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Resumen de Sistemas 1 - segundo parcial

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Resumen de Sistemas 1 – Segundo parcial
Módulo 4
Kelly – Teoría de a personalidad
Perspectiva en el hombre: esta teoría de la personalidad se inició realmente con la combinación de dos nociones simples: primero, que se comprendería mejor al hombre si se lo considerase en la perspectiva de los siglos bien que en el chispazo del instante, y además, que cada hombre contempla, a su modo personal, propio, la corriente de acontecimientos de los cuales ha nacido tan velozmente. Proponemos que cada hombre es, a su propia manera personal, un científico. 
¿Qué tipo de universo? Suponemos que el universo está realmente existiendo y que el hombre, paulatinamente, está consiguiendo comprenderlo. Al tomar esta posición queremos dejar sentado desde el comienzo que hablamos de un mundo muy real, no de uno compuesto solamente por las sombras fugaces de los pensamientos humanos. Pero nos gustaría, por añadidura, aclarar nuestra convicción de que los pensamientos también existen realmente, si bien la correspondencia entre lo que las personas piensan realmente que existe y lo que existe en la realidad cambia continuamente. El universo que suponemos existe tiene otra importante característica: es integral. Por ello entendemos que funciona como una sola unidad, con exacta relación entre sí de todas sus partes imaginables. Las tres convicciones previas sobre el universo que acentuamos en esta sección son que éste es real y no una invención de nuestras imaginaciones, que todas sus partes trabajan juntas como un reloj y que es algo que acontece todo el tiempo, y no simplemente permanece.
¿Qué es la vida? La vida debe considerarse en la perspectiva del tiempo, si queremos hallarle sentido. Pero la vida, a nuestro entender, es más que el simple cambio. Implica una interesante relación entre partes del universo en la cual una parte – la criatura viviente – puede llegar a representarse otra parte, su medio. Algunas veces se dice que la criatura viviente es “sensible”, en contraste con la no viviente, o que es capaz e “reaccionar”. A grandes rasgos, es ésta la característica distintiva de la vida que proponemos. Pero preferimos nuestro modo de expresarla, porque acentúa la capacidad creadora de la cosa humana para representar el universo, no simplemente para responde a él. Porque puede representar su medio, puede realizar construcciones alternativas sobre él, y de hecho, modificarlo, por lo tanto, el universo es real, pero no inexorable, salvo que decida construirlo de esa manera. Por lo tanto, la vida, según nuestra manera de pensar, se caracteriza porque es esencialmente mensurable en dimensiones de tiempo y por su capacidad de representar otras formas de realidad, aun cuando retiene la suya propia. 
Sistemas constructivos: el hombre mira este mundo a través de pautas que él crea, y que luego trata de hacer concordar con las realidades de que se compone el mundo. Esta concordancia no es siempre muy estricta. Empero, sin tales pautas el mundo sería una homogeneidad indiferenciada tal, que sería imposible que el hombre lo entendiese. Incluso una débil concordancia es mejor para él que absolutamente ninguna. Permítase llamar construcciones a esas pautas que continuamente se ponen a prueba. Hay modos de construir el mundo. Ello permite al hombre, y también a los animales inferiores, trazar un curso de acción, explícitamente formulado o implícitamente llevado a cabo, verbalmente expresado o inarticulado totalmente, coherente con otros cursos de acción o incoherentes con ellos, intelectualmente razonado o sentido vegetativamente. En general, el hombre trata de mejorara sus construcciones aumentando su repertorio de ellas, alterándolo para conseguir mejores concordancias, e incluyéndolas en construcciones de sistemas superiores. El mismo acontecimiento puede ser construido simultaneo y provechosamente mediante varios sistemas disciplinarios (física, fisiología, ciencias políticas, o psicología). 
Cualquier sistema psicológico es susceptible de tener un ámbito de conveniencia limitado. El sistema o teoría que expondremos y exploraremos tiene un ámbito de conveniencia muy limitado, su esfera está restringida, hasta el momento, por lo menos, a la personalidad humana, y más particularmente, a los problemas que plantean las relaciones interpersonales. Los sistemas, tanto los psicológicos como los otros, no sólo que también tienen focos de conveniencia. Creemos que nuestra propia teoría tiende a tener su foco de conveniencia en el área del reajuste humano al stress. Por lo tanto, será más útil al psicoterapeuta, porque pensábamos primordialmente cuando lo formulamos en los problemas de la psicoterapia. El hombre crea sus propias maneras de ver el mundo en el que vive. 
Construcciones como base para predicciones: comenzamos con dos nociones: 1)que, visto en la perspectiva de los siglos, el hombre puede ser considerado como un científico incipiente y, 2) que cada individuo formula a su manera construcciones por medio de las cuales ve el mundo de los fenómenos. Como científico, el hombre trata de predecir, y por lo tanto, controlar, el curso de los acontecimientos. Se deduce, por lo tanto, que las construcciones que formula tienen el fin de ayudarlo en sus esfuerzos de predicción. Consideramos que una construcción es una representación del universo, una representación erigida por la criatura viviente, y luego probada con la realidad del universo. Puesto que el universo es esencialmente una sucesión de acontecimientos, probar una construcción significa probarla contra acontecimientos posteriores. En otras palabras, se prueba una construcción para predecir su eficacia. Un buen científico trata de probar sus construcciones tan pronto como puede. Todas las teorías tienden a ser transitorias. Cuanto más práctica sea y más útil parezca, más vulnerable será a la nueva evidencia.
La posición filosófica – formulación del alternativismo constructivo: hay varias maneras en las cuales está construido el mundo. Todas nuestras interpretaciones del universo pueden ser científicamente validadas, en forma gradual, si somos constantes y aprendemos por medio de nuestros errores. Suponemos que todas nuestras interpretaciones actuales del universo están sujetas a revisión o reubicación. Partimos de la base de que siempre hay posibilidad de escoger construcciones alternativas, al tratar con el mundo. Nadie necesita ser víctima de su propia biografía. A esta posición filosófica la llamamos alternativismo constructivo. La elección del conjunto de construcciones alternativas que se impone al mundo no es indiferente. No se puede echar a volar construcciones irresolubles, son que una persona se vea envuelta en dificultades. Si bien hay siempre construcciones alternativas posibles, algunas de ellas son muy pobres. El metro que se debe utilizar es la eficacia específicamente predictiva de cada construcción alternativa y de la eficacia predictiva general del sistema del cual, si se lo adopta, formaría parte.
¿Filosofía o psicología?: hemos adoptado el punto de vista fundamental que sostiene que todo aquello que es característico del pensamiento es descriptivo del pensador; que lo esencial de la curiosidad científica debe subrayar la curiosidad humana en general. Si examinamos atentamente la filosofía de una persona, nos encontramos observando a la persona en sí. Si logramos entender cómo actúa un individuo, descubrimos de qué manera se representan sus circunstancias. Una persona no es necesariamente lógica. Las palabras no simbolizan ciertas construcciones de ella que sólo puede expresar mediante la pantomima. Inclusive sucede que los elementos construidos pueden no tener asas verbales por medio de las cuales se los pueda manipular, y el individuo se encuentra respondiendo a ellos mediante impulsos averbales. Por lo tanto, al estudiar la psicología del hombre filosófico, debemos tener en cuenta sus pautas subverbales de representación y construcción. Lo que proponemos no es ni una filosofía ni una psicología convencionales. Como filosofía, nuestra teoría arraiga en laobservación psicológica del hombre. Como psicología, está relacionada con la visión filosófica del individuo.
Relación con los sistemas filosóficos: el alternativismo constructivo entra dentro del área de la epistemología que a veces se denomina gnoseología – el análisis sistemático de las concepciones empleadas por el pensamiento común y el científico para interpretar el mundo - . Nuestra acentuación de la prueba de las construcciones implica que nos basamos en los principios del empirismo, y más particularmente, de la lógica pragmática. A este respecto nos alienamos en la tradición de la psicología actual norteamericana. Pero, porque reconocemos que el hombre se acerca al mundo mediante sus construcciones sobre éste, somos, en cierto modo, racionalistas. Ontológicamente, nuestra posición puede identificarse como una forma de monismo; si es un monismo, es uno sustancial. 
El campo de la psicología: un ámbito de conveniencia es ese trozo del mundo real que un sistema o una teoría dado cubre con utilidad. Existen, desde luego, varios sistemas de construcciones psicológicas. Los sistemas psicológicos no sólo tienen ámbitos de conveniencia, sino también focos d conveniencia característicos; puntos en los cuales se aplican particularmente. Así, todas las teorías de estímulo-respuesta son especialmente convenientes en el punto focal del aprendizaje de los animales, las teorías de campo en el punto focal de la percepción humana y las teorías psicoanalíticas en el punto focal de la neurosis humana. 
La función de una teoría: puede considerarse que una teoría constituye una manera de unir una multitud de hechos, de modo tal que se pueda comprenderlos a todos inmediatamente. Cuando la teoría nos permite hacer predicciones razonablemente precisas, podemos afirmar que es una teoría científica. No es preciso que una teoría sea estrictamente científica para que resulte de utilidad. Una teoría provee bases para un enfoque activo de la vida. Los hombres pueden tomar parte activa en la formación de los acontecimientos. 
