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Lo caballeresco en la iconografía cristiana medieval

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Reporte de lectura
Lo caballeresco en la iconografía cristiana medieval
El artículo discute la integración de la caballería en la iconografía cristiana medieval y su influencia en la sociedad y el arte de la época, así como la relación con la Iglesia y diversos temas que tenían relación con la idea de “ser un caballero”.
El primer tema tocado es el referente a la estética caballeresca que se refiere a un conjunto de valores, actitudes y comportamientos que caracterizan a la cultura caballeresca medieval, se basa en la figura del caballero, que se considera un modelo de virtud, honor y valentía; se refleja en la literatura, el arte y la iconografía de la época, y se caracteriza por la representación de escenas de batallas, torneos y gestas heroicas. 
La estética se asocia con la idea de la cortesía y el amor cortés, que se refiere a una forma idealizada de amor entre el caballero y su dama, basada en la admiración, el respeto y la lealtad. 
Sobre la "piedad caballeresca", la autora muestra un concepto que ha sido desarrollado por diversos autores, en general concuerdan en que se refiere a la práctica religiosa de los caballeros medievales, que se caracterizaba por una combinación de devoción religiosa y valores caballerescos. Esta práctica se basaba en la idea de que el caballero debía servir a Dios y a su señor feudal con igual dedicación y lealtad, y que su vida debía estar guiada por la virtud, la honradez y la valentía. Incluía la devoción a la Virgen María y a los santos, así como la participación en peregrinaciones y cruzadas. 
La iconografía cristiana medieval plasmó a Cristo como representación perfecta de un símbolo caballeresco, especialmente en los ciclos cristológico y hagiográfico, se le representa como el líder de un ejército celestial, comandado por San Miguel, y se le considera el grado máximo en la jerarquía celestial. 
La figura de Cristo como caballero se basa en la idea de que él es el modelo de virtud, honor y valentía, y que su vida y muerte son un ejemplo para los caballeros medievales. Se asocia con la idea de la lucha contra el mal y la defensa de la fe, todos ellos valores que son fundamentales en la cultura caballeresca. 
Junto al caballero, el acompañante de todos ellos es un caballo, figura que se asocia con la idea de la valentía, la fuerza y la nobleza, y se considera un símbolo de estatus social y militar, además de estar ligado con la idea de la lealtad y la fidelidad, ya que el caballero y su caballo forman un equipo.
A menudo se representa a diversos santos a caballo, simbolizando así su triunfo sobre el mal y su papel como guerreros de Dios. Además, también se asocia con la idea de la muerte y el más allá, ya que en la mitología clásica se consideraba un ser originario del inframundo y en algunas culturas medievales se representaba a las almas condenadas como demonios de aspecto equino.
Un elemento característico de los caballeros es la espada, un símbolo de la valentía, la fuerza, la justicia y la defensa de la fe y la doctrina cristianas; además, la espada también se asocia con la idea de la sacralidad y la magia, ya que algunas espadas contenían relicarios en sus empuñaduras y se les atribuían poderes taumatúrgicos. La espada se considera un símbolo de estatus social y militar, y se asocia con la idea de la lealtad y la fidelidad
Diversos santos fueron representados como caballeros, la cual fue cuidadosamente diseñada y promovida por la Iglesia como un modelo a seguir por los caballeros cristianos. Estos santos tenían su propia jerarquía militar y seguían a sus propios líderes, siendo San Jorge el santo caballero por excelencia. 
La iconografía de estos santos caballeros se originó en la imagen tradicional copto-bizantina del santo montado a caballo y armado, importada a Europa por peregrinos y ex-mercenarios del ejército bizantino. El culto a los santos caballeros también significaba ponerlos como ejemplo de comportamiento para toda una clase política, y muchos de ellos se convirtieron en patrones de países, ciudades o gremios. 
El documento menciona que uno de los episodios más escenificados en la Chanson de Roland es la lucha entre Roland y Ferragut, un gigante descendiente de Goliat, se convirtió en todo un alegato legitimador tres siglos después de la llamada a la guerra santa contra el islam y se mezcló con la imagen de Carlo Magno. 
El lugar donde se perfeccionaba un caballero era el bosque, se convierte en un lugar de pruebas y desarraigo que acaba por formar al caballero como persona si lo supera en lo fantástico que supone el bosque o el simple camino errático, con una serie de hechos extraordinarios y objetos con atribuciones mágicas usadas a su favor, así se enfrentaron a sus miedos y debilidades y donde puede encontrar objetos mágicos que le ayuden en su camino.
Bibliografía
VALLEJO NARANJO, C., (2008). Lo caballeresco en la iconografía cristiana medieval. Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, XXX(93),33-67. ISSN: 0185-1276. Recuperado de: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=36912019002

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