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DIPLOMATURA EN PREVENCION DE ADICCIONES EN EL AMBITO EDUCATIVO TRBAJO PARCIAL 1

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DIPLOMATURA SUPERIOR UNIVERSITARIA
EN PREVENCION DE ADICCIONES EN
EL AMBITO SOCIOEDUCATIVO
TRABAJO PARCIAL
Consignas
1) Considerando la institución educativa en la que usted se desempeña:
¿Qué representaciones sociales y modelos teóricos acerca del consumo
problemático de sustancias aparecen en: ¿Directivos – Alumnos y comunidad en general (considere el impacto de los medios de comunicación)?
Representaciones sociales: Las representaciones sociales pueden variar según el contexto y las experiencias de cada comunidad educativo
Directivos:
Modelo de enfermedad: Muchos directivos pueden adoptar una perspectiva basada en el modelo médico, que ve el consumo problemático de sustancias como una enfermedad que requiere tratamiento y rehabilitación. Esta visión tiende a enfocarse en la prevención y en la búsqueda de soluciones terapéuticas.
Enfoque disciplinario: Algunos directivos pueden tener una visión más punitiva y disciplinaria, considerando el consumo problemático de sustancias como un comportamiento inaceptable que debe ser sancionado. Esta perspectiva puede centrarse en medidas de control y represión, como sanciones o expulsiones.
Enfoque de integración social: Otros directivos pueden adoptar una perspectiva más centrada en la integración social, reconociendo los factores sociales y económicos que pueden contribuir al consumo problemático de sustancias en entornos marginales. Estos directivos pueden buscar estrategias para brindar apoyo a los alumnos y sus familias, promoviendo programas de inclusión y participación comunitaria.
Alumnos y comunidad en general:
Representaciones sociales negativas: Tanto los alumnos como la comunidad en general pueden tener representaciones sociales negativas sobre el consumo problemático de sustancias, asociándolo con estereotipos negativos y prejuicios hacia los consumidores. Estas representaciones sociales pueden ser influenciadas por los medios de comunicación y la falta de información precisa sobre las causas y consecuencias del consumo problemático.
Estigma y exclusión social: El consumo problemático de sustancias puede llevar a la estigmatización y la exclusión social de los individuos que lo experimentan. Los alumnos y la comunidad en general pueden asociar el consumo de drogas con comportamientos desviados y peligrosos, lo que puede generar miedo y rechazo hacia los consumidores.
Influencia de los medios de comunicación: Los medios de comunicación desempeñan un papel crucial en la construcción de las representaciones sociales sobre el consumo problemático de sustancias. En muchos casos, los medios tienden a enfocarse en historias sensacionalistas y estigmatizadoras, lo que puede perpetuar estereotipos negativos y aumentar el miedo y la desinformación en la comunidad.
Es importante tener en cuenta que estas representaciones sociales y modelos teóricos pueden variar considerablemente dependiendo del contexto específico de la escuela urbano marginal en la que te desempeñas. Sería beneficioso realizar investigaciones y encuestas dentro de tu propia institución educativa para obtener información más precisa sobre las representaciones y modelos teóricos que están presentes, y así poder abordar de manera efectiva el consumo problemático de sustancias.
El modelo ético-jurídico no es una representación social o un modelo teórico específico relacionado con el consumo problemático de sustancias. El modelo ético-jurídico se refiere más bien a un enfoque ético y legal para abordar las cuestiones relacionadas con el consumo de sustancias y las políticas públicas.
En el contexto del consumo problemático de sustancias en una escuela urbano marginal, el modelo ético-jurídico podría implicar considerar tanto los aspectos éticos como los legales en las intervenciones y políticas relacionadas con el consumo de sustancias. Esto implica:
Ética: Enfocarse en la promoción del bienestar y el desarrollo integral de los alumnos, garantizando que las intervenciones y políticas sean éticamente sólidas y respeten los derechos y la dignidad de los estudiantes. Esto podría incluir el enfoque en la prevención del consumo problemático de sustancias, la promoción de la salud mental y la inclusión social de los estudiantes.
Aspectos legales: Asegurarse de que todas las intervenciones y políticas relacionadas con el consumo de sustancias estén en consonancia con la legislación vigente. Esto implica cumplir con las leyes y regulaciones sobre el uso y la distribución de sustancias controladas, así como respetar los derechos legales de los estudiantes y garantizar la confidencialidad y privacidad de la información relacionada con el consumo de sustancias.
