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-MANEJO REHABILITADOR DEL SINDROME DE DOWN Introducción El síndrome de Down se considera la principal causa de déficit cognitivo congénito a nivel mundial. Su incidencia es variable según las poblaciones de estudio, más sin embargo a nivel global se ha estimado en 1 paciente por cada 1000 nacidos vivos. Se considera una de las enfermedades de más alto impacto en el sistema de salud y económico y que requieren de una intervención temprana para mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familiares, puesto que, dados los avances en las intervenciones médicas y quirúrgicas para las diferentes comorbilidades de estos pacientes, su expectativa de vida ha aumentado progresivamente, situándose en algunos estudios en 50% a los 50 años, y 25% a los 65 años. Las principales causas de mortalidad son las enfermedades respiratorias, circulatorias, patología cardiaca congénita y la demencia1. Etiología El síndrome es secundario a una cromosomopatía del tipo aneuploidia que afecta el cromosoma 21, siendo diagnostico confirmatorio el estudio de cariotipo. Existen tres tipos de alteraciones cromosomales que dan lugar al fenotipo Down: 1. Trisomía regular: corresponde al 95% de los casos, donde se encuentra una copia extra del cromosoma 21 2. Translocación robertsoniana: se presenta entre el 3 a 4% de los casos, en la cual el fragmento de brazo largo del cromosoma 21 se adiciona a otro cromosoma, siendo afectado con mayor frecuencia el cromosoma 14 3. Mosaicismo: corresponde aproximadamente al 1% de los casos, en los cuales se presentan células con cariotipo correspondiente a la trisomía 21, y otras con material genético diploide normal. No ha sido posible asociar los diferentes genotipos Down a la presencia o ausencia de algunas características fenotípicas o la presencia de cuadros más severos, sin embargo, clásicamente se asocia el genotipo de mosaicismo a un cuadro clínico más leve, y en algunos estudios se ha documentado un mejor estado funcional de estos pacientes comparados con trisomías clásicas, aunque estas diferencias no son significativas. Se requiere de una identificación etiológica clara del cuadro para poder prever y dar asesoría genética a los padres, debido a que algunas traslocaciones en los progenitores se encuentran asociadas a una mayor tasa de recurrencia en gestaciones posteriores (por ejemplo si la traslocación la porta la madre existe un riesgo de recurrencia de hasta un 33% vs menos del 2% si en el padre, y si la traslocación es entre cromosomas 21, el riesgo de recurrencia es 100%). Características clínicas Las dismorfias hacen parte del dibujo clásico del síndrome de Down, aunque su presentación pueda variar entre pacientes y no sean las características más constantes del síndrome. Dentro de las más comunes destacan ● Microcefalia ● Braquicefalia ● Orejas de implantación baja, ● Hipertelorismo ● dorso nasal plano ● Huesos frontales de tamaño reducido ● Manos y pies pequeños ● Pliegue simiano ● Cuello corto con piel redundante ● Macroglosia. Las características siempre presentes en el síndrome de Down corresponden al déficit cognitivo y el retraso en crecimiento, seguidas de los dermatoglifos atípicos, la hiperlaxitud ligamentosa y la hipotonía, haciendo siempre necesario descartarlo ante el hallazgo de dichas características. Igualmente algunos, no todos los sistemas muestran signos de envejecimiento prematuro, probablemente asociado a factores de genéticos y epigenéticos, son así como los pacientes cursan con manifestaciones clínicas de envejecimiento acelerado que sugieren que la trisomía incrementan la edad biológica de los tejidos, aunque la evidencia molecular aún es escasa. Vemos entonces que en el adulto con síndrome de Down se presentan afecciones relacionadas con el envejecimiento de manera prematura, tales como aparición de arrugas, encanecimiento del cabello, hipogonadismo, menopausia precoz, y otras que se mencionarán con mayor detalle más adelante como la disminución de la respuesta inmunológica y la enfermedad de Alzheimer, esta última relacionada con la presencia de menor longitud telomérica leucocitaria (marcador molecular de envejecimiento)2 Características Porcentaje de aparición Características Porcentaje de aparición