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Módulo 6: Control y apoyo fisiológico al entrenamiento Tema 1: Organización y planificación del entrenamiento Introducción El trabajo constituye la forma a través de la cual las personas se ganan la vida: realizan una cierta actividad a cambio de una remuneración económica. El artículo 3° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos señala que “(…) el trabajo es el medio por el que cualquier ser humano puede satisfacer sus necesidades básicas y afirmar su identidad; la forma en la que puede sustentar a su familia y vivir una existencia conforme a la dignidad humana” (ONU). De esta forma, cada persona debe realizar una determinada carga de trabajo durante su permanencia en este, carga laboral puede ser tanto física como psíquica. La carga laboral de tipo física se constituye con aquellos requerimientos de tipo músculo-esquelético que implican por consiguiente el aumento del gasto energético durante el lapso que la persona permanece en el trabajo, es decir, durante su jornada laboral. Se ha establecido que son tres los tipos de demanda física con los cuales se puede enfrentar un trabajador, de acuerdo a lo expuesto en Romero (2005): “1. Mover el cuerpo o partes del cuerpo (andar, correr, etc.), 2. Mover objetos (levantarlos, alcanzarlos…) y 3. Mantener una postura del cuerpo (tronco inclinado, girado, brazo levantados…)”. Frente a estas distintas demandas de actividad física a las que se ve enfrentando un trabajador, es que los especialistas en esta última área podrán analizar qué tipo de contracción muscular se está realizando de acuerdo al movimiento que se demande, ya sea de tipo dinámica o estática; si el trabajador debe desplazar sobrecargas, también el especialista podrá analizar qué manifestación de la fuerza que se está dando en ese movimiento, con lo cual es posible que los especialistas puedan indicar a las y los trabajadores la mantención de posturas adecuadas, las pausas apropiadas entre los esfuerzos físicos que deben llevar a cabo. De ello se deriva una disciplina encargada de estos fenómenos, denominada ergonomía. El término ergonomía, proviene del griego ergos (trabajo) y nomos (leyes naturales), siendo una disciplina orientada a los sistemas, que ahora se aplica a todos los aspectos de la actividad humana. Esta especialidad en el área de la salud ocupacional tiene como propósito adecuar las condiciones del trabajo a las personas, reduciendo los riesgos derivados de la actividad laboral. Desde diversos campos profesionales se ha ido constituyendo como una especialidad integradora de las diversas disciplinas que componen la salud ocupacional, lo que la convierte en una rama del conocimiento eminentemente multidisciplinaria (Instituto de Salud Pública, 2015). Tal característica multidisciplinaria es la que nos permite analizar algunos aspectos desde el punto de vista fisiológico. Surge también la necesidad de comprender las respuestas que tienen los trabajadores que son expuestos a la altura crónica, donde deben desarrollar tareas que requieren mucha precisión en condiciones hipobáricas, como el caso de los mineros; asimismo, el estudio del trabajo en condiciones ambientales extremas (frío o calor) o el caso de aquellos trabajadores y trabajadoras que deben desarrollar su labor en condiciones hiperbáricas como el caso de los buzos; asimismo, analizar qué ocurre desde el punto de vista nutricional respecto a los requerimientos energéticos que tienen las y los trabajadores de acuerdo con sus labor específica; finalmente, entender cómo el entorno laboral afecta su salud. A continuación, analizaremos cada uno de estos conceptos y revisaremos cuáles son las acciones que se están llevando a cabo para proteger a las y los trabajadores. Condiciones ambientales extremas Es importante considerar, sobre todo en aquellas y aquellos trabajadores que deben desempeñar sus funciones al aire libre, cómo responde nuestro organismo desde el punto de vista fisiológico al estrés térmico y a los cambios en la presión atmosférica. Es relevante diferenciar a quien trabaja de quien hace deporte, puesto que la ropa deportiva permite eliminar de mejor manera el calor. Sin embargo, los trabajadores que se ven expuestos a faenas al aire libre deben utilizar, por norma de seguridad, implementos que pudieran dificultar su adecuado funcionamiento orgánico. Temperatura ambiental En concordancia con lo último dicho, es importante revisar los conceptos asociados a la regulación de la temperatura corporal. Puesto que nuestro organismo es muy estable en la temperatura corporal interna (homeotermos), el ejercicio físico, la exposición al frío o calor extremo o una patología, pueden influir en una variación mayor de temperatura. Para esto revisaremos lo expuesto