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TUMORES CEREBRALES 
DRA. DALIA MORA BARRENO 	
CLÍNICA II
TUMORES CEREBRALES
En general, denominamos tumor cerebral a la presencia de una ”masa” que crece dentro del cerebro.
Los tumores cerebrales son un grupo heterogéneo de tumores dada las diferentes líneas celulares que los originan. 
Pueden ser divididos en dos grandes grupos:
Lesiones primarias, que se originan de células que pertenecen al sistema nervioso central, y
Lesiones secundarias, que se originan en otros sitios del cuerpo y se implantan como metástasis en el cerebro. 
Los tumores primarios más frecuentes son:
 El meningioma y el glioblastoma
 Las metástasis más frecuentes son de cáncer pulmonar, mama y piel. 
Los tumores cerebrales de la infancia son en su inmensa mayoría primarios, al contrario de lo que ocurre en los adultos en los que la mayoría de los tumores cerebrales son metastásicos.
Anatomía 
El cerebro es la estructura principal responsable de la coordinación y del control del organismo.
Se trata de una masa de tejido blanda protegida por los huesos del cráneo y unas membranas, las meninges. 
El líquido cefalorraquídeo fluye por el cerebro y discurre entre las meninges a través de otros espacios denominados ventrículos. 
El cerebro es una estructura muy compleja que procesa y memoriza muchísima información de forma continuada.
Está constituido por el encéfalo (hemisferios cerebrales, tronco del encéfalo y cerebelo) y por la médula espinal que se encuentran alojados dentro de unas estructuras óseas que son el cráneo y la columna vertebral respectivamente. 
Está cubierto por las meninges, de las que existen tres capas (duramadre, aracnoides y piamadre), que protegen al cerebro y a la médula espinal. 
No tiene drenaje linfático (salida a través de los ganglios) y la diseminación a través de la sangre es muy rara, por lo que los tumores cerebrales primarios, es decir, los que se originan en el cerebro casi nunca se extienden al resto del organismo salvo en algún tipo muy concreto de tumor cerebral.
Vista lateral del encéfalo (hemisferios cerebrales, tronco y cerebelo) 
 Anatomía de la médula espinal con su envoltura
El cerebro a su vez contiene dos hemisferios unidos por una estructura denominada cuerpo calloso y se divide en 4 lóbulos: 
Frontal: controla el razonamiento, las emociones, parte del habla y de los movimientos.
Parietal: controla las sensaciones del contacto, el dolor, la temperatura y partes del habla.
Temporal: controla la memoria, sentido del oído, y partes del habla. 
Occipital: controla la visión.
Lóbulos cerebrales (frontal, parietal, temporal y occipital). 
Los tumores cerebrales primarios se clasifican en cuatro grados según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Considerados de “bajo grado” tumores con clasificación I y II, y de “alto grado” las clasificadas como III y IV. 
Esta clasificación permite establecer un pronóstico en cuanto a mortalidad teniendo, en general, los grado I mayor sobrevida y los grado IV, menor sobrevida
Los tumores primarios del SNC representan un 2% del total del cáncer en el adulto y hasta casi un 15% en los niños menores de 15 años; lo que nos indica que se trata de un tumor poco frecuente siendo su incidencia mayor en los hombres. 
La mortalidad podría estar estabilizada como consecuencia de los avances, tanto en las técnicas diagnósticas de imagen como en las múltiples mejorías obtenidas con los tratamientos. En cuanto al tipo histológico (variedad de tumor), los más frecuentes son los denominados meningiomas seguidos de los gliomas.
En la población pediátrica los tumores del sistema nervioso central representan la segunda causa de mortalidad por cáncer, luego de la leucemia.
En población adulta el glioblastoma es el tumor de alto grado más frecuente, con una sobrevida al año y 5 años de 39.3% y 5.5% respectivamente. 
Los tumores primarios del sistema nervioso central tienen una incidencia de 21.42 por 100000 habitantes (hab) y los tumores secundarios de 10 por 100000 habitantes.
