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FAMILIA – UNIDAD 8
Unidad 8
Clínica forense en familias - ABELLEIRA & DELUCCA – 6605
En la década que comienza en 1970, concebía al grupo familiar, como "un sistema con una estructura inconsciente". Sistema regulado por el principio de intercambio y el tabú del incesto, donde metodológicamente se diferenciaban dos niveles de funcionamiento: el observable de las relaciones familiares, más accesible a la conciencia de sus integrantes y el de la estructura inconsciente, inferible desde el terapeuta o investigador, a partir del marco teórico de referencia. Se accedía al funcionamiento inconsciente a través de lo que llamara las producciones familiares: sistema de los nombres propios representaciones del tiempo y espacio, circulación del dinero, discurso, mitos y creencias familiares.
Berenstein considera que la organización familiar como sistema psicosocial basada en el intercambio, subyace a nivel inconsciente, poniéndose de manifiesto en cambio, los lazos biológicos. Este principio fundante permanece inconsciente, porque está en relación con la prohibición del incesto y ubica la significación del parentesco, como dijimos, en la relación de por lo menos, dos sistemas: familia de origen-familia conyugal. Se recortan entonces en la estructura elemental, cuatro tipos de relaciones: de consanguinidad (hermano-hermana); relación de alianza (marido-mujer); de filiación (progenitores-hijo), avuncular (tío-sobrino). La relación entre cuñados, pasa a ser el eje en el cual se estructura la relación de parentesco.
Su modelo de la Estructura Familiar Inconsciente (EFI). síntesis de sus proposiciones y ampliaciones conceptuales: "Las relaciones familiares tienen un carácter simbólico, cuyo significado yace en la estructura inconsciente". "La estructura inconsciente de las relaciones familiares, es un conjunto ligado de las relaciones entre términos" (alianza, consanguinidad, filiación, avuncular).
Entendiendo a "la EFI como un operador a través del cual se generan significaciones provenientes de la cultura, éstas llegan a los integrantes de la familia mediante transformaciones que les dan sentido y significado a las relaciones familiares".
Remarca, que otra de las ampliaciones surgidas del modelo de la EFI, refiere al complejo tema de la transmisión transgeneracional. La transmisión de significados inconscientes de una generación a otra, sólo se realiza si se establece un acuerdo fundante y estructurante, también de naturaleza inconsciente, entre los distintos integrantes de la familia. Los significados son transmisibles como mensajes, tanto en su racionalidad como en su irracionalidad. Modelo que reúne un mínimo de tres generaciones, pudiendo un significado tornarse irracional, cuando es impuesto o forzado a mantenerse a través de las generaciones, sin reformulaciones para los nuevos contextos.
Finalmente, propone como sugerencia para los próximos 10 años, la posibilidad de relacionar según los datos empíricos, la combinatoria entre los cuatro tipos de relaciones y sus predominios, que ofrecería modalidades de EFI, que pueden evolucionar hacia funcionamientos psicopatológicos o hacia la normalidad. La normalidad, estaría más cerca de la exogamia, la diferenciación sexual y generacional, la observancia de la prohibición del incesto y del funcionamiento del padre como doble interdictar.
Se propone para los diez años venideros, la necesidad de formular una metapsicología de lo vincular, así como trabajar el área de lo transubjetivo, lo sociocultural, de lo cual se consideraba a la Estructura Familiar Inconsciente (EFI) como mediadora respecto de la subjetividad.
El modelo, quizá sin advertirlo, se basó en la representación de la familia tradicional patriarcal, paradigma del pensamiento de la modernidad. Pensó lugares y funciones como invariantes y al divorcio, junto a las nuevas construcciones familiares, como excepciones.
Posiblemente esto influyó para que durante mucho tiempo no hubiera un desarrollo teórico sistemático sobre estos temas desde el Psicoanálisis Familiar.
También nuestro contexto institucional-judicial, que implicó el desafío del trabajo interdisciplinario, nos exigió posicionamientos y reflexiones críticas sobre el modo de pensar e intervenir en las familias.
Pensamos el proceso de construcción del sujeto, en constante operatoria de producción de nuevas inscripciones en cada encuentro vincular significativo. Las nuevas teorizaciones transforman también, la manera de concebir el vínculo terapeuta-paciente. Vínculo en el que el lugar y función del analista es pensado no ya como simple depositario de lo proyectado por los integrantes del conjunto familiar y respondiendo desde su contra transferencia, sino como implicado y co-configurante de la situación. Pensamos entonces, en un vínculo en el que lo transferencial es recíproco. Tanto en su vertiente imaginaria e histórica, como en relación a lo novedoso del encuentro actual entre sus partícipes. La intervención del terapeuta no se limita a un decir, sino a un hacer acto, generador de nuevas condiciones de producción de discurso. Es decir, vínculo inconsciente que produce al paciente y al analista.
