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Balance de Nitrógeno en Suelos Agrícolas de Venezuela

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“Latinoamérica unida protegiendo sus suelos” 
XIX CONGRESO LATINOAMERICANO DE LA CIENCIA DEL SUELO 
XXIII CONGRESO ARGENTINO DE LA CIENCIA DEL SUELO 
 
Mar del Plata, Argentina – 16 al 20 de abril de 2012 
contribuciones@congresodesuelos.org.ar
 
 
BALANCE DE NITRÓGENO EN DOS SUELOS AGRÍCOLAS DE 
VENEZUELA FERTILIZADOS CON UREA. 
 
 (1)Marcano,* L; (2)Elizalde, G 
 (1) Laboratorio de Investigación Tecnológica de Suelo y Ambiente (LITSA), Fac. Ing. Universidad de Carabobo, 
lily_marcano10@hotmail.com 
(2)Inst. Edafología, Fac. Agronomía, U. C. V. gracianoelizalde@yahoo.com 
* Autor de contacto: *lmarcano@uc.edu.ve, 2001, 00 (0241)8227165 y 0424-4337688 
RESUMEN 
Para estimar el efecto de la urea sobre las variaciones del N en suelos agrícolas con propiedades 
diferentes, se realizó el balance del N después del riego sin fertilización y riego y urea a 125 y 250 
kg N ha-1. El experimento se estableció en columnas de suelo (20 cm x 60 cm) sin perturbar. Para 
el balance se manejaron 21 variables, correspondiente a diferentes formas de nitrógeno. A partir 
del contenido de N orgánico e inorgánico presente en el suelo al inicio y al final del experimento y 
del N orgánico e inorgánico lixiviado expresados en g N.columna-1, se determinaron las 
variaciones absolutas y porcentuales del N orgánico, inorgánico y total después de los ensayos y 
se obtuvo una estimación de la dinámica del N en los diferentes tratamientos.En ambos suelos el 
riego produjo disminución del N total y pérdida por volatilización. Al fertilizar el suelo lacustrino las 
pérdidas de N aumentaron; en el aluvial, el N total y el orgánico disminuyeron ligeramente y el N 
inorgánico remanente aumentó considerablemente. La concentración de nitrato lixiviado fue 
superior al límite tolerado para aguas de consumo humano, (aun sin fertilizar) siendo una 
amenaza potencial para la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, vertidas al 
Lago de Valencia. La fertilización con urea, en el suelo aluvial, debe hacerse con atención a la 
dosis y con manejo estricto de fertilización nitrogenada y riego y, el mantenimiento constante de 
cobertura vegetal que capture el N solubilizado. 
PALABRAS CLAVE (Hasta tres (separadas por punto y coma (;)) 
balance del nitrógeno; suelos agrícolas; fertilización con urea 
INTRODUCCIÓN 
El nitrógeno es uno de los elementos más dinámicos en el suelo. Su pérdida por lixiviación como 
nitrato es motivo de una preocupación creciente, debido a sus posibles efectos sobre los recursos 
de agua y eutrofización de los ecosistemas, pudiendo causar daños a los seres vivos y al medio 
ambiente. Existe una relación muy estrecha entre el proceso de lixiviación de los nitratos y las 
prácticas inadecuadas de manejo de los suelos agrícolas, tales como el uso excesivo de 
fertilizantes nitrogenados y el riego intensivo (Sierra et al., 2001). 
La urea, uno de los fertilizantes nitrogenados más utilizado en Venezuela, cuando se aplica al 
suelo, se hidroliza y puede oxidarse perdiéndose por lavado o desnitrificación (Dharani et al. 
2009). La cantidad de nitrógeno nítrico (N-NO3--) que el suelo pierde depende de la cantidad de 
nitrógeno añadido (Sukresyapongse et al. 2001), la mineralización de nitrógeno nativo, la captura 
por la microbiota, la extracción por los cultivos y el volumen de agua de drenaje. Estos factores 
son influidos por el contenido de materia orgánica, textura, estructura, densidad aparente, y 
permeabilidad, como señalan McLay et al. (1992). Addiscott y Whitmore (1991), señalan que el 
uso del fertilizante nitrogenado produce un aumento de la mineralización del N del suelo y es este 
N y no el procedente del fertilizante, el responsable por la mayor parte del nitrato que se pierde del 
suelo. Con la finalidad de obtener una estimación del efecto de la aplicación de urea sobre las 
mailto:lily_marcano10@hotmail.com
mailto:gracianoelizalde@yahoo.com
mailto:lmarcano@uc.edu.ve
variaciones del N en dos suelos agrícolas de propiedades diferentes (uno derivado sedimentos 
aluviales y otro derivado de sedimentos lacustres recientes), se realizó el balance del N después 
de la aplicación de riego sin fertilización (suelo control) y riego y urea a 125 y 250 kg N ha-1 (U125 
y U250, respectivamente). 
MATERIALES Y MÉTODOS 
El ensayo se realizó en dos suelos agrícolas de textura franca representativos de la Cuenca del 
Lago de Valencia, en la región centro norte costera de Venezuela, clasificados como Fluventic 
Haplustepts, el ubicado en el estado Aragua (W 67°36'28'' – N 10°21'21'', a 447 m.s.n.m.), con 
relativamente bajo contenido de materia orgánica y moderado a imperfectamente drenado, 
originado sobre sedimentos aluviales del rio Güey y como Typic Ustifluvent, carbonático, 
isohipertérmico, el ubicado en el Estado Carabobo, (W 67°52' – N 10°06', a 425 m.s.n.m.), con 
alto contenido de materia orgánica, bien drenado a algo excesivamente drenado, derivado de 
sedimentos lacustres. Las principales propiedades de ambos se muestran en la tabla 1. 
El experimento fue establecido en columnas de suelo sin perturbar de 20 cm de diámetro por 60 
cm de largo, extraídas, preparadas, saturadas de agua y dejadas estabilizar antes de la aplicación 
del fertilizante según metodología utilizada por Marcano, (2007). Al momento de extraer las 
columnas, se tomaron muestras compuestas para evaluar las propiedades de los suelos al inicio 
del experimento. Unas columnas fueron fertilizadas con dosis equivalentes a 125 y 250 kg de N/ha 
de urea (U125 y U250, respectivamente) y regadas y otras fueron regadas sin fertilizar (control), 
para un total de 9 columnas de cada suelo (3 réplicas por tratamiento y control). La urea fue 
aplicada a 5 cm de la superficie del suelo. 
Para mantener el suelo constantemente húmedo y cerca de su capacidad máxima de retención de 
agua, se aplicó una lámina de agua de 1,11 cm (350 mL) durante 4 meses a cada una de las 
columnas cada 3 días, para llegar a una lámina acumulada de 55,7 cm en 50 aplicaciones para el 
suelo lacustrino y cada 9 días (16,7 cm de lámina en 15 aplicaciones) para el suelo aluvial. Esto 
debido a las diferencias en las propiedades hidráulicas de los suelos. Después de cada riego, se 
determinó el volumen lixiviado y se acumuló el lixiviado de las tres replicaciones para obtener una 
muestra compuesta, en la que se identificaron y cuantificaron las diferentes formas de N lixiviadas. 
Al final del experimento se tomaron muestras compuestas de los suelos de las columnas, para 
evaluar los cambios inducidos por cada tratamiento. 
 
