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SOLCPAD - Psicologia y tenis - Clase 1 - 12 sistemas para mejorar tu tenis

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12 SISTEMAS PARA 
MEJORAR TU TENIS 
 
Alejandro de la Rua 
 
Edición de Jazmín García 
A mi familia, Ale, Dolo, Facu y Delfi sin quienes no podría siquiera soñar. A 
mis suegros Bea y Alberto. A mis viejos, Matilde y Eduardo que ya no están, pero 
estarían orgullosos de leerlo. A mis amigos de la vida que me ayudaron Carlos 
Abugauch y Fiorella Perna. A mi cuñado Pablo Albano por los viajes y sus charlas 
ricas de conceptos sobre el tenis de alta competencia. A mis amigos del Florida 
School con los cuales una mirada sigue alcanzando para entendernos. Y a tantos 
otros que se han cruzado conmigo en el camino y han aportado sin saberlo para éste 
mi primer libro. 
Por último, una dedicatoria muy especial a dos clubes. A toda la gente del 
Club Canottieri Italiani que fue donde me formé, y a mis tenistas del Club Náutico 
Hacoaj que me bancan hace ya 37 años y vieron nacer estos escritos primero. 
Tabla de Contenidos 
Prólogo 
Capítulo 1: “El Método del 3 x 8” 
Capítulo 2: “El Método del Rol” 
Capítulo 3: “Método Sun Tzu, El Arte de la Guerra” 
Capítulo 4: “La Teoría del Estoicismo” 
Capítulo 5: “El Método Sabotaje” 
Capítulo 6: “La Regla de la Conformidad” 
Capítulo 7: “El Método WIN” 
Capítulo 8: “Modelo Optimista de Defensa” 
Capítulo 9: “Sistema de Inversión” 
Capítulo 10: “Las Teoría de las Tres D” 
Capítulo 11: “El Método del Control Orientado” 
Capítulo 12: “El Sistema Más Uno” 
Acerca del Autor 
 
Prólogo 
 
Más tarde que temprano, he decidido por fin, acometer la tarea de escribir mi 
primer libro. Llevo más de cuarenta años trabajando en el deporte. De base soy 
periodista deportivo, profesor de Tenis, locutor de eventos deportivos. Pero la vida 
me ha llevado por el camino de la gestión privada de clubes y la gestión pública en 
estos últimos años. 
En este libro van a leer mucho sobre cómo se juega al tenis hoy y porqué. La 
intención es que logren incorporar conceptos para entender estrategias y métodos 
propios del deporte. Van a leer sistemas diversos, ver teorías de otros y propias, de 
entrenadores y analistas reconocidos, e interpretados al lenguaje llano del deporte. 
Amo el desarrollo deportivo. Analizo sus variables y condicionantes. Me 
gusta proyectar. Leo y escucho conferencias de los que saben. Disfruto asociar 
teorías y métodos con pensadores y gente del deporte. 
Este libro sobre el tenis puede ser leído también por entrenadores de otros 
deportes. La raíz es la misma. 
¡Espero que los enriquezca! 
 
Capítulo 1: “El Método del 3 x 8” 
 
 La clave para iniciar algo es dejar de hablar y ponerse a realizar 
Walt Disney 
Fabián Blengino es uno de los entrenadores argentinos más exitosos. Tuvo 
entre sus tenistas a Guillermo “Mago” Coria, Agustín Calleri, Guido Pella y Franco 
Squillari, entre otros. Pero antes que eso fue un jugador que peleaba por ascender en 
el ranking de profesionales. 
En un viaje a Brasil que me invitó mi cuñado —Pablo Albano, finalista en el 
doble mixto del US Open, entre otros grandes resultados—, Fabián me dijo una 
frase que todavía resuena en mi trabajo. Una de esas verdades que el tenis tiene y no 
todos ven. 
Blengino me dijo, muchos años antes de que fuera coach y con esa visión que 
luego trascendió a aquel joven jugador, que era muy inusual de un tenista que 
busque mejorar y apuntar a la perfección, que diga al finalizar un encuentro que está 
conforme con su juego. 
Es más, le puso un número: de cada 10 partidos que un tenista gana, sólo el 
20% de las veces saldrá feliz. Esa jornada dirá que todo fluyó, que los golpes 
salieron sencillos, que no sintió tensión corporal, que la estrategia funcionó a pleno. 
Pero, en el restante 80% de sus victorias, probablemente lo primero que exprese es 
“¡jugué mal!”. 
Por tanto, jugar mal —o no tan bien—, es una condición natural de un partido 
de tenis, porque del otro lado hay otro tenista tan bueno como uno, con las mismas 
ganas de triunfar, cuya idea es que su rival la pase lo peor posible. 
Para aclarar aún más el concepto, haber podido ganar un encuentro en que 
uno siente que las condiciones eran complicadas y el juego no salía de la forma que 
se esperaba, es común en la vida de un jugador de tenis. Así pasa siempre: hay que 
luchar contra un rival bueno, con las condiciones de ese día y contra las propias 
imperfecciones. 
¡Bienvenidos a nuestro deporte! Así de interesante es. 
Entonces, entendiendo lo acertado de aquel comentario, vamos a ponerle un 
nombre a este método de cómo encarar el tenis. 
“El método 3 x 8”… ¿Y por qué llamarlo así? Uno conoce que las formas de 
hacer puntos son tres: 
1) Los winners o tiros ganadores —pocos por partido—. 
2) Los errores no forzados del rival —siempre se cuentan, pero en rivales 
buenos no van a ser muchos—. 
3) Los errores que uno fuerza a cometer al rival. 
Y allí, en este tercer punto, es donde queremos hacer centro básicamente. 
Aquí es dónde cambió el tenis de alta competencia en estos últimos años. 
¡Y es que hay ocho formas de forzar el error del rival! Pero la combinación 
efectiva de ellas nos hará obtener más probabilidades de conseguir un buen score, un 
buen resultado. 
¿Cuáles son las ocho maneras de ganar puntos? 
1) La consistencia. 
2) Las direcciones, o sea los ángulos de tiro. 
3) Las profundidades, o largo o corto. 
4) Las alturas, alto o bajo. 
5) Los efectos, top, slice o plano. Side spin, efecto aplicado al lateral de la 
pelota si es un saque. 
6) La potencia. 
7) La presión de piernas. 
8) La velocidad de pelota. 
En síntesis, tres formas de ganar puntos y ocho maneras de plasmarlos. 
Para continuar es importante que conozcan al australiano Craig O´Shannessy. 
Craig es un analista estratégico. Viene del mundo del periodismo, pero trabaja en el 
tenis. Es creador de “Brain Game Tennis”, un programa que analiza datos 
estadísticos de nuestro deporte. Miles de datos. Él fue uno de los primeros que 
aplicó la Big Data en el tenis. 
A partir de sus conocimientos de los patrones de cada jugador, de las 
respuestas a los distintos golpes, comenzó a diseñar respuestas. Estrategias para 
quien lo contratara. Mal no le ha ido. Trabaja frecuentemente con Novak Djokovic, 
entre otros. 
Hay una frase que dice en sus seminarios. Hasta el 2015, el entrenamiento se 
utilizaba para practicar golpes y estrategias que luego se aplicaban en los partidos. 
Se testeaban en el momento de la verdad. En el espacio mismo donde los 
profesionales generan sus ingresos. 
“Error”, nos dice él. Es en el partido donde surgen las preguntas para aplicar 
en los entrenamientos. Y no al revés. Las estadísticas nos dicen cómo jugar, y cómo 
entrenar. 
En esta nota hay mucho de la doctrina de O´Shannessy. 
Volvamos al “3 x 8”, y vayamos explicando cada una. 
La consistencia no necesita desarrollar demasiado: hay que pasar la pelota 
una vez más que el rival. Sobre todo, en aficionados, la intención es golpear una y 
otra vez sin forzar el error. La regularidad para ellos es el pasaporte al triunfo. 
Los ángulos de tiro explican una de las claves del tenis. Si uno logra 
movilizar al contrario y produce que deba correr con una dirección hacia afuera, 
resta un espacio muy grande del otro lado para definir. 
La profundidad es muy importante en tanto el oponente no juega cómodo. Si 
está acostumbrado a un armado determinado, una pelota larga, profunda, va a hacer 
que pegue con poco Backswing o que tenga que retroceder. Y nosotros hemos 
hablado ya de cuán importante es dominar el centro de la cancha. Por otro lado, la 
pelota corta, el drop shot, va a hacer que el oponente tenga que correr mucho para 
llegar, además de sacarlo de la zona de confort. 
Jugar alto o bajo responde a no dejar pegar cómodo, sino todo lo contrario: si 
el rival es pegador, que los tiros propios los reciba por debajo de la rodilla y por 
arriba del hombro, porque ello lo complicará y desarmarán sus planes de juego. 
La combinación de golpescon Top —altos— y slice —bajos— es una de las 
tácticas preferidas de Rafael Nadal estos últimos años. Lo cual nos mete en el punto 
5 de las formas de forzar los errores del rival: la alternancia y manejo de los efectos 
permite encontrar fisuras o puntos flojos en el oponente. 
La potencia es el punto 6. Un jugador como Dominic Thiem, o el mismo 
Rafael Nadal, basan su juego en la potencia. Golpean con mucho efecto, alto y 
fuerte, lo que hace retroceder a sus rivales. O aprovechan ese efecto para abrir más 
la cancha. En ese aspecto del juego los históricos Bjorn Borg, Mats Wilander y 
nuestro Guillermo Vilas eran expertos. 
La presión de piernas: basta verlo jugar al “Peque” Diego Schwartzman, para 
observar que su juego pasa por asfixiar al rival. Estar siempre encima de la pelota y 
poner presión. El rey de este aspecto del juego es Novak Djokovic. 
El último apartado para forzar errores le pertenece al genio de Federer: la 
velocidad de pelota. El promedio de tiempo que tiene un jugador entre que el rival 
pega y que le llega al contrario es de 1,5 segundos. Federer lo bajó a 1,3. Menos 
tiempo para pensar y resolver. 
Esas son las ocho formas de forzar el error del rival. El “Método 3 x 8”. 
Según O´Shannessy, si en un punto se combinan tres de estas ocho, se gana seguro. 
Y, aunque no lo hiciéramos, ¿quién nos quita la diversión? 
Capítulo 2: “El Método del Rol” 
 
