación adecuada, aún quedan muchos problemas por resolver antes de que la promesa de las células madre para la reparación del sistema nervioso se con- vierta en una realidad. Bibliografía Brustle, O. and 7 others (1999) Embryonic stem cell derived glial precursors: A source of myelinating transplants. Science 285: 754-756. Castro, R. F., K. A. Jackson, M. A. Goodell, C. S. Robertson, H. Liu and H. D. Shine (2002) Failure of bone marrow cells to trans-differentiate into neural cells in vivo. Science 297: 1299. Dolmetsch, R. and D. H. Geschwind (2011) The human brain in a dish: The promise of iPSC- derived neurons. Cell 145: 831-834. Seaberg, R. M. and D. Van Der Kuoy (2003) Stem and progenitor cells: The premature desertion of rigorous definition. Trends Neurosci. 26: 125-131. Wichterle, H., I. Lieberam, J. A. Porter and T. M. Jesseee (2002) Directed differentiation of embryonic stem cells into motor neurons. Cell 110: 385-397. Wu, S. M. AND K. Hochedlinger (2011) Harnessing the potential of induced pluri-potent stem cells for regenerative medicine. Nature Cell Biol.13: 497-505. (B) Izquierda: la inyección de células madre embrionarias (ES) marcadas con fluorescencia en la médula espinal de un embrión de pollo huésped muestra que las células ES se integran en la médula espinal del huésped y, al parecer, extienden axones. Abajo: la progenie de las células ES trasplantadas se observa en el asta ventral de la médula espinal. Tienen morfologías similares a neuronas motoras, y sus axones se extienden en la raíz ventral. (De Wichterle y cols., 2002.) (B) Inyección de células madre en la médula espinal DESARROLLO ENCEFÁLICO TEMPRANO 481 parecen una vez que se completa el desarrollo inicial del sistema nervioso. En el límite más dorsal del tubo neural, a lo largo de la mayor parte de su longitud pero sin ser en toda, una tercera población de células surge en la cresta neural, la región donde se unen los bordes de la placa neural plegada (Figura 22.2). Las células de la cresta neural se alejan del tubo neural a través de una matriz de células mesenquimáticas laxamente empaquetadas que llenan los espacios entre el tubo neural, la epidermis embrionaria y las somitas. Los subgrupos de células de la cresta neural siguen vías específicas que los exponen a señales inductivas adicionales que influyen en su diferenciación específica (véase Fig. 22.2B). En consecuencia, las células de la cresta neural originan una proge- nie variada, que comprende las neuronas y la glía de los ganglios sensitivos y motores viscerales (autónomos), las células neurose- cretoras de la glándula suprarrenal y las neuronas del sistema ner- vioso entérico. Las células de la cresta neural también contribuyen con distintas estructuras no neurales, como células pigmentarias, cartílago y hueso, sobre todo en el rostro y el cráneo. Las dos últimas décadas han sido testigo de una explosión del conocimiento en biología molecular sobre los acontecimientos de señalización inductiva que transforman los precursores neu- roectodérmicos y las células madre neurales en diversos tipos celulares y tisulares del sistema nervioso. El establecimiento de la diversidad celular, señalado en detalle en las secciones poste- riores de este capítulo, ocurre en paralelo a la formación de las estructuras anatómicas que definen las subdivisiones macroscó- picas del encéfalo: la médula espinal, el tronco del encéfalo, el mesencéfalo y el encéfalo anterior. Formación de las subdivisiones encefálicas principales Poco después de la formación del tubo neural, se evidencian los precursores de las regiones encefálicas principales como resultado de movimientos morfogénicos que doblan, pliegan y contraen el tubo neural. En un inicio, el extremo anterior del tubo forma un gancho, que da la forma del “mango de un bas- tón” (Figura 22.3A). El extremo más próximo a la curva más aguda es la acodadura cefálica, que se ensancha para formar el prosencéfalo, que a su vez dará origen al encéfalo anterior. El mesencéfalo se constituye como una protrusión sobre la acoda- dura cefálica. El encéfalo posterior o rombencéfalo se forma en el trayecto largo y relativamente recto entre la acodadura cefá- lica y la acodadura cervical más caudal. Caudal a la acodadura cervical, el tubo neural forma el precursor de la médula espinal. Esta curvatura y plegamiento contrae o ensancha la luz ence- rrada por el tubo neural en desarrollo. Estos espacios luminales finalmente se convertirán en los ventrículos del encéfalo maduro (Figura 22.3B; véase también el Apéndice). Una vez que estas regiones encefálicas primitivas se estable- cen de esta forma, sufren al menos dos series de divisiones, cada una de las cuales produce regiones encefálicas en desarrollo en los precursores de las estructura del adulto (Figura 22.3C). Así, las caras laterales del prosencéfalo rostral forman el telencéfalo. Las dos vesículas telencefálicas bilateralmente simétricas com- prenden los territorios dorsal y ventral. El territorio dorsal da origen a los rudimentos de la corteza cerebral y al hipocampo, mientras que el territorio ventral da origen a los ganglios ba- FIGURA 22.2 La cresta neural. (A) Corte transversal a través de un embrión de mamífero en desarrollo en un estadio similar al de la Figura 22.1B. Las células de la cresta neural se establecen sobre la base de su posición en el límite de la epidermis y el neuroectodermo embrionarios. Las flechas indican la vía migratoria inicial de las células indiferenciadas de la cresta neural. (B) Cuatro vías migratorias distintas conducen a la diferen- ciación de las célulasde la cresta neural en los tipos y estructuras celulares específicos. Las células que siguen los caminos marcados 1 y 2 dan origen a los ganglios sensitivos y autónomos, respectivamente. Los precursores de las células neurosecretoras suprarrenales migran a lo largo de la vía 3 y finalmente se agregan alrededor de la porción dorsal del riñón. Las células destinadas a convertirse en los tejidos no neurales (p. ej., los melanocitos) migran a lo largo de la vía 4. Cada vía permite que las células en migra- ción interactúen con diferentes tipos de ambientes celulares, de los que reciben señales inductivas (véase Fig. 22.13). (De Sanes, 1989.) (A) Notocorda Placa del piso Mesodermo presomítico Cresta neural Surco neural Células mesenquimáticas Cresta neural Placa del techo Notocorda Placa del piso Ectodermo Somita (B) Tubo neural 1 4 3 2 482 CAPÍTULO 22 FIGURA 22.3 Especificación regional del encéfalo en desarrollo. (A) Al comienzo de la gestación, el tubo neural queda subdividido en el prosencéfalo (en el extremo anterior del embrión), el mesencéfalo y el rombencéfalo. La médula espinal se diferencia de la región más posterior del tubo neural. La curva inicial del tubo neural en su extremo anterior conduce a una forma de bastón. A la derecha se presenta un corte longitudinal del tubo neural en este estadio, que muestra la posición de las regiones encefálicas principales. (B) Un mayor desarrollo distingue el telencéfalo y el diencéfalo del prosencéfalo; otras dos subdivisiones –el metencéfalo y el mielencéfalo– derivan del rombencéfalo. Estas subregiones dan origen a los rudimentos de las subdivisiones funcionales principales del encéfalo, mientras que los espa- cios que finalmente encierran forman los ventrículos y el encéfalo maduro. A la derecha se presenta un corte longitudinal del embrión en el