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Klimovsky, G _Las desventuras del conocimiento científico, A-Z, 1995, cap 1 - Daiana mailen Cornejo

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Gregorio Klimovsky, Las desventuras del conocimiento 
cientifico. Una introducción a la epistemología, Bs. As., A-Z, 
1995 (2. a ed.), cap. 1: "El concepto de ciencia", pp. 21-30. 
Ciencia, conocimiento y método cientifico 
E l indudable el importante papel que desempeña la ciencia en la sociedad con-tempcrinea, no sólo en lo que respecta a BUS aplicaciones tec:nológicaa sino también por el cambio conceptual que ha inducido en nuestra c:omprenaKIo 
del IlRÍveno y de las c:omunidadea humanas. La tarea de comprender qué el la cien-
cia importa porque a la vez es comprender nuestra época, nuestro destino y, en cier-
to modo. comprendernos a nosotroll mismos. Desde UD punto de vista estrecho, que 
deja de lado la actividad de \os hombres de ciencia y los medios de producción del 
collMimiento ciendfic:o, podemos decir que la ciencia es fundamentalmente UD acopio 
de conocimiento, que utllizamos para comprender el mundo y modific:arlo. 
Tratemos entonc:es de poDer en claro qué entendemos por conocimiento. Cuando 
se fOll1lula uoa afinnación y se piensa que ella expresa conocinñento, tqué condici~ 
nes debe cumpUr? Según lo expone Platóo en su diálogo T,lItfos, tres son los reqld-
sitos que se le deben exigir para que se pueda hablar de conocinñento: creencia, ver-
dad y prueba", En primer lugar. quien fOll1lula la afirmación debe creer en ella Se-
gundo, el conocimiento expresado debe ser verdadero, Tercero, deberá haber prue-
bas de este conocimiento. Si no hay creencia. aunque por casualidad haya verdad y 
exista la prueba, pero ésta no se halle en poder de quien fOll1lula la afirmación, no 
~remos hablar de conocimiento. Tampoco podremos hacerlo si no hay verdad, por· 
que no asociamos el conocimiento a sostener lo que no corresponde a la realidad o 
a los estados de cosas en estudio. Y aunque hubiese creencia y verdad, mientnls no 
exista la prueba se estará en estado de oP;"i67J mas no de conocimiento. Claro que, 
en esta concepción platónica. el establecimiento de la prueba ya impone la satisfac-
cion de la segunda condición, la verdad del presunto conocimiento, de lo cual resul-
ta Que las tres condiciones no son entenunente independientes. 
En la actualidad. como hemos de analizar a lo largo de este libro, ninguno de los 
tres requisitos se considera apropiado para definir el conocimiento científico. La con-
cepción moderna de este es más modesta y menos tajante que la platónica, y el tér· 
miDO ·prueba" se utiliza para designar elementos de juicio destinados a garantizar 
que una hipótesis o una teona científicas son adealadas o satisfactorias de acuerdo 
con ciertos criterios que discutiremos más adelante. Ya no exigimo. del conoclmien· 
to UDa dependencia estricta entre prueba y verdad. Seria posible que hubiésemos 
"probado suficientemente- una teoría científica sin haber establec:ido su verdad de 
manel1l concluyente, y por tanto no debe extrañar que una leona aceptada en cierto 
momento histórico sea desechada más adelante. En el mismo sentido debemos sena-
lar que hoy en día la noción de prueba no está indisolublemente ligada al tipo de con· 
vicción o adhesión llamada "creencia", En 1900. el físico alemán Max Planck fOll1luló 
una hipótesis revolucionaria para el desarrollo siguiente de la leona cuántica, pero de-
jó claramente sentado que no "crefa" en eUa y la consideraba provisional. a la espera 
de que otros investigadores hallasen una solución más satisfactoria al problema en es-
tudio. (1.0 cual, dic:bo sea de paso, no aconteció. y Planc:k acabó por recibir el premio 
• En ",a~dad. Platón propone esas ~ciae como tenlaliYa pana caracterizar el 'conocimieolO' 
pero 00 se lI\UeItra COIlVeIIddo de haberlo loIrado. 
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"¡"bd I'u.· la 1r;'''''','nd~lIl'ia de su Irdbajo.) I'or olra l)llrte, muchos físicos al'luales em-
,I"an la Il,.,ria llamada llIt'\'ánh:a l"Winlil:a IlCJr 1111 elkada explkalivll y Iln:dicliva, pe-
u la t"lIlit'IIII,'u ¡I la mant'ra de un i/lslrumenlo de cálculo y /lO creen que ella ofrez-
a l"ulllldmit'nlu alguno de la realidad. Cabe st-ñalar, finahllenle, que IDS hillÓlesis y 
,'unas delllili,,'¡ls se Conllulan e/l princillio de modo Icnlalivo, por lo l"Ual la indaga-
-iou en bÚS(lul'da de pruebas /lO SUllOlW una crt'Cncia inlrínseca cn aquéllas. 
