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“Latinoamérica unida protegiendo sus suelos” XIX CONGRESO LATINOAMERICANO DE LA CIENCIA DEL SUELO XXIII CONGRESO ARGENTINO DE LA CIENCIA DEL SUELO Mar del Plata, Argentina – 16 al 20 de abril de 2012 contribuciones@congresodesuelos.org.ar RIEGO CON EFLUENTES URBANOS: EFECTOS SOBRE EL SUELO Degioanni, A.1,*; Chilano, Y.1; Cisneros, J.1, Papes, H.1; Cantero, A.1 1 Facultad de Agronomía y Veterinaria. Universidad Nacional de Río Cuarto * Autor de contacto: adegioanni@ayv.unrc.edu.ar; Ruta Nac. 36 - Km. 601 - X5804BYA Río Cuarto, Córdoba, Argentina; 0358 4676154 RESUMEN El riego con aguas servidas permite recuperar este recurso para la producción de bienes agroforestales y ayuda a resolver el problema de la disposición final de las mismas, minimizando la contaminación ambiental al funcionar el sistema suelo – planta como un filtro verde. Sin embargo, el riego prolongado con efluentes induce cambios en las propiedades físicas y químicas de los suelos que pueden afectar la función productiva y depuradora de todo el sistema. El objetivo de este trabajo es evaluar el efecto que sobre el suelo ha tenido la aplicación de aguas servidas en parcelas bajo producción forestal en una planta de saneamiento de efluentes cloacales con diez años de funcionamiento. Se evaluaron parámetros de salinidad y sodicidad del efluente y del suelo. Los resultados indican que en cinco años de riego, con efluentes de mediana salinidad y alta sodicidad no produce salinización ni alcalinización del Haplustol tipico pero si un significativo incremento de la sodificación del perfil hasta los tres metros de profundidad con valores promedios de sodio de intercambio de 15,3%. PALABRAS CLAVE Sodicidad; Salinidad; Alcalinidad. INTRODUCCIÓN El permanente incremento de la población mundial sumado a una creciente utilización de los recursos naturales por parte de una sociedad industrial y de consumo, tiene como consecuencia la producción de grandes cantidades de residuos. Estos desechos son vertidos al ambiente cuya capacidad de reciclado a nivel global es cada vez menor (Rockstron et al., 2009). Este proceso conduce a la contaminación ambiental y al agotamiento de los propios recursos naturales. En tal sentido, la reutilización de aguas servidas tiene grandes beneficios. Por un lado se utiliza para producir bienes agroalimentarios o forestales y por otro, ayuda a resolver parte del problema que significa la disposición final de aguas residuales (Shahalam et al., 1998) minimizando la contaminación ambiental. Sin embargo, el riego con agua servidas durante perídodos prolongados induce cambios en las propiedades físicas y químicas de los suelos (Walker & Lin, 2008; Lado & Ben-Hur, 2009; Truu et al., 2009, Zahida et al., 2011) que pueden afectar la función depuradora de los mismos. Dicha variación es función de la composición y cantidad de agua aplicada, características del suelo (textura, drenaje, contenido de materia organica, pH, CIC, entre otros parámetros), condiciones climáticas y cultivos a regar. En general, se reportan incrementos del pH, CE y PSI en valores variables según situaciones de riego (Báez, 1999). La abundancia de sodio tanto absoluta como relativa respecto de calcio y magnesio, puede causar severas alteraciones en la percolación del agua y en la renovación de gases del suelo, como consecuencia de la desorganización de la estructura por la naturaleza dispersante del sodio (Bauder & Brock, 2001; Levy et al., 2003; Emdad et al., 2004; Zahida et al., 2011). La intensidad del proceso de sodificación depende de la concentración de sales del agua, de la cantidad de agua aplicada anualmente y de la CIC del suelo (Richards, 1973; Rhoades, 1972; Ayers & Wescot, 1985; Anderson et al, 1972). En la localidad de Adelia María (Córdoba, Argentina) funciona desde el año 2002 un sistema de tratamiento de los efluentes urbanos de la localidad. Dichos efluentes son tratados primariamente, mediante un sistema de lagunas biodigestoras y posteriormente, se destinan en promedio 750 mm al año para riego de parcelas cultivadas con álamos, pinos, sauces y eucaliptos funcionando las mismas como filtro verde. El objetivo de este trabajo es evaluar el efecto sobre el suelo que ha tenido la aplicación de efluentes tratados para diferentes períodos de riego. MATERIALES Y MÉTODOS Este trabajo se realizó en el predio de la Planta de Saneamiento de Efluentes Cloacales de la Cooperativa Telefónica de la localidad de Adelia María, Provincia de Córdoba (33º38´12´´ S – 63º59´10´´ O). A partir de información secundaria disponible desde el año 2003 y determinaciones de conductividad eléctrica para el