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Clase 1 INTRODUCCION - Josefina Maidana

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Asignatura: Estética- Danza
CLASE 1
Prof. Bedotti Tejeda Simón Joaquín
Buenos días. Esta sería la primera clase (en realidad, su equivalente virtual) que funcionaría como introducción a la materia. La idea de esta clase es presentar una aproximación a la estética, utilizando el capítulo I del libro de Elena Oliveras “Estética, la cuestión del arte”. Este libro nos va a acompañar toda la cursada, ya que es un excelente material para quienes les interese introducirse en las temáticas relativas a la estética o a la reflexión filosófica sobre el arte. También vamos a aclarar algunas cosas respecto de lo que sería en este caso, la aplicación de esta reflexión a un campo específico del arte, la danza. 
	Para comenzar, “estética”, como verán en el texto, hace referencia a la dimensión de la sensación o de la sensibilidad humana. Sin embargo, el campo que designa hoy esta palabra, está casi circunscripto al arte. Quienes estudiamos estética, por decirlo de alguna manera, nos dedicamos a reflexionar sobre cuestiones relativas al arte, a la propaganda, al entretenimiento etc. Incluso, a partir de la promoción del arte conceptual, se puede decir que el mismo término ya no es siquiera del todo adecuado para el objeto de estudio. A eso se refiere la autora cuando en algún momento, citando a Hegel, sugiere que sería mejor que se cambiase “estética” por “filosofía del arte”. En todo caso, esta es una cuestión terminológica, y tampoco es que los límites sobre lo que se puede estudiar en este campo sean rígidos. Se van a dar cuenta de esto especialmente cuando vayamos avanzando, sobre todo en las unidades donde finalmente se liga “arte y política” e incluso “arte y feminismo”. 
	En el cap. 1 se habla también de “experiencia estética”, como objeto de la disciplina, ya que no limita lo investigable sólo a lo estrictamente sensible. Esto se refiere a que, en realidad, las obras de arte ya no son solo apreciadas en relación a su belleza, como pasaba en los otros momentos de la historia, sino que el campo del arte se ha ampliado considerablemente. Piense que muchas obras de arte hoy se centran en impactar, o en hacer reflexionar sobre alguna temática en particular (o sobre ninguna en particular). También existe el arte que busca incomodar, irrumpir en la pureza del espectador, incluso hacerlo participante etc. De ahí que, esta diversidad de experiencias, deban ser tematizadas, no sólo con referencia al campo de lo “sensible”, sino, al de la reflexión, o al de los afectos. 
	En el primer capítulo, también van a encontrar una recapitulación histórica respecto a la disciplina. Es central tener en cuenta, que el campo que designa es un producto de la modernidad (concretamente, el primero en usarlo fue Alexander Baumgarten 1778), por lo que puede considerarse algo bastante reciente. En realidad, será Kant quien le de la autonomía a la disciplina al separarlo del “conocimiento” y de la moral. Esto está indudablemente relacionado con el lugar que adquiere el “hombre” como ser autónomo, finalizando con la subsunción de todo conocimiento a sistemas metafísicos, característica de la edad media y de la antigüedad. Cuando veamos más de cerca Kant vamos a poder apreciar la cuestión, pero tengan en cuenta que esto se enmarca en el movimiento llamado “Ilustración”, y el arte pasa aquí a ocupar un lugar central en relación a la cuestión de una vida “buena” o feliz. Otros años, había puesto en el programa todo el proceso del surgimiento de la estética como campo autónomo, pero este año decidí sacarlo para concentrarnos en cuestiones más contemporáneas. 