Retomando la noción de vínculo, éste mantiene un lugar central en la teoría como concepto princeps del mundo intersubjetivo. Desde los últimos desarrollos de Berenstein, el concepto se ha ido complejizando.
Se piensa en el vínculo, como una relación de un sujeto con otro sujeto, al que llamaremos “otro". Vínculo considerado desde cada sujeto como agente de la relación, centrando la mirada en lo que en conjunto construyen, lo que los une y lo que los separa.
Para que el vínculo se constituya y se sostenga, es necesaria la presencia del otro. Aunque no será necesaria ni posible su permanencia constante, lo fundamental que se señala, es que en el mundo vincular, el otro real externo no puede faltar como garante y soporte del vínculo. Esto implica la relación con otro cuya presencia se impone a cada sujeto y éstos se verán conducidos a tener que tomar noticia de esa realidad.
En tal sentido, la imposición aparece como un mecanismo constitutivo del vínculo, que se diferencia de la identificación, la proyección o la introyección como procesos intrasubjetivos, que son el basamento de la construcción de representaciones sobre el otro.
Cada sujeto construye, ante la discontinuidad de la presencia o en ausencia del otro, representaciones sobre lo que anhela y desea inconscientemente que el otro sea para él.
La imposición puede devenir mecanismo defensivo en aquellos vínculos en los que no es tolerada la diferencia y se insiste en que el otro se adecué a la representación que tenemos de él.
En cada vínculo significativo, se da entonces un encuentro con tres dimensiones del otro: con lo semejante, de lo que cada sujeto toma noticias a través del mecanismo de la identificación, que permite la vivencia de lo compartido; con lo diferente, que si bien son aspectos del otro con los que no nos identificamos, podemos acceder a ellos, conocerlos, aceptarlos y tornarlos compartibles a través de diversos intercambios; y con lo ajeno, lo inasimilable, no compartido ni compartible, que refiere a un límite, a aspectos incognoscibles e irrepresentables del otro como de sí mismo.
Dentro de la familia distinguiremos dos órdenes de vínculos: 
Los vínculos simétricos, se dan entre sujetos en quienes las estructuras psíquicas están constituidas en sus aspectos diferenciales, aunque permanecen abiertos a nuevas construcciones subjetivas a lo largo de la vida. Por ejemplo, entre el hombre y la mujer que forman la pareja conyugal. También será de orden simétrico el vínculo entre hermanos, en tanto se establece entre 2 o más miembros del grupo, con subjetividades en vías de constitución.
Al devenir padres, conforman un vínculo asimétrico con los hijos, dada la necesaria dependencia de éstos con las instancias parentales al estar transitando los inicios del proceso de constitución subjetiva.
En relación a los lugares pero no estrictamente ligados a ellos, se espera y es deseable que se ejerzanen la familia, funciones de sostén y amparo, de discriminación-corte y transmisión de la ley, que se han denominado clásicamente en la teoría, como funciones materna y paterna.
Las funciones, son operatorias necesarias para la constitución y construcción de la organización psíquica de los sujetos. Han de estar encarnadas, o al menos transmitidas por personas reales o que posean un índice de realidad para el hijo. Si bien son funciones provenientes del conjunto familiar en forma preponderante en el comienzo de la vida, son ampliadas a otras redes vinculares extrafamiliares a lo largo del devenir.
Las dos funciones fundamentales que se ejercen desde las instancias parentales, o por quienes ocupen estos lugares dentro de la diversidad de configuraciones familiares existentes, podemos caracterizarlas del siguiente modo: 1) función amparadora primaria, y 2) función simbólica, de corte y diferenciación, de transmisión de la ley de la cultura. Estas dos funciones se transmiten desde el comienzo de la vida del hijo, en articulación la una con la otra. Las diferenciamos no sólo para una mayor claridad expositiva, sino porque dan lugar a diferentes procesos psíquicos en el ser en formación, quien se va apropiando paulatinamente de lo transmitido, inscribiendo en una complejizacion creciente, estas marcas provenientes de sus progenitores.
Llamamos función amparadora primaria: a) al conjunto de cuidados brindados al infans4, por la madre, padre o sustitutos, como "asistentes" de las necesidades del recién nacido (de alimento, abrigo, etc.); b) al amparo y sostén biológico y psíquico que provee quien o quienes ocupan ese lugar.