Discapacidad cognitiva 100% Microdoncia total o parcial 60% Retraso del crecimiento 100% Puente nasal deprimido 60% Dermatoglifos atípicos 90% Clinodactilia del 5º dedo 52% Diástasis de músculos abdominales 80% Hernia umbilical 51% Hiperlaxitud ligamentosa 80% Cuello corto 50% Hipotonía 80% Manos cortas/braquidactilia 50% Braquiocefalia/región occipital plana 75% Cardiopatía congénita 45% Genitales hipotróficos 75% Pliegue palmar transversal 45% Hendidura palpebral 75% Macroglosia 43% Extremidades cortas 70% Pliegue epicántico 42% Paladar ojival 69% Estrabismo 40% Oreja redonda de implantación baja 60% Manchas de Brushfield (iris) 35% Diagnostico El diagnostico de síndrome de Down puede realizarse de manera prenatal y postnatal. El diagnóstico prenatal consta de 2 tipos de pruebas principales: ● Las pruebas presuntivas que no se realizan directamente al feto e incluyen las pruebas séricas maternas para determinar niveles de alfafetoproteina, PAPP-A (pregnancy-associated plasma protein-A) y beta-HCG libre1; y el cálculo del riesgo (índice obtenido de los hallazgos ecográficos -ausencia de hueso nasal, longitud corta de fémur o húmero, pliegue nucal >6mm, otras alteraciones cardiacas o renales, maxilar corto, polihidrámnios-). ● Las pruebas confirmatorias, las cuales son invasivas durante la gestación, como la muestra de líquido amniótico o la biopsia de vellosidades coriónicas. De manera postnatal el diagnóstico es clínico, apoyado y confirmado con el cariotipo. Manejo Rehabilitador El manejo rehabilitador en los pacientes con síndrome de Down tiene un enfoque preventivo y de soporte ante las múltiples comorbilidades asociadas. La vigilancia del neurodesarrollo es importante debido a que estos pacientes presentan un retraso en la adquisición de hitos del desarrollo que alteraran su interacción con su entorno asociado a la coexistencia de un déficit cognitivo leve a moderado en un 70%, siendo severo en un 25%, llamando la atención, que el coeficiente intelectual tiende a disminuir con el paso de los años probablemente influido por el desarrollo temprano de enfermedad de Alzheimer. Neurodesarrollo Se considera que los pacientes con trisomía 21 presentan un neurodesarrollo progresivo con adquisición de habilidades motoras en orden idéntico a sus pares sanos, en aproximadamente el doble de tiempo. En un estudio realizado 2014 que incluía 79 pacientes con síndrome de Down con edad promedio de 6 años 3 meses +/- 4 años, se evaluó mediante la herramienta GMFM 88 la función motora gruesa y el balance mediante la escala de balance pediátrico PBS en pacientes quienes recibieron inclusive manejo con terapia física, encontrado que las habilidades motoras gruesas de bípedo y marcha eran cumplidas en el 95% de los pacientes a los 3-6 años, mientras que los menores de 3 años únicamente el 10% obtenían esas habilidades. Si bien los pacientes hacen rolados entre los 5 y los 6.5 meses, logran sedente autónomo entre los 8 y 12 meses, gateo recíproco entre los 12 y 17 meses y marcha entre los 15 y 74 meses; evidenciando que a medida que aumenta la complejidad de los hitos del desarrollo motor, se van logrando en mayor tiempo3. Dentro de los dominios del desarrollo, los más comprometidos son en orden descendente el dominio del lenguaje, cognitivo, motor y personal – social. Es de resaltar, que con respecto al lenguaje se evidencia compromiso en la morfosintaxis resaltándose una gran habilidad expresiva gestual comparada con sus pares. En cuanto a las habilidades funcionales de estos pacientes, las tareas de comprensión, expresión, resolución de problemas cotidianos, interacción social y tareas que requieren memoria requieren una asistencia y/o supervisión constante, mas sin embargo a medida que avanza la edad dichastareas son dominadas, observando un incremento en la adquisición de dichas habilidades a partir de los 3 años. Para la valoración del desarrollo en los pacientes con síndrome de Down se cuenta con múltiples escalas, dentro de las más utilizadas se encuentran la Escala Neonatal de Brazelton y la evaluación del neurodesarrollo mediante el método Múnich. La evaluación de la función motora puede realizarse a través del GMFM 88 (ya validado para su uso en paciente con trisomía 21), la escala de balance pediátrica (PBS