 Se trata de un simple hecho. Todos usamos las técnicas de actuación para 
alcanzar cualquier fin que buscamos 
Marlon Brando 
Vamos a pensar cómo se prepara un partido. De qué forma el tenista se alista 
adecuadamente para el esfuerzo de un encuentro, y lo vamos a denominar “El 
método del Rol”. 
Una teoría dice que uno debe pensarse como una computadora. Las 
computadoras tienen un componente mecánico —los fierros, el “hardware”—, y otra 
parte que es el pensamiento —los programas, el “software”—. El jugador debe 
poner en funcionamiento su cuerpo —hardware— y su mente —software—. 
Aquella parte que le va a permitir golpear, correr, estirarse, saltar y agacharse en 
pocos segundos tantas veces como sea necesario a lo largo del partido, y la otra que 
tiene que ver con el manejo de sus emociones. 
El primer consejo es que la entrada en calor prepara nuestras capacidades 
físicas para un partido que pondrá a prueba las mismas, exigiendo intensidad y 
variedad de golpes para dominar a nuestro oponente. ¿Qué quiere decir eso? Que, en 
un peloteo anterior al partido de un torneo, hay que calentar los golpes básicos y los 
secundarios. La derecha y el revés, el saque y la devolución, la volea y el smash. 
Pero también el slice, el drop, el contradrop, la volea de sobrepique, la volea con 
top, el tiro de aproximación, el ángulo corto, el contra ángulo corto, los golpes altos 
y profundos, y los winners. No dejar nada sin calentar, porque en un partido 
necesitamos de todo el arsenal de tiros. 
De la misma forma hay que adecuar a nuestra mente a una montaña rusa de 
emociones y pensamientos cruzados que suelen aparecer en los encuentros. 
Imaginemos factores externos e internos: las condiciones de la cancha, su superficie, 
el viento, el sol, las pelotas, los ruidos. Pero a la vez, imaginemos un rival que es 
bueno, que es sorprende, que domina el partido. O un score que se controla, o 
viceversa, se descontrola y los puntos se van rápido. Golpes no tan ajustados por 
momentos o estrategias que funcionan o confunden. 
Entonces, el segundo consejo sería imitar la preparación de los buenos 
artistas. Enfocarse en la previa, como si uno fuese a actuar un rol, un personaje. En 
este caso, el de un atleta. Y al igual que los buenos actores/actrices, que se 
mentalizan para el tiempo que dura la obra y saben hacerse cargo de ese 
protagónico, hay que reír, llorar, sufrir en el camino. Tomarse un tiempo para 
adecuar la mente a ese esfuerzo. 
Robert Redford, uno de los grandes artistas de Hollywood, contaba que él 
aprendió mucho observando. Cuando era joven, viajó a Francia e Italia sin saber el 
idioma. Y entonces se sentaba en los bares a mirar. Veía la gente interactuando, y el 
copiaba sus ademanes, sus gestos, sus miradas. 
Entonces, al igual que esos buenos intérpretes, el tenista debería mirar, 
observar a los buenos jugadores, ver sus rituales, sus movimientos, sus 
entrenamientos. Estudiar y analizar sus fortalezas y entender como cubren sus 
debilidades. 
Carlos Abugauch, el entrenador argentino especialista en tenis femenino, dice 
que uno tiene que elegir un jugador reconocido y parecerse. Copiarle gestos técnicos 
y lo que le guste del tenista. En el proceso hay que divertirse y va a comenzar a 
emerger un jugador nuevo, propio. 
Finalmente, cuando uno entra a una cancha o ingresa a un escenario, ya no va 
a haber un director o un coach. El tenista o el actor quedan solos para jugar o 
interpretar. Toda esa energía la debe ir preparando, ajustando a lo que viene. 
La entrada en calor para un partido no debe ser tomado como una necesidad 
menor, sino como una adecuación a las condiciones extremas que suelen pasar ahí. 
La inteligencia radica, como los grandes artistas, en entrar en el personaje, en el rol, 
en saber planificar lo que viene, y luego ejecutarlo. 
¡Así que ya saben, preparados, cámara, acción! 
Capítulo 3: “Método Sun Tzu, El Arte de la Guerra” 
 