En tanto sostén psíquico, esto supone que para sobrevivir y constituirse como sujeto humano, todo ser en crecimiento necesita, no sólo de alimento, sino que alguien (otro u otros) catectice, libidinice, desee que ese niño viva y le signifique en un comienzo, cada una de sus experiencias sensoriales y vitales, con los objetos de su entorno y con los otros.
Por lo tanto esos otros privilegiados, se constituyen en el primer portavoz de la cultura a la que pertenece el infans.
No sólo puede encarnarla la madre real del recién nacido, sino también el padre que asiste al bebé, u otras personas del entorno, a condición de que se ejerza en un vínculo significativo. Es decir, para quienes ese niño esté incluido en su proyecto vital y hacia quien se transmiten anhelos conscientes, ilusiones y deseos inconscientes.
Posibilita: la erogeneización del cuerpo del bebé como fuente ele placer y sufrimiento (no sólo como organismo viviente); las vivencias de unificación narcisizantes como efecto de la ternura que los otros le transmiten; la indicación y significación de sus experiencias tempranas a través del discurso parental, siempre desde las propias interpretaciones que ellos hagan de las mismas. En tal sentido, ese otro u otros privilegiados, operan y se constituyen para el hijo, en el primer contexto identificatorio que fundará el Yo.
Llamaremos función simbólica, ordenadora, de corte y diferenciación: a la función ordenadora de los vínculos intersubjetivos ejercida desde las instancias parentales, en tanto representantes para el hijo del acceso a lo simbólico, al lenguaje y al discurso del conjunto de esa cultura y sociedad determinada.
Esto implica, que los progenitores no sólo le otorgan y brindan un sentido a las experiencias inmediatas, emocionales del hijo, sino que se ubican como referentes de una ley de la cultura y le transmiten de manera explícita e implícita, los valores, ideales y modelos predominantes que ellos han interiorizado en cuanto a lo prohibido y lo permitido para cada vínculo.
Función paterna, entonces, no puede ser equiparada a función simbólica, ya que el corte y el proceso de diferenciación que el hijo pueda ir realizando entre él y la madre, entre él y el padre y paulatinamente asumirse como otro con deseos propios más allá de los enunciados identificatorios familiares, implica un largo recorrido por diferentes vínculos y la apropiación-elaboración de enunciados del conjunto. Enunciados que no sólo recibe de los padres, sino de otras instancias, que lo ubicarán y por los que se ubicará, tanto como un eslabón de su cadena generacional, como otro (mujer o varón) del conjunto al que pertenece.
Si por el amparo y sostén primario recibido, necesarios por su indefensión inicial, el hijo construye su Yo, el efecto de la función simbólica abre a la inscripción de las categorías de lo permitido y lo prohibido y a la construcción psíquica del superyó y los ideales del yo, como ideales a ser.
Cada cultura ha propuesto un modelo de este aspecto de la función simbólica que en su representación se le asignaba tradicionalmente al padre
Quién sea el soporte de esa función, no es indiferente para el destino psíquico del sujeto, como tampoco lo es la mayor o menor valorización del modelo y sus fundamentos, por parte del grupo.
La relación que mantienen las instancias parentales con el niño, llevará la huella de su relación con el medio social al que pertenezca.
En consecuencia, la familia ha sido considerada hasta ahora, como el contexto privilegiado, mediador entre el sujeto en construcción y la cultura, en cuanto a reproducir o transformar sus valores e ideales, lo rechazado o lo denigrado, por dicha cultura.
En síntesis, ambas funciones operan en el psiquismo infantil, como condiciones de posibilidad de los procesos de identificación y diferenciación constituyentes de la alteridad, y a través de las mismas se produce la transmisión de valores, ideales y significaciones tanto del conjunto social como de las generaciones anteriores.
Este proceso de construcción de la subjetividad, incluye la vertiente intrasubjetiva (la capacidad de cada sujeto de inscribir y metabolizar), intersubjetiva (lo que se construye en y por los vínculos) y transubjetiva (lo que se inscribe de las marcas sociales y culturales.
Otras funciones que se destacan al interior de una familia, junto a las ejercidas por las instancias parentales, son la función filial y la de las familias de origen.
La función filial, implica la impronta de lo novedoso que cada hijo le impone a la organización familiar. El hijo no sólo se constituye sobre las imágenes, afectos y modelos parentales, sino que a través de su singular metabolización-apropiación de lo transmitido, aporta nuevas significaciones, que en el advenimiento de la adolescencia, cuestionan y formulan lo heredado de manera novedosa. Generalmente producen transformaciones creativas, otras tienden a repetir lo recibido y en ocasiones se enfrentan y enfrentan a la familia con vacíos de significaciones que evidencian sostenes imaginarios y simbólicos fallidos o deficitarios.