mes de noviembre de 2011 se clasificó el agua utilizada para riego según normas Riverside (Richards 1973). Se describió el suelo del predio para un sitio no cultivado que se tomó como testigo siguiendo las normas descriptivas de Etchevhere (1976). En la parte cultivada, se evaluaron parcelas con 5 años de riego y plantadas con pinos (Pinus elliottis) con un espaciamiento entre plantas de 3x3 m y parcelas con 10 años de riego plantadas con álamo (Populus sp) y sauces (Salix sp) con un espaciamiento entre plantas de 4 x 4 m y 2,5 x 3 m respectivamente. Se establecieron tres puntos de muestreo al azar en cada una de las parcelas, extrayendo muestras de suelo a 50 cm de la línea de plantación y a igual distancia del fondo del surco de riego. En cada punto de muestreo se obtuvieron 8 submuestras a las siguientes profundidades: 0-30; 30-60; 60-90; 90-130; 130-170; 170-220; 220-270 y 270-300 cm. Las muestras fueron secadas al aire, homogeneizadas y tamizadas (tamiz de 2 mm). Se realizaron las siguientes determinaciones analíticas: CIC, pH, CE, Calcio, Magnesio, Potasio y Sodio según la metodología propuesta por SAMLA (SAGPyA, 2004). Los análisis estadísticos se realizaron a través de un análisis de varianza, previa comprobación de las condiciones de distribución requeridas para el análisis. La comparación múltiple de las medias de los tratamientos fue realizada mediante prueba de Duncan (p < 0,05) (InfoStat, 2011). RESULTADOS Y DISCUSIÓN Del análisis del efluente surge que la CE promedio es superiror a un 1 dS m-1 y la RAS es del orden de 20 (Tabla 1). Tabla 1. Estadísticas descriptivas de CE y RAS del efluente destinado para riego. Variable N Media Mediana D.E. CV Mín Máx CE dS m-1 34 2,0 1,99 23 1,8 1,08 2,91 RAS 37 21,91 22,81 4,78 21,8 4,79 29,87 El contenido de sales disueltas según la CE promedio está en el orden de los 1.280 mg l-1. Según Zahida et al. (2011) este valor se encuentra dentro del rango esperado para aguas residuales tratadas establecido entre los 300 y 3.000 mg l-1. Sin embargo, el valor medio de RAS registrado durante los años de riego es superior al reportado por estos autores que lo establecen entre 8,2 y 14 y muy superiores a los reportados por Patterson (1994), ANZECC (1992); Gross et al. (2005) con valores entre 3,2 y 7,7. Según las normas Riverside (Richards, 1973) el efluente se clasifica como agua tipo C3S3: de salinidad media, con elevado contenido de sodio y peligro de acumulación de este catión en el complejo de cambio. En tal sentido, según el diagrama que estima el valor de PSI del suelo en equilibrio con el agua para un determinado RAS, el porcentaje de sodio intercambiable esperado en el suelo es del 23%. El suelo del predio donde funciona el filtro verde, es bien drenado, profundo, no salino y no sódico. Taxonómicamente se corresponde con un Haplustol típico, ampliamente difundido en esta región de la provincia (Gorgas & Tassile, 2003). En la Tabla 2 se presentan los datos morfológicos y analíticos del suelo descripto para el sector no cultivado. Tabla 2. Propiedades morfológicas y analíticas del suelo testigo (sin riego). CIC Ca Mg K Na Horizonte Profundidad (cm) Textura Materia Orgánica (%) pH agua 1:2.5 CEES (dS m-1 ) (cmol kg -1) PSI (%) A 0-28 Fco a fco arenoso 2.16.96 0.27 18.38 9.25 2.63 1.48 0.33 0.57 Bw 28-70 Fco arenoso 1.2 7.28 0.22 17.2 9.78 2.71 1.11 0.29 0.75 C 70-150 Fco arenoso - 7.49 0.22 14.8 11.62 2.01 1.01 0.17 1.13 Ck 150 a + Fco arenoso - 8.75 0.30 14.27 - 1.84 1.31 0.20 1.43 A los efectos de evaluar su similitud con el suelo de las parcelas cultivadas se comparó la CIC para profundidades equivalentes entre ambos suelos (Tabla 3). Tabla 3. CIC del suelo testigo y del suelo de las parcelas con 10 y 5 años de riego con efluentes tratados. CIC (cmol kg-1) Horizonte Profundidadcm 10 años 5 años Testigo A 30 17,8 18,2 18,4 Bw 60 17,3 17,5 17,2 C 90 14,3 16,5 14,8 C 130 13,9 14,8 14,0 Ck 170 13,5 14,0 13,3 Ck 220 13,6 14,3 13,3 Ck 270 16,9 15,2 15,7 Ck 300 17,8 15,6 16,1 El análisis de la varianza no arrojó diferencias estadísticamente significativas de esta propiedad para el testigo y las parcelas bajo riego. Este resultado indica que al menos en el funcionamiento del complejo de intercambio, todas las situaciones analizadas son similares. Se observa a partir de los 270 cm un leve incremento de la CIC posiblemente por cambios en el tipo de material arcilloso tal como lo ha reportado Hampp et al. (1986). En cuanto al pH, en primer lugar no se observan diferencias estadísticamente significativas (p>0.05) para los períodos de riego (Tabla 4). No obstante, los valores más altos fueron encontrados en las capas inferiores del perfil, similares a