“Para tomar infaliblemente lo que uno ataca, hay que atacar donde no haya 
defensa” 
Sun Tzu 
En el libro de “El arte de la guerra”, escrito por el filósofo y estratega militar 
Sun Tzu de varias y delicadas formas, el general decía que las batallas hay que 
elegirlas, y eso implica seleccionar el terreno donde se va a realizar el 
enfrentamiento, y el momento ideal. 
Ya yendo al tenis, el analista australiano Craig O´Shannessy, quien trabaja en 
el canal interno de Wimbledon durante la competencia, además de asesorar a varios 
tenistas, propone exactamente eso. 
He leído mucho de sus teorías, O´Shannessy dice, en esta oportunidad, que 
no hay que ser bueno en todos los aspectos del juego. No es necesario. Pero si ser 
muy bueno en algo. Por tanto, hay que elegir llevar al partido a ese campo. 
Para esta nota, saqué material del análisis de O´Shannessy de los partidos 
previos a octavos de final de Wimbledon del 2019. Craig analizó las áreas donde, 
según él, se definen los partidos. 
Ellos son seis: 
1- Los puntos ganados desde la base. 
2- Saque y red. 
3- Aces. 
4- Devoluciones de saque ganadoras o que fuerzan errores. 
5- Quiebres de saque en primera oportunidad. 
6- Puntos ganados en la red luego de un tiro de aproximación. 
A los que llegan a los últimos dieciséis de cada competencia, le dicen los 
“Dulces 16 —Sweet sixteen—”. Vamos a ver en este análisis que ninguno repite el 
terreno donde lidera. Pero, por supuesto, son jugadores del más alto nivel, y por lo 
tanto, aunque no ganen alguna de estas áreas específicas, son muy buenos en las 
otras y también ganan puntos en ellas. 
Por ejemplo, en puntos de base, el español Roberto Bautista Agut en 
caballeros con el 62%, y la checa Petra Kvitova en damas con el 61%, eran los 
líderes. Son porcentajes altos. Cualquier jugador que sabe que gana 6 de cada 10 
peloteos, va a optar por llevar el ritmo del partido por ahí. 
En saque y red, el que había ganado más puntos era el francés Benoit Paire. 
Sobre este jugador, es interesante mencionar antes que alguna vez escribí sobre el 
análisis de los 14 pasos de Stefan Edberg para alcanzar la red. La calidad de 
ejecución y su velocidad para concretar los 14 pasos antes de llegar a la red eran la 
característica particular del serbio. 
Volviendo a Benoit Paire, cuenta O´Shannessy que el francés fue, durante 
Wimbledon 2019, el único jugador que llegó a meterse dos pasos dentro del área de 
saque para volear por primera vez luego del servicio. Paire es un tenista alto, de 
piernas largas y muy veloz. En el césped de la “Catedral” le aseguran un granimpacto, porque los servicios salen muy rápido. 
En damas la checa Barbara Strykova había hecho 48 saques y red en el 
torneo, con un porcentaje de puntos ganados de arriba del 70%. 
En el rubro devolución de saque Mijaíl Kukushkin, un jugador kazajo, era el 
que llevaba la delantera con 18 puntos directos ganados hasta esa rueda. 
En ataques a la red, Roger Federer era el mejor, con el 82% de sus puntos 
ganados cada vez que buscaba la red. 
En Aces, el líder era el estadounidense Sam Querrey, con 75 conseguidos en 
3 partidos. A 25 por partido en promedio, hace un set entero de aces por encuentro. 
Una locura. Un tercio del partido sin que tu rival toque la pelota. 
Finalmente, en quiebres de saque a la primera oportunidad, lideraba el 
jugador Tennys Sandgren de USA, con casi el 50%. Número muy alto como para 
descuidarse si cualquier jugador lo enfrenta. 
Wimbledon 2019 fue ganado por Novak Djokovic, en un ajustado partido en 
el quinto set, en el que su oponente Roger Federer tuvo dos match point a favor. 
Novak no estaba en dominio de ningún rubro, pero siempre estuvo en puestos de 
liderazgo de algunas de las áreas analizadas. Finalmente terminó siendo el más 
equilibrado de los jugadores. 
Recuerden entonces: en el método Sun Tzu la clave es tener alguna de estas 
áreas de juego muy buena, y llevar el partido a su terreno. O como dice Craig 
O´Shannessy, no hay que ser el súper dominador de todos los golpes, pero sí saber 
elegir las batallas del partido. Aquellas que nos convengan. Que seamos superiores 
al rival. 
Así en el juego como en la guerra. 
Capítulo 4: “La Teoría del Estoicismo” 
 
