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CONFLICTO ARMADO: EFECTOS DE LA GUERRA SOBRE LA ESTABILIDAD MEDIOAMBIENTAL
June 25, 2019
Conflicto armado: efectos de la guerra sobre la estabilidad medioambiental
Camilo Pedraza Jiménez
Miembro de la Subdirección de Logística
Estudiante de Economía y Ciencia Política
c.pedraza@uniandes.edu.co
Universidad de los Andes
 
Jorge Alberto Guerra
Miembro de la Subdirección de Entrevistas
Estudiante de Economía
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ja.guerrae@uniandes.edu.co
Universidad de los Andes
 
Las guerras alrededor del mundo han generado diferentes consecuencias negativas en la economía y las sociedades. En 
este sentido, los conflictos bélicos han traído consigo un fuerte impacto medioambiental a lo largo de la historia. Colombia, 
a su vez, no ha sido ajena a este problema. El medio ambiente en este territorio ha sufrido graves consecuencias 
derivadas del conflicto armado. Por lo anterior, el conflicto armado ha sido un detonante de los daños medioambientales 
que se traducen en altos costos económicos y sociales para el país. En dicho sentido, este artículo tiene como objetivo 
entender los efectos negativos que ha traído consigo la guerra interna en el territorio colombiano sobre el medio 
ambiente. Para argumentar lo anterior, primero se tendrá en cuenta las consecuencias ambientales de algunas guerras a 
nivel mundial. Posteriormente, se hará un enfoque nacional basado en la deforestación, la minería ilegal y los ataques a 
oleoductos, tres temas derivados del conflicto armado interno.
 
1.   Perspectiva global sobre la guerra y sus efectos climáticos
Debido a la lucha humana por la supervivencia en periodos de guerra y conflicto armado, los diferentes ecosistemas 
donde se desarrollan dichos conflictos se pueden ver degradados significativamente. Según reportes del Programa 
Medioambiental de las Naciones Unidas (2018), por más de 60 años, los conflictos armados han tenido lugar "en más de 
dos tercios de los puntos clave de biodiversidad del mundo”. Lo anterior, representaría una amenaza significativa para la 
conservación del medio ambiente, que ha sido una víctima silenciosa de la guerra (Ki-Moon, 2014).
Un claro ejemplo de graves efectos medioambientales es el caso del Agente Naranja durante la Guerra de Vietnam. En 
este periodo, el uso de grandes cantidades de un potente herbicida fue empleado para afectar a las guerrillas comunistas 
del Viet Cong por parte de los Estados Unidos (Worldwatch Institute, 2019). En este sentido, se cometieron sacrificios 
medioambientales con el objetivo de emplear una estrategia militar. Adicionalmente, ha habido daños colaterales 
causados por conflictos internos, tal como lo son los casos de las guerras civiles en el Congo y Ruanda en los años 90. La 
ocupación de zonas selváticas y boscosas por parte de grupos subversivos ha afectado el hábitat y ecosistema de 
mailto:ejemplo15@uniandes.edu.co
diferentes especies de plantas y animales. Además, el desplazamiento forzoso de tribus y comunidades a diferentes 
territorios, y el consumo de carne de diferentes animales también ha sido perjudicial para diferentes especies (PNUMA, 
2018).
En este sentido, Colombia no se ha librado de los efectos nocivos sobre el medio ambiente derivados del conflicto 
interno. Como lo reporta las Naciones Unidas (2018), se ha presentado una extracción minera excesiva y no regulada por 
parte de grupos armados al margen de la ley como las FARC. Décadas de extracción de oro no regulada en el país 
causaron daños ambientales en áreas controladas por grupos como el anteriormente mencionado. Por tal motivo, es 
importante vincular temas medioambientales en la construcción de paz dentro del territorio. La situación de Colombia será 
desarrollada a continuación.
 