En el marco del modelo ético-jurídico, los directivos, los alumnos y la comunidad en general deben considerar las implicaciones éticas y legales al abordar el consumo problemático de sustancias. Esto implica tomar decisiones informadas y basadas en evidencia, buscando el equilibrio entre la protección de los estudiantes y el respeto de sus derechos individuales.
Es importante tener en cuenta que el enfoque ético-jurídico puede variar según las leyes y regulaciones específicas de cada país y el contexto cultural en el que se encuentre la escuela urbano marginal. Por lo tanto, es fundamental contar con un conocimiento actualizado de las leyes y regulaciones aplicables en tu ubicación específica y buscar asesoramiento legal cuando sea necesario.
Modelo Médico:
El modelo médico es una perspectiva ampliamente utilizado en el abordaje del consumo problemático de sustancias. Se basa en la visión de que el consumo de sustancias adictivas es una enfermedad que requiere atención médica y tratamiento adecuados. En el contexto de una escuela urbano marginal, los directivos, alumnos y la comunidad en general pueden tener representaciones sociales y adoptar modelos teóricos basados en el modelo médico de la siguiente manera:
Enfoque en la adicción como una enfermedad: Los directivos pueden considerar el consumo problemático de sustancias como una enfermedad crónica que afecta la salud física y mental de los estudiantes. Esta perspectiva se enfoca en la necesidad de tratamiento, rehabilitación y apoyo médico para abordar el consumo problemático.
Identificación temprana y prevención: Los directivos pueden valorar la importancia de la detección temprana del consumo problemático de sustancias y la implementación de programas de prevención en la escuela. Esto puede incluir la formación del personal educativo para identificar señales de consumo problemático, la promoción de estilos de vida saludables y el fomento de la toma de decisiones informadas.
Intervención y tratamiento: Los directivos pueden buscar la colaboración con profesionales de la salud, como médicos, psicólogos y trabajadores sociales, para ofrecer intervenciones y programas de tratamiento dentro de la escuela o en coordinación con servicios externos. Esto puede incluir la derivación a centros de rehabilitación, terapia individual o grupal, y el desarrollo de estrategias de apoyo para los estudiantes en recuperación.
Es importante destacar que el enfoque médico no debe ser el único modelo considerado en el abordaje del consumo problemático de sustancias. Es necesario tomar en cuenta enfoques complementarios, como el enfoque psicosocial, que abordan los aspectos emocionales, sociales y ambientales del consumo problemático. Una aproximación integral y multidisciplinaria que combine elementos del modelo médico con otros modelos teóricos y enfoques puede ser más efectiva en la prevención y el tratamiento del consumo problemático de sustancias en una escuela urbano marginal.
Modelo Psico-Social:
El modelo psico-social se centra en los factores emocionales, sociales y ambientales que contribuyen al consumo problemático de sustancias y en cómo estos factores interactúan con el individuo. En el contexto de una escuela urbano marginal, los directivos, alumnos y la comunidad en general pueden tener representaciones sociales y adoptar modelos teóricos basados en el modelo psico-social de la siguiente manera:Contexto socioeconómico y cultural: Los directivos pueden reconocer que el consumo problemático de sustancias puede estar influenciado por el entorno socioeconómico y cultural en el que se encuentra la escuela. Esto incluye factores como la falta de oportunidades de empleo, la pobreza, la desigualdad social y la influencia de la cultura y las normas locales en relación con el consumo de sustancias.
Factores individuales y psicológicos: Se reconoce que los factores individuales, como las habilidades sociales, la autoestima, el manejo del estrés y la presencia de otros trastornos de salud mental, pueden contribuir al consumo problemático de sustancias. Los directivos pueden considerar la importancia de brindar apoyo psicológico y emocional a los alumnos, fomentando el desarrollo de habilidades de afrontamiento saludables y promoviendo la salud mental en la escuela.
Prevención basada en la comunidad: Los directivos pueden adoptar un enfoque de prevención basado en la comunidad, involucrando a los estudiantes, a sus familias y a la comunidad en general en actividades y programas que promuevan la salud y prevengan el consumo problemático de sustancias. Esto puede incluir campañas de sensibilización, educación sobre los riesgos asociados al consumo de sustancias y la promoción de un entorno escolar seguro y saludable.