por sus siglas en inglés, la cual tiene una adecuada correlación con el desarrollo de habilidades motoras de marcha y bípedo evaluadas por GMFM 88), y la evaluación de la funcionalidad se puede realizar mediante la herramienta WeeFIM, que permite identificar de manera rápida áreas de compromiso en actividades de la vida diaria susceptibles de intervención temprana. El manejo rehabilitador en estos pacientes se enfoca en favorecer hitos de desarrollo motor según la edad, de manera progresiva, adicionando pautas de estimulación cognitiva para mejorar interacción con entorno, comunicación, y autonomía en las actividades cotidianas. La intervención puede resultar más efectiva cuando se realiza antes de los 6 años de edad. Dentro de las áreas de tratamiento se encuentran el lenguaje, las funciones ocupacionales, la integración sensitivo motriz, la educación especial y las habilidades de comportamiento /sociales. La terapia física tiene como objetivo mejorar resultado funcional a largo plazo, teniendo en cuenta que no se desea acelerar el desarrollo sino potenciar la adquisición adecuada de los hitos del neurodesarrollo, evitar posturas anormales secundarias a hipotonía, estatura, debilidad, pobre coordinación y laxitud ligamentosa. Una de las técnicas empleadas incluye el entrenamiento en banda sin fin útil para mejorar la velocidad de marcha, el equilibrio y favorecer la marcha independiente con resultados prometedores en este grupo, más sin embargo aún no hay evidencia suficiente que soporte dicha práctica. El entrenamiento en terapia respiratoria y recomendaciones gastrointestinales debe ser indicado por parte del médico rehabilitador. En algunos artículos se documenta la hidroterapia, hipoterapia y animales de compañía como intervenciones útiles además de actividades lúdicas y deportivas, aunque con pobre evidencia disponible. Otro tipo de intervenciones como el entrenamiento neuromuscular es benéfico para mejorar la fuerza general, máxima y movilidad funcional en niños y adultos con síndrome de Down4. Se requiere de la participación de terapeutas del lenguaje, psicología y terapeutas ocupacionales con el fin de facilitar la interacción del menor en su entorno, dado que usualmente dichos pacientes inician edad escolar a la misma edad de sus pares, requiriendo asistencia en actividades específicas de cuidado y entrenamiento en habilidades sociales. Además, se requiere de una educación inclusiva y de soporte acorde al estado de desarrollo funcional del menor. El manejo del paciente con trisomía 21 no solo incluye la evaluación e intervención temprana del neurodesarrollo, sino que engloba múltiples comorbilidades asociadas agrupadas en desordenes del crecimiento y desarrollo, trastornos endocrinológicos, otorrinolaringológicos, musculoesqueléticos, cardiacos, oftalmológicos, y demás que serán desarrollados. Crecimiento y Desarrollo Respecto al crecimiento y desarrollo, los pacientes con síndrome de Down presentan inicialmente un peso y talla bajos para la edad en edades tempranas escolares, condicionado esto a un trastorno de la deglución secundario a la hipotonía generalizada. Por lo demás su crecimiento pondoestatural permanece estable durante su niñez hasta posteriormente desarrollar sobrepeso y obesidad, el cual se ha asociado a sedentarismo. Un estudio de revisión del 2016 mostró que la obesidad inicia a partir de los 2 años de edad y se asocia a la presencia de mayores niveles de leptina, menor gasto energético en reposo y menos actividad física; asociándose al síndrome de apnea del sueño, dislipidemia, alteraciones en la marcha e insulina resistencia causal probable del aumento en la incidencia de DM en este grupo de pacientes5. Es importante entonces usar gráficos de crecimiento específicas para pacientes con síndrome de Down para el seguimiento y evaluación del estado de crecimiento del paciente, puesto que una desviación más allá de lo esperada requeriría estudios de extensión mayores en búsqueda de patologías cardiacas, endocrinas o nutricionales. La intervención médica mediante actividad física y deportes de manera controlada se ha visto que impacta sobre el rendimiento cardiovascular y el control de peso en estos pacientes, cuando se realiza de manera continuada y asociado a cambios dietarios. Trastornos