Determinismo y libre albedrío del hombre: una teoría vincula o determina los acontecimientos que se subordinan a ella. No está determinada por los acontecimientos en sí; lo está por el punto de vista especial del teórico. En realidad, hay dos formas de determinismo que se refieren a nosotros. Una es el determinismo que constituye el rasgo esencial de cualquier sistema de construcción organizado: el control de las construcciones supraordenadas sobre los elementos subordinados. El segundo está implícito en nuestra noción de un universo integral. El universo, tal como fluye, no está esencialmente dividido en acontecimientos independientes. Es una continuidad esencial. El universo fluye continuamente. Si bien se pueden abstraer en su curso ciertos rasgos repetitivos, nunca vuelve sobre sí mismo. Puesto que suponemos que el universo no vuelve sobre sí, cualquier secuencia de acontecimientos es la única secuencia de ese tipo exacto, idéntico, que alguna vez ocurrió. Puesto que ningún acontecimiento hubiera podido ocurrir diferentemente y seguir siendo él mismo, no tiene sentido señalar ninguno especialmente y decir que estaba determinado. Fue una consecuencia. Nos queda un tipo de determinismo importante, el control de una construcción supraordenada sobre sus elementos. El hombre, en la medida en que puede construir sus circunstancias, puede encontrar por sí mismo libertad de la dominación de éstas. Implica asimismo que el hombre puede esclavizarse en sus propias ideas y ganar su libertad otra vez reconstruyendo su vida. Este es, en cierto modo, el tema sobre el que se basa este libro. Algo más: puesto que el determinismo caracteriza el control que una construcción ejerce sobre sus elementos subordinados, la libertad caracteriza su independencia de tales elementos. Determinismo y libertad son por lo tanto inseparables, porque lo que determina a otro está, por el mismo hecho, libre del otro. En última instancia, el hombre fija la medida de su propia libertad y su propia servidumbre por el nivel en el que escoge establecer sus convicciones. El hombre que ordena su vida en términos de muchas convicciones inflexibles sobre circunstancias temporales se transforma en víctima de las circunstancias. Cada convicción previa, por pequeña que sea, cerrada a la revisión, constituye un rehén que da a la dicha; determina que los acontecimientos del mañana le proporcionen felicidad o tristeza. El hombre cuyas convicciones previas abarcan una perspectiva amplia, y se hallan moldeados en términos de descubrir las alternativas que eventualmente llevarán a su emancipación. 
Especificaciones para una teoría psicológica de la personalidad- modelos teóricos y focos de conveniencia: si aprendemos algo de los principios de construcción de teorías, podemos comenzar a elaborar teorías psicológicas que se adapten a los focos de conveniencia psicológicos. Nuestra posición, por lo tanto, consistiría en examinar una variedad de teorías científicas, no en encontrar alguna que pueda copiarse concretamente, sino en descubrir principios comunes que puedan aplicarse a la elaboración de teorías totalmente nuevas, especialmente pensadas para concordar con el campo de acción psicológico. El foco de conveniencia que escogimos para nuestros esfuerzos referentes a la elaboración de una teoría consiste en la reconstrucción psicológica de la vida. Nos referimos al modo de encontrar mejores maneras de ayudar a una persona a reconstruir su vida, de modo tal que no sea necesariamente víctima de su pasado. 
Fertilidad en una teoría psicológica: una buena teoría cumple funciones activas. Provee de un marco explícito dentro del cual pueden hacerse ciertas deducciones y anticiparse acontecimientos futuros. También proporciona un marco general dentro del cual se mantienen en su lugar algunos hechos, pendientes de la introducción de algunos principios específicos entre ellos. Uno de los criterios de una buena teoría científica está en su fertilidad en producir ideas nuevas.
Hipótesis susceptibles de prueba: otro criterio de una buena teoría psicológica es la producción de hipótesis susceptibles de comprobación.
Validez: una teoría aceptable deberá llenar igualmente otro requisito. Cuando una teoría produce una hipótesis que resulta verificable, estrictamente hablando es la hipótesis la que se fundamente, y no la teoría. Como indicamos anteriormente, es difícil afirmar que se ha otorgado validez a una teoría; lo más que se puede decir, por lo común, es que las hipótesis que surgieron a causa de cierta teoría probaron en general su validez. Pero es imposible saber; otras teorías distintas podrían haber generado las mismas hipótesis. En tal caso las otras teorías son al menos tan válidas como las primeras. Una teoría amplia está formulada de manera tal que las frágiles hipótesis que de ella se extraen no son precias. La deducción de una hipótesis es en cierto modo algo vago, indefinido, y el siguiente experimentador que la utilice puede disentir sobre el hecho de que la hipótesis desacreditada constituyó un derivado necesario de la teoría primaria. La teoría es válida sólo cuando alguien puede emplearla con el fin de producir hipótesis susceptibles de verificación. 
Generalidad: una buena teoría psicológica debería expresarse en términos de abstracciones de un orden lo suficientemente superior como para que puedan ser detectadas en casi todos los fenómenos que la psicología debe tratar. Debería relacionarse inicialmente con las propiedades más bien que con las categorías, aun cuando aquellas puedan subsiguientemente utilizarse como base para aislar categorías.
Operacionalismo: llevado al extremo al que algunos psicólogos sostienen que hrbía que llegar, ello significaría que no podría hacerse ninguna afirmación teórica a menos que cada parte estuviese referida a algo palpable. Este tipo de extremismo condujo a la jocosa situación por la cual, mientras los psiquiatras preferirían ser abstrusos que estar en lo cierto, los psicólogos preferirían equivocarse antesque ser abstrusos. El operacionalismo también implica algo más. Implica que las construcciones científicas se definen mejor en términos de operaciones o de secuencias regulares de acontecimientos. Por ello, cualquier cosa que vincula un antecedente a un consecuente puede denominarse variable interviniente, y toda la definición que una variable necesita es la afirmación del vínculo del antecedente-consecuente. El operacionalismo es de primordial importancia para e experimentador; al teórico sólo le incumbe secundariamente. Los términos en los que se afirma una teoría no llevan necesariamente a cuestas su propia definición operacional, aun cuando si se espera que la teoría sea productiva debería conducir, en manos de un psicólogo con mentalidad de experimentador, a investigar con variables operacionales definidas.
Modificabilidad: hay otros rasgos de la teorización de un buen científico que no es tanto una propiedad de las teorías en sí sino más de aquellos que las utilizan, debe considerarse que una teoría es modificable y, en última instancia, gastable. Algunos teóricos se limitan de tal modo al razonamiento deductivo que piensa que toda su estructura se derrumbará si comienzan a modificar sus suposiciones a la luz de sus observaciones subsiguientes. Una de las características de la teorización científica moderna es el margen que deja para que el razonamiento inductivo siga al resultado de los experimentos. Partiendo de las hipótesis tentativas se arriesgan predicciones específicas. Si éstas no se materializan, y si el científico no encuentra otro punto de partida, está libre para abandonar la hipótesis, y no debería perder el sueño por hacerlo. El tiempo en que uno debe aferrase a sus suposiciones frente a una montaña de pruebas en contra es asunto de gusto personal. Si aplicásemos este principio a la perseverancia en una posición teórica, significaría que consideramos que cualquier teoría científica es candidata eventual para el tacho de basuras. El enfocar las cosas de este modo debería ahorrar mucha ansiedad al científico, suponiendo que tenga convicciones flexibles que le hagan sentir personalmente independiente de su teoría. Ello también podrá impedir que prejuzgue sus resultados experimentales a favor de una teoría que no se atreve a abandonar. 
Lo que puede probarse: la función de una teoría científica es la de proveer una base para efectuar predicciones precisas. Estas predicciones se formulan en términos de hipótesis y están sujetas a pruebas. En realidad, en la investigación científica, nunca se encuentra la prueba definitiva de una hipótesis dada. Cuando se piensa que se tiene dicha prueba al alcance de la mano, surge otro científico, con una hipótesis distinta que proporciona una explicación tan plausible como la otra sobre los resultados de la experimentación. Lo que habitualmente se hace es proyectar el experimento de modo tal que los resultados, cualesquiera que sean, puedan expresarse de mejor modo como resultados de dos hipótesis: la hipótesis experimental o la hipótesis de nulidad. La hipótesis experimental es la que se deriva de la propia posición teórica o de cualquier otra fuente sistemática. La hipótesis de nulidad representa la propia predicción bajo condiciones de casualidad o azar. El punto importante para los propósitos de esta exposición es que, inclusive las hipótesis precisas que se derivan de una buena teoría científica nunca se comprueban definidamente, prescindiendo de la cantidad de experimentos que realicen. 