los valores obtenidos por Klay et al. (2009), a diferencia de los resultados obtenidos por Tzanakakis et al., 2011 donde observaron un efecto de incremento del pH solamente en las capas superiores del suelo. Por otro lado, se observa un leve incremento del pH en el sector con riego con respecto al testigo, aunque los valores hallados no muestran una variación estadisticamente significativa en comparación con el tiempo de riego para cada profundidad. En lo que respecta a la concentración de sales (Tabla 4) de la solución del suelo según la CEES tampoco se observa una diferencia estadísticamente significativa entre las parcelas para los dos períodos de riego y con el testigo. Sin embargo el suelo bajo riego supera la concentración salina del testigo duplicándola prácticamente en todas las profundidades del perfil coincidente con lo reportado por Falkiner & Smith (1997) aunque los valores están alejados de los 4 dS m-1, por lo cual el suelo regado en todas las situaciones se considera no salino. Tabla 4: pH y CE para testigo y parcelas con 10 y 5 años de riego con efluente tratado. pH CEES (dS m -1) Horizonte Profundidad 10 años 5 años testigo 10 años 5 años testigo A 30 6,42 6,61 6,96 0,50 0,54 0,27 Bw 60 6,82 7,06 7,24 0,77 0,83 0,23 C 90 7,53 6,91 7,47 0,65 0,75 0,22 C 130 7,99 8,10 7,81 0,63 0,62 0,23 Ck 170 8,78 8,58 8,59 0,64 0,56 0,31 Ck 220 8,92 8,40 8,78 0,58 0,71 0,29 Ck 270 9,00 8,79 8,79 0,87 0,69 0,31 Ck 300 8,98 9,02 8,75 0,90 0,62 0,32 En cuanto a la sodicidad, el resultado obtenido (Figura 1) indica que los suelos regados han tenido un marcado incremento en del sodio de cambio, pasando de 0,2 cmol kg-1 promedio en el testigo a 2,3 cmol kg-1 en las parcelas cultivadas con un PSI promedio de 15,2% a partir de los 60 cm. Estos resultados muestran igual relación con estudios realizados por Al-Hamaiedeh & Bino (2010), Falkiner & Smith (1997), Klay et al. (2010) y Jalali et al. (2008). Por otra parte, Vazquéz et al. (2008) reportan que luego de 10 años de riego con agua de RAS 6,6 se registra un aumento del PSI de 10 veces respecto del valor original en suelos areno franco. 0 50 100 150 200 250 300 350 0 5 10 15 20 PSI Pr of (c m ) Testigo 5 Años 10 Años Figura 1. Variación del PSI en profundidad para la situación testigo y parcelas regadas En este trabajo no se observan diferencias estadísticamente significativas para los dos períodos de riego lo que permite establecer que con solo 5 años de riego se alcanzan valores de PSI estables. Sin embargo, el valor de PSI hallado (15,3% a partir de los 60 cm) no concuerda con el valor teórico esperado en el equilibrio con el RAS del efluente (23%), lo que apoyaría la hipótesis de Vázquez et al. (2008) que dicho equilibrio se alcanzaría a partir de los 15 años de riego.No obstante, los valores encontrados en esta investigación son suficientemente sólidos como para evaluar en estudios posteriores el impacto sobre la permeabilidad del suelo y aplicar técnicas correctoras. Valores exploratorios de velocidad final de infiltración medidos en las parcelas cultivadas con Pinos resultaron entre 0 y 14 mm hora-1 en el fondo y bordo del surco respectivamente a partir de los 30 minutos de iniciada la medición. CONCLUSIÓN • El riego con efluentes urbanos tratado de clase C3S3 de un Haplustol típico bajo producción forestal no produce salinización ni alcalinización pero si un significativo incremento de la sodificación del perfil hasta los tres metros de profundidad. • En 5 años de riego el suelo alcanza un PSI cercano al esperado en relación a la RAS del efluente y este valor se mantiene similar hasta los 10 años de riego. AGRADECIMIENTOS Las investigaciones han sido financiadas con recursos del Programa “Bases ambientales para el ordenamiento territorial del espacio rural de la provincia de Córdoba” Préstamo BID-PID 013/2009 y del Programa “Bases para el ordenamiento sostenible de tierras y aguas en el medio rural del sur de Córdoba, Argentina” SECyT-UNRC y Convenio de Cooperación Facultad de Agronomía y Veterinaria UNRC – Cooperativa Telefónica de Adelia María. BIBLIOGRAFÍA Anderson, JF; O Bailey y H Dregne. 1972. Short-term effects on irrigation with high sodium waters. Soil Sci. 113 (5):358- 362. ANZECC, Australian Water Quality Guidelines for Fresh and Marine Waters. 1992. Australian and New Zealand Environmental Conservation Council, Canberra, Australia. Al-Hamaiedeh, H & M Bino. 2010. Effect of treated grey water reuse in irrigation on soil and plants. Desalination 256 : 115–119. Ayers, RS & DW Wescot. 1985. Water quality for agriculture. FAO, Irrigation and drainage, Paper Nº 29 rev. 1, Roma. 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