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NOTAS Modulo 5

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Módulo 5 
Diapositiva 14 
Aspectos generales del desarrollo del cultivo de la soja 
El esquema muestra el ciclo de desarrollo del cultivo de soja. Una vez sembrado y 
emergido el cultivo, se van sucediendo las diferentes etapas ontogénicas (del desarrollo), 
primero vegetativas (generación de hojas) y posteriormente, reproductivas (generación de 
vainas, flores y luego frutos, que es el órgano de cosecha). La sucesión de etapas y su 
duración tienen control genético y también ambiental (temperatura y fotoperíodo). Así, la 
duración de las etapas de desarrollo en términos de días podrá variar de acuerdo a la 
latitud (zona de producción) y época del año. Para cada fenofase o fase del desarrollo 
(e.g. siembra-floración) el cultivo requiere “acumular” un determinado tiempo térmico (°C 
día), que se acumula por sobre una determinada “temperatura base”, que es variable de 
acuerdo a la fase ontogénica considerada. En este sentido es importante considerar tres 
temperaturas de referencia propuestas en el modelo de tiempo térmico: (1) la temperatura 
base (por debajo de la cual no hay progreso en el desarrollo), temperatura óptima (donde 
la tasa de desarrollo es máxima o la duración de la fase mínima) y la temperatura máxima 
(por sobre la cual tampoco hay progreso en el desarrollo). Estas tres temperaturas varían 
según la fase de desarrollo considerada. 
El tallo principal y sus ramificaciones presentan yemas axilares, que generan primordios 
de hojas (que al expandirse dan lugar a las hojas). Los ápices o yemas axilares del tallo 
principal y sus ramificaciones cambian de estado vegetativo a reproductivo cuando se 
presentan condiciones ambientales “inductoras”, como por ejemplo días cortos. Este 
proceso se inicia entre el tercer y sexto nudo del tallo principal y progresa hacia arriba y 
abajo del tallo principal. Cuando mayor es el grupo de madurez (GM), mayor es la 
respuesta al fotoperíodo (horas de luz diaria). La dinámica del desarrollo del cultivo de 
soja es compleja, ya que depende del hábito de crecimiento (HC) del cultivar. A diferencia 
del girasol, donde la inducción de la floración ocurre en un determinado momento 
(iniciación floral) y a partir de allí la generación de hojas se detiene y comienza la 
producción de estructuras reproductivas, en soja existe una superposición de las fases 
vegetativas y reproductivas, que es mayor en los cultivares con HC indeterminado. En los 
cultivares con HC semideterminado, la superposición es intermedia entre los HC 
determinados e indeterminados. La superposición de etapas vegetativas y reproductivas 
de la soja es un atributo interesante ya que le confiere capacidad de compensación ante 
factores estresantes (e.g. plagas, enfermedades, etc.) que pudieran afectar estructuras 
vegetativas (hojas) o reproductivas (flores y vainas). 
Etapa siembra-emergencia 
Se inicia con la siembra de la semilla en el suelo. En primer lugar ocurre la imbibición de 
las mismas, en la cual las semillas absorben hasta el 50% de su peso en agua. Si las 
semillas son viables (están vivas), se produce una reactivación del metabolismo. La 
temperatura base para que ocurra la germinación de la soja es de aproximadamente 
11°C. La germinación se evidencia cuando la radícula se observa por fuera del 
tegumento de la semilla. Posteriormente el hipocótile se expande elevando los cotiledones 
(primeras hojas) y el pequeño epicotile por sobre la superficie. Cuando el 50% de las 
plántulas están emergidas se alcanza el estado de VE. La etapa de siembra-emergencia 
es la más crítica del cultivo, ya que es donde se define el stand de planta y su área foliar, 
muy importante para el crecimiento del cultivo y la generación del rendimiento. 
A pocos días de ocurrida la emergencia del cultivo, comienza la infección de los pelos 
radiculares de la raíz por bacterias Bradyrhizobium japonicum (bacterias de “rizobios”) que 
darán lugar a nódulos, en donde tendrá lugar la fijación biológica del nitrógeno (FBN) 
atmosférico. Las leguminosas, tienen la capacidad de fijar el nitrógeno presente en la 
atmósfera (el aire atmosférico tiene aprox. 78% de nitrógeno molecular) y transformarlo 
en formas aprovechables para la planta (amonio). Para las condiciones del área núcleo 
sojera, aproximadamente la mitad del requerimiento del N proviene de la FBN, aunque el 
rango de contribución es considerable dependiendo de la región agro-ecológica y 
condiciones de producción. En lotes con historia agrícola sojera, estas bacterias están 
presentes en el suelo y son capaces de producir nódulos y fijar nitrógeno. Sin embargo, la 
inoculación es muy recomendada ya que la misma puede incrementar el rendimiento en 
5-15% a un costo muy bajo y además aporta bacterias más efectivas e infectivas para 
lograr nódulos respecto de las bacterias nativas en el suelo. 