¿De dónde provienen las hipótesis? A grandes rasgos, podemos decir que hay tres modos de producir hipótesis verificables: 1) se pueden deducir de una teoría explícita; 2) se pueden inducir de la observación; 3) se pueden imaginar procedimientos lógicos y tratar de probarlos mediante una investigación estadística. El método hipotético-inductivo se rinde a los hechos desde el principio. Inclusive las hipótesis se formulan como generalizaciones menores de hechos observados, y la superestructura teórica explícita puede confirmarse posteriormente. El método de investigación estadística también parece aceptar la prioridad de los hechos. Difiere del método hipotético-inductivo o clínico en dos aspectos principales: la estructura lógica, tanto de las hipótesis como de la teoría, se reduce; y los hechos que se estudian fueron posibilitados por una variedad de observaciones previas con diversos prejuicios. En psicología se emplean los 3 métodos de formular hipótesis. El hipotético-deductivo está representado en la obra de los seguidores de la teoría del aprendizaje de Hull. El clínico-inductivo está representado en la de los psicoanalistas de mentalidad más científica. El método de investigación estadística está representado en la mayor parte de las pruebas de investigación de selección de personal corrientes en los trabajos del grupo de Minnesota con tests. En tanto que se utilice una buena metodología científica para controlar las hipótesis, se pueden aceptar los 3 métodos. Es probable que los progresos, bajo el método hipotético-deductivo, se vean restringidos a un campo estrecho por algún tiempo, a causa de la rigidez inherente al método. El método clínico-inductivo, puesto que se ubica junto con el sistema de construcción personal del investigador desde el principio, dará, probablemente, la impresión de un progreso muy rápido, llevará a conclusiones generales. El método de la investigación estadística proporciona una explotación rápida y segura de ideas que ya han sido expresadas o aplicadas. Tiende a ser estéril, considerado desde el punto de vista del desarrollo de nuevas ideas, y por lo común cae en el error de suponer que el mayor volumen define la mayor verdad.
Energía mental y proyección de teorías: al desarrollar un enfoque teórico alternativo en el campo de la psicología, deseamos formular un postulado fundamental que obviará 3 de los problemas particularmente intrincados que por lo general paralizan a los psicólogos que utilizan enfoques teóricos comunes. El primero, y el más importante, es el problema de aplicar el ímpetu de las modificaciones psicológicas, o la génesis de los procesos de esta índole. Introducida originariamente (la energía) para explicar los cambios físicos, se convirtió en una característica vital de una gran variedad de teorías científicas. Pero en el campo de los fenómenos psicológicos produjo confusión desde el principio. El difícil imaginar la “energía” mental operando en algo parecido al sistema cerrado de economía que fue una de las características útiles de su contraparte física. De este modo los psicólogo desarrollaron teorías de propulsión basadas en los “estímulos” y teorías de tracción basadas en las “necesidades”. Pero ambos enfoques tendían a ser animistas, por el hecho de que eran los “estímulos” o las necesidades más bien que las personas, los responsables de todo el trabajo que se realizaba. Después de regañarse por su ingenuidad durante un periodo de años, los psicólogos de la propulsión reconocen ahora que los objetos del medio no proveen realmente energía para los actos humanos; la idea es evidentemente absurda. Los psicólogos de la tracción, por el otro lado, insisten en que las necesidades y motivaciones de las que hablan no son más que abstracciones de la conducta humana. No obstante, las tratan como eternos irritantes de una criatura que de otro modo descansaría en plácido reposo. 
¿A dónde se volverá el hombre? Al lado del problema referente a lo que impulsa al hombre está el de la dirección de sus movimientos. Éste es el segundo de los espinosos problemas que paralizan a los psicólogos que utilizan enfoques teóricos comunes. Los psicólogos de la propulsión supusieron que cada estímulo, o un vector resultante de todos los estímulos en conjunto, es responsable de la dirección que toma una persona cuando se la impulsa a la acción. Similarmente, los psicólogos de la tracción supusieron que cada necesidad y motivación lleva en sí su propia tendencia direccional. Así, cada grupo deriva sus nociones de direccionalidadde sus corolarios particulares del postulado del objeto inerte. La teoría de campo de teoría de la Gestalt es una excepción en psicología. La direccionalidad de la conducta humana se describe a un nivel de abstracción más alto que en las otras teorías corrientes, y se expone algo sobre el modo como el hombre mismo estructura su camino. El psicoanálisis no adopta una posición sólida con respecto a este problema.
Individualidad en el proyecto de la teoría: el tercer problema desconcertante que puede resolverse por la cuidadosa elección de un postulado básico adecuado es el que se plantea para explicar las diferencias individuales de acuerdo con leyes. El problema requiere un enfoque constructivo en cuanto a la relación entre dominio público y privado. Si se ignora el dominio privado de un hombre, dentro del cual su conducta se somete a su propio sistema de leyes, se torna necesario explicar a este hombre como un objeto inerte flotando en el dominio público por causa de fuerzas externas. Al pensar en el individuo como si fuera él mismo operando bajo un sistema de construcción, el psicólogo puede elevar sus datos desde el caso individual hasta niveles de abstracción superiores. Entonces resulta posible elaborar públicamente una teoría verdaderamente científica sobre la psicología de las construcciones personales. Recientemente se ha producido un resurgimiento del punto de vista fenomenológico en psicología. La fenomenología original fue ampliamente superada por la psicología de la Gestalt, o más generalmente, por la teoría de campo. Toda conducta, sin excepción, está completamente determinada por el campo de los fenómenos del organismo que actúa, y es pertinente a él. La fenomenología actual se relaciona íntimamente con lo que se denomina teoría del autoconcepto. Tratan con la posición del yo en el campo fenomenológico o, en otras palabras, con la perspectiva que de sí mismo tiene el individuo. No podemos introducirnos dentro de la piel de otra persona y ver el mundo con sus ojos. Podemos, no obstante, comenzar por hacer inferencias basadas primordialmente en lo que vemos que hace, y no en lo que hemos visto hacer a otra gente.
Resumen de las especificaciones del proyecto: el universo es real; está sucediendo todo el tiempo; es integral; y es susceptible de interpretación fragmentada. Los diferentes hombres lo interpretan de diferentes maneras. Puesto que no debe lealtad a ningún sistema de construcción o interpretación del hombre, el mundo está siempre abierto para la reinterpretación. Algunos de los modos alternativos de interpretarlo están mejor adaptados a los propósitos del hombre que otros. Así, el hombre llega a entender su mundo mediante infinitas series de aproximaciones sucesivas. Puesto que se enfrenta siempre con interpretaciones alternativas, las que puede explorar si así lo desea, no necesita continuar siendo indefinidamente la víctima, ya sea de su historia pasada, o de sus circunstancias presentes. La vida se caracteriza no solo por su abstractabilidad en una línea de tiempo, sino, más especialmente, por la capacidad de la cosa viviente para representar su medio. Ello ocurre especialmente en el hombre, quienes elaboran sistemas de interpretación mediante los cuales observa el mundo real. Los sistemas de construcción o interpretación también son reales, aun cuando su representación no sea exacta. Por lo tanto, la naturaleza y la naturaleza humana son denomenológicamente existentes. Suponemos que cualquier sistema, en un momento dado, deberá ser reemplazado. Dentro de la estructura de un sistema, el determinismo y el libre albedrío constituyen aspectos direccionales del mismo sistema; es decir que una construcción está determinada por aquello con lo que se considera que deberá ser compatible siempre y, está libre de aquello que se considera que deberá estarle subordinado siempre. En última instancia, debería considerarse que una teoría psicológica se gasta. El psicólogo, por lo tanto, debe mantener independencia personal con respecto a su teoría. Ni siquiera los resultados experimentales prueban en última instancia que una teoría sea cierta.
Teoría básica: exponemos el postulado fundamental de nuestra psicología de las construcciones personales. Elaboramos luego la teoría por medio de once corolarios. Postulado fundamental: “los procesos de una persona están psicológicamente canalizados por los modos cómo ella anticipa los acontecimientos”. Un postulado es, desde luego, una suposición. Pero es una suposición de naturaleza tan básica que antecede todo lo que se dice en el sistema lógico que sostiene. Una afirmación, por lo tanto, es un postulado sólo si le otorgamos ese status. Si discutimos la afirmación, como podemos hacerlo en diversos casos, debemos reconocer que la discusión parte de otros postulados, afirmados explícitamente o, con mayor probabilidad, implícitamente reñidos. Así pues, en un razonamiento científico, nada antecede al postulado, en tanto que tal, y no se discute la verdad de una afirmación mientras se la utilice como postulado. No proponemos este postulado como una afirmación última de la verdad.
Términos: a) persona: se utiliza este término para indicar la sustancia que en primer lugar nos compete. Nuestra primera consideración es la persona individual. B) procesos: se supone desde el principio que el objeto de la psicología es un proceso. Para nuestros propósitos, la persona no es solamente un objeto que temporariamente está en movimiento, sino que es en sí una forma de movimiento. C) psicológicamente: aquí indicamos el ámbito que trataremos. D) canalizados: pensamos que los procesos de una persona operan a través de una red de caminos y no que se agitan en un vasto vacío. La red es flexible y se modifica con frecuencia, pero está estructurada y facilita y restringe el radio de acción de una persona. E) modos: los canales están establecidos como medios para lograr fines. Los procesos de una persona psicológicamente hablando, encajan en las muescas cortadas por los mecanismos que ella adopta para realizar sus objetivos. F) el: acentuamos el modo cómo el ser humano individual elige operar. G) anticipa: aquí es donde introducimos en nuestra teoría sus características predictivas y motivacionales. La anticipación es tanto el empuje como la tracción de la psicología de las construcciones personales. H) acontecimientos: el hombre, el última instancia, trata de anticipar acontecimiento reales. 