Las fallas potencialmente desestructurantes o patógenas, están vinculadas como dijimos, a un déficit en el sostén y apuntalamiento psíquico, o bien a un exceso abusivo de las instancias parentales, que transmiten inconscientemente la prohibición de un pensar y sentir autónomos, que obstaculizan el surgimiento del deseo propio del sujeto.
Las familias de origen, o los ancestros, representan las tradiciones familiares. Se incluyen a través de las creencias y mitos que la familia conyugal sostiene, aunque formulados en nuevas síntesis, que constituyen el relato de su origen como familia. Desde ese lugar, avalan y son garantes de la nueva organización familiar. Pero pueden obstaculizar los acuerdos y transacciones de la pareja, tanto a través de una presencia que interfiere la concreción de los mismos, o expresado en la puja entre marido y mujer por imponer los modelos e ideales heredados por cada uno. Si se ubican en el lugar de garantes, cumplen la función de abuelidad, reforzando el sostén afectivo de los nietos.
En síntesis, este entramado vincular o estructura abierta, compleja y heterogénea, como pensamos hoy a la familia, funda y marca el origen subjetivo en forma privilegiada pero no única, sentando las bases de lo prohibido y lo permitido a través de la operatoria de la prohibición del incesto,ejercida y recibida desde los lugares del parentesco y sus funciones.
Así como desde este contexto vincular, se constituye y construye la sexualidad y los procesos identifica torios, también son constituyentes de subjetividad las relaciones de poder, dada la asimetría de los vínculos parento-filiales y el sentimiento de pertenencia.
El tema del poder, no ha sido conceptualizado de modo sistemático por el psicoanálisis, salvo en relación a su origen pulsional. En tal sentido ligado al sadismo o a la pulsión de dominio. En cambio, es una cuestión de la que se han preocupado los filósofos y especialmente trabajada por Michel Foucault.
Dentro del psicoanálisis vincular, Berenstein propone pensarlo como "las acciones y la experiencia emocional que se constituyen en una relación de imposición entre un sujeto y otro u otros, que lleva a una modificación del cuerpo y la subjetividad".
Vínculo que se establece entre uno que impone y otro que es impuesto. Un modelo de este poder, sería la relación primaria madre-hijo. La madre, supone un "saber hacer", así como el derecho a imponer al hijo a través de su accionar, determinadas significaciones.
Poder funciona como verbo: la madre, el padre, otros adultos, pueden dejar su marca en el infans. El bebé, niño después, puede responder de un modo singular.
Pero cuando el que está ubicado en el lugar de imponer al otro a través de determinadas acciones tiende a perpetuarse en esa posición, poder pasa a ser sustantivo y hablamos de exceso de poder. El que es impuesto pierde en parte su condición de sujeto, especialmente en lo que hace a su ajenidad. Pero no totalmente, ya que si así fuera, desaparecería el carácter vincular de la relación.
Las relaciones de poder, en las dos modalidades, pueden circular en la familia tanto en el vínculo de alianza como en el de los padres con los hijos. Serían constituyentes-instituyentes de subjetividad en un caso, o tenderían a la supresión de la misma en el otro.
Inclusivo de la aspiración y el deseo de ser, tener, saber hacer, se va configurando el sentimiento de pertenecer, de formar parte del conjunto familiar que nos incluye y al que incluimos dentro de nuestros ideales y valoraciones.
A lo largo de la vida, el sentimiento de pertenencia podrá ampliarse, transformarse, multiplicarse. Iremos construyendo nuevas pertenencias, algunas más valoradas que otras en cuanto a lo que aporten a nuestro sentimiento de identidad, siempre expuesto a cambios.
Podemos formar parte de conjuntos de hecho o de derecho. Esta diferenciación que realiza Puget, implica que un conjunto de hecho, reúne sujetos que aún no tienen claro aquello que los agrupa. Puede transformarse en un conjunto de derecho, en tanto se van creando códigos comunes, reglas de funcionamiento, símbolos que los representan y una historia-argumento que da sentido a la existencia del conjunto, cuyos puntos de semejanza aportarán a sus miembros una identidad compartida.
En tal sentido, un grupo familiar es un grupo de derecho, cuya historia compartida posee un guión central en el que todos pueden reconocerse, pero que a su vez se irá complejizando, admitiendo diferentes versiones.
Para el hijo en formación, la pertenencia a esa determinada familia, es de obligación. Sin embargo, a medida que avance en su crecimiento y capacidad de discernimiento, podrá conquistar su propia modalidad de pertenecer a ella.
