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FIEBRE AMARILLA

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La fiebre amarilla es una enfermedad 
incluida dentro del grupo de fiebres 
hemorrágicas virales, transmitidas por 
mosquitos del género Aedes y 
Haemogogus. 
HISTORIA DE LA ENFERMEDAD EN 
ARGENTINA: 
En 1966 se aisló por primera vez el virus de la fiebre amarilla en el país, en un brote de fiebre 
amarilla selvática, sin que se volviera a encontrar el virus hasta noviembre de 2007 en Iguazú, 
cuando se lo aisló en monos muertos en la provincia de Misiones y se documentaron nueve 
casos en humanos, de los cuales dos fallecieron. Ninguno de los afectados tenía antecedentes 
de vacunación antiamarílica. 
No obstante, el vector urbano de la fiebre amarilla se distribuye actualmente desde el norte del 
país hasta las provincias de Buenos Aires, La Pampa y Mendoza. Combinando esta distribución 
con la ocurrencia de epizootias, en nuestro país se consideran de riesgo la totalidad de las 
provincias de Formosa y Misiones, los departamentos del Norte de Corrientes, los 
departamentos del Noreste de Chaco y los departamentos del Este de Jujuy y Salta. 
ETIOLOGÍA 
Agente etiológico: es un arbovirus perteneciente a la familia Flaviviridae que es transmitido por 
la picadura del mosquito del género Aedes y Haemogogus. Se trata de un virus ARN de cadena 
simple del que existe solo un serotipo que se clasifica en 5 genotipos (3 circulantes en África y 2 
en Sudamérica). 
Transmisión: la sangre de los enfermos es infectante para los mosquitos desde 24 hasta 48 horas 
antes de aparecer la fiebre, y durante los primeros tres a cinco días del cuadro. 
El ciclo extrínseco en el vector dura 9 a 12 días. Los mosquitos pueden permanecer infectados 
por el resto de su vida adulta, que es de entre 4 días a más de 30 días según las condiciones 
ambientales. Se ha documentado transmisión transovárica en Haemagogus. 
Esta enfermedad es altamente transmisible en presencia de personas susceptibles y vectores 
infectados pero NO se transmite por contacto directo de una persona sana a una enferma, ni a 
través de secreciones, ni de vehículos comunes. 
Desde el punto de vista epidemiológico, existen dos ciclos de transmisión: 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ciclo selvático 
La aparición en humanos es precedida por la 
circulación viral entre monos (epizootias). La 
infección se transmite al ser humano por la 
picadura de hembras de mosquitos de los 
géneros Haemagogus y Sabethes infectadas a 
través de la picadura previa a monos virémicos. 
En este ciclo, la infección se produce en general 
en hombres jóvenes no vacunados que se ven 
expuestos a la picadura de mosquitos infectados 
cuando ingresan a las áreas selváticas, 
generalmente por trabajos forestales o agrícolas. 
En el ambiente selvático los huevos del vector se 
encuentran en los huecos llenos de agua de los 
árboles situados en zonas bajas y sombrías. 
 
Ciclo urbano 
El ciclo urbano se caracteriza por la circulación de 
virus entre personas virémicas y personas 
susceptibles, a través del vector. El virus debe 
primero desarrollar un ciclo denominado 
“extrínseco” en el vector antes de que este sea 
capaz de transmitir la infección a un ser humano 
susceptible. El vector urbano descripto 
clásicamente en América es la hembra del Aedes 
aegypti. 
Los huevos del mosquito pueden resistir períodos 
de sequía de más de un año. 
Los virus son inyectados a nivel del TCS y, luego de 
reproducirse localmente, se diseminan por todo el 
organismo. El hígado se convierte en el foco 
principal de infección. 
 
 
Inmunidad: 
 La enfermedad confiere inmunidad por largo tiempo y no se conocen segundos ataques. 
 La inmunidad pasiva por anticuerpos maternos, dura aproximadamente 6 meses. 
 