Tabla 1. Algunas propiedades de los suelos estudiados (promedio ponderado de los horizontes hasta 60 cm). 
Suelo pH 
(en agua 1:2) 
% MO CIC 
(cmolKg-1) 
% N C/N Conductividad 
hidráulica (cmh-1) 
 Da 
(Mg/m3)
Lacustrino 7,9 6,2 18,6 0,33 10,37 6,900 0,51 
Aluvial 6,7 1,3 9,1 0,06 14,78 0,003 1,59 
 
Se determinó el contenido de nitrógeno total por el método Kjeldalh modificado, utilizando KMnO4-
Fe reducido, que incluye nitratos y nitritos (Bremner, 1996). El N-inorgánico se extrajo con 
solución 2M de KCl, (1:10 suelo: solución) y fueron determinadas las diferentes formas de 
nitrógeno inorgánico (N-NO3- y N-H4+) según el procedimiento de Mulvaney (1996). El N-orgánico 
se obtuvo sustrayendo el N- inorgánico total del N-total Kjeldalh. 
Los resultados se analizaron estadísticamente por medio de la prueba no paramétrica de Wilcoxon 
Rank Sum Test a nivel de significancia 0,05. 
En total en el experimento se manejaron 21 variables, algunas de las cuales fueron determinadas 
y otras deducidas a partir de las anteriores (tabla 2). 
 
