Logo Studenta

Resumen clases 10, 11,12, 13

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Resumen clases 10, 11, 12, 13.
Clase 10 FACTORES SENSORIALES Y PERCEPCIÓN. CAMBIOS RELACIONADOS CON EL ENVEJECIMIENTO 
Los sentidos cambian con la edad 
A medida que envejecemos, los sentidos van sufriendo transformaciones que van cambiando la forma en que nos brindan información sobre nuestro organismo y acerca del mundo que nos rodea. Estos sentidos se vuelven menos agudos y esto puede hacer que nos sea más difícil notar los detalles. En general, los cambios sensoriales pueden afectar el estilo de vida en la medida que acarrean dificultades de diversa índole, como por ejemplo: problemas en la comunicación, dificultad para disfrutar de actividades y permanecer involucrado con otras personas, e inclusive pueden llevar al aislamiento. 
Nuestros sentidos reciben información del ambiente. Esta información puede ser en forma de sonido, luz, olores, sabores y tacto. El responsable de procesar esta información se denomina sistema sensorial y forma parte del sistema nervioso. 
Sistemas sensoriales 
Un estímulo es una forma de energía, de distintos tipos, que proviene del interior o exterior del organismo y es capaz de despertar una respuesta sensitiva. Aquello que recibimos mediante nuestros sentidos se convierte en señales nerviosas que son transportadas al cerebro, y allí es donde estas señales se convierten en sensaciones significativas. 
El sistema sensorial está formado por receptores sensoriales (células especializadas que reciben los estímulos del medio y transforman su energía en señales nerviosas) y partes del cerebro encargadas del procesamiento de los estímulos recibidos. Los principales sistemas sensoriales son: la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato. 
Existen diferentes estímulos y de diferente cualidad (distintos tipos, intensidades, localizaciones y duraciones) y receptores que responden adecuadamente a ellos. Entre ellos podemos mencionar: los fotorreceptores (ubicados en la retina –en el ojo- detectan cambios de la luz), los termorreceptores (detectan variaciones de la temperatura), los mecanorreceptores (responden a diversas clases de estímulos al tacto). La localización del receptor será lo que dará la información al cerebro sobre el lugar donde se está produciendo del estímulo (por ejemplo, estimular un mecanorreceptor en un dedo enviará la información al cerebro sobre ese dedo). 
En animales y seres humanos existen órganos específicos para recibir determinados tipos de energía. Son los órganos de los sentidos u órganos sensitivos. Cada uno de ellos agrupa receptores similares y otros tejidos no nerviosos.
Se requiere una cierta cantidad de estimulación antes de que se haga consciente de la sensación. Este nivel mínimo de sensación se denomina umbral. El envejecimiento eleva este umbral, por lo que el adulto mayor necesitará más estimulación para hacerse conciente de sus sensaciones. 
El envejecimiento puede afectar todos los sentidos, pero normalmente la audición y la visión son los más afectados. Los dispositivos como anteojos y audífonos, junto con los cambios en el estilo de vida, pueden mejorar la capacidad de oír y ver. 
Audición 
Los oídos tienen dos funciones: una es oír y la otra es mantener el equilibrio. La audición se presenta después de que las vibraciones sonoras impactan el tímpano, el cual vibra y lleva el movimiento hacia el oído interno. Las vibraciones se convierten en señales nerviosas en el oído interno y son transportadas al cerebro por medio del nervio auditivo. 
El equilibrio se controla en el oído interno. El líquido y las pequeñas vellosidades en el oído interno estimulan al nervio auditivo. Esto le ayuda al cerebro a mantener el equilibrio. 
A medida que envejecemos, las estructuras dentro del oído comienzan a cambiar y sus funciones disminuyen. La capacidad para captar los sonidos disminuye. También puede haber problemas para mantener el equilibrio al sentarse, pararse o caminar. 
La pérdida de audición relacionada con la edad se denomina presbiacusia. Afecta a ambos oídos. La audición, generalmente la habilidad de escuchar sonidos de alta frecuencia, puede disminuir. También podemos tener problemas para notar las diferencias entre ciertos sonidos, o también para escuchar una conversación cuando hay ruido de fondo. Una manera de manejar la hipoacusia es mediante la adaptación de audífonos. 
El ruido anormal y persistente en el oído (tinnitus) es otro problema común en los adultos mayores. Las causas del tinnitus pueden incluir acumulación de cerumen (cera) o medicamentos que dañan las estructuras en el interior del oído. Si la persona tiene tinnitus, debe consultarse con el médico cómo manejar la afección. 
El tapón de cera también puede causar dificultad para oír y es común con la edad. El médico puede extraerlo. 