Del mismo modo, no podemos elegir la pertenencia a un conjunto social o cultura determinada, pero nuestro modo de inserción en ella, llevará la marca de la adecuación a lo instituido por esa sociedad, pero también de nuestras posibilidades y capacidades de creación e institución de nuevas formas de habitar el conjunto.
Por lo tanto, el sentimiento de pertenencia otorga contención y cohesión. Al interior de las familias se transmiten reglas, valores e ideales construidos por el conjunto, en un momento histórico determinado. A estas construcciones colectivas se las denomina, según diferentes autores, significaciones sociales o significaciones imaginarias sociales y cumplen un importante papel en el proceso de construcción de las subjetividades.
El conjunto de significaciones imaginarias sociales, operan como los organizadores de sentido de cada época social-histórica, estableciendo lo permitido y lo prohibido, lo valorado y lo devaluado, lo bueno y lo malo, lo bueno y lo feo, etc. Son un sistema de interpretación de la realidad, pero también de valoración, produciendo adhesiones y su interiorización en los sujetos en representaciones, transformadas por su singularidad. A su vez, son una pieza eficaz del sistema de control social de la vida colectiva, en especial del ejercicio del poder.
Dijimos que la teoría de la Estructura Familiar Inconsciente formulada por Berenstein, nos resultaba insuficiente a la hora de analizar los avatares de los vínculos familiares después del divorcio, temática -como dijimos- postergada por el psicoanálisis. Berenstein basó inicialmente sus formulaciones no sólo en el psicoanálisis, sino fuertemente en el modelo estructural de Lévi-Strauss.
Prigogine propone el término estructuras disipativas, para referirse a aquellas estructuras abiertas, complejas, en las cuales los sucesivos intercambios con lo exterior a sí a través del tiempo, darán lugar al encuentro con lo azaroso y podrán imprimir a su recorrido diferentes vías de desarrollo que no se pueden predecir en el punto de partida.
El criterio de predictibilidad, decae para las organizaciones complejas como es la familia y como también lo es, la propia estructura psíquica. En su lugar, parece más apropiado hablar de condiciones de posibilidad. El camino que cada estructura elige en un determinado momento desde estas condiciones de posibilidad, sólo podrá conocerse a posteriori. Y a su vez, se considera que estas transformaciones posibles, también pueden generar un cambio de la estructura misma; ele las propias reglas que la organizaban de una manera dada.
Lévi-Strauss en consonancia con Freud, planteó dos niveles de lectura de la realidad que responden a lógicas diferentes: el nivel fenoménico, de lo observable y el nivel de lo inferible por el investigador, de acuerdo a su teoría de referencia sobre lo que ha recortado para investigar y al método de abordaje construido a partir de ella.
Albarracín. Proceso destructivo de exclusión en el divorcio (6649)
En nuestro país el debate sobre la nueva ley de matrimonio civil impulso la publicación de trabajos sobre el divorcio.
Maturana define un dominio de interacciones destructivas para los seres vivos y los sistemas sociales, que esta especificado por la estructura de la unidad en cuestión e incluye todas aquellas perturbaciones que conducen a la perdida de organización y a la desaparición de la unidad como tal.
Indicadores de destructividad:
Familia funcional:
· Buen ajuste marital
· Lazos fuertes y positivos entre los progenitores biológicos y los hijos capacidad de los progenitores para tomar decisiones en forma conjunta
Familia fracturada:
· Intercambios destructivos
· Alto estrés parental
· Coerción y punición
· Maltrato
· Abuso
· Hijo como rehén de alguno de sus padres
Indicadores de destructividad
· Fracaso escolar de los hijos
· Abuso de alcohol o drogas en padres e hijos
· Descenso de la autoestima en padres o hijos
· Aumento de morbilidad y mortalidad en padres e hijos
· Problemas de conducta, agresividad en niños y violencia en adultos
· Síntomas emocionales en hijos y padres
· Pérdida de la red social-familiar
· Descenso del nivel socio-económico de la familia o parte de ella
· Imposibilidad de la pareja parental para tomar decisiones comprometidas en común
· Coaliciones intergeneracionales
· Exclusión de personas
Prevención del desarrollo de los hijos de padres divorciados:
· Manejo de la agresión
· Separación-individuación
· Identidad de genero
· Concepción que el niño tiene sobre la continuidad post-divorcio de la función parental
La destructividad en el divorcio se define el primer lugar por el litigio, incidentes judiciales relacionadoscon la tenencia, las visitas, la salud, etc. El litigio comienza cuando uno de los ex cónyuges cree percibir una amenaza de exclusión por parte del otro.