Corolario de construcción: “una persona anticipa los acontecimientos construyendo sus réplicas”. Al elaborar el sistema que denominamos la psicología de las construcciones personales, elegimos un postulado básico para fundarnos en él, y ampliar el sistema mediante la afirmación de ciertas proposiciones que, en parte, fluyen del postulado, y en parte, lo elaboran en mayor detalle. Llamamos a estas proposiciones corolarios, aun cuando, lógicamente, implican algo más de lo mínimamente implicado en las palabras del postulado. Nuestro corolario introduce la notación de construcción y réplica.
Términos: a) construyendo: por construir queremos decir ubicar una interpretación: una persona ubica una interpretación sobre lo que se construye. Erige una estructura, dentro del esqueleto del cual la sustancia toma forma o adquiere significado. La estructura que se erige por la construcción es esencialmente abstracta, si bien la persona puede estar tan limitada en su construcción que, en efecto, puede ser relativamente concreta. Al construir, la persona observa cualidades en series de elementos que caracterizan a algunos elementos y son particularmente característicos de otros. De este modo erige construcciones de semejanza y contraste. No debe confundirse la construcción con la formulación verbal. Muchas de estas construcciones dominantes no verbales o preverbales están incluidas en el campo de la fisiología. Es decir, se relacionan con elementos que entran dentro de los ámbitos de conveniencia de los sistemas de construcción fisiológicos. Así, pueden relacionarse con asuntos tales como la digestión,la secreción glandular, etc. Si se le pregunta a una persona cómo se propone digerir su cena. Le resultaría difícil responder a esa pregunta. Es probable que conteste que tales asuntos escapan a su control. Piensa así porque ni puede anticiparlos con el mismo sistema que debe usar para la comunicación. Sin embargo, la digestión es un proceso individualmente estructurado, y lo que uno anticipa tiene mucho que ver con el curso que sigue. Lo que decimos es que la noción de construir tiene un ámbito de conveniencia muy amplio, si elegimos utilizarlo de esa manera. Puede utilizarse inclusive con áreas limítrofes del campo de la fisiología. Si la psicología ni la fisiología debieran erigir fronteras entre ellas. Reconocemos que la noción psicológica de construcción tiene un ámbito de conveniencia amplio, el cual de ningún modo está limitado a esas experiencias de las que las personas pueden hablar, o de las cuales pueden pensar privadamente. B) réplicas: la sustancia que una persona construye es en sí un proceso de igual manera que es un proceso la persona viviente. Se presenta desde el comienzo como un proceso indiferenciado y sin fin. Sólo cuando el hombre afina su oído a los temas repartidos en el fluir monótono, su universo comienza a tener un sentido para él. Dentro de estos segmentos limitados, que se basan en temas repetidos, el hombre comienza a descubrir las bases para las semejanzas y las diferencias. El hombre puede descubrir un tema repetido, en su proceso de continuo fluir. Una vez que proporcionó a los acontecimientos principios y fines, y que se construyeron sus semejanzas y contrastes, es posible predecirles. Lo que se produce no es que mañana será un duplicado de hoy, sino que hay aspectos replicativos del acontecimiento de mañana que pueden predecirse con certeza. Así, el hombre anticipa los acontecimientos construyendo sus réplicas.
Implicaciones matemáticas del corolario de construcción: las estadísticas de probabilidad están basadas en el concepto de acontecimientos replicados. Y, desde luego, miden también la predictibilidad de mas réplicas de los acontecimientos. Los dos factores que crean las predicciones son el número de réplicas ya observado y la cantidad de semejanza que puede abstraerse entre esas réplicas. Puesto que el juicio de abstracción de lo que ha sido replicado es la base para medir del grado de semejanza, resulta que la labor de formación del concepto que precede a la elaboración estadística de los datos es básica para cualquier conclusión a la que se llegue en lógica matemática. Un acontecimiento es réplica de otro sólo en el caso de que se desee aceptar la semejanza abstracta de ambos. Lo que contamos depende de lo que abstraemos para contar; así, cualquier expresión matemática descansa en una tarea previa de formación de concepto. Lo que decimos, es que, cuando una persona anticipa acontecimientos construyendo sus réplicas, pone la base necesaria para el razonamiento matemático. Todo el razonamiento de tipo matemático es sobremanera dependiente del proceso de construcción prematemático.
Corolario de individualidad: “las personas difieren entre sí en la construcción de los acontecimientos”. Puesto que nuestro postulado fundamental acentúa los modos en que una persona emplea para anticipar acontecimientos, sienta las bases para una psicología de diferencias individuales. Se puede considerar que las personas difieren entre si, no sólo porque puede haber diferencias en los acontecimientos que pensaron anticipar, sino porque existen diferentes enfoques para la anticipación de los mismo acontecimientos. Dos personas no pueden desempeñar el mismo papel en el mismo acontecimiento. Cada uno experimenta al otro como algo externo. También porque cada uno experimenta a una persona diferente como figura central (es decir, ella misma). Aun cuando existen diferencias individuales en la construcción de los acontecimientos, las personas pueden encontrar bases comunes construyendo las experiencias de los que las rodean junto con las propis. No es inevitable que lleguen a utilizar bases comunes; en realidad, cuando las identificaciones culturales son diferentes, o cuando una persona abandona la tarea de buscar bases comunes con quienes la rodean, los individuos viven sus existencias juntos, pero en mundos subjetivos totalmente distintos. 
Piaget, Jean – La epistemología genética
Para Piaget la psicología genética es una teoría del conocimiento científico fundada en el análisis del desarrollo de los conocimientos. Piaget lo que se ha propuesto estudiar no el el conocimiento en sí mismo, sino cómo se incrementan los conocimientos, es decir cómo se pasa de una tesado de menor conocimiento a un estado de mayor conocimiento. Piaget sostiene que todo conocimiento implica una estructura y un funcionamiento. El método que Piaget ha denominado psicogenético, trata de estudiar la génesis de los conceptos en la inteligencia del niño, viendo cómo se van formando en cada individuo las nociones científicas. Para estudiar entonces la génesis de las nociones es necesario seguirlas en el individuo desde sus inicios y éste es el trabajo al que Piaget se ha consagrado fundamentalmente. Pero como él mismo señala, la construcción de las nociones no es un proceso individual, sino que es también un proceso social, y por ello el método psicogenético debe ser también un método sociogenético, aunque en la práctica Piaget haya descuidado mucho este aspecto. La posición epistemológica piagetiana es lo que puede denominarse el constructivismo, que antes él llamaba relativismo. Es una posición que se sitúa a medio camino entre el empirismo y el racionalismo. Piaget lo que ha hecho ha sido adoptar una posición intermedia, que pretende ser una síntesis, que tiene en cuenta tanto los aspectos hereditarios innatos como el aspecto de construcción que realiza el individuo. En su posición, el sujeto tiene siempre un papel activo en la construcción de los conocimientos. Estos no están dados de antemano, sino que son elaborados por el individuo, pero éste tampoco se limita a recoger lo que viene del exterior. A lo largo de sui desarrollo el sujeto va elaborando no solo sus conocimientos, sino también las estructuras, o los mecanismos mediante los cuales adquiere esos conocimientos, es decir que construye su conocimiento del mundo, pero también su propia inteligencia. A partir de la dotación que recibe hereditariamente y que le permite interaccionar inicialmente con el mundo, va elaborando esquemas, que son sucesiones de acciones reales o interiorizadas susceptibles de repetirse en condiciones semejantes (y no sólo idénticas), y con esos esquemas interpreta el mundo y actúa sobre él. Cuando un sujeto se encuentra en una situación en la que tiene que resolver un problema, aplica un esquema del que ya dispone; pero si la situación no es semejante a otra que ya ha encontrado anteriormente, tiene que construir una nueva solución, modificando esquemas que posee o combinando varios esquemas en una totalidad nueva, lo que supone una creación. En todo caso, esa modificación de esquemas va a dar lugar a nuevos esquemas y, por tanto, va a suponer un progreso en el repertorio de esquemas del sujeto. Otra de las ideas centrales de Piaget, relacionada con lo anterior, es que el desarrollo constituye un proceso adaptativo con sus dos polos de asimilación y acomodación. La asimilación es la incorporación del medio por parte del organismo y la acomodación es la modificación consecuente del organismo por las influencias del medio. La adaptación que se produce en el plano de la actividad mental es como la adaptación biológica y por ello la vida mental es una prolongación de la actividad biológica de los organismos. El desarrollo es entonces una actividad adaptativa del mismo tipo que otras actividades que realizan los organismos vivos. En el plano de la asimilación cognoscitiva nosotros sólo podemos, incorporar el conocimiento para los que disponemos ya de las condiciones precisas para aceptar ese conocimiento. Todo conocimiento se producesiempre desde el estado en el que el sujeto se encuentra. Si nosotros no disponemos de las estructuras asimiladoras adecuadas no podemos realizar la asimilación ni tampoco la acomodación consiguiente. Esto quiere decir entonces que la incorporación de todo nuevo conocimiento, la construcción de un cocimiento, sólo es posible cuando existen previamente las condiciones para que se produzca, lo cual subraya también el papel activo que tiene el sujeto en el conocimiento. Las epistemologías pueden dividirse en dos grupos, según que admitan la existencia de una génesis en los conocimientos o que consideren que éstos son independientes del camino seguido. Las primeras pueden denominare epistemologías genéticas y las otras epistemologías no genéticas. 