	De todos modos, les hago una recapitulación del recorrido, y si les interesa, puedo pasarles bibliografía. El arte y el artista, a grandes rasgos, en la antigüedad y en la edad media, estaba siempre subordinado a otras instancias, ya sean al Estado, o a la religión. En el caso de la antigüedad, la idea de arte estaba ligada a la “techné”, que designa todo un conjunto de actividades productivas reglamentadas. Así, el “artista” como nosotros lo entendemos no se diferenciaba realmente del “artesano”. Un escultor no era diferente de un constructor de barcos o de un carpintero. (lo que hoy quizás llamaríamos “oficios”). La subordinación, en este caso estaba dada a la “polis” (ciudad-estado Griega), que a su vez, estaba subordinada a un sistema “metafísico” (piensen por ejemplo, en Platón, el mundo de las ideas). Algo semejante sucedía en la Edad Media, pero con la subordinación a la Iglesia, donde el arte estaba sobre todo al servicio de hacer “legible” las escrituras, para aquellos que no estaban alfabetizados. Para que se den una idea de la falta de vínculo entre el artista y su obra, estas últimas eran pensadas no como “productos” del artista, sino más bien, como algún tipo de inspiración divina. (esto, por supuesto, cambia según la rama del arte de la que se trate). 
	Un autor, que no vamos a ver este año, pero que les voy a dejar en la bibliografía optativa, Tatarkievwicz, hace una recapitulación histórica sobre el camino de la historia del “arte” y su clasificación. Esta reconstrucción, esta sobre todo basada en una evolución que tiene que ver con el lenguaje, y cómo este designa determinados campos de la experiencia humana. El proceso consiste en hacer notar el conjunto de actividades que quedaba designado con el concepto de “arte” desde la antigüedad, hasta la modernidad. En un primer momento, nos aclara que, como les dije más arriba, el término griego “Techné” era una especie de concepto extendido, donde artista era aquél que producía con habilidad (siguiendo reglas). Esto, por supuesto deja que entren en el arte cosas que hoy calificaríamos de oficio, pero también los griegos incluían ciertas actividades intelectuales (incluso, las valoraban más), como puede ser la táctica militar. En la antigüedad no se tenía una concepción de lo que eran las bellas artes. La poesía, por ejemplo, no entraba en ninguna categoría de arte, sino que estaba más bien considerada una inspiración divina. En el caso de la danza, el texto no aclara, pero en tanto estaba ligada al contexto ritual y la embriagadez, no podría ser considerada arte por los griegos. 
	En la edad media, se mantuvieron similares distinciones. La más llamativa es entre artes “mecánicas” y “liberales”, las primeras que requerían esfuerzo físico, y las segundas no. Para que vean cómo se sucedieron las clasificaciones, tengan en cuenta que muchas de las artes liberales hoy en realidad están más emparentadas con la ciencia, como es el caso de las matemáticas. Por otra parte, había un criterio de utilidad que impedía clasificar como arte, por ejemplo, a la arquitectura o a la escultura. Esto por supuesto va correlacionado al estatus social del artista (es decir, un constructor, siempre gozaría más prestigio que un escultor, por el criterio de utilidad). 
	El renacimiento, según el autor se presenta como el período donde se comienza a ver que todo ese mundo que quedaba englobado en el arte debe ser separado y categorizado. En su mayoría comienza a primar aquellas separaciones que hacen referencia a la “belleza” (de ahí el proceso que deriva en las bellas artes). De todos modos, el proceso no es simple y distintos autores proponen distintas formas de agrupar las artes, distintos criterios. Finalmente, triunfa el criterio de la Belleza, que pasa a ser distintivo de la modernidad, que vamos a analizar más adelante. Claro que hoy consideramos que este criterio ya no es del todo justo para agrupar las artes, y que lo consideramos superado, pero es una “etapa” dentro del desarrollo teórico del campo que nos interesa. 
Bueno, volviendo al capítulo I de oliveras, van a encontrar un apartado que habla de “otras disciplinas vinculadas a la estética”. No hay nada especial ahí, aparte de la aclaración de que la cuestión puede ser enfocada desde distintas disciplinas, y no exclusivamente desde la filosofía. De hecho, algunos de los autores que vamos a ver se encuentran dentro de unos estudios más “sociológicos”. Hay algunas aclaraciones respectoa lo que se entiende por “crítica” de arte, que supongo que no van a tener problema entender. En el apartado 3 del cap I van a encontrar alguna referencia a la experiencia estética con términos como “percepto” y “afecto”. Son términos a los que vamos a volver en la cursada, por eso no quiero que se preocupen si les confunde un poco. “Percepto” hace referencia a lo que entra como experiencia en el campo perceptivo, pero también más allá, en tanto uno, cuando percibe siempre tiene en cuenta lo “anterior” (histórico, además de personal). Esto no significa solamente la memoria, sino que también hace referencia a la historia en la que está inscripta la percepción. “Arrancar” el percepto de un cuadro, por ejemplo, también involucraría la historia de otros que han percibido ese cuadro. La cuestión del “afecto” se vincula con la forma en que una obra nos apela. Se supone que esta “afección”, corresponde en el caso de la obra a una cierta fusión con la misma, o a una “des-individuación”, una suerte de disolución momentánea del ego (pérdida del límite sujeto/objeto). Finalmente van a ver que Oliveras trata a la idea de “bloque de sensaciones” sólo como aplicable a la obra de arte contemplativa (aquella que se podría apreciar relajado, como, por ejemplo, un cuadro) pero no a la “conceptual” que hace referencia a la obra como “tarea” (donde hay que hacer algún esfuerzo, para lograr algún tipo de placer estético). 