2.   Deforestación: la externalidad ambiental negativa de los cultivos de coca
Toda guerra necesita financiación, desde organizaciones armadas con ideologías políticas (como lo fueron las FARC o lo 
ha sido el ELN), hasta grupos delictivos organizados. Esto acarrea costos ambientales muy relevantes para el medio 
ambiente colombiano. Este es el caso de la deforestación, una consecuencia negativa que trae la siembra de coca (ver 
gráfica 1).
Gráfica 1: Cultivos ilícitos vs Conflicto Armado
FUENTE: DNP, IDEAM. ELABORACIÓN PROPIA
Debido a que el conflicto armado en Colombia no se distribuye homogéneamente en el tiempo y el espacio y que la 
intercesión, asentamiento y expansión de los actores armados no sucede en territorios vacíos (Vásquez, 2009), distintos 
actores armados han aprovechado la tierra fértil colombiana para la siembra extensiva de hojas de coca. Adicionalmente, 
los años de conflicto y la falta de presencia estatal en todo el territorio se relacionan con el actuar de dichos grupos 
subversivos. Con el fin de generar un espacio apto para sembrar esta planta, los grupos delictivos han generado daños 
irreparables al suelo al acabar con la biodiversidad de esos terrenos (ver Gráfica 2).
Gráfica 2: Deforestación vs Conflicto Armado
FUENTE: DNP, IDEAM. ELABORACIÓN PROPIA
Este tipo de actividades le generan a Colombia costos medioambientales y económicos relevantes. Restaurar las áreas 
deforestadas adecuadamente trae consigo tres costos principales: investigación y planeación de las especies de árboles 
con los que se debe restaurar el terreno, transporte y, personal técnico especializado. Además, el uso de estas tierras por 
parte de los grupos delictivos podría ser usado para la producción de cultivos legales que traigan mayores beneficios 
para la economía nacional y la estabilidad del Estado.
Ahora, es destacable mencionar que el 58% de la deforestación ha sido en zonas de conflicto armado. De acuerdo a las 
mediciones, de las 5 millones de hectáreas deforestadas entre 1990 y 2013, 3 millones han sido en zonas de conflicto. 
Adicionalmente, entre el 2014 y 2017 se adicionaron más de 900.00 hectáreas más deforestadas (ver gráfica 3). Se calcula 
que por una hectárea de siembra de coca se debe deforestar 1,7 de bosque, lo que anualmente equivale a unas 74. 687 
hectáreas de coca (DNP, 2016).
Gráfica 3: Hectáreas deforestadas en Colombia (2001-2017)
FUENTE: UNIVERSITY OF MARYLAND, GOOGLE, USGS, NASA. ELABORACIÓN PROPIA
3.   Minería ilegal desarrollada por grupos armados
Además de altos beneficios obtenidos del narcotráfico y las extorsiones, otro de los medios por los cuales se han 
financiado los grupos armados es la minería ilegal. Según reportes del Sistema de Información Minero Colombiano, la 
extracción de oro creció más del 38% entre 2009 y 2012, y de esta proporción, el 80% pertenece a minería ilegal 
(Contraloría General de la Nación, 2018). Al igual que con la siembra de cultivos de coca, la minería ilegal también tiene un 
impacto devastador para el medio ambiente e incluso para la salud humana (ver Gráfica 4).
Gráfica 4: Minería Ilegal vs Conflicto Armado
FUENTE: DNP, LA REPÚBLICA. ELABORACIÓN PROPIA
Uno de los mayores impactos ambientales ocasionados por este tipo de minería viene de la extracción de oro, debido al 
uso de mercurio. El problema durante el proceso de extracción mediante el uso de dicho elemento radica en el momento 
en que se generan vapores de mercurio, los cuales son muy nocivos para el medio ambiente (Lebel et al., 1996). Además,la gravedad de la contaminación del mercurio está en su bio-acumulación (acumulación neta de sustancias químicas en 
los seres vivos a través del tiempo)  y toxicidad, ya que, al transformarse en metilmercurio tras el proceso de extracción, se 
adhiere a los sedimentos y puede terminar siendo consumido por los seres vivos (Marrugo-Negrete et al., 2008). El 
mercurio también es absorbido por el suelo, lo que lo hace propenso a terminar en fuentes y yacimientos de agua, por lo 
que se generarían no sólo costos ambientales, sino también de salud pública por el riesgo de cultivos y consumo humano 
(Bustamante et al., 2016).
Adicionalmente, en términos geográficos, según un informe de Semana Sostenible (2016), la minería ilegal de oro de 
aluvión está deforestando a una velocidad 3 veces mayor que la del cultivo de coca. Este reporte indica que, en el 2014, 
fueron deforestadas 5.810 hectáreas por el cultivo de coca, mientras que por cuenta de la minería ilegal de oro fueron 
deforestadas 16.784.  
Al analizar lo que fue desarrollado anteriormente, se puede observar que la extracción ilícita y sin regulación ambiental de 
oro traería consigo altos costos, no sólo sobre los ecosistemas, sino también sobre la salud humana (Arango, 2017). De 
igual manera, la explotación de oro en zonas con presencia de grupos subversivos refleja las problemáticas sociales, 
económicas y ambientales existentes en Colombia. En este sentido, las consecuencias de la violencia dentro del territorio 
colombiano se ven reflejadas a través de los daños medioambientales derivados de acciones perjudiciales como la 
minería ilegal.
 
