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Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO Clase 24 TEORÍA GENERAL DE LOS SISTEMAS. CONCEPCIÓN DE CRISIS Y CAMBIO. La teoría general de los sistemas (TGS) reunió, inicialmente, un conjunto de principios de orden matemático y cibernético que trata de explicar el campo de las ciencias en términos organizativos. Esta teoría fue desarrollada a partir de los aportes del biólogo Ludwig Von Bertalanffy a mediados del siglo XX, quien observaba el alto nivel de especialización de las ciencias y la utilización que hacían del método analítico: se hace foco en una parte componente con la esperanza de explicar la totalidad, prescindiendo de ésta. Lo que señala Von Bertalanffy es que en distintos campos disciplinares aparecen preguntas isomórficas y, a partir de allí, se propone la construcción de un enfoque que explique las formas de organización de cada campo y no la naturaleza de los mismos, es decir, no el contenido ni sus componentes. Este corrimiento implicó una mirada no analítica de la realidad. Para ello, el autor recurre a las matemáticas y de allí toma los conceptos de relación y función, entre otros, de manera que se posibilite el entendimiento de la lógica de organización de cada campo sin pretender explicar la totalidad ni la complejidad de los mismos. Esta teoría ha sido ampliamente divulgada y en la actualidad es aplicada al conocimiento de muchas otras realidades, tanto naturales como económicas, medioambientales, sociales, pedagógicas, psicológicas o tecnológicas, habiéndose convertido en el modelo predominante en los estudios de familia. Así es como el objeto de estudio en el modelo sistémico no queda sólo reducido al individuo sino que acentúa los vínculos e interacciones en distintos niveles (privilegiándose el familiar y el socio- comunitario). La importancia de la perspectiva sistémica en relación a la asistencia de adultos mayores radica en la posibilidad de ampliar la mirada en cuanto al cuidado y la calidad de vida de los adultos mayores. En tanto asistentes u acompañantes no basta con encausar el cuidado exclusivamente en cuanto al entrenamiento en habilidades para el manejo del adulto mayor sino que es sumamente necesario fomentar una relación estable entre ambos y la familia o institución –dependiendo de cada caso- y el desarrollo de una comunicación asertiva. TGS: Conceptos básicos Uno de los conceptos principales que aporta este enfoque, como tal como el título lo anticipa, es el de sistema. Se define como un conjunto de elementos en interacción. Es el sistema la unidad que se enfoca desde la propuesta de Von Bertalanffy. Esta propuesta representa un gran salto epistemológico que debemos realizar en tanto acostumbramos a tomar como unidad al individuo –en nuestro caso particular, el adulto mayor. Existen dos Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO clases de sistemas: los sistemas abiertos comprenden aquellos que producen intercambio de materia, energía e información; en los sistemas cerrados no hay tal intercambio. Los sistemas cerrados no se dan en la naturaleza sino que son virtuales o artificiales, y son predecibles por medio de las leyes de la termodinámica y de la probabilidad. La TGS se aboca a la explicación de los sistemas abiertos que no son predecibles por medio de las leyes mencionadas. Los sistemas abiertos tienen principios y reglas que se cumplen invariablemente: 1- Totalidad: el sistema funciona como un todo con identidad, con reglas internas específicas que se dan según sus elementos y relaciones. Las cualidades del todo son diferentes a la suma de las cualidades de las partes componentes. Cuando modifico un elemento o una relación entre un elemento y otro, cambian las propiedades emergentes. Ej: una suma de hilos no forman una red. 2- Equifinalidad: es posible partir de distintas condiciones iniciales y arribar al mismo lugar. El punto de llegada no está determinado por el punto de partida. Por ejemplo: más allá de los elementos componentes de una familia, en general el sistema familiar pasa por una serie de estadíos comunes (conformación de una pareja, fundación de unidad doméstica diferente a la de origen, hijos, institucionalización de los hijos, etc.) 3- Retroalimentación: tiene que ver con el flujo de la información, materia y energía. Es una cualidad según la cual la información enviada desde el sistema al ambiente vuelve a ingresar al sistema. Implica recursividad, circularidad. No hay linealidad causa/efecto porque se establece una dinámica de funcionamiento. Ver la circularidad en un sistema me permite entender el funcionamiento global de éste. No hace falta buscar causas. Hay dos tipos de retroalimentación: a. Retroalimentación positiva o “a tendencia”: implica un aumento de la distancia entre la respuesta inicial y la segunda respuesta estimulada por la primera (ejemplo: situaciones de violencia). b. Retroalimentación negativa o “a constancia”: no hay distancia entre respuestas o tiende a minimizarse. Se trata de mantener el flujo constante. La disciplina que estudia las retroalimentaciones y el control en los sistemas abiertos se denomina cibernética (desarrollada por Norbert Wiener). ¿Ves una mujer vieja o una mujer joven? La percepción humana ejemplifica el principio de totalidad. No es posible percibir ambas a la vez. Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO Homeostasis, crisis y cambio. Con la TGS surge la propuesta de estudiar la interacción humana como un sistema, dejando de mirar únicamente “dentro” de los individuos para enfocarse en el contexto y en el “entre” de los vínculos. La tendencia a la estabilidad o la permanencia y la tendencia al cambio son propiedades de los sistemas. Nos referiremos a la primera de estas tendencias con el nombre de homeostasis. Ambas son antagónicas sólo en apariencia. Los autores se basaron para proponer estos conceptos en el estudio de grupos (permitió explicar la persistencia y la autorregulación) y la teoría de los tipos lógicos (para explicar el cambio que trasciende al sistema). Para aclarar estos procesos hablaremos de dos tipos de cambio: Cambio tipo I: son todos los cambios que se producen para que “nada cambie”, es decir, con los ajustes tendientes a la adaptación y a la constancia. Permiten la conservación y la continuidad del sistema. Corresponde al concepto de homeostasis. Cambio tipo II: incluye cambio en las reglas del sistema, un salto a un nivel lógico superior. Corresponde a lo que llamamos anteriormente tendencia al cambio. Para que se produzca un cambio de tipo II es necesario que se produzca un caos en el sistema que implique un reordenamiento, proceso de transición al que denominamos crisis. Específicamente en el caso de los adultos mayores, podemos pensar que la crisis puede darse por la introducción paulatina de la persona en una nueva etapa de su ciclo vital, como lo es la vejez, que trae consigo ciertas vicisitudes e introduce nuevos elementos que requieren cambios fuera del repertorio que la persona venía teniendo hasta ese momento. Más aún si esos cambios conllevan a la pérdida de autonomía de la persona mayor. La crisis, desde la perspectiva sistémica, es un acontecimiento natural, que ofrece la oportunidad de cambio y adaptación a un nuevo nivel de desarrollo. El sistema en estado de crisis reacciona con cambios no específicos de su estructura, que involucran a todos sus miembros, con alteraciones en las reglas de funcionamiento, los roles, las fronteras, determinando confusión en las relaciones; todo lo cual hace que la familia del geronte aparezca desorganizaday disfuncional en grados variables. Todos los miembros se ven involucrados en la renegociación de las interacciones, porque ciertas formas de relacionarse que hasta el momento eran válidas ahora dejan de funcionar o ya no son útiles como antes. El envejecimiento y la vejez de una persona que no puede realizar sus actividades de la vida diaria sin cierto grado de asistencia genera nuevas tareas, desafíos y riesgos para el sistema en su totalidad. Como el sistema es un todo organizado e interdependiente, el cambio en uno de sus miembros provoca un cambio en los otros. Si hay una crisis en un adulto mayor, inevitablemente debe tenerse en cuenta a la familia. Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO Axiomas de la comunicación El salto epistemológico producido por la TGS dio lugar a múltiples investigaciones y producciones teóricas, entre las que destacaremos la teoría de la comunicación humana de Paul Watzlawick. Dicha teoría pretendió dar cuenta de todos los fenómenos de la comunicación humana centrándose en aspectos observables –es decir, no busca la coherencia de la comunicación en el discurso sino en la interacción que se produce. Propone los 5 axiomas de la comunicación como principios irreductibles que se presentan en toda comunicación humana independientemente de las condiciones en la que se produzca: Es imposible no comunicar. Aun cuando intentamos no comunicar nada, todo lo que hacemos transmite un mensaje a otras personas. Toda conducta es comunicación y como no existe la “no conducta”, incluso el no hacer nada ya está comunicando algo. Toda comunicación tiene dos aspectos: uno de contenido y uno de relación. Este último marca o define al primero. Esto