Endocrinológicos Los trastornos endocrinológicos incluyen el hipotiroidismo y la diabetes mellitus. El hipotiroidismo se considera una comorbilidad frecuente dentro de los pacientes con síndrome de Down, teniendo una incidencia entre el 15-50% en la edad adulta. El hipotiroidismo congénito se encuentra presente en mayor proporción que en la población general, y puede aparecer incluso meses o años después del nacimiento. Sus síntomas son difíciles de sospechar puesto que se solapan sobre los atribuibles al síndrome de Down (retraso en neurodesarrollo, macroglosia, hipotonía, estreñimiento, xerodermia), razón por la cual se recomienda además del tamizaje neonatal, realizar una segunda toma a los 6 meses y continuar con seguimiento paraclínico estricto anual de TSH. La diabetes mellitus se ha asociado a pacientes con trisomía 21 clásicamente, mas sin embargo no ha sido reportada esta asociación en ensayos clínicos. Se considera que existe un mayor riesgo de presentarla dado la obesidad y el sedentarismo en estos pacientes. Trastornos Otorrinolaringológicas Respecto a las alteraciones otorrinolaringológicas destacan la hipoacusia neurosensorial, que presenta una mayor incidencia en estos pacientes, aunado a esto que puede tener presentación en la edad adulta. Se recomienda realizar tamización auditiva antes de los 6 meses de edad, anual hasta los 3 años y posteriormente cada 2 años junto con una valoración audiológica con el fin de realizar detección temprana e intervención oportuna para evitar peores desenlaces en el área de desarrollo del lenguaje. Los pacientes pueden presentar síndrome de apnea/hipopnea obstructiva del sueño que a menudo no es comentada por los padres, pero que siempre debe ser evaluada y buscada de manera activa por el medico rehabilitador puesto que se considera una causa agravante del déficit cognitivo presentado en estos pacientes, teniendo en cuenta que se presenta en momentos de desarrollo crítico del desarrollo cognitivo; y su alta prevalencia que se reporta hasta del 80% en algunos estudios. Los signos clínicos usuales son los ronquidos nocturnos, posturas anormales durante el sueño, somnolencia diurna, enuresis en individuos previamente sanos y cambios de comportamiento. La apnea del sueño se considera de etiología multifactorial, incluyendo la obesidad, alteraciones de los centros respiratorios del tallo cerebral, malformaciones de la cara media, macroglosia y la hipotonía como factores precipitantes.6 Trastornos musculoesqueléticos Los trastornos musculoesqueléticos presentan una carga grande de morbilidad en los pacientes con síndrome de Down, dentro de las principales alteraciones destacan el desarrollo de artritis prematura, la hiperlaxitud ligamentaría y deformidades musculoesqueléticos asociadas, la osteoporosis y la luxación atlantoaxoidea. Artritis Las artritis inflamatorias más frecuentes en este grupo son la artritis idiopática juvenil y la artritis psoriasica, que deben ser buscadas activamente dado que estos pacientes presentan umbrales dolorosos altos y pobres habilidades comunicativas que limitan la identificación de alteraciones articulares indicadas por el pacientes. Usualmente responden bien al uso de AINEsvía oral de inicio temprano, mas sin embargo ante la pobre respuesta y para la realización de un diagnóstico definitivo se requiere de la valoración por Reumatología. Hiperlaxitud Ligamentaria La hiperlaxitud ligamentaria condiciona varias alteraciones estructurales como lo son el pie plano, la subluxación/luxación de caderas, las alteraciones angulares de rodilla y la escoliosis. Respecto al pie plano, se considera que el 100% de los pacientes lo presentan, usualmente requiere manejo arrestico e intervención por terapia física al inicio de la marcha o incluso antes de los 4 años si aún no ha iniciado la marcha pero presenta obesidad. En los pies se pueden presentar otro tipo de alteraciones como el pie zambo, el primer metatarso varo, sindactilia y subluxación de los tendones de los músculos peroneos en pacientes con pies pronados excesivamente. El compromiso de la articulación de la cadera debe ser sospechado si se encuentran alteraciones en la marcha como asimetrías en la duración de la fase de apoyo de cada miembro inferior, dismetría de miembros