Sin t'llIbargo, la l"araclerización plalónica !lerá lIara nosulros un bucn punlo de 
,anida, aunque pwvisional, para indicar de qué se habla l"Uando se alude al conocí-
uienlO. Supundremos por el momento que si un científico prelende ofrecer cono-
-imienlo, se refiere a algo creklo, acertado y probado. Además, puesto que no lodo 
'unocimienlo es conocimienlo cÍt'nlifico, un problema que tendremos qut' t~ncarar 
mis adelanle e:! en (Iué consisle la cardCteriliÚl."'3 esencial (Iue penllile di:!linguir al co-
lucimiento dculifil"o de otro:! tipo:! de conodmiento, por ejemplo al que aludimos en 
luestra vida l'ulidialla cuando hablamos de conocer ell"'3mino a Ca:i8 o el eslado del 
i~llIpo. 
St-br¡Ü' ¡llgunos l'pislt.>mólugos, lo que resulta caraclerílllico del conol"Ímienlo que 
nimia la deuda es el llamadu método dtlÚijko, un procedimiento que permite oblel\t."r-
.1 y lambit-II, a la vez, justilkarlo. Pero l'abe una digresión. ¿Tenemos derecho a hablar 
I~ "" m~lodu cielltificu? El famOllO historiador de la ciencia y educador James B. 
:onanl, de la Universidad de lfarvard, se burlaba de quienes suponen que exillle algo 
.... Ult'jallle a el método dentiflCo y, en prindpio, pua:e tener razón. Pues entre los mé-
udus que uliliza el l"Íentifico se pueden señalar métodos definiturius, mi'lodos dasif .. 
alurios, meludus t"SIadílllicus, nlHodos hipolético deductivos, procedimientos de me-
lidon y mudlOs ulro:!, pur lo l-ua1 hablar de ti método cientJfico t':i referirse en rea-
idad a un vasto l"unjunto de táclÍCllll empleadas para conlllituir el conocimiento. Tal 
;e¿ este cunjunlu de lacúcu se modifique con la historia de la ciencia, ya que con las 
l\levas leoria:! e in:ilrulllenlO:! materialell y cont-eptua1es que se incorporan con el co-
rt"r do:! tiempo St' a"eran nu :!Olo 10:1 métodos sino lambién la noción misma de cien-
ia. Sin embargu, enlre tantu tál.1il"llS existen algunllll elIIr.tlegias fundamentalt':i. Por 
.·jemplo, :;i exduimulI las dendas formalt':i como la matemática y en cierto modo tam-
"it>1I las dencias :iOCiall'S, y nos referimos exclusivamente a las ciencias naturales co-
IIU la fisica, la Iluilnica y la biología, resulta claro que el método hipotélico deducli-
.... 1~ eSladística sun esenciales para la investigación en estos ámbitoll. Aquí hablar 
le ;nt>looo dt"nlilkll sena referirse a métodos par.! inferir estadIsticamente, COlllllruir 
; lipole:!is y ponerlas a vrueba. Si t':i así, el conocimiento dentifICo podna caracterizar-
-.e <"omo aquel flue se obtiene siguiendo los procedimienlos que describen estas es-
.-allogias basil·as. 
Disciplinas y teorías científicas 
~'lIallllll st' hahla ,Il' dl-lIl'iil, IM,r olm IliII"le, l"III1Vi,'ne hal'er ,'icrtn" dblinl·iolll·s. I'ilra 
iniciar y llevar addanl.: ulla diSl"Ullión es necesario adoptar detenninada unidad de 
analisis (t"lIlre la:! (I\le St' Ilt'IIlacará la nOI:ión de teuria) y por ello debt"mos prt'b'Un-
I amu:! que allernativa:! se nU!l ofrecen en e:!te sentido. Conviene pensar ell la cien-
cia en estrecha vinculación con el mélodo y con los resultados que S1t,. obtienen a 
partir de él, sin necesidad de entrar por el momento en polémicas acefá de la na-
turaleza de ésle. Ello permite distinguir a la ciencia de la ftIosofia, eJ.4rte y otros 
campos de la cultura humana Sin embargo, hay una unidad de análisis más lradicio-
nal, la disciplina cientifica, que pone el énfasis en los objetos en estudio y a partir 
de la cual podriamos hablar de ciencias particulares: la fisica, la química, la sociolo-
gía. Arislóteles, por ejemplo, habla de disciplinas demostralivas Oss que usan el mé-
todo demo:!trativo, que luego comentaremos) y caracteriza cada una de ellas según 
el género de objetos que se propone investigar. La asica, por ejemplo,debería ser 
caracterizada indicando de qué objetos se ocupa, lo cual no es del lodo fácil Tenta-
tivamente podriamos afirmar que se trata de cuerpos o entidades que se hallan en 
el e:ipaCio y el tiempo reales. La geometria se ocuparla de figuras, la biología de se-
res vivos y la psicología de cuerpos que manifiestan conducta o psiquismo. 
Pero hay buenas razones para creer que este enfoque disciplinar no es realillla ni 
convenienle. Los objetos de estudio de una disciplina cambian a medida que lo hacen 
las teonas dentJficas; ciertos puntos de vista son abandonados o bien, en otro mo-
menlo de la historia de la ciencia, pueden ser readmitidos. No es lo mismo hablar de 
la óptica en un sentido tradicional. es decir, como una disciplina que estudia la luz, 
que hablar de una teona ondulatoria que unifica en una sola disciplina lo que fueron 
dos: la óptica y el electromagnetismo. Por ello en lugar de pensar en disciplinas pre-
ferimo~nsar en problemas básicos que orientan distintas lineas de investigación. Lo 
cual nos lleva a considerar una nueva unidad de análisis, la teona científica.. 