estadio del desarrollo que se encuentra en (B). (C) Se diferencian claramente el encéfalo y la médula espinal fetal para fines del segundo trimestre. Desde las superfi- cies laterales se observan con claridad varias subdivisiones mayores, incluidos la corteza cerebral y el cerebelo. A la derecha se observa un corte transversal a través del encéfalo anterior en el nivel indicado que muestra los surcos y las circunvoluciones nacientes de la corteza cerebral, así como la diferenciación de los ganglios basales y los núcleos talámicos. (A) Acodadura cervicalAcodadura cefálica Mesencéfalo Prosencéfalo RombencéfaloVesícula óptica Médula espinal Ganglios craneales y espinales Prosencéfalo Rombencéfalo Mesencéfalo Médula espinal (B) Telencéfalo Mesencéfalo Metencéfalo Mielencéfalo Acodadura pontina Vesícula óptica (desde el diencéfalo) Médula espinal Diencéfalo Telencéfalo Diencéfalo Mesencéfalo Metencéfalo Mielencéfalo Tercer ventrículo Futuro acueducto cerebral Ventrículo lateral Vesícula óptica Cuarto ventrículo Conducto central Médula espinal (C) Hemisferio cerebral Fisura lateralSurco central Cerebelo Bulbo olfatorio Médula espinal Metencéfalo Mielencéfalo Ventrículos laterales Ganglios basales Corteza cerebral Diencéfalo (tálamo) DESARROLLO ENCEFÁLICO TEMPRANO 483 sales (derivados de las estructuras embrionarias denominadas eminencias ganglionares), los núcleos del encéfalo anterior ba- sal y el bulbo olfatorio. La porción más caudal del prosencéfalo forma el que contiene los rudimentos del tálamo y diencéfalo, el hipotálamo, así como un par de evaginaciones laterales (las copas ópticas) a partir de las cuales se formará la porción neural de la retina. La porción dorsal del mesencéfalo da origen a los colículos superiores e inferiores, mientras que la ventral genera un conjunto de núcleos conocidos como tegmento mesencefáli- co. La porción rostral del rombencéfalo se convierte en el me- tencéfalo y da origen al cerebelo y la protuberancia adultos. Por último, la porción caudal del rombencéfalo se convierte en el mielencéfalo, que genera el bulbo raquídeo adulto. ¿De qué modo un tubo simple de células precursoras neuro- nales puede producir esta variedad de estructuras encefálicas? Al menos parte de la respuesta proviene de la observación efectuada a comienzos del siglo respecto de que gran partexx del tubo neural está organizado en unidades repetidas denomi- FIGURA 22.4 La expresión genética secuencial divide al embrión en regiones y segmentos. (A) Relación de los segmentos embrionarios en la larva de , definida por la expresión genética secuencial, Drosophila con el plan corporal maduro de la mosca de la fruta. (B) Patrón temporal de expresión de cuatro genes que influyen en el establecimiento del plan corporal en . Se muestra una serie de cortes a través de la línea Drosophila media anteroposterior del embrión desde estadios tempranos del desarrollo hasta otros posteriores (de arriba hacia abajo en cada hilera). Inicialmen- te, la expresión del gen ) ayuda a definir el polo anterior del bicoid (bcd embrión. A continuación, se expresa el gen ) en el centro y luego krüppel (kr en el extremo posterior, que define el eje anteroposterior. Luego se expresa el gen ), que ayuda a delinear los dominios que al final formarán el hairy (h cuerpo segmentado maduro de la mosca. Por último, se expresa el gen win- gless (wg), que define mejor la organización de los segmentos individuales. (C) Paralelismos entre los genes segmentarios de (los genes de Drosophila caja homeótica “ancestrales” inferidos de los que evolucionaron los genes segmentarios de invertebrados y vertebrados) y los genes Hox humanos. Al parecer, estos últimos se duplicaron dos veces, lo que conduce a cuatro grupos independientes, cada uno sobre un cromosoma humano distinto. El patrón anteroposterior de expresión del gen Hox en moscas y mamíferos (incluidos los seres humanos) sigue la orientación 3’-5’ de estos genes en sus respectivos cromosomas. (A de Gilbert, 1994, y Lawrence, 1992; B de Ingham, 1988; C de Veraksa y Mc Ginnis, 2000.) T1 T2 T3 A1 A2 A3 A4 A5 A6 A7 A8 Mesotórax MetatóraxCabeza Protórax (A) Segmentos abdominales T1 T2 A1 A3 A4 A5 A6 A2 T3 A7 A8 (B) T ie m p o bcd kr h wg (C) Hox A (cromosoma 7) Hox B (cromosoma 17) Hox C (cromosoma 12) Hox D (cromosoma 2) H u m an o Anterior Grupo Hox de Drosophila Grupo Hox ancestral Posterior Anterior Posterior lab pb Dfd Scr ftz Antp Ubx abd–A abd–B bcd, zen Hox1 Hox2 Hox3 Hox4 Hox5 Hox6 (central) Hox7 (Posterior) C10 C11 C12 D10 D11 D12 A1 A2 A3 A4 A5 A6 A7 A9 A10 A11 A13 B1 B2 B3 B4 B5 B6 B7 B9B8 B13 D1 D3 D4 D9D8 D13 C4 C5 C6 C9C8 C13 484 CAPÍTULO 22 RECUADRO 22B Rombómeros A comienzos del siglo se detectó un xx, paralelismo interesante entre la segmenta- ción embrionaria y el desarrollo encefálico temprano. Varios embriólogos describie- ron unidades repetidas en la placa neural y el tubo neural tempranos, a las que deno- minaron neurómeros. Al final de la década de 1980, Andrew Lumsden, Roger Keynes y cols., así como R. Krumlauf, R. Wilkin- son y cols., observaron, además, que las combinaciones de genes de caja homeótica (Hox) y genes relacionados se expresan en patrones en bandas en el sistema nervioso en desarrollo del pollo, en especial en el encéfalo posterior (nombre común para el rombencéfalo y sus derivados). Estos do- minios de expresión definían a los rombó- meros, que en el pollo (así como en la ma- yoría de los mamíferos) constituyen una serie de siete evaginaciones transitorias en el rombencéfalo en desarrollo que corres- ponden a los neurómeros antes descritos. Los rombómeros son sitios de prolife- ración celular diferencial (las células en los límites de los rombómeros se dividen más rápido que las que se encuentran en el resto del rombómero), movilidad diferen- cial de las células (las células de cualquier rombómero no pueden cruzar fácilmente los rombómeros adyacentes) y adhesión circular diferencial (las células prefieren pegarse a las de su propio rombómero). Más adelante en eldesarrollo, el patrón de crecimiento axónico de los nervios mo- tores craneales también se correlaciona con el patrón rombomérico más temprano (Fig. B). Los nervios motores craneales (véase Cuadro A2 del Apéndice) se ori- ginan en un solo rombómero o en pares específicos de rombómeros vecinos (los experimentos de trasplante indican que, de hecho, los rombómeros están especifica- dos en pares). Por lo tanto, la expresión de los genes Hox probablemente represente un paso temprano en la formación de los nervios craneales en el encéfalo en desa- rrollo. La mutación o la activación ectópi- ca de los genes en los ratones altera laHox posición de nervios craneales específicos o impide su formación. La mutación del gen HoxA-1 por recombinación homóloga –la denominada estrategia de desactivación génica (knock out) para dirigir mutaciones a genes específicos– impide la formación normal de los rombómeros. En estos ani- males, el desarrollo del oído externo, me- dio e interno también están comprometi- dos, y los ganglios de los nervios craneales se fusionan y se localizan incorrectamen- te. Por el contrario, cuando el gen HoxA-1 (A) Rombómeros en el encéfalo posterior en desarrollo del pollo y su relación con el patrón de expresión de los genes (bandas de color) y la diferenciación de los ganglios sensitivos y los Hox nervios craneales (izquierda) y los nervios motores o mixtos craneales (derecha). (B) En el pollo, los rombómeros representan un conjunto distinto de crestas y valles en el encéfalo posterior en desarrollo (izquierda). Los axones en desarrollo siguen los límites de los rombómeros, visualizados mediante marcaje del encéfalo posterior con anticuerpos contra proteínas de neurofilamento (dere- cha). (C) En el pez cebra, la expresión de los genes específicos de rombómeros (en este caso Krox 20 Hox, un factor de transcripción relacionado con ) se circunscribe a los límites del rombómero (izquierda). Otras moléculas, que incluyen el factor de transcripción mariposa, distinguen los límites de los rombómeros (derecha). (B de Lumsden y Keynes, 1989; C cortesía de C. Moens.) r1 r2 FP r3 r4 r5 r6 r7 r8 Anterior Posterior HoxC-4 HoxA-4 HoxB-4 HoxB-3 HoxA-3 HoxA-1 HoxB-2 HoxA-2 HoxB-1 (A) Ganglio trigeminal Ganglio geniculado (VII) Ganglios espiral y de Scarpa (VIII) Ganglios yugular/ nodoso (X) Ganglio petroso (IX) Vesícula ótica Nervio abducens Nervio troclear Nervio motor trigeminal Nervio motor facial Nervio glosofaríngeo Nervio vago Nervio hipogloso (B) (C) DESARROLLO ENCEFÁLICO TEMPRANO 485 nadas neurómeros. Este descubrimiento condujo a la idea de que el proceso de , utilizado por la mayoría de lossegmentación embriones animales (y en los embriones de las plantas an- gioespermas) para establecer la identidad regional en el cuerpo mediante la división del embrión en unidades repetidas o seg- mentos, también podría establecer una identidad regional en el encéfalo en desarrollo. Esta hipótesis fue estimulado por las ob- servaciones del desarrollo del plano corporal de la mosca de la fruta Drosophila. En la mosca, la expresión temprana de una cla- se de genes denominados genes homeóticos o de caja homeóti- ca guía la diferenciación del embrión en segmentos distintos que dan origen a la cabeza, el tórax y el abdomen (Figura 22.4A, B). Estos genes codifican proteínas fijadoras de DNA que pueden modular la expresión de otros genes que median la morfogéne- sis. Se identificaron también genes de caja homeótica similares en los vertebrados (denominados ). En lugar de unagenes Hox copia de cada gen de caja homeótica segmentariamente esencial, como se observa en la mosca, los genes Hox han sufrido múlti- ples duplicaciones de modo que los vertebrados actuales tienen cuatro “colecciones” de genes de caja homeótica con funciones similares. En la mayoría de los mamíferos, incluidos los seres humanos, cada colección de genes Hox se localiza en un cromo- soma distinto, y su expresión anteroposterior y función se refleja en su posición 5’ 3’ sobre ese cromosoma. En algunos casos,→ en el sistema nervioso en desarrollo, el patrón de expresión de los genes Hox coincide con, o incluso precede a, la formación de las características morfológicas (o sea, las distintas curvatu- ras, plegamientos y constricciones) que subyacen a la regiona- lización progresiva del tubo neural en desarrollo, sobre todo en el encéfalo posterior y la médula espinal (Recuadro 22B; Figura 22.4C). En los vertebrados, la expresión de los genes Hox no se extiende en el mesencéfalo o el encéfalo anterior; sin embargo, se observan diferencias regionales en la expresión de otros fac- tores de transcripción en estas subdivisiones antes de los aconte- cimientos morfogenéticos que las definen o durante estos (véase Fig. 22.6). Los genes que se observan en el mesencéfalo y el encéfalo anterior de los vertebrados (incluidos los miembros de las familias distaless-DLX y paired box-PAX) son homólogos de los factores de transcripción de Drosophila que influyen en el desarrollo de las estructuras corporales como apéndices, cabeza y partes bucales, y órganos sensitivos. La expresión en patrones de los genes Hox, así como en otros factores de transcripción y moléculas de señalización regulados evolutivamente, no determina por sí sola el destino de un grupo de precursores neurales embrionarios. En cambio, este aspecto de la expresión de factores de transcripción regionalmente dis- tintos durante el desarrollo encefálico temprano contribuye a una serie más amplia de procesos celulares y moleculares que, por último, producen regiones encefálicas diferenciadas por completo con clases apropiadas de neuronas y glía. Base molecular de la inducción neural Las células madre neurales de la placa y el tubo neural tem- pranos, y posteriormente en el interior de cada región encefálica naciente, deben recibir instrucciones que establezcan su capaci- está expresado en un rombómero donde habitualmente no se ve, la expresión ec- tópica produce cambios en la identidad de los rombómeros y la diferenciación poste- rior. Tal vez los problemas en la formación de los rombómeros son la causa subyacen- te de los defectos congénitos del sistema nervioso que afectan a los nervios cranea- les, los ganglios y las estructuras periféri- cas derivadas de la cresta neural craneal (parte de la cresta neural que se origina en el encéfalo posterior). La relación exacta entre los patrones tempranos de transcripción de genes espe- cíficos de los rombómeros y el desarrollo posterior de los nervios craneales aún es un enigma. No obstante, la corresponden- cia entre estas unidades repetidas en el encéfalo embrionario y unidades repeti- das similares en el desarrollo del cuerpo de los insectos (véase Fig. 22.4) sugiere que la expresión diferencial de los facto- RECUADRO 22B (continúa) Bibliografía Carpenter, E. M., J. M. Goddard, O. Chisaka, N. R. Manley and M. Capecchi (1993) Loss of HoxA-l (Hox-1.6) function results in the reorganization of the murine hihdbrain. Development 118: 1063-1075. Guthrie, S. 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Esto ha sido demostrado elegante- mente en el pez cebra, donde los patrones de expresión genética definen con claridad los rombómeros (Figura C). Las mutacio- nes de estos genes interrumpen la diferen- ciación neural específica de la región en el encéfalo posterior. La idea de que las evaginaciones y los plegamientos en el tubo neural son seg- mentos definidos por patrones de expre- sión de genes proporciona un marco de trabajo atractivo para conocer la base mo- lecular de la formación de patrones en el encéfalo en desarrollo de los vertebrados. 486 CAPÍTULO 22 dad para elaborar células nerviosas específicas de cada región. Está claro que estas ins- trucciones provienen de las células o los tejidos vecinos. Durante la primera mitad del siglo , se definieron las instrucciones necesarias para la gastrulación y la neurulaciónxx mediante el empleo de distintos experimentos clásicos basados en la eliminación o la transferencia de tejidos embrionarios para evaluar la capacidad de las células ectodérmi- cas, mesodérmicas o endodérmicas para formar órganos compuestos por tipos celulares diferenciados. Las células movilizadas adquieren la identidad de la nueva región en la que son colocadas (y reciben así instrucciones basadas en su nueva localización) o retienen una identidad que refleja su posición original (y, por lo tanto, poseen instruccio- nes inmutables de su localización original). Las células que resultan eliminadas se ven compensadas por la proliferación de células locales, lo que produce una disrupción poco notable del desarrollo posterior (proceso denominado regulación embrionaria) o su au- FIGURA 22.5 Vías principales de señalización inductiva en los embriones de vertebra- dos. (A) La notocorda, la placa de