Logo Studenta

Panes y la historia

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Panes y la historia
El pan tuvo una gran importancia en Roma ya que era uno de los alimentos básicos y más consumidos por la población, incluso las autoridades estaban pendientes de las rutas de los barcos y de sus llegadas, ya que el retraso en la descarga del trigo podía suponer una auténtica ola de pánico en la capital de Roma. 
En el siglo IV d.C., 25 panaderías en Roma abastecían al estado de pan para la distribución pública, en tiempos de Augusto se contaba con 329 panaderías todas regentadas por artesanos griegos, constituyendo uno de los primeros pasos para dar unidad a los maestros artesanos existentes en la ciudad. Los panaderos colegiados lograron tal nivel y prestigio que se beneficiaban de exenciones fiscales, estando al mismo tiempo libres de cualquier otro servicio que no fuera el de fabricar este alimento. 
La falta de pan podía hacer que se produjeran desórdenes públicos, lo que generaba un gran temor entre los gobernantes, podemos concluir que el pan era un alimento muy valioso en la antigua Roma y su producción y distribución eran fundamentales para la estabilidad de la ciudad.
Durante el invierno, los campesinos trabajaban en la elaboración del pan y los horneros se encargaban de cocerlo. Como ya sucedería en el Imperio Romano, en los comienzos de la Edad Media el trigo se consumió en forma de papilla, obtenida después de haber puesto a remojo los granos de cereal en agua caliente y al moler la harina se conseguía un color totalmente blanco, contando con la ventaja de poderse almacenar por más tiempo sin deteriorarse, pero en contraposición a la calidad alimenticia era más deficiente. 
Los horneros eran los encargados de cocer el pan en los hornos, en diversos lugares los hornos eran subastados y arrendados por un año, correspondiendo para fijar este compromiso el día de la fiesta de San Miguel. Un buen hornero tenía que comprometerse a limpiar debidamente el horno, encenderlo, mantener siempre el fuego vivo y asignar los turnos de cocción. Además, debía saber dotar perfectamente al horno de la temperatura adecuada para que los panes tuvieran la textura y cocción perfecta. Por lo tanto, el papel de los hornos y horneros era fundamental en la producción de pan, ya que gracias a su labor se lograba obtener un buen producto y garantizar la sustentabilidad económica de muchas familias dedicadas a la producción de pan. Cabe resaltar que aunque la técnica de producción y los procesos de los hornos de la época diferían de los actuales, los horneros eran expertos en el control de la temperatura y los tiempos de cocción.
Aunque es difícil determinar quiénes fueron los primeros inventores del pan, se sabe que a partir del siglo XI comenzaron a apreciarse algunos síntomas de mejora en el incremento de la población, lo que supuso una mayor demanda de productos básicos como el pan. Los constantes avances en la elaboración del pan permitieron un aumento considerable en la producción de trigo, pero en países industrializados como Europa y América se observa una tendencia a la disminución del consumo debido a que los esfuerzos físicos de las labores del campo y la vida en las ciudades son cada vez menores, por lo que no existe la necesidad de acumular un exceso de calorías. 
 La auténtica revolución de la panadería se experimentó con la incorporación de la fase de airear la pasta durante el proceso de amasado, lo que permitió una mejor calidad de los productos finales y una mayor eficiencia en la producción. Además, se llevaron a cabo innovaciones en los procedimientos de elaboración del pan, lo que supuso el desarrollo de técnicas cada vez más perfeccionadas. Por ejemplo, se pasó de moler la harina en rodillos metálicos a molerla en rodillos de porcelana, lo que permitió obtener una mejor calidad de la harina.
La Torta de Corcelles, que es la torta más antigua que hoy se conserva intacta en el Museo de Historia Yverdon en Suiza, se observan las huellas dejadas por los dedos de ese posible primer panadero, no sabiendo si fue por olvido, dejadez o más bien por desear que su mano inmortalizara su obra, quedando como un testimonio vivo de su maestría. Por lo tanto, se podría decir que las primeras tortas y galletas surgieron durante el Neolítico, aunque en un principio no se parecían en nada a las que conocemos hoy en día.
.ReferenciasMontal Montesa, R. (2014). La historia siempre supo de panes. pp. 10-27. Recuperado de: https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/17/40/_ebook.pdf

Continuar navegando