Introducción: todo conocimiento supone un aspecto de elaboración nueva. Lo característico de la epistemología genética es tratar de descubrir las raíces de los distintos tipos de conocimientos desde sus formas más elementales y seguir su desarrollo en los niveles ulteriores, inclusive hasta el pensamiento científico. 
La formación de los conocimientos: los niveles sensoriomotores: tanto en el terreno del espacio como de las diversas modalidades perspectivas en construcción, el lactante relaciona todo a su propio cuerpo como si fuera el centro del mundo, pero un centro que se ignora a sí mismo. La coordinación de las acciones del sujeto, inseparable de las coordinaciones espaciotemporales y causales que atribuye a lo real, es a la vez fuente de diferenciaciones entre este sujeto y los objetos y de esta descentración en el plano de los actos materiales que, con la ayuda de la función semiótica, hará posible la llegada de la representación o del pensamiento. El lactante trata de coger un objeto suspendido pero, en el curso de una tentativa infructuosa, sólo consigue tocarlo y se produce un balanceo que le interesa como espectáculo desconocido. Se ejercitará entonces en volver a provocarlo, lo cual constituye lo que puede denominarse una asimilación reproductiva (repetir el mismo gesto) y la formación de un comienzo de esquemas. En presencia de otro objeto suspendido lo asimilará a este esquema, lo cual constituye una similació reconocedora, y cuando repite la acción en esta situación nueva, se da una asimilación generalizadora; estos 3 aspectos de repetición, reconocimiento y generalización pueden seguirse muy de cerca. 
El primer nivel del pensamiento preoperatorio: desde las acciones elementales iniciales, no coordinadas entre sí e insuficientes para asegurar una diferenciación estable entre el sujeto y los objetos, hasta las coordinaciones con diferenciaciones, se ha realizado un gran progreso que basta para asegurar la existencia de los primeros instrumentos de interacción cognoscitiva. Los esquemas de la inteligencia sensoriomotriz no son conceptos todavía, ya que no pueden ser manipulados por un pensamiento y sólo entran en juego en el momento de su utilización práctica y material, sin ningún conocimiento de su existencia en tanto que esquemas, por falta de aparatos semióticos para designarlos y permitir tomar consciencia de ellos. Por el contrario, con el lenguaje simbólico, la imagen mental, etc., la situación cambio de modo notable, y a las acciones simples que garantizan las interdependencias directas entre el sujeto y los objetos se superpone en ciertos casos un nuevo tipo de acciones, que está interiorizado y más exactamente conceptualizado. Por una parte, sucede que desde los comienzos de este período del conocimiento representativo preoperatorio se realizan progresos considerables en la doble dirección de las coordinaciones internas del sujeto, es decir de las futuras estructuras operatorias o logicomatemáticas, y de las coordinaciones externas entre los objetos, es decir de la causalidad en sentido amplio, con sus estructuraciones espaciales y cinemáticas. En primer lugar, el sujeto rápidamente, se torna capaz de realizar inferencias elementales, clasificaciones con configuraciones espaciales, correspondencias, etc. En segundo lugar, desde la aparición precoz de los “por qué”, se asiste a un comienzo de explicaciones causales. El paso de las conductas sensoriomotrices a las acciones conceptualizadas no es debido tan sólo a la vida social, sino también a los progresos de la inteligencia preverbal en su conjunto y a la interiorización de la imitación en representaciones. 
El segundo nivel preoperatorio: en el nivel sensoriomotor, la centración inicial está ligada al propio cuerpo, mientras que con la conceptualización del nivel de los 2 a los 4 años hay simple asimilación de los objetos y de sus capacidades a los caracteres subjetivos de la acción propia; en este plano superior de los preconceptos y de las prerrelaciones, se produce así una centración inicial y analógica, puesto que se trata de reconstruir en este nuevo plano lo que ya se había adquirido en el nivel sensoriomotor. Después de lo cual se vuelve a encontrar una descentración igualmente análoga, pero entre conceptos o acciones conceptualizadas y no sólo entre movimientos, debida igualmente a las coordinaciones progresivas que, en este caso particular, tomarán la forma de funciones. En el caso de este nivel hablaremos de funciones constituyentes o no todavía de funciones constituidas, porque estas últimas, que se formarán en el estadio de las operaciones concretas, suponen una cuantificación efectiva, mientras que las primeras son todavía cualitativas u ordinales. Pero éstas presentan ya los caracteres fundamentales de la función, que son constituir una aplicación unívoca “a la derecha” (es decir en la dirección de esta aplicación). Pero, por importante que sea esta estructura nueva, sin embargo tiene limitaciones esenciales, que hacen de ella un término intermedio entre las acciones y las operaciones, sin ser aún un instrumento de conquista inmediata de estas últimas. Es efecto, la función constituyente no es reversibles en cuanto tal, pero está orientada y, por carecer de reversibilidad no supone todavía conservaciones necesarias. La acción por sí sola, está siempre orientada hacia un fin, lo que explica la importancia de la noción de orden en este nivel. Por lo que respecta a la lógica, el primer progreso debido a las coordinaciones entre las acciones conceptualizadas es la diferenciación constante entre el individuo y la clase, lo cual se manifiesta en particular en la naturaleza de las clasificaciones. 
El primer nivel del estadio de las operaciones concretas: la edad de 7-8 años señala por término medio un cambio decisivo en la construcción de los instrumentos de conocimiento: las acciones interiorizadas o conceptualizadas, las únicas que el sujeto poseía hasta ahora ¡, adquieren el carácter de operaciones en tanto que transformaciones reversibles que modifican algunas variables y conservarán las otras como invariantes. Esta novedad fundamental se debe una vez más al progreso de las coordinaciones, pues lo característico de las operaciones es ante todo constituirse en sistemas de conjunto o “estructuras” susceptibles de cierre, y que aseguran por este hecho gracias al juego de las transformaciones directas e inversas, la necesidad de las composiciones que suponen. Hay dos propiedades solidarias a las estructuras operatorias de este nivel: la transitividad y las conservaciones. Es evidente que la transitividad de los encajamientos sucesivos o de las relaciones está ligada al cierre de los sistemas; mientras que la construcción de estos últimos procede por tanteos, lo mismo que sucede con las seriaciones, en las cuales se establecen relaciones parciales antes de ser coordinadas en un todo, la transitividad no puede ser prevista como necesaria y sólo e evidente cuando se da la percepción simultanea de los elementos ; por el contrario, en la medida en que hay anticipación de los dos sentidos del recorrido y , la transitividad se impone como lay del sistema, precisamente porque existe sistema, es decir, cierre, puesto que la posición de cada elementos estádeterminada de antemano por el método utilizado es la construcción. En lo relativo a las conservaciones, que constituyen el mejor índice de la formación de estructuras operatorias, están ligadas estrechamente al mismo tiempo a la transitividad y al cierre de las estructuras. Tres momentos solidarios: el primero es el de la abstracción reflexiva que extrae de las estructuras inferiores los materiales para construir las superiores. En el segundo momento se produce una coordinación dirigida a abarcar la totalidad del sistema y que tiende a su cierre, ligando entre sí estas diversas ordenaciones o reuniones parciales, etc. El tercer momento es el de la autorregulación de ese proceso coordinador, que conduce a equilibrar las conexiones según los dos sentidos directo e inverso de la construcción, de tal forma que la llegada al equilibrio caracteriza este paso al límite que engendra las novedades características de estos sistemas frente a los precedentes, y en particular su reversibilidad operatoria. Hay que añadir a estas múltiples conquistas que marcan el primer nivel del estadio de las operaciones concretas las relativas a la causalidad.
El segundo nivel de las operaciones concretas: este es el subestadio (9-10 años) en que se alcanza el equilibrio general de las operaciones “concretas” además de las formas parciales ya equilibradas desde el primer nivel. La novedad de este subestadio es clara, particularmente en el terreno de las operaciones infralógicas o espaciales (cambios de perspectivas y puntos de vista).