suelo y el ectodermo neural embrionarios, así como los tejidos adyacentes como las somitas, producen las señales moleculares que inducen la diferenciación celular y tisular en el embrión de los vertebrados. (B-F) Diagramas de ligandos, receptores y moléculas de se- ñalización intracelular primarias para ácido retinoico (RA); miembros de la superfamilia de FGF y TGF-b (BMP, proteínas morfogenéticas óseas) de hormonas peptídicas; “erizo sónico” ( , shh) sonic hedgehog y la familia Wnt de señales. Cada una de estas vías contribuye al establecimiento inicial del ectodermo neural y la diferenciación posterior de las distintas clases de neuronas y glía en todo el encéfalo. Placa del suelo Eerizo sónico (proteína Shh), ácido retinoico (RA), nogina, cordina Placa del techo familia de TGB- :β proteínas morfo- genéticas óseas, dorsalina; ácido retinoico (RA), nogina Somita BMP Mesodermo presomítico FGF Notocorda Cresta neural (A) (B) Ácido retinoico (RA) RA Receptor de ácido retinoico ¿Proteína fijadora de ácido retinoico? RA Co-A DNA (C) Factor de crecimiento fibroblástico (FGF) MAP cinasa SNF/Grb2 Tirosina-cinasa del receptor Matriz extracelular FGF ras DNA (D) Proteína morfogenética ósea (BMP) BMP Nogina/ cordina Serina-cinasa del receptorCo- SMAD SMAD DNA (E) Wnt no canónico Proteína frizzled PLC DvI WntTirosina-cinasa del receptor huérfano Ca2+ Cn Cdc42 Rho CaMKII NF-AT NF- Bκ PKC AP (F) Wnt canónico DNA β-catenina LEF/TCF Proteína frizzled Desarreglado APC/ axina/GSK3β Wnt (G) Erizo sónico (Shh) Shh Smoothened Proteína patched DNA Gli1 Gli1 DESARROLLO ENCEFÁLICO TEMPRANO 487 sencia interrumpe el desarrollo posterior. Por último, en algunos casos la reubicación de las células produce un cambio completo del programa de desarrollo local. (Por ejemplo, el trasplante del equivalente de las células que definen la fosita primitiva a otra localización en un embrión temprano puede producir la forma- ción de una segunda notocorda y el desarrollo de un segundo sistema nervioso.) En conjunto, estos experimentos mostraron que las interac- ciones entre las células de capas germinativas adyacentes (p. ej., el mesodermo adyacente al ectodermo) resultan esenciales para la identidad regional y celular en el embrión en desarrollo. A comienzos de la década de 1920, estaba claro que la aposición de la notocorda al ectodermo suprayacente es esencial para el establecimiento de células madre neuroectodérmicas y, por lo tanto, para el sistema nervioso central, proceso conocido como inducción neural. Estos experimentos sugirieron que la induc- ción neural se basa en señales aportadas localmente por células o tejidos adyacentes; sin embargo, la prueba final de esta conjetura no surgió hasta comienzos de la década de 1990. En las dos últimas décadas, los enfoques moleculares y ge- néticos han demostrado que la generación de la identidad y la diversidad celulares –de los cuales la inducción neural es solo un ejemplo– es el resultado del control espacial y temporal de diferentes conjuntos de genes por moléculas de señalización en- dógena. La mayor parte de estas señales moleculares son secre- tadas por una clase de células embrionarias o un tejido y luego difunden a través del espacio extracelular para actuar sobre una clase celular o tejido adyacente. Todas las estructuras embriona- rias que son fundamentales para la inducción y la formación de patrones del sistema nervioso central (que incluyen la notocorda, la placa del suelo, la placa del techo y el propio neuroectodermo, así como los tejidos derivados del mesodermo adyacente como las somitas) secretan estas señales inductivas (Figuras 22.5A). Las diferentes clases de receptores transducen las señales en el interior del neuroectodermo para impulsar una mayor diferen- ciación celular. En algunos casos, las señales tienen efectos gra- duados basados en la distancia de las células diana desde el ori- gen. Estos efectos pueden representar un gradiente de difusión de la señal, o la actividad graduada debida al patrón de distribu- ción de receptores u otros componentes de señalización. Otras señales son más específicas en su acción y más efectivas en los límites entre las distintas poblaciones celulares. Los resultados de la señalización inductiva incluyen cambios en la expresión genética, la forma y la motilidad de las células diana. Una de las primeras señales inductivas en ser identificadas fue el ácido retinoico, derivado de la vitamina A y miembro de la superfamilia de hormonas esteroideas/tiroideas (Figura 22.5B). El ácido retinoico es una pequeña molécula lipofílica sintetizada a través de enzimas metabólicas, similar a los esteroides gona- dales y los neurotransmisores de molécula pequeña que activa una clase única de factores de transcripción que también son receptores para el ligando –los receptores retinoides– y mo- dulan la expresión de algunos genes diana. La capacidad de los receptores de ácido retinoico, al unírsele este, para estimular o reprimir la expresión genética depende de coactivadores o corre- presores que forman complejos con los receptores cuando se les une el DNA nuclear. La señalización del ácido retinoico impulsa la diferenciación celular y regula las transiciones entre distintas clases de células madre neurales, lo que conduce a su división terminal para la neurogénesis. La señalización excesiva de reti- noides (debido a una ingesta dietética excesiva o insuficiente de vitamina A o medicaciones a base de retinoides) puede producir defectos de nacimiento graves, que incluyen el cierre incomple- to del tubo neural y otras interrupciones de la morfogénesis en- cefálica temprana (Recuadro 22C). Sin embargo, la mayoría de las moléculas de señalización in- ductiva son hormonas peptídicas. La familia de hormonas pep- tídicas del factor de crecimiento de los fibroblastos (FGF) es uno de los conjuntos más amplio de señales inductivas. Existen 22 ligandos diferentes de FGF codificados por 22 genes en el genoma humano. Todos estos ligandos se unen a las mismas tirosina-cinasas del receptor que inician una cascada de seña- lización basada enla fosforilación a través de la vía de la Ras- MAP cinasa (Figura 22.5C). La activación de la MAP cinasa puede conducir a la expresión alterada de algunos genes diana, en especial los que modulan la proliferación y la diferencia- ción celulares. En mamíferos, incluidos los seres humanos, los FGF8 ha surgido como un regulador particularmente im- portante del desarrollo del encéfalo anterior y el mesencéfalo. Además, los FGF provenientes del mesodermo presomítico (a partir del cual se forman las somitas) regulan la neurogénesis de la médula espinal. Las proteínas morfogenéticas óseas, miembros de la familia de TGF-b de hormonas peptídicas, son de particular importancia para distintos acontecimientos de la inducción y la diferencia- ción neurales. Las distintas proteínas desempeñan papeles en la especificación inicial de la placa neural y en la diferenciación posterior de la porción dorsal de la médula espinal y el encéfalo posterior, y la corteza cerebral. En los seres humanos y otros mamíferos, seis genes distintos codifican seis ligandos de pro- teínas morfogenéticas óseas diferentes. Todos estos ligandos ac- tivan una vía de señalización específica a través de las mismas serina-cinasas del receptor, lo que conduce a la fosforilación y la translocación hacia el núcleo de factores transcripcionales de- nominados