Logo Studenta

microbiologia (9)

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

-01-
Bibliografía: Geffner
Sistema inmune innato
	Los microorganismos y parásitos multicelulares y el daño tisular activan el sistema inmune innato. Involucra diversos tipos celulares y componentes humorales. Como consecuencia, se produce inflamación, y la activación del sistema puede prevenir la infección, eliminarla o contenerla hasta que se desarrolle una respuesta adaptativa. La activación del sistema inmune innato es necesaria para la reparación y cicatrización del tejido, además de gatillar y modelar la respuesta adaptativa. Las células de la inmunidad innata NO recirculan.
	La primera línea de defensa es la piel y las mucosas. Las secreciones mucosas, y los factores químicos presentes en ellas dificultan el acceso de los patógenos al epitelio y bloquean moléculas empleadas por los patógenos. Los factores físicos como la descamación, oscilaciones ciliares, y los movimientos peristálticos contribuyen a la eliminación de organismos. Mención honoraria a la flora normal y a la IgA secretoria.
	La flora normal o microbioma se encuentra en todos los epitelios. Compiten con los patógenos por nutrientes, y producen moléculas antimicrobianas. Promueven la producción de péptidos antimicrobianos, y refuerzan las uniones epiteliales estrechas.
	La inflamación es la respuesta estereotipada que involucra células y componentes humorales, que se van a activar con el fin de restaurar la homeostasis cuando se ve afectada. La infección y daño tisular desencadenan vasodilatación e incremento de la permeabilidad de los vasos sanguíneos, edema, y reclutamiento de células al foco infeccioso. La tétrada de Celso son las cuatro manifestaciones de la inflamación: Tumor, dolor, calor y rubor. 
	Las células inmunes innatas reconocen al invasor o al daño tisular mediante los Receptores de Reconocimiento de Patrones (RRP), que reconocen PAMPs (Pathogen Associated Molecular Patterns) y DAMPs (Damage Associated Molecular Patterns). Si sos de boca los primeros son asociados a patógenos y los segundos a daño.
	Los PAMPs están presentes en los microorganismos pero no en los hospedadores, son esenciales para la supervivencia del microorganismo, y no varían, son compartidas por clases enteras de microorganismos.
	Los DAMPs son moléculas que se encuentran ocultas en el interior de la célula, y son liberadas por el daño tisular. Usualmente están presentes en la mitocondria, y se liberan por disrupción del ADN mitocondrial. También son moléculas generadas por la fragmentación de la MEC. Algunos ejemplos son ATP, cristales de urato monosódico formados a partir de ácido úrico, y HMGB1.
	Las células inmunes innatas también tienen receptores para complemento, que reconocen componentes del Sistema Complemento que se unieron a la superficie de microorganismos (CR3, CR4), y para componentes activados del Sistema Complemento Solubles (RC3a y RC5a, que unen C3a y C5a); y receptores para el fragmento Fc de la IgG. Los fragmentos Fc son la porción inespecífica de los anticuerpos, y los anticuerpos se unen a ellos sólo cuando los anticuerpos se unieron a sus ligandos específicos.
Macrófagos
	Los macrófagos son células con capacidad fagocítica y microbicida, de vida media larga. Reconocen a los microorganismos a través de los RRP y de los receptores para complemento. Se originan a partir de los monocitos circulantes que se extravasan. Actúan como células presentadoras de antígenos a los linfocitos T. Además, producen citoquinas y quimiocinas en respuesta al reconocimiento de PAMPs y microorganismos opsonizados.
	En el comienzo de los procesos inflamatorios, los macrófagos son activados en un perfil M1, o clásicamente activado, inflamatorio, en el que producen IL-1, IL-6, TNF-⍺ (estos tres constituyen la tríada inflamatoria), IL-12,IL-15, IL-18, e IL-23. También producen IL-10 y TGF-ꞵ, citoquinas antiinflamatorias, modulando el potencial inflamatorio. El interferón-𝛾 induce la activación del macrófago en un perfil M1, promoviendo la producción de citoquinas inflamatorias.
	Los macrófagos activados en un perfil M2, o alternativamente activado, producen altos niveles de IL-10 y TGF-ꞵ, y muy bajos niveles de citoquinas inflamatorias. Los restos de neutrófilos (principalmente fosfatidilserina) fomentan la activación del perfil M2, al igual que los glucocorticoides como el cortisol e IL-4 e IL-13.
	Las citoquinas de la tríada inflamatoria (1, 6 y TNF) incrementan la permeabilidad y la expresión de moléculas de adhesión del endotelio, activan mecanismos microbicidas en macrófagos y neutrófilos, reclutan a células NK, causan la migración de células dendríticas a órganos linfáticos secundarios, y provocan la desgranulación de mastocitos, causando la liberación de histamina. A nivel sistémico inducen la producción de proteínas de fase aguda en el hígado, inducen neutrofilia en la médula ósea, e inducen el incremento de la temperatura corporal en el hipotálamo. También inducen la producción de lectina de unión a manosa (MBL) por los hepatocitos.
	Además, los macrófagos producen citoquinas que actúan como factores de crecimiento y estimulan la formación de colonias de granulocitos, macrófagos y colonias mixtas. Favorecen la diferenciación de los linfocitos T en un perfil Th1, mediante IL-12.
Los macrófagos, a través de sus receptores de reconocimiento de patrones, de sus receptores del complemento, o a través de receptores para Fc, se activan, liberando intermediarios lipídicos de inflamación (leucotrieno B4), y citoquinas. Las citoquinas con capacidad quimiotáctica se denominan quimiocinas (se matan con los nombres), como la IL-8 (interleuquina 8). Tanto el LTB4 como la IL-8 atraen neutrófilos al foco infeccioso. Las citoquinas proinflamatorias (IL-1, IL-6, TNF-⍺), son capaces de aumentar la expresión de moléculas de adhesión en la cara apical del endotelio. TNF-⍺ aumenta la permeabilidad vascular. Los macrófagos también producen factores de crecimiento, e IL-10. IL-4 es antiinflamatorio, bloquea la síntesis de citoquinas.
	