En la sección 4. Del primer capítulo, la autora hace una referencia a las distintas formas en las que se podría apreciar el arte (siguiendo a Guido Ballo). La distinción no es difícil de comprender. La idea es entender que la formación estética contribuiría a una mirada crítica del arte, y que esta mirada, reúne elementos no solamente “formales”. Ningún buen crítico de arte en la actualidad puede limitarse a cánones, y los criterios deben ser de lo más variados y reflexivos posibles. (lo que no significa que cualquier cosa valga como crítica de arte). 
En el apartado 5. Del mismo capítulo, la autora hace como un recorrido sumario sobre lo que vendría a ser la cuestión de la apreciación estética. Es importante entender, que la cuestión está en ver qué facultades intervienen en la apreciación de una obra. Algunos autores se inclinan por unas versiones subjetivistas (esto sería, como cuando se piensa que la belleza es algo distinto para cada uno), mientras otros le adscriben ciertas posibilidades universales, compartidas o comunitarias. Así, son recurrentes las referencias a la capacidad de la imaginación, a un “sentido común”, a la sensibilidad etc. Esta cuestión va a quedar mejor encuadrada cuando veamos Kant, ya que, como en muchos aspectos de la filosofía, ha sido un gran sistematizador. Por otra parte, también hay referencias a distintos tipos de apreciación estética: una cosa es la cuestión de la belleza, otra la del deleite, otra la de lo sublime etc. Esto se aclara para que entiendan que el campo de estudios que nos ocupa no es solamente la cuestión de lo “bello”, si no que abarca cualquier tipo de experiencia posible, referida específicamente a la cuestión artística. La autora hace particular hincapié en la forma en que Hume trata la cuestión del gusto. Si recuerdan, este autor es famoso por ser la expresión clásica del empirismo inglés, lo que quiere decir que, en su concepción, lo central del conocimiento siempre será la experiencia. Así, su teoría del gusto sigue este postulado, lo que lo lleva a pensar que esto está atado a cierto “cultivo”, lo que debe entenderse, como acumulación de experiencias. Refinar el gusto consiste en tener contacto con obras, y sobre todo, poder compararlas. Esto no significa que hume haya sido “subjetivista” en el sentido en que señalamos arriba, ya que estos juicios tienen aspiraciones colectivas, y todos, con la debida práctica deberían hacerlos de forma similar. 
Sobre el final del apartado, la autora tratas las ideas de contemplación y poiesis del espectador. La primera categoría hace referencia a la forma tradicional de relación con la obra (que por ser tradicional no significa que hoy no sea posible, sino que no es la única). La contemplación supone siempre una distancia respecto de la obra, y supone “no ir más allá” de la obra, o sea, hacer abstracción de cualquier otra consideración, sea de la índole que sea. Esto está emparentado con la experiencia religiosa o ritual, ciertamente. Esta forma de apreciación estética fue, por decirlo de alguna manera, la predominante hasta la modernidad, y también van a encontrar referencia a ella como “aurática”. La segunda categoría, la de poiesis del espectador es más contemporánea y hace referencia a la experiencia estética que pone al espectador no ya a la distancia, sino, como parte de la obra. Se relaciona con las obras de arte que más ambiguas y problemáticas, donde el espectador es activo. Esto complejiza la cuestión, y a su vez hace que se requiera cada vez mayor formación para comprender la obra y garantizar una experiencia estética plena. Piensen en sus propias muestras, entre las expectativas, lo que quieren mostrar, y lo que los espectadores realmente ven (o sienten) cuando les preguntan. Por otra parte, reflexión, tarea, trabajo y goce no van separados. Tal sería la forma de la experiencia estética en las obras contemporáneas. 