4. Atentados a oleoductos: costos medioambientales y económicos
Otros de los daños ambientales más destacados del conflicto armado son los ataques a oleoductos, tanto por robo de 
crudo o como por fines de guerra. Lo anterior ha dejado graves consecuencias económicas y medioambientales. Este tipo 
de atentados no son ocasionales o aislados, y han sido relevantes en el desarrollo del conflicto armado. En 1965 el ELN 
realizó el primer atentado a un oleoducto cerca de Barrancabermeja, con el fin de enviar el mensaje de que la explotación 
de petróleo se debía nacionalizar además de imponer restricciones a empresas extranjeras (Castellanos, 2013). Lo anterior 
se relaciona con los postulados de la Fundación Ideas para la Paz (2015), que ve que estos ataques generalmente no 
tienen fines económicos, sino más bien militares y políticos. 
A lo largo de la historia reciente de Colombia, el ataque a oleoductos por parte de grupos subversivos ha traído altos 
costos, tanto para el Estado como para la sociedad civil, en términos medioambientales. Por ejemplo, en 1990, el gobierno 
nacional, demoró 7 meses en limpiar la Ciénaga de Zapatosa (Cesar), tras un atentado del ELN al Caño Limón-Coveñas 
derramando 14mil barriles sobre la ciénaga, afectando adicionalmente a más de 1.500 familias que vivían de la pesca y con 
una mancha de más de 40mil hectáreas (Semana Sostenible, 2019). La lista de atentados a oleoductos ha estado 
creciendo recientemente (ver Gráfica 5), incluyendo al ataque reciente del pasado 12 de febrero de 2019 en municipio de 
Teorama (Norte de Santander), lo que generó la contaminación de 117 kilómetros del río Catatumbo. 
Gráfica 5: Atentados a Oleductos 2009-2012
FUENTE: SEMANA SOSTENIBLE, ECOPETROL. ELABORACIÓN PROPIA
Todos estos atentados han afectado a una víctima silenciosa que no tiene como defenderse: el medio ambiente. Y es que 
la recuperación tras estos atentados suele demorarse un largo periodo de tiempo. Según Ecopetrol, se han derramado 3,7 
millones barriles de petróleo en los últimos 38 años (Pardo, s.f.), lo que es equivalente a 20 mil camiones de crudo. La 
asociación Colombiana de Petróleo (2015) tiene una cifra más alta, que se sitúa en los 4,1 millones de barriles derramados 
en ese mismo lapso de tiempo. Los 5 oleoductos más importantes del país han sido dinamitados 1009 veces entre 2009 y 
lo que va del 2019, siendo Norte de Santander, Arauca, Nariño y Putumayo los departamentos más afectados. Como 
resultado de estos derrames, se han visto afectados ecosistemas terrestres y acuáticos, en cuanto a fauna y flora, 
generando daños incalculables, tanto en corto como en largo plazo.
En tanto a la vegetación, la extensión de crudo genera una reducción en la fotosíntesis de las plantas, debido a las 
barreras en los flujos de luz y de CO2, que dificultan su reproducción y respiración.  Adicionalmente, el crudo que se 
adhiere a la piel o penetra el sistema respiratorio de especies animales reduce significativamente la calidad de vida de 
éstas. Finalmente, los seres humanos se podrían ver también afectados si micropartículas de crudo llegan a animales o al 
agua que pueden ser consumidas por el hombre. Además, las partículas de nitrógeno y CO2 terminan empeorando la 
calidad del aire.
En cuanto al aspecto económico, los 1009 atentados (2009-actualidad) en la red de los 4.543 km de oleoductos con los 
que cuentan han generado costos de reparación de más de $308.515 millones de pesos (Semana Sostenible, 2019) . A 
pesar de los altos costos generados, el nuevo sistema de articulación de oleoductos, de la mano con la inversión y las 
autoridades, ha permitido el desarrollo de tecnologías que permitan mantener niveles adecuados de producción de 
crudo. Esto se lograría aun con la presencia de voladuras de oleoductos, transportando el producto por otras vías (Revista 
Dinero, 2019). Si bien es cierto que estos avances pueden disminuir las pérdidas monetarias y, a su vez, los costos 
medioambientales, todavía no se han logrado los avances suficientes para mejorar la situación medioambiental hasta el 
punto necesario.
 