La incomodidad es un maestro sabio 
Caroline Myes 
Vamos a intentar hilar qué tiene que ver una corriente filosófica de los 
griegos con el tenis. Y, aunque no lo crean, hay muchas similitudes. 
Los estoicos proclamaban que sólo se podría alcanzar la libertad y 
tranquilidad despojándose de las necesidades materiales. Séneca, quizás su principal 
pensador —no el creador, pero quien trascendió a su escuela—, decía esto: “Vivir 
siempre en la comodidad y no pasar siquiera una pena es ignorar la otra mitad de la 
naturaleza”. En el tenis de alta competencia se toman ciertos elementos de los 
estoicos: entrenar desde la incomodidad. 
Carlos Abugauch, el entrenador argentino, me cuenta que en sus tareas 
diarias con sus jugadores no pueden faltar retos físicos y mentales, porque la 
competencia los plantea. Carlos aboga por entrenar en situaciones poco confortables, 
y si no lo son, que se las imaginen. 
Un buen jugador de tenis sabe que entra a la cancha a desafiarse. No va a 
estar en control del partido salvo esporádicamente. Tendrá que correr mucho, hasta 
la extenuación muchas veces. Pensar todo el tiempo como ir resolviendo las 
situaciones de juego que le plantea el rival o la poca claridad para ejecutar los tiros 
propios. 
Sumado a la velocidad de la pelota elegida por el torneo, el sol en contra, el 
viento a favor o en contra, a contratiempos familiares, la adaptación a la cancha, el 
público que en muchos encuentros no será aliado o incluso a la feroz autocrítica. 
Nadie compite cómodo en el tenis, y si eso les contaron, no es cierto. 
La pregunta es, ¿eso es necesariamente malo? ¡Bienvenidos a la vida! 
Louis Pasteur decía que no hay que enseñarles a los hijos la dificultad de la 
vida, sino instarlos a superarlas. 
Por tanto, en los entrenamientos hay que buscar escenarios poco 
confortables: situaciones de juego complicadas, en defensa y mal parados; obligarlos 
a recuperar posiciones en velocidad; que el esfuerzo sea moneda corriente. 
Ambientarlos mentalmente a las peores condiciones porque cuando eso ocurra en la 
competencia, los jugadores irán a reaccionar con mayor naturalidad. 
“Las circunstancias no hacen al hombre sólo lo revelan”, decía Epícteto, uno 
de los grandes pensadores de la corriente del estoicismo. 
La exigencia del deporte o la competencia es la elegida por el jugador. 
Algunos llegarán al circuito internacional, otros disputarán sólo torneos internos o 
jugarán con amigos. En el medio hay infinidad de opciones, y en cada una de esas 
probabilidades, cualquiera sea el nivel, se trata de interpretar el juego, estar a la 
altura. 
Para ello, superarse a diario es una meta. Los dejo con una frase que me 
repetía siempre, como un mantra, un viejo profesor que tuve en el colegio que me 
formó. Muy motivadora, y que, en sintonía con la corriente filosófica de los 
estoicos, corría a mi lado en la preparación de las maratones escolares, repitiéndome 
“No abandones, se puede un poco más”. 
Para finalizar, enseñando para ese momento y para el resto de mi vida: 
“La voluntad se entrena.” 
Capítulo 5: “El Método Sabotaje” 
 
Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo 
Albert Einstein 
Los nombres de los métodos o formas de enseñanza en el tenis de USA, son 
parte de su sistema. Todos los profesores de aquel país, que explican algún gesto o 
estrategia en nuestro deporte, le colocan un nombre propio a su teoría. Yo se lo 
escuché explicar a Jorge Capestany, un entrenador de los Estados Unidos. 
Pues el punto es hablar del “Método Sabotaje”. 
Para el diccionario, sabotaje es el daño o perjuicio que se hace 
intencionadamente a un proceso. Entonces, ¿cómo lo vinculamos con el tenis 
preguntarán? Esa fue la idea de Capestany. 
Y lo hizo de esta forma. 
Si en un partido se va perdiendo y el rival juega mejor, lo primero que se 
piensa es que se debe elevar el juego propio. Tratar de equipararlo al oponente. La 
mala noticia es que no es sencillo dar esa orden al cerebro y que, automáticamente, 
el nivel de tu tenis crezca. No hay tal cosa. 
Lo que sí puede pasar, el gran concepto del método, es tratar de anular el 
buen juego del rival. Bloquear lo que hasta ahí le funcionó. Sabotear su estrategia 
para nivelar el encuentro. Claro que no es sencillo. Pero se puede. 
Primero hay conocer nuestras fortalezas. Uno debe conocer sus golpes. 
Diferenciar aquellos que funcionan aún bajo presión, y un segundo grupo de tiros 
que, aunque uno no los maneje con tanta soltura y quizás no estén tan desarrollados, 
igual se podrían utilizar. 
Ejemplo: si el contrario juega fuerte de fondo y domina, contrarrestarlo con 
pelotas sin fuerza, cortas, drops, para sacarlo del fondo. Llevarlo a otro terreno que 
no se sienta cómodo. 
O acaso golpear pelotas altas, por ejemplo, que piquen, se eleven y lo lleven 
a jugar más atrás. O al revés de eso, jugar con slice bien bajo para que se tenga que 
agachar y no pueda pegar tan fuerte. También se puede atacar más y tratar de 
sorprenderlo. 
Siempre va a haber un recurso técnico/táctico para desequilibrar al rival. Y 
eso, por cierto, nos obligaría a mejorar la totalidad de los golpes en entrenamiento. 
En los primeros partidos de Federer y Del Potro, el suizo entendió que no le 
convenía intercambiar derechas con la velocidad de Juan Martín. ¿Qué hizo? Le 
jugaba slice bajo y cruzado, apenas pasada la línea de saque. Del Potro tenía que 
moverse para adelante, pegar con dos manos una pelota baja y corta, y quedaba sin 
respuesta al siguiente tiro del suizo. Hasta la final del US Open que Federer eligió 
una táctica errónea y se puso a jugar velocidad contra velocidad, “Delpo” no le 
encontraba la vuelta. 
Ese es el “Método Sabotaje”. 
Si el rival juega mejor, no hay que pretender subir de nivel mágicamente. Lo 
que hay que pensar es en anular el juego del contrario. Bloquearlo, frustrarlo y que 
no siga haciendo lo mismo. Ponerlo a jugar a nuestra altura, y ahí será otro partido. 
Les dejo esa tarea para sus próximas competencias. 
Capítulo 6: “La Regla de la Conformidad” 
 
