Aguas_protestantismo

Vista previa del material en texto

Reporte
Manuel Aguas y el protestantismo
La dieta de Worms fue realizada en 1521, presidida por el emperador Carlos V, fue el espacio donde Lutero defendió sus creencias, a pesar de que la mayoría de las miradas estaban llenas de odio y desprecio hacia Lutero, un viejo general tocándole la espalda le dijo con bondad: “amable monje, amable monje, tienes delante de ti un camino tan lleno de peligros, que ni yo, uno de los más grandes capitanes, he visto semejantes en las más sangrientas batallas. Pero tu causa es justa, si tienes confianza en ella, avanza en nombre de Dios y no temas; el Señor no te abandonará”. La defensa de las creencias llevó a la Reforma Protestante y a la creación de una nueva Iglesia. 
La figura de Lutero fue exagerada y denigrada en crónicas, sermones, panfletos y pinturas en la Nueva España durante más de tres siglos, fue representado como “supremo mal, engendro del demonio y máximo exponente de las entrañas del infierno”. Sin embargo, todo lo conocido era de forma indirecta, vía la obra de teólogos y religiosos españoles, que lo conocían desde terceros. 
La presencia de protestantes en la Nueva España fue aislada debido a la férrea vigilancia de la Inquisición, aunque hubo presencia de protestantes en el territorio, la presencia de estos grupos era mínima y no lograron organizarse debido a la vigilancia constante de la Inquisición.
Se destaca que la mentalidad colonial prevaleciente acerca de quien desafió el dominio del catolicismo y sigue existiendo el día de hoy. La presencia de Martín Lutero como máxima representación del mal en México, continúa en las primeras décadas del siglo XIX, trasciende el final de esa centuria, tiene vigencia en el siglo XX y todavía se utiliza la frase “la iglesia en manos de Lutero” para contextualizar el supuesto peligro.
La formación de una Iglesia mexicana y la penetración de la causa de la iglesia reformada en las mentes y corazones de la gente son temas importantes en la historia del protestantismo en México, la formación de una Iglesia mexicana fue un proceso complejo que se desarrolló a lo largo de varias décadas, en este proceso, se combinaron esfuerzos exógenos y endógenos que ayudaron en el establecimiento de la nueva fe. 
En este contexto, es importante destacar el papel de los personajes endógenos que facilitaron la implantación del protestantismo en México. Entre ellos, se encuentran Arcadio Morales y Manuel Aguas, quienes iniciaron su acercamiento al protestantismo a través de la lectura individual de la Biblia.
La propuesta de Aguas de tomar a Lutero como ejemplo a seguir en la lucha por la libertad religiosa fue un acto valiente y revolucionario en un contexto en el que la Iglesia Católica tenía un gran poder y control sobre la sociedad mexicana. 
La propuesta de Aguas no solo desafió la inercia cultural de la época, sino que también abrió la puerta a una nueva forma de pensar y de entender la religión en México. 
Un ejemplo de culto protestante en México es en el que se encontraban reunidos alrededor de veinte personas pertenecientes a la clase humilde del pueblo, en su mayoría campesinos y obreros, el culto era dirigido por el señor Sóstenez Juárez, quien era el pastor de la congregación, y en esa noche tenía como ayudante al señor coronel Lauro González, quien leía la fórmula bautismal.
Lo que más llama la atención de esta experiencia es la sencillez de su práctica, el culto consistía en la lectura de las escrituras sagradas, la oración y la explicación sencilla del evangelio, no había grandes ceremonias ni rituales complejos, sino que se centraba en la palabra de Dios y en la reflexión sobre ella. Esta simplicidad y accesibilidad de la práctica del culto protestante en México en ese momento puede haber sido un factor atractivo para aquellos que buscaban una alternativa a la Iglesia Católica.
Manuel Aguas como fue un personaje clave en la historia del protestantismo en México. Nacido en Chihuahua en 1830, Manuel Aguas fue un sacerdote católico que se convirtió al protestantismo en la década de los setenta del siglo XIX. Se destaca su papel como precursor del protestantismo en México y su compromiso con la difusión de esta creencia en el país.
En particular, se hace referencia a la carta que Manuel Aguas escribió en respuesta a Nicolás Arias, en la que explica su conversión al protestantismo. Esta carta fue el primer documento sobre la conversión de un sacerdote conocido al protestantismo y, a pesar de las críticas y la oposición de la Iglesia Católica, Manuel Aguas se mantuvo firme en su decisión de convertirse al protestantismo y continuó trabajando en la difusión de esta creencia en México.
Manuel Aguas fue uno de los lectores solitarios de la Biblia que habría de sacudir al México de los primeros años setenta del siglo XIX; junto con varios colaboradores y seguidores, Aguas inició predicaciones en San José de Gracia, lo que representó un antes y un después en las concepciones intelectuales que en México se tenían sobre el protestantismo y Lutero.
Referencias· Martínez García, C. (2013). Manuel Aguas: de sacerdote católico a precursor del protestantismo en México. México. UNAM, pp. 185-227.