RESPUESTA DE FASE AGUDA
	Las proteínas de fase aguda son sintetizadas por el hepatocito. La síntesis, además de ser inducida por las citoquinas anteriores, también es estimulada por el componente C5a del sistema del complemento y los péptidos formilados bacterianos. Algunas de estas proteínas son la proteína C reactiva (induce la activación del sistema complemento por la vía clásica) y la lectina de unión a manosa (activa la vía de la lectinas del sistema de complemento).
Neutrófilos
	En condiciones normales, se requiere una semana para que el mielocito se transforme en neutrófilo maduro, pero en procesos infecciosos tarda solo 48 hs. Se activan en respuesta a infecciones bacterianas o fúngicas. Los neutrófilos no recirculan: una vez extravasados no regresan a la circulación, sino que viven de 6 a 48 hs y después se pegan el corchazo. Secretan citoquinas y quimiocinas, pero en mucha menor medida que los macrófagos. 
	En el foco infeccioso, utilizan RRP que reconocen PAMPs, receptores para el complemento (CR1, CR3 y CR4), y receptores para el fragmento Fc de la IgG. La activación del neutrófilo induce la activación de la NADPH oxidasa. La bacteria es ingerida, formándose un fagosoma, que se fusiona con el lisosoma, formando un fagolisosoma, donde las bacterias son degradadas mediante dos mecanismos: oxígeno-independientes, mediados por enzimas como lisozima, serinproteasas y péptidos antimicrobianos de los gránulos de los neutrófilos o proteasas lisosomales de los macrófagos; y oxígeno-dependientes, mediados por EROs como O2-, H2O2, HOCl, cloraminas, etc, generados luego de la activación de la NADPH oxidasa.
	La NADPH oxidasa está formada por componentes de membrana y componentes citoplasmáticos. En condiciones de reposo los componentes se encuentran disociados, pero cuando se fagocita un neutrófilo, los componentes citoplasmáticos se translocan a la membrana y se forma una oxidasa activa. La falta de NADPH oxidasa conduce a una granulomatosis crónica.
Los neutrófilos también atrapan microorganismos mediante NETs que evitan su dispersióny contribuyen a su eliminación, en un proceso denominado netosis. Están formadas por cromatina y proteínas nucleares, citoplasmáticas y proteasas lisosomales. Son liberadas en respuesta a bacterias, virus, hongos y parásitos. Los NETs son pro-inflamatorios, ya que al liberar contenidos intracelulares, liberan DAMPs.
Sistema complemento
	Entre los componentes humorales de la inmunidad innata, se encuentra el sistema complemento, que participa especialmente en las infecciones bacterianas. Las proteínas que lo componen son de síntesis hepática principalmente, y circulan en sangre y en los líquidos extravasculares en condiciones normales. Tiene cuatro funciones: inflamación, opsonización, citotoxicidad (formación de CAM), y la potenciación de la respuesta B (baja el umbral de activación de los linfocitos B). El sistema complemento puede activarse mediante tres vías:
1. Vía clásica: Es activada por anticuerpos IgM, IgG1, IgG2 e IgG3, una vez que interactuaron con el antígeno. 
2. Vía alterna: se activa en forma directa por ciertos microorganismos. No requiere de intermediarios, por lo que permite que el sistema complemento actúe en etapas tempranas del proceso infeccioso.
3. Vía de las lectinas: Se activa por los RRP MBL y las ficolinas H y L. Activan al sistema complemento luego de reconocer a sus ligandos sobre la superficie de los microorganismos.
	Indiferentemente de la vía de activación, se generan C3a y C5a, factores quimiotácticos y anafilácticos. También se genera C3b, que funciona como una opsonina. Además, media la generación de CAM o complejo de ataque lítico (compuestos C5b y C9), que se genera en la superficie del microorganismo, formando un poro que permite el paso de agua, y consecuentemente, la muerte del microorganismo.
	La actividad inflamatoria es mediada por los componentes C3a y C5a, a través de su interacción con receptores específicos, que se expresan en neutrófilos, eosinófilos y basófilos, mastocitos, monocitos, macrófagos, células musculares lisas, endoteliales, plaquetas y células dendríticas. La quimiotaxis también está dada por estos componentes, que además activan a los fagocitos. 
	C3a y C5a también inducen la degranulación de los mastocitos, liberando sus componentes reactivos, como la histamina, que contribuye a un aumento de la permeabilidad endotelial. La histamina además causa que las células endoteliales comiencen a expresar moléculas que favorecen la adhesión de leucocitos a la superficie vascular (C3a y C5a), de manera que los leucocitos pueden llegar al foco infeccioso mediante un gradiente quimiotáctico.
	La interacción de C3b (y en menor medida, C4b) con la superficie del patógeno lo “marca” como una célula extraña, permitiendo que los fagocitos los reconozcan con mayor facilidad, mediante su receptor para C3b, denominado CR3. Este proceso se denomina opsonización (que viene del griego ‘opso’, alimento cocinado, porque lo prepara para que se lo morfen).
	Por último, los productos de la degradación de C3b (C3bi) son reconocidos por CR2 (CD21), y reduce el umbral de concentración de antígenos necesario para la activación de linfocitos B, potenciando su acción.