El último apartado tiene por subtítulo “arte y conocimiento”. Para entender este apartado, tengan en cuenta que, “conocimiento” en el sentido tradicional, era siempre algo seguro, universal, no individual, sino objetivo. “conocer” se trataba de explorar aquello que era regular en el mundo, y de lo que se pudiese hacer leyes generales. Como la obra de arte es algo único, siempre supuso un problema a la hora del conocimiento (más allá, claro está, de las reglas o técnicas de producción). La cuestión, comienza a cambiar en la modernidad, pero sólo es intensamente explorada en la filosofía contemporánea. A esto nos vamos a dedicar más adelante, si bien la autora repasa brevemente algunos autores. Solamente tengan presente la siguiente cuestión: la contraposición ciencia/arte es justamente lo que se comienza a cuestionar, y se intenta desarrollar teorías sobre el arte que den cuenta de cómo la experiencia estética, de cómo la obra de arte, tiene una función en los sistemas de conocimiento, y en nuestra relación con el mundo. Este es el puente que vamos a explorar más adelante, con la relación estética-arte-política. 
	Por último, les recomiendo prestar atención a los fragmentos que la autora pone al final de cada capítulo. Estos son siempre fragmentos representativos de las obras citadas, y puede ser una buena referencia sobre cómo escriben los pensadores que nos ocupan. 
Unas aclaraciones sobre la estética de la danza. Realmente no es campo tan estudiado como puede serlo las artes visuales, o la música. Sin embargo, últimamente ha aumentado el material, quizás no tanto ligado a la danza en sí, sino a las estéticas del cuerpo. Sí hay, además, mayor cantidad de material ligado al teatro. La mayoría de estas constelaciones artísticas eran englobadas bajo el rótulo de “artes escénicas”. El texto que les mande va a servir, al menos como introducción para que vean como se piensa más o menos la cuestión.
	La autora es Pamela Ochoa Levy. El texto “De la estética de la danza contemporánea” hace una presentación sumaria sobre cómo se presenta la investigación estética actualmente para la danza. Se supone que con las nociones que se desarrollaron más arriba, se debería entender un poco mejor la cuestión. El texto no presenta demasiadas dificultades así que lo voy a presentar sumariamente. En primer lugar presenta una parte histórica. Acá no van a tener dificultades en coincidir en que la danza, pasado su contexto ritual, pasó a ser una actividad de tipo cortesana, donde lo que se buscaba era movimientos difíciles, coordinados, fuertemente reglados y académicos. Esto correspondería a la etapa moderna de la danza. Pero la cosa cambia a partir del siglo XX donde comienzan a tomar fuerza todo un conjuntode corrientes que desarticulan esta lógica. La autora menciona varias, que ya conocerán. Lo importante es tener en cuenta que hay efectivamente una liberación de los cánones modernos, que abre la danza a nuevos estilos. También se menciona la cuestión del espectador, y de la comunicación. De todos modos, la autora no profundiza demasiado, pero les va a servir como introducción. Supongo que cualquiera que pretenda explorar el mundo de las artes escénicas hoy en día, no sólo se va a encontrar con nuevos estilos incatalogables, sino con mezclas de estilo y formatos: desde introducción de nuevas tecnologías, hasta mezcla entre danza y poesía etc.
Bueno esto es todo. Perdón por la demora, y en los próximos días les mando otra clase. En cuanto a los trabajos prácticos, no se preocupen. Deberíamos hacer 5 en total (3 prácticos, 2 parciales) a lo largo del año, pero vamos a esperar hasta el 31 para ver cómo sigue la cuestión de la cuarentena. Si esto se extiende, supongo que vamos a hacerlos todos virtuales, en cuyo caso voy a tratar de ponerles las fechas con anticipación para que puedan ir organizándose. 
Saludos

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