Sin embargo, si se analizan los datos por grupos histológicos, las metástasis cerebrales son los tumores más frecuentes con la incidencia recién mencionada, seguida por los meningiomas (7.79-8.05 por 100000 hab) y glioblastoma (2.42 –3.26 por 100000 hab).
TUMORES CEREBRALES PRIMARIOS
La OMS clasificó a los tumores del sistema nervioso central en grado I, II, III y IV según el grado de malignidad dada por la histología del tumor.
 Los tumores grado I y II son definidos como de “bajo grado” o “benignos”.
Los tumores grado I tienen bajo potencial proliferativo y tienen posibilidad de cura al ser resecados quirúrgicamente.
Los tumores grado II son tumores infiltrantes, pero de baja actividad proliferativa celular, tienden a recurrir y en algunos casos, como los gliomas, a progresar a grados superiores (III y IV).
Los tumores grado III son lesiones con evidencia histológica de malignidad.
Los grado IV tienen evidencia de malignidad citológica con predisposición a necrosis y están relacionados con una evolución rápida y fatal de la enfermedad, como lo es el glioblastoma. 
Estos tumores grado III y IV son denominados de “alto grado”o “malignos”.
Según su histología la OMS clasifica a los tumores primarios en:
Tumores de origen astrocitario, oligodendroglial, ependimario, de plexo coroide, neuroepiteliales de otro origen, neuronal, pineal, embrionarios, de nervios craneales y paraespinales, meníngeos y de la región selar.
EPIDEMILOGIA
La incidencia total de tumores cerebrales primarios corresponde a 21.42 por 100000 habitantes, siendo de 5.42 por 100000 habitantes en pacientes entre 0 y 19 años y de 27.85 por 100000 en pacientes de 20 años y más.
La mayoría de los tumores son benignos (66%).
La mayor parte de los tumores malignos son diagnosticados en hombres (55%), y la mayor parte de los tumores benignos en mujeres (64%).
Los tumores cerebrales malignos más frecuentes son:
El glioblastoma (3.2 por 100000 hab.), 
El astrocitoma grado 3 (0.51 por 100000 hab.), y 
El linfoma (0.43 por 100000 hab.).
 
Los tumores cerebrales benignos más frecuentes son:
 El meningioma (7.93 por 100000 hab.), 
El adenoma hipofisiario (3.65 por 100000 hab.), y 
El Schwannoma (1.81 por 100000 hab.)
La localización más frecuente de los tumores cerebrales son:
Las meninges (36.1%) dado por la alta incidencia de meningiomas. 
De los tumores intra-axiales la localización más frecuente:
El lóbulo frontal (8.6%), 
Seguida por el lobo temporal (6.4%),
Parietal (4%) y 
Occipital (1.1%). 
En cuanto a otras ubicaciones destacan la región hipofisiaria y del ducto cráneo-cervical (16.2%), pares craneales (6.7%), cerebelo (2.6%), tronco cerebral (1.5%), sistema ventricular (1.1%) y glándula pineal (0.5%).
Al comparar por edad, la incidencia total de tumores cerebrales es:
Mayor en pacientes mayores de 85 años (81.16 por 100000 hab.), y 
Menor en niños de 0 a 14 años (5.26 por 100000 hab.).
Los astrocitomas pilocíticos, tumores de células germinales y tumores embrionarios son más frecuentes en los grupos de menor edad y su incidencia disminuye en grupos de mayor edad. 
Al contrario de los meningiomas, cuya incidencia aumenta con la edad.
METÁSTASIS CEREBRALES
Son lesiones originadas en tejidos fuera del cerebro que se implantan en el tejido cerebral. 
La incidencia estimada varía entre 2.8 y 11.1 por 100000 habitantes.
Son las lesiones cerebrales más frecuentes en los adultos. Su mayor de incidencia es entre los 50 y 80 años.
Pueden implantarse en el hueso craneal, meninges o parénquima cerebral. 
Se estima que entre un 20 y 25% de los pacientes con cáncer tendría metástasis cerebrales de realizarse una autopsia. 
Las fuentes más frecuentes de metástasis cerebrales en adultos son secundarias a cáncer de pulmón, mama y piel (melanoma) y en niños leucemia seguido por linfoma.