Etapas vegetativas 
Una vez que emergen los cotiledones, las dos primeras hojas son unifoliadas (un solo 
folíolo por hoja) y opuestas, mientras que todas las demás hojas son trifoliadas (hojas 
compuestas por tres folíolos) y alternas. Durante los diferentes estados vegetativos 
(denominados V1, V2, V3, indicando la cantidad de nudos). La altura de las plantas 
dependerá del GM y HC del cultivo y de la fecha de siembra. El área foliar es muy 
relevante ya que es el encargado de la fotosíntesis, proceso por el cual se transforma la 
radiación solar en energía química contenida en los fotoasmilados (hidratos de carbono), 
que serán utilizados para el crecimiento del cultivo y la generación de biomasa área. 
Etapas reproductivas 
El comienzo de floración (R1) se inicia cuando se abre una flor en cualquier nudo del tallo 
principal. En general esto ocurre entre el tercer y sexto nudo y progresa hacia arriba y 
abajo del mismo. En las ramificaciones esto ocurre unos días posteriores. Como se 
mencionó antes, en la soja hay una superposición de fases vegetativas y reproductivas. 
Esto significa que durante la etapa de floración (R1 y R2) el cultivo continua generando 
hojas, dependiendo del HC y GM. Luego de la floración continúa la etapa de formación de 
vainas (R3 y R4), en donde se forman las estructuras que contendrán a las semillas 
(vainas). Posteriormente ocurre el crecimiento de la semilla o llenado de granos (R5 y 
R6), que es la etapa crítica de la definición del rendimiento en la soja. Cualquier evento de 
estrés en esta etapa (e.g. sequía, plagas, enfermedades, etc.) impactará de un modo 
considerable en el rendimiento en grano. Cuando las semillas alcanzan su máximo peso, 
se denomina estado de “madurez fisiológica” (R7). El tesado de R8 se alcanza cuando el 
95% de las vainas han alcanzado el color de la madurez. Para iniciar la cosecha el cultivo 
debe tener una humedad de aprox. 15%. 
Diapositiva 15 
La escala fenológica (o de desarrollo) más utilizada en soja es la de Fehr y Caviness. La 
misma divide el ciclo en diferentes estados vegetativos (VE, VC, V “n”) y reproductivos 
(R1, R2…R “n”). En los estados vegetativos el número se refiere a la cantidad de nudos. 
Así por ejemplo “V2” significa estado vegetativo, con dos nudos. En cuando a las etapas 
reproductivas, se contemplan en esta escala ocho estados reproductivos, agrupados de a 
dos, en cuatro etapas: 
1-Floración (R1 y R2) 
2-Formación de vainas (R3 y R4) 
3-Crecimiento de semillas o llenado de granos (R5 y R6) 
4-Madurez (R7 y R8). 
Como se mencionó antes, la etapa de llenado de granos es la más crítica en el cultivo de 
soja en cuanto a la generación del rendimiento. En términos prácticos, esto implica que 
por más que el cultivo haya llegado en buenas condiciones hasta la etapa de llenado de 
granos, cualquier factor adverso que pueda incidir en esta etapa (e.g. sequía, plagas, 
enfermedades, etc.) impactará de un moco considerable en el rendimiento. 
Diapositiva 16 
La foto muestra la imagen de una plántula de soja. Se denominaplántula a las plantas de 
soja recientemente emergidas en donde se puede observar aún las hojas cotiledonales, la 
primera hoja unifoliada (un solo folíolo por hoja) y la primera hoja trifoliada (tres folíolos 
por hoja), éstas últimas serán las que se seguirán produciendo durante el resto el ciclo del 
cultivo. En general se considera que el cultivo está establecido cuando aproximadamente 
hay un 50% de plántulas emergidas, aunque en términos prácticos también se considera 
que el cultivo se establece cuando el entresurco está cerrado (que ocurre luego del 
estado VE). 