Es sólo un sueno loco, hasta que lo concretas 
Serena Williams 
Mi amigo Carlos Abugauch, entrenador de tenis femenino argentino, tiene 
una regla que cumple cada vez que termina un entrenamiento: los pone en círculo a 
los chicos, y antesque prendan el celular o que se vayan corriendo a la casa, le 
pregunta a cada uno, “¿Qué dos cosas te dejaron conforme hoy?”. El jugador debe 
responder pensando qué aspecto del juego sintió haber mejorado ese día. Y es así 
cada jornada en que se ven. 
El hombre tiene, a diferencia de los animales, dos factores que le permiten 
aprender y superarse. Conciencia y razón. A ello apela Carlos. Esto me disparó dos 
ideas. 
Por un lado, pienso en el estilo de liderazgo. Una vez le preguntaron a Nelson 
Mandela de dónde había sacado ese estilo de guiar. Contó que su padre era jefe del 
clan Madiba de la familia real “Tembu”. Cuando el clan se reunía, él los ubicaba en 
círculo y preguntaba sobre un tema específico. Hasta que no había hablado el 
último, él no decía nada ni asentía. Sólo escuchaba. Recién cuando el último había 
expresado su opinión, comenzaba a participar. Todos se sentían importantes en su 
presencia. 
Carlos corrige durante el entrenamiento, como es natural. Sin embargo, no les 
dice que esto o aquello es lo que hicieron bien, espera que los chicos se lo cuenten. 
Y después expresa su opinión. Él lidera. 
¿Por qué es importante esto? 
Vamos a ir a la segunda idea: el PMC —Proceso de Mejora Continua—. 
Existe una serie de reglas que aplican las empresas en búsqueda de la excelencia en 
el producto. Un método para lograr la calidad total. Se establece un control y 
detección del error, de la demora. Un sistema permanente de mejora en todos los 
procesos de construcción, de compra de insumos, de venta, de marketing, etc. Esto 
es inalterable. Se innova en cada paso. Se acrecienta y enriquece el producto. 
Imaginemos este concepto trasladado al tenis. Vamos a buscar cada día ser 
mejores jugadores. Para ello nos tenemos que proponer dominar todas las 
herramientas técnico/tácticas que disponemos. Pero además prepararnos físicamente 
para ser más fuertes y rápidos que antes. Sumarle todas las ciencias aplicadas al 
deporte. 
¿Se juega con el calzado más conviene, con la cuerda que más se adapta a su 
juego? Lo mismo con la indumentaria, con las técnicas de relajación, la nutrición y 
el descanso. Cada detalle tiene que ser observado en ese proceso de mejora continua. 
De búsqueda de la excelencia del propio tenis. 
Es un objetivo de vida. Es una meta inalcanzable la excelencia. Obvio. Pero 
el proceso es el disfrute. 
Ser mejor que ayer. “¿Se puede?”, se preguntan los entrenadores. 
Simón Sinek es un escritor y motivador inglés que cuenta esta anécdota. 
Hubo una época que era asesor de Microsoft y Apple. El primero de ellos le hizo un 
regalo, un gadget. Dice que era precioso, líneas modernas, veloz. Quiso hacer una 
broma con el de Apple, le dijo que ese aparato funcionaba mejor que los de su 
compañía. El ejecutivo de la empresa de la manzanita ni lo miró, y le dijo “Es 
probable”, sin comentar nada más. La anécdota, dice Sinek, es que todos los demás 
compiten con Apple. Pero Apple está en otra liga, la de la innovación continua, ellos 
sólo compiten contra sí mismo. 
Sixto Segovia es un entrenador argentino en esa búsqueda también. Me dice 
que la comparación con el de al lado frustra, desanima. El foco tiene que ser uno. El 
esfuerzo y la perseverancia debe ser propiedad de cada uno, de sí mismo. 
La “regla de la conformidad” abre la puerta para ello. Los chicos lo toman 
como natural. Se autosuperan como parte de un juego y un proceso. Mejoran en 
función de ellos, y no del que se encuentra al lado. Esa es una actitud bienvenida 
para el tenis y la vida. 
Salgamos de la zona de confort y exploremos ese camino. Cuando lleguemos 
al final del día, pensemos, “¿qué dos cosas hicimos hoy para ser mejor que ayer?” 
Es una tarea apasionante. 
Capítulo 7: “El Método WIN” 
 
El momento presente es el único tiempo sobre el que tenemos algún dominio 
Tchich Nhat Hanh 
Jorge Capestany, coach en los Estados Unidos, es un profesional muy 
creativo para sus métodos, y también para los nombres que llevan estos. El 
marketing y el branding sirven para diferenciarse en un mercado muy competitivo. 
WIN quiere decir ganar en inglés. Y más allá de cómo los denominen, la idea 
es muy interesante. WIN es una sigla surgida de tres palabras. “¿What”s Important 
Now?”. Traducido, significa “¿qué es importante ahora?”. 
La idea es que, al menos en el tenis, es muy complejo anclarse en el presente. 
En general uno está pensando en lo previo, sujeto al pasado, porque estamos 
enojados por errores, porque estamos jugando mal o porque cuesta desengancharse. 
En el otro arco, uno se angustia por lo que viene, por el futuro. Porque no se 
sabe cómo cerrar el partido cuando uno gana, o porque se pone presión para dar 
vuelta el partido. Sea uno u otro, la intención es recordarle al jugador que el partido 
se juega en el ahora, en el presente. En la pelota que va a jugar ya. 
En charlas con mi amiga la Psicóloga deportiva y jugadora de Primera 
División Argentina, Fiorella Perna, acotaba que el momento para planificar el 
partido es en los cambios. El espacio para modificar la estrategia es el banco. En la 
cancha hay que estar atentos a los indicadores del cuerpo, a la siguiente pelota. 
Entonces, ¿cómo hace el tenista para recordarse eso? El mecanismo que 
definieron es precisamente el método. Se tiene que preguntar todo el tiempo, “¿qué 
es lo importante ahora?”. Ahora puede ser importante pensar en el lugar donde se va 
a golpear el próximo tiro, o en mover las piernas, o en ponerle tal o cual efecto. Y no 
lo que pasó o lo que viene. Apartar ese recuerdo de la mente no es sencillo, pero es 
lo que hay que hacer. 
El método WIN nos refresca precisamente eso, que el partido es la sumatoria 
de todos los tantos jugados en el ahora. 
Si me permiten este recurrente juego de palabras, el sistema prioriza tener 
presente el presente. 
Capítulo 8: “Modelo Optimista de Defensa” 
 