Si uno considera la habilidad de un cáncer para diseminar hacia una metástasis cerebral, el melanoma (que representa el 4% de los cánceres)tiene la mayor propensión, seguido por cáncer de pulmón y mama.
La sobrevida dependerá de factores como la etiología del tumor y la condición del paciente dado por su estado funcional, cantidad de metástasis intra o extra craneales y características genéticas del cáncer.
 Es así como la sobrevida puede variar en promedio entre 3 meses en el peor de los escenarios y 16 meses en el mejor de estos.
FACTORES DE RIESGO PARA TUMORES CEREBRALES PRIMARIOS
Existen muchos factores de riesgo estudiados y relacionados con la aparición de tumores cerebrales, sin embargo, sólo en algunos de ellos se ha podido establecer una relación real como lo son:
Factores genéticos,
Traumatismos,
La radiación ionizante,
 Susceptibilidad genética, y
 Alergias 
Virus
Sustancias químicas
Susceptibilidad genética:
La gran mayoría de los tumores cerebrales son esporádicos, existen riesgos genéticos para su aparición.
La predisposición genética (riesgo de transmisión) puede que tenga un papel en el desarrollo de los tumores cerebrales, pero no se puede decir que en la actualidad haya datos claros para considerar que algunos tumores cerebrales puedan ser hereditarios.
Existen síndromes hereditarios en los que los tumores cerebrales forman parte del global: la neurofibromatosis (tumoraciones múltiples en la piel y en el sistema nervioso con formas y grados distintos) entre otras.
Los pacientes con neurofibromatosis tipo I que se relaciona con gliomas de nervio óptico en un 15% y gliomas de tronco y hemisféricos en 3%.
La neurofibromatosis tipo II se relaciona con la aparición de schwannomas vestibulares bilaterales y la aparición de meningiomas múltiples. 
También pueden desarrollar schwannomas en otras ubicaciones y se relaciona con la aparición de ependimomas. 
Con la publicación del Genoma Humano y los continuos avances derivados de ello es posible que pueda encontrarse algún gen asociado al desarrollo de los tumores cerebrales.
Un proyecto denominado Atlas del Genoma del cáncer está también catalagando los cambios genéticos en múltiples tumores entre ellos el glioblastoma (tipo de tumor cerebral) en el que ya se han descrito diferentes vías que pueden ayudar a explicar cómo se desarrollan.
Cambios en los cromosomas
Cada célula del cuerpo humano tiene 23 pares de cromosomas y se ha visto que algunos tipos de tumores cerebrales pueden perder o ganar alguna pieza (brazo) de los mismos.
Los cambios más conocidos y frecuentes descritos en algunos tumores cerebrales como los denominados oligodendrogliomas pueden ocurrir en los cromosomas 1 y 19 y los avances en el conocimiento de dichas alteraciones están ayudando en gran manera al tratamiento de los mismos.
Traumatismos
Los pocos datos disponibles en la especie humana, que además en ocasiones son contradictorios, no permiten establecer en la actualidad una relación causa-efecto entre traumatismo y tumor cerebral.
Radiación ionizante:
Estudios de seguimiento a poblaciones expuestas a radiación por motivos médicos durante la niñez (tinea capitis, hemangiomas cutáneos, hipertrofia amigdalina, linfoma, leucemia u otros tumores cerebrales) han demostrado relación con la aparición de tumores cerebrales. 
Los tumores radio-inducidos más frecuentes son los meningiomas, gliomas y schwannomas. El tiempo entre la exposición y la aparición de un glioma o meningioma radio-inducido son de 9 a 18 años y 17 a 23 años respectivamente. 
Existe una relación entre la dosis aplicada y el riesgo. El riesgo es mayor de desarrollar un meningioma radioinducido que el de desarrollar un glioma radioinducido.
En el medio ambiente que nos rodea existen diversos tipos de radiaciones y algunas pueden resultar peligrosas para las células humanas al modificar su estructura genética. 
Las que más nos interesan son las radiaciones llamadas ionizantes que se utilizan en el diagnóstico (rayos X o gamma) y/o tratamiento (radioterapia) de diferentes tipos de tumores, incluyendo los cerebrales.