VÍA CLÁSICA
	C1 (formado por C1q, C1r y C1s) se une al fragmento de Fc de anticuerpos IgG o IgM que hayan interactuado previamente con un antígeno, y C1s se activa. El C1s activado corta a C4, y origina dos fragmentos: C4a y C4b. Una parte del C4b se une a la superficie del microorganismo, y el resto se inactiva. C4b unido a la superficie de la célula puede unirse a C2b (proveniente de C2 escindido por C1s), formando el complejo C4bC2b o C3 convertasa. La C3 convertasa escinde a C3 en C3a (que tiene actividad quimiotáctica y anafiláctica) y C3b. La mayoría de los C3b participan en la opsonización de la célula diana, pero algunos se unen a la C3 convertasa para formar C4bC2bC3b o convertasa de C5, que escinde C5 en C5a y C5b. C5a tiene actividad quimiotáctica y anafiláctica, mientras que C5b se une a la superficie de la célula diana, y se le unen C6, C7, C8, y C9, para formar el CAM. El complejo de ataque lítico sólo es efectivo contra Neisseria.
VÍA ALTERNA
	La activación de la vía clásica conduce a la activación de la vía alterna, por lo que amplifica su efecto, pero también puede activarse independientemente. En condiciones normales se generan bajas concentraciones de C3b, mediante proteasas plasmáticas que escinden a C3, o por hidrólisis espontánea. El C3b es rápidamente inactivado, pero si interactúa con células extrañas conduce a la formación de la convertasa de C3 de la vía alterna, C3bBb, mediante la interacción con el fragmento Bb (formado por la escisión de B). La properdina puede unirse a este complejo y estabilizarlo, aumentando su acción. El C3b que la convertasa de C3 se puede unir a la convertasa de C3 alterna y formar C3bBb3b (C3b2Bb), la convertasa de C5 de la vía alterna.
	Bacterias con alto contenido de ácido siálico no activan la vía alterna, porque unen al factor H, que se une a C3b, y permite que el factor I degrade C3b.
VÍA DE LAS LECTINAS
	MBL es un receptor capaz de unirse a una amplia variedad de hidratos de carbono, y al hacerlo, conduce a la activación de un complejo con actividad serinoproteasa formado por MASP-1 y MASP-2. MASP-2 activado escinde a los componentes C4 y C2, y da lugar a la formación de la convertasa de C3 de la vía clásica.
Fuentes: video de la cátedra, Geffner 6° ed. caps. 2 y 3.
-02-
Receptores de reconocimiento de patrones (RRP)
RECEPTORES DE TIPO TOLL
	Los receptores de tipo toll (TLR) están presentes en la membrana plasmática y en endosomas. Reconocen PAMPs y DAMPs, LPS, lipoproteínas, flagelina, ADN, ARNsc y ARNdc, HMGB1, etc. La activación conduce a la producción de citoquinas, quimiocinas y péptidos antimicrobianos. Cuando la activación es a través de LPS e involucra a los macrófagos, se induce la estimulación de su capacidad fagocítica.
	TLR2 reconoce componentes de bacterias, micoplasmas, hongos y virus, y forma heterodímeros con TLR1 o con TLR6. TLR1/TLR2 y TLR2/TLR6 pueden discriminar entre triacil- y diacil-lipopéptidos, respectivamente. Entre sus ligandos se encuentran lipoproteínas y lipopéptidos de bacterias gram positivas, como MALP2.
	TLR4 reconoce el LPS de la membrana externa de las bacterias gram negativas, y es activado por él, pero requiere de la presencia de tres moléculas accesorias: la proteína de unión al LPS (LBP), y las moléculas correceptoras MD-2 y CD14.
	TLR5 reconoce a la flagelina, la proteína estructural del flagelo.
	TLR3, 7, 8 y 9 reconocen los ácidos nucleicos microbianos. Estos receptores se expresan en los endosomas. Su activación induce la síntesis de citoquinas y quimiocinas, y la síntesis de Interferón tipo I.
RECEPTORES TIPO NOD
	Los receptores de tipo NOD (NLR) son básicamente TLR citosólicos. Captan componentes microbianos que ganan acceso al citoplasma, y señales de daño celular. Los NLR promueven la activación de vías transduccionales, o sirven como plataforma molecular para la formación de complejos proteicos denominados inflamasomas. Como resultado aumentan la producción de citoquinas, quimiocinas, y productos con actividad microbiana.
	NOD1 es un receptor ubicuo, mientras que NOD2 se expresa solamente en monocitos, macrófagos, células dendríticas, y células intestinales de Paneth. Ambos receptores reconocen al peptidoglucano, un componente de la pared celular bacteriana, pero NOD1 reconoce al de todas las bacterias gram negativas (y solo algunas gram positivas), y NOD2 reconoce al presente en todas las bacterias grampositivas y gram negativas. Ambos activan el factor de transcripción NF-kB, que induce la producción de citoquinas inflamatorias.
	Los receptores NLRP1, NLRP3 o NLRC4 reconocen diversos PAMPs y algunos DAMPs, y conducen al ensamblado del inflamasoma. Una vez ensamblado, el inflamasoma que contiene estos receptores activa a la caspasa-1, que a su vez activa IL-1ꞵ e IL-18, dos citoquinas necesarias para el desarrollo de las respuestas inflamatorias.
RECEPTORES RIG-1
	Los receptores RIG-1 (RLR)son receptores citoplasmáticos que reconocen el ARN viral bicatenario. Promueven la secreción de interferones de tipo I y citoquinas proinflamatorias. Ej: Rig-1, MDA-5.
RECEPTORES DE LECTINA DE TIPO C