por Wilmore & Costill (2004). La habilidad del organismo para mantener estable la temperatura corporal, esto es, unos 36,1 a 37,8 °C, depende de la capacidad para generar o perder calor. La transferencia de calor corporal está mediada por cuatro mecanismos: conducción, convección, radiación y evaporación. Termorregulación Es claro que hay un fino mecanismo que permite regular la temperatura corporal, el cual responde frente a mínimas variaciones de la temperatura interna. Este termostato es el hipotálamo, y donde se procesa la información específicamente es en el centro termorregulador, el cual recibe información desde termorreceptores y luego, vía aferente, envía señales para realizar los distintos mecanismos de ajustes de la temperatura: tiritar, en caso de que sea percibida una menor temperatura; o sudar, cuando se eleve la temperatura. Este mecanismo es conocido como termorregulación. A pesar de la perfección de la capacidad termorreguladora, existen riesgos asociados con la ejecución de trabajos físicos en ambientes calurosos, los cuales dependen de la temperatura del aire, la humedad, la velocidad del aire y el grado de radiación térmica. Las consecuencias pueden ser calambres por calor, síncope por calor y golpe de calor; este último podría ser fatal y se caracteriza por una elevación por sobre los 40°C, cese de la sudoración, piel caliente y seca, hipertensión, confusión e inconsciencia; si ocurriera esta situación, se sugiere enfriar lo más rápidamente posible el cuerpo con un baño de agua fría o hielo, envolver el cuerpo en sabanas húmedas y abanicar a la víctima. El riesgo puede verse aumentado dependiendo de la cantidad de ropa que esté usando el trabajador asociado a la tarea y la norma de seguridad vigente; por ello, idealmente, en las charlas de seguridad diaria se les debería indicar a qué signos y síntomas prestar atención. Por contraparte, la realización de labores que involucren la exposición a ambientes fríos podría suponer la limitación de esfuerzos físicos y alterar la homeostasis corporal. Frente a esta situación, el cuerpo humano responde generando un temblor conocido también como tiritones, termogénesis vía estimulación simpática y vasoconstricción periférica. Cuando el organismo no es capaz de responder frente a esta situación de estrés térmico se produce una hipotermia, la cual, de no ser tratada, puede ocasionar el congelamiento y la muerte. Presión barométrica Hipobaria: la minería es una de las actividades más importantes de nuestro país; la mayoría de estos yacimientos se encuentra en condiciones hipobáricas, es decir, una presión parcial de oxígeno menor que se traduce en que los trabajadores deberán realizar su labor en condiciones de hipoxia; esto, a su vez, ocasiona una alteración de las respuestas fisiológicas, origina una hiperventilación, que desencadena una disminución de la presión parcial de dióxido de carbono, causando una alcalosis respiratoria. Además,inducen para que los riñones excreten una mayor cantidad de bicarbonato incidiendo directamente en la capacidad del organismo para enfrentarse a trabajos de alta intensidad, los cuales implican un aumento de la producción de hidrógenos, los que impelen descenso del pH. En estas condiciones, los trabajadores se enfrentan a sistema de turnos donde se exponen en este ambiente hipobárico e hipóxico. Por ejemplo, en un trabajador con residencia en Viña del Mar y que desarrolla su trabajo en un sistema de turnos 7 por 7 —siete días de trabajo y siete de descanso— en una minera, a 4400 metros de altura por sobre el nivel del mar, desde el punto de vista fisiológico, se enfrenta a un estrés mayor, dado que cuando comienza a presentar los primeros signos de aclimatación, termina su turno; así, su exposición constante a la altura es de tipo crónica, pero con características agudas, lo que hace que sea de tipo intermitente crónica y esto “puede producir algún tipo de enfermedades reversibles a corto y/o a largo plazo, principalmente neurológicas y cardiopulmonares, tales como: mal agudo de montaña en sus diferentes variedades, policitemia, hipertensión pulmonar o trastornos del sueño” (ACHS, 2013). Por este motivo, en nuestro país, el Ministerio de Salud (2013) elaboró la Guía técnica sobre exposición ocupacional a hipobaria intermitente crónica por gran altitud, cuyo principal objetivo fue: (…) establecer procedimientos y estandarizar criterios para la vigilancia y evaluación de la salud, y los requisitos de los profesionales y las instalaciones médicas necesarios para el cumplimiento de lo establecido en el Decreto Supremo Nº 594 de 1999, del Ministerio de Salud, sobre trabajo en condiciones de exposición a hipobaria intermitente crónica en trabajo en gran altitud y extrema altitud geográfica (MINSAL, 2013). Hiperbaria: otra actividad laboral propia de nuestro país es el buceo, lo que implica al cuerpo humano soportar una mayor presión parcial de los gases; al incrementar la presión barométrica, el volumen de los gases tiende a reducirse, por lo que el aire tiende a comprimirse cuando el buzo desciende; luego, sin embargo, tiende a expandirse a medida que se asciende; es en este punto donde una rápida ascensión puede originar que las moléculas de aire formen burbujas; es decir, un accidente por descompresión que puede generar la formación de embolias. A raíz de esto, en algunas partes de nuestro país se cuenta con cámaras hiperbáricas para revertir tal situación y salvar la vida de trabajadores y trabajadoras. También se ha observado que ellas y ellos están expuestos a neumotórax espontáneo, rotura de la membrana del tímpano y narcosis por nitrógeno. Recuerda que para visualizar este recurso debes tener conexión a Internet Requerimientos energéticos Los seres humanos requerimos energía para mantener el metabolismo basal (MB), es decir, contar con la energía necesaria para mantener las funciones vitales de nuestro organismo, tales como la función celular, síntesis y secreción de enzimas y hormonas, transporte de sustancias y moléculas, mantención de la temperatura corporal, del ritmo cardiaco, la respiración y la función cerebral. Este metabolismo puede ser medido y se conoce como la tasa metabólica basal (BMR, según su sigla en inglés). Está determinado principalmente por características individuales de los sujetos tales como la edad, el estilo de vida, la composición corporal, el tamaño del cuerpo; puede representar entre el 45 y el 70 % del gasto total de energía. También se requiere energía para procesar los alimentos ingeridos; esto se conoce también como termogénesis de los alimentos, y comprende la energía gastada en los procesos fisiológicos necesarios para ingerir y digerir los alimentos, para la absorción, transporte, oxidación y almacenamiento de los nutrientes. Se ha estimado que corresponde a alrededor de un 10 % del BMR total de 24 horas, al consumir una dieta mixta. Finalmente, uno de los componentes más variables del gasto energético es la actividad física y es voluntaria en los tiempos libres de los individuos. Sin embargo, en el ambiente laboral existen actividades físicas denominadas “ocupacionales” (OMS, 1985) que son obligatorias y asociadas al contrato de trabajo a cambio de una remuneración económica. Sin embargo, la OMS también extiende este concepto a aquellas actividades físicas que están asociadas a las demandas de movimiento necesario para desarrollar las actividades de la vida diaria; por ejemplo, caminar hacia el lugar de estudio o de trabajo. Adicionalmente, deben ser considerados en el cálculo de los requerimientos energéticos situaciones especiales como el embarazo, la lactancia o el crecimiento. De acuerdo a lo propuesto por la OMS en el año 2011, en el trabajo denominado Human Energy Requirements, el gasto energético diario también puede ser estimado a través de ecuaciones, a las cuales se les debe aplicar un factor acorde con el nivel de actividad física tanto laboral como de los tiempos libres que cada persona de manera individual realiza. De igual forma, es importante considerar si las actividades laborales, además, son realizadas en condiciones climáticas extremas donde el gasto energético puede presentar importantes variaciones como también el grado de hidratación del mismo. https://www.minsal.cl/sites/default/files/guia_hipobaria_altitud.pdf Referencias • FAO, WHO, UNU, Expert Consultation (2004). Report on human energy requirements. Interim Report. Comité de expertos de energía de FAO/OMS/UNU. En: ftp://ext-ftp.fao.org/pub/ • Ministerio de Salud, Gobierno de Chile, MINSAL (1999). Decreto 594. En: https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=167766. Modificado por el Decreto 28 (2012). • Ministerio de Salud, Gobierno de Chile, MINSAL (2013). Guía técnica sobre exposición ocupacional a hipobaria intermitente crónica por gran altitud. En: http://web.minsal.cl/sites/default/files/guia_hipobaria_altitud.pdf • Organización de las Naciones Unidas (1948). Declaración Universal de los Derechos Humanos, United Nations. En: http://www.un.org/es/documents/udhr/ • Romero, J. C. R. (2005). Manual para la formación de nivel superior en prevención de riesgos laborales. Madrid: Ediciones Díaz de Santos. • WHO, FAO. Energy and protein requirements. Report of a joint FAO/WHO/UNU expert consultation. Geneva: World Health Organization; 1985. Technical Report Series 724. • Wilmore, J. H., & Costill, D. L. (2004). Fisiología del esfuerzo y del deporte. Barcelona: Editorial Paidotribo. Fuente imágenes: • https://pixabay.com
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