No existen argumentos consistentes para relacionar el desarrollo de tumores cerebrales con la mayor parte de las radiaciones a las que estamos expuestos en la vida diaria.
 Las radiaciones no ionizantes no inducen necesariamente lesiones de carácter oncogénico, aunque no se puede descartar esta posibilidad. 
Los campos electromagnéticos entre los que se encuentran los que provienen de los teléfonos móviles, podrían incrementar el riesgo, aunque los resultados de los múltiples estudios científicos llevados a cabo tanto en Europa como en Estados Unidos son controvertidos.
En cualquier caso, se recomiendan limitaciones en el uso de los mismos, en particular en las personas jóvenes aconsejándose el uso de auriculares. También se ha estudiado si existe mayor riesgo en función del tiempo durante el cual se ha utilizado un teléfono móvil con resultados también en ocasiones controvertidos.
 
En general, la mayoría de los estudios concluyen que no existe una asociación consistente entre el uso de teléfonos móviles y el riesgo de desarrollar un tumor cerebral aunque si pudiera ser que se incrementara en función del tiempo durante el cual se ha utilizado. 
En definitiva, son necesarios más estudios y más tiempo para intentar conocer mejor la relación o no entre el uso de teléfonos móviles y tumores cerebrales tanto benignos como malignos.
Alergias y relaciones inmuno-mediadas
Existe evidencia de que las alergias y condiciones autoinmunes están inversamente relacionadas con el riesgo de aparición de gliomas. 
Pacientes con asma, dermatitis atópica y rinitis alérgica tienen menos riesgo en la aparición de gliomas. 
Virus
No se ha podido hasta ahora establecer al menos en la especie humana, una clara asociación entre ciertos virus y el desarrollo de tumores cerebrales.
Sustancias químicas
Dentro de los compuestos químicos con capacidad de desarrollar tumores cerebrales de forma directa o indirecta podemos destacar los compuestos nitrosos presentes en el medio ambiente y que poseen capacidad para inducir tumores cerebrales, con riesgo potencial tanto para animales como para el hombre.
Otros factores de riesgo
El sexo masculino (más frecuentes en los hombres que en las mujeres), la raza (más frecuentes en la raza blanca). 
SIGNOS Y SÍNTOMAS 
El cerebro tiene pocas posibilidades de expandirse (crecer) al estar rodeado de una estructura ósea rígida y cerrada que es el cráneo.
Cuando aparece un tumor y crece, los síntomas se presentan en general de forma rápida y brusca. 
Los síntomas variarán en función del área(s) afectada(s) y pueden ser variados. 
Los tipos de síntomas que pueden ocurrir a raíz de un cáncer en el cerebro son los siguientes:
Síntomas físicos. Pueden comprender dolor de cabeza, convulsiones, náuseas, debilidad muscular, problemas en la vista, y problemas en los intestinos y la vejiga.
Síntomas cognitivos. Cuando el tumor afecta la manera en la que el cerebro procesa la información, los síntomas pueden comprender cambios en la personalidad, confusión, deterioro del criterio, pérdida de la memoria y conductas socialmente inapropiadas.
Síntomas emocionales. Sobrellevar un tumor cerebral o metástasis en el cerebro puede ser muy estresante y provocar depresión, ansiedad y otros cambios emocionales.
Un tumor cerebral puede debutar:
Factores genéticos,
Traumatismos,
La radiación ionizante,
 Susceptibilidad genética, y
 Alergias 
Virus
Sustancias químicas
Los síntomas iniciales de un tumor cerebral dependerán principalmente de la localización del mismo.
En tumores de los lóbulos frontales pueden aparecer alteraciones denominadas motoras como parálisis de la cara o extremidades, trastornos del lenguaje, trastornos de la función cognitiva (cambios de humor y falta de atención), alteraciones de la conducta y de la personalidad e incontinencia (pérdida) urinaria y/o intestinal.
En tumores de los lóbulos temporales pueden aparecer trastornos visuales, o auditivos o del equilibrio o del olfato y gusto. También trastornos del lenguaje o de la memoria así comoalteraciones emocionales y de la conducta.