Piaget, Jean – Seis estudios de psicología
El pensamiento y la función simbólica: merced al lenguaje el niño se ha convertido en capaz de evocar situaciones no actuales y liberarse de las fronteras del espacio próximo y del presente, es decir, de los límites del campo perceptivo, mientras que la inteligencia sensorio-motriz está casi por entero confinada en el interior de las fronteras. Además, gracias al lenguaje, los objetos y los acontecimientos no son ya únicamente alcanzados en su inmediatez perceptiva, sino insertados en el marco conceptual y racional que enriquece su conocimiento. Pero si se examinan de cerca los cambios de la inteligencia que se producen en el momento de la adquisición del lenguaje, se observa que éste no es el único responsable de tales transformaciones. Las dos novedades esenciales que acabamos de recordar pueden ser consideradas, una como pinto de partida de la representación, y la otra, como el de la esquematización representativa, por oposición a la esquematización sensorio-motriz que interesa a las acciones mismas o a las formas perceptivas. El lenguaje es necesariamente interindividual y está constituido por un sistema de signos. Pero, al lado del lenguaje, el niño pequeño que está menos socializado que después de los 7-8 años, y sobre todo que el propio adulto, necesita de otro sistema de significantes, más individuales y más “motivados”: éstos son los símbolos, cuyas formas más corrientes en el niño pequeño se encuentran en el juego simbólico o juego de imaginación. Ahora bien, el juego simbólico aparece aproximadamente al mismo tiempo que el lenguaje, pero independientemente de éste, y desempeña un papel considerable en el pensamiento de los pequeños, como fuente de representaciones individuales (a la vez cognoscitivas y afectivas) y de esquematización representativa igualmente individual. Pero el mismo juego simbólico no es la única forma del simbolismo individual. Podemos citar una segunda forma, que se inicia igualmente por esa misma época y desempaña también un importante papel en la génesis de la representación: se trata de la “imitación diferida” o imitación que se produce por primera vez en ausencia del modelo correspondiente. En tercer lugar, podemos llegar a clasificar como símbolos individuales toda la imaginería mental. La imagen: es un símbolo del objeto, que no se manifiesta aún al nivel de la inteligencia sensorio-motriz. La imagen puede ser concebida como una imitación interiorizada; la imagen sonora no es más que la imitación interior del sonido correspondiente y la imagen visual es el producto de una imitación del objeto y de la persona, ya sea por todo el cuerpo, ya sea por los movimientos oculares cuando se trata de una forma de pequeñas dimensiones. Así los 3 tipos de símbolos individuales que acabamos de citar, son derivados de la imitación. Ésta es, pues, una de las formas de paso posibles entre las conductas sensorio-motrices y las conductas representativas, y es naturalmente independiente del lenguaje, pese a que sirve precisamente a la adquisición de este último. Podemos, pues, admitir que existe una función simbólica más amplia que el lenguaje y que engloba, además del sistema de los signos verbales, todo sistema de símbolos en sentido estricto. Puede decirse entonces que la fuente del pensamiento debe buscarse en la función simbólica. La función simbólica a su vez se explica por la formación de las representaciones. En efecto, la característica principal de la función simbólica es una diferenciación de los significantes (signos y símbolos) y los significados (objetos o acontecimientos, ambos esquemáticos o conceptualizados). La constitución de la función simbólica supone, el diferenciar los significantes de los significados, de tal manera que los primeros puedan permitir la evocación de la representación de los segundos. Como el lenguaje no es más que una forma particular de la función simbólica, y como el símbolo individual es, sin duda, más sencillo que el signo colectivo, está permitido concluir que el pensamiento precede al lenguaje, y que éste se limita a transformar profundamente el primero ayudándole a alcanzar sus formas de equilibrio por una esquematización más avanzada y una abstracción más móvil. 
El lenguaje y las operaciones “concretas” de la lógica: lo primero que enseñan los estudios acerca de la formación de las operaciones lógicas en el niño es que éstas no se constituyen en bloque, sino que se elaboran en dos capas sucesivas. Las operaciones proposicionales (lógica de proposiciones), con sus estructuras de conjunto particulares, que son las del retículo y de un grupo de 4 transformaciones (identidad, inversión, reciprocidad y correlatividad) no aparecen, en efecto, hasta alrededor de los 11-12 años y no se organizan sistemáticamente hasta el período que va de los 12 a los 15 años. En cambio, desde los 7-8 años, veos constituirse sistemas de operaciones lógicas que no interesan aún a las proposiciones como tales, sino a los objetos mismos, sus clases y sus relaciones, y se organizan sólo a raíz de manipulaciones reales o imaginarias de dichos objetos. Este primer conjunto de operaciones, que llamaremos las “operaciones concretas”, consiste puramente en operaciones aditivas y multiplicativas de clases y relaciones: clasificaciones, seriaciones, correspondencia, etc. Ahora bien, las operaciones que permiten reunir (+) o disociar (-) clases o relaciones, son acciones propiamente dichas, antes de ser operaciones del pensamiento. Son, pues, coordinaciones entre acciones antes de poder ser transpuestas bajo la forma verbal, y por lo tanto, no es el lenguaje la causa de su formación: el lenguaje aumenta infinitamente su poder y les confiere una movilidad y una generalidad que no tendrían sin él, esto es cierto, pero no es el origen de tales coordinaciones. 
El lenguaje y la lógica de proposiciones: si bien es comprensible que las operaciones concretas de clases y de relaciones tengan así su origen en las acciones propiamente dichas de reunir y disociar, puede responderse que las operaciones proposicionales constituyen, en cambio, un producto auténtico del lenguaje mismo. En efecto, las implicaciones, disyunciones, incompatibilidades, etc., que caracterizan a esta lógica, no aparecen hasta alrededor de los 11-12 años, a un nivel en que el razonamiento se hace hipotético-deductivo y se libera de sus lazos concretos para situarse en un plano general y abstracto del que sólo el pensamiento verbal parece ofrecer las condicionesgeneradoras necesarias. El lenguaje no basta para explicar el pensamiento, ya que las estructuras que caracterizan a este último tiene sus raíces en la acción y en mecanismo sensorio-motrices más profundos que el hecho lingüístico. El lenguaje es, por tanto, una condición necesaria pero no suficiente de la construcción de las operaciones lógicas. Es necesaria, puesto que sin el sistema de expresión simbólica que constituye el lenguaje, las operaciones permanecerían en estado de accione sucesivas sin jamás integrarse en sistemas simultáneos o capaces de englobar simultáneamente un conjunto de transformaciones solidarias. Sin el lenguaje, por otra parte, las operaciones no podrían dejar de ser individuales e ignorarían, por consiguiente, la regulación que resulta del intercambio individual y de la cooperación. En este doble sentido, pues, de la condensación simbólica y de la regulación social, el lenguaje es indispensable a la elaboración del pensamiento. Entre el lenguaje y el pensamiento existe así un círculo genético tal, que uno de los dos términos se apoya necesariamente en el otro, en una formación solidaria y en una perpetua acción recíproca. Pero ambos, depende, en definitiva, de la inteligencia en sí, que, por su parte, es anterior al lenguaje e independiente de él. 
Piaget, Jean – seis estudios de psicología
Casi todas las escuelas psicológicas recurren a la noción de equilibrio y le atribuyen un papel en la explicación de las conductas. Conviene precisar desde ahora que no concebimos en absoluto el equilibrio psicológico como una balanza de fuerzas en un estado de reposo, sino que lo definiremos ampliamente por la compensación debida a las actividades del sujeto en respuesta a las perturbaciones exteriores. Lo importante, para la explicación en psicología, no es, pues el equilibrio como estado, sino el proceso mismo de equilibramiento. El equilibrio no es más que un resultado, mientras que el proceso como tal presenta un mayor poder explicativo. 
Lo que explica la noción de equilibrio: hay que señalar que el equilibrio es un propiedad intrínseca y constitutiva de la vida orgánica y mental. Los 2 factores básicos del desarrollo son la herencia, el medio físico y el medio social. Si se tiene en cuenta esta interacción fundamental de los factores internos y externos, entonces toda conducta es una asimilación de lo dado a esquemas anteriores y toda conducta es al mismo tiempo acomodación d estos esquemas a la situación actual. De ahí que la teoría del desarrollo recurra necesariamente a la noción de equilibrio, ya que toda conducta tiende a asegurar un equilibrio entre los factores internos y externos o, más generalmente, entre la asimilación y la acomodación. El desarrollo de las funciones cognoscitivas está caracterizado por una sucesión de etapas de las cuales solamente las últimas marcan el perfeccionamiento de las estructuras operatorias o lógicas, pero cada una de las cuales, y ya desde las primeras se orienta en esa dirección. Semejante desarrollo consiste, pues, ante todo en un proceso de equilibramiento. 
Los modelos de equilibrio: existe un gran número de modelos de equilibrio. Sólo tomaremos en cuenta 3, por haber sido aplicados o ser aplicables a la psicología. El primero en el cual se piensa es naturalmente el de un equilibrio de fuerzas en el seno de una estructura de campo, definiéndose el equilibrio por un balance exacto de las fuerzas. Un segundo modelo de equilibrio es el modelo probabilista puro. Existen procesos nerviosos de equilibramiento que se manifiestan, para las pequeñas compensaciones, a través de los habituamientos, y para las perturbaciones más complejas, a través de las nuevas adaptaciones. El tercer modelo será, pues, el del equilibrio por compensación entre las perturbaciones exteriores y las actividades del sujeto. Un equilibrio cognoscitivo es siempre pre “móvil” y, también constituye siempre un sistema de compensaciones probables de las perturbaciones exteriores por las actividades del sujeto. 