SMAD (Figura 22.5D). Después de la fosforilación dependiente de Bmp, tres SMAD –1, 5 y 8– se translocan al nú- cleo, donde influyen en la transcripción de algunos genes diana. En las células , las proteínas morfogenéticasmesodérmicas óseas (como su nombre lo sugiere) producen osteogénesis (for- mación de células óseas). Cuando las células seectodérmicas exponen a estas proteínas, adoptan un destino epidérmico y for- man estructuras asociadas con la piel. ¿De qué modo entonces las células ectodérmicas quedan neuralizadas, dado que las pro- teínas morfogenéticas óseas son secretadas por las somitas y el tejido mesodérmico circundante? Evidentemente, el mecanismo descansa en la actividad local de moléculas adicionales de seña- lización inductiva secretadas, que incluyen Nogina y Cordina –dos miembros de una clase amplia de antagonistas endógenos 488 CAPÍTULO 22 RECUADRO 22C Ácido retinoico: teratógeno y señal inductiva A comienzos de la década de 1930, los investigadores observaron que la deficien- cia de vitamina A durante la gestación en los animales conducía a distintas malfor- maciones fetales. Las anomalías más gra- ves afectaban el encéfalo en desarrollo, que a menudo presentaba malformaciones importantes. Casi al mismo tiempo, en al- gunos estudios experimentales se informó el hallazgo sorprendente de que el exceso de vitamina A podía causar efectos simi- lares. Estas observaciones sugirieron que toda una familia de compuestos retinoi- des –precursores metabólicos o derivados de la vitamina A– son teratógenos. (Tera- togénesis es el término para los defectos del nacimiento inducidos por los agentes exógenos). Entre los retinoides se inclu- yen la forma alcohólica de la vitamina A, la forma aldehídica y la forma ácida de vi- tamina A (retinol, retinal y ácido retinoico, respectivamente). Las consecuencias desastrosas de la ex- posición a los retinoides exógenos durante el embarazo se destacaron a comienzos de la década de 1980, cuando se introdujo el agente Accutane® (nombre comercial de la isotretinoína, o ácido 13-cis-retinoico) como tratamiento para el acné intratable. Las mujeres embarazadas que usaron este medicamento tuvieron un aumento de la cantidad de abortos espontáneos y de ni- ños con distintos defectos. A pesar de la importancia de estos hallazgos, la razón de los efectos adversos de los retinoides sobre el desarrollo fetal se mantuvo en duda has- ta fines del siglo .xx Un conocimiento importante sobre el potencial teratogénico de los retinoides llegó cuando los embriólogos que trabaja- ban sobre el desarrollo de las extremidades en pollos observaron que el ácido retinoi- co imita la capacidad inductiva de una porción del esbozo en las extremidades. Persistía el misterio acerca de qué hace el ácido retinoico (o su ausencia) para influir en el desarrollo o comprometerlo. Un in- dicio esencial llegó a mediados de la dé- cada de 1980, cuando se descubrieron los receptores para el ácido retinoico. Estos receptores eran miembros de la superfami- lia de receptores de hormonas esteroideas/ tiroideas; cuando se unen al ácido retinoi- co o a ligandos similares, los receptores actúan como factores de transcripción para activar genes específicos. Además, un análisis bioquímico cuidadoso demostró que el ácido retinoico activa la expre- sión de genes en el encéfalo en desarro- llo (véase la figura). Entre las estructuras diana más importantes para la regulación por el ácido retinoico, están los genes para otras señales inductivas, incluido el gen del sonic hedgehog (“erizo sónico”, véase Recuadro 22E). Por lo tanto, un exceso o una deficiencia de ácido retinoico puede interrumpir el desarrollo normal, quizá al producir patrones inapropiados de expre- sión de genes inducida por los retinoides. El papel del ácido retinoico como tera- tógeno y molécula de señalización endó- gena implica que los retinoides producen defectos de nacimiento al imitar las se- ñales normales que influyen en la expre- sión genética. La historia brinda un buen ejemplo de cómo se pueden combinar las observaciones teratogénicas, clínicas, ce- lulares y moleculares para explicar una patología del desarrollo aparentemente extraña. Bibliografía Evans, R. M. (1988) The steroid and thyroid hormone receptor superfamily. Science 240: 889-895. Johnson, R. L. and C. J. Tabin (1997) Molecular models for vertebrate limb development. Cell 90: 979-990. LaMantia, A.-S., M. C. Colbert and E. Linney (1993) Retinole acid induction and regional differentiation prefigure olfactory pathway formation in the mammalian fore-brain. Neuron 10: 1035-1048. Lammer, E. J. and 11 others (1985) Retinoic acid embryopathy. N. Engl. J. Med. 313: 837-841. Schardein, J. L. (1993) Chemically Induced Birth Defects, 2nd Ed. 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A la derecha, después de la ingestión materna de una pequeña cantidad de ácido retinoico (0,00025 mg/g de peso materno), la expresión genética se activa de forma ectópica en todo el encéfalo anterior. (B) A la izquierda, el encéfalo de un ratón normal a término; a la derecha, el encéfalo macroscópicamente anormal de un ratón cuya madre ingirió la misma cantidad de ácido retinoico a mediados de la gestación. (A de Anchan y cols., 1997; B de Linney y LaMantia, 1994.) (A) (B) DESARROLLO ENCEFÁLICO TEMPRANO 489 que modulan la señalización a través de la familia de TGF-b (que incluye a las proteínas morfogenéticas óseas)–. Estas mo- léculas antagonistas pueden unirse directamente a las proteínas morfogenéticas óseas e impedir así su fijación a las proteínas receptoras (véase Figura 22.5D). Cuando estas proteínas son bloqueadas de sus receptores “normales”, el neuroectodermo es “rescatado” de convertirse en epidermis y continúa a lo largo de un camino de neuralización. Esta regulación negativa ha re- forzado la especulación de que convertirse en unaneurona es el destino por “defecto” de las células ectodérmicas embrionarias. Sin embargo, una vez establecida firmemente la identidad de los precursores neuronales, las proteínas morfogenéticas óseas pueden actuar sobre los precursores neurales o las neuronas en diferenciación para influir más en su identidad y su destino. Los miembros de la familia de señales secretadas tam-Wnt bién modulan varios aspectos de la morfogénesis del sistema nervioso y la diferenciación neuronal, incluidos algunos aspec- tos de la diferenciación de la cresta neural. Al contrario de otras distintas vías de señalización inductiva, los 10 ligandos Wnt humanos (codificados por 19 genes separados) pueden activar dos cascadas distintas de transducción de señales, las vías “ca- nónica” y “no canónica”. Si bien los investigadores dilucidaron primero la vía canónica, la no canónica actúa durante la morfo- génesis temprana del sistema nervioso. · La , también conocida como vía de po-vía Wnt no canónica laridad de las células planares, regula los movimientos ce- lulares necesarios para el alargamiento de la placa neural y el tubo neural. Aquí, los ligandos Wnt activan las proteínas receptoras (Frizaled) y conducen a cambios en las concentra- ciones intracelulares de Ca2+; como alternativa, los ligandos Wnt pueden unirse a una tirosina-cinasa de receptor huérfana y conducir a la activación de una vía de señalización de Jun cinasa (JnK), pasible de fosforilar algunas estructuras diana intracelulares y conducir a cambios en la forma y la polaridad de las células (Figura 