Como en las grandes batallas, a veces no gana el mejor sino el que está más 
convencido 
Diego Simeone 
En el tenis de alta competencia de estos tiempos, se juega mayormente a 
menos de 4 pelotas por punto. Se busca el ataque instantáneo. 
Sin embargo, ¿Es ese el patrón de juego de Rafael Nadal o de Diego 
Schwartzman? La respuesta es que, eventualmente, en algún momento del encuentro 
quizás lo hagan, pero está claro que su juego pasa por otro lado. 
Por tanto, vamos a trabajar el concepto de defensa. Cómo contrarrestar un 
ataque continuado. 
Con el profesor Carlos Abugauch somos amigos de la vida, nos criamos en el 
mismo club y éramos compañeros de dobles en Interclubes. Hoy se ha transformado 
en un especialista del desarrollo del tenis femenino. Vive en Córdoba y sus 
jugadoras dominan el circuito nacional en casi todas las categorías. Hablamos 
mucho con él sobre este tema. Menciona un concepto muy interesante que les pide a 
sus jugadores. “Intensidad cerebral” le dice. Mucha intensidad física y a pensar 
mientras. 
Como vamos a desarrollar la defensa en el tenis hoy, vamos a ponerle, 
también, un nombre a este modelo de juego: “Modelo optimista de defensa”. 
Si se enfrenta a un jugador bombardero, que juega a pocas pelotas, que no da 
ritmo. ¿Qué hacemos? 
Vayamos por partes, hay varias batallas por enfrentar: 
1. Posicional 
2. Física 
3. Mental 
Cuando hablamos de posición, pensemos lo que dice Craig O´Shannessy de 
su teoría de “Plus One”, que se traduce como “una más” en español. La idea es que 
saliendo del saque o luego de la devolución, se intenta definir en esa siguiente 
pelota. Por tanto, el saque y la devolución debería dejar al tenista en condiciones de 
finalizar el punto. A raíz de ello es muy probable que se arriesgue el saque y la 
devolución. Para el defensor, esta primera batalla se va a dar en la lectura del golpe 
y el anticipo, que serán esenciales para llegar al ataque del oponente. 
¿Por qué decimos que es posicional la batalla? En general el jugador “Plus 
One” busca su derecha para definir,o sea que se va a invertir. Esa posición es muy 
proactiva para el ataque, pero deja muchos espacios para el contraataque, ya que, al 
ubicar su cuerpo para definir con derecha, se corre mucho con el cuerpo hacia el 
revés. 
Entonces, la primera batalla para el defensor es asumir que va a venir un tiro 
fuerte a definir. Pero ello implica, a la vez y como en todas las crisis, que va a nacer 
una oportunidad, y es la posibilidad de contraatacar a esos espacios vacíos que deja 
el atacante. 
La segunda batalla se da en el terreno físico. Para ejemplificar el punto, 
algunos nombres van a servir. 
Ray Sugar Leonard y Mohamed Ali fueron dos de los mejores boxeadores de 
la historia. ¿Cuál era su característica? Su capacidad de defensa. Golpeaban y salían 
de la posición sin recibir contras de los rivales. Ambos parecían bailar con sus 
piernas. 
Carlos Abugauch utiliza mucho estos ejemplos. Él trabajaba cerca de la 
Federación de Box y cuenta que iba almorzar a su restaurante. Allí charlaba con los 
boxeadores y le dejaron estas dos enseñanzas: que hay que ser muy valiente para 
convivir con el dolor todo el tiempo, y la importancia de la defensa para los 
boxeadores, pegar a tiempo y que no les castiguen a ellos. 
El trabajo de piernas y el “visteo”, la lectura del juego como le decimos los 
tenistas, son las claves de una buena defensa en el boxeador. Por tanto, y volviendo 
al tenis, a un ataque potente le va a corresponder un contraataque veloz. ¿Qué se 
necesita? Mucho trabajo de velocidad de piernas y reacción. 
La tercera batalla se da en lo mental. Carlos lo llama “jugar el partido, 
siempre”. No resignarse al ataque fuerte del rival. No vencerse antes de tiempo. 
Consultada Fiorella Perna, mi amiga Psicóloga deportiva, ella propone 
conocer cuál es la llave del juego: ¿cuál es tu estilo?, pregunta. No todos juegan a 
cuatro pelotas. El que lo haga va a jugar con un menor margen de error. El que ataca 
todo el tiempo va a errar. Hay que estar atento a ello. 
Añade, además, que el esfuerzo es la primera variable de cualquier deportista. 
Y que, para sostenerse y superar el desafío, una de las habilidades más importantes 
que debe tener un tenista es el ser optimista. Pensar siempre en llegar a cualquier 
pelota. En nuestro deporte, Rafael Nadal o Novak Djokovic son reconocibles en este 
apartado. 
Recuerdo cuando Carlos Bianchi, el genial director técnico del mejor Boca 
Juniors de la historia, le puso como sobrenombre “El optimista del gol” a Martín 
Palermo. Martín, el goleador histórico del club, con muchas menores condiciones 
que otros cracks de la historia del fútbol, hizo más de 300 goles de todos los colores 
posibles. ¿Por qué? Porque estaba convencido que la pelota iba a ir ahí, donde él se 
proponía, donde él la luchaba. Fue un jugador temible por su confianza desbordante. 
En resumen, el “modelo optimista de defensa” se basa en dar lucha en cada 
una de las batallas. En la posicional, en la física y en la mental. En tener 
lectura del juego, anticipar los tiros del rival, mover mucho las piernas y ser 
optimista para llegar a todas. 
Winston Churchill decía “Un pesimista ve la dificultad en cada oportunidad, 
un optimista ve la oportunidad en cada dificultad” 
Capítulo 9: “Sistema de Inversión” 
 
Lo importante no es lo que uno sabe, sino que tan rápido aprende 
Robert Kiyosaki 
¿Qué tiene en común el tenis y la planificación financiera? Voy a desarrollar 
este punto para que se entienda. 
Sin ser un especialista, entiendo la idea madre de un modelo de inversión 
financiera. A mayor diversificación en activos distintos, mayor posibilidad de tener 
éxito. Cuando se apuesta a sólo uno, una crisis puede desbaratar años de trabajo. 
Veamos ese concepto llevado al tenis. A menor cantidad de herramientas, de 
golpes, de trabajo físico y mental, de maneras de entrenar y alimentarse, de 
descansar, de tácticas y estrategias, habrá menos chances de competir con suceso. 
Vamos a continuar, por lo tanto, hablando de los sistemas de defensa, pero 
centrado en los recursos técnico/tácticos. 
La defensa es una de las tres posibilidades tácticas que propone un juego 
dinámico como el tenis. El ataque y el punto neutro —comienzo del tanto, por 
ejemplo— son los otros dos. 
Uno puede estar en ataque, defensa o zona neutra de acuerdo con la 
disposición de cada uno en la cancha. Cada pelota es una oportunidad para modificar 
esa relación de fuerzas. 
Puede haber un jugador en ataque que no juega profundo. Entonces, el tenista 
de enfrente con un contraataque pasa a dominar el punto. Debido a ello es que cada 
recurso técnico, cada golpe, es importante. 
En el capítulo anterior hablamos del “Modelo optimista de defensa”. 
Nombramos las tres batallas que se entablan entre el jugador que ataca y el que 
defiende desde el punto de vista de este último. Una era la posicional, o sea la 
ocupación del espacio de uno y otro; la segunda era la demanda física que genera, en 
términos de velocidad de piernas y reacción, llegar a esa pelota del tenista que ataca; 
la tercera habla sobre la actitud mental del defensor que se aplica para llegar a todas. 
Hay voluntad de llegar, un esfuerzo por hacerlo, y la confianza en poder defender 
cualquier pelota. De ahí la palabra optimismo que se utiliza. 
Ahora, vamos a entrar en el conjunto de medios técnicos y tácticos para 
bloquear ese ataque. ¿Trabajamos tanto la defensa como el ataque en el tenis? 
Personalmente lo descreo. 
Los golpes de defensa vamos a dividirlos en dos, los tiros de contraataque 
directo, o los de rescate. Todo tendrá que ver con el tiempo y la distancia que el 
jugador defensivo debe recorrer para golpear ese tiro en defensa. El passing shot, o 
tiro para pasar, se encuadra en la primera de las posibilidades, el contraataque 
directo. 
De acuerdo con el espacio de la cancha que deba ocupar, el tenista en defensa 
puede pegar a la carrera o con tiempo. Si el rival deja la pelota dentro de los 
márgenes de la cancha, hay varias opciones para decidir, en tanto que, si la pelota 
hay que buscarla por fuera, se reduce la opción de passing shot a una: la directa. Se 
buscará pasar en un tiro ya que volver a su posición le va a resultar muy difícil. 
Elegirá un lugar para colocar e intentar definir en un golpe. 
Ahora, si se dispone de más de tiempo, si se encuentra en una posición más 
desahogada, se buscará pasar en dos tiempos. Una primera pelota para complicar la 
primera volea, y una segunda para ganar el punto. Esta forma de gestionar el punto 
es una de las grandes capacidades de Rafael Nadal o de Novak Djokovic, por 
ejemplo. 
Finalmente, si el físico realiza un menor desgaste para llegar a la pelota que 
golpea el jugador en ataque, se puede intentar pasar de primera con un passing shot 
o con un globo ofensivo. 
Entonces, para resumir, un golpe si estamos a la carrera por fuera de la 
cancha, dos para pasar si la situación es más cómoda, y uno, si el rival nos deja la 
pelota a la mano, y él en una postura mala. 
Luego están los golpes de rescate: el globo defensivo, alto para dar tiempo a 
volver al centro del campo propio y/o el slice, lento y bajo, para incomodar la 
primera volea del que ataca. Ambos al revés, porque impedirá que el smash sea más 
efectivo, y en el segundo de los casos, porque la idea es evitar la volea de drive que 
suele ser más fuerte por el recorrido más pronunciado del brazo del voleador. 
Volvamos al enunciado inicial. ¿Qué tiene en común el tenis y la 
planificación financiera? 
Si cada uno de ustedes invierte en golpes, está creando valor a su propio 
juego. Esto es para pensar. 
Capítulo 10: “Las Teoría de las Tres D” 
 
