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“Latinoamérica unida protegiendo sus suelos” XIX CONGRESO LATINOAMERICANO DE LA CIENCIA DEL SUELO XXIII CONGRESO ARGENTINO DE LA CIENCIA DEL SUELO Mar del Plata, Argentina – 16 al 20 de abril de 2012 contribuciones@congresodesuelos.org.ar CAMBIOS EN EL CARBONO ORGÁNICO DEL SUELO POR EFECTO DEL TIPO DE USO DE LA TIERRA Mogollón, J.P1,* ; Martínez, A.2 1Departamento de Ambiente y Tecnología Agrícola, UNEFM; 2Departamento de Química, IUTAG. Coro, estado Falcón. Apartado Postal 4101. Email: jmogollon15@gmail.com. Teléfono: +58-416-7680535 RESUMEN Este trabajo tuvo como objetivo evaluar el efecto del cambio de uso de la tierra en ecosistemas del semiárido venezolano sobre el carbono orgánico del suelo. Para ello se tomaron 10 muestras superficiales de suelo (0-15 cm) en cinco áreas agrícolas del estado Falcón, ubicadas en la provincia de humedad del semiárido. En cada caso se evaluó el Tipo de Uso de la Tierra predominante de cada localidad, así como también se incluyó una parcela control que estaba representada por la vegetación natural de cada sitio. Las variables estudiadas fueron el carbono orgánico del suelo (COS) y el carbono de la biomasa microbiana (C-BM). En todos los casos se encontró una disminución del COS, la cual estuvo en un rango entre 40 y 82%, siendo más alta a medida que los sistemas agrícolas fueron más intensivos (uso de fertilizantes, plaguicidas y mecanización agrícola). El C-BM, también siguió la misma tendencia del COS, encontrándose valores de disminución de un 25 a un 65% producto del manejo agrícola intensivo. Estas variables estudiadas resultaron ser excelentes indicadores del proceso de desertificación que se viene presentando en estas zonas semiáridas de Venezuela, producto de un agotamiento de las reservas de carbono orgánico del suelo. Palabras Claves: Desertificación; Carbono orgánico del Suelo; Carbono de la Biomasa Microbiana. INTRODUCCIÓN A una escala global, el suelo contiene aproximadamente unas 2.000 Gt de carbono orgánico en el primer metro de profundidad del suelo, lo cual representa una cantidad de 3 a 4 veces mayor al carbono contenido en la biomasa vegetal terrestre (Birch-Thomsen et al., 2007). En particular, el carbono orgánico del suelo (COS) es un componente esencial del ciclo global del carbono ocupando un 69,8 % del carbono orgánico de la biosfera (FAO, 2001). Por consiguiente, las perdidas potenciales de carbono de los ecosistemas, relacionadas a la conversión de ecosistemas naturales a agroecosistemas, es mucho mayor en las reservas de carbono del suelo, que el carbono contenido en la biomasa vegetal (Batjes, 2004). En ecosistemas agrícolas, la calidad del suelo depende en gran medida de la cantidad, calidad y dinámica de las reservas del COS. Una reducción en el contenido del COS puede acentuar la degradación del suelo por erosión, compactación, pérdida de nutrientes, lavado, acidificación y/o salinización, y en general, provocar un decremento en la biodiversidad del suelo (Brady y Weil, 2001). Las perdidas del COS en una amplia variedad de suelos y tipos de cultivo, varían en un rango entre un 20% y un 70% del COS inicialmente presente, y la mayor parte de estas perdidas ocurre en los primeros 20 años del cambio de uso de la tierra (Sá et al., 2001; Solomon et al, 2000). La mayor mailto:jmogollon15@gmail.com parte de los estudios de cómo los cambios de uso de la tierra han influido en las reservas de carbono del suelo, se han realizado en la zona templada, aunque hay que considerar que la tasa de conversión del uso de la tierra fue más rápida durante la segunda mitad del siglo 20 en la zona tropical (Houghton et al., 1987). Sin embargo, son pocos los estudiados realizados en las zonas tropicales áridas o semiáridas. En zonas áridas y semiáridas, se plantea que la tasa de mineralización del carbono orgánico es muy intensa debido a las condiciones climáticas reinantes, como consecuencia, su fijación en formas estables es reducida, provocando el agotamiento de los suelos y, por lo tanto, su desertificación. De esto se plantea la necesidad en este trabajo de investigación, de determinar el contenido de COS, y algunas fracciones del COS, como un primer paso, para ser utilizados como indicadores en la evaluación de los procesos de desertificación que afectan las zonas secas del estado Falcón, Venezuela, haciendo énfasis en algunas de los tipos de uso de la tierra mas