MANIFESTACIOENS CLÍNICAS: 
En alrededor del 85% de los casos la enfermedad es autolimitada. En el 15% restante, que 
evolucionan a casos graves con manifestaciones hemorrágicas, la tasa de mortalidad puede 
llegar al 50% o 60%. 
La forma maligna se manifiesta con fiebre, postración, compromiso hepatorrenal y cardíaco, 
manifestaciones hemorrágicas y shock. 
La evolución de la enfermedad pasa por tres períodos característicos: 
1. Infección. 
2. Remisión. 
3. Intoxicación. 
Periodo de incubación: 3-6 días. 
Primer período-infección: aparece 3 a 6 días después de la picadura del mosquito y corresponde 
al inicio de los síntomas. El comienzo es abrupto, y el paciente presenta fiebre mayor de 39 
grados, escalofríos, cefalea, náuseas, mareos, malestar general y dolor muscular, congestión 
facial y bradicardia relativa (disociación entre pulso y temperatura que se conoce como Signo 
de Faget). En los exámenes de laboratorio se encuentran leucopenia con neutropenia relativa, 
aumento de las transaminasas y albuminuria. 
Este período es corto, con una duración de 3 a 6 días. Durante el período de infección, el 
paciente se encuentra virémico, por lo que puede servir de fuente de infección de mosquitos 
que potencialmente inicien un nuevo ciclo. De ahí que sea fundamental que los pacientes sean 
protegidos de las picaduras de mosquitos. 
Segundo período-remisión: puede durar de 2 a 48 hs, en el que los síntomas ceden y el estado 
general del paciente mejora. El virus, en esta etapa, desaparece. 
Gran parte de los pacientes se recuperarán en esta etapa, iniciándose la etapa de recuperación 
que dura entre 2 a 4 semanas, durante la cual el paciente se encuentra asténico. No obstante, 
en aproximadamente el 15 al 25% de los casos, los síntomas reaparecerán en forma más grave 
y sobreviene el tercer estadio, denominado período de intoxicación. 
Tercer periodo-intoxicación: predominan síntomas de insuficiencia hepática y renal con 
necrosis hepática, colestasis y presencia de albuminuria. 
El paciente en este periodo se presenta con ictericia, dolor epigástrico, manifestaciones 
hemorrágicas (epistaxis, gingivorragia, hematemesis y melena), alteración de las funciones 
hepática y renal (que se manifiesta como oliguria o anuria). 
En los casos fatales, además de la hepatitis, pueden ocurrir miocarditis (con disfunción 
miocárdica y arritmias) y encefalitis (con diferentes grados de alteración del estado de la 
conciencia; pueden observarse episodios convulsivos). 
En los casos que llegan a este período la letalidad es del 50% en promedio, y el desenlace se 
produce habitualmente entre el séptimo y décimo día de aparecidos los síntomas. 
 
 
DIAGNÓSTICO: 
¿Cuándo sospechar fiebre amarilla? 
Es difícil diagnosticar la fiebre amarilla solamente desde la clínica, si el paciente no se encuentra 
en el estadio final de la enfermedad, cuando el cuadro incluye ictericia, manifestaciones 
hemorrágicas y anuria, por lo que siempre debe sospecharse ante la presencia de un Síndrome 
Febril Inespecífico (SFI). 
 
Exámenes complementarios: 
A los pacientes con sospecha de fiebre amarilla, se les deben solicitar los siguientes exámenes 
de laboratorio que ayudarán al diagnóstico de causa y de gravedad: 
• Hemograma (con plaquetas). 
• Hepatograma (GOT, GPT, bilirrubina). 
• Función renal (creatinina, urea). 
 
¿Cómo confirmar la sospecha diagnóstica de fiebre amarilla? 
Se considera Caso Confirmado a todo paciente sospechoso que tenga un diagnóstico 
confirmatorio de fiebre amarilla por laboratorio. 
La confirmación del diagnóstico de fiebre amarilla se hace por alguna de las siguientes técnicas, 
dependiendo del momento del inicio de los síntomas y la toma de la muestra: 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
OBTENCIÓN DE LA MUESTRA 
Antes de los 5 días de 
iniciados los síntomas. 
Después de 5 días de iniciados 
los síntomas. 
Post-mortem 
• Aislamiento del virus de la 
fiebre amarilla, 
• Detección de secuencias 
genómicas virales. 
 
• Aumento de por lo menos 4 veces 
de los anticuerpos de IgG del virus de 
la fiebre amarilla (seroconversión) en 
muestras de suero obtenidas en fase 
aguda y de convalecencia, (con más 
de 14 días) en pacientes sin historia 
reciente de vacunación, y 
descartando reacciones cruzadas con 
otros flavivirus. 
 
• Deteccióndel antígeno 
específico en tejidos por 
inmunohistoquímica. 
 