	Los receptores de lectina de tipo C (CLR) reconocen motivos presentes en los hidratos de carbono que no suelen estar presentes en los hidratos de carbono expresados por las células del huésped. Particularmente, motivos ricos en manosa, fucosa y ꞵ-glucano. Están presentes en la membrana plasmática o pueden ser secretados como proteínas solubles. Como proteínas transmembranas (monocitos, macrófagos y células dendríticas), median la internalización de microorganismos no opsonizados, y promueven la expresión de genes proinflamatorios.
	El receptor de manosa (MR) reconoce una amplia variedad de bacterias, virus y distintas especies de hongos a través del reconocimiento de manosa, fucosa y N-acetil glucosamina, presentes en la superficie de estos microorganismos. Media la unión de los microorganismos, favoreciendo la fagocitosis mediada por otro receptor.
	DC-SIGN reconoce y media la endocitosis mediante el reconocimiento de estructuras ricas en manosa y fucosa. Induce la migración de las células dendríticas hacia los órganos linfáticos secundarios, y la activación de los linfocitos T.
	Dectina-1 es la encargada del reconocimiento de ꞵ-glucano, e induce el estallido respiratorio, la endocitosis del ligando y la secreción de citoquinas y quimiocinas.
RRP EXTRACELULARES
	Las colectinas son proteínas multiméricas que son secretadas hacia el medio extracelular. La lectina de unión a manosa (MBL) es una proteína de fase aguda, producida por el hígado. Las colectinas SP-A y SP-D son producidas en el pulmón y se localizan sobre el propio epitelio respiratorio.
Las colectinas interactúan con motivos ricos en manosa, N-acetil-glucosamina, glucosa, L-fucosa, N-acetil-manosamina, pero no unen galactosa ni ácido siálico. Activan el sistema complemento a través de la vía de las lectinas e inducen la fagocitosis del microorganismo.
La proteína C reactiva pertenece a la familia de las pentraxinas, y se sintetiza en el hígado durante la respuesta de fase aguda. Es inducida por la tríada inflamatoria, y reconoce residuos de fosfocolina en hidratos de carbono. Activa el complemento y la fagocitosis.
Las ficolinas H y L son proteínas séricas que reconocen dominios de tipo fibrinógeno. Conduce a la activación del complemento a través de la vía de las lectinas.
RECEPTORES DEPURADORES (SCAVENGER)
	Los receptores scavenger unen e internalizan el LDL modificado. También reconocen componentes microbianos y células apoptóticas. Se expresan en células mieloides y también en algunos endotelios y epitelios.
	Los receptores tipo AIM (ALR) pertenecen a la familia de los receptores scavenger, pero son solubles. Están presentes en el citosol, y reconocen ADN viral. Promueven la secreción de IL-1ꞵ y de interferones de tipo I.
Extravasación leucocitaria
	El proceso de extravasación leucocitaria involucra la acción coordinada de moléculas de adhesión (selectinas, sialomucinas, integrinas, moléculas pertenecientes a la familia de las IgG, cadherinas) y quimioatrayentes (quimiocinas, quimioatractantes lipídicos, péptidos formilados bacterianos, componentes del complemento activado).
	Las selectinas son L-selectina (expresada constitutivamente en los Leucocitos), P-selectina (Plaquetas y células endoteliales, se transloca a la superficie en procesos inflamatorios), y E-selectina (inducida en células Endoteliales por estímulos inflamatorios).
	Las sialomucinas son hidratos de carbono a los que las selectinas se unen. Incluyen PSGL-1 y GlyCAM-1, CD34, y CD44. PSGL-1 une P-selectina, L-selectina y E-selectina. El carbohidrato que participa en la unión con las selectinas es el tetrasacárido lewis X.
	Las integrinas tienen una distinta afinidad por sus ligandos dependiendo de su estado de activación. En respuesta a señales (como quimiocinas), pueden cambiar su conformación para tener mayor afinidad. Las integrinas se unen a las moléculas de adhesión de la familia de las inmunoglobulinas.
	Las moléculas de adhesión pertenecientes a la superfamilia de las inmunoglobulinas son ICAM 1, 2 y 3m VCAM-1, MadCam-1 y PECAM-1. ICAM-1 y VCAM-1 se expresan en niveles muy bajos en lechos vasculares, pero su expresión es mayor en el endotelio de los tejidos infectados o inflamados por las citoquinas inflamatorias.
	Las cadherinas como E-cadherina participan en las uniones entre las células de la piel. La activación de señales a través de RRP disminuye la expresión de E-cadherina.
RODAMIENTO DE LOS LEUCOCITOS
	El contacto inicial entre los neutrófilos y el endotelio está mediado por interacciones entre las selectinas P, L y E y las sialomucinas (PSGL-1). La activación de la célula endotelial provoca su fusión con las plaquetas, que tienen P-selectina. Los neutrófilos se unen al endotelio, ya que expresan PSGL-1. Es una unión débil, por lo que el leucocito “rueda” (rolling) por la superficie endotelial.
	La L-selectina, expresada en los neutrófilos, interactúa con la PSGL-1 del endotelio. A medida que progresa el proceso inflamatorio, la tríada inflamatoria estimula la expresión endotelial de E-selectina.
ADHERENCIA ESTABLE
	Los neutrófilos aumentan su afinidad por las integrinas (LFA-1 y Mac-1) por estímulo del factor de activación plaquetario (PAF) e IL-8. Las integrinas se unen a sus contrarreceptores en el endotelio vascular (ICAM 1, 2 y VCAM-1), lo que le permite al neutrófilo adherirse en forma estable con el endotelio.
	
