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Cómo voy a aplicar el pequeño grupo monosintomático con adolescentes en una institución educativa - Adriana Santillán

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FACULTAD DE FILOSOFÍA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
CARRERA: Psicología Clínica
ASIGNATURA: Teoría y clínica del adolescente
TEMA DE ENSAYO:
Cómo voy a aplicar el pequeño grupo monosintomático con adolescentes en una institución educativa
AUTOR (A):
Adriana Santillán
DOCENTE: Rodolfo Rojas
PARALELO: B
2019
Adaptarse al momento es la clave para cualquier circunstancia de la vida. En el ámbito profesional es fundamental que exista adaptaciones; es decir, que el profesional tenga la capacidad de lograr hacer con lo que se le presente. Las maneras de ejercer las prácticas profesionales se van acomodando de acuerdo a las necesidades que surjan en el momento. Los profesionales, con el fin de realizar la función que le corresponde de acuerdo a su profesión, utilizan diferentes recursos o dispositivos para solucionar aquellos acontecimientos fortuitos. 
En el ámbito de la clínica psicoanalista, el trabajo terapéutico consiste en una relación bipersonal entre analista y paciente. No obstante, la manera de trabajar no se limita solo a dos personas en un ambiente terapéutico; sino que puede darse el caso de que sea necesaria la formación de un grupo interdisciplinario para llevar a cabo un trabajo terapéutico. El presente ensayo va a consistir del tema grupo monosintomático, del cual se va a hacer mención de su historia, en qué circunstancias es necesario llevarlo a cabo, cuál es su objetivo y su meta y finalmente, se va a tratar de exponer distintas maneras de aplicación para una población de adolescentes de una institución educativa.
El interés del psicoanálisis por el campo social es eminente. La clínica psicoanalista da respuestas y explicaciones del malestar de la época y del contexto social; además, trata de ofrecer maneras de hacer con dicho malestar. Un ejemplo claro del aporte de esta disciplina clínica a lo social fue dado por su fundador el médico psicoanalista Sigmund Freud, que con su obra el malestar en la cultura, dio cuenta de que el sufrimiento es inevitable. Las diferentes sintomatologías que aparecen por la época son analizadas por psicoanalistas, con el fin de buscar una solución a ello, en el sentido terapéutico de la palabra; a partir de invenciones de distintos dispositivos para determinadas sintomatologías, uno de los tantos resultados de invenciones es el dispositivo grupo monosintomático. Es decir, para encontrar el sentido de los síntomas hay que historizar el síntoma que se quiera problematizar. De manera más particular, para encontrar el sentido de un síntoma en un sujeto se tiene que partir desde dos puntos de vistas: el primero, el contexto cultural en el que se encuentra existiendo y el segundo, su historia familiar-personal.
La invención de la clínica monosintomática en el psicoanálisis surge gracias al aporte teórico, clínico y aplicado a instituciones de Massimo Recalcati acerca de las anorexias - bulimias, quien mediante investigaciones se dio cuenta que debido al discurso capitalista de la época, hay un exceso de goce que en casos de anorexia y bulimia provocaba este encubrimiento del objeto por parte del Otro antes de que exista el grito, es decir, ese primer momento mítico de completud; es decir que,  estos síntomas surgen como una respuesta frente al exceso del otro, frente al estrago de quien hace la función de madre. En ese sentido, en esta sintomatología hay una necesidad desesperada de separación del Otro, un signo reflejado en el cuerpo que le grita al Otro que no quiere saber nada de este; por ello, la clínica psicoanalítica tradicional no era del todo la más adecuada, porque el analista podría ser visto como un Otro, provocando un rechazo y consecuentemente, no sería accesible para un tratamiento. De ahí su necesidad de inventar una maniobra para tratar mencionada sintomatología, donde se puede pasar del grito a la palabra, sin la obligación de acudir a un Otro como tal, sino por medio de una identificación imaginaria con otros semejantes, con otros homogéneos. 
Todo tratamiento terapéutico tiene una base y la clínica monosintomática aplicada con una orientación psicoanalítica por Recalcati no fue la excepción. Para dar consistencia y validez a la práctica de estos pequeños grupos, de que se puede formar un vínculo grupal mediante una identificación recíproca, revisa trabajos teóricos formados por otros autores, los referentes son los trabajos de Bion, con su teoría de las masas y de Lacan, con sus teorías sobre el sujeto del inconsciente y su trabajo denominado el cartel. Con el tiempo, el dispositivo se fue puliendo y actualmente es muy útil para determinados casos, como las adicciones, ataques de pánico, bulimia, anorexia, depresión, entre otros.