relevantes en estas áreas bajo explotación agrícola. MATERIALES Y METODOS En el presente estudio se seleccionaron cinco (5) áreas agrícolas distribuidas en la geografía del estado Falcón, Venezuela, cuya principal y común característica fue la ubicación en zonas semi- áridas. En la tabla 1 se presentan las condiciones de cada una de las zonas evaluadas, con el principal tipo de Uso de la Tierra, y la vegetación natural en cada caso. Se tomaron de 10 muestras superficiales de los primeros 15 cm de suelo, y para cada condición evaluada se tomo como condición control el suelo superficial de la vegetación natural adyacente al sistema de manejo evaluado. Las variables estudiadas fueron el carbono orgánico del suelo (COS) determinado por el método de Walkley-Black (1934), el cual consiste en una oxidación húmeda con ácido sulfúrico concentrado y dicromato de potasio y posterior titulación con sulfato ferroso amoniacal. El carbono de la biomasa microbiana (C-BM) se obtuvo por el método de la respiración inducida por sustrato (Anderson y Domsch, 1978), el que se fundamenta al estimular la respiración de los microorganismos del suelo adicionando a este medio un sustrato fácilmente degradable, como la glucosa. El CO2 producido durante la incubación del suelo con el sustrato, en un sistema cerrado, se captura en un vial con solución de NaOH, la cual es titulada posteriormente con HCl. Los resultados fueron examinados mediante análisis de varianza y pruebas de medias de Tukey, utilizando el Programa InfoStat, versión 1.1. RESULTADOS Y DISCUSIÓN En la tabla 2 se muestran los valores del COS y el C-BM, así como también el porcentaje de COS y C-BM que se han perdido en relación a los suelos bajo vegetación natural, adyacentes a cada una de las condiciones de Uso de la Tierra evaluadas. Carbono Orgánico del Suelo En términos generales, siempre se observó una disminución del COS en los sistemas agrícolas, en comparación a las parcelas controles con vegetación natural, la cual estuvo en un rango entre un 17 a un 82% de disminución del COS producto del manejo agrícola. Cabe resaltar que las mayores perdidas de COS se encontraron en los sistemas con manejo convencional (con alto uso de insumos agrícolas y mecanización; Por ejemplo: EC2, LP2, B, J1) con valores entre un 40% hasta un 82% de perdidas del carbono total del suelo. Es importante acotar, que las mayores perdidas del COS se encontraron en los suelos con texturas Fa, resaltando de esta manera el papel que tendría el mayor contenido de arcillas, en el proceso de estabilización de la materia orgánica del suelo (Krull et al., 2001). Otro aspecto que podría estar relacionado a esta mayor disminución del COS en los suelos de textura más liviana, estaría relacionado a la mayor erosión encontrada en estos agroecosistemas, lo cual ha sido señalado por Mogollón et al. (2001), produciendo una pérdida de la capa superior del suelo, y una disminución del carbono orgánico. Tabla 1. Áreas estudiadas con sus principales tipos de uso de la Tierra y características edafo-climáticas. Localidad Uso de la Tierra Tiempo bajo el Uso Coordenadas Geográficas Municipio Precipitación promedio/año Textura Suelo Zona de Vida El Cebollal 1 (EC1) Sábila con riego por goteo, manejo orgánico y labranza mínima 10 años 1.255.095 N 411.174 E Miranda 450 Fa Monte Espinoso Tropical El Cebollal 2 (EC2) Melón con riego por goteo, manejoconvencional y fertilización química 4 años 1.255.093 N 411.259 E Miranda 450 Fa Monte Espinoso Tropical Los Perozo 1 (LP1) Caña de azúcar, riego por gravedad, labranza reducida, fertilización química. 12 años 1.261.198 N 429.949 E Miranda 380 A Monte Espinoso Tropical Los Perozo 2 (LP2) Cebolla, riego por gravedad, labranza convencional con fertilización química. 8 años 1.261.122 N 429.753 E Miranda 380 A Monte Espinoso Tropical Butare (B) Lechosa, riego por goteo, manejo convencional , fertilización química 6 años 1.262.156 N 434.926 E Colina 650 FAa Bosque Muy Seco Tropical Jadacaquiva 1 (J1) Melón, riego por goteo, manejo convencional , fertilización química 9 años 1.315.620 N 383.336 E Falcón 323 F Monte Espinoso Tropical Jadacaquiva 2 (J2) Sábila a tempero, sin fertilización y labranza mínima 4 años 1315719 N 383360 E Falcón 323 F Monte Espinoso Tropical Cebolla riego por 1.301.126 N Monte El Rodeo (ER) aspersión, manejo convencional , y fertilización química 4 años 402.104 E Carirubana 350 F Espinoso Tropical En todos los casos