Al incorporar el modelo psico-social, se busca comprender y abordar los múltiples factores que influyen en el consumo problemático de sustancias, reconociendo la importancia de la interacción entre los aspectos individuales y los contextos sociales y ambientales. Al combinar el enfoque psico-social con otros modelos, como el médico y el ético-jurídico, se puede desarrollar un enfoque integral que promueva la prevención, la detección temprana y el tratamiento adecuado del consumo problemático de sustancias en una escuela urbano marginal.
Modelo Socio-Cultural:
El modelo socio-cultural se centra en los factores sociales y culturales que influyen en el consumo problemático de sustancias. En el contexto de una escuela urbano marginal, los directivos, alumnos y la comunidad en general pueden tener representaciones sociales y adoptar modelos teóricos basados en el modelo socio-cultural de la siguiente manera:
Influencia de la comunidad y el entorno: Los directivos pueden reconocer que la comunidad y el entorno en el que se encuentra la escuela tienen un impacto significativo en el consumo problemático de sustancias. Esto incluye factores como la disponibilidad y accesibilidad de sustancias, las normas y creencias sociales relacionadas con el consumo de drogas, y la presión de grupo entre los pares.
Factores culturales y subculturales: Se reconoce que las normas culturales y subculturales pueden influir en las actitudes y comportamientos relacionados con el consumo de sustancias. Los directivos pueden considerar la importancia de comprender las prácticas culturales y subculturales de la comunidad en relación con el consumo de drogas, y adaptar las intervenciones y programas de prevención para abordar estas dinámicas específicas.
Promoción de la resiliencia y la participación comunitaria: Los directivos pueden buscar fortalecer la resiliencia de los alumnos y fomentar la participación comunitaria como estrategias para prevenir el consumo problemático de sustancias. Esto implica promover la participación activa de los alumnos en actividades extracurriculares, fortalecer los vínculos entre la escuela y la comunidad, y facilitar la participación de los alumnos en la toma de decisiones que afectan su entorno.
Al incorporar el modelo socio-cultural, se busca comprender y abordar los factores sociales y culturales que influyen en el consumo problemático de sustancias, reconociendo la importancia de la comunidad y el contexto cultural en el que se encuentra la escuela. Al combinar el enfoque socio-cultural con otros modelos, como el médico, psico-social y ético-jurídico, se puede desarrollar un enfoque integral y contextualizado que promueva la prevención y el abordaje efectivo del consumo problemático de sustancias en una escuela urbano marginal.
El modelo multidimensional es un enfoque integral que reconoce que el consumo problemático de sustancias es el resultado de múltiples factores interrelacionados en diferentes dimensiones de la vida de una persona. Este modelo considera la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales y ambientales que influyen en el consumo de sustancias. En el contexto de una escuela urbano marginal, el modelo multidimensional puede ser especialmente relevante para comprender y abordar el consumo problemático de sustancias entre los directivos, alumnos y la comunidad en general.
Las diferentes dimensiones del modelo multidimensional incluyen:
Dimensión biológica: Se refiere a los factores genéticos y neurobiológicos que pueden aumentar la vulnerabilidad de una persona al consumo problemático de sustancias. Esto incluye la predisposición genética a la adicción y la forma en que los neurotransmisores y circuitos cerebrales pueden verse afectados por el consumo de sustancias.
Dimensión psicológica: Se centra en los factores emocionales, cognitivos y de personalidad que pueden influir en el consumo problemático de sustancias. Esto puede incluir la presencia de trastornos de salud mental, la falta de habilidades de afrontamiento saludables, la baja autoestima o la búsqueda de emociones intensas.
Dimensión social: Considera los factores sociales que pueden influir en el consumo problemático de sustancias, como la influencia de los pares, la presión social, la falta de apoyo familiar o la exposición a entornos y comunidades donde el consumo de sustancias es común o aceptado.
Dimensión ambiental: Se refiere a los factores ambientales y contextuales que pueden influir en el consumo problemático de sustancias. Esto incluye la disponibilidad y accesibilidad de sustancias, la exposición a la publicidad y mensajes promocionales relacionados con las drogas, y las condiciones socioeconómicas y culturales en las que se encuentra la escuela.
