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Acidosis ruminal

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Nutrición animal
1.- ¿Qué es la acidosis ruminal?
La acidosis ruminal se reconoce cada vez más como un trastorno importante de los rumiantes. Esta condición aumenta la morbilidad y mortalidad del ganado, reduce notablemente las ganancias de peso en el corral de engorde y se observa cada vez más en el pastoreo y la lechería confinada.
La acidosis ruminal se refiere a una serie de condiciones que reflejan una disminución del pH en el rumen del ganado como resultado de la producción de grandes cantidades de ácidos grasos volátiles (AGV) y, posteriormente, de ácido láctico. Se desarrolla en ovinos y bovinos que han ingerido alimentos ricos en carbohidratos de rápida fermentación en grandes cantidades o sin estar adaptados al alimento.
La acidosis puede causar ruminitis, acidosis metabólica, cojera, abscesos hepáticos, neumonía y muerte. Se puede dividir en dos categorías: clínica y subclínica.
Acidosis clínica
La acidosis clínica se presenta como una forma de leve a grave de la enfermedad, según el tipo y la cantidad de alimento ingerido.
2.- ¿Cómo se diagnostica? 
El ganado con acidosis clínica leve presenta anorexia, disminución de la producción de leche y diarrea. La forma grave de la enfermedad puede progresar hasta una acidosis metabólica, depresión, deshidratación, toxemia y síndrome de la «vaca caída». La acidosis hiperaguda puede resultar en decúbito, coma y muerte en ocho a diez horas.
La acidosis clínica generalmente afecta a uno o más bovinos de un rebaño y a menudo se precipita por cambios dietéticos.
Los problemas que surgen como secuela de la acidosis ruminal aguda incluyen laminitis por liberación de histamina y endotoxinas en la circulación, polioencefalomalacia por deficiencia de tiamina, ruminitis y abscesos hepáticos.
Cambios fecales
Las heces del rebaño pueden proporcionar una evidencia indirecta de acidosis (clínica y subclínica) y falta de fibra en la dieta.
A medida que el lactato pasa del abomaso al tracto intestinal, se crea un gradiente osmótico con el consecuente aumento de líquido en la luz , dando como resultado una diarrea profusa y la deshidratación posterior vista en la acidosis clínica.
Hay otros factores como los parásitos y las bacterias que provocan la diarrea. Sin embargo, las manadas con un gran porcentaje heces blandas y sin forma, con una alta prevalencia de vacas sucias alrededor del perineo, pueden indicar acidosis. Por lo general, las heces acidóticas son más líquidas, contienen fibra y granos no digeridos, a menudo son más ligeras de color y puede contener burbujas de gas.
Para obtener un diagnóstico más certero, esta evidencia debe estar respaldada por otros indicadores, como:
· La evaluación y el análisis del alimento
· Las concentraciones de grasa de la leche
· La prevalencia de cojera
· Actividad de rumia
Además, el pH ruminal se asocia positivamente con la concentración de grasa de la leche. Una relación grasa: proteína de la leche de <1,15: 1 puede indicar un riesgo de acidosis.
3.- ¿Cuál es el tratamiento?
El control de la acidosis puede ser realizado mediante el empleo de diferentes alternativas, cuya aplicación deberá estar fundada en el estudio de costos y la factibilidad de implementación que posee cada establecimiento. Por tanto no existe una única medida ni una receta universal, sino una serie de normas que deben adaptarse a cada realidad en particular. En un país como el Uruguay, en que los concentrados son un complemento y no la base de la alimentación de los animales en la gran mayoría de las circunstancias, las medidas de prevención suelen ser simples y ofrecer buenos resultados.
El factor básico es el relacionado con el hombre, para crear conciencia del problema y evitar su presentación por negligencia, omisión o desconocimiento. Es evidente que la gran recomendación es la referida a minimizar errores en el manejo nutricional de los animales. En tal sentido se debe evitar administrar concentrados a animales que estén con hambre, debiendo saciar primero el apetito con fardo o silo. Hay que también tener cuidado de regular el volumen de concentrado que se ofrece a cada animal y al grupo, favoreciendo un consumo parejo y evitando la dominancia. Es conveniente fraccionar la administración del concentrado no superando los 2-3 kg/animal, especialmente si no están debidamente acostumbrados. También se aconseja equilibrar la funcionalidad ruminal con silo o fardo de buena calidad. El inicio de la suplementación deberá ser considerar la administración de cantidades crecientes de grano a los efectos de evitar cambios bruscos en la flora ruminal que desencadenen trastornos graves.
Muchas otras medidas complementarias han sido sugeridas, las que serán brevemente analizadas tomando en cuenta que provienen de sistemas de feed-lot y por tanto aplicables especialmente a dichos sistemas.
Adición de buffers a la ración. A los efectos de neutralizar la caída ruminal del pH se ha utilizado la administración de compuestos buffer junto a la ración. Los más difundidos han sido el bicarbonato de sodio y el carbonato de calcio, en concentraciones de hasta 5%. El uso de estos compuestos no está exento de inconvenientes como ser la disminución de la palatabilidad, presencia de diarrea y problemas de litiasis.
Modificación de la Flora Ruminal. Numerosos compuestos han sido utilizados para controlar o modificar la composición y actividad de la flora ruminal como elemento de prevención de la acidosis y también de sus complicaciones hepáticas. El empleo de antibióticos tradicionales se ha visto desplazado por la aparición de residuos y riesgos de salud pública. Otros antibióticos, del grupo de los ionóforos como es el caso de la monezina -disponible en Uruguay para el control del meteorismo -, han demostrado utilidad en reducir la gravedad de la acidosis. Su acción está basada en modificar la actividad bacteriana y los metabolitos finales (modulación). Efectos similares han sido logrados mediante la administración de levaduras.

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