Los lóbulos parietales no tienen una buena separación del resto de lóbulos lo que ocasiona manifestaciones clínicas más complejas. Se pueden presentar diversos síntomas como trastornos visuales o dificultad en el reconocimiento de objetos o de partes del cuerpo o del lenguaje.
En los tumores de los lóbulos occipitales destacan sobre todo los trastornos visuales incluyendo la ceguera.
Convulsiones
Una convulsión es un síntoma que traduce una actividad anormal en el cerebro. Puede aparecer como consecuencia de un tumor cerebral pero también existen otras causas desencadenantes.
Se pueden manifestar de diferentes formas e intensidades que pueden ir desde mínimos movimientos de muy corta duración a situaciones que conllevan pérdida de conocimiento y/o movimientos totalmente incontrolados.
 Dependen también de que parte del cerebro se encuentra afectada. Cuando las convulsiones se repiten las denominamos entonces epilepsia. 
Pueden repetirse de forma repentina incluso mucho tiempo después de haber aparecido por lo que en general pero no siempre precisan un tratamiento médico prolongado y un modo de vida adaptado.
 Cuando esto ocurre a veces aparece alguna señal (dolor de cabeza, cambio de comportamiento u otras) que llamamos aura y que puede anunciarnos la aparición de la convulsión y por lo tanto ayudarnos a controlarla (dejar de comer si lo estás haciendo, sentarse si se está de pie etc.).
Diagnóstico
 
Se necesita la combinación de varias pruebas que nos permitirán determinar de la forma más precisa el diagnóstico, grado de actividad y extensión del tumor.
Los métodos diagnósticos más relevantes son los siguientes:
Exploración física y neurológica:
El examen clínico del paciente es lo primero que se debe realizar y consiste en la valoración por parte del médico de la situación clínica y de los diferentes signos y síntomas del paciente, que le permitirán sospechar la afectación neurológica y decidir las pruebas a efectuar.
 
Pruebas radiológicas: 
Las técnicas de imagen son imprescindibles en el diagnóstico de los tumores cerebrales. 
Su utilidad se basa en poder determinar la extensión del tumor, número de lesiones, tamaño y zonas afectadas; permiten también detectar posibles complicaciones secundarias al tumor, como la hemorragia, y son una herramienta complementaria a la valoración de signos y síntomas para hacer un diagnostico diferencial (distinguir el tumor de otra enfermedad).
TAC con inyección de contraste. Tumor cerebral situado a nivel de los lóbulos parietal y occipital  
 RM tras administración de contraste donde se observa el tumor 
PET  (Tomografía por Emisión de Positrones)
.
La PET aporta información complementaria a otras técnicas diagnósticas (TAC y RM) en el estudio de determinados órganos como puede ser el cerebro. Puede también complementar la información de la resonancia magnética en casos seleccionados. Esta prueba no aporta información anatómica detallada como la RM pero se pueden obtener imágenes fusionadas de PET con TAC o RM.
 
SPECT (Tomografía por emisión de fotón único)
La tomografía por emisión de fotón único es una técnica mediante la que se analiza la información proporcionada por un radiotrazador (fármaco administrado normalmente por vía intravenosa).
Esta técnica de imagen aunque no suele ser efectuada inicialmente en el diagnóstico de un tumor cerebral, nos puede aportar información en otros momentos de la evolución que se complementa con las otras descritas previamente. 
Punción Lumbar (PL)
Una PL es un procedimiento el que el médico toma una muestra de líquido cefalorraquídeo (LCR) para analizarlo luego al microscopio y buscar células tumorales o algún signo de infección. 
Es una prueba de interés particular en algunos tumores cerebrales como el linfoma primario cerebral o en tumores germinales cerebrales entre otros. 
También podemos efectuar una PL con el objetivo de introducir fármacos y así realizar un tratamiento del sistema nervioso. 
Biopsia
 La biopsia es esencial, básica y necesaria para efectuar el diagnóstico. 
 
 Es la única prueba que permite llevar a cabo el análisis al microscopio de una muestra del tumor para confirmar con seguridad el diagnóstico definitivo.