22.5E). · La influye en la proliferación, la adhesiónvía Wnt canónica y la diferenciación celulares después de completada la mor- fogénesis inicial del sistema nervioso (gastrulación y neuru- lación). Esta vía se basa en la activación del receptor Frizzled en presencia de un correceptor (Lrp5/6) que conduce a la es- tabilización de -catenina, un mensajero celular que luego es b translocado al núcleo, donde influye en la expresión genética a través de interacciones con el factor de transcripción TLC/ LEF (Figura 22.5F). Otra hormona peptídica esencial para la inducción del siste- ma nervioso en desarrollo es (“Sonic hedgehog”,erizo sónico Shh). Se cree que esta hormona es particularmente importante para dos fases del desarrollo neural: 1) el cierre del tubo neural, especialmente la línea media anterior (véase Recuadro 22E) y 2) el establecimiento de la identidad de las neuronas –sobre todo las neuronas motoras– en la porción ventral de la médula espinal y el encéfalo anterior. La transducción de señales a través de Shh (Figura 22.5G) requiere la fijación cooperativa de dos proteínas receptoras de superficie, Patched y Smoothened (los nombres se basan en los aspectos de sus respectivos mutantes de Drosophi- la). En ausencia de Shh, se reúne un complejo proteico inhibidor que modula una familia de reguladores transcripcionales (Gli1, 2 y 3, descubiertos originariamente como oncogenes en gliomas). Cuando actúa este complejo inhibidor, solo está disponible Gli3 –reprime la transcripción de genes diana– que es activo en el núcleo. Cuando se presenta Shh, se une a Patched y promueve la acumulación de Smoothened sobre la superficie celular, lo que produce el desacople del complejo inhibidor y permite que Gli1 (o Gli2) sea translocado al núcleo, donde regula positivamente la expresión de genes que establecen la identidad neural. Las señales inductivas integradas establecen la identidad neuronal Las actividades combinadas de ácido retinoico, FGF, proteí- nas morfogenéticas óseas (antagonizadas por Nogina/Cordina), Wnt y erizo sónico especifican un mosaico de factores de trans- cripción en subgrupos de células precursoras en todo el tubo neural en desarrollo. La actividad de estas señales y sus factores de transcripción diana se comprende mejor en la médula espi- nal, donde interactúan para establecer diferencias en la expre- sión genética en la médula espinal dorsal, intermedia y ventral (Figura 22.6A-C). Este mecanismo de señalización y control transcripcional limita secuencialmente la expresión genética en fases posteriores en los precursores neurales y conduce a patro- nes específicos de expresión genética en la progenie neuronal posmitótica. Se cree que factores de transcripción adicionales, también influidos por señales inductivas locales, especifican la integridad neuronal en neuroblastos posmitóticos maduros; tam- bién apoyan la diferenciación específica de posición de las neu- ronas de relevo sensitivo, interneuronas y neuronas motoras en las posiciones dorsal, intermedia y ventral en la médula espinal. Este mecanismo –señalización local que conduce a la variación local en la expresión de factores de transcripción en distintas células precursoras o a neuroblastos posmitóticos tempranos– opera en la totalidad de los sistemas nerviosos central y perifé- rico en desarrollo. La combinación de factores de transcripción necesaria para establecer la identidad de las clases específicas de neuronas a menudo se denomina “código transcripcional”. En efecto, aunque algunas de las moléculas de señalización y factores de transcripción son diferentes, un mecanismo similar establece la identidad para los progenitores neuronales en el en- céfalo anterior (Figura 22.6D), donde la señalización inductiva local y las diferencias transcripcionales entre células prefiguran la morfogénesis y la diferenciación celular en las subdivisiones del encéfalo anterior que incluyen la neocorteza, los ganglios ba- sales, el hipocampo, el encéfalo anterior basal (amígdala y otras estructuras ventrolaterales) y el bulbo olfatorio. Por lo tanto, las señales inductivas, sus receptores y la regulación resultante de la expresión genética (sobre todo de los factores de transcripción expresados localmente) pueden especificar la identidad celular e influir en otros aspectos del desarrollo neural. 490 CAPÍTULO 22 Diferenciación inicial de neuronas y glía El encéfalo humano maduro contiene unos 100.000 millones de neuronas y muchas más células gliales, todas generadas en el curso de solo algunos meses a partir de una población pequeña de células precursoras. La neurogénesis comienza después de com- pletarse la formación inicial de patrones del tubo neural. En este momento, las células precursoras de las distintas regiones encefá- licas tienen diferentes signos de expresión genética que asignan identidades básicas. Estas células precursoras se localizan en la zona ventricular: la capa celular más interna que rodea la luz del tubo neural y una región de extraordinaria actividad proliferativa durante la gestación. Se ha estimado que un ser humano en desa- rrollo genera unas 250.000 neuronas nuevas cada minuto durante el pico de la proliferación celular. A excepción de algunos casos especializados (véase Cap. 25), la totalidad del complemento neu- ronal del encéfalo adulto es producido durante una ventana tem- poral que se cierra antes del nacimiento; en adelante, las células precursoras en su mayor parte desaparecen y, en la mayoría de las regiones encefálicas, pueden agregarse pocas células o ninguna para reemplazar a las perdidas por envejecimiento o lesión. Las células precursoras que se dividen en la zona ventricular sufren un patrón estereotipado de movimientos celulares a me- dida que progresan a través del ciclo celular, lo que conduce a la formación de nuevas células madre o precursoras o neuroblastos (células nerviosas inmaduras) posmitóticos que se diferencian en neuronas (Figura 22.7). La distinción entre los diferentes modos de división celular que dan origen a nuevas células madre o a neu- roblastos es un aspecto esencial del proceso de la neurogénesis. Por lo tanto, la regulación de la división celular, así como la de la expresión de distintos factores transcripcionales, es un determi- nante clave del destino de cualquier célula en el sistema nervioso en desarrollo. Se originan nuevas células madre a partir de las divisiones si- métricasde las células neuroectodérmicas. Estas células se divi- den en forma relativamente lenta y pueden renovarse de manera indefinida. Es sorprendente que las células madre neurales pare- cen adquirir y retener muchas de las características moleculares FIGURA 22.6 Una red integrada de señales locales especifica la identidad neural. (A) Un corte a través de la médula espinal del embrión de pollo muestra la distribución de la señal del erizo sónico (marca violeta) en la notocorda (NC) y la placa del piso (FP). (B) El antagonista de proteí- nas morfogenéticas óseas Nogina (marca azul claro), que ayuda a preservar la identidad neural del ectodermo al prevenir la señalización de proteínas morfogenéticas óseas, está disponible en la placa del techo (RP) y en la placa del piso y la notocorda. Esta imagen es un corte a través de la médula espinal del embrión de ratón; la notocorda del ratón es una estructura algo más pequeña que la del pollo. (C) Interacciones entre Shh (a través de la