Tabla 2. Variables manejadas en los experimentos 
VARIABLES DETERMINADAS VARIABLES DEDUCIDAS 
ANALÍTICAMENTE 
1. Nt = Nitrógeno total 1. Ntp = Nitrógeno total perdido 
2. Nti = Nitrógeno total inicial 2. ΔNt = cambio en la cantidad de N total 
3. Ntr = Nitrógeno total retenido o residual 3. No = Nitrógeno orgánico 
4. Nof = Nitrógeno orgánico del fertilizante 4. Noi = Nitrógenoorgánico inicial 
5. Ni = Nitrógeno inorgánico 5. Nor = Nitrógeno orgánico retenido o residual 
6. Nii = Nitrógeno inorgánico inicial 6. Nol = Nitrógeno orgánico lixiviado 
7. Nir = Nitrógeno inorgánico retenido o 
residual 
7. Nom = Nitrógeno orgánico mineralizado 
8. Nil = Nitrógeno inorgánico lixiviado 8. ΔNo = cambio en la cantidad de N orgánico 
por mineralización 
9. Ntl = Nitrógeno total lixiviado 9. Niv = Nitrógeno inorgánico volatilizado 
 10. Ni -> o = Nitrógeno inorgánico transformado 
en orgánico 
 11. ΔNi = cambio en la cantidad de N inorgánico 
 12. ΔNitransf. = Nom - (Ni -> o + Niv) 
 
Balance de nitrógeno 
A partir del contenido de No y de Ni presente en el suelo al inicio (Noi y Nii) y al final del 
experimento (Nor y Nir) y del Nol y Nil, expresados en gN.columna-1, se determinaron las 
variaciones absolutas y porcentuales del N orgánico, inorgánico y total (ΔNo ΔNi y ΔNt) después 
de los ensayos y se obtuvo de esta manera una estimación de la dinámica del N en los diferentes 
tratamientos. 
La variación del N orgánico (ΔNo) se dedujo de las fórmulas: 
ΔNo = Nor - Noi. 
Donde: Nor = (Noi + Ni -> o) – (Nol + Nom) 
Sustituyendo: ΔNo = ((Noi + Ni -> o) – (Nol + Nom)) – Noi 
y simplificando: ΔNo = Ni -> o – (Nol + Nom) (1) 
Las variaciones del N inorgánico fueron deducidas mediante las fórmulas: 
ΔNi = Nir – (Nii + Nof) 
Donde: Nir = Nii + Nof + Nom – (Nil + Ni -> o + Niv) 
Sustituyendo: ΔNi = Nii + Nof + Nom – (Nil + Ni -> o + Niv) - (Nii + Nof) 
 
Y simplificando: ΔNi = Nom – (Nil + Ni -> o + Niv) (2) 
Debe aclararse que en las condiciones del ensayo se considera que el Nf pasa rápidamente a Ni. 
Sumando las ecuaciones (1) y (2) se deduce la variación del N total ΔNt: 
ΔNo = Ni -> o – (Nol + Nom) 
ΔNi = Nom – (Nil + Ni -> o + Niv) 
 
ΔNt = Ni -> o – (Nol + Nom) + Nom – (Nil + Ni -> o + Niv) 
 
Donde Ni -> o y Nom se anulan y los cambios en el nitrógeno total están determinados el 
nitrógeno orgánico e inorgánico lixiviado y el nitrógeno inorgánico volatilizado: 
 
ΔNt = Nil + Niv - Nol (3) 
 
De la ecuación anterior se despeja el nitrógeno volatilizado: 
 