1) La ondas sonoras ingresan por el pabellón de la oreja e impactan contra el tímpano. 2) El tímpano vibra, ocasionando el movimiento de una cadena de pequeños huesecillos. 3) El movimiento impacta contra el órgano de corti, donde están las células encargadas de recibirlo y estimular el nervio auditivo. 4) el nervio auditivo lleva la información sonora hacia la corteza auditiva del cerebro y el área de Wernicke. 
Visión
 La visión se presenta cuando la luz es procesada por el ojo e interpretada por el cerebro. La luz atraviesa la superficie transparente del ojo denominada córnea. Continúa a través de la pupila, la abertura hacia el interior del ojo. La pupila se vuelve más grande o más pequeña para controlar la cantidad de luz que entra a este órgano. La parte coloreada del ojo se denomina iris. Se trata de un músculo que controla el tamaño de la pupila. Después de que la luz atraviesa la pupila, llega al cristalino. El cristalino enfoca la luz sobre la retina (la parte posterior del ojo). La retina convierte la energía luminosa en una señal nerviosa que el nervio óptico lleva al cerebro, donde se interpreta. 
Todas las estructuras del ojo cambian con la edad. La córnea se vuelve menos sensible, de modo que podemos no notar lesiones en el ojo. Hacia los 60 años de edad, las pupilas pueden disminuir a aproximadamente un tercio del tamaño que tenían a los 20 años de edad. Las pupilas pueden reaccionar más lentamente en respuesta a la oscuridad o a la luz brillante. El cristalino se vuelve amarillento, menos flexible y ligeramente opaco. Las almohadillas de grasa que brindan soporte al ojo se reducen y los ojos se hunden en las órbitas. Los músculos oculares se vuelven menos capaces de rotar completamente el ojo. 
Con el proceso del envejecimiento, la nitidez de la visión (agudeza visual) del adulto mayor puede disminuir gradualmente. El problema más común es la dificultad para enfocar los ojos en objetos cercanos. Esta afección se denomina presbiopía o presbicia. Los anteojos para leer, los anteojos bifocales o los lentes de contacto pueden ayudar a corregir la presbiopía. 
Es posible que el adulto mayor sea menos capaz de tolerar el resplandor. Por ejemplo, el resplandor de un piso brillante en un salón iluminado por el sol puede dificultar la movilización en espacios interiores. Puede tener dificultad para adaptarse a la oscuridad o a la luz brillante. Los problemas con el resplandor, la luz brillante y la oscuridad pueden hacer que renuncie a conducir vehículos por la noche. 
Además, es más difícil diferenciar azules y verdes que diferenciar rojos y amarillos. El uso de colores contrastantes cálidos (amarillo, naranja y rojo) en el hogar puede mejorar su capacidad para ver. Mantener una luz roja encendida en los recintos oscuros, como los pasillos o el baño, hace más fácil ver que utilizar una luz nocturna regular. 
Con la edad, la sustancia gelatinosa (humor vítreo) que se encuentra dentro del ojo comienza a reducirse. Esto puede crear unas partículas pequeñas llamadas “moscas volantes” o “cuerpos flotantes” en su campo visual. En la mayoría de los casos no reducen la visión pero es necesario consultar con un oftalmólogo si aparecen súbitamente o aumentan rápidamente en número. 
La reducción de la visión periférica (visiónlateral) es común en las personas mayores. Esto puede limitar sus actividades y su capacidad de interactuar con otros. Puede ser difícil comunicarse con personas que se sientan a su lado porque no las puede ver bien. Además, conducir un vehículo puede volverse peligroso. 
Los músculos oculares debilitados pueden evitar que mueva los ojos en todas las direcciones. Puede ser difícil mirar hacia arriba. El área en la cual se pueden ver los objetos (campo visual) se hace más pequeña. 
Adicionalmente, los ojos que envejecen pueden no producir suficientes lágrimas. Eso lleva a que se resequen. Cuando la resequedad en los ojos no se trata, se puede presentar infección, inflamación y cicatrización de la córnea. Se puede aliviar la resequedad en los ojos usando gotas oftálmicas o lágrimas artificiales. 
Los trastornos oculares comunes que provocan cambios en la visión que NO son normales incluyen: 
 Cataratas: nublado del cristalino del ojo 
 Glaucoma: aumento en la presión del fluido en el ojo 
 Degeneración macular senil: enfermedad de la mácula (una mancha amarilla localizada en la retina, especializada en la visión fina de los detalles) que causa pérdida de visión 
 Retinopatía: enfermedad en la retina generalmente provocada por la diabetes o la hipertensión arterial. 
 Gusto Y Olfato 
Los sentidos del gusto y el olfato trabajan juntos. La mayor parte de los sabores están asociados con olores. El sentido del olfato comienza en los receptores nerviosos ubicados en la parte alta del revestimiento de la nariz. 
 
