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El concepto de paisaje y los factores formadores del paisaje

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El concepto de paisaje y los factores formadores del paisaje
La caracterización de cualquier categoría ésta basada en el reconocimiento de los objetos semejantes o análogos de acuerdo a determinados rasgos de configuración común. Estos tienden a presentar características definidas o aproximadamente homogéneas, al poseer una combinación similar de los elementos componentes (litología, relieve, red hidrográfica, suelos, vegetación, etcétera). Fisonómicamente forman un espacio natural o entidad territorial (paisaje, unidad de te-rreno, sistema terrestre, geosistema) reconocible y diferenciable de los circundantes (Mateo, 1991).
El concepto de paisaje, en sentido geográfico, resulta de un conjunto de elementos geográficos ligados por relaciones de interdependencia (González, 1981). Así, un paisaje puede definirse como una “... porción de la superficie terrestre con patrones de homogeneidad, consistente en un complejo de sistemas conformados por la actividad de las relaciones entre las rocas, el agua, el aire, las plantas, los animales y el hombre, que, por su fisonomía, es una entidad reconocible y diferenciable de otras vecinas (adaptado de Zonneveld, 1979).
De manera tradicional, la ecología del paisaje se ha aplicado casi exclusivamente a los paisajes terrestres, sin embargo, es evidente que también debe incluir y aplicarse a las interfases acuático-terrestres de transición mareal-estuarina, y a los ambientes acuáticos marinos. Sin embargo, debe tenerse presente que, siendo las cualidades del medio atmosférico y acuático muy diferentes, los principios ecológicos funcionales y estructurales son, asimismo, muy variables, y no es posible hacer generalizaciones en muchos aspectos.
Un paisaje siempre está compuesto por una serie de elementos (componentes de estructura-función), los cuales corresponden a un grupo de cosas o porciones homogéneas de espacio geográfico que funcionan juntos a través de un conjunto regular de conexiones, llamadas relaciones, dentro de los llamados “límites del sistema” (Haggett, 1994) y que, en nuestro caso, son los contactos del sistema.
En la Figura 3.2 se presenta un esquema que muestra los factores formadores del paisaje y la estructura de relaciones que los unen. Las unidades de paisaje son el resultado de la interacción de los factores formadores del paisaje (clima, geología, hidrología, suelos, vegetación, fauna, hombre) así como de su variabilidad a través del espacio geográfico en el transcurso del tiempo.
La magnitud de dimensión espacial y el grado de homogeneidad de los elementos de paisaje dependen del nivel de jerarquía específico de análisis, el cual, a su vez, depende primordialmente del detalle con que se esté observando un paisaje determinado. Desde alturas diferentes sobre la superficie terrestre se observan variados diseños de la expresión de los elementos y fenómenos naturales, la mayoría de los cuales tienen características definidas como si fuera un rompe-cabezas, donde se exhibe un mosaico de paisajes constituidos por diversos órdenes de complejidad y tamaño, en el cual un territorio podría aparecer heterogéneo en una determinada escala, pero bastante homogéneo en otra. De esta manera, un cambio de escala temporal y espacial puede afectar la observación al ir apareciendo nuevos arreglos de la estructura espacial con distintas configuraciones, procesos y propiedades emergentes a través de las escalas (Odum, 1971).

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