Proceso de exclusión: estadios
1. la sospecha: un progenitor adivina en el otro la intención de desplazarlo
2. la coalición: proceso de acción conjunta de dos personas contra un tercero. Madre e hijo contra el padre, etc.
3. los encuentros irregulares: disminuye el tiempo de las visitas, disminuye la frecuencia, imposibilidad de pernoctar.
4. el incumplimiento sin intimación: primer tipo de interrupción de los encuentros por la negativa del progenitor visitante, del progenitor custodio o de los niños.
5. el incumplimiento por intimación: medidas judiciales, Ej.: presencia de asistente social en las visitas.
6. la exclusión o incumplimiento con intimación: cuando la intimación judicial se produce, el tenedor contraataca con denuncias para postergar la ejecución de las medidas. El niño ya se opone a ver al excluido resignándose.
Dolto. Cuando los padres se separan (18004)
El niño ignora con frecuencia que tiene derechos (ser alimentado, albergado, educado, vigilado, cuidado) y el silencio en lo que respecta a sus derechos favorece su recuerdo de que los adultos tienen todos los derechos sobre él. En efecto, estar ligado a la sociedad por derechos y deberes es una dialéctica del sujeto, sea niño o padre. 
Es para el niño un veneno enterarse de que el padre ha sido condenado a pagar la pensión de alimentos o que el divorcio fue dictado por agravios.
El niño experimenta una dinámica evolutiva, de ahí que la decisión a la custodia debería ser revisada con frecuencia. Algunos puntos de vista:
· un interés inmediato, urgente, para que el niño no se “derrumbe”
· un interés a medio plazo, para que pasados los momentos difíciles, recupere su dinámica evolutiva
· un interés a largo plazo, para que pueda separarse de sus padres, para que adquiera autonomía, se haga responsable de sí mismo
Las decisiones siempre son susceptibles de ser revisadas y con la frecuencia necesaria
Casi siempre, el juicio de divorcio excluye al hijo. El niño siempre deberia ser escuchado lo cual no implica que de inmediato se hara lo que el se pide.
Ciertos jueces en asuntos matrimoniales, que consideraban útil el contacto directo, recibían a los preadolescentes a partir de los nueve años e incluso por debajo de su edad. Pensaban que el niño tenía derecho a tener algo que decir. El niño debe ser siempre escuchado.
El niño tiene que saber que el juez no hace la ley, y que no hace lo que el quiere. Esta limitado por la ley como por la logica de una situación: el toma una medida que tal vez el niño no habia deseado pero que a su juicio es la mas conveniente para su desarrollo. 
Es respetar la dignidad de un niño decirle la verdad, aquello que constituye la vida desunida entre los padres que han tenido que separarse.Tanto juntos como separados, para la dignidad del niño es necesario que sus padres digan lo que hacen y hagan lo que dicen.
Romero. Modelo de intervención familiar en una institución jurídica (2426)
Deseamos con este relato transmitir nuestra experiencia laboral con familias en crisis en el marco de una institución jurídica. Somos integrantes del equipo técnico de un tribunal de familia en calidad de perito psicóloga y perito psiquiatra y desarrollamos nuestra tarea en equipo con una abogada consejera de familia, en el ámbito de un proceso judicial llamado etapa previa. Es así que nuestra práctica se inserta en un lugar de encuentro entre disciplinas, que abordan la salud mental y la práctica jurídica. 
Esquema de trabajo: las diversas conflictivas familiares en las que intervenimos: divorcio, separación, tenencia, régimen de visitas, alimentos, violencia familiar, reintegro de hijo, reconocimiento de filiación. Si bien hay familias que logran acuerdos en forma privada y luego homologan judicialmente los mismos; existen otras que carecen de recursos propios para afrontar y procesar los cambios que devienen de la crisis planteada (entendiendo el concepto de crisis “como un momento de alteración o desorden del funcionamiento o dinámica habitual de una familia, que al mismo tiempo contiene la posibilidad de un cambio”), instalándose en una conflictiva que impide un proceso saludable de elaboración y transformación. En los grupos familiares que presentan este tipo de funcionamiento, algunos indicadores son: falta de diálogo, rechazo de las vivencias individuales, imposibilidad de lograr acuerdos, violencia, maltrato físico y/o psicólogo, daño económico, resistencia a los cambios, necesidad de venganza, posturas rígidas especialmente, ante las nuevas formas familiares (familias ensambladas) y particularmente victimización de los hijos, donde uno o más de ellos queda triangulado en la conflictiva conyugal, viéndose entorpecido su desarrollo afectivo, intelectual o social, con la presencia de síntomas de diversa índole. 