Cuando sientas que vas a rendirte, piensa porqué comenzaste 
Ojalá los tenistas tuviésemos todos días buenos. Que uno entrase en la cancha 
libre de problemas, que los golpes fluyan, que no haya situaciones incómodas con el 
viento, las pelotas, la cancha. Que el rival se equivoquemucho, que el jugador no 
tenga que apelar a reservas físicas, ni retos mentales. En fin, que el partido sea un 
trámite. 
Pero eso sólo pasa en las películas. En el tenis es imposible. 
Así que vamos a abordar un sistema, de los tantos que existen, para esos días 
malos: “Las Tres D”. 
Repasemos lo que sucede en el común de los casos: se ingresa a la cancha 
sobrecargado de problemas familiares y laborales; el timing falla; no se siente a 
pleno en lo físico; el rival juega bien y se escapa en el score; hay viento y la cancha 
no está en el mejor estado; al oponente los tiros le quedan bien, y a nosotros nos 
rebotan en todos los pozos y flejes. Aunque no sea la sumatoria de todas esas cosas, 
puede que pasen dos o tres juntas. El jugador ve una montaña de problemas. 
Esto no es un manual de autoayuda precisamente, pero ¿qué hacemos 
entonces? Sacamos del bolsillo el sistema de “Las tres D”: Definir. Desear. Desafiar. 
Primero, definir. Ese día estamos en situación de adversidad. Nada sale. No 
hay ganas de jugar. ¿Qué harían Nadal, Djokovic y Federer? ¿Dejarse estar? Nunca. 
Los buenos jugadores resuelven de manera correcta las situaciones complicadas. 
Buscan soluciones. Prueban con algo, y si no da resultados, cambian y van por otro. 
Entonces, el primer paso es definir que hay un problema. No se podrán 
controlar los factores y estímulos adversos, pero sí se puede elegir reaccionar ante 
ellos. 
La segunda etapa es estar dispuesto a cambiar. Desear hacerlo y elegir ese 
otro camino. Enfrentar las dificultades con una actitud positiva. 
Fiorella Perna, mi amiga y psicóloga deportiva de consulta, nos dice que los 
pensamientos negativos hay que detenerlos antes que lesionen el desempeño. La 
detención del circuito negativo, continúa Fiore, consiste en concentrarse brevemente 
en el pensamiento no deseado y luego utilizar una pista o disparador para detener 
esos pensamientos, limpiar la mente. El disparador puede ser una palabra simple 
como stop, o alto, o algún gesto con alguna parte de nuestro cuerpo. Cada uno debe 
establecer la señal que le resulte más efectiva. 
El tercer paso es el más complicado: desafiar las circunstancias. No siempre 
se puede estar en control del día. No siempre se está al 100% de las posibilidades. 
Pero si se puede estar comprometido con aquello que sí se puede manejar. El desafío 
es asumir que, en esa jornada en particular, se es un jugador imperfecto, y lidiar con 
ello para encarar la lucha que significa el partido. 
Ahí volvemos a lo que siempre se pregona. Jugar pelota a pelota. No importa 
lo que ocurrió antes, en la pelota pasada, o en el game anterior, o en el primer set. 
Importa el ahora. Importa ese punto que vamos a jugar. Importa mover las piernas, 
pensar cómo vamos a encadenar ese punto en particular, qué tiro se realizará 
primero para lograr una ventaja posicional. 
Recordemos que el plan general, la estrategia, el cambio de táctica, todo eso 
se realiza y se planifica en los cambios de lado. El punto se juega en el presente. Y 
allí va a estar el foco. 
El sistema de “Las tres D” o el “WIN” son válidos si uno puede estar por 
arriba del partido, analizando las variables que se dan, y no sumergido en 
situaciones adversas. Definir que estamos en problemas. Desear cambiar el status 
del partido. Desafiarse a hacerlo. “Las tres D”. 
Un jugador de tenis promedio ama este deporte por la problemática que le 
presenta todo el tiempo. Nada es permanente. Hay rachas ganadoras y momentos de 
baja. Enfrentarse a este reto es una cualidad que el tenista reconoce y quiere. 
Es lo que hace tan atractivo y diferente a este hermoso deporte. Y a la vida, 
claro. 
Capítulo 11: “El Método del Control Orientado” 
 