Niv = ΔNt - Nil (4) 
RESULTADOS Y DISCUSIÓN 
Con base en la información presentada en las tablas 3 y 3a, fueron determinados en ambos 
suelos los porcentajes, con respecto a los respectivos contenidos iniciales, de N-inorgánico, N-
orgánico y el de N-total que se encontraron en el suelo al final del experimento y también el 
porcentaje de N lixiviado (tabla 4). 
En el suelo lacustrino tanto el riego como el riego con fertilización, causaron pérdida de parte del 
N total inicialmente presente en el suelo. La fracción orgánica, se perdió en menor proporción 
(28%) que la fracción inorgánica (64%) cuando el suelo fue solamente regado, pero el riego 
asociado a la fertilización, aumentó el porcentaje de pérdida de la forma orgánica (46 y 68% para 
U125 y U250 respectivamente) (tabla 4). Reportes previos (Yan et al., 2006 y Addiscott y 
Whitmore, 1991) han demostrado que la adición de urea tiende a estimular la mineralización del N 
del suelo. La cantidad de N inorgánico residual en este suelo fertilizado y regado fue mayor (21%) 
que cuando solo se regó (15%), aunque las diferencias no fueron significativas, y las cantidades 
de nitrógeno orgánico presentes en el lixiviado fueron insignificantes, lo que indica que la mayoría 
del N-orgánico se perdió debido a su transformación en formas inorgánicas. En el suelo aluvial, el 
riego sin fertilización (control), causó la pérdida del 81% del N orgánico inicialmente presente en 
este suelo, lo cual representa una pérdida 5 veces mayor que con el tratamiento U125 y 3 veces 
más que cuando para el tratamiento U250 (tablas 3a y 4). Al igual que en el suelo lacustrino, las 
cantidades de N orgánico en el lixiviado fueron insignificantes, lo cual indica que la mayoría del N 
orgánico se perdió debido a su transformación en formas inorgánicas. Por lo tanto, el contenido de 
N inorgánico residual que se halló en el suelo después de los ensayos fue mayor que en el suelo 
inicial en todos los tratamientos. 
 
Tabla 3. Balance del nitrógeno en los diferentes tratamientos en el suelo lacustrino expresado en g columna-1. 
N DEL SUELO 
RESIDUAL 
N LIXIVIADO N PERDIDO 
 INICIAL 
Control U250 U125 Control U250 U125 Control U250 U125 
Orgánico 30,200 21,834a 9,981b 16,438ab 0,000a 0,000a 0,000a 8,366 20,932 14,123
Inorgánico 2,039 0,305a 0,407a 0,420a 0,438a 0,367b 0,437a 1,296 1,265 1,182
N Total 32,239 22,139a 10,388b 16,858ab 0,438a 0,367b 0,437a 9,662 22,197 15,305
Fertilizante (Nf) Orgánico total + fertilización Total del suelo + fertilización 
U250 U125 U250 U125 U250 U125 
0,713 0,361 30,913 30,561 32,952 32,600 
Letras similares (a, b, c) indican diferencias de medias estadísticamente no significativas. 
N PERDIDO representa pérdidas aparentes: no se encontró en el suelo como residual y ni se reflejó en el lixiviado 
Tabla 3a. Balance del nitrógeno en los diferentes tratamientos del suelo aluvial, expresado en g columna-1. 
Fertilizante (Nf) Orgánico total + fertilización Total del suelo + fertilización 
N DEL SUELO 
RESIDUAL 
N LIXIVIADO N PERDIDO 
 
 
 
Inicial 
 
Control U250 U125 Control U250 U125 Control U250 U125
Orgánico 14,304 2,764a 10,975b 12,181b 0,000a 0,000a 0,000a 11,510 3,968 2,420
Inorgánico 0,221 0,671a 0,841a 0,731a 0,030a 0,068b 0,044ab -0,480 -0,688 -0,554
N Total 14,525 3,435a 11,816b 12,912b 0,030a 0,068b 0,044ab 11,030 3,280 1,866
U250 U125 U250 U125 U250 U125 
0,709 0,357 15,013 14,661 15,234 14,882 
Letras similares (a, b,c) indican diferencias de medias estadísticamente no significativas 
N PERDIDO representa pérdidas aparentes: no se encontró en el suelo como residual y ni se reflejó en el lixiviado 
Tabla 4. Porcentaje del N-orgánico e inorgánico residual, lixiviado y perdido al final del ensayo, respecto al inicial, en el 
suelo lacustrino y aluvial. 
Suelo lacustrino 
 N –residual en suelo N-lixiviado N-perdido 
Tratamiento Inorg. Orgán. Tot. Inorg. Orgán. * Inorg. Orgán. Tot. 
Control 15 72 69 21 0 64 28 30 
U250 20 32 34 18 0 62 68 67 
U125 21 54 55 21 0 58 46 47 
*Los valores determinados son siempre inferiores a 0,4% 
Suelo aluvial 
 N –residual en suelo N-lixiviado N-perdido 
Tratamiento Inorg. Orgán. Tot. Inorg. Orgán. Inorg. Orgán. Tot. 
Control 304 19 24 14 0,2 -217* 81 76 
U250 381 73 79 31 0,5 -311* 27 19 
U125 331 83 86 20 0,4 -251* 17 11 
*El Ni presente en el lixiviado y residual en el suelo fue mayor que el Nii 
 