DIAPÉDESIS
	El neutrófilo migra hasta una zona donde haya interacciones disminuidas de E-cadherina. El neutrófilo se deforma, remodela su citoesqueleto, y extiende pseudópodos para poder penetrar entre los bordes de las células endoteliales. Además, de las integrinas, interfieren otras moléculas de adhesión,como PECAM 1.
	Luego, los neutrófilos migran al foco infeccioso por el gradiente quimiotáctico. Al llegar, pueden sufrir apoptosis, o fagocitar al agente externo, lo que, en macrófagos, promueve la secreción de citoquinas antiinflamatorias.
Los corticoides disminuyen la expresión de moléculas de adhesión, disminuyendo la extravasación de neutrófilos, y por lo tanto, produciendo neutrofilia relativa.
Virus
	Los virus son patógenos intracelulares obligados. Están compuestos por un genoma formado por ácidos nucleicos, una cubierta proteica denominada cápside y en algunos casos, una envoltura lipídica. Carecen de maquinaria biosintética propia, por lo que transfieren su material genético a las células que infectan.
	Los virus interaccionan con receptores celulares específicos, que median su ingreso a la célula. Los virus desnudos (sin envoltura) ingresan por endocitosis mediada por receptor o mediante la translocación o pasaje directo de su genoma a través de la membrana plasmática. Los virus envueltos ingresan mediante la fusión de la membrana plasmática con la envoltura viral o por endocitosis.
	Una vez que el genoma se libera en el interior, comienza la síntesis de proteínas virales. La mayoría de los virus con ADN realizan el proceso de replicación en el núcleo, mientras que los virus con ARN lo hacen en el citoplasma. La liberación ocurre por brotación de los virus desde la membrana plasmática, o mediante la lisis celular, que involucra enzimas hidrolíticas y cambios en la permeabilidad de la membrana plasmática.
Inmunidad innata antiviral
COMPONENTES HUMORALES
	El reconocimiento de un virus mediante RRP pone en marcha la producción de interferones de tipo I (IFN-1), que son producidos en el citosol celular o en el compartimento endosómico. Actúan de forma autocrina y paracrina, induciendo la activación de genes “antivirales”, que inhiben la replicación viral (proteín quinasa R, OAS, etc.), inducen la apoptosis de las células infectadas, y pueden modular la respuesta inmune adaptativa. Los IFN-1 comprenden 16 miembros, pero los que más nos importan son los IFN-⍺ e IFN-ꞵ
Los virus son reconocidos a través de RRPs que reconocenPAMPs (más específicamente, la detección de sus ácidos nucleicos), especialmente TLR3, 7, 8 y 9, RLR, NLR y ALR. La activación de los receptores activa la transcripción de IFN-1, que son liberados por la célula infectada e interactúan con los receptores (IFNAR) de la propia célula o sobre células vecinas. Las proteínas antivirales que producen degradan al ARN viral e inhiben la síntesis de proteínas, interfiriendo con la replicación viral.
	Además, se producen y secretan citoquinas proinflamatorias, que reclutan células inmunes como las células dendríticas plasmocitoides, capaces de secretar grandes cantidades de IFN-1, y células NK, capaces de inducir la apoptosis de las células infectadas. INF-1 también recluta a las NK.
	INF-1 también aumenta la expresión de moléculas de histocompatibilidad (CMH) de clase I (involucradas en la inmunidad adaptativa), e incrementan la presentación antigénica a través de las CMH, favoreciendo el desarrollo de la memoria T. Los linfocitos T CD8 citotóxicos reconocen a las CMH de clase I presentes en la célula infectada, que presentan péptidos virales.
COMPONENTES CELULARES
Las células dendríticas plasmocitoides expresan TLR7 y 9, a través de los cuales reconocen ADN y ARN virales, y se ubican en sangre periférica y órganos linfáticos secundarios (expresan CCR7), pero son reclutadas al foco infeccioso en respuesta a procesos infecciosos. Son capaces de producir muy grandes cantidades de IFN-1.
	El IFN-1 lleva a la producción de proteínas antivirales como la kinasa R y la OAS, entre otras, que degradan el ARN viral e inhiben la síntesis de proteínas virales, interfiriendo con la replicación viral y evitando la infección. También induce mutaciones en el genoma del virus mediante ADAR.
Las células NK se extravasan en los tejidos infectados por virus, reconocen a las células infectadas, y las eliminan induciendo su apoptosis. Se pueden activar por acción de citoquinas inflamatorias o por contacto con células infectadas. También participan en la inmunidad contra bacterias y parásitos intracelulares, y son importantes en la inmunidad anti-tumoral. Utilizan receptores de activación y de inhibición: si hay mayor cantidad de receptores activadores mata a la célula y si no, no. 
