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Aborto_México_XIX-XX

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Reporte
Sobre el aborto en México en los siglos XIX-XX
El autor explora cómo la profesión médica intentó intervenir en las estrategias reproductivas de las mujeres y cómo se veía la práctica del aborto por parte de médicos, obstetras y expertos legales. 
El artículo discute el papel de los médicos en la regulación de la reproducción en México durante el siglo XIX. La profesión médica desempeñó un papel significativo en la promoción de un discurso pronatalista y en el establecimiento de legislación para controlar el crecimiento de la población. Se exploran los dilemas éticos que enfrentaron los médicos al tratar temas sensibles como el aborto y los límites de la confidencialidad médica. 
Se discuten también las prácticas médicas y legales que rodean el aborto y el secreto de los profesionales médicos en el México del siglo XIX, a menudo, éstos se enfrentaban a decisiones difíciles sobre si revelar información sobre el embarazo de un paciente o mantenerla confidencial. 
Durante esos años fue difícil el diagnóstico del embarazo en las primeras etapas y la prevalencia de abortos espontáneos. 
La reputación de las mujeres en la sociedad mexicana durante este período.
El aborto terapéutico fue una práctica médica que se utilizó en México durante el siglo XIX y principios del XX para salvar la vida de la madre en casos de estrechez pélvica u otras complicaciones del embarazo. Los médicos de la época se enfrentaron a dilemas éticos sobre si tenían el derecho y el poder de sacrificar la vida del feto aun con el consentimiento de la madre. Algunos médicos, como el doctor Ibáñez, se oponían rotundamente a la práctica del aborto terapéutico, mientras que otros, como los médicos Rodríguez e Hidalgo y Carpio, lo practicaban en casos de necesidad.
A finales del siglo XIX, el doctor Cruz argumentó que el aborto terapéutico debía desaparecer de la práctica médica porque no llenaba las indicaciones científicas, era inmoral y contrario al derecho natural, y abría las puertas al abuso, mostrando ya claramente el temor a que pudiera ser usado como método anticonceptivo. 
La medicina legal también se involucró en el debate sobre el aborto terapéutico. Los médicos Luis Hidalgo y Carpio y Gustavo Ruiz y Sandoval elaboraron en 1877 el primer Compendio de medicina legal mexicano para llenar el vacío que había en ese tema. El doctor Hidalgo y Carpio había sido el redactor de los artículos relativos al aborto en el Código Penal de 1871 y abogaba por practicar abortos terapéuticos en caso de necesidad.
En general, los médicos condenaron el aborto intencional como un acto criminal y discutieron el asunto dentro del terreno de la medicina legal, fue un tema tabú en México durante gran parte de su historia. A pesar de ser considerado un delito penal y castigado con la muerte, fue una práctica poco condenada y buscada.
En el Antiguo Régimen, existían dos tipos de comportamientos sexuales: uno conyugal, que respetaba las prohibiciones hacia las prácticas contraceptivas, y otro extraconyugal, que sería el que utilizaría la contracepción. En este sector "marginal", las mujeres recurrirían al aborto de los niños ilegítimos, al infanticidio, a partos clandestinos o a la paternidad "falsa".
No fue hasta los años treinta del siglo XX cuando el tema del aborto intencional y de su eventual legalización se puso a discusión en México, con el aval científico de la medicina legal y la eugenesia. Sin embargo, aun entonces, se consideró que el aborto sólo debía servir como instrumento en manos del Estado para depurar a la población de elementos degenerativos, y fue denunciado como un acto criminal cuando era decisión individual. 
Tanto los que estaban a favor como los que estaban en contra del aborto eugenésico coincidían en negar a las mujeres la posibilidad de intervenir en una decisión que les concernía directamente, en lo que coincidían con la postura de la Iglesia.
Por otro lado, se destaca la prevalencia de abortos espontáneos en México durante el siglo XIX y principios del XX. Los médicos de la época atribuían esta frecuencia a diversos factores, como el "temperamento linfático" de las mexicanas, la alta tasa de fecundidad y la presencia de enfermedades como la clorosis. También se mencionan otros factores físicos y morales que podían provocar abortos espontáneos. 
En general, se puede observar que la falta de conocimiento médico y la falta de práctica obstétrica contribuían a la dificultad en el diagnóstico del embarazo en las primeras etapas, lo que a su vez aumentaba la prevalencia de abortos espontáneos. La condena de la profesión médica hacia las prácticas sexuales no reproductivas y la importancia del cuerpo femenino en la criminalización del aborto fueron factores clave en la formación de actitudes hacia el aborto durante este período.
Referencias· Núñez, F. (2008). Imaginario médico y práctica jurídica en torno al aborto durante el último tercio del siglo XIX. México, UNAM, pp. 127-162.

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