Allí se comprueba que, en el suelo aluvial, la fertilización aumentó el porcentaje de N orgánico que 
permaneció en el suelo y la cantidad de N inorgánico lixiviado, en relación al suelo solamente 
regado sin fertilizar. En el suelo lacustrino se observa que la fertilización aumenta 
aproximadamente en 30% la cantidad de N inorgánico que se conserva en el suelo, en 
comparación con la cantidad retenida cuando el suelo sólo es irrigado. En el control, el porcentaje 
de Ni lixiviado con respecto al Ni inicial, fue igual al tratamiento con la dosis baja de urea (21%); 
sin embargo, con la dosis más alta solo se lixivió 18% del Ni. Aproximadamente el 60% de 
nitrógeno inorgánico se pierde durante el tratamiento, es decir, que no se conserva en el suelo 
(Nir) y no está en el lixiviado (Nil). En consecuencia, se deduce que se ha unido a la nueva 
materia orgánica resultante de la actividad microbiana del suelo o se ha volatilizado. Pero al 
mismo tiempo, la fertilización de urea aumenta la pérdida de N orgánico, debido a su 
mineralización causada por la actividad de microorganismos, estos resultados concuerdan con lo 
reportado por Cartes et.al (2009) con diferentes dosis de urea. Como resultadofinal, todos los 
tratamientos condujeron a la pérdida de N, pero el tratamiento U250 (la dosis máxima N) produjo 
la mayor pérdida. 
En la tabla 5 se presenta una síntesis de los balances obtenidos en cada suelo para comparar las 
variaciones producidas en el N por los distintos tratamientos. Es evidente que los suelos 
responden de manera muy distinta dadas sus características físicas y químicas. En el suelo 
lacustrino la fertilización desencadena una fuerte mineralización de la materia orgánica, 
seguramente asociada a la reactivación de la microbiota, que conduce una fuerte pérdida de N en 
formas volátiles, pero no incrementa la cantidad de N inorgánico residual o lixiviado. El suelo 
aluvial, pierde la mayor cantidad de N cuando es regado, mientras que la fertilización inhibe 
parcialmente esa pérdida, ya que conduce a un descenso de la mineralización de la materia 
orgánica, a la vez que la cantidad de N inorgánico que es transformado en orgánico o se volatiliza, 
tiende a ser 10 veces menor que en el suelo lacustrino, por lo cual esta forma de N tiende a 
concentrarse en el suelo. 
 
Tabla 5. Síntesis de los balances de N obtenidos en ambos suelos. 
TRATAMIENTO VARIABLE 
(gramos columna-1) 
SUELO LACUSTRINO SUELO ALUVIAL 
CONTROL - 10,100 - 11,090 
U125 -15,381 - 1,613 
U250 
ΔNt 
-21,851 - 2,709 
CONTROL -8,366 -11,540 
U125 -13,762 -2,123 
U250 
ΔNo 
-20,219 -3,329 
CONTROL -1,734 0,450 
U125 -1,980 0,153 
U250 
ΔNi 
-2,345 -0,089 
CONTROL -1,296 0,480 
U125 -1,543 0,193 
U250 
ΔNi transf. 
-1,978 -0,021 
CONTROL 9,662 11,060 
U125 14,944 1,569 
U250 
Niv 
21,484 2,722 
 