Una teoría científica, en principio, es un conjunto de conjeturas, simples o com-
plejas, acerca del modo en que se comporta algún sector de la realidad. L1s teorias 
no se construyen por capricho, sino para explicar aqueOo que DOS intriga. para resol-
ver algún problema o para responder preguntas acerca de la naturaleza o la socie-
dad. En ciencia, problemas y teorias van de la mano. Por todo ello la teona es la uni-
dad de análisis fundamental del pensamiento científico contemporáneo. Gran parle 
de este libro estará destinado a aclarar esta noción, establecer sus propiedades, acla-
rar las estrategias que involucran su empleo en la práctica cienlífica y en materia 
tecnológica. 
Lenguaje y verdad 
Al comienzo de esta introducción, y a propósito del CDnocinüento, hemOl dicho que 
esle :le expresa por medio de afirmaciones, con lo cual tomamos partido en favor de 
una aproximación lingüística a la cuestión. No es la única En su análisis de la cien-
cia, ciertos filósofos ponen el énfasis en lo que conciben como un detenninado mo-
do de pensamiento, especialmente privilegiado: el pensamiento científico. Pero el 
~nsamiento es privativo de quien lo crea, y sólo se transforma en propiedad social 
si se lo l'CIlllunica a través del lenguaje. Sin textos, artículos, papen o clases la cien-
cia nu ,;ería IlCJsible. El leclur no :le sorprenderá por tanto de que en este libro adoj)-
ternos un enfoque Iingtlístico del fenómeno científico. sobre todo en relación con el 
examen de sus productos, por l"Uanto socialmente la ciencia como cuerpo de cono-
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dmientoli ~ ofrece bajo la fonlla de lii:>lt'nUlli de afinnaciones. Ello se corresponde 
L'On una tendencia CIIf'8L'1erislica de este momento de la historia de la cultura, como 
e!I la de priyilegiar el papel del lenguaje en el análisis del arte, de l8s sociedades o 
del hombre, y también en los l-ampos de la lógica, la matemálica o la teoria del c~ 
nocimiento. Por tan10 cuando tratel110ll acerca de conjeturas o teorías científicas de-
bemOli entenderlas como propue:>las, creencias u opiniones previamente expresadas 
por medio del lenguaje, 
Cuando nos referiamUli a la concepción platónica del conocimiellto empleamos la 
palabra "verdad". En ciencia la verdad y la falsedad se aplican a las afmnaciones o 
enunciados, y no, por ejemplo, a los términos. nene sentido decir que "El cielo es 
azul" es verdadero o falso, mas no lo tiene decir que cUlo o azIII lo sean. Platón exi-
gia, comu ya señalamos, que para que un enunciado exprese conocimiento debe ser 
verdadero. Intuitivamente esta pretensión parece razonable, ya que nadie admitiría 
que se pueda ofrecer conocimiento a través de afinnaciones falsas. Pero la cuestión 
es mucho más dificil de lo que aparenta. Como veremos más adelante, una teoria 
dentilka puede expresar conocimiento y su verdad no estar suficientemente proba-
da. Dado que el problema radica en la esquiva significación de la palabra ·verdad", 
tendremos que aclarar en qué sentido la utilizaremos. No hay obligación, legal o 
moral, de emplear la palabra de uno u otro modo. Para la significación de las pala-
bras hay usos impuelllOll, ceneralmente más de uno, pero no hay razón para adhe-
rir a la tesis eIIeIJciaIisaa (y autoritaria) BeIf\ÍIl la cual cada palabra tiene un signifi-
cado privilegiado y auténtk:o en tanto que los demá& son espurios. 
En el lenguaje ordinario la palabra "verdad~ se emplea con sentidos diversos. Por 
un ladu paret.-e indicar un tipo de correspondencia o isomorfismo entre nuestras 
creencias y lo que ocurre en la realidad. Dicho con mayor precisión: entre la estruc-
tura que atribuimos a la realidad en nuestro pensamiento y la que realmente existe 
en el univer.lO. Pero a veces parece estar estrechamente ligada a la idea de conoci-
miento, lo cual podria transformar la definicióJI platónica en una tautologia: decimos, 
en medio de una discusión, "esto es verdad" o "esto es verdadero· para significar 
que algo esta probado. En otras ocasiones, L'Uriosamente, "verdad" se utiliza no en 
relación a la prueba sino a la creencia. Dedmos: MÉsta es tu verdad, pero no la mía", 
I:on 11.1 l'Ual ~tamos cotejando nuestras opiniones con las del interlocutor. 
La primera acepción es en principio la que resulta de mayor utilidad. Proviene 
De Arilitótdeli, quien la presenta en su libro Metojúico, y por ello se la llama ·con-
1:t'lJlo ari:>lutélico de verdad". Se funda en el vínculo que existe entre nuestro pensa-
miento, expresado a travéa del lengua,je, y lo que ocurre fuera del lenguaje, en la 
realidad. Aristóteles lIe refiere a esta relación como Madecuación" o "corresponden-
da" entre pensamiento y realidad. De aUI que a la noción aristotélica se la denomi-
ne también ·concepción semántica" de la verdad, pues la semántica, como es sabi-
do, :¡e ocupa de las relaciones del lenguaje con la realidad, que está más allá del 
lenguaje. La acf'PCión aIÍIIlotélica nos resultará muy conveniente para comprender 
que es lo que hay detrés de ciertas formulaciones del método cientilico y en pard-
wlar del llamado inétodo hipotético deductivo. Sin embargo. no todos los filósofos, 
epistemólogoll o científicos estarian de acuerdo en utilizar la palabra "verdad" con la 
significación aristotélica. En el ámbito de las ciencias formales, como la matemática, 
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hay un cuarto y muy importante sentido de la palabra Mverdad": decir, por ejemplo, 
que una proposición matemática es verdadera significa decir que es deductible a 
partir de ciertos enunciados de partida, fijados arbitrariamente por razones que lue-
goexaminaremos. 