Diapositiva 19 
El esquema (pirámide) muestra la pirámide de jerarquías en la cual se construye el 
rendimiento de la soja. En la base de la pirámide (factores con mayor incidencia) se 
encuentra la elección del lote y el período de crecimiento disponible en la zona. Los 
siguientes factores relevante en términos de impacto sobre el rendimiento son la 
definición de la estructura del cultivo (configurada por la selcción del cultivar o genotipo, 
fecha de siembra y densidad), la fertilización (manejo del fósforo, azufre y otros 
nutrientes) y el riego en algunos sistemas que lo utilizan en la Región Pampeana en forma 
“complementaria” (cubriendo deficiencias en períodos críticos como el llenado de granos). 
La sanidad del cultivo y la presencia de malezas es un factor, que si bien presenta menor 
incidencia en relación a los demás factores (por ello se ubican en el esquema más cerca 
del vértice de la pirámide), son factores que deben ser optimizados. La calidad de 
cosecha es el factor con menor incidencia, pero también es importante su adecuado 
manejo. Es importante mencionar que en los últimos años, debido al importante progreso 
genético y la obtención de rendimientos cada vez más elevados, el manejo de la 
protección de cultivos (manejo de malezas, plagas y enfermedades) está adquiriendo más 
protagonismo y relevancia en los planteos modernos de alta productividad. Actualmente 
en la mayoría de los sistemas de producción se realiza monitoreo de plagas y 
enfermedades, y la aplicación de insecticidas y fungicidas se ha extendido bastante. 
El menaje práctico que debe dejar este esquema es que, hay diferentes factores que 
inciden en el rendimiento de los cultivos y no todos tienen la misma jerarquía. El ideal es 
que cada uno este manejado en forma adecuada, pero debemos lograr por lo menos 
maximizar y/o optimizar el manejo de los factores más relevantes en términos de impacto 
productivo, que son fundamentalmente la evaluación del suelo, estación de crecimiento 
(donde las características climáticas son aspectos centrales), la estructura del cultivo 
(fecha de siembra, genotipo, densidad de siembra) y la disponibilidad de agua y nutrientes 
(inoculación, fósforo, azufre y algunos micronutrientes). Estos factores pueden explicar 
aproximadamente el 50-80% del rendimiento. 
Diapositiva 25 
El mapa muestra las franjas latitudinales en donde se siembra soja en la Argentina, el 
rango de grupos de madurez (GM) que es posible utilizar (primer columna) y el GM 
“modal” de la zona (columna derecha). Como se puede observar, a medida que aumenta 
la latitud (es decir nos desplazamos hacia el sur) se utilizan GM más bajos y viceversa. La 
razón de ello es que el mejoramiento genético seleccionó los GM más cortos para 
adaptarse a estaciones de crecimiento más cortas asociados al riesgo de heladas en las 
zonas más frías características del sur en el Hemisferio Sur (e.g. Argentina) o del norte en 
el Hemisferio Norte (e.g. EEUU). Por el contrario, en latitudes más bajas (hacia el norte), 
el mayor período libre de heladas permite utilizar ciclos más largos. Sin embargo, 
actualmente se dispone de una amplia gama de alternativas de cultivares, que en cada 
zona se puede comportar como de ciclo corto, medio o largo, y muchas veces el mismo 
genotipo o cultivar puede variar su largo de ciclo de acuerdo a la fecha de siembra 
utilizada. Fechas más tempranas, en general, retrasan el desarrollo y la duración de las 
etapas (por la menor temperatura), mientras que fechas más tardías, donde las 
temperaturas imperantes son más elevadas, aceleran el desarrollo y la duración de las 
etapas en días (en términos de “tiempo térmico” son similares, pero se “acumula” 
temperatura más rápido si el cultivo es sembrado en meses con temperaturas medias 
más elevadas, como es característico de siembras tardías o en sojas de 2º). 
En los últimos años se está observando una tendencia hacia el uso de GM más bajos, 
proceso que se está verificando en todas las franjas latitudinales o zonas de producción. 
A nivel de un establecimiento agropecuario, en general la selección de los cultivares a 
sembrar se definen en base a el potencial de cada genotipo y fechas de siembra. Así, de 
acuerdo a la calidad de los lotes se establece un plan de siembra adaptado a la calidad de 
los suelos, ubicando en general en los mejores lotes GM más cortos y en los suelos con 
mayores limitaciones, los GM más largos. Los GM cortos para una determinada zona 
requieren mayor densidad de siembra y mejores condiciones de fertilidad de los suelos 
comparado con GM medios o largos. Los GM largos, en general requieren menor 
densidad (para evitar su vuelco) y se adaptan mejor a suelos con mayores problemas de 
fertilidad. 