inferiores, crujidos, dolor o limitación en la movilidad de la articulación en abducción, y claudicación de la marcha por dolor. Se considera que entre un 5-10% de los pacientes presentaran alteraciones en la articulación de la cadera a los 5-10 años. La luxación de cadera congénita es rara. Otras alteraciones menos frecuentes en el síndrome de Down son la displasia acetabular, la enfermedad de Perthes y la epifisiolisis. Dentro de las alteraciones angulares de rodillas se encuentran el genu varo, genu valgo, genu recurvatum, mas sin embargo la más incapacitante por el dolor y la limitación en los arcos de movilidad asociados es la inestabilidad femororotuliana, presente hasta en un 22% de los pacientes como subluxación y hasta un 5% como luxación completa rotuliana. En los casos leves de subluxaciones se considera el manejo con órtesis junto con fortalecimiento guiado por terapia física de la musculatura extensora de rodillas. Los casos severos requieren manejo quirúrgico. La escoliosis e hiperlordosis lumbar son las alteraciones del esqueleto axial más frecuentes, requieren manejo y vigilancia similares a los realizados en casos de escoliosis idiopática, teniendo en cuenta su presentación principalmente en adolescentes. Osteoporosis La osteoporosis corresponde a otra alteración musculoesquelética a vigilar principalmente en pacientes adultos jóvenes, en quienes se puede presentar a edades tempranas en los pacientes con síndrome de Down. Como factores asociados al desarrollo de osteoporosis se incluyen la obesidad, la hipotonía, la menopausia temprana, la baja estatura y actividad física y el hipotiroidismo. Se debe realizar una búsqueda activa del compromiso de la densidad ósea, pues los pacientes con trisomía 21 presentan un riesgo mayor de presentar fracturas patológicas de huesos largos y columna vertebral. La actividad física guiada mediante ejercicios pliometricos aeróbicos con una frecuencia de 2 sesiones a la semana durante 21 semanas, de 30 min de duración, incrementa la densidad mineral ósea de pacientes adolescentes con síndrome de Down, haciendo a la rehabilitación cardiopulmonar una opción válida en la prevención de osteopenia en estos pacientes. Luxación atlantoaxoidea La inestabilidad atlantoaxoidea es una de las complicaciones más graves de la hiperlaxitud ligamentaria presente en los pacientes con síndrome de Down. Se ha reportado una prevalencia entre el 10-20%, llegando a presentar inestabilidad o subluxación cervical a nivel de la unión cervico-occipital o articulación atlantoaxoidea hasta en un 2%. El 80% de los casos se presentan de manera crónica, y debe ser sospecha cuando se encuentran signos clínicos como alteraciones de la marcha (es el principal hallazgo encontrado), dolor cervical, torticulis de inicio reciente, alteración del control de esfínteres, debilidad muscular generalizada e hiperreflexia. El estudio de una inestabilidad atlantoaxoidea debe comenzar con una radiografía AP y lateral de columna cervical, con proyecciones en flexión y extensión completas a partir de los 3 años de edad, siendo diagnostica cuando la distancia preodontoidea es mayor de 5 mm. Se deben realizar estudios de extensión si se observan signos neurológicos, además de fijación quirúrgica con resultados variables. El seguimiento usualmente es clínico cuando se documenta la alteración sin lesión neurológica asociada. Trastornos Cardiacos Los pacientes con síndrome de Down tienen una mayor prevalencia de alteraciones cardiacas, que pueden llegar a estar presentes hasta en un 50% de los casos. Un estudio realizado en el reino unido en el 2012 evaluó el espectro de diagnósticos dentro de las diferentes cardiopatías congénitas encontrando que el 37% de los pacientes cursaba con defecto atrioventricular septal completo, comunicación interventricular el 31%, comunicación interauricular el 15%, tetralogía de fallot un 5% y un 2% con Ductus arterioso7. Debe realizarse una búsqueda activa en estos pacientes de alteraciones cardiacas en los primeros dos meses de vida con un ecocardiograma, a pesar de la ausencia de signos clínicos de cardiopatía, dado que de ser corregidas a tiempo tienen un buen desenlace. En la edad adulta la principal alteración cardiaca es el prolapso de válvula mitral, razón por la cual se deben