En lo que sigue centraremos nuestra discusión en el papel de la ciencia enten· 
dida como conocimiento de IIttlws, y en tal sentido la matemática, aunque también 
será analizada, al igual que la lógica, será considerada como una herramienta cola-
teral que sirve a los propósito de las ciencias "klic4S, cuyo objetivo es, precisamen· 
te, el conocimiento de los hechos. Sin embarro, ésta es una palabra que se emplea 
con muchos significados, y seré necesario aclarar cuál de ellos adoptaremos no~ 
tros. Diremos que un hecho es la manera en que las cosas o entidades se configu-
ran en la realidad, en iIlst.anIes y lugares determinados. Será un hecho, por tanto, el 
que UD objeto tenga un color o una fonna dadas, que dos o tres objetos posean de-
terminado vincu10 entre sí o que exista una regularidad en acontecimientos de cier-
ta naturaleza.. En los dos primeros casos hablaremos de hechos singulares. pero al 
tercero lo consideraremos UD hecho general. Cuando una aCmoación que se refiere 
a la realidad resulta verdadera, es porque descn"be un posible estado de cosas que 
es en efecto UD hecho. No utilizaremos la palabra "hecho·, por tanto, para la mate-
mática, la lógica '1 las cieIIcias formales en geoeraI. De acuerdo con esta manera de 
entender la palabra, una ciencia fáctica esllldia hechos, y por ende son ciencias fác-titas tanto la Iisica o la bioIoefa como la psicología. la sociología o la economía. por-
que éstas preteoden dar cuenta de hechos que se manifiestan. en cada caso, en un 
determinado sector de la rea6dad. Esto no impide que se puedan distinguir entre sí 
distintas ciencias fácticas por diferencias metodológicas o procedimientos particuIa-
res para detectar y caracterizar los hechos. Es posible sostener el punlO de vista 
(que el autor no comparte) de que el conocimiento de los hechos sociales es de n. 
tu raleza muy distinta al de los hechos físicos o biológicos, pero eilo no quita a la ~ 
ciologia o a la economia su aricter de ciencias fácticas. La denominación ·ciencias 
del hombre" alude a que se trata de disciplinas que tratan problemas diferentes de 
los que abordan las ciencias naturales. pero, en cuanto a los problemas metodológi-
cos que presentan, también interviene la cuestión de si el ser humano o su compor· 
tamiento social son objetos susceptibles de observación y experimentación. 
En el ámbito de las ciencias fácticas, el concepto aristotélico de vrnlad naf1"('p 
indispensable. De manera no rigurosa podemos presentarlo de este modo: sé SUpl)-
ne que, por las reglas gramaticales, semánticas y lógicas del lenguaje, quien realiza 
el acto pragmídco de afirmar un enunciado pretende describir UD posible estado de 
cosas y al mismo tiempo penuadlmos de que eUo es lo que acontece en la realidad. 
Si dicho estado de cosas realmente acaece, si la descripción coincide con lo que su-
cede en la reaüdad, diremos que el enunciado es verdadero. La afirmación "En el 
tejado hay un galO" es verdadera si, Y sólo si, en el tejado hay un gato. Más ade-
lante aclararemos con mayor rigor el uso de términos tales como proposicion, enun-
ciado o afirmación, pero por el momento los asimilaremos a lo que los gramaticos 
llaman oraciones declarativas. utilizadas precisamente con el propósito de I:omunicar 
que las cosas tienen cienas cualidades. guardan entre sí ciertas relaciones o presen-
tan ciertas conIiguraciones. Es interesante señalar que estas ideas de Aristóteles han 
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~il~" "'·~·ill.mlilS I'U nu ..... rll si¡:kl pur ,,1 lúgM:u 1IIIIók·II·ll«ln .. alll.·ril·aUII Alrrt'tl Tarllki. 
111111:11 .llIgro ~ablrt' .. r uua ddiuidún IlInual y rigumOla d .. lo 'IU" .. 1 filósufo b'IÍ"b'O 
hab ... Illlmlllll'ldo dt: .una 1I1a11l'ra UII lanlo Vlllfa. I't'ru la presc'nlal"Íun dt' Tand<i. aun-
111It' nUYl'do,;a y pn·no;¡J. no ''li mlÍs (IU" uua rt't'laoorddón dt' la "un"t'llCión semán· 
Ika de Arislólcll .... tiCgúlI la l'Ual la Yl'rdad l'Unsislt: en una reladón posiliva l' Inli-
ma "ulr" lenb'UaÍt' y Il'alitbul. 