Conclusión
Las guerras han generado altos costos ambientales a lo largo de la historia. La naturaleza en su conjunto ha sido una 
víctima silenciosa de los conflictos bélicos. Como se puede ver, a lo largo de la historia, en territorios de todos los 
continentes del mundo, tanto flora como fauna que coexisten en los ecosistemas donde se desarrolla una guerra se ven 
perjudicadas por la presencia de ésta; Colombia no está exenta a la regla y es un claro ejemplo de esto. La deforestación 
ha sido un acontecimiento de alto impacto ambiental, derivado de la producción de cultivos ilícitos. Adicionalmente, la 
minería ilegal como medio de financiamiento para grupos subversivos ha sido altamente nociva, incluso de manera directa 
en la salud humana. De igual manera, la voladura de oleoductos, suponiéndose como un recurso de protesta política, ha 
traído altos costos ambientales que perjudican fuertemente a gran extensión de zonas aledañas a donde se realizan 
dichos atentados. En este sentido, se puede ver cómo los costos ambientales de la guerra interna en Colombia, no sólo 
se ven reflejados en daños a los ecosistemas, sino que también se traducen en daños que debe cubrir el Estado de 
alguna forma y en donde la población civil también se ve perjudicada.
 
Referencias 
Arango, A. (2017, abril 15). La explotación de oro en Colombia, conflicto armado y efectos al medio ambiente. Blogs El 
Tiempo. 
Asociación Colombiana del Petróleo. (2015). Informe de Desempeño Ambiental 2015. Bogotá.
Bustamante et al. (2016). Review of improving the water management for the informal gold mining in Colombia. Revista 
Facultad de Ingeniería, Universidad de Antioquia 79:174-184
Castellanos, A. (2013). ANÁLISIS DEL ACCIONAR DEL ELN Y LAS FARC-EP CONTRA LA INDUSTRIA PETROLERA Y SU 
INCIDENCIA EN EL RÉGIMEN DE REGALÍAS Y EL DESARROLLO SOCIAL EN EL DEPARTAMENTO DE ARAUCA, 1998-2006. 
(Tesis pregrado). Universidad del Rosario.
Contraloría General de la Nación. (2018). Informe sobre Recursos Naturales y del Ambiente 2017-2018. 
Departamento Nacional de Planeación. (2016). ‘El 58% de la deforestación ha ocurrido en municipios de conflicto’: Simón 
Gaviria Muñoz. 
Departamento Nacional de Planeación. (2016). PanorámicaRegional: dividendos ambientales de la paz. Bogotá.
Fundación Ideas Para La Paz. (2015). El ABC del ELN. Evolución del Frente de Guerra Oriental (territorialidad, iniciativa 
armada y relación con la población y las economías ilegales). 
Lebel J. et al. (1996). Evidence of early nervous system dysfunction in Amazonian populations exposed to low-levels 
methylmercury. Neurotoxicology 17:157-168.
Marrugo-Negrete J., Benitez LN., Olivero-Verbel. J. 2008. Distribution of mercury in several compartments in an aquatic 
ecosystem impacted by gold mining in northern Colombia. Arch Environ Cotarn Toxicol, 55:305-316.
Mathiesen, K. (2014, noviembre 6). What's the environmental impact of modern war? The Guardian. 
Pardo, T. (s.f.). ATAQUES HISTÓRICOS CONTRA LOS OLEODUCTOS DE ECOPETROL. 
El devastador impacto de los conflictos en el medio ambiente. (2018). Programa para el Medioambiente de las Naciones 
Unidas Recuperado de https://www.unenvironment.org/es/news-and-stories/reportajes/el-devastador-impacto-de-los-
conflictos-en-el-medio-ambiente
Revista Dinero. (2019, febrero 13). ¿Hasta cuándo aguantarán los oleoductos colombianos? 
Semana Sostenible. (2016). Minería ilegal de oro, la nueva fuente de financiación. Recuperado de: 
https://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/multimedia/mineria-ilegal-oro-dano-medioambiente/33713
Semana Sostenible. (2019). Voladuras: una cruda arma de guerra. Obtenido de 
http://especiales.sostenibilidad.semana.com/voladuras-de-oleoductos-en-colombia/index.html
Sistema de Información Minero Colombiano (2019). Información ambiental. Recuperado de: http://www.simco.gov.co  
Vásquez, T. (2009). Esbozo para una explicación espacial y territorial del conflicto armado colombiano. CINEP. 
Recuperado de: http://centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/CatedraBY/presentaciones/Sesion-6/explicacion-
espacial-territorial-conflicto-armado-colombia.pdf.
Worldwatch Institute (2019). War and Environment. 
 
 
 
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