represión de Gli3), Nogina/Cordina, proteínas morfogenéticas óseas, ácido retinoico y FGF conducen a la expresión (negro) o represión (rojo) de un conjunto de factores de transcripción que distinguen diferentes precursores. Estos distintos precursores, sobre la base de su posición dorsoventral en la médula espinal, continúan para convertirse en neuronas de relevo sensitivo (dorsales), interneuronas (intermedias) o neuronas motoras (ventrales). (D) Un mecanismo similar establece la identidad para los progenitores neurona- les en el encéfalo anterior. FP NC (A) Erizo sónico (Shh) RP (B) Nogina FP NC (C) Placa del techo Neuronas de relevo sensitivo S en si ti v o M o tor Placa del suelo Interneuronas Neuronas motoras FOXA2 Nkx6.1 Nkx2.2 Nkx6.1 PAX6 OLIG2 Nkx6.1 PAX6 IRX3 DBX2 PAX6 IRX3 DBX2 PAX IRX3 DBX1 PAX7 IRX3 PAX6 Factores de transcripción Shh Nog Chrd RA Gli3 BMP RA, FGF BMP4, Wnt3a Fgf8 Shh RA M = Mesencéfalo CP = Placa comisural Cx = Corteza Ht = Hipotálamo MGE = Eminencia ganglionar medial LGE = Eminencia ganglionar lateral OC = Quiasma óptico AVE = Endodermo visceral anterior CP MGE HT LGE Cx M Ojo OC (D) AVE DESARROLLO ENCEFÁLICO TEMPRANO 491 FIGURA 22.7 Las células precursoras neurales sufren mitosis en el interior de la zona ventricular. (A) Las células precursoras en división en el neuroepitelio de los vertebrados están fijadas tanto a la superficie pial (exterior) del tubo neural como a su superficie ventricular (luminal). El núcleo celular se transloca entre estos dos límites en el interior de un cilindro estrecho de citoplasma (la zona ventricular, VZ). Cuando las células están más próximas a la superficie externa del tubo neural, entran en una fase de síntesis de DNA (estadio S). Una vez que el núcleo vuelve a moverse hacia la superficie ventricular (estadio G2), las células precursoras pierden su conexión con la superficie externa y entran en mitosis. Cuando esta se completa, las dos células hijas extienden las prolongaciones nueva- mente hacia la superficie externa del tubo neural, y las células precursoras nuevas ingresan en una fase de reposo (G ) del ciclo celular. En el mismo 1 punto, una célula precursora genera tanto otra célula madre que seguirá di- vidiéndose como una célula hija, un neuroblasto, que no se dividirá más, o dos células hijas posmitóticas. (B) La microscopia confocal permite visualizar la división simétrica orientada verticalmente (línea roja) de una sola célula madre glial radial en la corteza. El cuerpo celular se observa en la superficie ventricular (línea de rayas); las flechas indican el proceso de orientación radial de la célula, que se encuentra en su mayor parte fuera del plano focal necesario para visualizar el cuerpo celular. Una vez que la célula se ha dividi- do, se retienen las prolongaciones radiales. (B de Noctor y cols., 2008.) Neuroblast 1 2 3 4Durante G la célula2, crece y el núcleo migra nuevamente hacia la luz En la mitosis, las células pierden su conexión con la superficie pial y se dividen Las. divisiones simétricas generan dos células madre neurales. Las divisiones asimétricas generan un neuroblasto y una célula progenitor a con potencial mitótico limitado Durante el estadio S, el núcleo y el citoplasma circundante migran hacia la superficie pial y el DNA se replica En G el núcleo está a1 , cerc de la superficie ventricular (A) Luz del tubo neural (ventrículo) Superficie pial Luz del tubo neural (ventrículo) Superficie pial Luz del tubo neural (ventrículo) Superficie pial Estadio G1 M ito sis Estadio S Estadio G2 Estadio G1 M ito sis Estadio G2 Estadio G1 M ito sis Estadio S Estadio G2 Estadio G1 M ito sis Estadio S Estadio\ G2 Luz del tubo neural (ventrículo) Superficie pial Detención en G /neuroblasto1 posmitótico Neuroblastos posmitóticos Estadio S Progenitor Neuroblasto Progenitor Neuroblasto (B) VZ t = 0 10 min 25 min 28 min 30 min 33 min 36 min 57 min 5 µm RECUADRO 22D Neurogénesis: dónde, cuándo y qué En general, el proceso por el cual se gene- ran las neuronas se denomina neurogénesis. De “dónde” proviene una neurona posmitó- tica –la posición y la identidad de su célula progenitora– se denomina . El molinaje - mento (“cuándo”) en el cual se produce la neurogénesis en cualquier neurona particular se denomina fecha de nacimiento neuronal. En algún punto del desarrollo, en las célu- las madre neurales (véase Recuadro 22A) sufren divisiones asimétricas que producen otra célula madre y un precursor neuronal (denominado neuroblasto) que nunca sufrirá nuevamente una división celular. En “qué” se convierte una célula depende de la expre- sión de marcadores moleculares específicos que distinguen cada uno de los muchos tipos de células nerviosas generados durante el desarrollo. Se puede determinar el dónde, el cuándo y el qué de la neurogénesis utilizando técnicas que rastreen los linajes, determinen las fechas de nacimiento y detecten los mar- cadores moleculares que definen la identidad de una neurona. En los animales con sistemas nerviosos extraordinariamente simples, como el gusa- no Caenorhabditis elegans, es posible con- trolar en forma directa por microscopio cada célula madre embrionaria a medida que sufre su serie característica de divisiones celulares y determinar así cuándo nace una neurona específica, así como sus progenitores ini- ciales (linaje). Sin embargo, en el encéfalo mucho más complejo de los vertebrados, este enfoque no es factible. Los linajes de los vertebrados se dilucidan introduciendo un marcador estable en una célula progenitora que será heredado por toda la progenie de ese progenitor; se debe inyectar el marcador tan solo en una célula y luego registrar todas las células que retienen el marcador inyectado (Figura A). Sin embargo, este enfoque no nos cuenta los detalles de la proliferación celu- lar –con qué velocidad las células sintetizan DNA y se dividen, y cuándo los neuroblastos completan la división celular y, por lo tanto, “nacen”–. Para obtener esta información, los neurobiólogos se basan en las características del propio ciclo celular para marcar las célu- las según su fecha de nacimiento. Cuando las células replican activamente el DNA, captan nucleótidos: los bloques de construcción del DNA. Los estudios de fe- cha de nacimiento de las células utilizan un nucleótido marcado que solo puede incor- porarse en el DNA recién sintetizado –por lo general, timidina marcada con titrio o un análogo de la timidina químicamente distin- to (el nucleótido específico del DNA) como bromodesoxiuridina (BrDU)– en un momen- to conocido en la historia del desarrollo del organismo (Figura B). Todas las células ma- dre que sintetizan activamente DNA incor- poran la timidina marcada y la pasan a sus descendientes. Dado que la sonda marcada solo se encuentra disponible durante minutos a horas después de inyectarse en un animal, si una célula siguedividiéndose, se diluyen rápidamente los niveles de la sonda marca- da en el DNA de la célula. Sin embargo, si una célula sufre solo una división única des- pués de incorporar el marcador y produce un neuroblasto posmiótico, esta neurona retiene niveles elevados de DNA marcado en forma indefinida. Una vez que el animal maduró, los cortes histológicos preparados del encé- falo muestran las neuronas marcadas. Las células más marcadas son las que incorpo- raron el marcador inmediatamente antes de su división final; por lo tanto, se indica que “nacieron” en el momento de