significa que la comunicación tiene dos niveles jerárquicos de organización: por un lado lo que se comunica (el contenido) – el “qué”- y por el otro la relación -“cómo”, “cuándo”, “dónde” y “a quién”-. Las palabras son sólo una parte de la comunicación, ya que otros aspectos definen cómo deberían entenderse (postura, tono de voz, gestos, situaciones, etc.). Importa mucho menos lo que decimos que a quién se lo decimos. El lenguaje modela las relaciones que se establecen entre los comunicantes. La relación comunicacional depende de la puntuación que hagan los comunicantes de la secuencia de la comunicación. La puntuación remite a la ubicación que cada interlocutor hace del punto de partida de la interacción en una secuencia de intercambios sucesivos. Si dos personas que se comunican ubican diferentes puntuaciones, se observarán conflictos en la comunicación. Toda comunicación se produce en dos claves: digital y analógica. La clave digital define aspectos de contenido y la analógica define los de relación. Los aspectos analógicos comprende los componentes no verbales del lenguaje, mientras que la parte digital remite al código –arbitrario- que utilizamos para comunicarnos: las palabras. Los aspectos digitales permiten una comunicación mucho más precisa. EL problema surge cuando se observan divergencias entre ambas claves, generando confusiones. En toda comunicación humana se juegan relaciones de poder y estas pueden adquirir dos formas básicas: simetría o complementariedad. Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO En una comunicación simétrica, los interlocutores tienen la misma posición de poder. Así si uno ataca al otro, por ejemplo, recibirá probablemente otro insulto a cambio. En una relación complementaria, el poder de uno es superior al de otro. No es necesario que la diferencia de poder sea real (por ejemplo, puede suceder en una relación sentimental de pareja donde se esperaría que los roles sean simétricos). Palabras finales Hemos visto que actualmente el envejecimiento de la población se considera uno de los fenómenos demográficos de mayor trascendencia a nivel mundial. Este hecho se asocia con un aumento de la incidencia y prevalencia de las enfermedades crónicas y de otras situaciones que requieren de cuidados y de asistencia para que gran parte de los adultos mayores pueda realizar actividades de su vida cotidiana y mejorar su calidad de vida. Ciertas patologías suponen para la familia una situación nueva y estresante, que rompe la lógica de los acontecimientos vitales y genera, tanto en la persona que la padece como en el resto de familiares, sentimientos de incertidumbre, frustración y miedo. Entre otros desafíos, muchos adultos mayores y sus familias deben hacer frente a desafíos varios como, entre otros: a) la aceptación y el compromiso de asumir nuevos roles y tareas que, a su vez, implican una reorganización de la vida familiar cotidiana, b) la responsabilidad de afrontar nuevas situaciones económicas y c) la necesidad de un ajuste emocional que ayude a comprender, aceptar y dar sentido a los cambios propios del envejecimiento –sea este fisiológico o patológico-. La presencia de cuidadores –sean informales (por ejemplo, un familiar a cargo) o formales –un asistente contratado y formado para ello- supone cierta transformación de rutinas, hábitos y estilos de vida habituales. Ampliando nuestra mirada podremos desempeñar nuestras funciones de manera más adecuada al contexto, comprendiendo las interacciones y la reciprocidad que se establece entre el adulto mayor y las personas significativas en su ambiente inmediato. Así también contribuye al desarrollo de una actitud flexible en el asistente ante procesos críticos que se suceden a lo largo de la experiencia de cuidado, como son la (re)organización y la toma de decisiones dentro de la unidad familiar. Hasta el momento, la atención y el apoyo profesional se ha desarrollado mayoritariamente atendiendo a las carencias, problemas y dificultades que tiene el adulto mayor y su familia, obviando, casi por completo, aquello que ellos saben, quieren y pueden hacer. Una mirada más amplia permitiría considerar que las personas, sin importar lo importa lo angustiosa o comprometida que pueda ser la situación que estén viviendo, poseen recursos que permiten y apoyan el cambio, el crecimiento y el desarrollo positivo. Aunque a veces estos puedan quedar oscurecidos por los múltiples desafíos que surgen durante todo el proceso. Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 5580175 Consulta por nuestras sedes en www.institutoicr.com.ar A. GERONTOLÓGICO
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