 Los neurocirujanos (cirujanos especialistas del cerebro), hoy en día, pueden obtener una muestra de varias maneras:
Biopsia estereotáxica: se realiza una pequeña incisión en el cráneo a través de la cual, y guiada por una corona de estereotaxia que se le coloca al paciente, se introduce la aguja para realizar con exactitud la toma de una muestra en una localización tumoral determinada previamente en las técnicas de imagen realizadas.
Biopsia con cirugía abierta: se toma durante el mismo acto de la cirugía y en ocasiones se analiza la muestra durante el mismo acto quirúrgico. En raras ocasiones, no es posible extraer una muestra del tejido tumoral bien por la localización del tumor o por el estado del paciente que no lo permite.
Tipos Histológicos (variedades de tumores cerebrales)
 Denominamos tipos histológicos a las diferentes variedades de tumores cerebrales. Se basa en dos aspectos esenciales:
 El tipo de célula a partir de la cual se origina el tumor y el grado histológico que define el comportamiento biológico (agresividad) del tumor. Este último va desde el grado I (tumores menos agresivos) hasta el grado IV (tumores de comportamiento muy agresivo).
 
La clasificación de los tumores cerebrales contempla siete apartados.
 Los tumores cerebrales reciben el nombre en función de la célula en
 la que se originan, siendo los más frecuentes los denominados
 astrocitomas, que se dividen en 4 grados reflejando diferentes
 evoluciones.
Astrocitomas:
Los Astrocitomas se denominan así porque nacen de células llamadas astrocitos. En función de su comportamiento los clasificamos en 4 grados de acuerdo con la escala de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 
Los Astrocitomas grado I incluyen al denominado Astrocitoma Pilocítico que en general pueden curarse con la cirugía. Representan un 5% de todos los gliomas y son más frecuentes en personas jóvenes.
 Astrocitoma Anaplásico:  es ya un tumor de grado III es decir con un comportamiento más agresivo. Se presenta más en hombres.
 En general el primer tratamiento es la cirugía lo que permite mejorar al paciente de los síntomas producidos por el tumor. 
En ocasiones no pueden ser operados debido a su localización y solo se puede hacer una biopsia del tumor. 
Son tumores de naturaleza infiltrante lo que hace difícil el que puedan ser resecados en su totalidad.
 La radioterapia ha sido siempre el tratamiento estándar después de la cirugía pero hoy en día disponemos de resultados de estudios que muestran que la quimioterapia con temozolamida o con un esquema que denominamos PCV podría ser una alternativa
Craneofaringioma
Se trata de un tumor benigno y poco frecuente (3–5%). Suelen presentarse cerca de la glándula pituitaria y pueden afectar diferentes partes. La cirugía es el tratamiento de elección.
Ependimoma
 Constituyen el 1–2% del total de tumores cerebrales primarios y el 5–6% de todos los gliomas. En general se localizan cerca o dentro del sistema ventricular.
 Se dividen en 4 tipos y grados: subependimomas (grado I), ependimoma mixopapilar y ependimoma (grado II) y ependimoma anaplásico (grado III). recidivados.
Germinales
 Son también poco frecuentes (1–3%) y se presentan sobre todo en adultos jóvenes. 
 Se subdividen en varios tipos: Germinoma, Teratoma, Carcinoma Embrionario, Seno Endodérmico y Coriocarcinoma. Es necesaria la realización de una punción lumbar dada la posibilidad de afectación del líquido cefalorraquídeo (LCR) en estos tumores. Pueden diagnosticarse también mediante la determinación en sangre y en el LCR de marcadores tumorales: la Alfafetoproteina (AFP), Fosfatasa Alcalina Placentaria (FAP) y la Gonadotropina Coriónica Humana (HCG). 
Glioblastoma (GB)
El GB representaun 15-17% de todos los tumores cerebrales primarios y es el más frecuente (50–75%) de los astrocitomas que es como se denomina al grupo de tumores cerebrales en el que se incluye al GB. Su incidencia se incrementa con la edad
Son tumores de crecimiento rápido y por lo tanto producen síntomas secundarios al incremento de la presión intracraneal y que dependerán de la localización del tumor.
