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Evidencia de estudio Recorridos y emociones Los museos han buscado impactar a los visitantes desde la aparición de los gabinetes de curiosidades del siglo XVI y sus maravillosos contenidos. En el siglo XIX, las Grandes Exposiciones, ferias destacadas que mostraban los logros culturales e industriales de las naciones, asombraron a los visitantes con la escala, ingenio y exotismo de sus exposiciones. Estas reacciones emocionales sirvieron como base para que los museos inculcaran, imaginaran y materializaran ideologías de nacionalismo, imperialismo y modernidad. Se reconoce que las emociones juegan un papel fundamental en la forma en que los visitantes experimentan y se relacionan con las obras y los contenidos presentados en los museos. El diseño cuidadoso de las exposiciones busca provocar respuestas emocionales específicas en los visitantes, ya sea asombro, sorpresa, emoción o reflexión. Esto se logra a través de la disposición de las obras, la iluminación, los colores y otros elementos visuales y sensoriales que influyen en la percepción y la experiencia del visitante. Los museos han reconocido la necesidad de adaptarse a las expectativas y demandas de los visitantes, buscando crear experiencias que les generen emociones significativas y duraderas. Esto implica repensar la forma en que se organizan y presentan las exposiciones, así como la forma en que se comunican con el público. Los museos están adoptando un enfoque más inclusivo e interactivo, donde los visitantes pueden participar activamente y compartir sus propias respuestas emocionales a través de actividades, tecnología y espacios de diálogo. El contexto actual de crisis globales, humanitarias, sanitarias, medioambientales, raciales y de justicia social, ha obligado a los museos a lidiar de manera sin precedentes con situaciones y temas que generan una variedad de respuestas emocionales, desde la ansiedad hasta el miedo, la desesperanza, la nostalgia y la esperanza, han generado que el museo se enfrente a nuevas emergencias, ya no son simplemente lugares de representación; cada vez más, son promotores del cambio social y espacios de activismo social. La práctica curatorial se adapta rápidamente al forjar narrativas de exposiciones que invocan explícitamente la vulnerabilidad, la resiliencia y la empatía, ofreciendo una guía con la cual navegar la volatilidad emocional y la incertidumbre de nuestros tiempos. El Museo Judío de Berlín es una institución museística pionera que se involucra por completo con las emociones y sigue siendo hasta el día de hoy un ejemplo de cómo pueden integrarse diseño y la arquitectura del museo. Esto se logra, por ejemplo, al permitir que los visitantes experimenten una privación sensorial en ciertas áreas del museo, llamadas "vacíos del museo": son áreas frías, vacías y casi completamente oscuras en las que se invita a los visitantes a quedarse. Del mismo modo, los visitantes experimentarán una alteración sensorial al visitar el "jardín del exilio" del museo, una serie de estructuras laberínticas con columnas de hormigón que albergan terrenos inclinados que temporalmente desorientan a los visitantes. En estos casos, las dimensiones emocionales y corporales de la visita se construyen entre sí para crear experiencias museísticas que materializan la política del espacio. Provocar emociones positivas como la empatía ya no es un resultado incidental o secundario, sino que se ha convertido en el eje temático de grandes iniciativas museísticas radicalmente innovadoras. Este es el caso, por ejemplo, en el Minneapolis Institute of Art (MiA), que en 2017 estableció un Centro de Empatía y Artes Visuales (CEVA, por sus siglas en inglés) con el objetivo de "investigar y explorar las mejores prácticas para fomentar la empatía y la conciencia global a través del poder del arte" (Documento técnico de CEVA). Jennings, G., (2019). ‘The Empathetic Museum: A New Institutional Identity,’ in Curator: The Museum Journal Vol. 62, No. 4, pp. 505-526. Es solo recientemente que las emociones se han convertido en una área principal de investigación, en relación con el creciente interés por el afecto en las ciencias humanas y sociales en general. Investigaciones innovadoras sobre las emociones en los museos han abordado las pedagogías, proponiendo por ejemplo "pedagogías de los sentimientos" o investigando cómo el asombro afecta la memoria. En particular, más investigación podría arrojar luz sobre las emociones experimentadas por los profesionales de los museos detrás de bambalinas, en el almacenamiento de los museos, en los archivos, en los laboratorios de conservación, en las salas de reuniones, y cómo las emociones de los profesionales de los museos se relacionan o influyen en las emociones experimentadas por los visitantes. Existen múltiples razones por las cuales el momento es propicio para investigar y experimentar con las emociones en los museos: una conciencia renovada de la centralidad histórica de las emociones en los museos, los nuevos roles que los museos están desempeñando frente a las crisis globales actuales, la vitalidad de las iniciativas museísticas innovadoras centradas en las emociones, como la empatía, y, simplemente, porque existe una necesidad apremiante de estudiar y teorizar todas estas transformaciones. Referencias
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