realizar un nuevo ecocardiograma de control a los 20 años. Se considera que hay más riesgo de enfermedad cardiovascular con la edad debido a la mayor presencia de obesidad (hasta el 70% de los adultos) y sedentarismo en este grupo, mas sin embargo no ha sido comprobada esta asociación. Además presentan complicaciones neumológicas (presentan mayor riesgo de hipoplasia pulmonar e hipertensión pulmonar asociada a cardiopatía congénita, con mayor susceptibilidad a infecciones por las alteraciones inmunológicas asociadas. Adicionalmente tienen mayor riesgo de infecciones de la vía aérea superior dada por el menor tamaño de sus vías respiratorias). Trastornos gastrointestinales Las anomalías gastrointestinales pueden presentarse hasta en un 5-12% de los paciente con trisomía 21, siendo de las más frecuentes en orden de frecuencia la atresia duodenal, la fistula traqueoesofágica, el páncreas anular, ano imperforado, la enfermedad de Hischprung y la enfermedad celiaca, siendo el estreñimiento crónico refractario al manejo medico el síntoma característico. Trastornos Hematológicos Respecto a las anomalías hematológicas se ha visto una incidencia de hasta un 65% de policitemia in relevancia clínica, además de un riesgo aumentado para desarrollar leucemias/linfomas, principalmente la leucemia linfoblástica aguda con un riesgo 20 veces mayor. Se ha descrito un desorden meiloproliferativo transitorio que afecta al 30% de los neonatos con síndrome de Down y se considera como un pre leucemia que revierte espontáneamente, pero hasta un cuarto de estos pacientes progresará a leucemia megacarioblástica aguda o a un síndrome mielodisplásico. Curiosamente, se observa una reducción de la incidencia de tumores solidos8. Trastornos Neurológicos Respecto a las alteraciones en la esfera neurológica/mental se han detectado mayor incidencia de depresión y ansiedad, tratable con consejería psicología por profesionales entrenados en manejo de pacientes con síndrome de Down, con reportes de caso que reportan mejoría de los cuadros depresivos con el uso de ISRS. Los pacientes con síndrome de Down presentan mayores tasas de demencia y enfermedad de Alzheimer, la cual se presenta tan temprano como los 35 años y llegando a tener una prevalencia de hasta el 75% en paciente de 60 años, razón por la cual siempre debe ser vigilada e interrogada desde edades tan tempranas como los 18 años, además de descartar patologías que generen cuadros clínicos similares como lo son la hipoacusia, la epilepsia (con mayor frecuencia en este grupo de pacientes, hasta en un 5-10%), las alteraciones visuales y el hipotiroidismo. En el momento se encuentra en estudio el manejofarmacológico con resultados controversiales, pero se ha visto que la rehabilitación cognitiva es efectiva para retrasar y disminuir el deterioro cognitivo y funcional en los estadios tempranos de la enfermedad9. Trastornos Genitourinarios En una baja proporción del 3.2%, se pueden encontrar malformaciones genitourinarias que incluyen riñón displásico quístico, hidronefrosis, agenesia renal, obstrucción uretral entre otras. El diagnóstico parte del examen clínico ampliado con ecografía o urodinamia según la sospecha médica. El manejo se hará dependiendo de la patología, bien sea conservador o quirúrgico1. Trastornos Oftalmológicos Otras patologías asociadas que deben ser vigiladas por el medico rehabilitador son la alteraciones oftalmológicas (dentro de las que destacan las cataratas, el keratocono y el estrabismo, además de defectos de refracción, que requieren valoración por oftalmología en el primer año de vida, con controles cada 2 años), inmunológicas (por menor producción de inmunoglobulinas, que predisponen a infecciones), dermatológicas (dermatitis atópica y vitíligo), y estomatológicas (gingivitis y enfermedad periodontal). BIBLIOGRAFIA 1. Arumugam A, Raja K, Venugopalan M, et al. Down syndrome-A narrative review with a focus on anatomical features. Clin Anat 2016;29(5):568-77. doi: 10.1002/ca.22672 [published Online First: 2015/11/26] 2. Horvath S, Garagnani P, Bacalini MG, et al. Accelerated epigenetic aging in Down syndrome. Aging Cell 2015;14(3):491-5. doi: 10.1111/acel.12325 [published Online First: 2015/02/14] 3. Vicari S. 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