Esos resultados sugieren que la biota en el suelo lacustrino prolifera cuando se provee al suelo de 
agua, medio necesario para su reproducción y vehículo de los productos resultantes de su 
metabolismo Este proceso se ve favorecido, como lo señalan Sierra et. al (2001) y McLay et 
al.,(1992) por la alta permeabilidad del suelo y su alta capacidad para intercambiar gases con la 
atmósfera, lo que permite la eliminación rápida de los productos. Cuando se proporciona una 
fuente de N de fácil asimilación, la biota se reproduce exponencialmente y adquiere la capacidad 
para descomponer altas cantidades de materia orgánica, que es un proceso que insume mayor 
energía, lo cual coinciden con lo señalado por Cartes et al., (2009) quienes encontraron aumento 
de la actividad microbiana y de la mineralización del N al aplicar diferentes dosis de urea. En el 
suelo aluvial, la disponibilidad de N natural es más restringida, por lo cual, al proveer agua al 
medio, la biota incrementa su reproducción y actividad, lo cual requiere de nutrientes que toma de 
la materia orgánica disponible y la transforma en N inorgánico, que en parte se concentra en el 
suelo pero también se volatiliza en alta cantidad; al fertilizar, la biota dispone de una fuente de N 
fácilmente asimilable, por lo cual su actividad hacia la mineralización de la materia orgánica, que 
es más estable porque contiene compuestos más resistentes, se restringe. 
CONCLUSIÓN 
Los resultados demuestran que la dinámica del N es controlada en gran medida por las 
características específicas de los dos tipos de suelos estudiados. Sin embargo, en ambos el riego 
sin fertilización, produjo la disminución del N total, principalmente de la forma orgánica y la pérdida 
de las formas resultantes principalmente por volatilización. Al fertilizar con urea el resultado fue 
muy distinto entre ambos suelos; en el lacustrino las pérdidas de N se duplicaron mientras que en 
aluvial el N total y el orgánico disminuyeron ligeramente y el N inorgánico remanente incremento 
hasta casi 4 veces. En todos los ensayos la concentración de nitratos del lixiviado fue superior al 
límite tolerado por las normas internacionalmente aceptadas para las aguas de consumo humano, 
por lo cual (aun sin fertilizar) son una amenaza potencial para la contaminación de las aguas 
superficiales y subterráneas, que se dirigen al Lago de Valencia, principalmente en el caso del 
suelo lacustrino. El resultado sugiere que la fertilización con urea, en el caso del suelo aluvial, 
debe hacerse con una gran atención a la dosis. 
BIBLIOGRAFÍA 
Addiscott, T; Whitmore, A. 1991. Simulation of solute leaching in soils of differing permeabilities. Soil Use & Management 
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2011-12-20], pp. 69-82 Disponible en: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
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Dharani D, Patra UK & Sukhmal Ch. 2009 Use of urea coated with natural products to inhibit urea hydrolysis and 
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Marcano L (2007) Dinámica del nitrato en dos suelos de la cuenca del lago de Valencia y su incidencia en la 
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Book Series 5. (American Society of Agronomy: Madison,WI ). 
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Sukresyapongse,O.,Pnichsakpatana S., & Thongmarg, J. 2001. Nitrogen leaching from soil treated with sludge. Water 
Science and Technology. 44 (7), 145-150 
	El nitrógeno es uno de los elementos más dinámicos en el suelo. Su pérdida por lixiviación como nitrato es motivo de una preocupación creciente, debido a sus posibles efectos sobre los recursos de agua y eutrofización de los ecosistemas, pudiendo causar daños a los seres vivos y al medio ambiente. Existe una relación muy estrecha entre el proceso de lixiviación de los nitratos y las prácticas inadecuadas de manejo de los suelos agrícolas, tales como el uso excesivo de fertilizantes nitrogenados y el riego intensivo (Sierra et al., 2001). 