En la clínica, los grupos monosintomático aparecen como un dispositivo usado para un trabajo interdisciplinario entre médicos, analistas y pacientes, donde cuyos pacientes comparten una queja o un malestar en común, lo que permite la formación de una identidad, para luego reconocer la singularidad de cada uno y que entre todos puedan ir elaborando una manera de hacer con la problemática. Entonces esta clínica hace del síntoma una especie de enseñanza identificatoria que reagrupa sujetos semejantes, unidos, precisamente por un rasgo común (Recalcati, 2007, p.24). Dependiendo de las circunstancias y el tema a tratar, el grupo monosintomático será la más adecuada opción para tratamiento; como ya se mencionó, en casos de adicciones, bulimia y anorexia la aplicación de un grupo monosintomático resulta la mejor forma de trabajar y producir efectos de subjetivización, dado a que esta es una clínica que va desde lo universal hasta lo particular - singular, a partir de una confrontación con la alteridad en un grupo formado.
La dirección a la cura en el grupo monosintomático se da porque “el sujeto descubre a través del semejante eso de si mismo que no tolera: el propio ser pulso al irreductible a cualquier forma de idealización imaginaria; la homogeneidad deja emerger así su reverso” (Recalcati, 2007, p.24). El sujeto percatándose de lo que causa malestar en el otro, revela lo que hay también en sí mismo, lo siniestro e insoportable, y esta identificación provoca una subjetivación, la cual conducirá a una manera de hacer con aquello que aqueja.
De acuerdo a Recalcati (2007) para la aplicación de este dispositivo grupal llamado grupo monosintomático como condición para su ingreso, el grupo no va a ser cuestionado, como sucedería en la iniciación el tratamiento analítico clásico, sino confirmado, hay una identificación grupal a la insignia social del síntoma; es necesario aclarar que el ingreso surge por una demanda a un Otro que reconoce a los sujetos a partir de un rasgo típico, a un Otro institucional; para su tratamiento es necesario dos momentos lógicos y cronológicos: el primer momento es denominado fase bisagra, donde el grupo se estructura sobre el poder de lo idéntico y sobre la identificación imaginaria; y el segundo momento es denominado fase nasa, en la cual se dará la inversión de lo homogéneo y la producción del sujeto en su particularidad (pp.81-82). 
Entonces para llevar a cabo un pequeño grupo monosintomático es necesario que exista una sintomatología en común. En la adolescencia, la formación de grupos cobra gran importancia, dado a que hay cierta necesidad de pertenencia y de identidad, por lo que sería común que los grupos formados por adolescentes estén ligados a un síntoma en común. supongamos que esta es la toxicomanía. La toxicomanía surge por una urgencia subjetiva, una angustia que no puede ser elaborada, dando como resultado el pasaje al acto al tóxico. La manera que voy a aplicar el pequeño grupo monosintomático con adolescentes en una institución educativa con dicho síntoma sería a partir de un trabajo interdisciplinario, donde estén involucrados: psicólogos, profesores, pacientes y sus familiares. A partir de un supuesto diagnóstico, se buscaría discriminar los aspectos ya estructurados en cada sujeto del grupo, los que se pueden modificar y las repercusiones de estos en lasingularidad de cada uno de los pacientes. Independientemente de lo que ocurra en las distintas sesiones, el fin el grupo monosintomático será un despliegue de la subjetividad. 
En síntesis, se puede decir que, la clínica monosintomática surge como una manera de hacer ante una demanda de orden institucional y pragmática. A través de la formación de un lazo social en un grupo, se produciría una identificación universal, la cual solo será un espejismo para que se produzca una identidad particular en el sujeto. El resultado que deja el trabajo de grupo monosintomático es la reinscripción del sujeto en el campo del Otro, que a primera instancia no quería saber nada.
Referencias Bibliográficas
 
Recalcati, M. (2007). Lo homogéneo y su reverso. Clínica psicoanalítica de la anorexia-bulimia en el pequeño grupo monosintomático. Málaga, España: Miguel Gómez Ediciones.

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