~.a .lIudón arist()I~lka d.· Ycnlad uu lienl' illgred~ule algullU vinl'ulado ,'un 1'1 1'0-
u.IC!III1l'.nlu. tilia alinllal'Íón IRledt: !ler venladera sin que nosolru!l lu sepamus. es 
d, ... ·lr. ,;~n '1u~. Il'Ub'llIllIlS l'Yidt'lK.ia de que hay l'llm!Spondt:nda l'ntrt' lo que dl·S('ri-
bt- la allrnlóll'lun y lu qUI' rt'ahnl'llle ocurre. También podría ser ralsa, y nosotros no 
sabl·rlo. -llay olms plant'las habitados ell el uruyenIO" e,; un euuUl'iadu o bif-n Yer-
dad~·r.u u bit·u !also. (lt'IU en l'1 t'litado actual de nuestro conocimienlo no podemos 
d, ... ·uhr iIl't'rt'a dl' su v .. nlad u falSl'dad. ¡.~ aclaración impona pues en el lengua~ 
ur~illari() hay cierta indinación a suponer que si hay Yerdad hay tamhién l'onoc¡' 
IIIlell~'~ y 11IlIt'ba. lo t'Ual pudria gmerar gnM!II malrntmdidos. Por Pjemplo. no nos 
pt'r~III~I~ "IIl~lpreudl'r t'Urrt'l1ameult' la rundalllenllll noción de afumacióu hipotélÍl'a 
u hllllJt .. '¡IS, llllllo Yt'rt'J11OS luego. quien formula una hipótesis no sabe si lo que ella 
,I~""fl~' SO' .·'IIT''lIIlIIlI.h· u UO ,'UII I0Il het·hOlJ. La hÍ(lÓll'lIi" t'S una cllnjt-Iura. una 
allrn.lanun ,'uyo ,'anit'ler hillUl~lit:o rddit:a en que se fa prOJ)UII" sin conocimiento 
1N"t'VUI d.· MI v"n"ul 11 fiaL"",lad. Uno d-= kili prub\elnllS qu .. planl .. a la invl'Sligación 
d"lIlIli,'" t'S t'1 de dn'idir mn (Iut' procedimÍl'IIIUli OIi es que 1011 hay. pOOt'nlOlI t'sIa-
hl.· ... · .. 1:1 v .. rdad .. la la!oK't1al1 de una hillÓlelÜll. Y convÍl'ne aquí recalcar que. deli-
¡J.' .. 1 IlIInro ,l.· vista .1.-1 a_'e del l·.moci¡nif'flto cientif ... ,o. puede ser tan impor-
1"111.- l'~labl"l"'r uua v .. rclad ..-UIIIO una falsedad. t'1I lIecir. la ausencia lit' ..-orr'·li-
IHllul"II"ia "lIln' lo 'IUt' SI' lIest'ribe y lo que realmente iK'ont ... ·t'. I~n la histuri¡l d .. 
Id ,'it'Il,'ia hay IlIUdll1S t'jt-1lIp!us de hillÓlt'tiÍ1I fahas que sobrevivit'ron lIurante largll 
11"1111)0 hasta 'Iue se logró probar su ratlll'dad. Son I.'IItiOS iluslre,; las que afirman la 
iUlllllvili,lad ,1" la "-Il'rrd 'f .. 1 IijisRlu dt' Ial! l'l!JIt't'Ít."S. 
1-:11 ~1I11 .. sis: ..,; 1lt"i:t'SIriu dit;l';lI1inM "nlll' la Yl'nlad y el ('unll('illlienlu de la Vl'r· 
.•. :.1 "lIll' la lalSt'daal y t'1, .... ItII.;llIi,·nlll tle la fal~d. La IIJlt'rat:iÓll ,le .. l\tabl .... er 
~i Ull.l alinna.-iun ..,; vt'nladera u (¡¡Isa penena't' al ambilll ,11'1 ..-IIROt·imieRlII y es 
IM.lo· .. in .. a la '·lIl1lpr .. nmÓlI del tiigniflcado atribuidu a I0Il Ia'nninll!l ·yerdad" y -Ialse-
ti.u!". (Jui"n I"ma una !lIll1gr,lfia nu ll3be de inmedialo si se t'orrespllnde o IW "-01\1 
.·1 "hl"h' IUIII¡:ralj¡ulll. '''' d ... ;r. si ,''; nilida o l'liIá di:tlorllionada. IJI :;abra luego de 
'1U'· ~,';l ... ·Vo'lada. P"m la I;,tugrdrlil ya t;l'r¡í nílida o distorsionada alltl'S de 'IUt' .. 1 
:"IIIp.: .. alll ..... llIlI·a .·1 n'sultadll ,It' t'SI ullI'r .. dón Y IlIleda alll'¡:urar IIUI' ha lumado 
UUiJ b'lI'lIa 11 una maJa lillugr.a/j¡¡, 
\'t'rifkadón y refutación 
I.a IMlahna "v.-nlad" uliIi:aKla a la mant'rd ari:tlutelica nu d .. be SUI)CII1t'r .. 1II"11'·t'S ,'U,,* 
li,Olh'~ .. ·Ialiva~ .,1 ,· .. I1 .... ·illli .. nt". 1' .... 0 yil 11<'1110" dÍl.'ho (IUt' hay uu USlI ""lidian" se-
I(UI1 ,,1 l'Ilal -VI'nladt'ro" :M.'na t'Quivalt-lIIt' a ·conoddu conw vl'rdaderu- o "l,ro\Ja¡JO 
que las cosas son tal como se alirma". Para evilar el ringo de malenlmdidos ten-
dremos que recurrir a palabras más adet:'lladas para sefralar que se ha probado la 
verdad o la falsedad de un enunciado. Son trifiCJJdo y ,r/lltado. Un enunciado veri, 
ficado es aquel cuya verdad ha sido probada. Si queremos decir que se ha establE"-
cido su falsedad diremos que el enunciado está refutado. Algunos tradUCIores han 
impuesto lus neologismos /tI&tIdJJ e incluso falsificadJJ. pero no es necesario recurrir 
a ellos. pues las palabras caslellanas urefutar- y "refutado· son suficientemente expli-
citas. 1.0 importanle es advenir que los términos "verificado" y "refutado" se refieren 
a nuestro colocimi,"1o de la verdad o falsedad de una afirmación. Si una afirmación 
está verificada. entonces IIt'CKIriamente es verdadera. aunque otra afarmación puede 
ser verdadera sin estar verificada. Asimismo, una afirmación refutada necesariamen-
le es falsa. pero otra puede ser falsa sin que haya sido refutada. 
