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Conferencia 28 La terapia analítica - ensayo

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Facultad de Filosofía, Letras y Ciencia de la Educación
Psicología Clínica
 
Fundamentos de Psicoterapia con Orientación Psicoanalítica
 
Trabajo de tutoría:
Conferencia 28: La terapia analítica 
 
 	
13/01/2020
El escrito de la conferencia 28: La terapia analitica, Freud lo empieza con una suerte de aclaración de la diferencia entre la sugestión directa, que es propia de la hipnosis y la sugestión que surge en la terapia analitica, la cual se da debido a la transferencia. Para ello, se basa de su experiencia con el tratamiento hipnótico, del cual tuvo de referencia en un primer momento al método de Bernheim con la sugestión prohibidora y luego al l método de Breuer de exploración al paciente.
Va a hacer mención del aforismo médico que habla de las condiciones para que una terapia sea considerada ideal: que sea rápida, confiable y agradable para el enfermo, para decir que la hipnosis de Bernheim lograba contener dos de esas condiciones: Era rápida y agradable, pero fallaba en la que se podría considerar la más importante, y es que no era confiable, porque solo era apta para algunos; además de que, después de cierto tiempo siempre volvían a aparecer los síntomas. También recalca que había que tener cuidado con la frecuencia de su empleamiento, dado a que podría romper la autonomía del enfermo y volverse dependiente al tratamiento. 
En sí, el tratamiento hipnótico va a evitar a toda costa que los síntomas salgan a la luz. Siguiendo a Freud (1917) la diferencia entre la sugestión hipnótica y la sugestión de la terapia analítica es que:
La terapia hipnótica busca encubrir y tapar algo en la vida anímica; la analítica, sacar a luz y remover algo. La primera trabaja como una cosmética, la segunda como una cirugía. La primera utiliza la sugestión para prohibir los síntomas, refuerza las represiones, (...). La terapia analítica hinca más hacia la raíz, llega hasta los conflictos de los que han nacido los síntomas y se sirve de la sugestión para modificar el desenlace de esos conflictos. La terapia hipnótica deja a los pacientes inactivos (...); sin capacidad de resistir cualquier nueva ocasión de enfermar. La cura analítica impone a médico y enfermo un difícil trabajo que es preciso realizar para cancelar unas resistencias internas. (...) el médico se lo posibilita mediante el auxilio de la sugestión, que opera en el sentido de una educación. (pp. 410-411)
He ahí lo que diferencia la sugestión hipnótica de la analítica; en la última se reconduce la sugestión a la transferencia y se trabaja con la transferencia misma. Freud (1917) dirá que “no es el enfermo que por sí solo se sugiere lo que le viene en gana, sino que guiamos su sugestión hasta el punto mismo en que él es asequible a su influencia” (p.411). Por ello, la transferencia es un elemento esencial para el tratamiento psicoanalítico, dado a que por medio de esta, se posibilitará la superación de las resistencias. 
Más adelante Freud esclarece las posibles objeciones a la terapia analítica, donde los oponentes podrían argumentar que en la influencia ejercida en el paciente se podría volver cuestionable o dudosa la certeza de nuestros descubrimientos dentro de la terapia, lo que perjudica en la intervención. Si el psicoanálisis sólo fuera una terapia de sugestión, no tendríamos el derecho a realizar alguna aseveración en cuanto a la vida del paciente ya que sería algo erróneo.
En cuanto a la importancia de las vivencias sexuales en los enfermos la solución se encontrará en la superación de estas representaciones que han sido reprimidas, si se logra vencer estas resistencias, estas coinciden con su realidad interior, llenando las lagunas del recuerdo que llevaban a su conflicto. Al realizar una buena técnica evitando la sugestión provisional y usando correctamente la transferencia se superaría las resistencias del paciente en donde se daría cuenta de una transformación interior para llegar a la cura.
Es necesario mencionar que durante la cura existe una lucha inconsciente contra las resistencias, y estas operan a un sentido contrario a la cura debido a que el enfermo no se quiere curar. Dentro de las neurosis de transferencia, cuando coinciden nuestras indagaciones sobre el inconsciente del paciente, así confirmaremos nuestras interpretaciones a partir de lo que nos haya contado el enfermo.
Para explicarlo mejor el mecanismo de la curación, Freud retoma las fórmulas de la teoría de la libido, diciendo que "el neurótico es incapaz de gozar y de producir"(Freud, 1917, p. 413) y posteriormente expones dos razones para esto, primero no le es posible al neurótico gozar porque la libido no tiene una dirección determinada hacía algún objeto real sino que permanece reprimida. Y segundo porque el neurótico utiliza la energía que le queda para mantener a la libido reprimida y defenderse frente a esta.
