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Reporte
Cuerpo y pentecostalismo
El pentecostalismo es una corriente religiosa cristiana que se originó en los Estados Unidos a principios del siglo XX, comparten un núcleo central de significaciones religiosas con otros credos cristianos, pero se distinguen por su concepción de la salvación y la convicción de que el cuerpo es potencialmente habitable por lo divino, lo que hace posible una lectura de la Biblia a través de unos ojos transformados por la presencia en sus vidas del Espíritu Santo, según su creencia. 
La iglesia pentecostal representa el espacio institucional de creación colectiva de sentidos, caracterizados por la esperanza en otra vida después de la muerte y la certeza de una vida terrena envuelta en aires de nubosidad.
El pentecostalismo es una corriente religiosa cristiana que se originó en los Estados Unidos a principios del siglo XX. Los pentecostales comparten un núcleo central de significaciones religiosas con otros credos cristianos, pero se distinguen por su concepción de la salvación y la convicción de que el cuerpo es potencialmente habitable por lo divino, lo que hace posible una lectura de la Biblia a través de unos ojos transformados por la presencia en sus vidas del Espíritu Santo, según su creencia.
La iglesia pentecostal representa el espacio institucional de creación colectiva de sentidos, caracterizados por la esperanza en otra vida después de la muerte y la certeza de una vida terrena. En este contexto, el cuerpo sirve de instrumento de lo sagrado; manifestaciones de ello son el don de sanidad y el de lenguas. Se trata de una construcción imaginaria y simbólica donde el creyente se enfrenta a un cuerpo carnal sujeto a las coacciones de la pulsión y a las legalidades del mundo, pero su consagración fractura la fatalidad derivada de su estar en el mundo profano elevándolo por encima de esta para introducirlo en un orden del ser cuyo sentido se encuentra articulado a los núcleos de significación de su fe cristiana.
Los pentecostales se rigen por una serie de principios que norman la administración, organización y ética bajo los cuales los creyentes guían sus vidas. En primer lugar, desconocen la autoridad del papa y le confieren ésta sólo a la Biblia; libro sagrado por excelencia pues para ellos contiene la revelación que Dios hace de sí mismo al hombre. 
Consideran innecesaria la intermediación de un intérprete de las sagradas escrituras, pues el Espíritu Santo ilumina por igual a todos aquellos que han reconocido a Jesucristo como salvador. Es decir, se apuesta por un sacerdocio incluyente de todos los creyentes; reconocen el carácter trinitario de Dios.
El cuerpo es considerado como un espacio de posesión de lo sagrado, creen que el Espíritu Santo puede habitar en el cuerpo humano y transformarlo en un instrumento de lo divino. Esta creencia se basa en la idea de que la salvación no es solo una cuestión de creencias, sino también de experiencia personal y transformación espiritual.
En este sentido, el cuerpo se convierte en un lugar de manifestación de lo sagrado, donde se pueden experimentar dones como el don de sanidad y el don de lenguas, éstos son considerados como evidencia de la presencia del Espíritu Santo en el cuerpo del creyente y éste, en tanto templo del Espíritu Santo, debe ser cuidado y protegido, esto implica una serie de regulaciones religiosas sobre los usos del cuerpo, incluyendo la prohibición de la embriaguez, la homosexualidad y otras prácticas sexuales que se consideran pecaminosas.
El cuerpo se considera vulnerable a las tentaciones del mundo y que debe ser protegido de ellas para mantener su consagración, por lo tanto, la disciplina del cuerpo se convierte en una práctica espiritual.
En este contexto, el ascetismo se convierte en una práctica importante para los pentecostales, éste se refiere a la disciplina del cuerpo y la renuncia a los placeres mundanos en busca de la santidad, a diferencia del ascetismo que caracteriza al protestantismo histórico, el ascetismo pentecostal no implica el rechazo del mundo exterior, secular y profano, los pentecostales creen que el creyente forma parte de ese mundo y hace suya la responsabilidad de cambiarlo a través de su vida cristiana.
Las ritualidades sagradas son una parte fundamental de la vida religiosa, éstas son consideradas como medios para acceder a lo sagrado y para experimentar la presencia del Espíritu Santo en el cuerpo del creyente.
Una de las ritualidades más importantes en el pentecostalismo es la profesión de fe y el bautismo, estos rituales marcan el tránsito del cuerpo del creyente desde lo profano a lo sagrado. La profesión de fe implica la aceptación pública del sacrificio de Cristo para la remisión de pecados, mientras que el bautismo con agua simboliza la muerte al pecado y la resurrección a una nueva vida en Cristo.
Otra ritualidad importante es el llamado "bautismo del Espíritu Santo", este se manifiesta a través de desmayos o estados de trance en los cuales el creyente experimenta dones espirituales como el don de lenguas o el don de sanidad, todos ellos son considerados como evidencia de la presencia del Espíritu Santo en el cuerpo del creyente.
Existen también una serie de rituales cotidianos que buscan mantener la consagración del cuerpo y la cercanía con lo sagrado, estos rituales incluyen la oración, la lectura de la Biblia, la asistencia regular a la iglesia y la participación en actividades de evangelización y servicio comunitario.
Esta creencia sostiene que el cuerpo es un templo del Espíritu Santo y, por lo tanto, debe ser cuidado y protegido, esto implica una serie de prohibiciones y restricciones sobre los usos del cuerpo, incluyendo la prohibición de la embriaguez, la homosexualidad y otras prácticas sexuales que se consideran pecaminosas, además, se prohíben ciertos alimentos y bebidas que se consideran dañinos para el cuerpo, como el alcohol y los refrescos.
La legislación del cuerpo en el pentecostalismo también se extiende a la apariencia física, como los tatuajes y las perforaciones, que se consideran una forma de dañar el cuerpo y, por lo tanto, se prohíben. La vagancia y los bailes también pueden ser considerados como comportamientos inapropiados que van en contra de la legislación del cuerpo.
Referencias· Jacobo Albarrán, M. (2013). La consagración del cuerpo en jóvenes pentecostales: un registro sicológico México. UNAM, pp. 127-146.