Conclusión: en general, el equilibrio de las estructuras cognoscitivas debe entenderse como una compensación de las perturbaciones exteriores mediante actividades del sujeto que constituyen respuestas a dichas perturbaciones. Pero estas últimas pueden presentarse de 2 maneras distintas. En el caso de las formas inferiores de equilibrio, sin estabilidad (formas sensorio-motrices y perceptivas), las perturbaciones consisten en modificaciones reales y actuales del medio, a las cuales las actividades compensatorias del sujeto responden entonces como pueden, sin sistema permanente. En el caso de las estructuras superiores u operatorias, en cambio, las perturbaciones a las que responde el sujeto pueden consistir en modificaciones virtuales, es decir que, en los casos óptimos pueden ser imaginadas y anticipadas por el sujeto bajo la forma de operaciones directas de un sistema. En este caso, las actividades compensatorias consistirán igualmente en imaginar y anticipar transformaciones, si bien en sentido inverso. En una palabra, las compensaciones comienzan por efectuarse de forma inmediata, pero acaban pudiendo consistir en puras representaciones de las transformaciones, y entonces, las perturbaciones, al igual que las compensaciones, se reducen a ciertas operaciones del sistema. 
Makirrian Zumalabe – El materialismo dialéctico
Materialismo mecanicista metafísico y materialismo dialéctico: históricamente el materialismo ha ido ligado al desarrollo de las ciencias y ha sido una consecuencia de ellas. Por tanto, era inevitable que el materialismo del siglo XVIII fuera metafísico y mecanicista. La ideología soviética necesitaba un materialismo que explicara, a la vez, las distintas manifestaciones de la materia y su desarrollo histórico y desde el materialismo mecanicista claramente condicionada por la metafísica se ignoraba el movimiento interno de los objetos que explicaba la evolución de la naturaleza material, considerando las cosas como inmutables. Estos suponía la incapacidad para explicar la evolución del mundo, para percibir el mundo como un proceso, como materia sujeta a desarrollo histórico. Para el materialismo dialéctico, ningún fenómeno de la naturaleza puede ser comprendido sin conexión con los que les rodean. El materialismo histórico explicaba la evolución social partiendo del materialismo dialéctico. Explicaba cómo al feudalismo sucedió el capitalismo y a éste el socialismo, siendo el tipo de trabajo el agente fundamental del cambio dialéctico de la sociedad. Según los pensadores marxistas, para los materialistas mecanicistas, la historia se hacía por la acción de los hombres, impulsados por su voluntad, expresión de sus ideas, que procedían del cerebro. La conciencia era consecuencia directa de los procesos fisiológicos y dependía de factores como la alimentación, el clima, etc. Sin embargo, para el materialismo dialéctico, el hombre no sólo vive en es espacio, sino también en el tiempo histórico. El materialismo dialéctico es la concepción filosófica del partido marxista leninista y su doctrina oficial. El materialismo histórico es la aplicación de los principios de materialismo dialéctico al estudio de la vida social, a los fenómenos de la vida de la sociedad, al estudio de ésta y de su historia. Al ser aplicado a la vida en sociedad, el materialismo dialéctico daba lugar al materialismo histórico, cuyo progreso influye sobre el desarrollo de la conciencia que es reflejo de la realidad. A su vez, la conciencia influye sobre el desarrollo social por medio del trabajo y el pensamiento, es decir sobre la realidad como reflejo de la conciencia. 
Los fundamentos del materialismo dialéctico
La universalidad de la materia: desde este planteamiento, todo en el mundo es materia en la diversidad inagotable de sus propiedades, no hay nada que no sea determinado tipo o estado de la materia, propiedad de la misma, forma de movimiento o producto de su desarrollo histórico. Así pues, la materia es universal. Ahora bien, no se debe confundir lo material con lo físico, conlo medible, ya que existen en el espacio y en el tiempo muchos fenómenos que son realidades materiales aunque no sean físicos ni puedan explicarse por las leyes físicas como, por ejemplo, las relaciones de producción de una sociedad. La materia se halla siempre en constante movimiento. No existe materia sin movimiento ni movimiento sin materia. La materia humana es también un fenómeno posterior, fruto de un desarrollo muy prolongado. Así, lo psíquico, lo ideal, no es otra cosa que lo material trasladado a la mente humana y transformado en ella. El movimiento de la materia es autogenerado, es un automovimiento. Engels diferenciaba distintas formas de movimientos: mecánico, físico, químico, biológico y social. Las formas superiores descansaban en las inferiores. A través del movimiento la materia se desarrollaba adquiriendo nuevas cualidades y elevándose a planos cada vez más altos. Para el materialismo dialéctico, el movimiento tiene doble forma: evolutiva o revolucionaria. Es evolutiva cuando se dan pequeños cambios, producto de modificaciones cuantitativas. Es revolucionaria cuando provoca cambios cualitativos. La evolución prepara el camino de la revolución.
El desarrollo dialéctico de la materia: en la antigua Grecia, la dialéctica era el arte de descubrir la verdad mediante la polémica poniendo al descubierto las contradicciones implícitas en la argumentación del adversario y superándolas. Para Hegel la historia era el proceso dialéctico del desarrollo de la idea, del espíritu universal. Marx y Engels adoptaron la dialéctica de Hegel como enfoque del desarrollo histórico-social y del hombre, pero refiriéndose no al desarrollo del saber, sino al de la materia. La idea hegeliana de dialéctica era metafísica y por ello, incapaz de captar la dialéctica del desarrollo del mundo, incapaz de explicar la transformación esencial de la naturaleza; las esencias eran eternas y el paso de la potencia al acto, el desenvolvimiento, era la única transformación que sufrían. Para Marx y Engels, la dialéctica explicaba rodos los cambios y las distintas formad de manifestación de la materia; la transformación dialéctica era cambio de una a otra esencia. Engels define la dialéctica como la ciencia de las leyes generales que rigen la dinámica y el desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. El método dialéctico destruía la idea de las esencias inalterables y eternas, todo lo dogmático, todo lo metafísico. 
Leyes de la dialéctica: entre estas leyes generales del desarrollo unas son fundamentales y expresan las relaciones dialécticas universales entre todos los fenómenos existentes (leyes del cambio dialéctico, de la acción recíproca, de la contradicción, etc.) y otras son secundarias, como las leyes de la unidad del contenido y la forma, unidad de la esencia y el fenómeno, del nexo causal del fenómeno y de la transformación de la posibilidad en realidad. Para la dialéctica y en virtud de la ley del cambio dialectico, toda la naturaleza, desde la más elemental partícula hasta el hombre, se halla en flujo constante, en movimiento y cambio incesante, en estado perenne y muerte. Según la ley de la acción recíproca, la dialéctica concibe las cosas y sus imágenes conceptuales esencialmente en sus conexiones, en su concatenación, en su dinámica, en su proceso de cambio. Se consideraban los objetos y los fenómenos como un todo articulado e interdependiente en el que se condicionaban mutuamente. Ningún fenómeno puede ser entendido si se estudia aisladamente. La ley de la contradicción, fue formulada por primera vez por Hegel y explicaba el desarrollo afirmando que el autodesarrollo es impulsado por sus contradicciones internas. Los objetos y fenómenos de la naturaleza llevan siempre implícitas contradicciones internas y esta lucha de los contrarios que se gesta en el interior de cada cosa es el motor de todo cambio dialéctico. Esto hará plantear al dialéctico la idea hegeliana de que toda afirmación (tesis) conlleva una negación (antítesis) que conducirá a la negación de la negación (síntesis) que, a su vez, es tesis para otra antítesis y así sucesivamente. Ahora bien, en dialéctica negar no es simplemente decir no o declarar que una cosa no existe, sino que es un momento del desarrollo en el que en una fase superior se repiten algunas propiedades de la fase anterior. Lo nuevo, en tanto negación de lo viejo no deja un vacío sino que lo supera; sin desarrollo de lo precedente no habría base para las nuevas formas. Tras el surgimiento de nuevas formas se conservan ciertas cualidades anteriores de modo más desarrollado. Lenin defendió explícitamente contra la postura de los empiriocriticistas que la negación dialéctica no era una negación que rechazaba todo desarrollo anterior y que la ley de la contradicción expresaba a la vez la continuidad de la cantidad a la cualidad, se expresaba en la ley del progreso por saltos o de la transformación de la cantidad en cualidad. Este principio es muy importante para la psicología, al afirmar que el desarrollo es “un proceso en el que se pasa de cambios cuantitativos insignificantes y ocultos a los cambios radicales, a los cambios cualitativos, que se producen, en forma de saltos de un estado de cosas a otro, y no de un modo casual, sino con arreglo a leyes, como resultado de la acumulación de una serie de cambios cuantitativos inadvertidos y graduales”. Evolución y revolución son conceptos que se utilizan para caracterizar aspectos diferentes del desarrollo. La evolución hace referencia a los cambios cuantitativos más o menos lentos y graduales. La revolución, sin embargo, se refiere a las transformaciones cualitativas y cardinales que se realizan a saltos. La relación entre ambos conceptos es compleja y viene expresada en la ley que nos ocupa; lo nuevo es siempre resultado de los estados predecesores.
La psicología soviética a la luz del materialismo dialéctico: para la antropología y la psicología, el salto dialéctico más importante se logra cuando después de u gradual y lento proceso de evolución, del cerebro del antropoide surge dialécticamente el cerebro humano con sus características específicas, lo que hace al hombre sujeto de una ciencia especial: la psicología.