Hablar de verificación o refutación de un enunciado les resulla un tanlo excesivo 
a cienos autores, y por eUo prefieren emplear otras palabras que reRejan. a su en, 
tender. una actitud más prudente con relación a nuestro COIIOCimiento de la verdad 
o la falsedad. Los panidarios de la lógica inductiva y los estadisticos. de quimes ha-
blaremos luego. suelen emplear la palabra cofl/inrració., Hablan de afirmaciones. 
creencias. hipólesis o teorías conlirmadas. Generalmente. lo que se quil're decir con 
est~ es que podemos depositar en ellas un elevado grado de confianza (por ejemplo. 
d~ido a qut'. luego de ser sometidas a ciertos procedimienlos inductivos o estadb-
lico!!, evidencian una alta probabilidad). En caso contnrio se hablara de disco1l!irma-
ciólI. Pero algunos epistemólogos. entre ellos KarI Popper. no tienen mucha simpa-
lia por el inductivismo y los métodos estadisticos. y entonces utilizan OIra palabra. 
"corroborac:ión-. para indicar que una creencia o una leona han resistido con exilo 
determinados inlentos de derribarlas y por consiguiente-han mosllado su temple". 
La corroboración no supone asignar probabilidades a la Crl'l'ncia o la leoría. ni depD-
mIar en ellas tales o cuales grados de confaanza. sino tan sólo haber fracasado al Ira-
lar de descartarlas, Como veremos luego en deta1le. la palabra se adecua a la con· 
l'epción del mélodo hipolélico deductivu que ha propu~o Popper. Por el momento . 
basta con señalar que el lénnino "t.-orroboración- liene un senlido mucho más débil 
Que "confirmación". Seria ademas necesario di~poner de otra palabra ~'Uyo senlido 
fuese opuesto al de corroboración. tal como "discorroboración-. pero afonuoadamen-
te no exisle y el aUlor promete que no utilizara palabra alguna I.-on el significado 
mencionado. 
Filosofía de la ciencia, 
epistemología, metodología 
A propósito de nomenclaturas. corresponde aclarar el significado de la palabra epis-
temología. Mucho" autores rranceses e ingleses la urilizan para designar lo que ton 
nuestro medio se Rama "Iearia del conncimÍl'nlo" o "gnoseología-. es det"'ir. un sec, 
lor de la filnsofin que examina el Ilrobll'ma del conocimienlo l'n gellt'raI: el ordina· 
rio .... 1 1iI01lO1it:o. d. denliraco. elC. Pero en l'Sle libro d I"rmíno "epistemología" sera 
empleado en un sentido más restringido. referido exclusivamente a los problemas 
11 .. 1 ,'IInut.;mi .. nlo l'i.'ulír":II, tal~ como I;IS cir.'unslallcias hi"lóricllll, psicológicas y 
5OI.;0Iógil.·lIII que IIl'Van a su oblmción, y los "riterios ,'on IIIs ,'uales se lo justifica 
o invalida. Ut eph¡LemoluKÍll seria, enlon,'!$, el eIIludio de hls condiciOIlel! de produ.:· 
dón y de validación del conodmiento delltílko. 
El cpilitemólogo se formula una pregunta de crucial importancia para compren· 
der y analizar la significadón cultural de la ciencia en la al1ualidad: por qué debe-
mus creer en aquello que afinnan 1011 científico¡¡. No acepta sin critica el conocimien-
to cicntílico sinu que lu examina del mudu mi!! ubjelivo JlUlÜble: para él es igual. 
mente de inlerés una leona nueva, contemporánea, que las teorias tradicionaJes que 
en su momento tuvieron gran prestancia (como la mecánica newtoniana). Al igual 
que un filódofo, frente a cualquier teona y con independencia de que esté apoyada 
por la tradiciÓII o sea muy reciente, se preguntari por su aparidón como fenómeno 
históricu, lIOCial o psicológico, por qué hay que considerarla como but1la o 1fUlID, o 
,'uales sun los criterios panI decidir si una leoria es mejor o peor que otra Ut epi. 
tl!'mololPa e!I por ello una actividad lTÍtka que se dirige hada todo el campo de la 
ciencia. La orit:olaCión que le hemos dado a este libro es, precisamente, la de una 
dillCusión fundamentalllll"llte epi*mológit:a. 