Tumor de gran agresividad y de características muy particulares: presencia de necrosis en sus células o la presencia de muchos vasos es decir un tumor muy vascularizado lo que le permite alimentarse y crecer.
Tienen una elevada capacidad de infiltrar el tejido sano cerebral lo que limita su resecabilidad quirúrgica de forma completa.
La inmensa mayoría de los GB son primarios es decir aparecen como tales y crecen siendo la variedad más agresiva mientras que un pequeño porcentaje (<10%) son el resultado de una lenta transformación a partir de otros tumores cerebrales de bajo grado que con el tiempo se convierten en GB de alto grado. 
El tratamiento inicial del GB es la cirugía en la gran mayoría de los casos pero en un 20 a 30% de los casos solo será posible hacer una biopsia por encontrarse el tumor en un área en la que no es posible intervenir.
 La cirugía permitirá de una parte obtener el máximo material tumoral para llevar a cabo el diagnóstico.
Meduloblastoma
Se trata de un tumor poco frecuente en la edad adulta. Se localizan siempre en el cerebelo y son de crecimiento muy rápido y con capacidad de extenderse a otras partes del SNC.
 Dada su localización pueden ocasionar un bloqueo del LCR produciendo síntomas de aumento de la presión intracraneal como dolor de cabeza, vómitos, inestabilidad, etc. El tratamiento depende de la extensión del tumor y se basa en la máxima cirugía posible, la radioterapia y la quimioterapia.
Meningioma
Nacen de las capas de las meninges y son muy frecuentes (> 30%). La mayoría son benignos (grado I), no infiltrativos y de lento crecimiento. Pueden estar relacionados con alteraciones genéticas. 
Si el tumor se encuentra en un área en la que se puede intervenir, la cirugía es el tratamiento estándar. En algunos casos está indicada la radioterapia. El meningioma grado II tiene un comportamiento intermedio.
El meningioma grado III es de comportamiento agresivo y la radioterapia está claramente indicada después de la cirugía. El papel de la quimioterapia está poco estudiado pero puede ser necesaria en los casos de recaídas.
Metastásicos
 
 Los tumores que más frecuentemente pueden dar lugar a metástasis cerebrales son los de pulmón y mama aunque muchos otros pueden también hacerlo. El tratamiento de estos tumores metastásicos en el cerebro es en general el de la enfermedad que lo origina y la radioterapia cerebral.
Oligoastrocitomas
 Son tumores muy poco frecuentes y que se componen en general de dos tipos histológicos diferentes (astrocitos y oligodendrocitos). Nuevos avances en el conocimiento de la biología molecular de estos tumores permiten conocer mejor el comportamiento de los mismos y la sensibilidad mayor o menor a los tratamientos que se administran.
 En los tumores de bajo grado (grado II) el tratamiento con radioterapia puede estar justificado administrarlo más adelante en su evolución y no inicialmente. El papel de la quimioterapia es más controvertido reservándose para aquellos casos más evolucionados
Oligodendrogliomas
 Son también tumores poco frecuentes y en este caso las células que los componen se denominan oligodendrocitos.
 Como en el caso anterior se clasifican en grados denominando a los de grado II de bajo grado y a los de grado III anaplásicos. En estos tumores el síntoma inicial más frecuente es una convulsión. El tratamiento de los grados III (anaplásicos) y de los de bajo grado (grado II) es similar a lo comentado en el apartado anterior (oligoastrocitomas).
 
En estos tumores y en particular en los de grado III se han descrito unas alteraciones genéticas que han adquirido una gran relevancia en cuanto a información pronostica y/o predictiva.
Se ha descrito una alteración cromosómica que muestra que la pérdida combinada del brazo corto del cromosoma 1 y del brazo largo del cromosoma 19 se asocia con un mejor pronóstico de estos tumores.
Otra alteración molecular que denominamos IDH1/2 y que vamos conociendo cada vez mejor está adquiriendo una importancia relevante para entender mejor el comportamiento de estos tumores y su evolución con los diferentes tratamientos tanto de radioterapia como de quimioterapia.
Gracias

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