Principios del desarrollo: la concepción histórica de la naturaleza viva: para el materialismo dialéctico, todos los seres, incluso los animales que hoy viven en la naturaleza, son el resultado de un largo desarrollo que va desde lo simpe a lo complejo.
Desarrollo filogenético: según Lenin, la materia es lo primario; el pensamiento, la conciencia, la sensación son producto de un desarrollo muy alto. Tal es la teoría materialista del conocimiento, adoptada espontáneamente por las ciencias naturales. Tuvo que transcurrir mucho tiempo antes de que apareciera el organismo vivo más simple, y mucho más hasta que surgiera el hombre como resultado del desarrollo dialéctico de la materia. La teoría de la evolución culmina con la aparición del organismo más complejo que produce la naturaleza que es el hombre. Culminada la evolución tras la que surge el hombre, aparece la sociedad y con ella la historia en cuyo desarrollo participa también activamente el hombre. En el transcurso del desarrollo de la sociedad, los hombres aprenden a ejecutar operaciones cada vez más complejas al planificar y alcanzar objetivos más elevados se diversifica el trabajo. Así es como surge el hombre, para el materialismo dialéctico, como ser histórico y natural al mismo tiempo, con los rasgos específicos de la naturaleza humana, porque nace con el cerebro humano, que es la herencia que ha recibido de sus antepasados después de una larga evolución.
Desarrollo ontogenético: el principio de la concepción histórica del desarrollo, también sirve para explicar a nivel ontogenético, de cada hombre concreto, su desarrollo como ser individual y social. Este proceso de socialización individual ha sido entendido como la creación de relaciones cada vez más complejas, como la formación de la esencia social del individuo. Para los marxistas, el individuoes el conjunto integrado de sus relaciones sociales. Vygotsky entiende al hombre como un proceso de socialización. Para este autor, el desarrollo es como un proceso de interiorización de las interrelaciones cada vez más complejas del niño con su entorno social. El idealismo metafísico, considera el desarrollo como un proceso de simple desenvolvimiento espontáneo (autodespliegue) de las habilidades inherentes de la naturaleza humana. Las condiciones de vida son simplemente el medio para la expresión y desarrollo (desenvolvimiento) de tales habilidades, pero no son consideradas como agentes de la formación sustancial de las mismas. Sin embargo, la psicología soviética concibe todos los fenómenos como procesos, no como formas terminadas, intentando reconstruir todos los momentos de su desarrollo dialéctico y comprendiendo como suceden. Son muchos los autores que piensan que el futuro del hombre está determinado por los factores biológicos (herencia) y sociales (ambiente), factores ambos extrínsecos e independientes del propio sujeto y prácticamente inalterables a lo largo de la vida. Ambos factores son importantes para la psicología soviética, pero ni la herencia (específica e individual) ni el ambiente se consideran invariables. Desde la psicología soviética se rechaza la suposición de habilidades directamente innatas, y por tanto, predeterminadas; tan sólo pueden ser consideradas innatas ciertas características anatómicas y fisiológicas del organismo, y en especial del sistema nervioso, como las capacidades y los rasgos de temperamento. Los rasgos de temperamento son predisposiciones a actuar de un modo determinado, son cualidades naturales y peculiares del individuo que determinan el aspecto dinámico d su actividad psíquica. El carácter, para la psicología soviética, era la lógica interna de cada individuo que se expresaba en su forma de ser, su línea directriz de vida, sus ideales, metas y entusiasmo por las mismas.
El principio de la influencia recíproca: la idea de la influencia recíproca ha estado constantemente en la ideología marxista-leninista y ha sido considerada como una ley fundamental del desarrollo. La causa es afectada por sus efectos cuando estos se activan, así el desarrollo es, para el materialismo dialéctico un proceso multiplicandamente dinámico. 
Psique animal y conciencia humana: los dos polos del largo proceso de humanización son cerebro animal, cerebro humano, que, a nivel de actividad, dan lugar a la psique animal y a la conciencia humana. La materia en su más alto grado de desarrollo, se convierte en cerebro, dando lugar a la psique animal y a la conciencia humana. El cerebro es el órgano y substrato material de la psique y ésta es una propiedad especial de la materia que ha alcanzado un alto grado de desarrollo. Ambos, cerebro y psique, dependen de las condiciones reales de vida y de su desarrollo ulterior. La psique animal surge de las condiciones de vida exclusivamente biológicas y la conciencia humana surge de las condiciones socio-históricas. Psique es un concepto más abarcador, más amplio que conciencia. Las conductas de los animales, del recién nacido y muchos actos del adulto son psíquicos, pero no propios de la conciencia. Lo psíquico es el atributo del cerebro animal, mientras que la conciencia es el unidad de los procesos psíquicos que participan activamente en la intelección por el hombre, del mundo exterior y de su propio ser; es el grado superior de desarrollo de la psique y surge en el proceso laboral, y de la comunicación. La realidad se manifiesta de distinta manera en la actividad psíquica y en la conciencia. La conciencia es la forma superior de reflejo de la realidad objetiva exclusiva del hombre que gracias a la actividad laboral refleja la realidad de un modo distinto al de los animales. La conciencia integra aspectos cognoscitivos, emocionales y volitivos; integra a la imaginación creadora y productiva que elabora y transforma la realidad, y al sujeto que prevé resultados, planifica, tiene intenciones y corrige su comportamiento en cada momento del proceso. Así, la conciencia es vivencia, es juicio crítico y evaluativo a la luz de unos ideales que se forman por influencia del mundo social, de las condiciones sociales de vida. Para el idealismo, la conciencia se forma a partir de las fuentes internas y es una manifestación del sujeto, es la expresión del mundo interno aislado en sí. Sin embargo, para el materialismo dialéctico, la conciencia depende de los fenómenos de la vida social, se forma en el proceso de la práctica social y se desarrolla y cambia en el proceso histórico de la sociedad. La conciencia es un producto social. 
A modo de conclusión: el materialismo dialéctico, es pues, un método de conocimiento que, es la única postura de transformar con éxito la sociedad. A partir de 1930 y una vez establecidos firmemente los principios del materialismo dialéctico como fundamentación de la psicología soviética, Vygotsky, Leontiev y Luria comenzaron a elaborar la teoría del desarrollo histórico-cultural del psiquismo. La consideración del carácter sociohistórico de los fenómenos psíquicos superiores se establece como uno de los principios básicos de la psicología soviética. Así pues, se plantea que la conciencia está condicionada sociohistóricamente y que en la formación de la personalidad los aspectos sociales e individuales están indisolublemente unidos. 
Módulo 5
Wiesenfeld – La teoría crítica y el construccionismo: hacia una integración de paradigmas
Introducción: la discusión se centra en torno a la naturaleza objetiva o subjetiva, explicativa o comprensiva, monista o dualista, reduccionista u holista, ideográfica o nomotética, verdadera o razonable, rigurosa o relevante, atemporal o histórica, acontextual o contextual, de las ciencias sociales; a la naturaleza cuantitativa o cualitativa de sus métodos de conocimiento de la realidad; a la naturaleza básica o aplicada de sus investigaciones. Y es esta una discusión en la que no hay consenso entre los científicos sociales. Para algunos, las dicotomías enumeradas se presentan como polaridades entre las ciencias naturales y las sociales, debido a que ambas emplean diferentes paradigmas. La concepción kuhniana de paradigma, como un conjunto básico de creencias que guían la acción o búsqueda de conocimiento, remite, a los 3 planos del conocimiento: ontológico, epistemológico y metodológico, es decir, a la naturaleza de la realidad, a la naturaleza entre la realidad que se investiga y el investigador o sujeto que conoce y al procedimiento de obtención del conocimiento. Las ciencias naturales emplean el paradigma del positivismo lógico, en el cual existe un modelo de la realidad mientras que en las ciencias sociales hay un modelo del ser humano, cada uno con su correspondiente modelo de ciencia. Si tomamos el caso de la psicología social, notamos que su desarrollo hasta el presente se ha caracterizado por una proliferación de teorías pertenecientes a diversos paradigmas. Munné ha propuesto una manera de organizar el conocimiento sobre la realidad en base a niveles que abarcan desde el dato empírico hasta el ámbito disciplinar y que se diferencian entre sí por su naturaleza epistemológica y por su grado de formalización teórica. Estos son: las microteorías y las teorías de alcance medio las cuales constituyen los niveles más cercanos al dato empírico respectivamente, y cuyo sentido está dado por el macro paradigmático que las fundamenta. Este marco paradigmático representa al tercer nivel de formalización del conocimiento y está dado por el modelo de hombre que le sirve de referencia, el cual a su vez adquiere sentido en virtud del modelo de ciencia que le provee el siguiente nivel constituido por el metaparadigma. El último nivel corresponde al ámbito disciplinar o marco epistemológico sustantivo, el cual sirve al metaparadigma. En la psicología social existen posiciones diferentes en torno al paradigma/s apropiado/s a su objeto o objetivo de estudio o dimensión crítica de la disciplina. Prevalece a

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