la inyección. Uno de los primeros conocimientos obteni- dos de este enfoque fue que las capas de la corteza cerebral se desarrollan “de adentro hacia afuera” (véase Fig. 22.8). En algunos ratones mutantes, como los reelers (devana- dores) (véase Recuadro 19B), los estudios de las fechas de nacimiento muestran que las células más viejas terminan por error en las capas más superficiales y las células ge- neradas más recientemente, en las capas más profundas como resultado de una migración defectuosa. Las fechas de nacimiento de las neuronas no revelan en qué momento adquieren carac- terísticas fenotípicas o moleculares específi- cas. Se utilizan métodos de marcaje molecu- lar para determinar la identidad específica de cualquier neurona después de que ha sufrido su división final. Estos métodos están dirigi- dos a detectar RNA mensajero que distingue la expresión genética en una célula compara- da con otra (hibridación in situ; véase Cap. 1) o la presencia de proteínas específicas (inmu- nocitoquímica, veáse Cap. 1). Estos métodos pueden combinarse con el marcaje del linaje y la determinación de la fecha de nacimiento para proporcionar una respuesta bastante am- plia a preguntas clave de dónde, cuándo y qué para la neurogénesis. Bibliografía Angevine, J. B. Jr. and R. L. Sidman (1961) Autoradiographic study of cell migration during histogenesis of the cerebral cortex in the mouse. Nature 192: 766-768. Caviness, V. S. Jr. and R. L. Sidman (1973) Time of origin of corresponding cell classes in the cerebral cortex of normal and reeler mutant mice: An autoradiographic analysis. J. Comp. Neurol. 148: 141-151. Gratzner, H. G. (1982) Monoclonal antibody to 5-bromo and 5-iododeoxyuridine: A new reagent for the detection of DNA replication. Science 218: 474-475. Miller, M. W. and R. S. Nowakowski (1988) Use of bromodeoxyuridine immunohis-tochemistry to examine the proliferation, migration, and time of origin of cells in the central nervous system. Brain Res. 457:44-52. (A) Linaje Inyección de marcador estable Las divisiones adiciona- les diluyen el marcador (B) Fecha de nacimiento [3H]Timidina o BrDU Fase S Fase M (C) Tipo celular diferenciado Marcador con una sonda espe- cífica para glía Marcador con una sonda especí- fica para neuronas DESARROLLO ENCEFÁLICO TEMPRANO 493 de las células gliales. Por lo tanto, en el encéfalo en desarrollo, algunos precursores neurales multipotenciales son indistinguibles de las células gliales radiales que también actúan como sustrato para la migración de neuronas posmitóticas en la corteza cerebral (véase luego). Por el contrario, las neuronas posmitóticas se ge- neran a partir de células que se dividen en forma : una asimétrica de las dos células madre se convierte en un neuroblasto posmitó- tico mientras que la otra vuelve a ingresar en el ciclo celular para dar origen a otra progenie posmitótica por medio de una división asimétrica (véase Fig. 22.7A). Estos progenitores que se dividen en forma asimétrica son molecularmente distintos de las células madre gliales radiales en división (véase Fig. 22.10) y, si bien tienden a dividirse más rápidamente, tienen una capacidad limi- tada de división en el tiempo. A veces se los conoce como células amplificadoras de tránsito porque representan una forma transi- cional entre células madre y neuronas diferenciadas, y explican la en cantidad de las células diferenciadas debido a amplificación su cinética mitótica rápida y sus divisiones asimétricas seriadas. Las diferentes poblaciones de neuronas medulares y los núcleos del tronco del encéfalo, el tálamo y la corteza cerebral se distin- guen por las veces en que se generan sus neuronas componen- tes. Algunas de estas distinciones se ven influidas por diferencias locales en las moléculas de señalización y los factores de trans- cripción que caracterizan a los precursores (véase Fig. 22.6D). En la corteza cerebral, la mayoría de las neuronas de las seis capas corticales se generan de una forma interior-exterior; cada capa consiste en una cohorte de células “nacidas” –y que por lo tanto sufren sus divisiones celulares terminales– en un momento distin- to (Recuadro 22D). Las células que nacen primero se localizan en las capas más profundas; las generaciones posteriores de neuronas migran radialmente desde el sitio de su división final en la zona ventricular, viajan a través de las células más viejas y se ubican superficial a ellas (Figura 22.8; véase en el Recuadro 22F una ex- cepción intrigante a esta regla). Estas divergencias en tiempo de origen celular son compatibles con las diferencias en expresión genética en distintas cohortes de células. En la corteza, las neuro- nas recién nacidas en las capas corticales más inferiores expresan factores de transcripción distintos de aquellos de las neuronas na- cidas más tarde en las capas corticales superiores. En efecto, en la mayoría de las regiones del sistema nervioso central donde las neuronas están dispuestas en estructuras en capas o laminares (el hipocampo, el cerebelo, el colículo superior y la retina), existe una relación sistemática entre las capas, el momento de origen celular y las propiedades moleculares adicionales, que incluyen la expresión de factores de transcripción. En estas regiones encefá- licas, los neuroblastos provenientes de la zona ventricular migran o son desplazados en forma pasiva radialmente y hacia afuera, lo que establece así una relación sistemática entre el momento de la división final de una célula y su posición laminar. La implicación de este fenómeno es que los períodos organizados de neurogéne- sis son importantes para el desarrollo de los tipos celulares y las conexiones que caracterizan las distintas regiones encefálicas. Regulación molecular de la neurogénesis Indudablemente, el modo de división celular en el interior de las poblaciones de células precursoras neurales es un determi- nante esencial de su capacidad futura para generar más células o 30 1 2 3 4a 4b 4c 5 6 Sustancia blanca Capas corticales Día de gestación Día de la inyección de [3H] Timidina (neurogénesis ical)cort 40 50 60 70 80 90 100 110 120 130 140 150 160 Nacimiento FIGURA 22.8 Generación de neuronas corticales. El gráfico cubre un período de unos 165 días durante la gestación de un mono Rhesus. Las divisiones celulares finales de los precursores neuronales, determinadas por la incorporación máxima de timidina radiactiva administrada a la madre pre- ñada (Recuadro 22D), se desarrollan sobre todo durante la primera mitad de la gestación y están completas aproximadamente en el día embrionario 105. Cada línea horizontal corta representa la posición de una neurona muy marcada por la inyección materna de timidina radiomarcada en el momento indicado por la línea vertical correspondiente. Los números romanos a la izquierda designan las capas corticales. Las primeras células generadas se encuentran en una capa transitoria denominada subplaca (algunas de estas células sobreviven en la sustancia blanca) y en la capa cortical I (las células de Cajal-Retzius). (De Rakic, 1974.) 494 CAPÍTULO 22 comenzar a diferenciarse en una neurona madura. En concordan- cia, debe existir una regulación molecular extensa de las capacida- des proliferativa y de diferenciación de las células madre neurales y las neuronas recién generadas en el sistema nervioso en desarro- llo. Las interacciones
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