Entonces se podría decir que hay un conflicto entre el yo y la libido el cual sería el origen del síntoma y, propone Freud que, el enfermo "sanaría si el conflicto entre su yo y la libido tocase su fin y su yo pudiera disponer de nuevo su libido" (Freud, 1917, p. 413). En este punto, si el yo no está a cargo de la libido, entonces Freud se pregunta ¿Dónde se encuentra la libido del neurótico? A lo que responde "está ligada a los síntomas que le procuran la satisfacción sustitutiva, la única posible por el momento" (Freud, 1917, p. 413). Para resumir, tenemos que la génesis del conflicto se remonta al conflicto de la libido y el yo, y como consecuencia de esta aparece la represión que da como resultado un síntoma, pues este último logra satisfacer de manera parcial a la libido mediante la sustitución del objeto. Siguiendo a Freud, si queremos que el enfermo se cure, debemos descubrir la génesis del conflicto, renovar ese conflicto a través de la transferencia y dirigirlo hacía otro desenlace.
Continuando, Freud va a proponer que lo más esencial en el trabajo analítico es la relación con médico dentro de la transferencia, de este modo la figura del médico analista hace surgir versiones nuevas del viejo conflicto, en donde el enfermo intentará comportarse del mismo modo como lo haría, pero aquí el médico reúne todas las fuerzas anímicas, vale aclarar del paciente, y obliga al paciente a tomar otro camino, otra decisión (Freud, 1917, p. 413).
Sobre la transferencia Freud concluye en este apartado que " La transferencia se convierte entonces en el campo de batalla en el que están destinadas a encontrarse todas las fuerzas que se combaten entre sí" (Freud, 1917, pp. 413-414) En este proceso se va a dar un traspase, la enfermedad del enfermo se traduce en la transferencia, la enfermedad de la transferencia como lo denomina Freud. Se trata del proceso en el cual el paciente reconduce la libido a un único objeto fantaseado que es la persona del médico. A través de esta transferencia surge una nueva lucha entre instancias psíquicas pero aquí, con la ayuda de la sugestión del médico (sugestión en transferencia) el conflicto se desarrolla como un conflicto anímico normal. Esto se da porque el paciente no toma el mismo camino, en donde la libido es reprimida sino que al exteriorizarse queda a disposición del yo por lo que el conflicto llega a su fin.
Se puede resumir este proceso en dos fases. En la primera fase "la libido es forzada a pasar de los síntomas a la transferencia" y en la segunda "se libra batalla entorno al nuevo objeto y se libera de él a la libido". El trabajó terapéutico analítico se trata de promover la reconciliación entre la libido y el yo, para que de este modo la libido no sea devuelta nuevamente al inconsciente sino que el yo pueda llegar a un acuerdo con la libido y está pueda satisfacer mediante la sublimación.
Continuando con la teoría de la libido, se puede agregar ciertos aportes interesantes sobre el sueño. Hay que tener en cuenta que los sueños en los sujetos con estructura neurótica sirven para deducir el sentido de aquellos síntomas a los que impulsa la libido. Se presentan como aquella forma de cumplir el deseo, ese deseo que cayó bajouna represión y por tanto quedó sustraída al yo. De la misma forma, se considera en el tratamiento psicoanalítico, como uno de los recursos más reveladores para el conocimiento del ICC. 
Haciéndose una comparación con los sujetos neuróticos y los que gozan de una salud normal, se puede establecer que es absurdo que el sueño sea una elemento importante en su diferenciación, debido a que si bien es cierto, solo se puede establecer diferencias en el día, no en la vida onírica del paciente. El texto plantea que las personas de salud normal también han realizado represiones, pero logran de alguna manera hacer gastos para poderlas mantener ocultas, por lo tanto, la libido ya no estará disponible para su yo. El sueño en estos sujetos sanos, va ser el único síntoma que van a poder desarrollar, y debido al grado tan carente de importancia, no se va llevar a cabo un malestar significante. Es importante estos momentos de energías que es capaz de desarrollar la persona, debido a que esto es lo que va propiciar que sean libres o que por otro lado están ligados a la represión, siendo más de indula cuantitativa que cualitativa. 