Al abordar el consumo problemático de sustancias desde un enfoque multidimensional, los directivos pueden trabajar en colaboración con profesionales de diferentes disciplinas, como médicos, psicólogos, trabajadores sociales y expertos en prevención, para desarrollar estrategias y programas que aborden todos los aspectos de la vida de los alumnos y consideren los diferentes factores que influyen en su consumo de sustancias.
Es importante tener en cuenta que el modelo multidimensional reconoce la complejidad del consumo problemático de sustancias y la necesidad de un enfoque holístico y personalizado. Al comprender las interacciones entre las diferentes dimensiones, se puede brindar un apoyo integral y efectivo a los alumnos en el abordaje del consumo problemático de sustancias en una escuela urbano marginal.
2) En función del análisis realizado en la consigna 1:
 ¿Qué debería usted tener en cuenta si quisiera llevar adelante los ámbitos
básicos de la Prevención Integral y la Cultura del cuidado en esa institución
educativa? Fundamente adecuadamente su respuesta desde los marcos
teóricos de la diplomatura en articulación con lo que ha podido describir.
(Extensión de la consigna 2: Mínimo 1 página. Máximo 2 páginas.)
Tenga en cuenta que esta producción será insumo para la elaboración del
Trabajo Integrador Final.
Para llevar adelante los ámbitos básicos de la Prevención Integral y la Cultura del cuidado en una institución educativa, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos fundamentados desde los marcos teóricos de la diplomatura y en relación con el análisis previo realizado:
Enfoque integral y multidimensional: Considerando el modelo multidimensional descrito anteriormente, es crucial abordar la prevención del consumo problemático de sustancias desde una perspectiva integral que tenga en cuenta los diferentes factores biológicos, psicológicos, sociales y ambientales que influyen en el consumo. Esto implica implementarprogramas y acciones que aborden cada una de estas dimensiones, fomentando el desarrollo de habilidades de afrontamiento, promoviendo la salud mental, fortaleciendo la resiliencia y generando espacios de participación comunitaria.
Educación preventiva: Es importante implementar programas de educación preventiva que brinden información y promuevan la toma de decisiones informadas en relación con el consumo de sustancias. Estos programas deben adaptarse a las características y necesidades de la comunidad educativa en particular, tomando en cuenta su contexto socio-cultural y las representaciones sociales existentes en relación con el consumo de drogas. Se pueden utilizar estrategias pedagógicas participativas y activas que involucren a los alumnos de manera significativa.
Promoción de la cultura del cuidado: La prevención integral implica no solo enfocarse en evitar el consumo problemático de sustancias, sino también promover una cultura del cuidado en la institución educativa. Esto implica fomentar la autoestima, el autocuidado, el respeto por el propio cuerpo y el de los demás, así como la promoción de estilos de vida saludables. Se pueden desarrollar espacios de reflexión y diálogo que promuevan valores como la responsabilidad, la solidaridad y el respeto mutuo.
Trabajo colaborativo y redes de apoyo: Para llevar adelante los ámbitos básicos de la prevención integral y la cultura del cuidado, es importante establecer alianzas y trabajar en colaboración con diferentes actores relevantes, como profesionales de la salud, servicios comunitarios, organizaciones no gubernamentales y familias. Establecer redes de apoyo y coordinar esfuerzos permite fortalecer las intervenciones y ampliar el impacto de las acciones preventivas en la comunidad.
Evaluación y seguimiento: Es fundamental realizar una evaluación continua de las acciones implementadas y realizar un seguimiento de los resultados obtenidos. Esto permite ajustar y mejorar las intervenciones, así como identificar posibles desafíos o barreras que surjan en el proceso. La evaluación también proporciona información relevante para la toma de decisiones informadas y la planificación futura.
En conclusión, para llevar adelante los ámbitos básicos de la Prevención Integral y la Cultura del cuidado en una institución educativa, es necesario adoptar un enfoque integral y multidimensional, implementar programas de educación preventiva adaptados al contexto específico, promover una cultura del cuidado y el autocuidado, trabajar en colaboración con otros actores relevantes y realizar una evaluación continua de las acciones implementadas. Estos aspectos se fundamentan en los marcos teóricos de la diplomatura y en el análisis previo realizado, permitiendo abordar de manera efectiva el

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