Muchos virus causan una disminución en la expresión de las moléculas de clase I del CMH, lo que les permite escapar la acción citotóxica de los linfocitos T CD8. Pero, las CMH son el principal ligando inhibitorio de las células NK, por lo que su baja expresión puede convertir a las células infectadas en diana de la acción citotóxica de las NK. Esta es la hipótesis de “pérdida de lo propio”.
Las células NK también pueden destruir a las células recubiertas por anticuerpos IgG específicos. Este mecanismo se denomina citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos, o CCDA, y es inducido a través de la molécula CD16. El 90% de las células NK humanas tienen una expresión baja de CD56, y una alta de CD16, y expresan diversos receptores para quimiocinas, lo que les permite migrar a los tejidos periféricos inflamados y a las mucosas. 
El 10% restante tiene una mayor proporción de CD56, y se encuentran en los ganglios linfáticos, porque expresan CCR7, un receptor que les permite unirse a CCL19 y CCL21, presentes en la corteza de los ganglios linfáticos. Tienen bajos mediadores de citotoxicidad, pero producen una gran cantidad de citoquinas inflamatorias e inmunorreguladoras (INF-𝛾 principalmente, y TNF-⍺, TNF-ꞵ, IL-10, IL-13 y GM-CSF). INF-𝛾 activa a los macrófagos, y las interleuquinas secretadas por el macrófago activan a los NK.
Los receptores de lectina de tipo C (NKG2D y CD94) reconocen como ligandos a las proteínas transmembrana codificadas dentro del CMH (MICA y MICB), a la molécula ULBP-4 y a las proteínas ancladas por glicofosfatidilinositol, que se denominan ULBP-1, -2, -3. La unión con su ligando activa a las células NK, favorece el desarrollo de citotoxicidad y la secreción de INF-𝛾.
Los receptores KIR (KIR2D o KIR3D) pueden ser activadores, que se designan con la letra S (KIR2DS) o inhibidores, que se designan con la letra L (KIR2DL). Reconocen moléculas de HLA-C.
	Los receptores LIR reconocen diversas moléculas de clase I del CMH. Son análogos a los KIR, y median una acción inhibitoria a través de motivos ITIM.
	Los receptores de citotoxicidad natural (NCR) son activadores de la citotoxicidad y de la secreción de interferón gamma. Reconoce ligandos en células infectadas. NKp46, NKp44 y NKp30 reconocen células tumorales o infectadas con virus. 
MECANISMOS DE LA CITOTOXICIDAD DE NK
	El mecanismo secretorio es el más relevante para la actividad citotóxica de las células NK. Secretan el contenido de sus gránulos hacia el sitio de contacto, liberando granzima B y perforina, que forman un complejo entre sí, y es endocitado por la célula diana. La célula diana tiene receptores MPR, que causan la internalización del complejo en una vacuola endocítica cuyo pH se vuelve ácido, lo que induce la polimerización de las perforinas, que se insertan en la membrana de la vacuola. De esta forma, la granzima B accede al citosol, y activa el sistema de caspasas (caspasa 8), y la apoptosis de la célula.
	El mecanismo no secretorio involucra receptores miembros de la familia del TNF-⍺, como la molécula FasL, y en forma secundaria, TRAIL. Al activarse las NK, FasL se transloca a la superficie celular y se expresa como una proteína transmembrana. Todos los tipos celulares expresan CD95 (Fas), y la unión del receptor con el ligando induce la apoptosis por tres pasos: trimerización de la molécula Fas, reclutamiento de proteínas adaptadoras, y activación de la caspasa 8.
Fuentes: Vídeo de la cátedra, Geffner 6° ed. caps. 2, 3, 15
-03-
Inmunidad adaptativa
	A diferencia de la inmunidad innata, la inmunidad adaptativa utiliza receptores (B o T) que reconocen antígenos. Tanto el receptor BCR como el TCR poseen una región constante, adherida a la membrana plasmática, y una región variable, que se une al antígeno. El BCR es una inmunoglobulina anclada a la membrana plasmática.
	Los linfocitos B, a través del BCR, reconocen al antígeno en conformación nativa. La porción que reconocen se denomina epítopo. Los linfocitos T, a través del TCR, reconocen al antígeno procesado, y presentado en las moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH). Existen diferentes tipos de epítopos: 
· Epitope conformacional: Es aquel que está presente en la proteína nativa, pero solo es reconocido por el BCR.
· Epitope lineal: Están constituidas por aminoácidos seguidos en la cadena del antígeno. Pueden ser ocultos, reconocidos por el BCR (si la molécula se denaturalizó) o por el TCR; o no ocultos, que pueden ser reconocidos por ambos receptores.
CÉLULAS DENDRÍTICAS
El inicio de la respuesta inmune adaptativa ocurre en los órganos linfáticos secundarios (OLS). El antígeno llega a ellos de dos formas: drenando por vía linfática, libre; o presentado por células dendríticas, en forma nativa o procesada.