Por otro lado, “médicos han formulado contra de los psicoanalistas, la amenaza de que mediante una recopilación de que los fracasos y los resultados dañinos del análisis abrirían los ojos a las personas que sufren acerca de la falsedad de este método de tratamiento”(Freud, 1917, p. 417). Este inconveniente era porque estas recopilaciones no se no permitían formar un juicio verídico de la eficacia del análisis. Como ya se conoce, la terapia analítica tiene poco tiempo, por lo que tuvo que pasar un largo tiempo para que se pudiera establecer una técnica, y esta solo se logró establecer mediante una experiencia que la avalara. Por ello, se puede decir que el analista que está incursionando recientemente al trabajo tratamientos, es librado de los resultados que pueda llegar a tener inicialmente sin quitar importancia a la terapia analítica. 
Muchos de estos tratamientos fracasaron ya que se iniciaron casos en los que no era conveniente utilizar la técnica psicoanalítica, pero nunca se hubiese sabido si no se hubiese hecho un ensayo previo. Por ejemplo en esa época no se tenía conocimiento que la paranoia y la demencia precoz no son accesibles al tratamiento, sin embargo se tenía el derecho a probar el tratamiento con cualquier afección que se presentara, pero a pesar de estas desventajas, los fracasos no se produjeron por el médico, ni por la elección del paciente que no estaba apto, sino más bien por las condiciones externas que se dieron de forma desfavorable. Solo se habían tomado en cuenta las condiciones del paciente en sus aspectos internos, pero hay que tomar también en cuenta las condiciones que conciernen al ambiente, la cual no resuena mucho en la teoría, sin embargo en la práctica es de gran importancia.
El texto propone a manera de ejemplo el tratamiento psicoanalítico en comparativa con una intervención quirúrgica, en la cual para sea exitosa debe realizarse dentro de un contexto favorable. Así, también siguiendo este planteamiento el autor se pregunta lo siguiente: “¿Cuántas de estas operaciones saldrían bien si tuvieran que realizarse en presencia de todos los miembros de la familia, que meterían su nariz en la mesa de operaciones y a cada corte de bisturí prorrumpirían en gritos? (Freud, 1917, p.418). En relación a esta pregunta, se considera a la intromisión de los familiares como algo peligroso, debido a que pueden existir desacuerdos o secretos que puedan romper los lazos familiares.
Freud expone un caso para ejemplificar esta situación, él tenía como paciente a una joven que sufría de angustia, y debido a esto no podía permanecer sola ni en su casa, ni en la calle. Con el paso de la sesiones analiticas supo traer a la terapia las observaciones entre su madre y un señor adinerado. Sin embargo, la paciente de manera inconsciente comenzó a cambiar el comportamiento hacia su madre, la cual dándose cuenta de esto decidió ponerle fin al tratamiento psicoanalítico, porque había comprendido que la angustia de su hija remite en la relación que tenía ella con ese señor amigo de la casa. Es así como ese “secreto” truncó el tratamiento y recayó sobre el analista la mala fama del término de ese tratamiento.
Por el motivo anteriormente planteado, Freud decidió no tomar ningún paciente que no tenga la capacidad de manejar sus propios asuntos, y de esta manera no vuelva a pasar lo ya mencionado sobre sus familiares en interrumpir el tratamiento. Es necesario recalcar que con esto no quiere decir Freud que nosotros como psicoanalistas debemos aislar a los pacientes de sus familiares sino tratar de trabajar con estas relaciones con la cual el paciente tiene dificultades en la medida que se crea necesario en el tratamiento.
Debido a estas dificultades que ha tenido el psicoanálisis en la puesta en dudas sobre la eficacia de esta. “Contra el psicoanálisis hubo, es evidente, un prejuicio. Cuando se resolvió un caso, se podía oír:͖͕ Eso no es una prueba, se habría curado solo en ese lapso” (Freud, 1917, p. 420). Sin embargo, con el paso del tiempo este prejuicio irá decreciendo, porque cada vez más hay médicos que realizan este análisis y parecen garantizarlo. Así, también el autor nos advierte de tener cuidado de abusar de la transferencia porque así como sirve para la cura puede ser una arma de doble filo.
Para concluir con el escrito de la conferencia 28, a modo de reflexión Freud trae a nosotros como estudiantes de sus enseñanzas, que el psicoanálisis aún está en desarrollo y que no pretende con este escrito convertirnos en expertos en este tema, sino aclararnos algunas de las situaciones que se podrían presentar en nuestras intervenciones con los pacientes.
Referencias Bibliográficas
Freud, S. (1917). 28 Conferencia: La terapia analítica. En Obras completas Sigmund Freud volumen 16 (pp.408-421). Buenos Aires: Amorrortu editores.

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