	La urea, uno de los fertilizantes nitrogenados más utilizado en Venezuela, cuando se aplica al suelo, se hidroliza y puede oxidarse perdiéndose por lavado o desnitrificación (Dharani et al. 2009). La cantidad de nitrógeno nítrico (N-NO3--) que el suelo pierde depende de la cantidad de nitrógeno añadido (Sukresyapongse et al. 2001), la mineralización de nitrógeno nativo, la captura por la microbiota, la extracción por los cultivos y el volumen de agua de drenaje. Estos factores son influidos por el contenido de materia orgánica, textura, estructura, densidad aparente, y permeabilidad, como señalan McLay et al. (1992). Addiscott y Whitmore (1991), señalan que el uso del fertilizante nitrogenado produce un aumento de la mineralización del N del suelo y es este N y no el procedente del fertilizante, el responsable por la mayor parte del nitrato que se pierde del suelo. Con la finalidad de obtener una estimación del efecto de la aplicación de urea sobre las variaciones del N en dos suelos agrícolasde propiedades diferentes (uno derivado sedimentos aluviales y otro derivado de sedimentos lacustres recientes), se realizó el balance del N después de la aplicación de riego sin fertilización (suelo control) y riego y urea a 125 y 250 kg N ha-1 (U125 y U250, respectivamente).
	MATERIALES Y MÉTODOS
	El ensayo se realizó en dos suelos agrícolas de textura franca representativos de la Cuenca del Lago de Valencia, en la región centro norte costera de Venezuela, clasificados como Fluventic Haplustepts, el ubicado en el estado Aragua (W 67°36'28'' – N 10°21'21'', a 447 m.s.n.m.), con relativamente bajo contenido de materia orgánica y moderado a imperfectamente drenado, originado sobre sedimentos aluviales del rio Güey y como Typic Ustifluvent, carbonático, isohipertérmico, el ubicado en el Estado Carabobo, (W 67°52' – N 10°06', a 425 m.s.n.m.), con alto contenido de materia orgánica, bien drenado a algo excesivamente drenado, derivado de sedimentos lacustres. Las principales propiedades de ambos se muestran en la tabla 1. 
	El experimento fue establecido en columnas de suelo sin perturbar de 20 cm de diámetro por 60 cm de largo, extraídas, preparadas, saturadas de agua y dejadas estabilizar antes de la aplicación del fertilizante según metodología utilizada por Marcano, (2007). Al momento de extraer las columnas, se tomaron muestras compuestas para evaluar las propiedades de los suelos al inicio del experimento. Unas columnas fueron fertilizadas con dosis equivalentes a 125 y 250 kg de N/ha de urea (U125 y U250, respectivamente) y regadas y otras fueron regadas sin fertilizar (control), para un total de 9 columnas de cada suelo (3 réplicas por tratamiento y control). La urea fue aplicada a 5 cm de la superficie del suelo. 
	Para mantener el suelo constantemente húmedo y cerca de su capacidad máxima de retención de agua, se aplicó una lámina de agua de 1,11 cm (350 mL) durante 4 meses a cada una de las columnas cada 3 días, para llegar a una lámina acumulada de 55,7 cm en 50 aplicaciones para el suelo lacustrino y cada 9 días (16,7 cm de lámina en 15 aplicaciones) para el suelo aluvial. Esto debido a las diferencias en las propiedades hidráulicas de los suelos. Después de cada riego, se determinó el volumen lixiviado y se acumuló el lixiviado de las tres replicaciones para obtener una muestra compuesta, en la que se identificaron y cuantificaron las diferentes formas de N lixiviadas. Al final del experimento se tomaron muestras compuestas de los suelos de las columnas, para evaluar los cambios inducidos por cada tratamiento.
	Se determinó el contenido de nitrógeno total por el método Kjeldalh modificado, utilizando KMnO4-Fe reducido, que incluye nitratos y nitritos (Bremner, 1996). El N-inorgánico se extrajo con solución 2M de KCl, (1:10 suelo: solución) y fueron determinadas las diferentes formas de nitrógeno inorgánico (N-NO3- y N-H4+) según el procedimiento de Mulvaney (1996). El N-orgánico se obtuvo sustrayendo el N- inorgánico total del N-total Kjeldalh.
	Los resultados se analizaron estadísticamente por medio de la prueba no paramétrica de Wilcoxon Rank Sum Test a nivel de significancia 0,05.
	En total en el experimento se manejaron 21 variables, algunas de las cuales fueron determinadas y otras deducidas a partir de las anteriores (tabla 2).

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