Estm:hamente vim.'ulada a la epilllemulogla se halla la filuso/la de '" cit1lcio, que 
allf\lnO!! autureII identifican con aquélla. Sin embarJJo, no es conveniente hacerlo así, 
porque la fiIosofIa de la ciencia, como la IiIosofla en general, aban:a muchos proble-
mas que no 110ft eatrit.1amente epistemológicos. Un problema fiIosólico seria, por 
..jemplo, tralar de decidir Ili la realidad objetiva existe o es una ilusión de los senti-
dO!\; en e.;&e imbitu, el filósofo de la dencia puede interesarse por la cuestión de si 
la filOCa, por ejemplo, presupooe UDII metafísica peculiar que afirme la existencia de 
una realidad eXlems a la subjetiva. Pero éste no es un problema ,'entral para la epi. 
tl'nlOlogia. Se puede sostener que 1011 criteriotl de validación de una teona no son 
n",'l'sar1amenle dependientl'1l de crilerioll lI\t"tafísicos. Es asunto de controYel1lia. 
lIay IluÍt'nl"ll aelmil .... I que 11111 ,'allone" dt."! método hipul"tico d .. dll,·tiVIl sun 10Lalmen· 
te indt'Jlt!ndieolell de IlIII opiniones que se sustenten lI(,'erca de la realidad objetiva o 
dI! las ~ustancias primarias que l:onlllituyen el universo. Para utros no e~ así. Los 
prnupuCSlUS lilosólK:os que exÍIIteJI en la ciencia inRuinan de un modo esencial en 
la adopdólI de éste o aquel criterio epistemológico. De manera que el término "610-
suba de 111 ciencia· es mU amplio que el ténnino "epistemología", y ésta seria tal 
ve~ una diliCiplillll iodependienle de aquélla, Ili bien las conexiones entre ambas y 
lOIli Ilresupuskiones epislt'Rlulógicu constituyen de por si asunto del mayor interés 
61osórICo. Eu éste texto no evitaremos en allllnas ocasiones mencionar algunas de 
tales l'\JCstiunes rdOllóficall, llero al 11010 erecto ele exponer los lTÍterios epistemológi-
l'OS utilizados para ju~gar a favor o en conlra ele las teonas cit'nlilicas. 
1 lila t .. n·l'ra IliIlabra que SUl'le cOlllparlir un mismo discurso l'on el término 
-t'\lisl .. IIIUlllgia" el! -metlltllllogia". En general. y a diferencia dl' lo que sucede con 
,,1 .. pillklllÓluKo, t."! II1l'10dólugo 110 polle en tela de juicio el conocimiento ya obtenj. 
,lo y iIl'eptado por la l'olllullithul ,·ienUfica. Su problema es la bli.squeda de eIIIraIe-
gillll IliII"a illlTellJellIar el conocimiento. I'or ejemplo, está fuera de dillCusión pan el 
metodólogo la inlportancia de la estadílltica. pues ésta constituye un camino posible 
para obtener, a partir de dato!! y muestras, nuevas hipótesis, En cambio el epistemÓo 
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logo pudria formularse, a modo de problema, la pregunta por el pretendido valor 
atribuido a los datos Y muestras. 
El uso de la palabra "metodología" para referirse al abordaje de problemas epis-
temológicos es sin embargo frecuente. En su famoso libro La I6giCIJ de la ¡1IflflStiga. 
cih cinlli/ico, cuya primera edición dala de 1935, Popper se ocupa esencia1mente 
de cuestiones vinculadas con la justi1icación de las teorias científicas Y muy poco de 
los modos de hacer progresar el conocimiento, por lo cual debena ser considerado 
autor de un tratado de epistemología. Pese a eUo ciertos lectores, tales como el re-
cordado filósofo argentino VICente Fatooe. lo conciben como un libro cuya temática 
es metodológica. En la acepción que adoptaremos, epistemología y metodologla 
abordan distintos Úllbitos de problemas, lIIIIIqUt! es obvio que el metodólogo debe 
utilizar recursos epistemolóeicos pues, si su interés radica en la obtención de nue-
vos conocimientos, debe poseer criterios para evaluar si lo obtenido es genuino o no 
lo es, ya que no podna ser adepto I una tactica que lo llevara a tener pOr válido un 
·conocimiento equivocado". Ut metodología, en cierto modo, es posterior a la epi&-
temologla. Sin embargo, Y, tal como sume con la relación entre ciencia y tecnolo-
gía, a veces un procedimiento metodol6gico se descubre casualmente, se emplea por 
razones de beuristica y eotooces el epiSImI6\ogo se ve en la necesidad de justificar. 
lo en términos de su propio imbito de eslUdio. 