Diapositiva 27 
Figura superior (rendimiento y fecha de siembra) 
La Figura muestra la relación entre el rendimiento en grano de la soja y la fecha de 
siembra para tres regiones de la Argentina. La curva superior corresponde al norte de la 
Argentina (N), la del medio al norte de la Región Pampeana (PN) y la inferior al sur de la 
Región Pampeana (PS). Como se puede observar las curvas varían de acuerdo a las 
zonas. Se detalla cada una por separado 
� Norte 
En el norte de la Argentina (e.g. Chaco) el máximo rendimiento se alcanza en fechas 
de siembra de septiembre. Es importante aclarar que en esta región no hay 
limitaciones térmicas para la siembra (es decir no hay riesgos de heladas tardías) ya 
que el régimen térmico es subtropical. La única limitante climática relevante para la 
siembra es la disponibilidad de agua en el perfil. Como el régimen de lluvias es 
monzónico (con estación seca en el invierno y lluvias concentradas en primavera-
verano), las siembras comienzan cuando las lluvias permitieron, por un lado el 
humedecimiento del estrato superior del suelo (fundamental para la siembra) y por el 
otro, cierto almacenamiento de agua en el perfil del suelo, como para poder cubrir la 
elevada demanda atmosférica (evaporación y transpiración del cultivo) en los primeros 
estadios del ciclo. Posteriormente las lluvias de primavera y verano, permiten 
completar el ciclo, aunque las altas temperaturas son una gran limitante en esa región. 
A partir de septiembre, retrasos en las fechas de siembra determinan reducciones en 
el rendimiento potencial debido al acortamiento del ciclo (y por consiguiente del 
acortamiento del período de llenado de granos). Las tasas de reducción de 
rendimiento en fechas tardías pueden ser del oren de los 20-30 kg/ha/día. 
� Norte de la Región Pampeana 
En esta región, que es las mas importante en producción de soja (zona “núcleo sojera” 
eg. Sur de Santa Fe, centro y norte de Buenos Aires, parte de Córdoba) la relación 
entre el rendimiento y las fechas de siembra presentan una relación curvilínea en la 
primera parte y luego se hace lineal la reducción del rendimiento con retrasos en la 
fecha de siembra, al igual se analizó para el norte del país. En la primer parte de la 
curva se observa que, los rendimientos aumentan desde septiembre y alcanzan un 
óptimo en octubre y luego se va reduciendo progresivamente. A diferencia de lo que 
ocurre en el norte del país, en la zona núcleo en fechas tempranas el riesgo de 
ocurrencia de heladas tardías puede ser importante y además las menores 
temperaturas pueden prolongarla etapa de siembra-emergencia (que si es mayor a 
10-15 días, puede haber incidencia de plagas de suelo y una emergencia mas 
heterogénea) y pérdida de plántulas emergidas. Luego del rendimiento óptimo, la 
reducción progresiva en el rendimiento se debe a la reducción de las etapas 
fenológicas (o de desarrollo) debido al aumento de las temperaturas medias 
imperantes a media que se retrasa la fecha de siembra. Es importante aclarar que 
estas curvas son para el mismo cultivar. A nivel de campo, es posible obtener 
relaciones óptimas para cada fecha de siembra y cultivar, por ello la ventana óptima 
de fechas de siembra es más amplia, y para ello se utilizan combinaciones de grupos 
de madurez, densidad y fecha de siembra adecuados para cada caso. En general 
para esta región la ventana óptima de siembra es en octubre y noviembre. En sojas de 
segunda (sembradas en fin de diciembre o 1º quincena de enero) comienza a actuar 
el efecto fotoperiódico (tendiendo a florecer antes), y la caída en el rendimiento 
potencial por cada día de retraso de la fecha de siembra es elevado (30 kg/ha/día o 
más). Esto determina que en general, la siembra de la soja se realice inmediatamente 
(en algunos casi en simultáneo) con la cosecha del cultivo antecesor (trigo o cebada 
por ejemplo). Asimismo, el manejo de la estructura del cultivo en sojas de segunda es 
diferente al que se utilizaría en sojas de primera. En general se aumenta la densidad 
de siembra (para lograr mayor cobertura en floración) y se pueden utilizar 
(dependiendo del ambiente) ciclos más largos que en siembras de primera. 