Tenemos alrededor de 9,000 papilas gustativas. Nuestras papilas gustativas perciben los sabores dulce, salado, ácido, amargo y umami. Umami es un sabor asociado con alimentos que contienen glutamato, como pescados y mariscos, hongos comestibles, el té verde y la leche materna. Usualmente se asociaban los diferentes sabores a distintos sectores de la lengua. Hoy en día sabemos que no es así. 
El olfato y el gusto juegan un papel importante en la seguridad y el disfrute de los alimentos. Una comida deliciosa o un aroma placentero pueden mejorar la interacción social y el disfrute de la vida. El gusto y el olfato también nos permiten detectar peligros, como comida descompuesta, gases y humo.
El número de papilas gustativas disminuye con la edad. Cada papila gustativa que queda también comienza a encogerse. La sensibilidad a las cinco sensaciones gustativas a menudo disminuye después de la edad de 60 años. Además, la boca produce menos saliva a medida que se envejece. Esto puede causar resequedad en la boca que puede afectar el sentido del gusto. 
El sentido del olfato puede llegar a disminuir, especialmente después de la edad de 70 años. Esto puede estar relacionado con la pérdida de terminaciones nerviosas y la menor producción de moco en la nariz. El moco ayuda a que los olores permanezcan en la nariz el tiempo suficiente para que sean detectados por las terminaciones nerviosas. También ayuda a eliminar los olores de dichas terminaciones.
 Ciertos factores ayudan a acelerar la pérdida de los sentidos del gusto y del olfato. Estos incluyen enfermedades, tabaquismo y exposición a partículas dañinas en el aire.
 La disminución del gusto y el olfato puede reducir el interés y el placer al comer. El adulto mayor puede no ser capaz de detectar ciertos peligros si no puede percibir olores como el gas natural o el humo de un incendio. Algunas medidas posibles que pueden ayudar son:
 Cambiar a un medicamento distinto si el medicamento que toma está afectando su capacidad para oler y saborear.
 Usar condimentos distintos o cambiar la manera en la que prepara los alimentos.
 Comprar productos de seguridad como detectores de gas que emitan alarmas que pueda escuchar. 
Tacto, Vibración y Dolor 
El sentido del tacto nos pone al tanto de vibraciones, dolor, temperatura, presión y posición del cuerpo. La piel, los músculos, los tendones, las articulaciones y los órganos internos tienen terminaciones nerviosas (receptores) que detectan estas sensaciones. Algunos de los receptores le dan al cerebro información acerca de la posición y estado de los órganos internos. Aun cuando nosotros podamos no estar al tanto de esta información de manera consciente, nos ayuda a identificar cambios (por ejemplo, el dolor de una apendicitis). 
El cerebro interpreta el tipo y cantidad de sensación táctil. También interpreta la sensación como placentera (como, por ejemplo, estar cómodamente caliente), desagradable (como, por ejemplo, estar muy caliente) o neutral (como ser consciente de que se está tocando algo). 
Con la edad, las sensaciones pueden verse reducidas o modificadas. Estos cambios pueden suceder debido a una disminución del flujo sanguíneo a las terminaciones nerviosas o a la médula espinal o al cerebro. La médula espinal transmite señales nerviosas y el cerebro las recibe, procesa e interpreta. 
Los problemas de salud tales como una falta de ciertos nutrientes también pueden causar cambios en las sensaciones. La cirugía cerebral, los problemas en el cerebro, la confusión y el daño en los nervios a raíz de lesiones o enfermedades crónicas como la diabetes también pueden provocar cambios en la sensibilidad. 
Los síntomas de cambios en las sensaciones varían según la causa. Con la disminución de la sensibilidad a la temperatura, puede ser difícil establecer la diferencia entre fresco y frío o caliente y tibio. Esto puede incrementar el riesgo de lesiones a raíz de congelación, hipotermia y quemaduras. 
La reducción de la capacidad para detectar la vibración, el tacto y la presión aumenta el riesgo de lesiones, incluso las úlceras de decúbito (llagas en la piel que aparecen cuando la presión corta el flujo sanguíneo a la zona). Después de la edad de 50 años, muchas personas presentan una reducción de la sensibilidad al dolor. O pueden sentir y reconocer el dolor, pero este no le molesta. Por ejemplo, cuando se lesionen, posiblemente no sepan cuán grave es la lesión, debido a que el dolor no le molestará. 
Pueden tener problemas para caminar debido a la reducción de la capacidad para percibir dónde está el cuerpo en relación con el suelo. Esto puede producir caídas, un problema frecuente para las personas mayores. 
Las personas mayores pueden volverse más sensibles al tacto suave debido a que su piel es más delgada. 