	Las células dendríticas convencionales expresan receptores para el fragmento Fc de las inmunoglobulinas (RFc𝛾I, II, III y RFc𝜀I y II) y para componentes del complemento (CR3, CR4). Estos receptores se encargan de reconocer e internalizar microorganismos opsonizados y células apoptóticas. Además, expresan receptores de lectina de tipo C (RLC). La internalización a través de los RLC conduce a la presentación de antígenos a través de moléculas de clase I y II del CMH (presentación cruzada).
	Por otro lado, también expresan el receptor para la ⍺2 macroglobulina (CD91), capaz de reconocer e internalizar péptidos antigénicos marcados con las proteínas de choque térmico hsp70 y/o hsp96, provenientes de células necróticas y apoptóticas. Expresan también receptores depuradores o scavengers, que reconocen e internalizan componentes liberados por bacterias y parásitos.
	Las células dendríticas capturan el antígeno, lo procesan, y migran hasta el ganglio por vía aferente linfática, donde completan su maduración. Las células dendríticas maduraspresentan el antígeno a los linfocitos T y los activan. La maduración aumenta la expresión de CCR7, por lo que pasan a encontrarse en la corteza de los OLS. Además, disminuye su capacidad endocítica y de procesamiento, y aumenta la capacidad de presentar antígenos a los linfocitos T vírgenes (mediante CMH I y II).
	En las células dendríticas inmaduras hay altas cantidades de E-cadherina, mientras que en la madura hay bajas cantidades de E-cadherina y altas de CCR7
LINFOCITOS T
	El encuentro entre los linfocitos vírgenes y su antígeno específico se produce en los OLS. El epitelio de las vénulas de los OLS es un endotelio alto (HEV), expresa las sialomucinas CD34 y GlyCAM-1, que interactúan con la L-selectina de los linfocitos, permitiendo el rolling. Luego, la interacción de CCL19/CCL21 con CCR7 conduce a un incremento de la afinidad de LFA-1 (linfocito T) por ICAM-1 (endotelio), que conduce a una adherencia estable, y luego la diapedesis.
	Los linfocitos T sólo pueden reconocer antígenos que sean presentados por una molécula del CMH en la superficie de una célula presentadora de antígenos (CPA). En el área paracortical de los ganglios existen conductos fibroreticulares, que facilitan la interacción entre células dendríticas y linfocitos T vírgenes. El linfocito T reconoce el antígeno mediante el TCR, que además, tiene un conjunto de moléculas accesorias como CD3, que permiten transducir las señales al interior de la célula para que se activen.
LINFOCITO B
	El linfocito B reconoce al antígeno en su estado nativo, mediante la inmunoglobulina que forma parte del BCR. El linfocito B ingresa al órgano linfático secundario por vía sanguínea, y se dirige a la zona cortical, donde se produce el reconocimiento del antígeno, y comienza a activarse. Luego, abandona el OLS, y genera células generadoras de anticuerpos o plasmocitos.
Moléculas de histocompatibilidad
	Las moléculas de histocompatibilidad (MHC) se dividen en clase I y clase II. Las moléculas de clase I constan de una cadena alfa de tres dominios (⍺1, 2 y 3) y una molécula de ꞵ2-microglobulina. El péptido (8 a 10 aminoácidos) interactúa en alfa 1 y alfa 2. En cambio, las moléculas de clase II tienen una cadena alfa de dos dominios (⍺1, 2), y una cadena beta de dos dominios (ꞵ1, 2). El péptido (11 a 12 aminoácidos) interactúa en beta 1 y alfa 1.
	Cada molécula de MHC es capaz de unir varios péptidos diferentes, pero solo uno a la vez. Su función es unir péptidos derivados del procesamiento de proteínas y exponerlos en la superficie celular, para el reconocimiento de los linfocitos T. Los péptidos se unen con diferentes afinidades a diferentes moléculas del MHC, lo que determina la eficiencia de la respuesta inmune.
	Los correceptores CD4 y CD8, expresados en la superficie de los linfocitos T contactan con las moléculas de clase II y de clase I, respectivamente. Son necesarios para la señalización a través del TCR.
Poligenismo: Para cada MHC existe más de un gen, lo que permite que cada individuo tenga un conjunto de moléculas de MHC, cada uno capaz de unir un conjunto de péptidos diferentes. 
Polimorfismo: Cada locus del MHC posee una gran cantidad de alelos a nivel poblacional, por lo que la mayoría de los individuos son heterocigotas para los MHC. Esto se manifiesta en las regiones que forman el surco de unión a los péptidos.
Heterocigosis y codominancia: La herencia de los genes de MHC es codominante, por lo que la heterocigosis permite un alto grado de variantes.