Sur de la Región Pampeana 
La curva en esta región es similar a la del norte de la Región Pampeana, con la 
diferencia que en el sur de Buenos Aires (e.g. sud-este) las temperaturas medias son 
más bajas y el período libre de heladas más corto. Por ello allí las siembras óptimas 
en términos de rendimiento, y para un determinado genotipo (grupo de madurez y 
hábito de crecimiento), se alcanzan un poco más tarde que en la zona núcleo sojera. 
Las sojas de segunda en esta región deben ser manejadas con gran cuidado, ya que 
el riesgo de ocurrencia de heladas tempranas durante el llenado de granos es 
elevado. 
 Curva inferior (respuesta al fotoperíodo) 
 La soja es una especia que presenta una respuesta al fotoperíodo (horas de luz en un 
día) de tipo cuantitativa de día corto. Esto significa que, la duración de las fases del 
desarrollo son mínimas cuando los días son más cortos que un determinado umbral o 
bien aumentan a medida que aumenta el fotoperíodo. Por ello fechas de siembra más 
temprana (menor fotoperíodo) se asociarían con etapas emergencia-llenado más 
cortas en términos de tiempo térmico (cantidad de “temperatura” que se debe 
acumular para completar la etapa), y en siembras más tardías (e.g. fines de noviembre 
en sojas de primera), el ciclo se retrasaría. Sin embargo, el efecto del fotoperíodo es 
menor que el efecto de la temperatura, con lo cual, en términos prácticos y 
agronómicos, quien regula la duración de las etapas fenológicas en ciclos de soja de 
primera es la temperatura. Por ello, por más que el fotoperiodo aumente desde 
octubre a diciembre, el incremento progresivo de las temperaturas medias, terminan 
acortando las etapas de desarrollo. La excepción a esta regla se presenta en siembras 
de soja de segunda (siembras en fin de diciembre o 1º quincena de enero según 
localidad) en donde se combinan fotoperíodos que comienzan a reducirse (acortando 
las fases del desarrollo). La inducción de la floración en siembras tardías tiene 
implicancias e manejo muy importantes, ya que genera la necesidad de lograr una 
adecuada cobertura del suelo para que el cultivo alcance la floración con un área foliar 
lo más cercano al óptimo (la que permite captar el 95% de la radiación incidente). 
Algunos factores que pueden incidir negativamente en el logro de altas coberturas en 
siembras de soja de segunda son la baja disponibilidad hídrica inicial (se recuerda que 
la mayor parte de las sojas de segunda se siembran luego del trigo y muchas veces el 
perfil de suelo puede presentar muy baja cantidad de agua almacenada (sobre todo si 
el trigo tuvo muy altos rendimientos) y el manejo del grupo de madurez y hábito de 
crecimiento. Actualmente se dispone de genotipos con hábitos de crecimiento 
semideterminados o indeterminados en varios grupos de madurez, con lo cual de 
acuerdo a la calidad del suelo y de la oferta de recursos del ambiente, es posible 
definir diferentes combinaciones de grupos de madurez, fechas de siembra y 
densidades de siembra para los diferentes ambientes y condiciones de producción. 
Diapositiva 28 
El mapa muestra un resumen de los períodos (meses calendario) en los cuales se realiza 
siembra (FS), los grupos de madurez (GM) utilizados y el período de la cosecha (FC) de 
soja en las diferentes regiones de producción (franjas latitudinales). Es interesante 
observar que, a medida que nos desplazamos hacia el sur, la ventana para la realización 
de la siembra se reduce progresivamente, debido fundamentalmente a la restricción 
térmica (menor período libre de heladas). Como se comentó antes, también se observa 
que, a medida que nos desplazamos al sur, se utilizan ciclos más cortos y fechas de 
siembra retrasadas para evitar justamente el efecto de las heladas en estadios tempranos 
del ciclo del cultivo. 
Diapositiva 30 
Las curvas muestran los modelos utilizados para describir el comportamiento del 
rendimiento ante aumentos en la densidad. La Figura izquierda corresponde al modelo 
asintótico que es el que corresponde a la soja, donde se observa que el rendimiento es 
muy similar en un amplio rango de densidades. Por el contario, en el modelo parabólico 
(Figura de la derecha), el rendimiento aumenta a medida que se incrementa la densidad y 
alcanza un “optimo” a partir del cual el rendimiento desciende. Este modelo es 
típicamente observado en maíz.

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