La Etapa Previa, ha sido un abordaje innovador en la conflictiva familiar, donde el acento está puesto en la labor de conciliación con las partes, a fin de lograr un acuerdo que no haga necesaria la etapa contenciosa. Tiene carácter no litigioso, se encuentra desprovista de formalidades procesales, privilegia el protagonismo de las partes en los acuerdos que se logren, acorta los tiempos para arribar a la resolución del conflicto, logrando un alivio más rápido al malestar familiar, ahorra recursos económicos y temporales, que siempre son escasos y evita consecuencias negativas e infaltables, producto del proceso de litigio. El objetivo de la misma, es ayudar a las partes a que arriben a acuerdos para resolver los conflictos que ha generado la nueva dinámica familiar. Luego de la presentación de la demanda por parte de los letrados, se fija una primera audiencia de las partes y sus abogados con el Consejero de Familia (un abogado capacitado no sólo en la ciencia jurídica, sino tb en los aspectos psicológicos y sociales de la conflictiva familiar). Cuenta para el desarrollo de su labor, con el asesoramiento del Equipo Técnico, el cual puede intervenir en las audiencias o con posterioridad a las mismas, a partir de la derivación del Consejero. En el momento de la primera audiencia, se intenta lograr un acuerdo entre las partes, que podrá resultar en algunos casos definitivo, en otros transitorio, en otros fallido, pero que siempre contemple la posibilidad que las partes se lleven de la audiencia, algún inicio de solución de conflicto. Si no puede lograrse esto en la primera audiencia, se torna necesario fijar una próxima y en el tiempo que media entre ambas, se despliega la labor del Equipo Técnico, tendiente a obtener el acuerdo. El objetivo que nos guía en nuestro trabajo, se centra en la idea de que la familia, active sus propios recursos en la resolución del conflicto, o sea, que sean los redactores y creadores de acuerdos. Las carac de los acuerdos: a) conforman creaciones consensuadas entre las partes; b)son voluntarios; c)constituyen una estrategia frente al conflicto; d)están sometidos a pruebas y a revisión; e)pueden ser transitorios o definitivos. Hay familias que requieren un seguimiento a lo largo de los meses, ya sea xq les es dificultoso cumplir con lo que acordaron, xq sobreviven situaciones nuevas que los desestabilizan, o xq la implementación de los convenios, no rinde los resultados que se esperaban. Puede ser necesario derivar a la familia o a alguno de sus miembros, a un tratamiento psicológico o psiquiátrico. Si estas posibles intervenciones no logran el arribo a acuerdos funcionales, se cierra la Etapa Previa y el caso se deriva de la Etapa Contenciosa. 
Trabajo en Red: nuestra labor debía extenderse hacia fuera del tribunal. A tal fin comenzamos a establecer conexiones con instituciones terapéuticas de la jurisdicción. Cuando derivamos alguna familia a terapia, nos comunicamos telefónicamente con la institución asistencial que la recibirá y les explicitamos la línea de trabajo que se comenzó a establecer en la audiencia, a fin de implementaruna estrategia conjunta con la familia; en la mayoría de los casos esto se logra y tb se produce el movimiento complementario, es decir, la producción de nuevas intervenciones en el ámbito terapéutico, que se nos comunican a fin de incorporarlas en futuras audiencias. Tb fuimos construyendo vínculos con los establecimientos escolares, a los que asisten los menores integrantes de las familias mencionadas. A partir de estas comunicaciones, los docentes comenzaron a solicitarnos orientación en nuevas temáticas planteadas, a nivel escolar, fundamentalmente situaciones de violencia familiar. 
Reflexiones sobre nuestra tarea: nuestra ideología, se centra en el hecho de considerar que no estamos trabajando un trámite, sino que estamos abordando a una familia en crisis, que realiza una tramitación judicial. Privilegiamos el concepto de la permanencia del grupo familiar, más allá de la no convivencia, a pesar de la separación de la pareja y de la formación de nuevos vínculos amorosos, el núcleo familiar primigenio continúa existiendo. Esto ha significado cambiar la óptica típica de lo jurídico (centrada en el expediente y/o en la demanda explícita), por otra mirada en donde lo que se analiza es el contexto familiar, de donde surge el pedido de intervención del tribunal. En muchas ocasiones además de realizar una práctica jurídica, es necesario llevar a cabo una intervención terapéutica y/o preventiva. La posibilidad de trabajar, contado con los aportes de multidisciplina, ya desde la primera audiencia, ha permitido detectar disfunciones o síntomas, que la familia no ha visualizado. La función del Consejero junto con el aporte del Equipo Técnico, es conciliar a las partes revirtiendo la ideología de la contienda, en un proceso generador de acuerdos, poniendo en evidencia los recursos que la familia aún posee y que al no haberlos registrado oportunamente les era imposible velarse de los mismos. Trabajo interinstitucional o trabajo en Red. 