	Todas las células del organismo excepto neuronas, eritrocitos y sinciciotrofoblasto expresan CMH clase I. Los linfocitos B, monocitos y macrófagos, células dendríticas, precursores eritroides y el epitelio del timo expresan CMH clase II (se conocen como CPA profesionales). La expresión de moléculas CMH clase II puede ser inducida en células epiteliales.
	Existen tres genes clásicos que codifican para MHC de clase I: HLA-A, HLA-B, y HLA-C. Existen otros genes denominados no clásicos, que tienen un bajo polimorfismo, y los niveles de expresión en la superficie celular son generalmente bajos. Son HLA-E, F, G, H y la familia de genes MIC. Para los MHC de clase II, existen tres genes: HLA-DQ, HLA-DP y HLA-DR.
	Debido a la codominancia y al multialelismo, la mayoría de los individuos tienen al menos seis productos de clase II (dos alelos, tres genes). Además, las cadenas alfa de origen materno pueden asociarse con las cadenas beta de origen materno y las de origen paterno, fenómeno que se denomina transasociación. Por lo tanto, un individuo heterocigota puede llegar a expresar 12 moléculas de clase II diferentes.
	En CMH de clase I, hay un máximo de 6 moléculas posibles, ya que el polimorfismo es solo en la cadena alfa (tres genes: A, B y C; dos alelos).
Vías de procesamiento antigénico
VÍA ENDÓGENA O BIOSINTÉTICA
	Primero, las proteínas antigénicas son modificadas por el agregado de ubiquitina. Son reconocidas por el proteasoma, que produce péptidos de 8 a 9 aminoácidos de longitud, que son translocados al interior del RER, para lo cual participan transportadores dependientes de ATP denominados TAP1 y TAP2. Los péptidos, adheridos a TAP, dentro del RER se unen a moléculas de clase I (que se sintetizan en RER). La unión del péptido estabiliza la molécula de clase I, se libera el TAP y deja el RER para ser transportada a la membrana celular.
VÍA EXÓGENA O ENDOCÍTICA
	El material endocitado es conducido al compartimento endosomal, y las vesículas endocíticas se acidifican y se fusionan con los lisosomas. Dentro de los endosomas, las proteínas se degradan y dan lugar a péptidos. Las CMH de clase II son sintetizadas en el citosol y se translocan al RER, y luego a Golgi, donde son empaquetados en vesículas que se combinan con el endosoma. El péptido luego se une a la CMH de clase II, y este complejo es transportado hasta la membrana celular.
	La CMH de clase II que llega al endosoma está asociada a una cadena invariante, que dirige su movimiento y ocupa el surco de unión al péptido, para que no sea ocupado por otros péptidos (como los que están dirigidos al CMH de clase I). Las proteasas (catepsinas) del fagosoma degradan esta cadena invariante, y dejan un péptido derivado de la cadena denominado CLIP. Luego, una molécula con estructura similar a CMH de clase II, HLA-DM remueve el CLIP, permitiendo la unión de los péptidos a la ranura.
PRESENTACIÓN CRUZADA DE ANTÍGENOS: VÍA ENDÓGENA Y EXÓGENA
	Los antígenos endocitados también pueden ser asociados a moléculas de clase I. El antígeno fagocitado puede escapar al citosol, y ser sustrato del proteosoma, que sigue la vía de la vía endógena, y termina asociándose a CMH de clase I.
	La presentación cruzada de antígenos en CMH II utiliza mecanismos de autofagia. Los componentes citoplasmáticos son englobados en vesículas denominadas autofagosomas, que pueden fusionarse con endosomas o lisosomas, que pueden contener CMH II, y seguir la vía exógena o endocítica.
Receptor neonatal de IgG
	La principal función del receptor neonatal para el fragmento Fc de la IgG media la transferencia placentaria de anticuerpos de IgG de la madre al feto, y la transferencia de anticuerpos de IgG de la madre al niño amamantado a través del intestino delgado. Además, incrementa la vida media de la IgG sérica.
	El sincitiotrofoblasto internaliza líquidos maternos que contienen anticuerpos IgG. La IgG endocitada se transporta a un compartimento endosómico que se acidifica y permite la unión al receptor de IgG del endosoma. El endosoma se fusiona con la membrana celular, y se libera hacia la circulación fetal. 
	Durante el amamantamiento, el epitelio duodenal del niño expresa FcRn en la cara luminal, que reconoce con alta afinidad la IgG materna. La IgG es endocitada y transferida a la cara basolateral, donde es liberada y accede a la circulación.
	El endotelio vascular expresa FcRn, y conduce a su internalización. FcRn se expresa en el compartimento endosómico del endotelio, y a medida que se acidifica el endosoma, une IgG. Esto permite el reciclado de la IgG, cuandoel FcRn se enfrenta al pH fisiológico, IgG se libera a la circulación, evadiendo un mecanismo degradativo. Este se sigue expresando en el adulto.

Continuar navegando

Materiales relacionados

29 pag.
CUESTIONARIOS INMUNO 2020

UFC

User badge image

Bruno Ximenes

72 pag.
RESUMEN -Inmuno

UNIP

User badge image

Lara Ponce Araujo

115 pag.