Infierno_pentecostalismo

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Reporte
Infierno y pentecostalismo
En este estudio se discute el concepto del infierno en la Iglesia Pentecostal de Chile, la creencia en éste se utilizó como una herramienta de miedo, control y disuasión, con representaciones que incluyen sentimientos de culpa y remordimiento, un lugar de castigo eterno y un espacio para la justicia. 
La Iglesia Pentecostal enfatizó la importancia de predicar y evangelizar para salvar almas del infierno, y el miedo al infierno se utilizó para controlar pasiones y comportamientos. Mansilla argumenta que el miedo al infierno se utiliza como una herramienta para mantener el poder y el control sobre la comunidad, y que la idea del infierno es maleable y puede transformarse en un espacio redentor. 
La creencia en la Iglesia es que la vida en la tierra es una forma de infierno, debido a la pobreza, la opresión y la violencia que experimentan los pobres y específicamente los seguidores de esta fe. Esta concepción pesimista del mundo se refleja en la idea de que el mal siempre vence al bien, la muerte siempre supera a la vida y el infierno al cielo, e incluso las leyes son infernales.
El autor enlista 8 representaciones de la idea de infierno durante los años 1928 hasta 1950, contextualizados en el pentecostalismo de Chile:
Remordimiento y culpa
Según esta creencia, el remordimiento y la culpa son sentimientos que experimentan los seres humanos cuando se alejan de los principios bíblicos y se involucran en el pecado. Estos sentimientos son vistos como una forma de arrepentimiento y una señal de que se necesita la ayuda del Espíritu Santo para volver al camino correcto.
Son una parte importante del proceso de salvación para superar el pecado y volver al camino correcto, se relaciona con la idea de que la vida en la tierra es una forma de infierno debido a la pobreza, la opresión y la violencia, creen que los seres humanos tienen la capacidad de elegir entre el bien y el mal, y que esta elección puede influir en su destino eterno. 
Negado y autonegado
Se refiere a la forma en que la Iglesia Pentecostal de Chile niega y autoniega ciertos aspectos de su propia doctrina y práctica. Por un lado, la Iglesia Pentecostal niega la importancia de la teología y la formación académica, y en su lugar enfatiza la importancia de la experiencia personal y la revelación divina. Esta negación de la teología se debe a la creencia de que la teología es una herramienta del diablo para desviar a los creyentes del verdadero camino de la fe.
También se autoniega al no aceptar la importancia de la política y la acción social, enfatiza la importancia de la salvación individual y la vida después de la muerte, y en su lugar, niega la importancia de la acción social y la política. Esta autonegación se debe a la creencia de que la política y la acción social son herramientas del diablo para distraer a los creyentes del verdadero camino de la fe.
Un lugar cercano
Se refiere a la creencia en que el infierno es un lugar real y cercano, que puede ser experimentado en la vida cotidiana, se basa en la idea de que el mal y la opresión están presentes en el mundo y que el infierno es una manifestación de esta realidad.
La creencia en un infierno cercano también se relaciona con la idea de que la vida en la tierra es una forma de infierno debido a la pobreza, la opresión y la violencia, de ahí la importancia de hacer de la tierra, de la sociedad y del barrio lo más alejado al infierno posible. La esperanza de un mañana mejor ya sea en el cielo o en la tierra, es contrarrestada con el miedo a la condenación y la necesidad de elegir el camino correcto para evitarla.
El eterno retorno del mal
Se considera el mal como una fuerza constante y recurrente en la vida, que siempre vuelve a aparecer. La esperanza de un mañana mejor se contrapone con la necesidad de elegir el camino correcto para evitar el eterno retorno del mal.
La ubicuidad del mal
Se refiere a la creencia en la Iglesia Pentecostal de que el mal es una fuerza omnipresente y absoluta en el mundo, el mal está presente en todas partes y controla y conoce los pensamientos de las personas. Los guardianes y vigilantes infernales están en todas partes y se alimentan y fortalecen con el dolor y la tortura que provocan a sus custodios.
El reverso de la vida terrenal
Se refiere a la creencia en la Iglesia Pentecostal de que la vida en la tierra es una manifestación del infierno y que la verdadera vida se encuentra en el cielo. Según esta creencia, la vida en la tierra está llena de sufrimiento, pobreza, opresión y violencia, y que solo a través de la elección correcta se puede evitar la condenación eterna.
Un lugar de monstruos
Se refiere a la creencia en la Iglesia Pentecostal de Chile de que el infierno es un lugar habitado por monstruos y seres híbridos, el infierno es un lugar de tormento y sufrimiento eterno, donde los condenados son vigilados por guardianes y monstruos que conocen todos sus pensamientos y deseos.
Para los pentecostales, el infierno es un lugar de monstruos que representan la fuerza y el poder del mal. Estos monstruos son descritos como gigantes con alas, garras y voz de mando como un león. Los pentecostales creen que estos monstruos conocen todos los pensamientos y deseos de los condenados y que los vigilan constantemente.
La creencia en un lugar de monstruos también se relaciona con la idea de que el infierno es un lugar de sufrimiento y tormento eterno. Los pentecostales creen que los condenados están desnudos y que sus voces, pensamientos, recuerdos y planes son conocidos por los guardianes y monstruos. El infierno es descrito como un lugar donde los condenados no tienen posibilidad de elegir y donde sus deseos y vicios no pueden ser satisfechos.
Un destino soslayable
Es la creencia de que el destino de los seres humanos puede ser cambiado a través de la elección correcta, el destino de los seres humanos no está predeterminado y puede ser influenciado por las decisiones que se tomen en la vida.
Para los pentecostales, el destino soslayable se evidencia en la importancia de la elección correcta para evitar la condenación eterna. La esperanza de un mañana mejor, ya sea en el cielo o en la tierra, se contrapone con la necesidad de elegir el camino correcto para evitar la influencia del mal.
Referencias· Mansilla, M. (2013). Miedo, control y disuasión en el pentecostalismo chileno. Las representaciones del infierno en la Iglesia Evangélica Pentecostal de Chile, 1928-1950. UNAM, pp. 147-174.