Es más importante superar a tu enemigo mentalmente, que con la fuerza 
Sun Tzu 
El concepto de “control orientado” proviene de otro deporte, del fútbol, pero 
es perfectamente aplicable al tenis y vamos a ver por qué. 
En el fútbol, la idea es que cuando a alguien le den un pase, el cuerpo de 
quien lo recibe se oriente para controlar y volver a pasar en menos de dos toques. 
Puede ser en uno incluso. Recibo y controlo con un pie, paso con el otro. Y el 
cuerpo, mientras la pelota recorre el camino hacia el jugador que va a pasar, se va 
orientando hacia dónde va a dar el próximo pase. O, de primera, también se hace el 
toque y se acelera la jugada, impidiendo una marca eficaz sobre quien porta el balón. 
En síntesis, el control orientado es eso. Entonces, la pregunta es ¿cómo 
aplicarlo al tenis? 
En el tenis hay muchos tipos de jugadores. De ataque, de defensa, 
contragolpeadores. Y dentro de estas divisiones también se encuentran otras 
subdivisiones. 
Ustedes habrán escuchado decir que hay tenistas que juegan con la fuerza del 
rival. Que no son jugadores potentes, que usan la fuerza de la pelota que viene del 
otro lado para complicar a su oponente. 
Ejemplos a lo largo de la historia del tenis de alta competencia hay muchos. 
John McEnroe era uno de ellos. Jimmy Connors, el mayor ganador de torneos ATP 
de la historia. O en el tenis actual Andy Murray, la número 1 del mundo, o Ashleigh 
Barty, la versión “veterana” de Roger Federer. 
Existen incluso más ejemplos en el tenis amateur. Jugadores de edad que ya 
no pueden aplicar tanta potencia, se reconvierten en tenistas con la habilidad para, 
aprovechando la velocidad de pelota que viene del otro lado, colocar más que 
golpear. 
Para ello hay que conocer un par de cuestiones técnicas: la posición del 
cuerpo y la altura de la pelota. 
El golpe ideal de derecha se da cuando la línea de hombros, y por lo tanto el 
cuerpo, apunta a la pelota que viene, el impacto dándose a la altura del pie de 
adelante. En ese instante la alineación nos permite golpear de forma adecuada, recto. 
Si la intención es cruzarla, la línea de hombros no estará tan cerrada. 
Golpeará a la pelota más adelante y se podrá cambiar la dirección. Así, se pegue 
potente o no, la clave es tomar el tiro de acuerdo con la conveniencia propia. Si a 
este concepto le sumamos que la máxima velocidad de la pelota del rival va a estar 
luego del pique, cuanto más alto peguemos más sencillo será dominarla. 
Roger Federer, de nóveles 39 años, tuvo un tiempo de experimentación con 
ello, en la época que lo entrenaba Stefan Edberg, que devolvía el saque a veces, 
incluso, de sobrepique y se iba a la red. La pelota no salía veloz, pero les quitaba 
tiempo a los rivales entre la ida y la vuelta del tiro, dificultando el siguiente 
movimiento, mientras él se acomodaba para volear. Sorprendía a los rivales. 
Allí, pues, estará la clave del concepto “control orientado” en el tenis, en usar 
las piernas para pegarle antes a la pelota, no llevar tan atrás la raqueta y jugar con la 
fuerza del rival. En tenis usamos la palabra timing, esa capacidad para pegarle en 
tiempo y forma correcta. En orientar la dirección de la pelota usando el poder del 
otro. 
Si el deporte fuera sólo para gente con potencia, el 95% de la sociedad 
quedaríamos afuera. Messi, por ejemplo, considerado por muchos como el mejor 
jugador de la historia del fútbol, es básicamente un biotipo de jugador no vigoroso. 
Es bajo, flaco, veloz, y extremadamente ocurrente. 
La inteligencia del caso es aplicar cualquier recurso válido, reglamentario, 
para hacer difícil el partido al oponente. 
O cómo decía Einstein, “El verdadero signo de la inteligencia no es el 
conocimiento sino la imaginación”. 
Capítulo 12: “El Sistema Más Uno” 
 
No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la 
que mejor responde al cambio 
Charles Darwin 
“El rey ha muerto, viva el rey”. Ese es el lema que se utiliza en la sucesión de 
las monarquías. Se suele usar como expresión ritual del fallecimiento del viejo rey, 
última vez para vitorearlo, y de bienvenida al nuevo monarca. La intención es que 
no hubiese intermedios entre una cosa y la otra para mantenerel poder vigente. 
En el tenis de alta competencia una nueva era está emergiendo. Murieron los 
peloteos largos como medida del juego. ¡Viva el rey! 
¿Y quién es el nuevo monarca entonces? Vamos a las estadísticas, que no 
mienten. 
En un 70% de los puntos de los Grand Slam, la pelota no pasa más de 4 veces 
por encima de la red, un 20% pasa de 5 a 8 veces, y solamente el 10% son los puntos 
largos, o sea más de 9 peloteos, tal como los conocimos hasta ahora. 
Entonces, dice el analista Craig O´Shannessy, ¿por qué en los entrenamientos 
seguimos haciendo esos largos peloteos y buscamos consistencia? 
En principio, no entren en pánico. Esos porcentajes son válidos para el tenis 
de alta competencia. En aficionados y tenis recreativo sigue vigente que gana el que 
comete menos errores. 
Esta nueva forma de plantear los partidos, el de menos de 4 tiros, implica 
sacar y a la siguiente definir, o devolución agresiva y a la siguiente intentar ir por el 
punto. Esa forma de establecer un patrón de juego corto se denomina “Más Uno”. 
El australiano de las estadísticas trabajó con los resultados de la primera 
rueda del US Open 2016. En el 86% de los casos, ganaron el partido los que 
vencieron en la batalla de los puntos ganados antes de la cuarta pelota. 
¿Ejemplos? Djokovic le ganó a Janowicz, un polaco con un servicio muy 
fuerte. El serbio venció en 92 duelos de menos de cuatro pelotas y el rival en 69. 
Hubo 23 puntos ganados de diferencia. Si pensamos que los peloteos de menos de 
cuatro es el 70% del partido, queda patentizado que ganar esa batalla es una de las 
claves para ganar los partidos. ¿Otro caso? Nadal a Istomin. Rafa ganó esa batalla 
también. 58 a 39, 19 puntos más que su rival. 
Los dos ejemplos no son jugadores que uno piense como usuales “Más Uno”. 
Sin embargo, ganan muchas pelotas con sus saques —Nadal mejoró mucho ese 
aspecto de su juego—, y son temibles devolvedores. Nole y Rafa se alternan el 
número uno de las estadísticas de devolución de servicio en el tour. 
“Los números son el lenguaje del éxito”, dice O´Shannessy. Nos dan 
herramientas para aplicar en los partidos oficiales que es dónde el deporte 
profesional se debate. Donde se gana o se pierde plata. La llave de una carrera 
tenística. 
En alguna nota previa lo planteábamos. Antes de la Big Data, en el 
entrenamiento de tenis se probaban estrategias para aplicar en el partido. Hoy, los 
números de los partidos nos indican que la principal batalla se da en las primeras 
cuatro pelotas de cada punto. 7 de cada 10 puntos van a disputarse en el terreno de 
menos de 4 pelotas. Por tanto, en la semana se practicará como las estadísticas 
indican, como se traduce de los partidos. 
Theodore Roosevelt decía, “En cualquier momento de decisión, lo mejor es 
hacer lo correcto. Lo segundo mejor es hacer lo incorrecto, y lo peor es no hacer 
nada”. 
El tenis de este tiempo se ha modificado. Así que le damos la bienvenida al 
tenis moderno. Adaptémonos al nuevo monarca. 
¡Qué viva el Rey! 
 
Acerca del Autor 
 
Alejandro de la Rua estuvo cuarenta años trabajando en el deporte. Es 
profesor y entrenador de Tenis, además de locutor de eventos deportivos. 
Lleva treinta y siete años como Director de Tenis del club Náutico Hacoaj, y 
los últimos tres años como Director de Desarrollo Deportivo de la Provincia de 
Buenos Aires.

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