Objetivos:
· Reconocer las diferencias en paradigma jurídico y psicológico en los conceptos de: sujeto, tiempos, legalidad, verdad, objetividad y subjetividad.
· Reconocer el concepto de persona para el derecho y para la psicología.
· Diferencias y convergencias entre ambos discursos. 
· Derechos humanos como eje transversal. 
Preguntas: 
· Defina qué es el sujeto para el derecho y para el psicoanálisis
· ¿Qué relaciones encuentra en el concepto de responsabilidad y sujeto para ambos discursos?
· ¿Qué quiere decir que el campo de interdiscursividad de la psicología jurídica es el lenguaje?
· Distinga el rol del psicólogo en el concepto de las instituciones de control social (tapias)
· Diferencie aptitud de actitud.
Objetivos: 
· Reconocer quién puede ser responsable de un acto.
· Definir el concepto de capacidad
· Incapacidad (absoluta o relativa)
· Inhabilitación jurídica – demencia
· Emancipación
· Derechos ciudadanos
Preguntas:
· Diferenciar la declaración de incapacidad de la de inhabilitación
· ¿A qué se le denomina juicio de insanía? ¿Quiénes lo pueden solicitar?
· Luego de declarada la incapacidad de hecho ¿qué figuras establece el código para suplir dicha incapacidad?
Objetivos: 
· Conocer las normas que regulan el ejercicio en el ámbito
· Diferenciar prácticas en el ámbito jurídico y clínico
· Reconocer alcances y límites de los tratamientos clínicos y jurídicos
· Reconocer alcances y límites de los diagnósticos clínicos y jurídicos
· Diferencias entre informe pericial e informe psicológico
· Diferenciar tipos de peritos e incumbencias
· Ética y secreto profesional
Preguntas:
· ¿Qué relación existe entre la verdad jurídica, la psicológica y la práctica pericial?
· Requisitos para que una pericia tenga validez jurídica (preg de final)
· ¿Cuáles son los elementos conceptuales a tener en cuenta para realizar el dictamen?
· ¿Cuáles son las funciones e incumbencias del perito psicológico y qué tipos de peritos hay?
· Defina la carac del informe psicológico jurídico: ¿Qué se informa? ¿A quién?
Objetivos: 
· Comprender el concepto legal de daño psíquico
· Diferenciar daño psíquico de trauma y daño moral de daño psíquico
Objetivos: 
· Reconocer el rol del psicólogo en la evaluación de grupos familiares
· Distinguyir las diferentes configuraciones familiares y su relación con las funciones necesarias para la crianza
· Visualizar la presencia de lo transgeneracional en las organizaciones familiares. 
Preguntas: 
· Describir el concepto de vínculo y las dimensiones que tiene dentro de la familia. 
· ¿Qué funciones se encuentran dentro del entramado que constituye la familia?
· Desarrollar los motores básicos en el trabajo de la vincularidad.
· Describir las modalidades de la violencia discursiva
Objetivos: 
· Reconocer la diferencia entre menor objeto y sujeto de derecho
· Comprender el alcance de la convención internacional de los Derechos del niño
· Entender el concepto de co-responsabilidad
· Diferenciar el paradigma de la protección integral del de patronato
· Definir qué significa interés superior del niño
Preguntas:
· Definir interés superior del niño
· Describir las modificaciones que introdujo el paradigma de protección integral de derechos del niño en la actual concepción de los menores y el tratamiento que se le da al mismo.
· ¿Cuáles son las reservas que adoptó Argentina al ratificar la convención sobre los derechos del niño? (preg de final)s
· ¿Qué implica el término de co-responsabilidad al hablar de derechos del niño?
Objetivos:
· Localizar el lugar de los hijos en la separación conflictiva
· Conocer los derechos y obligaciones de la paternidad
· Distinguir las funciones y configuraciones familiares
· Analizar el rol del psicólogo en los Tribunales de familia
Preguntas: 
· ¿Qué se debe tener en cuenta al momento de abordar una conflictiva familiar? 
· Etapa previa: objetivos, alcances, y rol del psicólogo
· ¿Qué factores se deben atender cuando se trabaja con niños del divorcio?
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