Contextos 
Aludiremos finalmente I una importante distinción, muy puesta en tela de juicio en 
la actualidad, aceml de los difereotes sectores y temáticas eo los que transcurren la 
discusión y el anáUsia de car.icter epis&emológico. Hans Reichenbach, en su libro Ez. 
pnit1lCio J pnd¡cl:Í6II, discrimina entre lo que llama COfItedo Ik dGcIIbri",iato Y C01l' 
lulo tú iruti/ie1ll:Í6ll. En el cootexto de descubrimiento importa la producción de una 
hipótesis o de una teona. el hallazgo Y la fonnuIaci6n de una idea, la invención de 
un concepto, todo ello relacionado con cin:unstancias penonales, psicológicas, socio-
lógicas, políticas y hasta económicas o temoI6eicas que puclieseo haber gravitado en 
la gestaciÓD del descubrimiento o int1uido en su aparición. A eUo se opondria por 
contraste el contexto de justificación, que aborda cuestiones de validación: cómo sa-
ber si el descubrimiento realizado es autentico o no, si la creencia es verdadera o 
falsa, si una teoria es justificable, si las evidencias apoyan ouestras afirmaciones o si 
reaImeote se ha incrementado el conocimiento disponible. 
En primera instancia ambos contextos parecen referirse a problemas indepen-
dientes y Reichenbach aboga para que no se los confunda. El contexto de descubri-
miento estaría relacionado con el campo de la psicologíay de la sociologia, en tan-
lo que el de justificación se vincuIaria coo la teona del conocimiento y eo" particular 
con la lógica. Sin embargo. en la actualidad son mucho. los filósofos de la ciencia 
que afirman que la frontera entre los dos contextos no es n¡!ida ni legitima. pues ha-
bria estrechas conexiones entre el problftna de la justificación de una teona (y de 
sus cualidades lógicas) y la manera en que se la ha construido en la oponunidad en 
que ella surgió. En particular. tal es la opinión de Thomas Kuhn. Si bien este epi. 
29 
t .. nll,lugo n ... ·OIllIl·e '11It" la distindún aún IMMlrío St.'f útil, l'unwnienlt"llJenle n-fonllu-
lada, u su enlelxler Iw .:rill"rioOl de ¡¡¡;el)\¡¡¡;ión de una leoría deben basan;e en fa.1o-
/'t"S I~ ':01110 e1l'Unsensu de una l'Omunidad dentíflCa, de lo l'UaI resultaria que los 
IlfOl· .... illlientos medianle I0Il cualeo! se obtiene, se dia'Ule y se acepta ell'Onocimil'JI-
to rt"suhan de una inlriocada lOada de lIIIJlt"Ctos na liÓlo lógicos y empíricos sino 
lambien ideológicos, psicológicos y sociológicos. ¡';n tal sentido, Kuhn interpreta que 
loda st'JlIIrn.:ión entre conlextos sena anilicial y daria una visión unilateral y distor-
~iunatla de la investigación cienlíflC8. Se lraIa, sin duda. .- una de-las polémicas más 
illlenllall a bai que se aaiste hoy en día en materia epistemológica y que comentare-
mos más adt.-Iante. Antidpamos sin embargo que, pese a que hay argumentos muy 
alenelib~ por par1e de ambull bandos en disputa, en este libro trdlaremos de mos-
trar que la dilllinción de Reichenbach es aún válida y úlil, y por ello la emplearemos 
con cien a frt:l'UellCia. 
A los dos l'Onlextos que IIwndona Reichenbach se agn-ga un tercero. el c01Ita-
to de aplicat:ióJI, en el que se discuten las aplicaciones del conoc.:imiento científico. 
liU utilidad, su beneflCÍO o perjuicio para la comunidad o la especie humanas.. Se lr.I-
la de un conjunto de cuestiones que incluso lienen pertinencia para l'Omprender los 
Ilroblemall propios de los contextos de descubrimienlo y de juslificación, El uso 
pr¡ÍI:IM:u de una leoría. en lecnología o m olrllli aplicaciones. liene alguna .:onexión 
l'on los lTileriotl para decidir si t'l1a es adecuada o no t1t'li1.le t"1 lIunlo de vista del ~ 
1I00'illlit'nltl, ¡':n gell~.d, llIlI diSt.'Usioneo! epistemuJógÍ\'as (y en ci .. rtos casos también 
las 1IM.-ltHlológÍl'as) ptK'den Iwdl1lt" a l'lI00 en .:ualquierll de los Ires l'onlexlos, lo 
l'Ual lIIotiva d IlI'Oblnna de analWir la t"Yt"lllual rt'lad.ill 1'1111"1' ellos, Del lema nos 
Ol'Upan-IIHM l'U8lldo lellg'dnlUS tll·...uón de l',msider,¡r t'll t1elallt" lag cilrat.1erísticas dd 
metodo .:ienliflCo, 
Aunque los problemas del contexto de des:ubrimienlo y de aplÍl'ación son de 
t'BOnne impurtan.:ia, tanto teórica como JJrictica, en este tt'Xto darE'mus Ilreferencia 
l'8lói t'xclulliva a las l'\le!llÍoReoi que atañen al contexto de justiflCoción, NUeW1l preo-
l'U\IUl'iOn JllÍndpal será la de indagar acerca de 1011 elemento!! ele juido por los cua-
les una de\t"I1I1inada teoria LÍenlifica mera;e ser considerada .:omo cOROl;mienlo le--
tCllUIHI, de 1001 l'ri!eriotI que prnnitm decidir 1101" una teona en favor de otras y, E'n 
!lell...,.I, de justifICar la f1Il;ullalidad del l'ambio denlifk~l. 1.0 .. t'onlexl~ de descubri-
miellto y de aplit.'llLión 110 lIt'fán ignCll'llllos, pero SIl tnllamiento en detalle nos obli-
garía a la MIaL-..-ión de IItru libro. 
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