Caso confirmado: todo caso sospechoso con aislamiento del virus de la FA, detección del genoma viral (en 
suero u orina), aumento de por lo menos 4 veces de los Ac IgG contra el virus de la FA (seroconversión) en 
muestras de suero obtenidas de la fase aguda y de convalecencia -con más de 14 días- en pacientes sin historia 
reciente de vacunación, y descartando reacciones cruzadas con otros flavivirus. En fallecidos: detección del Ag 
específico en tejidos por inmunohistoquímica y/o por detección del genoma viral por técnicas moleculares y/o 
aislamiento viral en cultivos celulares. 
TRATAMIENTO: no existe tratamiento antiviral específico para la fiebre amarilla y sólo se 
realizan medidas de sostén. 
En aquellos casos de manejo ambulatorio se debe indicar: 
• Reposo. 
• Dar pautas de alarma para re-consulta inmediata (aparición de sangrados, ictericia, oliguria). 
• Protección de la picadura de mosquitos durante los primeros 5 días de la enfermedad, para 
evitar la transmisión viral (aislamiento entomológico). 
• Paracetamol si el paciente tiene dolor o fiebre, pero están contraindicados los otros AINES 
como el diclofenac, ibuprofeno, naproxeno, aspirina. 
• Evaluación diaria por algún integrante del equipo de salud. 
• Brindar información acerca de la enfermedad, su modo de transmisión y la forma de 
prevención tanto al paciente como a su familia. 
Aquellos pacientes con síntomas graves (leucopenia, plaquetopenia, oliguria, hemorragias, 
compromiso hemodinámico) deben ser hospitalizados para realizar terapia de apoyo. En esos 
casos su manejo debe realizarse en unidades de cuidados intensivos con monitoreo estricto y 
medidas de apoyo general que incluyen aporte de fluidos, drogas vasoactivas, oxígeno, 
prevención de hipoglucemia, corrección de acidosis metabólica, manejo de la coagulopatía y 
soporte renal. 
 
FLUJOGRAMA DE MANEJO DE CASO SOSPECHO DE FIEBRE AMARILLA: 
 
 
 
PREVENCIÓN 
La principal medida de prevención es la vacunación de los pacientes que viven en zona de 
riesgo y de los viajeros que ingresan o salen de zonas endémicas o epidémicas. 
 
INMUNIZACIÓN 
Se debe aplicar la vacuna a partir del año de vida y hasta los 60 años en todos aquellos que 
viven o viajan a zonas de riesgo. La vacuna es segura, tiene una eficacia mayor al 95% y protege 
a partir de los 10 días de su aplicación. 
La vacuna de la fiebre amarilla se puede administrar simultáneamente con cualquier vacuna, 
incluso con otras vacunas inyectables de virus vivos atenuados (sarampión, rubéola, paperas, 
varicela), siempre y cuando sean aplicadas en sitios diferentes. Si la vacuna antiamarílica no se 
administra simultáneamente con las vacunas inyectables de virus vivos, se deberán aplicar 
respetando un intervalo mínimo de 4 semanas. 
Precaución: las personas mayores de 60 años de edad tienen riesgo aumentado de reacciones 
adversas graves (con la primovacunación), pero ante la exposición a áreas de transmisión de 
fiebre amarilla se les debe ofrecer la vacuna luego de explicar el riesgo-beneficio de la misma. 
CONTRAINDICACIONES: 
 Niños menores de 6 meses de vida. 
 Antecedentes de reacción anafiláctica a la ingesta de huevos y sus derivados. 
 Pacientes timectomizados (por cualquier causa). 
 Pacientes con miastenia gravis. 
 Pacientes inmunocomprometidos que recibieran corticosteroides por al menos dos 
semanas, en dosis mayores a 20 mg por día. 
 Pacientes con linfomas, leucemias o neoplasias diseminadas. 
 El embarazo constituye también una contraindicación formal para la vacuna. De todas 
formas, de ser estrictamente necesario, podría empleársela, aunque no antes del sexto 
mes de embarazo. Por otro lado, no hay evidencias de que la vacunación cause anomalías 
en el feto. 
 Pacientes VIH positivos está contraindicada en quienes presenten signos de SIDA, es decir, 
un recuento de linfocitos T CD4 menor a 200/ microlitro. 
ESAVI = Eventos Supuestamente Atribuidos a la Vacunación Antiamarilica: 
 
Otras medidas que contribuyen a la prevención son: 
• El control del vector: se debe informar y estimular a la población a realizar actividades que 
controlen el desarrollo de los mosquitos. 
• La vigilancia de los síndromes febriles inespecíficos: por la dificultad del diagnóstico de la 
fiebre amarilla en los estadios iniciales, en zonas de riesgo es de suma importancia hacer 
vigilancia de los Síndromes Febriles Inespecíficos. 
 
 
• El aislamiento entomológico de los pacientes: informar a la población acerca de la 
importancia de evitar que aquellos pacientes enfermos de fiebre amarilla sean picados por 
los mosquitos mientras se encuentren febriles, para evitar la propagación de la enfermedad 
utilizando barreras como telas mosquiteras. 
 
DIAGNÓSTICOS DIFERENCIALES:

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