Si el adulto mayor le comunica que ha notado cambios en el tacto, el dolor o problemas para permanecer de pie o caminar, deben hablar con el médico. Puede haber maneras de manejar los síntomas. Las siguientes medidas pueden ser de utilidad:
 Reducir la temperatura del calentador de agua a no más de 49ºC para evitar quemaduras. 
 Revisar el pronóstico cada día y usar termómetro para decidir cómo vestirse en vez de esperar hasta que se sienta acalorado o con frío.
 Revisar la piel, especialmente de los pies, en busca de lesiones. Si encuentra una, trátela. NO suponga que la lesión no es seria porque la zona no presenta dolor. 
Sensopercepción 
En este punto, es necesario realizar algunas precisiones conceptuales. La sensación es aquello que experimenta una persona a partir de los estímulos que recibe mediante los cinco sentidos. La percepción, por su parte, supone el registro y el reconocimiento de la realidad física a través de la organización de estas sensaciones. 
La idea de sensopercepción, de este modo, está asociada al proceso que permite la captación de los estímulos físicos y su interpretación vía la actividad cerebral. Este proceso comienza con la detección del estímulo a través de un órgano sensorial (como el oído), continúa con la conversión del estímulo en señales que se transmiten al cerebro como impulsos nerviosos y finaliza con el procesamiento de las señales para su interpretación. 
Es importante destacar que la sensopercepción trasciende la biología, ya que las cualidades y las características psicológicas inciden en el procesamiento y la interpretación de los estímulos. De esta manera, la educación, la fe y la ideología intervienen en el modo en que una persona le da un sentido a los estímulossensoriales. Supongamos que dos personas, a través del sentido de la vista, observan que sale humo de una montaña. Uno de estos individuos entiende que el humo se asocia a la erupción de un volcán, mientras que el otro sujeto considera, en cambio, que el humo procede del infierno y que la población local está a punto de ser castigada por su conducta. 
Suele decirse que la sensopercepción es la capacidad que tiene una persona de interactuar con el mundo externo y de internalizar los estímulos que registra de él. Como se puede apreciar a partir de este ejemplo, aunque el estímulo físico sea el mismo (en este caso, humo que procede de una montaña y que se capta a través de la vista), la interpretación puede ser muy diferente
El hecho de que la sensopercepción no sea idéntica para todos los individuos no significa que no existan límites para considerarla “correcta”. De hecho, existen ciertos trastornos que afectan este fenómeno del cual dependemos para ubicarnos dentro del espacio y el tiempo. 
Trastornos de la sensopercepción 
Podemos agrupar los trastornos de la sensopercepción en transtornos cuantitativos y trastornos cualitativos. Este primer tipo de trastornos puede producirse debido a un aumento o a una disminución fuera de lo normal de la percepción a través de los sentidos.
 Trastornos por exceso:
Consiste en el aumento exagerado en la cantidad de percepciones. Por ejemplo, las drogas pueden generar que un individuo advierta muchos más estímulos de lo normal en un misma situación, y esto se conoce con el nombre de hipermetamorfosis de Kernicka;
 - cuando aumenta la intensidad de cada estímulo, de forma tal que puedan causar daños a la persona. Un claro ejemplo es una situación en la cual un ruido produzca graves molestias. En este caso se habla de hiperestesia; 
- si aumenta la riqueza de la sensopercepción, como cuando una persona advierte un sin fin de matices en los estímulos que no son evidentes para el resto. 
Trastornos por defecto: 
-si la intensidad de la sensopercepción disminuye, la nitidez es menor y este fenómeno se conoce como hipoestesia; 
-la vivencia del mundo real disminuye, o sea que la participación de la realidad pierde fuerza. En este caso se habla de despersonalización. En este estado, las personas se sienten extrañas a sí mismas, a su cuerpo y al ambiente que los rodea. Cuando son los objetos y el entorno quienes se debilitan en la percepción, entonces el concepto más adecuado es desrealización; 
-cuando un individuo comienza a sentir que lo que vive no es espontáneo, sino impuesto. 
Otras alteraciones de la sensopercepción, siguiendo un criterio cualitativo, son las alucinaciones, pseudoalucinaciones y las ilusiones que pueden causar todo tipo de alteraciones físicas en la percepción del entorno. Los delirios NO son alteraciones de la percepción, por más que puedan influir en la interpretación de los estímulos sensoriales recibidos.

Continuar navegando

Materiales relacionados

69 pag.
PERCEPCION_2015

UNAM

User badge image

enriqueme34

9 pag.
clase_10

SIN SIGLA

User badge image

Maria Victoria Pintos

258 pag.