podemos mencionar que los valores de COS resultaron ser bastante bajos, esto podría atribuirse a que el proceso de mineralización del carbono orgánico es muy intenso en suelos bajo condiciones semiáridas, debido a las condiciones climáticas reinantes (altas temperaturas y baja disponibilidad de humedad). Esto trae como consecuencia que se fijen muy poca cantidad de carbono en formas estables, provocando un agotamiento de la MOS, en el corto a mediando plazo. Se menciona con especial interés el caso del sitio EC2 donde en términos de 4 años (antes de este tiempo, los suelos estaban bajo condición de vegetación natural), se ha perdido más de un 80% del carbono inicialmente presente en el sitio. En la literatura se hace mención a esta problemática del carbono en ecosistemas semiáridos, tanto en el continente europeo, asiático como en el americano (Hontoria et al, 2004; Wang et al., 2004; Bogdonoff et al., 2000). Tabla 2. Valores de Carbono orgánico, carbono de la biomasa microbiana y relación de pérdida porcentual del COS y el C- BM en las áreas estudiadas según el tipo de uso de la tierra, con respecto al Control. N=10. Letras diferentes* señalan diferencias significativas a una p ≤0,05. Localidad Uso de la Tierra COS (%) C-BM (µg C g-1 suelo) %COS perdido con respecto al Control % CBM perdido con respecto al Control EC1 Sábila con riego por goteo, manejo orgánico y labranza mínima 1,45b 380,0 b 33,20 25,50 EC2 Melón con riego por goteo, manejo convencional y fertilización química 0,38c 238,0 c 82,40 53,40 EC Control Bosque secundario dominado por Prosopis juliflora 2,17 a 510,5 a LP1 Caña de azúcar, riego por gravedad, labranza reducida, fertilización química. 2,20b 450,5 b 17,00 31,80 LP2 Cebolla, riego por gravedad, labranza convencional con fertilización química. 1,25c 335,0 c 52,80 49,25 LP Control Bosque secundario dominado por Cercidium praecox 2,65a 660,2 a B Pimentón, riego por goteo, manejo convencional, fertilización química 0,36b 125,0 b 50,70 55,40 B Control Bosque secundario dominado por Prosopis sp Cercidium praecox, y Opuntia sp. 0,73ª 280,4 a J1 Melón, riego por goteo, manejo convencional, fertilización química 1,19 b 40,20 b 40,00 63,60 J2 Sábila a tempero, sin fertilización y labranza mínima 1,72 a 80,35 a 13,30 27,30 J Control Bosque secundario dominado por P. juliflora 1,98 a 110,5 a y Ritterocereus sp. *Observación: Las diferencias estadísticas se establecen para cada localidad de manera independiente Carbono de la Biomasa Microbiana Al igual que el COS, el C-BM también se vio afectado por el manejo agrícola. En términos generales, siempre se observó una disminución del C-BM en los sistemas agrícolas, en comparación a las parcelas controles con vegetación natural, la cual estuvo en un rango entre un 25 a un 64% de disminución del C-BM producto del manejo agrícola. Igualmente, las mayores perdidas de C-BM se encontraron en los sistemas con manejo convencional (con alto uso de insumos agrícolas y mecanización; Por ejemplo: EC2, LP2, B, J1) siendo las misma mayores al 50% en todos los casos. CONCLUSIONES Se encontró una disminución significativa del COS y del C-BM producto de los cambios de Uso de la Tierra en las condiciones del semiárido falconiano. En agroecosistemas con alto uso de insumos agrícolas (fertilizantes, plaguicidas y alta mecanización) se observaron perdidas del COS por el orden de un 40 a un 80%, en términos de tiempo muy cortos (entre 4 y 10 años aproximadamente). Igualmente se observó una disminución drástica del C-BM del suelo, producto de los cambios en el Uso de la Tierra. Las tasas de perdida del C-BM están por el orden de un 50% en promedio para todos los sistemas evaluados, con manejo agrícola convencional. Estos datos evidencian el franco proceso de desertificación que se viene presentando en estas zonas semiáridas de Venezuela, producto de un agotamiento de las reservas de carbono orgánico del suelo, lo cual podría además tener consecuencias a escala global en el ciclo del carbono. BIBLIOGRAFIA Alef, K. 1995. Soil respiration. In: Alef, K., y P. Nannipieri. (Eds). Methods in applied soil microbiology and biochemistry. Academic Press, Harcourt Brace & Company Publishers. London. England. pp. 214-217. Anderson. J.P., y Domsch, K.H. 1978. A physiological method for the Quantitative measurement of microbial biomass in soil. Soil. Biol. Biochem. 10:215-221. Batjes, N. 2004. 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